• El Cielo

    [Mateo 5: 3 -12]

    11-05-2008 | Rev. Jaerock Lee

    • < Título >: “El Cielo”
      < Pasaje >: < Mateo 5: 3 -12 >
      “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”

      < Introducción >
      Estimados hermanos y hermanas en Cristo,

      Estimados devotos, a la mayoría de las personas les gusta oír, “¡Dios le bendiga!”

      Ellos quieren disfrutar las bendiciones de riqueza, fama, autoridad, la salud, larga-vida y para los niños y así sucesivamente.

      Pero la bendición mencionada en el pasaje de hoy, la bendición de Dios, es un poco diferente.

      Dice bienaventurados los pobres en espíritu; los que lloran; los mansos; los que tienen hambre y sed de justicia; los misericordiosos; los limpios de corazón; y aquellos que padecen persecución por causa de la justicia.

      Como en el pasaje de hoy, es la bendición del ‘el reino celestial’.

      Si nosotros logramos las Bienaventuranzas completamente, significa que nosotros tenemos las calificaciones para entrar en el mejor lugar de la morada en el cielo, La Nueva Jerusalén.

      Y Lucas 17:21 dice, “…ni dirán: ‘Helo aquí, o helo allí’; porque he aquí el reino de Dios está en vosotros.”

      Cuando ustedes tienen las calificaciones para entrar en el reino celestial, el reino celestial estará en su corazón.

      Entonces, ¿hasta qué punto el reino celestial está puesto en ustedes? ¿Qué tipo de ‘sí mismo’ está haciendo hasta ahora en su vida cristiana?

      En el Señor, envejecer no es algo triste ni es algo sobre lo cual estar apenados.

      Porque ustedes también pueden crecer en el espíritu al pasar de los días, ustedes pueden tener más esperanza por el reino celestial. Si el reino de los cielos es depositado en su corazón, las evidencias se mostrarán en sus vidas.

      Ustedes podrán ser capaces de lustrar la luz a su familia y lugar de trabajo y darle la gloria a Dios en dondequiera que ustedes estén.

      A través de este mensaje, yo espero que ustedes tengan más del reino celestial en sus corazones.

      Yo oro en el nombre del Señor que ustedes también puedan hacer brillar la luz del reino celestial a las personas alrededor de ustedes.

      < Cuerpo>
      ¿Estimados Devotos, ¿qué tipo de evidencias tendrían ustedes si ustedes tienen el reino celestial en sus corazones?

      En primer lugar, ustedes serán llenos de gozo en la medida en que ustedes tengan el reino celestial en ustedes.

      El cielo es un lugar en dónde no hay ninguna lágrima, pena, o dolor. Y aquéllos que están llenos con la esperanza del cielo tendrán un gozo desbordante incluso en esta tierra. Permítame darle un ejemplo. Suponga que una persona no ha comido en todo el día y ha estado extremadamente hambriento.

      Él consigue un soplo del olor de una comida sabrosa que sale de un restaurante, pero él no tiene nada de dinero.

      Él no tiene siquiera un lugar en donde quedarse, así que ahora él tiene que buscar un lugar para quedarse durante la noche.

      Pero esta persona tiene un boleto de la lotería en su bolsillo.

      Mañana, cuando el próximo día amanece, él podría recibir 1 millón de dólares con este boleto.

      Entonces, ¿se sentiría él mismo patético porque él está ahora mismo en una situación difícil? ¡Claro no!

      Él no tiene nada ahora mismo, pero sus ojos están resplandecen brillantemente y él está tarareando alegremente.

      Otras personas le mirarían y dirán, “¿Qué es lo que le hace tan feliz sobre estar en tal una situación patética?” Pero porque todos sus sufrimientos acabarán el próximo día, él no se preocupa de las dificultades del momento.

      Esto es esperanza. Comparado al tiempo eterno que nosotros tendremos en el cielo, el tiempo que nosotros tenemos en la tierra es sólo un momento.

