[1Corintios 13:2]
04-10-2008 | Rev. Jaerock Lee
1ra. Corintios 13:2 "Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda la ciencia, y si tuviese todo la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy".
Amados
Hermanos en Cristo, Público Televidente y miembros de las miles de iglesias que están presenciando este servicio en Corea y alrededor del mundo.
Esta es la cuarta prédica de la serie sobre el "Amor Espiritual". Hay un dicho popular que dice que el amor no tiene barreras. Hoy en día, hay muchos matrimonios conformados por parejas de diferente nacionalidad. Muchos de ellos van a vivir a países extraños donde residen sus seres amados. No es fácil adecuarse a una nueva forma vida en otro país, ya que la alimentación y muchas de las costumbres son completamente diferentes. Sin embargo, a pesar de ello, siguen a sus seres queridos y se adaptan a esa nueva forma de vida.
Lo mismo sucede con nosotros, los que hemos aceptado a Jesucristo, y nos hemos convertido en hijos de Dios. Antes de conocer al Señor vivíamos en la oscuridad, conformándonos a este mundo. Pero ahora que somos salvos y tenemos la ciudadanía del reino de los cielos, hemos desechado nuestra pasada forma de vivir.
Ahora obedecemos la ley del reino de Dios y vivimos una vida propia de un hijo de Dios. Al igual que algunos inmigrantes que vinieron de otros países a Corea y que ahora son casi coreanos, los hijos de Dios también son transformados hasta llegar a ser perfectos ciudadanos del reino de los cielos y no gente del mundo.
Juan 14:23 cita, "Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él." Si realmente aman a Dios y al Señor, entonces obedecerán Su palabra.
Y Efesios 5:8 señala, "Porque en otro tiempo erais tinieblas, (Es decir; antes de conocer a Dios y antes de aceptar al Señor como nuestro Salvador, vivíamos en el pecado y en la falsedad. Continúa el pasaje) mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz". Como está escrito, si amamos al Señor obedeceremos su palabra y nos asemejaremos a Él.
Sin embargo, ¿Qué sucede si no ponemos en práctica lo que sabemos aun cuando conocemos muy bien la verdad; es decir, la Palabra de Dios? Eso sería sólo conocer la Palabra como teoría o conocimiento sin llevarla a la práctica. Es una palabra sin obras ni hechos. Por lo tanto, eso quiere decir que todavía vivimos en la oscuridad y no reflejamos al Señor en nuestra vida. Entonces, no podremos afirmar que amamos al Señor.
Dios nos dice en 1ra. de Juan que tal confesión es mentira. Si dicen que aman a Dios y no obedecen sus mandamientos, eso es mentirle a Dios. A esto se refiere cuando les hablo del significado de este versículo: "[Si tuviese] toda la ciencia, y si tuviese todo la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy".
Queridos Amigos:
En la prédica pasada, les dije lo que significaba tener el don de profecía, y lo que era entender todos los misterios y toda la ciencia, y que sin amor todas esas cosas no valían nada. Acá el don de profecía no se refiere a la profecía como un don del Espíritu Santo, sino a la profecía en un contexto general; es decir, a lo que saben todos los hijos salvos de Dios que sucederá en el futuro. En otras palabras, los hijos de Dios saben que el Señor regresará por segunda vez, que habrá un juicio final y que irán al cielo.
Sin embargo, aun cuando conocen la voluntad y la providencia de Dios, si no tienen amor en su corazón no podrán vivir de acuerdo a su voluntad. El simple hecho de conocer la verdad y la providencia de Dios no les será de ningún provecho. Además, aunque prediquen la verdad y la providencia de Dios al mundo no les servirá de nada si no llegan a ser luz en este mundo. Estos "misterios" a los que se refiere la cita de hoy, representan el camino de la cruz. Es el camino de la salvación; y toda la ciencia, es el conocimiento de la verdad; es decir, el conocimiento de la Palabra de Dios.
