[Apocalipsis 21: 19-20]
18-05-2008 | Rev. Jaerock Lee
“y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista”.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Esta es la 46ª sesión de la serie de sermones sobre el ‘Cielo’. Continuando con la última sesión, les hablaré sobre el significado espiritual implícito en cada una de las piedras que constituyen los 12 cimientos de la Nueva Jerusalén. Cada piedra de estos cimientos representa una clase específica de corazón espiritual.
El cristaloide y la consolidación de las doce diferentes clases de corazones espirituales constituyen el ‘amor perfecto’. Este amor perfecto es la llave para entrar a la Nueva Jerusalén. En la última sesión les hablé sobre el jaspe y el zafiro, los cuales conforman el primer y segundo cimiento de entre los doce. En esta sesión, les hablaré sobre el tercer y cuarto cimiento, el ágata y la esmeralda. Espero que puedan revisar qué cantidad de corazón espiritual, de cada unos de los cimientos, han cultivado ustedes en su corazón. Pero aún cuando en este momento no tengan un corazón bello como una joya, por favor no se sientan decepcionados ni desalentados. Incluso las piedras preciosas de esta tierra, cuando están en bruto, no tienen una apariencia bonita. Solamente después que han sido refinadas y trabajadas, se convierten en bellas joyas que destellan luces resplandecientes.
Nuestro Padre Dios es un experto en refinar el corazón humano. Él puede convertir aún el corazón más ordinario e impuro en un bello corazón que resplandece como una bella joya. Proverbios 17:3 dice, “El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová prueba los corazones”.
Por lo tanto, espero que ustedes confíen su corazón solamente a Dios. Por favor pidan intensamente y con fe un corazón espiritual. Y aún cuando el cambio es más lento de lo que esperaban, nunca deben rendirse ni sentirse desalentados. Si continúan esforzándose, podrán alcanzar un corazón de espíritu que destelle luces brillantes como las piedras de los doce cimientos. Con esta esperanza, les insto a que conserven este mensaje en lo profundo de su corazón.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, el tercer cimiento del muro de la Nueva Jerusalén es el ágata. El ágata es generalmente de color blanco semi-transparente, y tiene colores grises, azules o rojizos.
[@ 자료화면 - 옥수 ]
El ágata representa el corazón espiritual que es ‘pureza y amor de sacrificio’. Pureza es el estado ya sea de acción o de tener una condición limpia y sin mancha del corazón que no tiene faltas. Y con esta pureza del corazón, uno debería ser capaz de sacrificarse a sí mismo. Este es el corazón de espíritu contenido en el ágata. Por supuesto, nosotros no nos sacrificamos por cosas carnales que se deterioran. Nos sacrificamos por el reino y la justicia de Dios. Aquí, indaguemos en el amor de sacrificio con más detalle.
El amor de sacrificio es para entregarlo todo, sin esperar nada a cambio. Cuando estamos satisfechos solamente con dar y que no tenemos ninguna clase de atadura persistente por lo que entregamos. Solamente lo damos todo.
Por ejemplo, cuando los padres se sacrifican ellos mismos por los hijos, ¿Esperan algo en pago? Ellos simplemente desean que sus hijos crezcan bien y hacen lo mejor para cuidarlos. Pero incluso estos padres, cuando sus hijos crecen, esperan algo de ellos. Incluso se molestan cuando sus hijos no cumplen con sus expectativas. “Si piensa cuanto me ha costado ¿Cómo me puede hacer esto?”. Pensando de esta forma, llegan incluso a enojarse. Parece que los padres se sacrificaron por sus hijos, pero esto tampoco es amor verdadero. Solamente es amor carnal que siempre cambia.
De la misma manera, si nosotros tenemos amor carnal, esperamos algo de los demás, tanto como nos hemos sacrificado por ellos. Y si no recibimos tanto como esperamos, nos sentimos molestos. Podemos llegar a sentir resentimiento en contra de esas personas que no nos comprenden, y podemos llegar a odiarlos.
De esta forma el amor carnal carece de sacrificio y es en realidad peor que no amar en absoluto. Si realmente nos sacrificamos por otros, entregaremos todo dentro de lo verdadero, y no esperaremos alguna cosa a cambio. Si deseamos recibir algo, entonces no es amor de sacrificio. Por lo tanto, ¡Qué bello es sacrificarnos con corazones puros y sin ninguna mancha!
¿Quién mostró esta clase de amor de sacrificio en la Biblia? Permítanme darles el ejemplo de Rut. Ella no era del pueblo de Israel, sino que vivía en Moab. Se casó con el hijo de Noemí, quien llegó a ese lugar huyendo de la hambruna en Israel. Noemí tenía dos hijos, y ambos se casaron con mujeres Moabitas. Pero ellos murieron. Bajo estas circunstancias, cuando Noemí escuchó que la hambruna en Israel había terminado, quiso regresarse a ese lugar. Y sugirió a sus nueras que debían quedarse en Moab, su tierra natal. Una de ella se negó al principio, pero finalmente regresó a casa de sus padres.
