• 3er Reino de los Cielos (7)

    [Santiago 1: 12]

    17-02-2008 | Rev. Jaerock Lee

    • : Cielo (42) – 3er Reino de los Cielos ⑦
      :
      “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”


      Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

      Este día, les hablaré sobre ejemplos de personas en la Biblia que fueron al tercer reino de los cielos. Las personas que voy a presentarles, vivieron todos en la época del Antiguo Testamento. En esta época, el Espíritu Santo no moraba en el corazón de cada persona. Él obraba como el espíritu de Dios y lo hacia para inspirar a las personas. Por lo tanto, no era fácil que alguien circuncidara su corazón así como en los tiempos del Nuevo Testamento. Entonces, la medida para decidir la santificación no puede ser aplicada de la misma manera. En aquella época, a pesar de que las personas tenían la naturaleza pecaminosa en el corazón, siempre y cuando no cometían pecados en acción, no eran considerados ‘pecadores’.

      Las personas que les voy a presentar este día no estaban totalmente santificadas según los estándares de santificación del Nuevo Testamento. Sin embargo, ellos no violaron el estándar de la ley. Pero, estas personas tenían la clase de corazón para alcanzar la santificación, lo cual quiere decir, que si hubieran vivido en los tiempos del Nuevo Testamente y si hubieran recibido al Espíritu Santo, con seguridad se habrían santificado. Además, ellos fueron reconocidos por haber sido valiosos instrumentos en el cumplimiento de la voluntad de Dios y por lo tanto llegaron al tercer reino de los cielos.

      Sin embargo, incluso en los tiempos del Antiguo Testamente, hubo personas que recibieron el obrar del espíritu de Dios, que circuncidaron su corazón y que se santificaron. Ellos fueron aquellos que amaron a Dios al más alto grado y que reconocieron claramente Su voluntad para desechar todas las formas de maldad. Entre ellos encontramos a Elías, Enoc, Abraham, Moisés, David, Samuel, etc. Cada uno de estos personajes, en su tiempo fueron usados grandemente según la providencia de Dios. Es decir, fueron fieles en toda la casa de Dios, y alcanzaron la Nueva Jerusalén.
      Por favor recuerden que existe esta clase de diferencia entre los tiempos del Antiguo Testamento y los del Nuevo Testamento mientras escuchan este mensaje.


      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, la primera persona que les presentaré es Noe. Génesis 6:9 dice, “Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. En su tiempo, Noe fue un hombre justo y sin mancha. Fue escogido por Dios para sobrevivir el juicio del diluvio. Así que, él cumplió con la misión de convertirse en el nuevo comienzo de la cultivación humana. Entonces, ¿Por qué este Noe no fue a la Nueva Jerusalén, sino solamente al tercer reino de los cielos?

      Antes del diluvio, Noe tenía confianza delante de Dios. Podía incluso caminar con Dios. Pero al continuar viviendo 350 años más después del diluvio, no pudo más tener confianza delante de Dios. ¿Qué sucedió? En algún momento después del diluvio, la gente volvió a mancharse con la carne. Además, las naturalezas carnales originales que habían estado escondidas muy dentro de sus corazones empezaron a ser reveladas. Y Noe no fue la excepción. Antes del diluvio, sus acciones eran perfectas en el exterior, pero las naturalezas pecaminosas en su interior empezaron a brotar después del diluvio. Empezó entonces él a recibir la cultivación humana a un nivel total para cultivar aun las cosas más profundas de su corazón.

      Pero mientras era cultivado durante esos 350 años, no pudo alcanzar el nivel de santidad que Dios deseaba. Esto quiere decir que no pudo desechar la naturaleza carnal en lo profundo de su corazón. Por ejemplo, cuando su hijo, Cam, divulgó la falta que Noe había cometido, éste lo maldijo. Por supuesto, fue incorrecto que Cam divulgara la falta de su padre. Pero, si comparamos a Noe con David, podemos ver la gran diferencia en la bondad del corazón. Mientras David estaba bajo refinamiento, un hombre llamado Simei los maldijo extremadamente, y ¿Cómo reaccionó David? Su gente estaba enfurecida y querían matar a este hombre, pero David los detuvo. Él simplemente se quedó callado. Tenía un corazón humilde capaz de recibir la prueba que había sido permitida por Dios.