      Aquéllos que tienen esperanza de reino eterno de cielo realmente no se preocupan de las dificultades o sufrimientos de esta vida.

      Entre más esperanza nosotros tenemos para el reino celestial, más gozo tenemos en nuestro corazón.

      ¿Qué tipo de lágrimas el apóstol Pablo y María Magdalena derramaron?

      “Yo trabajé duramente y di todo al Señor, y ahora, no tengo incluso una casa en dónde yo pueda vivir.” “Yo he cuidado de las almas durante muchos años, pero ahora, no tengo una esposa o niños, y ¿qué me pasaría en mis últimos días?” ¿Ellos vertieron lágrimas de aflicción pensando de esta manera? ¡Claro que no!

      Ellos sólo lloraron para el Señor y las almas.

      Ustedes sólo pueden ser bendecidos cuando ustedes tienen luto espiritual.

      El luto espiritual es lamentar por el reino de Dios y por las almas.

      También es el luto de arrepentimiento y el luto por el retiro de los pecados.

      Excepto cuando ustedes tienen luto espiritual, ustedes deben tener solamente gozo desbordante.
      Ustedes no deben verter lágrimas de dolor o tener pesares acerca de su vida.

      “Yo ya soy ahora tan viejo. Yo he estado dando para el Señor por un largo periodo de tiempo, pero al parecer yo me he quedado con nada.” O “yo no tengo tantos amigos o personas que sean de mi grupo de edad.” ¿Ustedes llegan a ser infelices pensando de esta manera?

      ¿Ustedes realmente no se dan cuenta de cualquier soledad o tristeza cuándo ustedes están trabajando duro con otras personas, pero ustedes sienten la soledad y la tristeza cuándo ustedes están solos?

      Si ustedes hacen, ustedes tienen que comprobar su fe una vez más y tomar una determinación una vez más.

      “¡Cómo agradezco que yo tenga esta fe y yo pueda dar al Señor una y otra vez! ¡Habrá tantas recompensas en mi casa en los cielos! ¿Qué debería decir cuándo me encuentre al Señor en el cielo?” Yo espero que ustedes piensen en estas cosas espirituales y marchen adelante con más esperanza.

      Entre más esperanza ustedes tengan en sus corazones y entre más comprenden en ustedes el reino de los cielos, con más diferencia sus ojos mirarán las cosas.

      Sus expresiones faciales, acciones, y actitudes serán diferentes. Si ustedes tienen finalmente la Nueva Jerusalén en su corazón, incluso las personas mundanas pensarán favorablemente de ustedes.
      Colosenses 3:1-2 dice, “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.”

      Yo espero que el gozo del apóstol Pablo el cual alabó al Señor incluso cuando él fue encarcelado y mientras era vencido, también rebosará en ustedes.

      Yo espero que el gozo de María Magdalena, la cual fue la primera en encontrarse con el Señor resucitado, les llenará totalmente.

      Estimados devotos, en segundo lugar, en la medida en que ustedes tengan el reino celestial en ustedes, su amor cambiará. Su amor y el anhelo de Dios el Padre y el Señor se pondrá en aumento más ardientemente.
      Su amor para el pastor y otras almas serán más y más profundos.

      ¿Cuántas veces por semana ustedes vierten lágrimas extrañando al Padre y al Señor?

      ¿Si ustedes aman a alguien, por qué ustedes no le extrañan a él o ella?

      Entre más ustedes aman a Dios, más cerca ustedes estarán de la Nueva Jerusalén.

      El reino celestial se comprenderá en su corazón en esa misma medida.

      Por otro lado, en la medida en que ustedes no tengan el reino celestial en ustedes, ustedes no tendrán tiempo para pensar acerca de Dios.

      En cambio, ustedes miran las cosas buenas del mundo.
      Ustedes quieren tener las cosas mundanas y disfrutar lo que el mundo tiene que ofrecerles. Su esfuerzo en la vida es sólo para ganar cosas mundanas. Ustedes se encuentran con personas mundanas y se emborrachan para llenar su vacío corazón. Ustedes quieren disfrutar del entretenimiento y las cosas bonitas del mundo.

