[1Corintios 13:1]
01-10-2008 | Rev. Jaerock Lee
La Escritura de Hoy
1ra de Corintios 13:1
(1)Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Amados Hermanos en Cristo, Público Televidente y miembros de las miles de iglesias que están presenciando este servicio a través del satélite, por Internet y por la televisión, en Corea y alrededor del mundo incluyendo los Estados Unidos, Canadá, Perú, Honduras, Bolivia, El Salvador, Argentina, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Ecuador, China, Japón, Pakistán, Nepal, Indonesia, Filipinas, Taiwán, India, Mongolia, Israel, Egipto, Kenya, Uganda, Congo, Gabón, Angola, Burundi, Ruanda, Nigeria, Tanzania, Costa de Marfil, Sudáfrica, el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Rusia, Ucrania, y otros países; hermanos de los santuarios locales y niños de la Escuela Dominical.
A partir de hoy, comenzaré una serie de prédicas sobre el tema del amor espiritual. Hermanos: Los padres se alegran mucho cuando sus hijos escuchan y obedecen muy bien lo que les dicen. Por ejemplo, si los padres les dicen que estudien, los hijos se esfuerzan estudiando. Cuando los padres les indican que no deben pelear con sus amigos, ellos no lo hacen. Y cuando les piden que no se porten mal ni digan malas palabras, ellos obedecen.
¿Se imaginan lo felices que estarán los padres si sus hijos se comportan de esta manera? Sin embargo, supongamos que los hijos obedecen a sus padres pero no sienten ningún amor por ellos. En ese caso, ¿Cómo se sentirían los padres? ¿Cómo podría un hijo obedecer a sus padres si no los ama? Quizás podría hacerlo si la obediencia formara parte de su carácter. O, tal vez se sometería por un sentido del deber o por temor a ser castigado. Esta clase de obediencia sin amor no podrá agradar a los padres, y no podríamos tampoco decir que es una obediencia total.
El excesivo amor puede mal educar o malograr a sus hijos. Por ejemplo, si usted le da una propina a su hijo cada vez que lo manda a hacer un encargo, el niño siempre esperará algo de dinero por hacer una diligencia. De otro modo ni se moverá.
Sucede lo mismo en nuestra relación con Dios. ¿Cuál es el propósito de Dios al perfeccionar o cultivar al ser humano? Es obtener verdaderos hijos con los que pueda compartir Su verdadero amor. Y para que nosotros podamos compartir ese amor con Dios, debemos entender muy bien que clase de amor es realmente el que Dios desea.
Dios es amor. En el momento en que comprendemos cómo es el amor de Dios y amamos a las personas con ese mismo amor; Dios se alegrará. Si ama con un amor que no es de Dios y dice que ama a su prójimo, Dios no aceptará ese amor.
Este capítulo del amor, es el que más claramente nos habla sobre esta clase de amor. Si desea ser instrumento del Espíritu Santo y guiar a la salvación a numerosas almas en estos tiempos finales, usted precisa tener esta clase de amor en su corazón y además deberá desarrollarlo y cultivarlo.
A fin de llegar a ser instrumento del Espíritu Santo y salvar a muchas almas, primero debe limpiar su corazón de toda clase de maldad. Deberá además desarrollar y cultivar un apasionado amor por las almas perdidas.
Este capítulo del amor es asimismo un patrón o modelo con el cual podrá examinar y medir el nivel de santificación de su corazón y el grado de su amor por las almas. Por lo tanto, si usted graba esta enseñanza en su corazón y la pone completamente en práctica, podremos afirmar que tiene verdadero amor en su corazón. Del mismo modo, el fruto del Espíritu Santo nacerá en usted en el grado en que alcance este amor espiritual.
Hoy en día vemos como el caos, el desenfreno y el desorden prevalecen; y como el amor de muchos se está enfriando. Hay tantos corazones destrozados y tantas personas en el mundo que buscan y anhelan el verdadero amor.
Oro en el nombre del Señor para que todos ustedes anhelen escuchar estos mensajes cada vez con más entusiasmo y los acepten con un SI y un AMEN; y de esa manera lleguen a ser instrumentos útiles del Espíritu Santo llenos de un amor apasionado y con el poder de Dios.
Estimados Amigos:
Antes de tratar versículo por versículo este capítulo sobre el amor espiritual, veamos en forma general el contenido del citado capítulo y el contexto en el cual se escribió esta carta. La razón por la que llamamos al capítulo 13 de 1ra de Corintios, que es la cita del pasaje de hoy, el "Capítulo del Amor" es porque precisamente el amor es el tema central de esta sección.
