[1 Corintios 13:4]
08-10-2008 | Rev. Jaerock Lee
La Escritura de Hoy
1ra de Corintios 13:4 "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece"
Amados Hermanos en Cristo y Estimado Público Televidente:
Esta es la 8va prédica de la serie "Amor Espiritual". En el mensaje anterior compartí con ustedes el significado del amor espiritual. Les hablé también del carácter de la paciencia como uno de los atributos del amor.
El amor espiritual es paciente. La paciencia del amor espiritual tiene un menor alcance que la paciencia como Fruto del Espíritu, esto es, tiene que ver más con la paciencia personal de cada uno; es decir, con saber "resistir" o "tolerar."
Cuando se esfuerza por amar, obedeciendo la palabra de Dios, podrá enfrentar diversas dificultades y en todas ellas tendrá que ser paciente consigo mismo. La paciencia espiritual no es simplemente eliminar el resentimiento que guarda dentro de usted como el odio; sino más bien es desechar la maldad que causa ese resentimiento y cambiarlo en piedad y amor.
Hoy les hablaré de la bondad: Una de las características del amor espiritual. Estoy seguro que todos tienen el ferviente deseo de alcanzar esta clase de bondad. Y es porque saben lo mucho que agrada a Dios ver a Sus hijos comportarse en forma amable y amorosa; y las abundantes bendiciones que Él les concederá. Si está sirviendo en la obra de Dios, deberá anhelar esta clase de bondad que es necesaria para guiar a multitud de almas a una mejor morada en el cielo.
Dios es la imagen misma del amor y es compasivo y bondadoso. Del mismo modo, usted podrá asemejarse a Dios y alcanzar una mejor morada en el cielo en la medida en que sea compasivo.
Es mi deseo que, a través de este mensaje sobre la bondad, llegue a entender exactamente el concepto espiritual de esta virtud. Y además comprenda como alcanzar esta clase de bondad y como tener un corazón tierno y amable.
Oro en el nombre de nuestro Señor Jesucristo para que muchas almas hallen la paz de Dios en usted y alcancen la salvación y una mejor morada y recompensa en el cielo.
Queridos Amigos y Hermanos:
La escritura de hoy nos señala que "el Amor es benigno." Es decir, es amable, sumiso, dócil y apacible. Esto significa que una persona amable y obediente tendrá amor espiritual en la misma medida en que tenga bondad. Si tiene una perfecta bondad, entonces tendrá un perfecto amor.
Ahora bien. ¿Qué clase de corazón es el corazón bondadoso y benigno?
Ser bondadoso aquí se refiere al corazón que comprende a toda clase de personas y está en paz con todos. Tal vez los otros no estén en paz con usted. Pero no es usted quien rompe la paz. Y si los demás no están en paz con usted es porque aún tienen maldad en ellos.
Por ejemplo: Aun cuando el Señor era bondadoso, había gente que lo odiaba. Como esa gente era malvada, envidiosa y celosa; no podía soportar la bondad. Un hombre benigno puede comprender y aceptar a todo tipo de personas, aun sabiendo que alguno de ellos lo va a traicionar. Y muchos encuentran en él alivio y tranquilidad. Por eso, aquel que tiene este corazón bondadoso y tierno siempre busca la paz con los demás.
Si no está en paz con todos; y no llega a la santidad, no verá al Señor. Sólo si es benigno y humilde, verá al Señor. Y todo lo que pida, se lo concederá. AMEN. Si Dios oculta su rostro de usted, ¿Podrá acaso recibir respuesta a sus oraciones?
Volviendo a la prédica. Una de las definiciones de ser benigno es: Ser amable, gentil y servicial por naturaleza; y poder abstenerse de ciertas cosas en beneficio de los demás.
Imagine en su mente un poco de algodón y podrá entender mejor cómo es un corazón tierno y bondadoso. El algodón apaga cualquier tipo de sonido. Por ejemplo. Si tira un pedazo de metal sobre un montón de algodón, no hará ningún ruido. Ahora, si por el contrario tira una piedra contra un metal, hará ruido. Pero no así con el algodón. (Y como el material del algodón amortigua todo lo que cae en él, tampoco hará que rebote.) El algodón es tan suave que amortiguará eventualmente cualquier objeto que caiga sobre él, sin producir ruido alguno.
