• 4to Nivel de Fe (7)

    [Romanos 12:3]

    26-05-2008 | Rev. Jaerock Lee

    • La Medida de Fe 18

      4to Nivel de Fe (7)

      Romanos 12:3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.


      Amados Hermanos en Cristo:
      Esta es la prédica Nro. 18 de la serie la “Medida de Fe”, y hoy continuaré explicándoles acerca del 4to nivel de fe. En el 4to nivel ama a Dios al grado máximo\\\; y debido a que sus almas son prosperadas por haber desechado todo pecado de su corazón, ustedes reciben bendiciones en toda área de su vida.
      Cunado cree en Dios y en el Señor, confiesa en sus oraciones su amor por Dios. Sin embargo, el solo declarar que ama a Dios y el amarlo realmente al más alto grado son dos cosas muy diferentes. Usted ama a Dios porque Él nos amó primero y porque nos ha dado el reino de los cielos.
      No obstante, amar a Dios al máximo grado es amarlo con todo su corazón. Como ha desechado toda maldad y vive en la luz como Dios desea, llega a amar a Dios de todo corazón y manifiesta su amor por Él. Este nivel es completamente diferente.
      Afirmar que se encuentra en el 4to nivel de fe significa que ahora ya se ha preparado como un vaso limpio. Pero aun cuando tenga su vaso limpio, todavía no lo ha llenado completamente de contenido espiritual. Por tanto, los que se han preparado como vasos limpios tienen que llenar diligentemente sus recipientes de contenido espiritual.
      En la última prédica, les dije que en el 4to nivel, ya no tienen pecado ni maldad en su corazón, pero todavía tienen huellas o vestigios de la carne. Y para alcanzar la plenitud de la madurez de Cristo, debe echar fuera toda marca o residuo de la carne y llevar completamente el fruto de la verdad.
      Sin embargo, algunas veces, a los ojos de otros, la primera etapa del 4to nivel y el 3er nivel de fe se parecen mucho. Por ejemplo, cuando alguien en la última fase del 3er nivel interviene en las tareas de otros y un poco que presiona para que las cosas se hagan como le parece, generalmente esta actitud es producto de su maldad.
      Es porque tiene maldad es su corazón y desea imponer su voluntad o lo que más le conviene aun cuando por eso la otra persona se sienta mal. Los que están por alcanzar el 4to nivel\\\; es decir el nivel del espíritu, deben discernir esto muy bien. Deben llegar a entender su corazón a través del mensaje de hoy.
      En este caso, si los que colaboran con esa persona no lo obedecen, llegará a resentirse y no olvidará fácilmente esto. Debido a ello, su rostro podrá cambiar cada vez que se encuentre con aquella persona o le hablará en forma brusca y ofensiva para molestarla o disgustarla. No obstante, en el 4to nivel, no existe esa maldad en el corazón. Aun cuando uno intervenga en la tarea de otro e intente controlar el trabajo, no será por motivos egoístas personales.
      No es para buscar su propio provecho sino para cumplir mejor con la obra de Dios y para actuar más en la verdad. Al oír esto, tal vez algunos de ustedes traten de justificarse diciendo que también hacen esto por el reino de Dios y no por motivaciones egoístas. Sin embargo, ese es sólo un pretexto. Debe poder discernir esto muy bien y no permitir que su propio corazón lo engañe.
      En este caso, aún si los que colaboran con usted están disconformes e incluso le desobedecen, no tendrá resentimiento, malos pensamientos ni maldad en su corazón, aunque pueda que sienta tristeza por ellos. Aquí, en este ejemplo, exteriormente, este accionar o comportarse aparentemente no es muy diferente al de alguien que está en la última etapa del 3er nivel de fe, quien trata de controlar a los demás. Sin embargo, a los ojos de Dios, su corazón es completamente diferente.
      Dios consideraría malvado, tanto el accionar como el corazón de la primera persona. Sin embargo, en el caso de la última, Dios consideraría que su corazón y sus hechos aún no son perfectos. No los condenaría como malvados. No obstante, aun cuando no haya mala intención, esta persona deberá definitivamente entender que no tiene una perspectiva amplia de la situación y que no está actuando con integridad, para que así pueda cambiar.
      Incluso, luego de llegar al 4to nivel de fe, a fin de perfeccionarse y alcanzar la plenitud del espíritu, uno tiene que examinarse a sí mismo en estas áreas y someter su cuerpo para llevarlo a la obediencia a Cristo. Siempre deberá mirar su pasado con humildad y llegar a discernir cuál es la perfecta voluntad de Dios para alcanzar la total medida de Cristo.