La Biblia nos menciona diversos títulos; y algunos capítulos están clasificados bajo títulos específicos. Es decir, todo el capítulo trata sobre el mismo tema. Por ejemplo, el capítulo acerca de las bendiciones, la sección relativa al matrimonio, a la idolatría, el capítulo sobre el fruto del Espíritu Santo, el de las Bienaventuranzas, el capítulo del amor, etc.
Ahora bien, ¿Qué piensan ustedes acerca del amor? Las personas definen el amor de acuerdo a su forma de pensar. Creen, además, que viven con amor. Lo que realmente es doloroso y desgarrador es que si en verdad amaran, deberían sentirse felices. Sin embargo, en vez de eso, se presentan diversas situaciones donde sus corazones resultan heridos y dañados. Esto se debe a que no entienden lo que es en verdad el amor o debido a que procuran solamente amar dentro de sus limitaciones.
En este capítulo sobre el amor espiritual, podremos ver el tipo de amor que Dios considera como verdadero, y no el que nosotros como seres humanos definimos como verdadero amor. Asimismo, nos señala por qué debemos amar y cómo debemos de hacerlo. Por tanto, espero que a través de estas prédicas, todos ustedes lleguen a comprender lo que es el verdadero amor, y pongan en práctica inmediatamente lo que escuchen, a fin de que puedan confesar que realmente aman al Señor.
Hermanos y Amigos:
Hablemos ahora sobre el contexto en el cual se escribió este capítulo 13 de la 1ra carta a los Corintios. Así podremos entender mejor por qué es importante el amor.
El capítulo anterior; es decir, el capítulo 12 de 1ra de Corintios, se refiere a los diversos dones del Espíritu Santo y a la diversidad de ministerios. En la Iglesia de Corinto, se habían dado numerosos dones del Espíritu. Y entre los creyentes se habían suscitado ciertas especulaciones acerca de cuál de los dones era el mayor y el más importante. (¿Cuál creen ustedes que entre los dones del Espíritu es el mayor? ¿Acaso el de mostrar el poder de Dios, el de efectuar milagros, el don de la palabra u otro don?
1 Corintios 12:7 cita: "Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho." Como está escrito, los diversos dones del Espíritu son concedidos por Dios para beneficio de la fe de los creyentes. No obstante, en algunas ocasiones, podemos ver que se han suscitado algunos problemas debido a estos dones.
Por ejemplo, hay algunas personas que dicen haber recibido el don de sanidad o el de profecía y son ellas mismas las que causan desorden dentro de la iglesia. Al igual que los brujos en el mundo, se exaltan ellos mismos, pidiendo dinero y buscando su propio provecho a cambio de usar el don que han recibido.
El don de Dios no puede ser vendido ni comprado con dinero. A través de toda la historia de la humanidad, muy pocos son los que han recibido en don de profecía. El obrar profético sólo puede ser efectuado por la inspiración del Espíritu Santo. En los viajes que he realizado alrededor del mundo, he tenido la oportunidad de ver algunas personas que han profetizado con la inspiración del Espíritu Santo. Sin embargo, han sido muy pocos los que habían recibido el don de profecía.
El apóstol Pablo, en su intento de poner fin a este tipo de discusiones en la iglesia de Corinto, dijo que los dones son muchos pero el Espíritu es el mismo, y aun cuando exista una diversidad de dones, todos ellos son dados por Dios, y cada uno de ellos es precioso en un mismo nivel de igualdad.
Luego de explicar esto, Pablo señala en 1 de Corintios 12:31 "Procurad, pues, los dones mejores. (Es decir, no querer varios dones del Espíritu Santo, sino los mejores. Continúa la escritura) Mas yo os muestro un camino aun más excelente". A través de este capítulo del amor espiritual, la intención de Pablo es señalar que el don más grande entre todos los dones es el don del amor.
En lo que respecta al don de profecía, no he visto a alguien quien ejerza ese don. Algunos profetas se desenvuelven y ministran dentro del poderoso obrar del Espíritu Santo y en forma temporal profetizan lo que ha de suceder. Sin embargo, muy pocos han recibido el don de profecía por el cual siempre que lo deseen pueden profetizar los acontecimientos que han de acontecer.