      Si ustedes aceptan este tipo de lujuria, uno por uno ustedes buscarán más de las cosas carnales. Uno se volverá dos, y dos se volverán cuatro.

      En esa misma medida, ustedes perderán el amor por Dios y la esperanza por el reino celestial de su corazón. En la medida en que ustedes aceptan la lujuria del mundo, su amor por Dios se enfriará.

      Entonces, aun cuando ustedes oren, ustedes no podrán recibir gracia e inspiración desde arriba. Porque ustedes perdieron la gracia, ustedes perdieron la fuerza para orar.

      Entonces, ustedes podrían evitar orar unas veces. Entonces, ustedes se detendrán finalmente y ya no orarán en lo absoluto. Ustedes incluso empiezan a saltarse el servicio del Miércoles y los Martes de alabanzas y adoración.

      A causa de que su corazón está lleno con las cosas mundanas, ustedes no ganan entendimiento incluso en los servicios de adoración, y ustedes no reciben gracia de él. Ustedes piensan que lo saben todo y ustedes caen en los pensamientos ociosos.

      De esta manera, su vida cristiana se vuelve una formalidad y ustedes tienen fe tibia o fría.

      Y éste es el caso con la mayoría de aquellas personas que una vez estuvieron llenas con la gracia de Dios y llevaron una vida cristiana ferviente, pero han recaído o ellos han experimentado una obstrucción en su fe.

      En este caso, ustedes deben comprender por qué y de qué fuente su amor se ha enfriado y cuando y cómo ustedes vinieron a aceptar las cosas mundanas.

      Ustedes tienen que recuperar la gracia perdida. Ustedes tienen que llenarse de nuevo con el amor de Dios.

      1 Juan 2:15 dice, “no améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.”

      El amar a Dios y el amor al mundo no pueden coexistir. Si ustedes aceptan uno de ellos, el otro se marchará.

      Es como cuando la oscuridad viene, es la luz que desaparece, y cuando la luz viene, la oscuridad se marcha.

      Estimados devotos, si ustedes experimentan las cosas espirituales, ustedes entenderán.

      Cuando ustedes largamente profundizan para el reino celestial y aman a Dios, entonces las cosas mundanas no le dan ya más placer. Viendo las cosas del mundo y encontrándose socialmente con las personas para gozarse con ellos no le dan consuelo o descanso.

      Ustedes tendrán solamente un corazón que es ‘pobre’ y está anhelando la gracia de Dios. Ustedes tendrán hambre y sed de justicia.

      Ustedes también anhelarán la comunicación con el Espíritu Santo que ustedes tienen en la profundidad de la oración.
      Ustedes sentirán la más grande felicidad cuando ustedes comprendan los secretos espirituales, echando fuera los pecados y la maldad uno a uno. También, cuando ustedes tienen cuidado de las almas y trabajan fielmente para el reino de Dios, el consuelo y la paz que Dios les da es tan grande.

      Disfrutando este tipo de gozo espiritual no pueden compararse con cualquier placer de este mundo.

      Desde el momento en que ustedes abren sus ojos por la mañana, ustedes sienten las olas del amor del Padre.

      ¡Cuando ustedes miran hacia el cielo mientras están caminando en la calle, ustedes confesarán naturalmente, “¡Padre, yo te amo! ¡Señor, yo te amo!”

      Entre más profundamente el reino celestial esté en su corazón, más ustedes podrán ser capaces de hacer confesiones de este tipo cada momento que vivimos. Entonces, ustedes no envidiarán a nadie en este mundo; ustedes no tendrán ninguna atadura prolongada a nada de este mundo.

      Ustedes sólo pensarán sobre cómo ustedes pueden expresar este amor delante del Padre y cómo ustedes pueden compartir ese amor más profundamente.