Pero Rut insistió en que seguiría a su suegra. Si Rut no hubiera tenido amor de sacrificio, no habría podido hacer esto. Rut tuvo que cuidar y mantener a su suegra pues era de edad avanzada. Es más, iría a vivir a una tierra completamente extraña para ella. Un dicho Coreano expresa, “Una larga enfermedad desgasta el respeto de los hijos”. Esto quiere decir, que es muy difícil encontrar hijos que puedan sacrificarse ellos mismos por sus propios padres.
Pero Rut mostró esta clase de amor de sacrificio hacia su suegra con la cual no tenía ningún lazo sanguíneo, y quien era casi como una extraña. También era porque Rut creía en Dios, el mismo Dios de su suegra. Esto significa que el amor de sacrificio de Rut no surgió solamente por el sentido del deber. Era amor espiritual que provenía de la fe en Dios.
Rut llegó a Israel con su suegra y trabajó duramente. Durante el día trabajaba en los campos recogiendo espigas y alimentaba a su suegra con ellas. Este hecho genuino de bondad llegó a ser bien conocido por la gente del lugar. Finalmente, ella recibió muchas bendiciones a través de Booz, quien era el pariente redentor entre los familiares de su suegra.
Muchas personas piensan que, si ellos se humillan y se sacrifican, su valor será también reducido. Es por eso que no pueden sacrificarse ni humillarse. Pero los que se sacrifican a sí mismos sin motivos egoístas y con un corazón puro, serán revelados delante de Dios y de la gente. La bondad y el amor brillarán para los demás como luces espirituales. Dios compara la luz de este amor de sacrificio con la luz del ágata, la cual constituye el tercer cimiento.
Hermanos y hermanas en Cristo, la cuarta piedra cimiento es la esmeralda. Ésta es una joya que produce luces verdosas.
[@ 자료화면 - 녹보석(에메랄드)]
El corazón espiritual que representa la esmeralda es el corazón de rectitud y claridad, justicia y limpieza. Es el mismo color del fruto de luz en Efesios 5:9. Es decir, el color que tiene la armonía de ‘toda la bondad, la rectitud y la verdad’, es igual al color espiritual de la esmeralda.
Solamente cuando tenemos toda la bondad, la rectitud y la verdad podemos tener verdadera justicia a la vista de Dios. No puede ser solamente bondad sin rectitud o solamente rectitud sin bondad. Y esa bondad y rectitud tienen que ser verdaderas. La verdad es algo que nunca cambia. Por lo tanto, incluso si tenemos bondad y rectitud, esto no tiene valor sin la verdad.
Entonces, ¿Quién en la Biblia mostró la luz de la verdadera justicia en la armonía de la bondad, rectitud, y veracidad?
David es uno de ellos. David fue el segundo rey de Israel, después de Saúl. Cuando Saúl era rey, Israel se encontraba peleando en contra de los Filisteos. David agradó a Dios con su fe y desafió a Goliat. A través de este desafío, Israel obtuvo la victoria. Y después de esto el pueblo amó a David, y Saúl trató de matarlo motivado por sus celos.
Saúl había sido abandonado por Dios a causa de su arrogancia y su desobediencia. Dios prometió que haría de David el rey que reemplazaría a Saúl. En esta situación, David trató a Saúl con bondad, honradez y sinceridad. Siendo inocente, tuvo que permanecer huyendo de Saúl quien por mucho tiempo estuvo tratando de matarlo.
En una ocasión, David tuvo una buena oportunidad para matar a Saúl. Los guerreros que estaban con David estaban felices y querían matar a Saúl, pero David evitó que lo hicieran. 1 Samuel 24:6 dice, “Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová”
A pesar que Saúl había sido abandonado por Dios, David no pudo lastimarlo, pues había sido ungido por Dios como rey. Porque la autoridad para dejar vivir a Saúl o para matarlo era de Dios, y David no sobrepasó sus poderes. Dios dice que este corazón de David es recto. Esta rectitud estaba acompañada con una bondad conmovedora.
Saúl trató de matarlo, pero David le perdonó su vida. Esta es una inmensa bondad. Él no pagó maldad por maldad, sino solamente pagó con buenas palabras y buenas acciones. Esta bondad y honradez eran verdaderas, lo cual significa que provenían de la verdad misma. Entonces, cuando una situación similar se presentó, David pudo obrar de la misma forma. Cuando Saúl supo que David le perdonó la vida, fue conmovido por esa bondad y pareció tener un cambio en el corazón. Pero pronto sus pensamientos cambiaron de nuevo, y otra vez trató de matar a David.
