[Apocalipsis 1:2-6]
20-10-2006 | Rev. Jaerock Lee
Apocalipsis 1:2-6
[2] el cual dio testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todo lo que vio.
[3] Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca.
[4] Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia a vosotros y paz, de aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono,
[5] y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con su sangre
[6] e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para su Dios y Padre, a El sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo.
Es Dios el Creador quien conoce más sobre nosotros.
Nuestro corazón, nuestra personalidad, nuestros talentos, nuestras vasijas; Dios conoce cada detalle.
Y es también Dios quien puede guiarnos de la mejor y más apropiada manera en nuestra vida.
Ya que Dios conoce en que área es donde nos desempeñamos mejor y donde somos más capaces, Él nos asigna la mejor tarea para nosotros.
Desde el punto de vista del hombre, la tarea puede no parecer apropiada para cierta persona. Pero Dios ve de diferente manera.
Por ejemplo, la gente nunca hubiera imaginado la forma en que Juan cumpliría su ministerio para el Señor, si hubieran recordado a Juan cuando fue llamado por Jesús como discípulo.
En Marcos 3:17, Jesús les dio a Jacobo, y a Juan el hermano de Jacobo el nombre Boanerges, el cual significa, “Hijos del Trueno”.
Si ven en Lucas 9:52 y en los versículos que le siguen, puede ver por qué se les dio ese nombre.
Los discípulos de Jesús entraron a una aldea de los Samaritanos para hacer preparativos para la próxima entrada de Jesús en Jerusalén. Pero la gente de la aldea no los recibió.
Luego en el versículo 54 dice, “Al ver esto, sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma?”.
Esto explica el mal temperamento y la violenta personalidad de Juan, quien fue llamado ‘un hijo del trueno’.
El Juan que actuaba de esa forma, más tarde cambió y se volvió ‘el Apóstol de Amor’ que evangelizó a innumerables almas. Él acumuló infinidad de oraciones para el Señor y recibió las palabras de la profecía.
Ustedes no habrían podido imaginar fácilmente esto si pensaran en Juan antes de haber sido cambiado.
Pero Dios conocía a Juan mejor que nadie más. Lo refinó y lo cambió, y trabajó en él para que pudiera convertirse en un precioso instrumento.
Había muchos discípulos y apóstoles de Jesús. Pero Dios escogió al Apóstol Juan quien se convertiría después en el más apropiado para esta tarea.
Queridos hermanos y hermanas.
Recibir las palabras de la profecía como en este Libros del Apocalipsis no es nunca una tarea fácil.
Mientras se arrodillaba ante Dios por años, tuvo que hacerse obediente y sosegado. Tuvo que soportar muchas cosas.
Como Dios sabía que Juan se convertiría en una vasija apropiada una vez que cambiara, por eso le dio esa tarea tan importante; escribir el Libro del Apocalipsis.
Del mismo modo, Dios conoce sobre ustedes y sobre mí mejor que nadie más, y planifica y prepara con anticipación para nosotros, lo que es más apropiado y justo.
Dios da la tarea más apropiada a cada uno de nosotros, y nos guía de la manera que Él desea usarnos.
Por lo tanto, espero que Ustedes estén orgullosos de los deberes que les han sido asignados, y que tenga pasión por ello para que puedan cumplir con la voluntad de Dios.
Cuando Dios asigna alguna tarea a las personas de acuerdo a sus vasijas, no hay tal cosa que una tarea es más importante que la otra, el valor de la tarea asignada puede variar dependiendo de cuan preciosas consideren los individuos que sean éstas.
Queridos hermanos y hermanas.
Incluso entre los creyentes de la actualidad, hay algunos que tienen sentimientos negativos cuando escuchan la palabra ‘revelación’.
Si una persona dice que ha recibido revelación de Dios, ellos la critican diciendo, “¡Cómo es posible que en estos tiempos alguien pueda recibir revelación de parte de Dios!”. Dicen que es algo totalmente equivocado y anormal.