Así como es el algodón, así es una persona que tiene ese corazón suave y tierno, que lo lleva a comprender a los demás. ¿Qué bueno sería que todos los padres tuvieran un corazón tierno y afectuoso? ¿Qué bueno sería también si sus hermanos en Cristo y sus líderes tuvieran un corazón como este, y llegaran a comprender a los demás?
Por eso un corazón amable y bondadoso es semejante a una sombra bajo la cual muchos pueden encontrar descanso y alivio. Suponga que en un día muy caluroso de verano se encuentra caminado por un lugar en donde no hay ninguna sombra. (Es un día –repito- muy caluroso.) Pero de repente ve un árbol, grande y frondoso, con hojas de color verde oscuro. ¡Se imagina el alivio que sentirá al cobijarse bajo ese gran árbol y salir de ese sol abrasador! El corazón de una persona benigna y amable es semejante a la sombra de ese árbol. Y de igual forma, muchos desearán hallar consuelo y reposo en esa persona.
Amigos y Hermanos:
Por favor entiendan que la bondad espiritual que nuestro Señor desea que tengamos, es totalmente diferente a la que se practica en el mundo. En el mundo se dice que un hombre es bondadoso y dócil cuando es gentil y amable; cuando nunca se enoja con nadie a pesar que lo molesten; y cuando no insiste en imponer su opinión.
Sin embargo, no importa lo manso y sumiso que pueda ser, si Dios no acepta esa bondad no será verdadera bondad. Entre los que parecen ser gentiles y buenos en el mundo, hay algunos que obedecen bien a otros porque su naturaleza es débil y conservadora. Hay otros que pueden contener su cólera aun cuando interiormente están disgustados porque los demás lo fastidian. O tan solo aguantan su amargura porque no tienen carácter. Ni siquiera intentan responder a sus burlas, porque saben que eso les traería problemas. Las personas del mundo tal vez piensen que usted es bueno y bondadoso. Pero Dios no lo hará. Algunos que no son muy despiertos o inteligentes incluso sonríen cuando otros los insultan. A esas personas, sin embargo, no las podemos considerar como bondadosas ni amables. Algunos llaman amable y gentil a alguien que siempre está sonriendo como un tonto. Pero eso no es ser bondadoso ni bueno.
Ahora bien. ¿Desea ser benigno y bondadoso? Les digo algo. No solo debe desearlo. Debe serlo. Es un mandato de Dios. Saben algo hermanos: Es algo maravilloso si Dios lo llega a amar por ser bueno y bondadoso. Si tiene la bondad perfecta que Dios acepta, entonces podrá conversar con Dios y oirá Su voz. La Biblia lo dice. Algunos dicen que es imposible oír la voz de Dios. Eso es ignorar y no aceptar lo que dice la Biblia. ¿Acaso no habló Dios con Moisés? Y Dios habló con Moisés porque era un hombre manso y benigno. Pero no sólo por eso. Sino que también era fiel en toda la casa de Dios. Al igual que Enoc. Todos los que han hablado con Dios han sido así.
La bondad espiritual no es resultado de una naturaleza débil o de alguna deficiencia, sino es consecuencia de la plenitud del amor espiritual y la ausencia de maldad. Con esta bondad espiritual no estará en contra de nadie, sino más bien tolerará a todos.
Debe recordar que uno es bondadoso no sólo porque entiende y perdona incondicionalmente a otros y porque es tierno y gentil. Bondad no significa perdonar todo. Incluso nuestro Señor perdonó a aquellos que podían ser perdonados, y NO perdonó a los que no debían ser perdonados. Cree usted por un momento que alguien con bondad carnal podría decir: "Generación de víboras." Claro que NO. El Señor era el hombre más bondadoso en el mundo y sin embargo dijo "Generación de víboras." Y se los dijo a los que ocupaban cargos de autoridad.
Por tanto, si se limita a entender y perdonar a los demás en forma incondicional, ¿Significa eso que es benigno y bondadoso? No debe perdonar aquello que no se puede perdonar. En ese caso, debe disciplinar y corregir.