      Cuando yo le encomiendo una labor a alguien, le doy total autoridad y responsabilidad. Si me pide ayuda, lo apoyo en todo lo que puedo.
      Pero jamás intento cambiar la forma en que está trabajando, ni tampoco lo relevo de la comisión encomendada y se la doy a otra persona sólo porque no está haciendo el trabajo de la manera que a mi me gusta que se haga. Si intervengo, el resultado puede que sea mucho mejor y que no se cometan errores. No obstante, de esa manera no podremos desarrollar la habilidad, la capacidad ni el talento de los hermanos.
      ¿Acaso nuestro hermanos no pueden cometer errores? Si. Se cometen muchos errores. Sin embargo, si cambio a la persona encargada cada vez que se equivoca, ¿Habría quedado algún hermano hasta ahora? Debido a los errores, cada uno puede conocerse a sí mismo y se puede fortalecer. Debido a sus fallas, se arrepienten y llegan a ser mejores siervos de Dios.
      Si hubiera sólo hombres justos y restos en este mundo, nuestro Señor no hubiera tenido que venir. No hay ni uno justo, ni aún uno en este mundo. Y el Señor vino a salvar a pecadores. Por eso, debemos saber perdonar y seguir la paz. ¿Acaso les he señalado y reprochado sus errores y faltas todo el tiempo? Si lo hubiera hecho, no tendríamos tantos siervos y voluntarios hoy en día en la Iglesia.
      Cuando los hermanos hacen su mejor esfuerzo, aprenden de sus errores y aprenden también a discernir la voluntad de Dios. De esta manera, les doy la oportunidad para que aprendan a estar unidos con su pastor y que se capaciten para ser mejores. Cuando durante este proceso se equivocan, yo asumo la responsabilidad. Más aun, es también mi deber alentar y consolar a aquellos que se han equivocado, para que no se desanimen y se confundan.
      Aun cuando cometa algún error y haya algún perjuicio o año o incluso de una mal testimonio de Dios, siempre procuraré fortalecer a ese hermano para que no se desanime.
      Siempre lo animaré para que la próxima vez lo haga mejor. Jamás le diré, “Siempre se equivoca. Por eso no puedo confiar en usted.” Más bien, lo animaré más para que la próxima vez lo haga mejor.
      Por tanto, para formar a un obrero de la Iglesia, no es suficiente que no tenga maldad en su corazón. Sólo es posible cuando producimos frutos espirituales como amor, gentileza, bondad, paz, benignidad, paciencia y dominio propio. El corazón de nuestro Señor tiene todos estos frutos. Él también desea que Sus hijos tengan esa misma perfección.
      Por tanto, incluso aquellos que han alcanzado el espíritu no deben estar satisfechos con no pecar. Dios Mismo ahora los guía y los refina para que puedan producir frutos perfectos en su corazón.
      Sin embargo, en este punto debe tener cuidado. Esto es, no debe tener una mala comprensión de la situación al no ser capaz de discernir el estado de su corazón. Hay algunas personas que procuran ocultar su maldad diciendo, “No estoy buscando mi propio beneficio, sino lo que hago lo hago para el reino de Dios” aun cuando están actuando con maldad en su corazón buscando su propio beneficio y su propia justicia.
      ¿Está sirviendo a los demás considerando su posición para hacerlos sentir mejor? ¿Busca siempre el beneficio de los demás? ¿No tiene resentimiento ni angustia en su corazón en ninguna clase de situación? ¿Trata a aquellos que actúan con maldad en su contra con amor y humildad?
      ¿Realmente se regocija de todo corazón en la verdad y se siente contento cuando otros trabajan mejor que usted? ¿Puede responder a estas preguntas todo el tiempo con un “Amén”? ¿No sólo “algunas veces” o “sólo cuando está lleno del Espíritu Santo”, sino puede decir “Si” todo el tiempo?
      Cuando se encuentra lleno del Espíritu, en realidad no se fija mucho en estas cosas. Sin embargo, cuando pasa algún tiempo, las recuerda y se disgusta. No debe ser así. ¿Puede decir “Si” a todas estas preguntas?
      Si puede hacerlo, Dios reconocerá que está en el 4to nivel de fe y le mostrará evidencias en su vida que está con usted.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Los hechos y acciones de los que están en el 3er nivel y de los que inician el 4to nivel pueden parecerse, pero hay una gran diferencia en sus corazones. Además, incluso después de haber echado fuera toda maldad, haber alcanzado el 4to nivel de fe y haber preparado su corazón como vaso limpio, deberá llenarlo de contenido espiritual a fin de perfeccionarlo.