Esto también puede hallarse en los días de Jesús, y en los días de la iglesia primitiva.
Los sacerdotes, los escribas y los Fariseos eran Judíos que pensaban que ellos eran correctos para la ley, y estaban orgullosos de vivir por la ley.
Entonces, ellos se dieron cuenta que los discípulos y los apóstoles del Señor experimentaban el reino espiritual que ellos nunca habían experimentado.
Así que, los sacerdotes, los escribas y los fariseos llegaron a envidiarlos y a sentirse celosos de ellos porque no comprendían. Pensaban que sus posiciones estaban siendo amenazadas por los discípulos y por los apóstoles, y les acusaron falsamente de estar equivocados (según lo que ellos creían).
Pero nosotros podemos ver que el Apóstol Pablo especialmente, quien fue incluso llamado ‘un cabecilla de la secta de los Nazarenos’ por los Judíos hermanos, recibió muchas revelaciones.
Y él comprobó todas las revelaciones por las obras de poder que las seguían.
El Apóstol Pablo confesó en 1 Corintios 14:6 “Ahora bien, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿de qué provecho os seré a menos de que os hable por medio de revelación, o de conocimiento, o de profecía, o de enseñanza?” y 2 Corintios 12:1 dice, “El gloriarse es necesario, aunque no es provechoso; pasaré entonces a las visiones y revelaciones del Señor”
También en 2 Corintios 12:7 dice, “Y dada la extraordinaria grandeza de las revelaciones”, y en Gálatas 1:11-12 hallamos, “Pues quiero que sepáis, hermanos, que el evangelio que fue anunciado por mí no es según el hombre. Pues ni lo recibí de hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por medio de una revelación de Jesucristo”
Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, Dios se comunicó con aquellos que estaban calificados por medio de desechar toda forma de maldad, quienes eran santos y que estaban santificados, y aquellos que reflejaban el corazón del Señor. Dios reveló Su voluntad y providencia a través de ellos dándoles las revelaciones.
Dado que el Apóstol Juan estaba calificado de esa manera, él pudo recibir las palabras de la profecía la cual contenía los profundos secretos de los últimos días.
Ahora en el verso 2, él dice, “el cual dio testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todo lo que vio”.
Él está diciendo que testificó la palabra de Dios que recibió en comunicación con Él, la visión que vio, y todo lo que Jesús hizo durante Su ministerio Público.
El Apóstol Juan no agregó nada ni dejó nada fuera amparado a sus propias ideas, conocimientos o sentimientos. Escribió exactamente lo que recibió bajo la inspiración del Espíritu Santo en la voluntad de Dios.
De igual forma, al empezar a escribir este Libro del Apocalipsis, él claramente mencionó de dónde provenían las palabras.
En otras palabras, todas las palabras en este Libro del Apocalipsis provenían de la voluntad de Dios para que el hombre no las interpretara según su propio conocimiento o teorías, y para que no dudara de ellas.
Todas las palabras eran de Dios, de allí que todas son verdaderas y con seguridad se cumplirán.
Ustedes tienen que creer este hecho y leer este libro.
El verso 3 dice, “Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca”.
Aquí, ‘las palabras de la profecía’ se refiere a este Libro de Apocalipsis, pero en un sentido más amplio, esto se refiere a todas las palabras de los 66 libros de la Biblia.
Es por eso que no podemos comprender a totalidad el Libro del Apocalipsis solamente por las palabras escritas en él.
Debido a que cada palabra o idea que se ha expresado en la Biblia siempre está conectada o acoplada con otra, solamente podemos comprender el significado completo cuando encontramos el complemento de ella y las leemos.
Por lo tanto a fin de comprender totalmente la voluntad y la providencia de Dios en este Libro, tienen que leer los 66 libros de la Biblia para encontrar los pares correctos.
En ese sentido, la escritura de esta noche dice, ‘Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca”
En primer lugar, esta dice, ‘aquel que lee’, la lectura pude ser hecha por un individuo.
Cada individuo puede leer las palabras de la profecía.