Les he dicho que aun cuando sepamos y conozcamos todos estos misterios y toda ciencia, no sirve de nada si no tenemos amor. Aunque tengamos un amplio conocimiento de la verdad, sin no tenemos amor, esa verdad no tendrá poder y no podremos transmitir vida a nadie. Más bien, ese conocimiento podría convertirse en un patrón para juzgar y condenar a los demás. Podría ser utilizado con un propósito para el cual no fue hecho ni diseñado y eso no sería bueno. El objetivo primordial de toda autoridad y conocimiento es el amor. Y el propósito es salvar almas y hacer que los hijos de Dios lleguen a ser verdaderos hijos de Él. Por lo tanto, es importante tener verdadero amor, y también poseer toda ciencia, conocimiento y poder en el Señor.
Hoy compartiré con ustedes como obtener el verdadero amor. Oro en nombre del Señor para que, al oír este mensaje, reiteren su decisión, una vez más, de vivir por la Palabra de Dios y así lleguen a tener verdadero amor, para que todo conocimiento de la verdad se convierta en verdadera vida en ustedes.
Amigos y Hermanos:
Si han sido cristianos durante bastante tiempo y poseen un amplio conocimiento de la palabra de Dios y son fieles hasta cierto grado a la obra de Dios, podrán estar seguros de amar al Señor en esa misma magnitud. Sin embargo, sólo Dios Padre sabe lo mucho que en verdad lo aman. Por cierto, algunos de ustedes aman de verdad al Señor con todo su corazón. No obstante, muchos otros creen que pueden llegar a tener bondad y amor en su corazón, solo porque han escuchado mensajes sobre la bondad y el amor, pero tienen estos conceptos como mero conocimiento.
Por eso, necesitamos saber si verdaderamente tenemos amor espiritual, y una buena manera de hacerlo es examinar nuestro corazón y nuestras acciones cuando pasamos por pruebas o aflicciones. Aun en situaciones muy difíciles, si muestro corazón hacia el Señor no cambia y si sólo confiamos en Dios, podremos decir que en esa misma magnitud tenemos verdadero amor. Por otra parte, si nos quejamos, nos lamentamos y confiamos en los recursos de este mundo, sabremos que nuestro amor no es verdadero amor.
Por ejemplo supongamos que padece de una enfermedad Terminal y le acaban de dar el diagnostico en el hospital- ¿Cómo se sentiría? Por las prédicas que ha escuchado, sabe que Dios es todopoderoso y que puede sanar cualquier tipo de enfermedad. Además ha visto a muchas personas ser sanadas por el poder de Dios. También, en diversas ocasiones ha oído que las pruebas y las aflicciones son producto de su pecado y asimismo son la muestra del amor de Dios por sus hijos y son una bendición.
Sin embargo, si no tiene la fe necesaria para recibir sanidad de parte de Dios y solamente se queja y está resentido en lugar de mostrarse agradecido y gozoso; esto comprueba que sólo ha llegado a conocer el amor de Dios Padre como una simple teoría. La palabra de verdad que ha escuchado y el poder de Dios que ha visto hasta hoy, son solamente conocimiento, y no le ayudará en nada a resolver sus problemas. El amor que no es verdadero se podrá distinguir sin ninguna duda en medio de la prueba. Es exactamente como un billete falsificado. Parece verdadero, pero si lo ve cuidadosamente solo es un pedazo de papel. No tiene valor alguno.
Por el contrario, los que sienten verdadero amor hacia Dios; es decir, los que sienten el amor de Dios en su corazón y aman a Dios, confiarán en la Palabra y en el poder de Dios. Desde luego, Dios es bueno y protegerá con sus ojos que son como fuego resplandeciente, a sus hijos de toda pérdida si ellos guardan santo todo el Día del Señor y si diezman correctamente. Sin embargo, hasta que lleguen a tener fe y amor espiritual, deberán enfrentar de vez en cuando alguna prueba.
Romanos 5:3-4 dice, "Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, (Si tiene verdadera fe, debe gloriarse en sus tribulaciones. Pero, ¿Lo hace en realidad? Continua el pasaje), sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza."
