• La Cruz de Jesús

    03-05-2008 | Rev. Jaerock Lee

    • Parte Cuarta: Esperanza a través de las pruebas

      1. Yo era un Pecador
      2. La Cruz de Jesús
      3. El Dios vivo
      4. Si puedes hacer algo
      5. Desarrollo de una iglesia
      6. Un utensilio



      2. La Cruz de Jesús

      Creo que tengo el récord mundial por ser la persona más bendecida por Dios. Mi familia llegó a ser cristiana de una vez y llegamos a ser una familia feliz, y llegué a ser yo una persona feliz y saludable después de siete años de enfermedad, gracias a Dios. Siempre que pienso en estas bendiciones, doy gloria a Dios que da esperanza a través de las pruebas.


      Ahora soy un hijo de Dios

      Como me había dado cuenta de que era un pecador, quería ser un verdadero hijo de Dios y vivir de acuerdo con su voluntad. Mi meta y esperanza era encontrar qué tengo que hacer para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Tenía sed y anhelo por la justicia, por eso acudía a los cultos solemnes del triduo para escuchar la Palabra de Dios y experimentar su gracia. Empecé a leer la Biblia más atentamente. Aprecié su espíritu e intenté dejar el pecado. Cuando leía alguna cosa, hacía como decía la Palabra que había leído, si no me sentía incómodo. Cuando encontraba alguna cosa difícil de quitar, pedía la ayuda de Dios por medio de ayuno.
      Cuando encontraba las escrituras difíciles de entender, preguntaba al pastor de mi iglesia. Y como le preguntaba con bastante frecuencia, me recomendó comprar un libro de concordancias.
      El libro de concordancias siempre respuestas a mis interrogantes. Tenía sed por la verdad y quería entender la Palabra de Dios claramente. Por eso empecé a visitar a las casas de oración”.
      “Por favor Dios, ayúdame a entender tus palabras. Las explicaciones de los pastores no eran siempre comprensibles y las explicaciones de los libros de concordancias no eran siempre bastante claras. Creo que logré entender la Biblia una vez que reciba al Espíritu Santo. Alguien me dijo que un ángel le ayudó a entender la Biblia durante tres años. También quiero entender tus palabras, por favor, guíame en tu camino”. Continué orando y ayunando y con frecuencia oraba durante la noche.


      Clara inspiración

      Un día estaba cantando cánticos y orando.
      "Aunque paso por los valles precipitosos
      si ando en medio de la luz todo mi viaje,
      no cambiará la promesa del Señor, de protegerme siempre.
      La gloria del cielo, la gloria del cielo
      abunda en ni corazón.
      Cantando con toda mi fuerza Aleluya,
      alabaré al Señor para siempre”.
      Mi esperanza era ser un que caminaba en la luz. Entonces, qué es la luz? ¿cómo podré ser el que camina en la luz? Pensé en un pasaje de la escritura.
      En el principio era el Verbo... En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres... Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A los suyos vino, y no le recibieron, y a los creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn. 1:1-14).
      Dios empezó a hacerme entender por qué Jesús vino en medio de la clara inspiración.


      ¿Por qué vino Jesús?

      Desde que Adán y Eva pecaron, llegaron a ser hijos del diablo de acuerdo con las reglas del reino de Dios. Ellos necesitaban de alguien que los purificara si querían ser hijos de Dios, puesto que esa era la única manera de regresar a Dios. No había nadie que podía limpiar nuestros pecados en este mundo puesto que todos los seres humanos en el mundo eran pecadores. Por eso Dios tenía que venir a este mundo con el cuerpo para limpiar nuestros pecados. Jesús fue engendrado por el Espíritu Santo, por consiguiente, no era un pecador. Él era hijo de Dios y tenía amor para morir en la cruz. Él, era hijo de Dios y tenía poder para vencer al diablo. Él tenía tanto amor para morir en la cruz por los pecadores. Jesús vino a este mundo y curó a los enfermos; perdonó a los pecadores y, limpió a los endemoniados. Él nos dio libertad, paz, alegría y que vino a este mundo por providencia de Dios; que fue engendrado a través de la Virgen María por el Espíritu Santo; y que se sacrificó a si mismo por amor a nosotros.
      “Dios, ahora sé que Jesús vino a abrir un nuevo camino de salvación por nosotros y para que podamos liberarnos del diablo y volver a Dios (Jn. 8:44). Te alabo, ya que tú eres el Dios de sabiduría. Te doy gracias por hacerme entender tu misterio y por el amor que me das”.