Es por eso que se usa la forma singular.
Aquí en este texto bíblico, ‘leer’ no se refiere a ‘leer la palabra de Dios’ en sí misma.
Dios no desea que ustedes y yo leamos las palabras solamente para obtener alguna clase de conocimiento. Sin más bien, desea que leamos las palabras con anhelo en nuestros corazones y motivados por el amor que tenemos por Él; y porque queremos comprender Su voluntad.
Solamente entonces podemos poner las palabras en nuestro corazón, y luego podemos hacer pan de ellas.
Luego dice, ‘aquellos que oyen’, ahora utiliza una forma en plural.
Es como que ustedes escuchen las palabras que predico desde este púlpito.
Debido a que entrego este mensaje a muchas personas en lugar de un solo individuo, es natural que muchos escuchen las palabras.
Y además, ‘oír’ no se refiere a escuchar el mensaje entregado desde un púlpito.
Sin importar que tan bueno sea el mensaje, si lo interpretan de acuerdo a sus propios pensamientos, o con un corazón no tan bueno, pueden caer en el pecado de la duda o de juzgar la palabra de Dios.
Por lo tanto, cuando escuchen la palabra de Dios, tienen que abrir sus corazones y escuchar la palabra con buena actitud; no tienen que hacerlo valiéndose de teorías o conocimientos propios.
Además, solamente cuando la palabra de Dios proviene de los labios de aquellos que son verdaderamente amados y garantizados por Dios, puede el mensaje convertirse en vida y en fortaleza a los que la escuchan.
Por ultimo esta dice, ‘aquellos que guardan las cosas’; cuando ustedes leen y oyen las palabras de esta profecía, muchos tratan de atesorarlas.
Es por eso que usa una forma plural ‘aquellos’ en lugar de ‘él o ella’, y la bendición viene sobre aquellos que tratan de conservarlas.
La bendición no llega sobre los que solamente leen o que solamente escuchan las palabras. Cuando las leen, las oyen, y las guardan, entonces la bendición vendrá sobre ellos.
Si ellos no leen o escuchan, no comprenderán la voluntad de Dios. Entonces, no podrán guardar las palabras y no podrán recibir la bendición.
Pero aún si las leen y las escuchan, pero no las guardan, serán infructuosas.
Es por eso que la Biblia continua repitiendo que tienen que meditar en la palabra de Dios y depender de ella para que puedan recibir la bendición prometida.
El Salmo 103:17-18 dice, “Mas la misericordia del SEÑOR es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen, y su justicia para los hijos de los hijos, para los que guardan su pacto y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos”
Además el Salmo 119:1 dice, “¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto, los que andan en la ley del SEÑOR!”
Y el Salmo 101:6 dice, “Mis ojos estarán sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo”. ¡Qué palabras tan esperanzadora!
En el Nuevo Testamento, Mateo 7:24 dice, “Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca”.
Y Santiago 1:22 dice, “Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos”, y el verso 25 dice, “Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que hace”.
De igual manera, la Biblia claramente dice que ustedes tienen que guardar la Palabra de Dios que leen y que oyen y, al hacer esto las bendiciones vendrán sobre ustedes.
Aún cuando leen y escuchan palabras tan importantes como aquellas del Apocalipsis, si ustedes las dejan entrar por un oído y salir por el otro, la Palabra no será de ningún beneficio.
Por favor guarden en su mente que leer y escuchar la Palabra de Dios es importante, pero guardarla y producir frutos basados en ella es más importante.
Es más, así como ella dice ‘el tiempo está cerca’, las palabras del Apocalipsis están relacionadas con las señales de los últimos días que están a la vuelta de la esquina.
Aquellos que están viviendo en los últimos días del final de los tiempos tendrán actitudes completamente diferentes, dependiendo en qué tan bien ellos lean, oigan y guarden las palabras que han escuchado y de su preparación para recibir al Señor.
Aún cuando dice, ‘el tiempo está cerca’, si no ponen atención a ella, y se mantienen en amistad con el mundo, ellos no son aquellos que se están preparando para reunirse con el Señor.