Ahora bien. Entender y aceptar a otros con bondad espiritual no es comprenderlos carnalmente, sino en el espíritu. Para ello debe tener integridad y autoridad para guiar e influir en los demás. De este modo, una persona espiritualmente bondadosa y amable no sólo es gentil, sino también es sabia e inteligente. Y además vive una vida ejemplar. La bondad espiritual no significa simplemente: "Ser suave y manso"; implica mucho más.
Estimado Público:
Permítanme explicarles más detalladamente a que se refiere la bondad espiritual. Bondad espiritual es tener un corazón manso y dócil y también un carácter sincero y amable exteriormente.
¿Qué significa esto? Si alguien es obediente y no tiene maldad en su corazón, con toda seguridad será bondadoso. Y si además es correcto en su comportamiento, entonces tendrá bondad espiritual. En otras palabras. Si tiene un corazón bondadoso y sin maldad, pero su amabilidad es sólo formal y exterior, eso impedirá que comprenda y que tenga influencia positiva sobre otros.
De este modo, si tiene bondad no sólo en su interior, sino también íntegro exteriormente, su bondad se perfeccionará. Si tiene integridad y un corazón obediente, podrá ganarse el corazón de muchas personas y alcanzar metas mayores.
Ahora bien. ¿Qué entendemos por virtud? En el diccionario encontramos que l palabra "virtud" tiene varios significados: Entre otros se mencionan: "Moral particular de excelencia", "Pureza de pensamiento y de obra", "Cualidad provechosa", "Fuerza viril o coraje", "Cualidad o rasgo recomendable."
Estas definiciones se aplican también en el sentido espiritual. Alguien virtuoso o íntegro tiene una mente objetiva, es imparcial y ecuánime en su vida; y asume los deberes propios del hombre. Con esas buenas características podrá ejercer una influencia positiva en otros. No se impone por su presencia física, sino los gana por medio de la rectitud de sus palabras y de sus hechos, entendiendo los errores de los demás y aceptándolos tal como son. Jamás estará en contra de alguien. Es confiable y recibe el favor y el reconocimiento de muchos. La virtud de la bondad espiritual puede ser comparada con una prenda de vestir. No importa lo hermosa que sea, si se encuentra desnudo, se sentirá avergonzado. Del mismo modo, no importa lo obediente y dócil que sea su corazón, si no tiene virtud o integridad, la valía de su bondad interior no será manifiesta, y en cambio la luz de su bondad se debilitará.
Suponga que su corazón es tan dócil que no hay odio en usted y que además está en paz con todos. Sin embargo, cuando habla, habla más de la cuenta. Aunque no lo haga con mala intención, dará la impresión de ser poco serio y no educado. En pocas palabras: No importa lo sumiso y dócil que sea, su bondad no se mostrará correctamente. Otros lo verán irresponsable e informal.
Ahora bien. Algunos líderes aparentan ser tan humildes y gentiles que dan la impresión de no guardar ningún resentimiento en contra de alguien ni de murmurar ni causar problemas a otros. Pero, sus hechos muestran que no ayudan ni colaboran activamente con los demás. Por lo tanto, tendrán dificultad para comprender a otras personas. Del mismo modo, virtud o integridad es ser interiormente bondadoso y además demostrarlo exteriormente por medio de palabras y de hechos correctos y rectos, y así guiar a los demás.
A lo largo de la historia, una nación ha prosperado o ha convulsionado dependiendo de la clase de rey o líder que gobernara ese país. Para que un país crezca y prospere, su rey o líder tiene que ser inteligente para gobernar a sus súbditos. Algunos reyes han tenido un corazón dócil y sumiso, pero fracasaron al tratar de ganarse el corazón de sus subordinados y fallaron en hacer prosperar al país debido a que carecían de integridad.
Algunas series en la Televisión narran la historia de ciertos reyes. Sin embargo, en la Biblia vemos que muy pocos reyes fueron íntegros. Cuando alguien le informaba algo al rey con mala intención, éste le creía. Creía las calumnias que le contaban. Y si le decían que se había tramado una conspiración en su contra, aunque se tratara de su consejero más leal, el rey creía que ese siervo había conspirado en su contra. Si una, dos o tres personas venían y le decían al rey la misma cosa, la aceptaba como cierta. La mayoría de los reyes eran así. Nunca se tomaban la molestia de escuchar a las 2 partes involucradas. Y por eso, muchos siervos leales fueron injustamente ejecutados.