      David dijo en 2 Samuel 16:12, “Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy”. Comparando el corazón de David con el de Noe, quien había maldecido a su hijo Cam, podemos ver la diferencia.

      Hermanos y hermanas, desde el diluvio, Noe era la cabeza de toda la gente. Esta fue una de las principales razones por la cual no logró descubrir totalmente sus defectos.

      Cada persona que vivió en los tiempos de Noe fue descendiente de él. Todos tuvieron que llamarle padre, abuelo, o bisabuelo. Así que, aunque tuvieran algo que decirle, no era fácil hacerlo. Es igual cuando tenemos posiciones altas en el Señor y nos convertimos en líderes. En la medida que avanzamos como líderes, pocas personas nos señalarán nuestros errores o nos darán consejo. Es por eso que tenemos que ser humildes y mirar constantemente dentro de nosotros mismos. No debemos escuchar solamente los elogios y los halagos.

      En ocasiones, aunque a ustedes no les guste, tienen que ser capaces de aceptar las palabras que son beneficiosas para su espíritu. Sin embargo en los tiempos de Noe, no había nadie que hablara tales palabras que fueran realmente beneficiosas para su espíritu. Y aún si hubiera habido, la mente de Noe estaba elevada como la cabeza de los demás, lo cual no le permitía aceptar tales palabras. Por lo tanto, en el momento de su muerte, Noe tenía más arrepentimiento que agradecimiento. Cuando miró atrás hacia sí mismo y descubrió, según su propio punto de vista, que no estaba santificado, no tuvo la capacidad de tener confianza delante de Dios. Sin embargo, de acuerdo a los estándares de la Ley en el Antiguo Testamento, él era un hombre sin mancha en su generación. Además, en el tiempo de la inundación, jugó un papel crucial al preparar el Arca. Y debido a esto, Dios le permitió la gloria del tercer reino de los cielos.

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, entre los personajes bíblicos del Antiguo Testamento, Isaac también entrará al tercer reino de los cielos. Génesis 35:28-29 dice que Isaac murió y fue recogido a su pueblo a la edad de 180 años. Génesis 25:7-8 dice que Abraham también murió a la edad de 175 años. Pero hay una gran diferencia entre la muerte de estos dos hombres. Solamente con lo que está escrito describiendo cada muerte, parece que ambos murieron a una avanzada edad, pero el significado implícito en el recuento de cada muerte fue completamente diferente.

      En el caso de Abraham, su energía se agotó en su cuerpo y dio su último suspiro cuando llegó el tiempo de la providencia de Dios. Pero en el caso de Isaac, a diferencia de Abraham, hay una expresión más, ‘viejo y lleno de días’. Durante mucho tiempo, los ojos de Isaac habían estado débiles. Él no podía distinguir entre Esaú y Jacob. Y no solamente sus ojos, sino otras partes de su cuerpo estaban débiles, y murió por su avanzada edad. Pero este no fue el caso de Abraham. Sus ojos y su cuerpo no se debilitaron. Hasta el momento de su último suspiro, tuvo un cuerpo fuerte y sano. Él había alcanzado el corazón de espíritu perfecto y era llamado ‘un amigo de Dios’. Así que, no solamente estaba saludable, sino que también su cuerpo estaba aún más saludable que cuando tenía 100 años, cuando había procreado a Isaac.

      Por otro lado, Isaac era muy diferente a Abraham en cuanto al nivel espiritual. Por supuesto, esto no quiere decir que Isaac estaba enfermo o tenía algo malo con su cuerpo, sino que simplemente se había debilitado según avanzaba en edad, y finalmente perdió su energía y murió. Además, cuando se enfrentó a la muerte, tenía muchas cosas de que arrepentirse en su pasado. Él reconoció que carecía de muchas cosas comparado con su padre Abraham.