      Permítanme darles algunos ejemplos bíblicos para explicarles lo que significa llenar su corazón de contenido espiritual.
      En Génesis, cuando Dios bendijo a Abraham, Lot- su sobrino- también fue bendecido por estar junto a Abraham. No obstante, cuando el ganado de ambos aumentó de tal manera por la bendición de Dios, hubo problemas entre los pastores de Abraham y de Lot.
      Discutieron por que no había pasto ni agua suficiente para alimentar al ganado de ambos. En esta situación, si queremos pensar en cómo deberían haber sido las cosas, Lot debería haber advertido a sus pastores para que Abraham no se enterara de este problema, que tan solo lo iba a preocupar. Abraham era mayor\\\; y además Lot había sido bendecido sólo por estar junto a él.
      Sin embargo, Lot no tomó las medidas adecuadas para prevenir este inconveniente, e incluso cuando surge la dificultad. Tan sólo se queda callado. Por eso, Abraham es el primero que propone una solución. La mejor forma de prevenir las discusiones y disputas entre los pastores era criar el ganado en forma separada en diferentes lugares.
      Por favor, por un momento pónganse en la situación de Abraham y de Lot y piense en la forma en que habría reaccionado. Por último, Lot se alejó de Abraham con sus rebaños siguiendo la sugerencia de Abraham.

      Amados Hermanos en Cristo:
      En esta circunstancia, si Abraham hubiera estado en el 3er nivel de fe, podría haber sentido algún tipo de resentimiento contra Lot y hubiera tratado de aclarar el inconveniente.
      Él también pudo haber echado fuera a Lot de su territorio resentido pensando, “Es sólo mi sobrino y ha sido bendecido por mí. ¿Y ahora quiere faltarme el respeto? No tengo que cuidar de un sobrino que es un mal agradecido.” Supongo que ninguno de ustedes tiene esta clase de corazón. Sin embargo, mire a sus vecinos o a sus tíos, u otros parientes. Muchas veces se resienten por cosas insignificantes.
      Por cierto, en la etapa final del 3er nivel de fe, uno ya conoce la verdad, por eso aun cuando sienta incomodidad en su corazón, no dejará que ese sentimiento se exteriorice. Entonces, ¿Cómo reaccionarán los que están en el 4to nivel de fe? No mostrarán ninguna clase de resentimiento. De hecho, en primer lugar, no tienen nada en su corazón que pueda dar pie a algún tipo de resentimiento.
      Procurarán hallar la mejor solución y sugerirán que se separen. Pero como no tienen nada de maldad en su corazón, no tendrán ningún tipo de malestar ni odio en contra de la otra persona. Como Abraham tenía el derecho de escoger primero, le podía haber dicho a Lot que dirección o qué terreno debería escoger diciendo: “Ya que hay discusión entre nuestros pastores, mejor es que nos separemos para que haya paz entre nosotros. Yo escojo ir en esta dirección, y tú puedes tomar la otra dirección.” Por favor, examine su corazón a ver si hubiera hecho lo mismo o no.
      No obstante, como él ya había alcanzado el nivel del espíritu y no tenía sentimientos carnales, y aun cuando tenía el derecho a escoger primero, él no se aprovecho de ello.
      Sin embargo, en este tipo de circunstancia, un hombre carnal podría haberlo juzgado y condenado. Habría pensado: “Abraham echó fuera de su casa a Lot por codicia. Escogió la mejor tierra para él y obligó a Lot a tomar la otra dirección.
      Les dije también en la última prédica que cuando tomamos vacaciones en familia, debemos estar unidos en corazón e ir al lugar donde todos deseamos ir. Yo no los obligo. No tomo la iniciativa diciendo, “Ahora vamos a tal lugar.”
      Primero, les pregunto su opinión y los dejo decidir el lugar que más les gusta. Ustedes no deben hacer lo que quieren tan solo por que son los padres. Deben de dar a sus hijos el derecho e elegir. Por eso, sigo las sugerencias de mis hijas. Ese es mi gozo.
      No tengo ningúm problema con ello. Les doy a escoger y eso es bueno si hace felices a mis hijas. Tiene el mismo sentir. ¿O no? Sin embargo, tal vez algunos de ustedes no tienen este mismo corazón. Tan solo dice, “Este año, vamos a ir a este lugar,” Así que sus hijos tan solo obedecen a pesar que desean ir a otro lugar.