Esto era diferente en los días de la Iglesia primitiva. Las hijas de Felipe era profetizas y podían predecir lo que iba a suceder. Ahora bien, deben entender el nivel de santidad de Felipe. Incluso vemos que él había recibido poder de Dios. En ese tiempo, los Diáconos Esteban y Felipe tenían tal nivel espiritual y de santidad que alcanzaron el rango de uno de los 24 ancianos en la Nueva Jerusalén. Semejante hombre santificado como Felipe tuvo ese tipo de hijas espirituales y santificadas. Por eso, sus hijas pudieron recibir el don de profecía. No cualquiera tiene el don de profecía a menos que haya desechado toda clase de maldad en su corazón y haya llegado a una total santificación.
El don de profecía no se le concede a cualquiera que ha alcanzado la santidad y el nivel del espíritu. Y ese don no se le puede dar en lo absoluto a los que no han llegado la santidad. Si alguien dice que ha recibido el don de profecía y aún no está santificado, eso no es cierto.
Es decir, Pablo quería que la iglesia en Corinto entendiera que el propósito de Dios al dar los diversos dones del Espíritu Santo a la iglesia es, finalmente, motivar a los creyentes a que alcancen el más excelente de todos los dones; es decir, el amor. No importa los grandes talentos y dones que puedan recibir los pastores y siervos, si no tienen amor y por el contrario discuten y se pelean entre ellos, esos dones y esos talentos no valdrán de nada. El objetivo final y el motivo principal por el cual la iglesia y sus miembros buscan y llevan a cabo el reino de Dios y Su justicia es el amor.
Amigos y Hermanos:
No todo amor es verdadero. Hay un amor que es falso, que parece ser exteriormente bueno, pero que en realidad no es verdadero. Por ejemplo, hay muchas prendas de vestir que están etiquetadas o marcadas como "prendas finas" y se ven iguales a las auténticas, pero en realidad, son sólo imitaciones.
Muchas personas compran esas imitaciones pensando que son originales. Generalmente, las prendas de vestir de marca mantienen su forma original, consistencia y también su calidad con el paso del tiempo. Sin embargo, las imitaciones se rompen fácilmente o se desgastan con mucha rapidez.
Igualmente, incluso en lo que respecta al "amor", hay un amor espiritual que es igual a la ropa fina auténtica; y hay un amor carnal que es como las imitaciones. Supongamos que compra un reloj. Algunos relojes son de una marca famosa comercialmente; pero con la paso del tiempo se deterioran o se atrasan un promedio de 30 segundos. Sin embargo, los relojes finos y de renombre internacional nunca fallan en dar la hora exacta aun cuando transcurran 10 años.
De igual forma, solamente existe una clase de amor que nunca cambia. Es aquel que lleva a una persona a sacrificar todo por la otra. Igualmente, está la otra clase de amor que varía luego de un tiempo y que se derrumba aun por las cosas más insignificantes.
A partir de ahora, cuando me refiera a lo que la mayoría de la gente llama amor, quiero que todos ustedes puedan distinguir si el amor mencionado es verdadero amor o tan solo una imitación. Espero que todos lleguen a tener amor espiritual, que es el único amor verdadero; y que es igual a las prendas finas originales y genuinas.
Primero consideremos el amor entre vecinos o entre amigos. En Corea usamos la expresión "Primos Vecinos) Esto quiere decir que nuestros vecinos son tan cercanos como nuestros hermanos. Significa también que compartimos una buena relación de amistad con ellos. Sin embargo, este término se está volviendo cada vez más dudoso e incierto. Actualmente, la gente le cierra la puerta incluso a sus vecinos. No solo levantan muros tan altos para cercar sus casas que pueden ser vistos por todos, sino también levantan muros invisibles en sus corazones.
No se interesan por lo demás. Ni siquiera saben quien es su vecino, ni tampoco tienen la mínima intención de averiguarlo. Solo se preocupan por sí mismos y por sus familias. Además, si piensan que sus vecinos le están causando algún problema o perjuicio, no dudan en discriminarlos o pelearse con ellos.
Y que diremos entonces del amor entre amigos. Muchos han vivido la experiencia de creer que alguien en particular siempre estaría a su lado. Sin embargo, la traición de ese amigo les ha roto el corazón. Supongamos que su mejor amigo le pide dinero prestado. O, mejor imaginemos que es su hermano quien le pide dinero. Le explica su situación, y le dice que está al borde de la bancarrota. Incluso le solicita que hipoteque su casa como garantía para obtener un préstamo del banco. Desde luego, añade que no solo le pagará el dinero prestado sino que incluso le recompensará su ayuda.
Pero usted, luego de sopesar y analizar pacientemente la situación, llega a la conclusión que si pone su casa en garantía, usted también correrá la misma suerte que su amigo. Por eso, rehúsa su propuesta. Entonces, ¿Qué le dirá su amigo? Tal vez le diría. "¿Eres realmente mi amigo? Te he confiado mi problema y ahora me niegas tu ayuda.