      Abraham tuvo una vida muy cómoda al final de sus días procreando muchos hijos. Por otro lado, Isaac tuvo que observar el conflicto entre sus hijos Esaú y Jacob y sufrió en su corazón. Especialmente, por haber sido separado de su hijo Jacob durante 20 años. Pero a decir verdad, la causa del conflicto entres sus hijos fue el resultado de que Isaac mostrara favoritismo por uno de ellos y los defectos del otro. Por ejemplo, cuando Jacob engañó a su padre y recibió todas las bendiciones de su hermano Esaú, la relación entre los dos hijos quedó seriamente dañada. La causa directa del problema era con el hermano menor Jacob. Pero si Isaac hubiera tenido un corazón de espíritu, el problema no habría sido tan serio.

      ¿Qué si Isaac hubiera poseído un corazón amplio y espiritual como su padre? Habría buscado una forma para que sus dos hijos, Esaú y Jacob pudieran co-existir. Debido a que Jacob también era su hijo, pudo haber puesto más cuidado en ellos para que su relación no se hubiera empeorado cada vez más. Pero como tenía favoritismo por Esaú, solamente pensó en el punto de vista de Esaú y culpó a Jacob.

      Abraham no tuvo molestia alguna, ni aún cuando su sobrino Lot escogió la mejor tierra. Además, cuando Lot, después de haber tomado la mejor tierra, fue capturado en una batalla, ¿Qué fue lo que hizo Abraham? Si él hubiera tenido una mente carnal, habría culpado a Lot por todo diciendo, “Miren lo que pasó. Él escogió la mejor tierra y este es el resultado”. Pero Abraham no hizo esto. Su preocupación por Lot fue su primera consideración, y solamente quería salvarlo. Así que, tomó a los hombres criados en su casa y lo salvó él mismo. Este es el corazón de espíritu cultivado con bondad, el cual refleja el corazón de Dios.

      Isaac no tenía un corazón espiritual como este; solamente buscaba evadir rápidamente que la culpa cayera sobre él. Se alió con Esaú, y junto a él culparon a Jacob. Sin embargo, esto no quiere decir que la fe de Isaac estuviera en un nivel muy bajo, pues aún cuando su padre Abraham lo iba a ofrecer en sacrificio, él simplemente obedeció. Además, trató de recordar y practicar lo que había aprendido de su padre. Cultivó un buen corazón y a lo largo de su vida mostró su fe, hasta cierto grado.

      Pero comparado con su padre Abraham, había una diferencia en la profundidad de la cultivación de su espíritu. Fue por estas razones que Isaac pudo alcanzar solamente el tercer reino de los cielos y no logró entrar a la Nueva Jerusalén.

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, entre la gente del Antiguo Testamento, el hijo de Isaac Jacob también entrará al tercer reino de los cielos.

      Él tomó la primogenitura de su hermano con un plato de guisado de lentejas. Además, engañó a su padre y recibió todas las bendiciones que pertenecían a la primogenitura de su hermano. La manera en que hizo esto no fue buena, pero Jacob lo hizo porque tenía un entusiasmo espiritual. Además, tuvo un corazón firme para alcanzar sus metas. Tuvo también diligencia, fidelidad, y resistencia. Dios sabía que Jacob tenía estos puntos buenos.

      Pero aún con tantos puntos buenos, si el ego de una persona no es derribado, Dios no puede usarlo. Para cumplir la providencia de Dios, tenemos que obedecer la voluntad de Dios. Si insistimos en nosotros mismos, nada tiene valor. Así que Dios refinó a Jacob en tal manera que pudo derribar su ‘ego’ completamente. Después de huyó de su hermano, Dios le permitió humillarse a sí mismo mientras permaneció con su tío durante 20 años. Además, tuvo la oportunidad de quebrantarse a sí mismo completamente en el vado del río Jaboc.