      La Cruz de Jesús

      “Padre Dios, por favor hazme entender por qué Jesús tenía que ser crucificado y tenía que sufrir en la cruz”, yo oraba.
      “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu” (Gá. 3:12-14).
      Podía entender claramente que Jesús recibió la maldición en lugar de nosotros por colgarse en un madero, para que nosotros por la fe podamos tener una vida como hijos de Dios, y recibir gracia de este mundo tales como: fe, salud, larga vida, hijos y beneficios financieros.
      Cuando el cuerpo de Jesús fue atravesado con una lanza, su sangre y su agua se derramaron. Esto es el testimonio de que el Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (Jn. 1:14). Esto también es el testimonio de que nosotros, como seres humanos, podemos ser como Jesús y podemos tener una personalidad como Jesús. La escritura dice: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús” (Flm. 2:5).
      Sin embargo, el diablo intentó por todos los métodos destruir a Jesús y finalmente lo hizo morir en la cruz, pensando en el momento de la desobediencia de Adán y Eva, en que le dijo que sería vencido por una simiente de una mujer. El diablo esperó hasta que el Rey de los reyes apariencia y lo mató. Se alegró pensando que él había ganado completamente.


      El amor de Dios

      “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria” (1 Co. 2:7-8).
      El diablo no conocía la providencia de Dios. El pensó que vencería a Jesús, pero resultó que él cometió un pecado muy grave al matar a Jesús inocente.
      Puesto que Jesús no era de la misma sangre que Adán sino que fue engendrado por el Espíritu Santo, Él no tenía pecado original. Porque él vivió de acuerdo con la voluntad de Dios Padre y no cometió ningún pecado. Por consiguiente, Él no podía morir para siempre. Sin embargo, el diablo violó la ley de Dios al crucificar a Jesús por medio de Pilato, el gobernador romano.
      Por consiguiente, desde aquel momento, el diablo perdió su autoridad sobre los que creyeron en Jesús.
      Los que creyeron en Jesús que murió crucificado, fueron traídos de vuelta a Dios de las garras del diablo (Rom. 5:17-19). Nosotros podemos ser salvados sólo a través del nombre de Jesucristo.
      Jesús fue azotado y se desangró. ¿Por qué Dios permitió esto? Puesto que por sus llagas nosotros fuimos sanados (Is. 53:5). A Jesús le pusieron una corona de espinas en su cabeza: esto fue por la iniquidad de nuestros pensamientos (Is. 53:5). Los pies y las manos de Jesús fueron clavados: esto fue por la transgresión que cometemos con nuestras manos y pies (Is. 53:5). Por consiguiente, la Sagrada Escritura dice: “Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala y échala de tí; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” (Mt. 5:30).
      Jesús sufrió toda clase de dolor en la cruz hace aproximadamente 2.000 años para perdonar nuestros pecados. Él redimió nuestros pecados del pasado, del presente y del futuro. ¡Qué grande es su amor!


      Andando en la luz

      "Aunque tú dijiste que si nosotros creemos en la Cruz de Jesús, seríamos perdonados de todos nuestros pecados y recibiríamos la vida eterna, ¿por qué tú también dices que no tenemos vida en nosotros si no comemos tu carne y bebemos tu sangre?, pregunté a Dios.
      El hombre no deja de pecar inmediatamente aunque él cree en Jesús. Ya que Jesús es el camino, y la verdad y la vida (Jn. 14:6), el hombre tiene que comer la carne de Jesús, y beber su sangre para obedecer a la palabra de la verdad, y haciendo esto el hombre puede vencer su pecado.
      Si andamos en la luz, la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado (1 Jn. 1:6-7). Como la Sagrada Escritura dice en Hch. 3:19, “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados...”, el hombre tiene que arrepentirse de corazón y dejar de pecar. Por eso dice la Sagrada Escritura en Mt. 7:21, “No todo el me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.
      Desde ese día, mi vida empezó a cambiar. Oraba fervorosamente y leía la Biblia para encontrar mis pecados y vencerlos. Ayunaba y oraba toda la noche.
      Cuando Dios vio mi interior, Él me dio la capacidad de vivir en la verdad. Experimentaba cambios cada día en mi vida y estaba alegre.

      “Mi amor, la Cruz de Jesús.
      La Cruz poderosa de abunda con
      la bendición y la sabiduría de Dios.

      Mi vida, la cruz de Jesús.
      La Cruz de sangre que muestra
      el amor y el dolor de Jesús.

      Mi alegría, la Cruz de Jesús.
      La cruz del misterio que oculta
      mis pecados y culpa”.


    • Language
    • x