Incluso podría llegar a decirle: "Ya no somos amigos" Ahora bien, en esta situación, ¿Quién diríamos que ha traicionado la amistad del otro? El supuesto amigo quien le pidió que hipotecara su casa para salir de su problema es el que traicionó su amistad. Un verdadero amigo jamás pone en aprietos ni es motivo de pesar para el otro.
Sería realmente algo afortunado si no pasara nada y todo resultara bien; pero que haría si algo peor le sucede a usted y a su amigo. Es decir; no solo su amigo sino usted también están en un grave problema. ¿Es esto verdadero amor? De hecho, si usted va a la quiebra, perderá todo lo que tiene; su casa, su familia y todo lo demás.
Es algo serio. Sin embargo, la otra persona no se da cuenta de lo que le está pidiendo. Tan solo se cierra y le dice que es usted quien ha traicionado su amistad y que ya no quiere ser más su amigo. Esto no es de modo alguno amor. Hoy en día este desatino sucede muy a menudo entre las personas. ¿Es esto acaso verdadero amor? Este amor nunca podría venir de Dios. Amado Hermano, espero que nunca le suceda algo parecido.
Si usted acepta la propuesta de su amigo, entonces estará desobedeciendo la Palabra de Dios y el diablo y Satanás comenzarán a obrar en usted. Debe haber alguien entre ustedes quien tuvo un amigo; su mejor amigo; y que cuando usted se convirtió en cristiano, ese amigo, comenzó a evitarlo precisamente porque usted quería vivir una vida buena y correcta. Y como ya no se sentía bien con usted, se aparto de su compañía o incluso llegó a criticarlo y a burlarse de usted.
Algunos piensan que son muy listos o inteligentes al buscar la amistad de aquellos a quienes pueden sacarle algún provecho. Es una realidad que hoy por hoy resulta muy difícil encontrar a alguien quien esté dispuesto a invertir su tiempo, esfuerzo y dinero con un genuino amor por su prójimo o por su amigo.
Entonces, tal vez se pregunten ¿Qué sucede con el amor entre hermanos de sangre? A diferencia de los vecinos y amigos, los hermanos biológicos nacen de unos mismos padres. ¿Acaso por eso su amor es mejor? Claro, provienen de unos mismos padres y han crecido juntos desde su infancia, y tienen una relación más estrecha que las demás personas.
Desde luego, los hermanos que tienen unos mismos padres y que han crecido juntos desde su infancia, tiene una relación mas cercana que los demás. Por eso se ayudan el uno al otro, y en algunas ocasiones uno de ellos puede llegar a sacrificarse por el otro. Sin embargo, aun cuando de jóvenes tienen una relación muy próxima generalmente cuando se casan y forman sus propias familias, tienden a prestar mayor atención a su familia y no a sus hermanos o hermanas.
Yo fui el menor de 6 hermanos en mi familia, y todos ellos me querían mucho. Sin embargo, ¿Qué sucedió cuando estuve enfermo por 7 años? Pues me volví una carga para ellos. Si. Mis hermanos trataron en cierta medida de ayudarme, pero cuando llegaron a su límite, simplemente me abandonaron. Si mis hermanos hubieran tenido alguna esperanza que podía recuperarme de mis dolencias, me podrían haber ayudado hasta el final. Sin embargo, cuando se enteraron que no había ninguna perspectiva de recuperación, todos ellos me abandonaron.
Desde luego, en este caso podemos entender que fue porque ellos tenían que atender a sus propias familias. No obstante, en el mundo en algunos casos vemos como hermanos de sangre buscando su propio provecho llegan al extremo de volverse enemigos debido a disputas en torno a la herencia, a propiedades o a otras cosas materiales. En otras ocasiones, vemos como algunos hermanos se llevan mejor con los extraños que con sus hermanos de sangre. Esto es realmente lamentable.
Ahora bien, ¿Qué podemos decir del amor entre esposo y esposa, quienes se supone se vuelven una sola carne luego del matrimonio? Cuando salían como novios, se decían el uno la otro; "No podría vivir si ti. Siempre te amaré" Declaraban su amor de esta manera con suaves y dulces palabras.