1era. de Tesalonicenses 5:16-18 señala, "Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús". Los que han guardado estos versículos sólo mentalmente se desalentarán y desilusionarán fácilmente al momento de enfrentar alguna prueba.
Digamos que usted dirige un restaurante de primera categoría. Todas las noches sus clientes forman largas cola para conseguir una mesa. Pero un buen día dejan de venir. Y no sólo por un par de días sino por más de un mes. Entonces, que sucede generalmente: Pierde su alegría y se llena de preocupaciones.
Hermanos: Deben entender que este mensaje es para usted. Si, para usted. No para el vecino. Deben comprobar si su fe agrada a Dios o no. Si tiene un corazón verdadero y una fe perfecta, podrá regocijarse y agradecer en cualquier situación que se presente. Si tiene esa clase de verdadero corazón y esa fe perfecta, no sentirá temor ante ninguna clase de prueba o tribulación porque sabrá que Dios le bendecirá más a través de esas pruebas.
No obstante, aquellos que no sólo saben estos versículos de memoria, sino que además procuran ponerlos siempre en práctica, creerán en el inalterable amor de Dios, y debido a ello podrán confiar en Su palabra y así superarán cualquier prueba. Y en tanto actúen conforme a la voluntad de Dios, irán adquiriendo las características propias del amor, como son el gozo, la fortaleza, la mansedumbre y el dominio propio. Por eso, no se apartarán fácilmente de Dios, y podrán superar cualquier prueba con agradecimiento. Por medio de las pruebas y aflicciones se darán cuenta, de manera más profunda, del amor de Dios. Y si su fe crece en cierta medida y se afirma en la roca de la fe, difícilmente decepcionará a Dios quejándose y murmurando contra Él en las pruebas.
Por lo tanto, cuando enfrenta pruebas, podrá verificar el nivel de verdadero amor que tiene dentro de sí, comprobando si su agradecimiento es verdadero o no; si lo hace de todo corazón y si está obedeciendo la voluntad de Dios. Después de todo, no se puede tener verdadero amor tan solo deseándolo. Solamente lo puede obtener cuando tiene un corazón que da ese verdadero amor; y también cuando tiene un corazón espiritual libre de toda falsedad. Para tener esta clase de corazón espiritual, se requiere más que simplemente retener la verdad en su mente; la verdad tiene que estar en usted y tiene que hacerla totalmente suya.
Por ejemplo, cuando comen algún alimento, no solamente se trata de masticar y pasar. Únicamente cuando se digiere bien el alimento y se absorben los nutrientes, su cuerpo tendrá energía, y podrá respirar bien y tener un buen metabolismo que le permita continuar con su vida y sus actividades normalmente. No importa lo bueno que sea el alimento, si no lo puede digerir bien, no le será de ningún provecho a su organismo.
Del mismo modo, no importa lo poderosa que sea la palabra de Dios que escucha, si no adora en espíritu y en verdad, o si lo que le entra por una oreja le sale por la otra, o si no comprende la palabra de Dios, no le servirá de nada. Es igual cuando recibe alimento espiritual, tiene que digerirlo bien y hacerlo suyo por completo para que la palabra llegue a ser vida en usted y le sea de beneficio. Dios dice: "Estén siempre gozosos, estén alerta y oren, y den gracias en cualquier situación.
Cuando todo es prosperidad en su vida, entonces ahí si cree que la palabra es para usted, y piensa que la está obedeciendo. Pero ¿Qué sucede cuando atraviesa por pruebas? ¿Qué pasa si las cosas no resultan como usted esperaba? ¿Y que sucede cuando las cosas no mejoran? En ese momento, se da cuenta que la palabra, "Estad siempre gozosos, orad sin cesar y dad gracias en todo", no está en usted.
Entonces, llega a comprender: "Ah, estaba equivocado. No tengo fe espiritual". Se da cuenta, al igual que lo hizo Job, de la razón por la que pasó por esas pruebas. Aquí, hacer suya la palabra significa ponerla en práctica.