      Tengo la esperanza de que ustedes verificarán cuánto amor de esta clase tendrán en ustedes. Si ustedes sienten que ustedes no tienen mucho amor de esta clase, espero que ustedes se verifiquen ustedes mismos.

      Ustedes deben comprender ustedes miraban al mundo sí o no, aún por un momento.

      Yo espero que ustedes tengan más de este amor tal como ustedes maduran más en la fe.

      Estimados devotos, en tercer lugar, entre más del reino celestial ustedes tienen en ustedes, ustedes serán más fieles. Ustedes serán fieles y fuertes trabajadores en todos los aspectos.

      No solamente cuando ustedes cumplen sus deberes en la iglesia, sino también en sus lugares de trabajo y en su familia, ustedes trabajarán fuertemente y harán lo mejor. Por supuesto, algunos incrédulos también son excepcionalmente trabajadores.

      Su carácter en sí mismo es muy activo y diligente, y ellos trabajan más fuertemente que otras personas. Pero el trabajado fuerte de los incrédulos es diferente de la fidelidad y el trabajo duro que viene cuando nosotros tenemos el reino celestial en nuestro corazón. Nosotros tenemos que trabajar no sólo con nuestro carácter trabajador pero con el anhelo por el reino celestial.

      También, algunas personas son muy fieles en los trabajos que le gustan.

      Pero para las cosas que no les gusta tanto, ellos simplemente lo hacen renuentemente o solamente pretenden estar haciéndolos.

      Hay también personas que hacen un trabajo fino en lo que se les da a ellos, pero ellos se quejan mientras están trabajando.

      Ellos se mantienen vertiendo sus quejas diciendo cosas como, “será bueno si él hace esto. Si ella hace, este trabajo será perfecto. Él está dándome un tiempo duro haciéndolo de esa manera. Yo no estoy cómodo con ella debido a lo que ella hace.”

      Cuando alguien no parece estar trabajando tan duro como ellos son, ellos tienen incomodidad y paz de descanso.

      Ellos incluso pueden hablar sobre los errores y limitaciones de otros. Pero incluso estas personas pueden reconocerse como personas trabajadoras y fieles en el mundo, si ellos solamente hacen muy bien su trabajo.

      Pero en Dios es diferente. Nosotros no podemos decir que uno es verdaderamente fiel y trabajador sólo porque ellos son fuertes trabajadores.

      La fidelidad tiene que venir de un buen corazón, amor por Dios, y esperanza por el reino celestial.

      Si tenemos el reino celestial en nuestro corazón, tendremos naturalmente fidelidad en cualquier parte, en cualquier tiempo.

      En el caso de los miembros de nuestros familiares, nosotros les serviremos con todo nuestro corazón y con las caras jubilosas.

      Así que, los miembros de nuestras familias experimentarán el consuelo a través de nuestras acciones y actitudes.

      Si tenemos el reino celestial en nosotros, nosotros también nos llenaremos de gozo y gracias en el lugar de trabajo.

      Nosotros podemos tratar con aquellos que no son tan capaces como otros con la misericordia. Nosotros buscaremos el beneficio de otros con delicadeza. Nosotros haremos lo mejor con rostros brillantes, de manera que incluso los incluso los incrédulos nos reconocerán.

      En la iglesia, nosotros seremos aun más fieles para cumplir nuestros deberes. Nosotros cultivaremos corazones generosos, que tengan paz con todos, y ser alabados por todas las personas.

      Si ustedes piensan que ustedes tienen fe y son fieles en la iglesia, pero ustedes no son tan fieles en otros aspectos, entonces esta fe no es sincera. Nosotros no podemos decir que ustedes tienen el reino celestial verdaderamente en ustedes.

      Ustedes deben verificar si tienen corazones carnales o no. ¿Ustedes sólo hacen lo que ustedes quiere hacer? Éste es el corazón carnal. ¿Ustedes son capaces de hacer cualquier cosa con su amor por Dios? Éste es el corazón espiritual.