Sin embargo, ¿Qué sucede después del matrimonio? Algunas veces dicen: "Es imposible vivir contigo." O tan solo se echan la culpa diciendo: "Me mentiste. Cuando te conocí no eras así." Ellos mismos se declaraban amor eterno antes de casarse. Sin embargo, no pasó mucho tiempo cuando empezaron a echarse la culpa el uno al otro y ahí comenzaron las discusiones y las peleas. Algunas veces que quejan del trasfondo de la familia del cónyuge, de su nivel intelectual, educación, status social, etc. Llegan a reñir tanto que ambos le piden al otro que se vaya de la casa.
Piensan que sería mejor que cada uno viviera su vida aparte. Frecuentemente dicen que la vida de casados es muy dura o que es difícil llegar a ser uno con el cónyuge. Se quejan y se burlan del otro delante de su familia.
El esposo, si por cualquier motivo no le gusta como cocina la esposa, se queja amargamente de ella. Y si el esposo no gana lo suficiente, la mujer comienza a quejarse dándole dolores de cabeza diciendo que sus amigas ya tienen casa propia, buenos carros, etc. Incluso la esposa llega decirle a su esposo: "¿Has oído que el señor tal ha sido ascendido de puesto? ¿Cuándo llegarás tú a ser gerente?
Actualmente, hay matrimonios que viven en la misma casa, pero que jamás se dirigen la palabra. Al ver las estadísticas de violencia familiar en Corea, cerca de la mitad de los matrimonios sufren de violencia en sus hogares de parte de sus cónyuges. Viven como si uno solo fuera el casado; y olvidan el corazón que tenían al principio y, por ello, viven vidas miserables con peleas y discusiones, odiándose mutuamente. Hay algunas parejas que incluso se divorcian durante la luna de miel; y el promedio de duración de los matrimonios cada vez se hace más corto.
Cuando una pareja de recién casados viaja de luna de miel, los amigos del novio lo acompañan sin que la novia lo sepa. Y luego se lo llevan toda la noche para emborracharlo. Por eso, la novia tiene que pasar la primera noche de bodas sola en el hotel. A la mañana siguiente ella se siente tan furiosa que regresa a casa.
Se casan porque se supone que se aman en uno al otro, pero mientras van descubriendo los aspectos negativos de la pareja y también porque se dan cuenta que tienen diferentes gustos y diferente forma de pensar, lo que ellos creyeron en un inicio que era amor se va enfriando muy rápidamente. Eso es una muestra palpable que el amor que sintieron era amor carnal que solamente buscaba su propia satisfacción.
Ahora veamos el amor que -de acuerdo a la mayoría de la gente- es el más noble y alturado: este es, el amor de los padres. Generalmente, el deseo en el corazón de los padres es siempre atender primero a sus hijos en vez de comprarse cosas para ellos mismos. Sin embargo, en un rincón de ese corazón que se preocupa con amor por sus hijos, hay un lugar en donde por lo general buscan su propio beneficio.
Si los padres amaran a sus hijos, no buscarían su comodidad sino que sacrificarían sus propias vidas por su hijo. Este es el verdadero amor espiritual. No obstante, ¿Cuántos padres educan y forman a sus hijos porque desean obtener honor y gloria como contrapartida?
Por ejemplo: Cuando los padres obligan a sus hijos a hacer algo; generalmente dicen; "Te digo esto por tu propio bien." Sin embargo, de hecho-en numerosos casos- procuran controlar y guiar a sus hijos de manera que sus sueños y aspiraciones puedan cumplirse; o-simplemente-para enorgullecerse de ellos.
Por ello, en el momento de casarse, si los hijos escogen a alguien a quien sus padres no desean o si deciden vivir su propia vida en contra de los deseos de ellos, entonces los padres se opondrán y objetarán duramente cualquier decisión de sus hijos, de tal manera que aun dirán que ellos los han decepcionado.
Pueden llegar a pensar o aun decir: "He hecho tanto por ti, pero ni siquiera me lo agradeces y ahora ni me escuchas." Esto prueba que su devoción y sacrificio eran solo producto de un amor condicional que desea algo en retribución. Asimismo, actualmente, hay algunos padres que consideran más valiosa su propia vida que a sus hijos e incluso algunos de ellos tan solo los abandonan o simplemente se divorcian sin preocuparse por la suerte que correrán sus niños. También hay padres que llegan a matar a sus hijos. Y ahora que han oído todo esto acerca del amor, ¿Habrá alguien entre ustedes que piense que no vale la pena amar a otra persona porque el amor entre vecinos, amigos o familiares es absurdo, no tiene sentido ni tiene valor?
Por cierto, no deben pensar así. Los hijos de Dios quienes realmente creen en el Señor, amarán a su prójimo, amigos y familiares. En los Diez Mandamientos que Dios estableció, los primeros cuatro son mandamientos que debemos obedecer en nuestra relación con Dios; y el 5to mandamiento nos habla de honrar a nuestros padres.