Durante más de 20 años, después de fundar esta iglesia, he pasado por muchas dificultades. Y en esos momentos, he orado aún con más fervor y he podido guiarlos con más devoción. Hermanos: ¿Alguna vez me han visto desanimado? ¿Alguna vez en este altar me han visto cansado? Siempre he procurado alentarlos y darles más ánimo; y ustedes lo saben.
Luego vinieron las pruebas de 1998, y yo preferí, en ese momento tan difícil, realizar una campaña de sanidad. ¿Por qué lo hice? Fue porque deseaba mostrar que Dios estaba conmigo. Quería que al presenciar la sanidad de miles de personas enfermas ustedes no perdieran su fe. Cuando echan fuera el pecado, cuando sus acciones son buenas, y se sacrifican y se consagran al escuchar la palabra de Dios, podrán cultivar ese verdadero amor en su corazón, y llegarán a ser verdaderos hijos de Dios, alcanzando su completa salvación. Además, ese amor cultivado en ustedes salvará a numerosas almas moribundas.
Ahora bien, cuando tratan de vivir por la palabra de Dios, al principio les será difícil, y también podrán cometer errores. Antes que conocieran al Señor, vivían buscando su propia satisfacción, siguiendo los deseos de la carne. Esto no se puede cambiar de la noche a la mañana. Sin embargo, si empiezan a poner en práctica las cosas más pequeñas y procuran vivir como dice la palabra, gradualmente el amor nacerá en su corazón, y obtendrán la fortaleza necesaria para obrar conforme a la palabra.
Tan sólo traten de hacer algo bondadoso aun cuando no sientan deseos de hacerlo. Si lo intentan una y otra vez, y una tercera vez y otra más, se sentirán bien, y la bondad nacerá en su corazón. Por ejemplo, los estudiantes de medicina que quieren llegar a ser doctores estudian muchos cursos teóricos referentes al cuerpo humano. Sin embargo, aun cuando saben mucha teoría, si no la ponen en práctica ni la aplican, ese amplio conocimiento no les servirá de nada. Más bien, si se equivocan, la vida de sus pacientes estará en peligro. Por eso, es muy importante que todo lo que aprenden lo vuelvan en capacidad y habilidad efectiva. Lo tienen que poner en práctica no sólo una o dos veces, sino tres o más veces, hasta que lo hagan suyo por completo. Deben practicarlo hasta que se sientan bien haciéndolo. Sucede lo mismo, cuando tratamos de tener amor espiritual en nuestro corazón. Necesitamos practicarlo para que realmente podamos ejercitar lo que sabemos. En especial, ustedes no son simples doctores que ayudan a los demás a prolongar sus años de vida, sino que están siendo preparados para convertirse en doctores del espíritu, para salvar almas de la muerte eterna.
Tienen la tarea de sanar a las almas heridas del mundo con amor y hacerlos volver a la vida. Así que, si tiene conocimiento, pero aún no ha alcanzado el nivel del espíritu en su corazón poniendo por obra todo lo que sabe, será igual que aplicar en forma equivocada el conocimiento médico. Es decir, puede ser que emplee su conocimiento de la verdad de manera errónea. Si no comprende la voluntad de Dios que está en Su palabra, podrá juzgar y condenar a otros de acuerdo a su conocimiento; e incluso hasta con el pensamiento podrá falsear la Palabra de Dios. Hay algunas personas que engañan a los demás con esta clase de sutilezas. Por eso el conocimiento de la verdad no debe limitarse a sólo conocer la verdad. Debemos ponerlo en práctica para lograr obtener el verdadero amor en nuestro corazón.
Hermanos:
Con el propósito de obtener este poder del amor, específicamente, necesitamos accionar de dos maneras: la primera es la acción de desechar o echar fuera toda falsedad y la segunda la acción de sembrar.
La acción de desechar se refiere a echar fuera todo tipo de falsedad de nuestro corazón. Al igual que la luz no puede existir junto con la oscuridad (No pueden coexistir. Cuando la luz entra, la oscuridad se desvanece. Repito: No pueden coexistir ambas) Para que tengamos amor en nuestro corazón, debemos desterrar las cosas que por naturaleza son opuestas al amor, como el odio y el egoísmo.