      Si sus hijos dijeran, “Papá. Qué tal si este año vamos a otro lugar”. ¿Qué diría entonces? “No. Este otro lugar es mucho mejor. Es más barato y tiene
      mejores instalaciones para divertirse. Así que vamos a este lugar este año.” La mayoría de los padres dirían eso. Sin embargo, los niños dirían otra cosa.
      Es porque tan solo viendo los hechos, el resultado parecería ser igual de los que están en la etapa final del 3er nivel y de los que se encuentran en el 4to nivel de fe. Además, el hombre carnal no puede entender el corazón de otros, y, sobre todo, le es más difícil comprender lo que hay en el corazón del hombre que ha alcanzado el nivel del espíritu.
      Como está escrito en 1 de Corintios 2:15, “En cambio el espiritual juzga todas las cosas\\\; pero él no es juzgado de nadie” Sólo cuando alcancemos al espíritu y lleguemos a ser hombres de espíritu podremos discernir en forma apropiada entre lo correcto y lo incorrecto por el obrar del Espíritu Santo. Decir que no es pecado juzgar a otra persona si ha llegado al nivel del espíritu, es porque ese juicio nunca será producto de la maldad sino tan solo de la bondad, por eso a los ojos de Dios, eso no es pecado.
      Por tanto, más bien que juzgar entre lo bueno y lo malo dentro de los límites de la carne tan solo viendo las acciones externas, es importante echar fuera primero la maldad de nuestro corazón.
      Viendo la Biblia, en el caso de Abraham encontramos que no sólo había alcanzado el nivel en el que no tenía malos pensamientos ni resentimientos, sino que además sirvió a Lot con un corazón bondadoso.
      Génesis 13:8-9 cita, “Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos.
      ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha\\\; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda.”
      Al sugerir una formula de paz, Abraham no trató de señalar al culpable: en vez de ello, procuró calmar la situación, por eso dejó que Lot escogiera primero la mejor tierra. Viendo sólo este hecho, podemos afirmar que Abraham ya tenía abundante fruto espiritual en su corazón.
      No se quedó solamente en el nivel de no tener resentimiento, sino que tuvo el corazón para devolver bien por mal. Y como tenía esta clase de corazón, pudo mostrar las palabras y las acciones que podían conmover en corazón de la otra persona.
      ¿Qué hacen cuando sus hijos se portan mal? ¿Tan solo los castigan y los regañan? La Biblia dice que no debe detener la vara. Sin embargo, no deben malinterpretar esto. No significa que deben castigar a sus hijos con un palo cuando se portan mal.
      Cuando sus hijos hacen algo malo, usted tiene que llegar a su corazón para que puedan cambiar y no cometan el mismo error de nuevo. Sino impacta su corazón, y tan sólo pretende controlarlos por medio de la “vara”, solamente comenzarán a decirle más y más mentiras.
      Sus corazones deben ser tocados y conmovidos\\\; y ellos mismos deben reflexionar: “Esto en verdad esta mal. Debo cambiar. Estoy hiriendo a mis padres. Debo parar de hacer esto”\\\; y procuran cambiar ellos mismos. No obstante, como se les castiga con vara todo el tiempo, sólo desarrollan resentimiento dentro de ellos. Además, como no cambian su forma de ser y continúan haciendo lo malo, cuando lo vuelven a hacer, sólo mienten a sus padres.
      Cada vez se harán más astutos y engañarán más a sus padres. Si eso lo hacen 2 o 3 veces, ya no podrán dejar de hacerlo. Engañarán todo el tiempo a sus padres. Ustedes padres tal vez puedan creer que sus hijos no los están engañando, pero de hecho lo están haciendo. Hay muchos hijos así. Por eso, no deben usar todo el tiempo la vara para castigarlos.
      Cuando usa la vara, después que haber castigado a sus hijos con ella, sus hijos deberán llorar y sentir en su corazón que no van a volver a hacer lo mismo otra vez. Deberán estar agradecidos aun cuando han sido castigados. La vara debe ser usada de esta manera.
      Por el contrario, no deberá golpearlos solamente, sino deberá conmover su corazón para que ellos mismos puedan cambiar. En muchas ocasiones los ha golpeado con enojo, amargura y resentimiento. Por eso, sus hijos tienen este mismo resentimiento contra usted. No serán mejor que usted sino que caerán en su misma maldad.
      Incluso en el 4to nivel, en la medida en que uno se llene con más frutos espirituales, sus palabras y acciones podrán ser de mayor impacto e integridad. Como líder, cuando alguien de su grupo le diga que una persona que ha hecho algo malo, no deberá permitir que entre ningún mal pensamiento ni sentimiento en contra de esa persona creyendo todo lo que le han dicho acerca de ella.