      Salmos 37:3 dice, “Confía en el Jehová y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.”

      Si ustedes realmente aman a Dios y anhelan el reino celestial, ustedes intentarán dar la gloria a Dios con toda su vida. ¿Supongan que ustedes predican el evangelio y hacen visitas a las almas fielmente, pero si ustedes no están trabajando fuerte en sus lugares de trabajo, puede esto glorificar a Dios?

      Ustedes sirven a los hermanos en la fe muy bien en la iglesia, pero a veces ustedes descuidan el servir a sus padres.

      O, podemos ver a un estudiante que ora fuertemente y asiste muy bien al servicio de adoración, pero realmente no estudia bien.

      En este caso, esta persona puede parecer ser llena del espíritu por fuera. Pero esto no es ser lleno del espíritu en el verdadero sentido.
      Ustedes deben ser fieles no sólo en ciertos aspectos si no en todos los aspectos para que ustedes puedan sentir el gozo del cielo verdaderamente.

      Yo espero que ustedes puedan serenamente mirar hacia atrás en cuanto si ustedes realmente pueden ser reconocidos como cristianos fieles en su familia y lugar de trabajo, y qué tipo de personas son ustedes a la vista de otras personas.

      Le insto en el nombre del Señor que ustedes insistirán en lo que sea verdadero, lo que es honorable, lo que es correcto, lo que es puro, todo lo que es amable, y todo lo que tiene buena reputación.

      < Conclusión >
      Estimados devotos y miembros, ¿han comprobado si ustedes tienen el reino celestial en ustedes?

      Se dice que, mientras más tengan ustedes en su corazón del reino celestial, más gozo y más profundo amor ustedes tendrán.

      Ustedes también serán fieles en cada faceta de sus vidas.

      En esa misma medida ese reino celestial se comprende en ustedes, su rostro brillará.

      La oscuridad se irá fuera de sus alrededores y ustedes será la alegría en los ojos del Padre.

      Por supuesto, de esta manera, algunos de ustedes están tomando posesión de la Nueva Jerusalén por la fuerza todos los días.

      Pero algunos otros están vagando alrededor porque ustedes no están satisfechos con lo que ustedes son hoy.

      Ustedes estaban llenos una vez con el Espíritu cuando ustedes sólo estaban admirando el reino celestial, pero un día, ustedes perdieron el tipo de punto de vista de su meta.
      Algunos de ustedes quieren las cosas mundanas, y se decepcionan cuando ustedes se ponen envidiosos de aquellos que tienen muchas cosas.

      Es como un maratonista que ha perdido su meta durante la carrera. “¿Por qué yo estoy corriendo tan duro? Aquellos espectadores no están corriendo, y ¿por qué yo debo correr solo?”

      Los maratonistas tienen una meta muy clara.
      Es lo mismo con nosotros.

      Nosotros corremos fielmente incluso hoy porque nosotros tenemos la meta de la gloria celestial.

      1 Corintios 15:19 dicen, “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.” Como dice, si nosotros solamente consideramos las cosas terrenales, debemos ser más lastimosos.

      Nosotros hemos dado las cosas preciosas y buenas a Dios, y nosotros consideramos como pérdida lo que nosotros podríamos disfrutar y podríamos tomar.

      Por supuesto, si nuestras almas son prósperas, nosotros seremos prósperos en todas las cosas y nosotros seremos incluso saludables en la tierra.

      Pero aun cuando nosotros no recibimos tales bendiciones, y aun cuando nosotros sufrimos tanto como el apóstol Pablo, no le importa en absoluto. Es porque lo que nosotros esperamos realmente es para la gloria celestial.

      Ahora, yo quiero que ustedes restablezcan sus metas. Tengo la esperanza que ustedes anhelarán la gloria celestial que no puede compararse con nada de este mundo.

      Haciéndolo así, oro en el nombre del Señor que ustedes puedan poseer todos la Nueva Jerusalén cuando el Señor regrese de nuevo.
      < Amén >


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