Al hacerlo así, estamos dando lugar para que el amor se establezca en nuestro corazón. La envidia, los celos, el juzgar y condenar a otros, el chisme y la murmuración... Todo esto se opone al amor. Y tiene que desecharlos del todo.
En la medida en que erradiquemos todo eso, el amor podrá entrar en nuestros corazones. Para cultivar ese perfecto y completo amor espiritual, debemos desechar y resistir todo pecado hasta el punto de derramar sangre y así conseguiremos un corazón espiritual. Por eso, algunos nuevos creyentes dicen que es muy difícil vivir por la palabra. Sin embargo, incluso los patriarcas de la fe como el apóstol Pablo, quien amó a Dios por sobre todas las cosas, luchó contra el pecado para lograr ese perfecto amor. Todos ellos tuvieron que pasar por un proceso de sufrimiento y de dificultades.
Cuando llegan nuevos creyentes, encuentran difícil vivir una vida cristiana en esta iglesia. ¿Por qué? Porque aquí se enseña a vivir conforme a la palabra. A dejar toda forma de maldad, a salir de la oscuridad. Si. A vivir solo por la palabra. Es verdad que antes algunos jóvenes se fueron de la iglesia. Pero también es cierto que no es fácil encontrar una iglesia como ésta, tan llena de gente joven. Desde los niños de la Escuela Dominical, los alumnos de primaria y secundaria, de la universidad, jóvenes menores de 30 años y los miembros de la misión Canáan ¿Dónde están los hombres casados de la Iglesia? Esta iglesia está llena de hermanos. Realmente estoy muy agradecido. Dios los ha escogido a todos ustedes.
Cuando la palabra penetra su espíritu y su alma; sus articulaciones y médulas, si no está destinado a ser salvo dejará la iglesia. Pero si lo puede sobrellevar, se quedará y será salvo. Entonces su fe se fortalecerá, y su espíritu y su alma serán prosperados. Será una buena semilla. Cuando Pablo atravesó por momentos muy duros en su lucha contra el pecado, confesó en Romanos 7:24 "¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?" Su confesión es la de aquellos que todavía no están afirmados en roca de la fe.
Yo sin embargo, nunca pensé que la vida de un creyente fuera difícil, ni siquiera cuando era nuevo en la fe. Desde el principio estuve lleno de gozo y de felicidad. Jamás pensé, "Ah. Esto es demasiado duro". Nunca pensé "Miserable de mí! Honestamente. Desde el momento en que conocí a Dios, aun en mi trabajo diario, y cuando pasaba por pruebas y aflicciones, en lugar de pensar que mi vida era dura, me llenaba de agradecimiento y de esperanza por ir al cielo. Pablo entregó su vida por difundir el evangelio, y fue objeto de gran persecución y pasó por enormes dificultades. Todo ello lo llevó a declarar que era como la escoria del mundo. Y Dijo: "POR CAUSA DE TI, SOMOS MUERTOS TODO EL TIEMPO; SOMOS CONTADOS COMO OVEJAS DE MATADERO". Aunque sufrió demasiado y se consagró totalmente a Dios no intentó confesar lo fiel que era. Pablo obedeció la palabra del Señor. Y declaró en 1ra. de Corintios 9:27, "Sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado".
Les voy a contar algo. En una ocasión conocí al jefe de redacción de una importante revista especializada. Luego de casarse, no pudo tener hijos. Oré para que Dios les diera hijos. Creo que oré dos o tres veces por él. Se registró en esta iglesia y oré por ellos, pero su esposa no podía concebir. Cuando vino para que orara nuevamente por él, le dije: "Sabe algo. Cuando he orado por otras personas, ellos rápidamente han tenido hijos. Ha habido parejas que no podían tener hijos en 5, 10, 15, 21, 30 ó 40 años de matrimonio. Aun tratándose de personas mayores, después que he orado por ellos han podido procrear". Luego de este testimonio, su esposa concibió. Ambos estaban muy emocionados.