      Aun cuando el que le haya dicho eso sea alguien confiable, no deberá escucharle para no tener malos pensamientos contra la otra persona. Además, si es un asunto importante, deberá escuchar también la versión de la otra persona. Debe de darle la oportunidad de defenderse.
      O, quizás pueda oír la versión de una tercera persona a ver si es cierto que aquella persona está haciendo lo que se dice que está haciendo. Deberá ser
      imparcial y discernir las cosas. No deberá tener resentimiento contra nadie sólo por haber oído algo que le han contado acerca de alguien. No venga jamás a decirme algo como esto: “Rev. Esta persona es muy confiable. Por eso le creo” Nunca debe decir esto. ¿Por qué? Aun cuando la persona sea confiable, su punto de vista podrá ser o no el correcto. Cuando alguien dice algo sin haber comprendido el corazón de la otra persona, no podemos concluir que es cierto y verdadero.
      Por eso, siempre debe ser neutral y debe sopesar las cosas en forma justa. Aun cuando después de eso el resultado no sea bueno, no deberá interpretarlo de forma errónea sino tocar el corazón de la otra persona y así darle una oportunidad para cambiar y ser mejor. No debe detenerlo sino procurar darle una oportunidad para cambiar.
      Si nuestro Dios quisiera castigarnos a nosotros pecadores por nuestros pecados, ¿Quién estaría vivo ahora? Dios nos perdonó y nos ha perdonado 70 veces 7, esperando con paciencia que cambiemos y que lleguemos a la bondad y a la luz. Eso es lo que nuestro Dios y el Señor han hecho por nosotros. Por tanto, no debemos castigar ni juzgar sino más bien debemos procurar dar más oportunidades.
      En la medida en que se llene de más frutos espirituales en el 4to nivel de fe, sus palabras, hechos y acciones serán más justos e impactantes. Cuando el fruto crece al 50, 80 y finalmente al 100%, su corazón será lleno completamente de la verdad, lo que significa que tendrá un corazón de un espíritu perfecto. Además, en la medida que llene su corazón con la verdad, podrá escoger la forma que más agrade a Dios en una situación donde deberá tomar una decisión.
      Si en esa circunstancia, cualquier decisión que tome es correcta y no va en contra de la verdad, aquellos que están empezando el 4to nivel podrán elegir lo que desean sin pensar mucho al respecto. Sin embargo, en la medida en que lleven más frutos, entenderán el corazón de Dios más profundamente. Escogerán lo que más agrada a Dios en vez de lo que más les agrada a ellos y lo pondrán en práctica.
      Por ejemplo, pensemos por un momento en David. Después que David fue ungido como rey, Saúl tuvo envidia de él y lo persiguió por mucho tiempo para matarlo. La vida de David ya había sido amenazada por Saúl. Un día David tuvo una excelente oportunidad para matar a Saúl.
      Ahora bien. En esta situación, pónganse en los zapatos de David y no de Saúl y examinen su corazón. Mientras perseguía a David, Saúl entró a una cueva donde David estaba escondido y cayó en un profundo sueño. En Israel, en los montes del desierto hay muchas cuevas.
      Durante el día hace mucho calor. No hay sombra donde ocultarse. Sin embargo, si entra a una de estas cuevas, estará fresco.
      1 Samuel 24:4 describe la siguiente escena, “Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.”
      Estaban diciendo que ante Dios era correcto matar a Saúl y estaban incitando a David a matarlo allí mismo. Saúl había estado acumulando maldad tras maldad ante Dios, y por eso, Dios se había apartado de él. Además, como David había sido ungido por Dios como nuevo rey, intentar matarlo era rebelarse contra Dios. Parecía haber razones suficientes para matar a Saúl.
      Más aun, como el rey era malvado, toda la nación estaba sufriendo. Por eso, podían haber pensado que sería mejor para el bien del pueblo matar a Saúl. Además, en su odio por David, Saúl había asesinado a muchos sacerdotes inocentes. En esta situación, incluso Dios no hubiera condenado a David matar a Saúl.
      Dios había permitido que David matara o dejara ir a Saúl de acuerdo a su deseo. Nada hubiera sido más conveniente para David, porque no había tenido un momento de descanso por mucho tiempo debido a que permanentemente estaba huyendo de Saúl.
      Suponga que está en una situación similar. ¡Qué difícil hubiera sido su vida\\\; y qué tensos y nerviosos hubieran sido sus días!