Es por eso que no podrán siquiera recibir la bendición de la salvación cuando el Señor regrese por nosotros.
Por el contrario, aún cuando una persona no ha podido llevar una vida de buen creyente hasta ahora, si guarda la palabra, y vive una vida de creyente apropiada a partir de este día, así como promete la Biblia, la bendición más importante, que es la salvación, y las otras bendiciones vendrán sobre usted.
En ese sentido, hay algunas personas que simplemente inventan excusas, y que no vivirán una vida de creyentes aun cuando escuchan que el tiempo está cerca, y que las cosas que escuchan con seguridad se cumplirán apresuradamente y muy pronto.
Por ejemplo, un estudiante olvida o ignora sus responsabilidades de estudiante y piensa, “¿Qué sentido tiene estudiar ahora, si el Señor pronto vendrá?
Se niega a estudiar y muestra una actitud de desviación a su posición como estudiante.
Entonces, ¿Está él actuando porque verdaderamente cree que el tiempo de la venida del Señor está cerca?
No, no es así.
Si él realmente cree que el tiempo de la venida del Señor está cerca, se esforzará más como estudiante.
Entonces se convertirá en un hijo de Dios que le glorifica, y será reconocido por otros.
Por supuesto, será despertado para orarle a Dios y tratará más fuertemente de acumular recompensas en el cielo.
Pero él no hace eso, y esto significa que no cree. A decir verdad, él no quiere estudiar sino solamente jugar. Entonces inventa excusas, diciendo ‘el tiempo de la venida del Señor está cerca’ y hace lo que mejor le parece.
Lo mismo aplica también para un empleado de oficina, o para un hombre de negocios.
Entre mejor comprendan que el tiempo está cerca, más fieles serán y trabajarán más. Trabajarán más duramente, y ganarán más para usarlo para las almas de Dios y para Su reino.
Serán fieles a las tareas que Dios les ha asignado a fin de acumular recompensas celestiales. Y su esfuerzo será mayor para adornarse para el Señor.
Pero lo más importante es que, así como les dije en el último mensaje, ustedes tienen que estar listos para reunirse con el Señor.
Esto se debe a que no tienen la menor idea de cuando será su tiempo; el tiempo en que se reunirán con el Señor.
Queridos hermanos y hermanas.
Aquellos que aman verdaderamente a Dios Padre y tienen la esperanza por el cielo, estarán tan emocionados y felices cuando escuchen, ‘el Señor viene pronto’.
Cuando las personas están enamoradas, se emocionan cuando están por reunirse con sus parejas. ¿Cuánto más estaremos nosotros emocionados cuando sepamos que nos reuniremos con el Señor, quien es nuestro novio, y con Dios Padre?
A fin de tener este emocionante y fantástico momento de gozo y de felicidad, ¿Qué deberíamos hacer?
Él método está en las palabras que Dios le dio a las siete iglesias en Asia por medio del Apóstol Juan.
Antes que el Apóstol Juan presente los contenidos de las cartas a las siete iglesias, él explicó el trasfondo de ellas.
Los versículos 4 al 6 dicen, “Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia a vosotros y paz, de aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono, y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con su sangre e hizo de nosotros un reino y sacerdotes para su Dios y Padre, a El sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén”.
Dios escogió siete iglesias y envió las cartas por medio del Apóstol Juan.
Aquí, las siete iglesias eran las iglesias ubicadas en Asia Menor. Asia Menor fue el primer lugar don el Apóstol Pablo empezó su ministerio.
Por lo tanto, en esos días, estas eran las iglesias que estaban paradas sobre la roca más fuerte.
Dios escogió tales iglesias que estaban paradas sobre la roca creyendo en el mensaje de la Cruz, en la Resurrección del Señor, y en la segunda venida, y envió a ellos Sus voluntad.
Pero el mensaje no era solamente para aquellos de las siete iglesias.