El caso era que la esposa no podía tener hijos. No había podido concebir por 21 años. Finalmente trató de suicidarse tomando ciertas sustancias químicas. Creo que fue un pesticida. ¿Cierto? Sin embargo, después que oré por ella volvió a la vida. Y además, pudo concebir un hijo después de 21 años de matrimonio. Así que le pregunté al hermano por qué no había podido tener hijos incluso después de haber orado tres veces por él. ¿Por qué Dios no le daba un hijo?
Algunos matrimonios conciben después de que he orado por ellos una o dos veces. No obstante, otros deben tener fe. Por eso, vienen a escuchar la palabra de Dios y su fe crece gradualmente. Ambos, esposo y esposa, crecen en fe. Así, su fe se fortalece lo suficiente como para no dejar la iglesia, sino más bien para dar gracias a Dios por el hijo que les va a conceder. Dios espera hasta entonces.
Bueno. Volviendo al mensaje. La razón por la que el apóstol Pablo llego a ser muy amado por Dios no fue solamente porque trabajó fielmente de manera apasionada para el Señor, sino también porque sentía verdadero amor por el Señor, habiéndose despojado de todo pecado y cumpliendo con todos sus deberes con gran esfuerzo y sufrimiento. Cuando ama a Dios y desecha toda falsedad de esta manera, podrá tener ese poder que da el amor para salvar almas.
En segundo lugar, el acto de sembrar, se refiere a sembrar en su corazón las cualidades del amor, como el perdón, la comprensión y el servicio y practicar el verdadero amor en su vida diaria.
Santiago 2:15-16 señala, "Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?"
Me pregunto: ¿De qué sirve si sólo se compadecen con palabras? Si no hay hechos; es decir, si no se hace algo, toda esa compasión no sirve de nada. Si alguien tiene mucho frío ¿De qué sirve que le digan?: "Oye. Se ve que tienes mucho frío. Qué pena." Y no hacen nada al respecto. Tienen que darle algo de ropa para que no sienta frío. Y como en casa tienen mucha ropa, deben darle alguna para que se abrigue. ¿No creen que eso es amor?
Del mismo modo, aunque diga que ama mucho a sus hermanos, si no lo demuestra mediante hechos y acciones eso no se podrá considerar como verdadero amor. Cuando los hijos están enfermos, los padres se amanecen cuidándolos. También se sacrifican para prepararles la comida que más les gusta. Y aunque los padres no se vistan muy bien, le comprarán la mejor ropa a sus hijos porque quieren darles lo mejor. Hacen esto porque aman a sus hijos.
A fin de obtener este verdadero amor, deberá asimismo dar muestras de sacrificio, dedicación y consagración hacia su prójimo. Entonces, a la vez que acciona de esta forma, su corazón se irá llenando de ese bello amor, dispuesto a servir a los demás en vez de a sí mismo. Y así, mediante esta práctica continúa de esfuerzo, desprendimiento y de siembra, espero que todos lleguen a cultivar en su corazón este perfecto amor espiritual, que no solo sea amar de palabra, sino en hechos y en verdad.
Oro en nombre del Señor para que al hacer eso reciban respuesta a todo lo que pidan y que den ese amor espiritual para que también puedan ser muy amados.
La última parte de la escritura de hoy dice: "Y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy." Al escuchar esta cita, tal vez podrían preguntarse: "Si alguien tiene la fe para mover una montaña, ¿Cómo es que no tiene amor?". Por cierto, se requiere una medida de fe muy alta para mover montañas. Sin embargo, el tener una gran fe no significa necesariamente que tenga también un gran amor.
Hermanos y Amigos:
¿Creen en todos los 66 libros de la Biblia? ¿Creen que Moisés abrió en dos el Mar Rojo por el poder de Dios? ¿Creen que después de 4 días de haber estado muerto, Jesús le ordenó a Lázaro que saliera de la tumba y lo resucitó? La mayoría de ustedes han sido testigos de las numerosas señales y maravillas que se han manifestado en esta Iglesia y que se mencionan en la Biblia. Por eso pienso que todos ustedes creen todo lo que se cita en la Biblia.