Una vez más, David tuvo la oportunidad de matar a Saúl, pero como la vez anterior lo dejó vivir. David mostró su bondad y rectitud sin cambiar y esto pudo ser reconocido por Dios. Entonces, si David hubiera matado a Saúl en la primera oportunidad, ¿Se habría convertido en rey más rápidamente sin atravesar por tanto sufrimiento? Por supuesto que sí. Pero el problema radica en la verdadera relación con Dios.
Incluso si tenemos que atravesar por más sufrimiento y dificultades, debemos tener el corazón para escoger la justicia de Dios. Y si somos reconocidos por Dios por ser justos, el nivel de respaldo de Dios sobre nosotros será diferente.
David no mató a Saúl con su propia mano. El recibió la muerte en manos de los Gentiles. Y como Dios le aseguró, David se convirtió en el rey de Israel. Es más, después que David se convirtió en el rey, pudo hacer de Israel una nación muy fuerte. Es por eso que Él es considerado el más grande rey de la historia de Israel. Y la razón más fundamental es porque Dios estaba muy agradado con el corazón justo y puro de David.
Ester también tuvo un corazón justo y puro que le agradaba Dios. Siendo Judía, se convirtió en la reina de Persia. Y debido a un plan malvado de Amán, un ministro de Persia, toda la nación de Israel estaba en peligro de ser exterminada. En esta situación, Ester no se quedó simplemente callada pensando que el peligro no llegaría hasta ella. Ni trató de sobrevivir solamente ella. Decidió vivir con su pueblo o morir con ellos. Ayunó durante tres días por la salvación de su gente confiando en Dios y luego se presentó decididamente delante del rey.
Entonces Dios les dio un cambio en la dirección de las cosas. Los Judíos no escaparon solamente del peligro de la exterminación, sino que pudieron matar a Amán y a sus enemigos. De igual forma, si ustedes pueden ser reconocidos por Dios por la verdadera rectitud, pueden también recibir respuestas a grandes problemas.
Si nosotros no abandonamos nuestra rectitud aún cuando podamos perderlo todo, Dios nunca nos abandonará tampoco. Pero muchas personas no pueden pasar más allá de este momento, y es por eso que no pueden recibir grandes bendiciones ni respuestas. Si se enfrentan a algunas situaciones desfavorables, rápidamente cambian su pensamiento. Su decisión de conservar su rectitud se vuelve más débil, y se comprometen, e incluso toman caminos de maldad. Es por eso que no pueden recibir ni bendiciones ni respuestas.
Aquellos hijos de Dios que están anhelando la Nueva Jerusalén nunca deben pararse en el mismo camino donde se paran los pecadores. Ellos no tienen que seguir la sabiduría de los malvados para su propio provecho. Solamente los árboles de pino conservan su verdor incluso en el frío invierno.
Yo espero que ustedes produzcan la luz verde la justicia, pero no como las esmeraldas de este mundo que están llenas de engaño y falsedad.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, este día, les hablé sobre el ágata y la esmeralda, las cuales son el tercero y cuarto cimiento de la Nueva Jerusalén.
El corazón espiritual representado por el ágata es el corazón puro de amor de sacrificio sin ninguna mancha. Esta es la clase de amor que lo entrega todo, sin esperar algo en recompensa.
Luego, el corazón espiritual representado por la esmeralda es el corazón de rectitud y claridad; es el corazón de justicia y limpieza. Es igual al fruto de luz, con la armonía de toda la bondad, la rectitud y la verdad.
También en la próxima sesión continuaré hablando sobre los doce cimientos. Les he dicho ya que el cristaloide de las doce clases de corazones espirituales representados por cada joya es el ‘amor perfecto’. Y este amor perfecto es la llave para entrar en la Nueva Jerusalén.
Cuando a muchos de ustedes les fueron abiertos sus ojos espirituales, algunos vieron las llaves de la Nueva Jerusalén cayendo del cielo y las atraparon. Esto fue simplemente simbólico. La llave de la Nueva Jerusalén no puede caer físicamente de los cielos en esa forma. Ustedes pueden aferrarse a la llave de la Nueva Jerusalén al grado en que cultiven los corazones espirituales representados por las doce joyas. Esta es la manera segura y correcta para obtener la llave de la Nueva Jerusalén. Por lo tanto, espero que desechen todo corazón carnal en primer lugar y que se llenen con el corazón espiritual como las joyas.
Yo oro en el nombre del Señor para que arrebaten la llave de la Nueva Jerusalén que está decorada con las doce diferentes joyas.
[Amen]