Además Efesios 5:33 cita: "Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido."
Si una esposa no honra a su esposo, no podrá amarlo espiritualmente. Claro está, el esposo debe amar a su esposa como a sí mismo. Deben amarse mutuamente. Así, si el esposo ama a su esposa como a sí mismo y la esposa respeta y honra a su esposo, todo irá bien en el matrimonio. Esta es la forma de vida de una pareja verdaderamente espiritual. Por eso nuestro Señor nos señala: "Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido."
Además, Mateo 22:39 menciona el segundo mandamiento más importante, semejante al de amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con toda tu alma; y ese es amar a tu prójimo como a ti mismo. Por lo tanto, los hijos de Dios no deben descuidar ni desatender sus deberes para con su familia ni para con otras personas solo porque viven una vida en Cristo. Deben ser capaces de dar aun más de ese verdadero amor que los demás. No solamente deben satisfacer las necesidades materiales de otras personas, sino además deben dar amor espiritual a fin de guiar sus almas a la salvación y así obtener vida eterna.
Permítanme contarles una historia sobre esta clase de amor. Había una diaconisa quien era muy activa en su vida cristiana. Su esposo no asistía a la iglesia sino más bien la criticaba y la molestaba por venir al templo. Si algo malo sucedía, él decía que era porque su esposa venía a la iglesia y continuamente le ponía trabas y le hacía la vida difícil.
Entonces, un día, ella comenzó a participar en la oración de las mañanas. Siempre traía un par de zapatos de su esposo. Tomando esos zapatos, oraba de esta manera: "Dios, en esta oportunidad, sólo estos zapatos han venido ante ti. La próxima vez, haz que el dueño venga también." Oraba con lágrimas y llanto todos los días. Luego de un tiempo, algo sorprendente sucedió. El esposo de la diaconisa comenzó a asistir a la iglesia con ella. Y es que un día el marido se dio cuenta que sus zapatos siempre estaban calientes cuando salía muy temprano por la mañana durante el frío invierno con dirección a su trabajo. Un día, vio a su esposa que llevaba sus zapatos muy apretujados contra su pecho como solía hacerlo. En ese momento fue tocado por el amor y la sinceridad de su esposa y dejó de molestarla. Así se convirtió en un buen creyente y desde ese día acompañó a su esposa a la iglesia.
Amigos y Hermanos:
¿Quién en este mundo puede orar con amor y llanto por aquellos que los persiguen, acosan y maldicen? Numerosas mujeres se me acercan y me piden que ore para que sus maridos dejen de incomodarlas y criticarlas. Y me explican en detalle como las acosan: Las maldicen, insultan, las golpean y les impiden venir a la iglesia.
En ese momento, hay algo que siempre les respondo a ellas. Les digo: "Por favor lleguen al nivel del espíritu lo más pronto posible. Este es el camino más corto para superar todos los problemas." Si las esposas llegan a ese nivel espiritual, amarán espiritualmente a sus esposos y entonces ellos ya nos les causaran más problemas a sus amorosas esposas.
Ahora bien, si las esposas aman a sus esposos en espíritu, la luz brillará y la oscuridad desaparecerá. Si una mujer llega al nivel del espíritu, podrá reflejar la luz espiritual y esa luz echará fuera toda oscuridad. Entonces, el esposo ya no la molestará y así él también cambiará. Cuando explique este principio a las hermanas que me pidieron que orara por ellas, muy pocas dijeron: "Amén" Tal vez no esperaban esa respuesta.
Además, en este mundo en donde la gente vive para sí misma, se imaginan quién podría amar de todo corazón a vecinos desaprensivos y descuidados a pesar del hecho que son ellos los que tienen que sacrificarse y sufrir ese desprecio. Creo que muchos de ustedes antes de recibir al Señor han experimentado ese dolor en su corazón causado por el amor carnal. Sin embargo, en el momento en el que estaban sintiendo ese inmenso dolor y esa soledad producto de ese absurdo amor, hubo alguien quien lo consoló y se hizo su amigo.
¿Quién fue? Si. Fue nuestro Señor. Isaías 53:3 menciona: "Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos."