      Por detrás, él no podía retroceder por el convenio con su tío, y al frente, su hermano estaba esperándole. No podía retroceder ni adelantarse. Su sabiduría e incluso toda la salud que había acumulado en estos 20 años de duro trabajo no le servían en este momento. Él consideró que todo lo que había acumulado hasta entonces era nada, y llegó a confiar y depender de Dios solamente. Derribó completamente su ‘ego’ y se convirtió en ‘Jacob el gusano’. Jacob también arrancó su naturaleza astuta a través de estas pruebas.

      En el Antiguo Testamento, no era fácil arrancar la naturaleza pecaminosa que estaba enraizada profundamente dentro del corazón. Pero Jacob lo hizo. Dios escogió a Jacob, quien tenía un corazón firme, para que fuera el comienzo del pueblo de Israel. Pero a pesar que él había sido refinado, no se santificó completamente. Sufrió mucho por el favoritismo de su padre Isaac, sin embargo él también tuvo favoritismo por algunos de sus hijos. Mostró enormemente su parcialidad hacia José. Génesis 37:3 dice, “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores”. Este favoritismo de Jacob trajo de nuevo tragedia en medio de sus hijos. Los otros hijos de Jacob, hermanos de José, vendieron a éste como esclavo. Por supuesto, esto fue permitido por Dios en Su providencia porque José tenía cosas que cambiar. Pero la causa original del problema fue el corazón imperfecto de Jacob.

      Comparado con Abraham, quien ofreció incluso a su propio hijo Isaac sin ninguna duda, podemos ver cuan corto en la fe estaba Jacob. Debido a que Jacob tenía estos defectos, no pudo ir a la Nueva Jerusalén, sino que se quedó solamente en el tercer reino de los cielos. Al momento de la muerte de Jacob, igual de Isaac, se había debilitado y murió.

      Pero en el caso de Moisés quien alcanzó el espíritu perfecto, Deuteronomio 34:7 dice, “Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor”. La razón por la cual la Biblia dice esto es para que nosotros conozcamos las bendiciones del espíritu perfecto. Hay una diferencia entre un hombre de espíritu y un hombre de espíritu perfecto. Por supuesto, cuando Jacob e Isaac murieron, ellos perdieron su energía de una manera grata y tuvieron una muerte placentera. Pero en el caso de Abraham y Moisés, ellos no perdieron su vigor sino que se mantuvieron saludables. Dios tomó sus espíritus cuando el tiempo llegó.

      Aquellos que leen la Biblia bajo la inspiración del Espíritu pueden reconocer estas diferencias por la enseñanza del Espíritu Santo.



      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en esta sesión les hablé sobre la fe de tres personas de la Biblia que irán al tercer reino de los cielos. Incluso aquellos que jugaron un papel crucial no irán a la Nueva Jerusalén, sino que se quedarán en el tercer reino de los cielos.

      Esto se debe a que sus acciones fueron sin mancha según la Ley, pero ellos no alcanzaron realmente la santidad del corazón. Debido a que esto sucedió en los tiempos del Antiguo Testamento, cuando no tenían al Espíritu Santo en sus corazones, Dios los está llevando al tercer reino y no al segundo reino de los cielos. En los tiempos del Nuevo Testamento, donde el Espíritu Santo mora en nuestros corazones, podemos ir al tercer reino de los cielos solamente cuando alcanzamos la santidad del corazón. Además, en este tiempo, podemos ir a la Nueva Jerusalén solamente cuando alcanzamos el corazón de espíritu perfecto y cuando somos fieles en toda la casa de Dios.

      ¿Cuánto reino celestial han alcanzado en su corazón? Si ustedes se trasladan de casa a una casa mejor, también tendrán que cambiar la dirección. Y, ahora, ¿A dónde está la dirección de su corazón comparada a la de hace un año?

      Espero que ustedes arrebaten un mejor lugar de morada con una fe y una esperanza invariable.

      Yo oro en el nombre de nuestro Señor para que todos ustedes se conviertan en propietarios de la Nueva Jerusalén.


      [Amén]


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