      No tiene suficiente alimento para comer. David tenía ya muchos seguidores y tenía también que alimentarlos. Tenía que proteger sus vidas mientras eran perseguidos. Tuvo que pasar por hambre, cansancio y tensión porque su vida estaba permanentemente en peligro a pesar de no haber pecado. Por eso, si él en ese momento tan solo mataba a Saúl, ya no tendría que seguir huyendo, y podría disfrutar del honor de ser rey.
      En esta circunstancia, aun el pueblo sabía que David ya había sido ungido por Dios como el próximo rey. Así que, si mataba a Saúl, el pueblo hubiera recibido bien la noticia e incluso con alegría. A menos que hubieran sido seguidores de Saúl. ¿Qué hubiera hecho usted de ser David? Lo más probable es que ya tenga la respuesta en su corazón.
      Sin embargo, David no mató a Saúl. Aun en esta circunstancia en que no hubiera sido malo matarlo, David escogió no sólo lo que no era malo sino lo que era de completa bondad. Saúl era el rey de David\\\; y Saúl había sido una vez también ungido por Dios. Aun cuando el rey era malvado, como David nunca tuvo la intención de traicionarlo, ese acto de matarlo no podía salir de él.
      Saúl fue una vez ungido por el profeta de Dios. Por cierto, David sabía que él había sido ungido por Samuel para ser el próximo rey. Pero aun así, no quiso matar al que en una ocasión había sido ungido ante Dios. Sólo encomendó todo en las manos de Dios.
      Por tanto, aun cuando Saúl era malvado y David tuvo que pasar por muchas aflicciones, no pudo matar a Saúl. Y como David no mató a Saúl en aquella ocasión, sabía que debía seguir huyendo de él. No obstante ello, no mató al ungido de Dios sino que lo encomendó a las manos de Dios.

      Amados Hermanos en Cristo:
      De la misma forma, aun en el 4to nivel de fe, depende de lo mucho en que uno se llene de contenido espiritual, para que pueda empezar de la etapa de no tener pecado y luego alcanzar el nivel de la perfecta bondad. Naturalmente, incluso en el inicio del 4to nivel de fe, las personas tienen diferentes medidas en diferentes áreas de su vida.
      Algunos tienen mucho amor y bondad mientras que otros tienen menos gentileza pero han producido más fruto de sacrificio, servicio y fidelidad. Algunos frutos del Espíritu Santo se producen sólo al 30%, pero otros frutos se llevan a más del 90%. En algunos aspectos, uno puede estar muy cerca del perfecto espíritu, pero en otras áreas, parecería que está en la última etapa del 3er nivel de fe. Por eso, no podemos decir que uno está en el 5to nivel de fe sólo porque ha producido abundante fruto o porque esta cerca del espíritu perfecto en algunos aspectos.
      Por eso en el 4to nivel de fe deben de continuar cambiando para que así se asemejen al Señor en todos los aspectos. Podemos afirmar que uno es un hombre de completo espíritu sólo cuando produce abundantemente todos los frutos de la verdad como son los frutos de amor en el capítulo 13 de 1ra de Corintios, las Bienaventuranzas, los 9 frutos del fruto del Espíritu Santo, los frutos de la luz y los frutos de la verdad.
      La mayoría de ustedes conocían a al Diaconisa que acaba de fallecer. Saben que era muy humilde. No tenía ninguna forma de maldad. No juzgaba o condenaba ni murmuraba de nadie. Siempre decía cosas verdaderas y bondadosas. No juzgaba ni condenaba a nadie tan sólo por oír algo de otra persona.
      Por eso, cuando otra persona la miraba, en realidad no la entendían. Pero con el tiempo, llegaron a comprenderla. Muchos fueron consolados por su bondad y gentileza. Así que, cada año, era elegida como líder del Grupo de Misión aun cuando ella nunca hacía nada por serlo.
      Tal vez puedan decir, “Ella era demasiado bondadosa y no tenía liderazgo.” Sin embargo, como podía ser elegida como líder del Grupo de Misiones si no tenía liderazgo. Ella aceptaba a todos con amor y bondad. No tenía culpa

      Termino el mensaje: Hermanos y Amigos
      Supongamos que alguien ve una billetera tirada en la calle, y la recoge y la mete en su bolsillo. Ahora bien. Usted lo ha visto. ¿Es algo bueno o malo?
      Por favor responda en su corazón si es algo bueno a malo. Todo depende de su corazón.