Jesús no había cometido ninguna falta ni pecado; y sin embargo, fue despreciado y desamparado por los hombres Además, sufrió pobreza y aflicciones. Vio muy de cerca también el dolor que causa la enfermedad; y fue curtido y acostumbrado al sufrimiento y al pesar. Por ello, llegó a entender y a conocer perfectamente el corazón del hombre. Jesús abandonó Su Gloria celestial para venir a este mundo. Padeció como cualquier ser humano de dolor y llegó a ser nuestro verdadero Consolador y amigo. Nos amó con ese genuino y verdadero amor que el mundo no podía darnos, hasta que fue crucificado por nosotros.
Si ustedes maridos han sido tocados por este mensaje y han captado algo nuevo y espiritual, por favor les pido que muestren su amor hacia sus esposas. Hoy, al regresar a casa, pueden prepararle a su esposa una cena especial. Desde luego, ustedes, esposas, no deben aceptar inmediatamente. Sería mejor que expresaran primero su sentido del deber y luego su agradecimiento.
Deben primero decirle a su esposo: "Debes atender bien tu negocio y orar a Dios. En lo que respecta a los deberes del hogar, incluyendo la cocina, como ama de casa, mejor yo me haré cargo de eso." Si responde de esta manera, su esposo realmente cambiará y ambos podrán servir al Señor en espíritu. No debe permitir que su esposo cocine todos los días. Resulta mucho mejor para el hombre cocinar para su esposa de vez en cuando. Así, la esposa se sentirá más feliz y le hará algo especial de comer al día siguiente.
Antes de recibir al Señor, padecí muchas enfermedades, y llegue a sentir a fondo el dolor y la soledad que trae consigo la enfermedad y la pobreza. Como siempre estaba en cama enfermo, lo único que tenía, aparte de mi adolorido cuerpo, era una deuda que cada día se incrementaba más y más como una bola de nieve. Llegue a sentir el desprecio y la burla del mundo alrededor mío. Me encontraba solo y totalmente desesperado.
Vivía en un tugurio, en una barriada muy pobre, y de ahí podía ver el río de la ciudad. La vida en ese lugar era realmente miserable. Alquile un cuarto muy pequeño y pobre y sin nada de seguridad. En ese tiempo me encontraba muy enfermo en cama.
Y en medio de mi prolongada dolencia, algunas veces mi suegra pasaba por mi casa y me pedía que fuera a ver a los médicos que ella me había buscado. Entonces, me sacaba del cuarto para ir a ver a esos médicos y tenía que caminar apoyándome en un palo que me servía de bastón. Nos tomaba 10 minutos salir de la barriada donde vivía.
Luego que bajábamos del lugar donde vivía tomábamos un taxi para ir al doctor. Al regresar del hospital debíamos hacer lo mismo. Tenía que valerme de nuevo de ese palo para subir a mi casa que estaba en la parte más alta y más pobre de esa barriada. En el trayecto, mi suegra tenía que parar en un bar y para darme fuerzas me compraba un vaso de un licor de arroz muy popular en Corea. Luego de beberlo podía continuar caminando con mayor firmeza. Así es como llegábamos a mi casa.
Cuando ella me dejaba en casa, se quedaba mirándome por unos minutos. Parecía estar muy triste. Quizás en su mente pensaba lo miserable y desgraciado que debía sentirme. Así me sentía cada vez que me miraba de esa manera.
La familia de mi esposa me odiaba y me rechazó muchas veces. Sin embargo, cada vez que mi suegra o la hermana mayor de mi esposa venían a verme para consolarme, me dejaban algo de dinero para comprar arroz. En esa época, mi esposa se consideraba millonaria si tenía 5 dólares para alimentar a toda la familia por dos días. Su familia aparentaba odiarme pero me ayudaban cada vez que me visitaban. Con el dinero que me dejaban podíamos subsistir unos días más.
Sin embargo, tan pronto como recibí al Señor, el único que en verdad me ha amado, fui sanado de todas mis enfermedades. Y así tuve una nueva vida para vivir. Nuestro Señor me sanó. No me sanó por interés. Jesús no nos dice que lo amemos para Su propia gloria y provecho. Él dio Su vida para que nosotros tuviéramos verdadera vida. Por eso nos lleva a exaltar y a glorificar a Dios para Su reino y Su justicia. Por tanto, debemos llevar a cabo el reino de Dios y ser fieles a él.
En la Biblia nuestro Señor nos manda a darle lo mejor que tenemos y nos promete que vamos a cosechar todo aquello que hemos sembrado. La razón por la que nos señala esto, es porque podemos cosechar de tal manera que podemos llegar a ser ricos. Usted podrá cosechar tanto como haya sembrado y con esos frutos podrá servir cada vez más a Dios. Entonces, nuestro Dios y Padre Todopoderoso le concederá más y mayores bendiciones. Por ello, todo lo que viene de Dios es para su bendición. Dios desea dar todo a Sus hijos.