Volviendo a la prédica. Otros líderes no sólo tienen un corazón dócil, sino también son íntegros de modo que pueden ganarse el corazón del pueblo y conducir al país a la prosperidad. Por eso, el país prospera y el pueblo vive en paz. ¿Cuál de los 2 líderes dio el mejor fruto? ¡Este último por supuesto! Esta es la diferencia entre una persona íntegra y bondadosa y otra que no lo es. Nuestro Señor Jesús era el hombre más bueno, amable e íntegro en el mundo. En todo mostraba una mansedumbre absoluta y perfecta. Como cita Mateo 12:20: "La caña cascada no quebrará, (Todos tratan de hacer leña del árbol caído. Sin embargo, el Señor no lo hizo así. Y como Dios lo dice, yo lo hago. Siempre soy paciente incluso con aquellos por los que nadie da nada y que quieren dañar la iglesia. Ya les he predicado desde este altar para que entiendan y se arrepientan. Espero hasta que se corrijan y cambien. Incluso estoy más pendiente de ellos para ayudarlos. Sin amor, sería imposible hacerlo. Continúa el versículo.) Y el pabilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio." La misericordia, compasión, amor y perdón del Señor por las almas han sido y es sobreabundante.
Jesús también reveló Su señorío y majestad en Sus palabras, hechos y comportamiento, tal como señala Mateo 12:19: Que dice "No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles su voz."
El Diccionario se refiere a la palabra "Dignidad" como "comportamiento tranquilo, prudente y controlado que hace que la gente lo respete." Si Jesús, obediente como era, hubiera contado o escuchado chistes o historias graciosas o no se hubiera vestido correctamente o su andar no hubiera sido el apropiado; ¿Cómo podría haberlo seguido tanta gente? ¿Creen que sus discípulos lo habrían seguido? Cuando ellos tenían preguntas, o cuando no podían entender el significado espiritual de lo que decía, ni siquiera podían preguntarle.
Tal era Su dignidad y majestad que nadie se atrevía abiertamente a amenazarlo. Y aun cuando los discípulos caminaban y comían con el Señor, no se atrevían a hacerle ninguna pregunta. Tenían mucho cuidado al preguntarle algo.
Volviendo al tema: El pueblo no hubiera seguido a Jesús. Incluso Sus discípulos no habrían confiado completamente en Él. Pero Jesús no era así. Siempre enseñaba la Palabra de Dios, y Su palabra era confirmada por el poder y la autoridad de Dios.
Algunos hermanos o hermanas que son líderes a menudo me dicen esto: "Rev. Soy una líder. Pero algunas hermanas no me hacen caso." Líderes: Les digo una vez más. Examinen su pasado y pregúntense: ¿Lo que digo, mi actitud o la forma en que lo digo es lo bastante gentil, amable y correcta como para que confíen en mí y me obedezcan? Deben examinarse. Deben darse cuenta que sus palabras ni su actitud son las más apropiadas ni correctas. Pregúntense: ¿Acaso presté atención a lo que me decían las hermanas que están a mi cargo? ¿Quizás no hice caso a lo que me decían? ¿Las anime y alenté o sólo las grité y critiqué? Si eso es cierto, debe aceptarlo. Las ha ignorado y maltratado. Y usted debe cambiar: En vez de decirles NO a todo lo que le sugieran; comprenda a los demás. No las ignore. Si entiende y acepta con amor y bondad a los que están a su cargo. ¿Acaso no la obedecerán?
Debe examinarse y entender que le falta bondad espiritual. No es que los demás la ignoren. Sino que usted ha hecho que ellos la ignoren. Por favor, todos los siervos de Dios y líderes tengan esto presente.
Siguiendo con el mensaje: Lucas 4:31-32 cita: "Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo. Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad."
Jesús no sólo enseñó la palabra de Dios sino también la cumplió a cabalidad. No tenía ninguna forma de maldad en lo absoluto. Por eso, declaró la palabra de Dios en forma perfecta, sin error ni defecto.
