[22] Confesión 1

I

Lo menos que puedo es morirme,
dejando la palabra de vida,
por el pecado y tinieblas,
ni la luz yo no podía ver.
Fue porque yo era necio,
el Señor me extendió Su mano,
y Él me levantó y Su amor me ofreció
y Él jamás me abandonó.


II

Amaba las tinieblas del mundo,
sin saber que era pecado,
complací la lujuria carnal
y los deseos de los ojos.
Fue porque yo era necio,
pude ver la luz de la vida,
y al fin pude oír al Espíritu gemir
y Él jamás me abandonó.

El amor del Señor yo confieso
con las lágrimas sobre mi rostro,
Su gracia y amor nunca dejaré
ni la paciencia del Padre


III

Ahora me levanto una vez más,
tomaré la mano del Señor,
esta vez yo puedo hacerlo,
gracias al Espíritu Santo.
Dejaré todo pecado,
marcharé por sendas de justicia,
hasta que pueda ser justo por Su Palabra
y no miraré hacia atrás.

El amor del Señor yo confieso
con las lágrimas sobre mi rostro,
Su gracia y amor nunca dejaré
ni la paciencia del Padre.

Final:
Y el amor de mi Señor.