Las siete iglesias representaban a todas las iglesias en esos días, y trascendiendo el espacio y el tiempo, ellas representan a todas las iglesias que existieron antes y a las iglesias que existen ahora.
Dios envió Su mensaje a las siete iglesias; y ya que el número 7 representa lo ‘perfecto’ y ‘completo’, Dios envió Sus mensajes a todas las iglesias sobre la tierra hasta que el Señor regrese en el aire.
Las alabanzas y reprensiones que fueron dadas a las siete iglesias no aplican solamente a esas siete iglesias. El mensaje habla sobre la historia que cualquier iglesia de estos días pueda experimentar.
Si ustedes escuchan los mensajes dados a las siete iglesias, estarán sorprendidos de cuan exactamente pueden ser aplicados los mensajes a las iglesias en estos días, de cuan precisamente los mensajes han sido cumplidos.
Queridos hermanos y hermanas.
La escritura dice, “de aquel que es y que era y que ha de venir”. ¿A quién se refiere?
‘Aquel que ha de venir’ se refiere al Señor Jesucristo. Pero ‘Aquel que es y que era’ se refiere a Dios Padre.
Por supuesto, el Señor y el Espíritu Santo existen y existieron, pero fue solamente Dios Padre quien ha existido desde el principio.
Pero, Dios la Trinidad era originalmente uno. Por lo tanto, ‘Aquel que es y que era y que ha de venir’ se refiera a Dios la Trinidad.
Y la escritura también dice, que hay siete Espíritus delante del trono de Dios.
Apocalipsis 4:5 dice, “Del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios”.
Les explicaré sobre los siete Espíritus más adelante, pero les daré una breve explicación. Los siete Espíritus son los Espíritus provenientes de Dios.
Dios quien es Espíritu puede dividirse en muchos Espíritus que reflejen precisamente Su corazón por medio de la división del Espíritu.
Es como el rey de un país que envía sus mensajeros, los cuales tienen la autoridad de un rey, a un lugar donde el rey no puede ir.
Pero sin importar cuan cercanos ellos puedan parecer, los mensajeros del rey no pueden ver las cosas desde el mismo y exacto punto de vista del rey.
Dependiendo en quien es el mensajero, aún en una misma situación, pueden existir diferentes puntos de vista.
Pero esta situación no se aplica a los siete Espíritus.
Los Espíritus quienes tienen el corazón de Dios se han dividido de Dios, y buscan y miden todo con el corazón y la voluntad de Dios, toman una decisión que es precisamente congruente con la de Dios.
Los siete Espíritus pueden ir a cualquier lugar en representación de Dios, y buscan y disciernen precisamente las cosas sobre todos los hombres.
Y dependiendo en la medida de los siete Espíritus, la respuesta, la bendición y la solución a los problemas son decididas.
Queridos hermanos y hermanas.
Dios la Trinidad está siempre a nuestro lado.
Dios Padre examina la tierra a través de la división de Espíritus como los siete Espíritus.
Él protege a Sus hijos con Sus ardientes ojos, y también al mismo tiempo, examina todo con ojos ardientes.
Además, el Espíritu del Señor está siempre allí donde los hijos del Señor se reúnen. Siempre da gracia y fortaleza, y examina todo lo que ustedes hacen.
Y el Espíritu Santo quien mora en nuestros corazones examina nuestros pensamientos y nuestro corazón, y trata de guiarnos a la verdad sin importar donde nos encontremos en este momento.
De igual manera, Dios la Trinidad guarda y protege a Sus hijos, y les da fortaleza para vencer al mundo.
Y Él también conoce con precisión sobre los niveles de fe de cada uno.
Y guía por un camino que esté de acuerdo con sus niveles de fe.
Por favor mantengan en mente el hecho que Dios la Trinidad está siempre con ustedes, y caminen por el camino que agrada a Dios.
Puedan la gracia y las bendiciones de Dios la Trinidad ser abundantes sobre ustedes que son agradables para Dios, ¡Yo oro en el nombre del Señor Jesucristo!
[Amén]