Por eso, Su predicación iba acompañada de autoridad y multitudes lo seguían. Jesús era totalmente diferente a los sacerdotes, escribas, y fariseos que aparentaban en lo exterior ser piadosos pero que en realidad no lo eran. Por esa misma razón el pueblo confiaba en Jesús.
En algunas ocasiones, Jesús los condenaba enérgicamente por sus pecados. Juan 2:14-15 cita: "Y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas (Que no eran animales inmundos. Continúa el pasaje), y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos (Noten que dice en el templo. No significa que era el lugar santo donde sólo los sacerdotes podían entrar. Los cambistas vendían en el patio del templo. Pero la Biblia dice en el templo porque dentro del muro ya se consideraba el templo); y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas. (Tan solo piensen en lo que hizo el Señor. Hizo un azote de cuerdas. Echo fuera a todos y volcó las mesas. Alguna gente carnal diría que el Señor tenía temperamento violento. Pero lo dicen porque no entienden la razón por la que el Señor hizo esto. No conocen el significado espiritual. Si tuvieran discernimiento no dirían esto.)
Cuando Jesús los reprendía, lo hacía en forma muy severa. Y era por la situación en particular que debía hacerlo. Hay algunos líderes en esta iglesia que no reprenden a otros cuando ven que están haciendo mal las cosas. Tan solo se cruzan de brazos observando lo que pasa. Sin embargo, el Señor no hizo esto. Jesús nunca habría aceptado que en el patio del Santo Templo se vendiera todo eso.
En Mateo 16:22 Jesús le predice a Sus discípulos su crucifixión. Y cita el pasaje: "Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca."
Y el Señor de manera muy severa lo reprende a Pedro y le dice en el versículo 23: "¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres." En un sentido carnal, podemos decir que Pedro amaba a su maestro. Sin embargo, el Señor no aceptó ese amor porque era amor carnal. Si hubiera sido amor espiritual, no le hubiera dicho nada. Por eso, Jesús le dijo: "¡Quítate de delante de mí, Satanás!". No lo llamó Pedro. Llamó al que estaba intrigando en Pedro a través de sus pensamientos.
Repito. Reprendió duramente a Pedro diciéndole: "¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres."
Algunas veces yo hago lo mismo. Hay personas que no disciernen esto en el espíritu. Sólo se quedan en el nivel natural o carnal. Por eso, algunas veces los amonesto. Les indico algo y si luego no lo corrigen, entonces, los reprendo. Algunos dicen que me enojo rápidamente y que soy colérico. Tengo que señalar las cosas que no van bien y si es necesario les llamo la atención. Si no lo hago, no tendría amor. Si se da cuenta que alguien está yendo por mal camino, entonces, tiene que corregirlo. Si no lo hace, no tiene amor. A veces reprendo y señalo las faltas a los hermanos porque los amo.
Volviendo al mensaje: En este intercambio que Jesús sostuvo con Pedro, no debe pensar que el Señor perdió la paciencia. Jesús nunca se comprometió con ninguna clase de mentira ni de injusticia que fuera en contra de la volunta de Dios. Y lo que hizo en el templo de Dios fue para que el pueblo despertara y supiera la voluntad de Dios. El Señor Jesús es puro, perfecto y santo no tenía odio ni resentimiento. Su corazón estaba lleno de amor, misericordia y de bondad. ¿Cómo podremos nosotros llegar a entender esa clase de amor?
Romanos 5:8 dice: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." Dios nos demostró su inmenso amor al enviar a Su único Hijo para ser crucificado en la cruz. Así nos ama Dios. Por eso decimos que Dios es amor. Y para redimirnos de nuestros pecados, Dios entregó a Su Hijo. Y lo hizo llevar la cruz. ¡Qué inmenso amor! Y sin embargo, hay personas que dicen no sentir el amor de Dios. Jesucristo llevó la cruz en su lugar. Cuando cree en este hecho, entonces sus pecados son perdonados y es salvo.
Dios nos dio ese gran amor. Y sin embargo, hay gente que dice: "No sé porque dicen que Dios es amor. No sé porque debo amar a Dios más que a cualquier otra persona." Si son nuevos creyentes, lo podría entender. Sin embargo, hay quienes están en la iglesia por más de un año y aún se preguntan eso. Cómo es posible que aún no conozcan el amor de Dios. Dios muestra Su amor a través de Su Hijo.