Luego de ser sanado completamente de todas mis enfermedades, tuve que empezar de nuevo desde cero y con una gran deuda. Trabajé en la construcción desde que amanecía hasta que anochecía. Toda mi familia; es decir, los 5 de nosotros, tuvimos que vivir por un buen tiempo en un pequeño cuarto en una barriada pobrísima. Sin embargo, ahora pienso que ese tiempo que pasamos fue algo que nos sirvió de mucho a nosotros.
¡Que agradecido estoy por haber vivido en el campo! A través de esa experiencia experimenté la verdadera pobreza. Recuerdo que cuando era niño en primavera mi madre salía a buscar alimento. Cada primavera salía al campo y a las montañas a recoger verduras. Las juntaba y hacía sopa para toda la familia. En algunas ocasiones nos vimos obligados a comer las hojas de la flor llamada "La Rosa de Sarón." Las hojas de este árbol algunas veces estaban llenas de garrapatas. Años atrás no contábamos con productos químicos para contrarrestar estas plagas, por eso las hojas siempre estaban llenas de estos insectos. Y mi madre tenía que quitarlos de las hojas antes de cocinarlas.
En ese tiempo, teníamos que alimentarnos incluso con esa clase de sopa. Hoy en día, mi comida diaria es sólo arroz con salsa de soya. ¡Qué agradecido estoy por eso! Desde luego, como arroz con salsa de soya no porque sea pobre, sino porque así –comiendo poco- oro con más pasión y fervor.
Hace años podíamos subsistir con esa clase de sopa, pero ahora como arroz con soya. La salsa de soya se mezcla con un poco de azúcar, cebolla verde o cebolla china y otros ingredientes. Algunas veces le agrego algo de aceite de ajonjolí. Y saben algo, queda muy rico.
Nunca me desagradó esta clase de comida. Siempre como con muchas ganas y alegría el arroz con salsa picante. De esta forma, en la medida en que ahorre dinero comiendo moderadamente puedo economizar recursos e invertirlos en el ministerio y en el reino de Dios Mi corazón y mi oración subirán como ofrenda grata a Dios y Él me bendecirá abundantemente para que así podamos hacer cualquier cosa dentro de Su providencia y propósito,
Ahora muchos líderes de células han llegado a entender mi corazón y se han convertido en personas apasionadas para dar mucho fruto en sus ministerios. Este es otro aspecto por el que deseo dar gracias. Por eso, todo lo que me rodea lo tengo por gracia. En realidad, debo dar gracias a Dios por todo.
Y debido a que pasé por todo esto pude sentir en carne propia el amor del Señor más profundamente; y así llegue a ser pastor y siervo del Dios Todopoderoso quien me enseño a consolar, aceptar y comprender el corazón de muchas almas.
Termino el mensaje:
Dios es amor en Sí mismo. Y Él envió a Su único Hijo Jesús a este mundo por nosotros los pecadores. Él ha preparado muchas moradas en el reino celestial con toda clase de cosas hermosas y está esperando por nosotros en la infinita paciencia de Su amor. Tal como cita la escritura: Que para Él un día son como mil años.
Si usted tan solo abre un poco su corazón, podrá sentir el tierno y sobreabundante amor de Dios Padre. ¿Por qué no piensa por un minuto en la belleza de la naturaleza? En un cielo despejado, en el mar; en las montañas, en los árboles y en las llanuras. Todo esto fue hecho por Dios mismo. Fue creado para que, mientras estamos siendo perfeccionados y cultivados en este mundo hasta el momento en que lleguemos al reino celestial, podamos tener la esperanza por el cielo.
Y ya que somos los hijos escogidos de Dios y, además, somos amados por Él; ¿Qué clase de amor debemos dar? No deberíamos dar ese amor absurdo y pasajero que cambia de acuerdo a la conveniencia de cada uno; sino el verdadero y eterno amor.
Por tanto, en la medida en que escuchen esta serie de mensajes acerca del "Amor Espiritual", espero que, en primer lugar, entiendan lo que es el verdadero amor; y que, además, lo graben en su corazón.
Es mi anhelo que cada uno de ustedes llegue a compartir este verdadero amor con Dios Padre no sólo en el reino celestial, sino también mientras permanezca en este mundo, día a día, todos los días, hasta que llegue al reino de los cielos.
Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que lleguen a ser instrumentos útiles del Espíritu Santo y guíen a infinidad de almas a la salvación, viviendo una vida plena de amor hacia su prójimo.
AMEN