      No podemos afirmar ahora que esa persona es buena o mala. No es algo que podamos juzgar o condenar. Depende del corazón de esa persona. Alguien puede pensar que ha tenido suerte al encontrar una billetera perdida y piensa en qué se va a gastar el dinero, mientras que otra persona puede sentirse mal por aquel que ha perdido la billetera y se preocupa y piensa en la forma de devolvérsela al dueño.
      Suponga que sus hijos tienen que operarse, pero usted no tiene cómo asumir ese gasto. Y entonces dice “Oh. Oré por dinero para que mis hijos pudieran operarse\\\; y Dios me ha bendecido. Me ha respondido.” Si piensa así está mezclando a Dios en lo que quiere o desea. También hay gente así.
      Si Dios lo bendice, ¿Acaso lo haría haciendo que recoja dinero de la calle? Él puede tocar el buen corazón de alguien para que le de dinero.
      Sin embargo, hay quienes se sentirían realmente apenados por la persona que perdió su billetera y se preocuparían por ella\\\; y pensarían en la forma de devolvérsela a su dueño. Exteriormente es la misma acción, pero de acuerdo a la clase de corazón que uno tiene, habrá una clara diferencia entre lo bueno y lo malo. Eso depende del corazón de la persona. Recogió la billetera del suelo, pero en su corazón deseaba encontrar tanto al dueño que se llegó a preocupar por él.
      Incluso quería llevar la billetera a la estación de policía para que el dueño la pudiera reclamar. Otros podrían pensar que es muy afortunado. También, otros podrían tener algún tipo de conflicto en su corazón, si devolverla a su dueño o gastarse el dinero. Por lo tanto, todo depende del corazón de cada uno, por eso no es algo que podamos juzgar.
      Por ello, Juan 7:24 cita, “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.” Cuando alguien roba algo, desde el punto de vista humano, se puede decir que esa persona es un ladrón. Sin embargo, a los ojos de Dios, aun cuando esté robando, puede también ser bueno. Algo así puede suceder.
      Por ejemplo, ¿Cómo actuó Robín Hood? Él robaba a los ricos y a los poderosos que eran malvados y con eso ayudaba a los pobres. Incluso arriesgaba su propia vida. Eso era diferente a robarles a otros para satisfacer sus propios deseos. El corazón que esta detrás de cada acción es muy diferente. Robín Hood no robaba para alimentarse él mismo. No robaba a la gente buena y bondadosa.
      Le robaba a los malvados que explotaban a los pobres con su autoridad, y se lo daba a los hambrientos y menospreciados.
      Una cosa es robar con un corazón malvado y otra es robar con un buen corazón. Sin embargo, con esto no quiero decir que deben ser como Robín Hood. Si lo hubieran apresado deberían haberlo condenado a muerte. Arriesgaba su propia vida. Pero de ninguna forma estoy exaltando la figura de Robín Hood, ni diciendo que lo que hizo fue bueno. De ninguna manera.
      Pero, de cualquier forma, trajo algún avivamiento en la sociedad. Clamó por una sociedad más justa. Fue una advertencia para los malvados. Por eso, nadie diría que Robín Hood era un hombre perverso ni un ladrón.
      Naturalmente, este personaje no es real, sino un héroe de novela, pero a lo que vamos, es que la maldad y la bondad se distinguen claramente de acuerdo a lo que hay dentro del corazón. Por eso, una tercera persona no puede juzgar ni condenar a nadie. Depende del corazón de cada uno. Los resultados serán diferentes de acuerdo a lo que la persona haya decidido en su corazón. No se trata sólo del hecho de robar sino de todo lo que esto involucra en todos los aspectos.
      Jamás debemos juzgar a otros mirando sólo las apariencias. Podemos discernir entre lo bueno y lo malo solamente cuando discernimos con la justicia de Dios. Aquellos que pueden ver la paja en el ojo ajeno deben de mirar su pasado y quitar la viga de sus propios ojos. Dios no considera como justos a los que juzgan a otros.
      Algunos de sus esposos que aún no han sido evangelizados o incluso si son aquellos que tienen una fe débil deben haberme juzgado y condenado mucho en 1999. Ustedes siempre han estado conmigo. Siempre les he enseñado lo bueno. Siempre he dado testimonio de Dios y del Señor\\\; y de que la Biblia es la verdad por medio de señales, prodigios y milagros. Siempre les he enseñado a vivir en bondad\\\; y ¿Por qué entonces otros me juzgan y condenan?
      ¿Por qué me tienen que juzgar y condenar sólo por haber escuchado en un programa de televisión algo que decían de mí personas que no me conocían?