Al entregar Su vida por nosotros podemos estar seguros de Su amor y creer en él. Jesús tuvo un sobre abundante e incondicional amor y misericordia y jamás se comprometió ni cedió ante ninguna clase de injusticia sino más bien se comportó en forma perfecta. Con amor y bondad el Señor pudo aceptar, comprender y guiar a multitud de almas. Por eso manifestó las obras poderosas de Dios y les predicó el evangelio del reino de los cielos y así pudo guiarlos al camino de la salvación.
Amigos y Hermanos:
Ahora veamos la relación que hay entre amor y justicia. El tener un claro concepto de esta relación le ayudará a comprender lo que es bondad espiritual. Muchos piensan que amor es entender, perdonar, cubrir las faltas y pecados de otros, y ser gentil y amable. No obstante, el verdadero amor no acepta la injusticia tal como cita 1 Corintios 13:6; que dice: "(El amor) No se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad." No debe perdonar la injusticia. Por eso, Dios, quien es la imagen misma del amor, algunas veces da ese amor y esa misericordia incondicionales, pero en otras juzga estrictamente al pecador por su pecado.
En Números 14:18 Dios nos dice: "Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, (Escuchen hermanos. Aun cuando Dios es un Dios de amor, también es un Dios de justicia. También castiga a los que blasfeman y se oponen al Espíritu Santo; y a los que cometen las obras de la carne. En estos casos, Dios juzga y no perdona. Si un siervo de Dios comete estos pecados irá camino de la muerte. Finaliza el pasaje) aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación."
Si su abuelo o el abuelo de su abuelo, adoraron imágenes e ídolos, la ira de Dios vendrá sobre usted y sobre sus hijos. Si sus problemas aun persisten aun cuando se haya orado por usted y viva de acuerdo a la Palabra; entonces, podrá suponer que en su familia ha habido alguien que ha adorado imágenes.
Si ahora vive por la Palabra, ora, guarda santo el día domingo del Señor, diezma y ofrenda correctamente; y aun así tiene dificultades, entonces debe haber algo que sus parientes hicieron en el pasado.
Si se arrepiente en nombre de ellos y da a Dios ofrendas de paz, entonces, el problema se resolverá. Si. Se resolverá. Ahora bien, si no vive por la Palabra, entonces la dificultad continuará. Imagínense, si Dios simplemente perdonará y aceptará a aquellos que han cometido graves pecados; ¿Sería esto amor? Si los padres aman a sus hijos, y ven que están yendo por mal camino, entonces deberán regañarlos y algunas veces deberán darles de correazos. Cuando Dios, el Padre de nuestro espíritu, le permite pagar las consecuencias de sus pecados, es una muestra de su gran amor. Nuestro Señor también empieza disciplinándonos en forma suave. Si no nos corregimos, la disciplina se hace cada vez más severa.
Yo hacía lo mismo con mis hijas. Les decía: "Si no cumplen con las reglas les daré no sólo 10 sino 20 correazos." ¿Creen que ellas me creían. O no? Pues claro que si. Y si se portaban mal, les daba los 20 correazos. Si. Era doloroso. Por eso no volvían a portarse mal. Y jamás les permití decir alguna mentira. Les decía que nunca iba a tolerar mentiras. Y así les enseñaba cuando eran pequeñas.
Ahora bien. Si Dios fuera a salvar tanto a los que se han esforzado por vivir de acuerdo a la Palabra, como a los que tan solo han declarado de labios tener fe, pero han vivido cometiendo pecados graves; ¿Cómo podríamos decir entonces que Dios es bueno? Si Dios no cumple con la ley del reino espiritual, no se podría realizar el verdadero cultivo y perfeccionamiento del ser humano y Satanás siempre estaría acusando al hombre. Dios creó los cielos y la tierra y todo lo que hay en ella; y ha estado gobernando todo de acuerdo a la ley establecida. Dios es un Dios de justicia.