También son testigos presénciales de lo que Hechos 19:11-12 cita, "Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos y los espíritus malos salían." ¿Hasta que punto estamos cumpliendo la misión de evangelización mundial a través de estos pañuelos ungidos?
En cada rincón del mundo se llevan a cabo campañas con los pañuelos ungidos. Infinidad de almas son sanadas y son salvas. Y cada vez más y más hermanos se registran como miembros de nuestra Iglesia Manmin. También han escuchado numerosos mensajes espirituales, así que saben muy bien como obtener respuesta a sus oraciones y cómo ser bendecidos. Y debido a estas vivencias, muchos de ustedes tienen una gran fe. Entonces, les voy a hacer una pregunta: ¿Aman a Dios y al Señor con todo su corazón, con toda su mente, con toda su alma y con todas sus fuerzas? ¿Aman a su prójimo como a sí mismo?
Actualmente, en vez de haber más hermanos que con toda confianza pueden responder con un "Amén" a esta pregunta, hay muchos más que están en proceso de alcanzar esta clase de amor. Ahora bien, ¿Cuál es la razón por la que la fe y el amor no siempre van juntos? La fe puede crecer al ver las obras de Dios como son las señales y los prodigios. Pedro, el discípulo de Jesús, vio y vivió constantemente numerosas señales y maravillas que Jesús realizó, por eso cuando Jesús caminó sobre el agua, él también pudo hacerlo. Por aquel tiempo Pedro todavía no había recibido el Espíritu Santo, tampoco tenía un corazón espiritual, ya que no lo había circuncidado completamente. Por lo tanto, no tenía amor espiritual. Sin embargo, es a través de estas experiencias que la fe de uno puede crecer.
Por otra parte, el amor puede penetrar en los corazones y crecer, solamente cuando uno se esfuerza en echar fuera el pecado por medio de la piedad y el sacrificio. Pero con esto no quiero decir que la fe y el amor no tienen ninguna relación entre si. Al tener fe, entonces podrá amar a Dios Padre, y procurará amar a las almas. Si cree en Dios Padre, en Jesucristo el Salvador, y tienen verdadera fe para creer en el reino celestial, entonces se despojará de sus pecados y se santificará alcanzando el verdadero amor.
Obviamente, mientras mas grande sea el amor espiritual, mayor será en nivel de fe. Pero si no muestra mediante hechos que refleja al Señor y no logra cultivar el verdadero amor en la misma medida en que escucha la palabra, entonces no podrá tener ninguna relación personal con el Señor, aun cuando pueda hacer grandes obras en Su nombre. Es simplemente como cita el pasaje de Mateo 7:23, "Apartaos de mi, hacedores de maldad".
No todo lo que se hace proviene necesariamente de la verdad. Muchas personas generalmente asisten a una boda. Ahora bien, ¿Cuántas de ellas realmente van para celebrar la boda? Desde luego, muchas de ellas lo hacen. Sin embargo, muchas otras sólo asisten por compromiso. Solamente acudieron porque son amigos o familiares de la pareja. Sólo hicieron acto de presencia, dejaron su obsequio y se fueron. Algo así me sucedió en los años 90. Oficié una ceremonia de bodas. La pareja era muy famosa, por eso asistieron numerosos personajes políticos, uno de ellos llegó a ser posteriormente presidente de este país. También concurrieron diversos Directores y Presidentes de grandes empresas.
Creo que hubo cerca de 1000 invitados. Todos ellos eran hombres de negocios muy ocupados. Yo sabía que tarde o temprano se retirarían rápidamente del lugar. Entonces, Dios me dio una idea para que se quedaran y no se fueran. Era una palabra que iba hacer que permanecieran en el lugar hasta que finalizara la ceremonia. Y entonces dije lo que Dios me indicó que dijera. Nadie se retiró hasta que terminé la ceremonia.