      ¿Por qué tenían que juzgar y condenar solo en base a falsos rumores divulgados por gente malvada? Deben comprender que juzgar y condenar son pecados muy graves. Por eso el año pasado, este año, y también el próximo año, muchos se han arrepentido y me han pedido que ore por ellos.
      ¿Por qué esto es un pecado tan grave? Juzgar estas cosas es juzgar a Dios Mismo, al Mismo Señor, y al Mismo Espíritu Santo. Obras poderosas se manifiestan a través de mí para sanar enfermedades incurables por la ciencia médica. Los nervios y las células muertas se regeneran e incluso los muertos vuelven a la vida. Entonces\\\; pregúntense. ¿Soy yo acaso el que está haciendo estas cosas?
      Se manifiestan porque Dios está conmigo\\\; y Él con Su poder esta obrando por medio de mí. Si juzga esto como malo, entonces está haciendo de Dios un Dios injusto. ¿Escogería Él a un hombre malvado, le daría Su poder para salvar almas\\\; y dejaría que le glorificara? ¿Sería eso lo que haría un Dios justo? Dios otorga Su poder porque es correcto y adecuado otorgarlo. Todas estas manifestaciones se presentan porque Dios está con nosotros. La Biblia con toda claridad nos dice que el poder viene de Dios.
      Dios refina a sus amados siervos y les da Su poder. Viendo todas estas poderosas manifestaciones\\\; ¿Cómo podríamos juzgarlas y condenarlas? Por eso, ¿Sería correcto ese juicio? Además, miren aquellos que juzgan y condenan, aun cuando san sus esposos.
      ¿Son ellos acaso buenos? Viven en tal maldad. Hacen tantas cosas malas y pecan\\\; y aun así juzgan y condenan. Así que, ¿Estarán ellos en lo cierto? Aun así, Dios les da una oportunidad por 1, 2 y 3 años.
      Dios les ha dado suficientes oportunidades para arrepentirse y volver. Pero como no se arrepienten, vemos que se están muriendo de cáncer o de otras enfermedades terminales.
      Finalmente llevan el pago de su propia maldad. Como de su boca han salido palabras de juicio y de condena a Dios, al Señor y al Espíritu Santo, estas son las consecuencias que siguen. Estoy seguro que ninguno de los miembros de la Iglesia Manmin cometería este pecado, pero si hay alguien que lo haya hecho, espero en verdad que se arrepienta ahora mismo y deje ese pecado.
      1 de Timoteo 5:22 cita, “No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.” Si peca y actúa con maldad, ¿Podrá tener autoridad moral para condenar y juzgar a otros\\\; y para preguntarles por qué pecan? Por eso, Dios dice que sólo aquellos que hayan quitado la viga de su ojo\\\; es decir, únicamente los que han alcanzado el nivel del espíritu podrán señalar sus errores a otros y aconsejarlos. Sólo ellos están calificados.
      Volviendo al pasaje de1 de Timoteo 5:22 que cita, “No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.”
      Como está escrito, usted puede llegar a santificarse\\\; e incluso si se entera de los errores de otros, usted podrá tener el suficiente amor para creer, tratar y tolerar a esa persona.
      Al decir NO PARTICIPAR DE LOS PECADOS AJENOS no significa que debe simplemente dejarlos pecar. Quiere decir que no podrá decirles nada mientras usted esté pecando.
      Solamente cuando deje de pecar y aconseje a otros, ellos lo escucharán y serán tocados en su corazón. No puede correr el riesgo que le digan: “¿Quién te crees tú para decirme esto? Haces lo mismo que yo\\\; y ¿Quién eres para decirme que me corrija?
      En el cielo, cada uno podrá sentir todo en el espíritu, por eso incluso sin palabras, podrá comprender claramente el corazón de su prójimo. Como no habrá maldad alguna, no habrá malos entendidos entre las personas, la vida en el reino de los cielos será de completa paz y felicidad.
      Sin embargo, aun en este mundo, si llega al nivel del espíritu, podrá experimentar la misma felicidad. Cuando ve o escucha algo, podrá discernir entre la verdad y la falsedad al oír la voz del Espíritu Santo y recibir Su dirección. Como verá todo con ojos de bondad no malinterpretará nada ni juzgará nada.
      Por lo tanto, siempre tendrá la paz y el gozo que vienen de lo alto. Los animo a que vean, oigan y disciernan apropiadamente entre lo bueno y lo malo de algún trabajo o labor o de alguien en particular.
      Espero en el nombre del Señor que rápidamente logren el corazón de espíritu, que se comuniquen claramente con Dios, y que puedan compartir incluso los secretos del espíritu con Él.

      Amen


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