Incluso hasta el día de hoy, y para hacer todo conforme al criterio de justicia y cumplir con la voluntad de Dios, he tenido que orar y ayunar mucho y, en algunas ocasiones, he tenido que soportar y superar pruebas. Para recibir y manifestar el grandioso poder de Dios, he tenido que mostrar una fe digna de un verdadero hombre de Dios. Y cada vez que he mostrado las evidencias de mi fe, Dios me ha dado mayor poder. Cada vez que he superado pruebas y aflicciones por fe, Dios me ha consolado y me ha concedido lo que le he pedido. Cuando necesité dinero. Me lo dio. Y me lo dio en abundancia. Si. Me ha concedido lo que he pedido.
¿Cuál creen ustedes que es mi mayor deseo? Quiero que todos los que están enfermos entre ustedes sean sanados y que todos sean bendecidos. Pero la voluntad de Dios es que ore por ustedes de acuerdo a Su justicia. Si dejamos de lado la justicia y todos son sanados y bendecidos incondicionalmente, algunos no serían salvos porque la causa espiritual del problema no habría sido resuelta.
En nuestra relación con Dios, si uno experimenta Su amor en forma personal, buscando a Dios con perseverancia y mostrando su fe en hechos, entonces la intimidad que tendrá con Dios será totalmente diferente a la que tendría si otra persona tan solo le contara de Su amor. Por eso, el amor se perfecciona con la justicia y así la justicia y el amor se complementan mutuamente.
Es lo mismo con la bondad, que es una de las características del amor. Si no sólo abunda en amor y en misericordia, teniendo un corazón bueno y obediente, sino también posee integridad para guiar a los demás por el camino correcto, entonces su compasión y bondad serán perfeccionadas y podrá compartir el verdadero amor. En otras palabras, podrá guiar a multitud de personas al camino de la salvación y de la vida eterna y darles verdadero descanso y alivio.
¿Habrá entre ustedes alguien que piense que es muy difícil ser bondadoso? Desde luego, uno no llega a ser amable y bondadoso en un día. Una verdadera persona bondadosa es reconocida por Dios por su benignidad. Y a fin que se reconozca esta bondad, primero, debe santificar su corazón. Y debe ser íntegro. En la siguiente prédica les compartiré que es lo deben hacer para tener esta verdadera bondad en su corazón.
Amados Amigos y Hermanos:
¿Han leído en las fábulas de Esopo la historia de una apuesta que hubo entre el sol y el viento? Tal vez algunos lo hayan hecho. Les cuento: Un día el sol y el viento hicieron una apuesta a ver quien de los dos podía hacer que un hombre se quitara más rápido su abrigo. El viento fue el primero en intentarlo. Y con aire triunfante, sopló y envió un viento tan fuerte, capaz de derribar un árbol.
Hermanos: ¿Quién creen que ganó la apuesta? ¿El viento? Sin embargo, el hombre se abotonó bien el abrigo y se envolvió en él. Cuando el viento arreciaba, se apretaba más a su abrigo. No se lo quitó. Era lógico que sujetara su abrigo para no perderlo.
Luego vino el turno del sol. Y simplemente con una sonrisa envió una ola de calor y el hombre rápidamente se quitó el abrigo. Creo que ya han oído esta historia antes. Sin embargo, ella encierra una lección muy importante para nosotros. El viento trató, por sus propios medios, que el hombre se quitara el abrigo; mientras que el sol dejó que el mismo hombre lo hiciera.
La bondad y la amabilidad son como el sol. La benignidad o compasión espiritual es el poder de conmover e impactar el corazón de alguien con bondad y amor; y sin ninguna presión ganarse su corazón. Si tiene esta clase de bondad, tendrá un poder mayor al que pueden dar las riquezas, la fama y el poder de este mundo. Y, además, podrá con ese poder que da la bondad guiar a multitud de almas al camino de la salvación.
Les he dicho que la bondad espiritual es tan suave como el algodón y como ese lugar de descanso que uno desea hallar bajo la sombra de un frondoso árbol. Del mismo modo, les he explicado que la benignidad o bondad espiritual es tener "Ternura interior" y "Amabilidad exterior."
Oro en el nombre de nuestro Señor Jesucristo para que guarden este mensaje en su corazón, y así logren alcanzar esta ternura y lleguen a experimentar el poder de la bondad y del amor.
AMEN