¿Quieren saber qué palabra me dio Dios? Bien, Dios me dio esta idea. Dije a todos los presentes: "Creo que todos ustedes han venido para celebrar la boda de esta pareja. La mayoría de ustedes son políticos muy conocidos, senadores, presidentes de directorio de afamas empresas, o ministros. Pero si en verdad han venido aquí para celebrar la boda de esta pareja, todos se quedarán hasta que termine mi labor como pastor". Dije esto antes de empezar la ceremonia. ¿Se imaginan entonces cómo podría alguien atreverse a dejar el lugar?
El santuario estaba lleno de políticos. Ya les dije que incluso se encontraba allí el que iba a ser presidente de Corea, aparte de numerosos políticos, senadores, congresistas; y hombres de negocios. Si se hubieran retirado del templo antes de que finalizara mi prédica, como acostumbran hacerlo ¿Cómo podría haber continuado con la ceremonia? Pero como dije anticipadamente lo que Dios me había dicho, nadie se retiró. Y el hombre que luego llegó a la presidencia del país se me acercó y me dijo que se sentía profundamente conmovido por mi prédica. Incluso luego vino a visitarme a mi oficina.
Volviendo a la prédica. Dios dice, "Apartaos de mí, hacedores de maldad." Todo lo que hagan, deben hacerlo con sinceridad y con amor. Cuando concurren a una boda, deben poder felicitar sinceramente de todo corazón a los novios. ¿Cómo pueden tan solo hacer acto de presencia y luego irse? Nunca lo he hecho. Si alguna vez hubiera hecho algo como eso, no sería capaz de predicar lo que ahora estoy predicando.
Oro en nombre del Señor para que lleguen a cultivar en su corazón esta clase de verdadero amor con verdadera fe y así glorifiquen a Dios, y puedan compartir ese verdadero amor con Dios Padre en el eterno reino de los cielos.
Querido Público Televidente:
Cuando salimos muy temprano en la mañana, podemos encontrar a los que barren las calles. Solamente entonces nos damos cuenta, "Ah Si. Hay gente que limpia las calles."
Del mismo modo, si nosotros, los hijos de Dios, nos esforzáramos tan solo un poquito más en practicar la palabra del Señor, podríamos descubrir y sentir el amor de Dios, quien es fiel para salvarnos y guiarnos al reino de los cielos. Dios Padre no nos exige simplemente que mostremos con hechos nuestro amor. Primero, Él nos ha mostrado la evidencia de Su inmenso amor al dar a su único hijo, Jesús, por nosotros; y aun en ese momento, no nos dejó desamparados, sino que con su infinito amor nos envió el Espíritu Santo. ¿Para guiarnos a donde? Si. Para guiarnos al cielo.
El Salmo 121: 4 – 6 cita, "He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día ni la luna de noche."
Como cita el pasaje, Dios no dejará que nos separemos de su corazón, sino que siempre nos guiará con sinceridad y fidelidad. Por eso, espero que siempre recuerden este amor de Dios Padre y que amen al Señor con hechos y en verdad hasta el momento en que nos reunamos con Él en el cielo.
Amar al Señor con hechos y en verdad no solamente es tener el conocimiento de la verdad en nuestra mente, sino también cultivar un corazón espiritual practicando la verdad. Especialmente, les he dicho que tienen que echar fuera toda falsedad y sembrar la verdad en su corazón. También les he mencionado que pueden reconocer el nivel de verdadero amor que tienen en su corazón, examinándolo a través de su comportamiento y reacciones cuando pasan por pruebas.
Además, aun cuando tenga la fe para mover montañas, si no tiene amor, no es nada. Y, aunque la fe sea grande, ello no quiere decir necesariamente que su amor también es grande.
Oro en el nombre del Señor para que cada uno de ustedes pueda poner en práctica con más firmeza lo que hoy han escuchado, y que se esfuercen más por cultivar ese amor espiritual, y así su amor por el Señor se vuelva día a día más profundo y más grande (Amén).