< Título > : “La Cosa Más Preciosa”
< Pasaje >: < Filipenses 3: 8 >
“Y ciertamente, aunque estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,”
< Introducción >
Amados hermanos y hermanas en Cristo,

Démosle todos gracias y gloria a Dios el Padre quién nos ha permitido tener este Servicio Devocional de Jóvenes Adultos 2008. Doy gracias a todos los devotos que se han preparado para este servicio con todos sus corazones.

Estimados devotos, ustedes ofrecen un servicio devocional todos los años.

Usted intenta difícilmente todos los años para ofrecer a Dios la mejor y más especial alabanza, las más preciosas ofrendas, y el servicio de adoración más agradable a los ojos de Dios.
Ustedes también ofrecen votos de oraciones y ayuno así como ustedes anhelan más gracia.

Yo creo que ustedes se han preparado sinceramente para este servicio devocional.

Por lo tanto, Dios el Padre quiere darles las cosas más buenas. Él siempre les ha dado la vía de las bendiciones cada año.

Pero la cosa más importante es que ustedes se sostengan fuertemente a las palabras de la gracia. Ustedes no deben oír simplemente la Palabra y entonces olvidarse de ella, sino mantenerla en mente y practicarla.

La Palabra que ustedes reciben en este servicio debe plantarse en ustedes, y ustedes deben orar sobre ella durante todo un año.

Cuando ustedes tienen presente la palabra y la practican, sus vidas serán un aroma agradable ante Dios el Padre, como la palabra ‘devoción’ sugiere.

Dios aceptará ese aroma agradablemente y les dará las abundantes las bendiciones prometidas.

Todo lo que ustedes le han dado al Señor y han hecho para Él hasta ahora nacerá como fruto de bendiciones en la realidad.

Yo espero que este servicio de adoración también se aceptado por Dios como agradable aroma.

De esta manera, en el nombre del Señor yo oro que ustedes recibirán abundantemente todas las bendiciones que Dios ha preparado para ustedes en sus vidas.

< Cuerpo >
Estimados devotos, el título del mensaje de hoy es, ‘La Cosa más Preciosa '. ¿Qué es la cosa más preciosa para usted?
Algunos dicen que el dinero es más precioso que la vida.

Algunos otros consideran que sus sueños para ser exitosos es lo más precioso.

Todavía otros consideran la fama, la autoridad social, la salud, o familia son la cosa más preciosa.

Pero el pasaje de hoy que Filipenses 3:8 dice, “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,”

Pablo dejó el honor de su posición social; su aprendizaje, sus conocimientos y logros; y toda la comodidad que él podría disfrutar en este mundo. Y él no los dejó renuentemente. Él los consideró basura y de buena gana los dejó.

Entonces, ¿qué es lo que era tan precioso para el apóstol Pablo que él podría dejar las cosas que eran tan preciosas para otros, como si fuese basura?

La cosa más preciosa para el apóstol Pablo era, en primero que todo, el amor de Dios.

1 Timoteo 1:15 dice, “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.”

Antes de que Pablo aceptara al Señor, él persiguió severamente a los creyentes.

Pero cuando él se encontró con Jesucristo, él comprendió el amor abrumador de Dios.

“¡Yo perseguí el nombre del Señor tanto, pero Jesús se murió para una persona como yo! El inocente Hijo de Dios pasó por tanto dolor y sufrimiento y murió para un pecador como yo!”

Él sentía algo así profundamente y tenía amor desbordante y gracias de su corazón.

Cuando él averiguó sus limitaciones y faltas, la gracia de Dios era la cosa más preciosa para él.

Es por eso que él consagró su vida entera para rembolsar el amor de Dios.

2 Corintios 5:13-15 dice, “Porque si estanos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros. Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.”

Como he dicho, el apóstol Pablo sólo vivió para el Señor.

Incluso cuando él fue entendió mal por otros mientras hacía la obra del Señor, él nunca dio ninguna excusa.

Aunque él dejó todo por el Señor y no tenía nada de remanente, él no estaba triste acerca de ello.
Él tenía mucho conocimiento, pero él negó su conocimiento y su propia justicia delante de la palabra de Dios.

Estimados devotos, la mayoría de ustedes saben muy bien mi historia.

No había casi nada dejado para mí mas nada que morirme mientras padecía de enfermedades durante 7 años. Yo fui desamparado por todos alrededor de mí.

Yo me quedé con sólo desesperación y dolor. Pero aún así, yo no busqué a Dios. Pero Dios me buscó primero y me salvó de todas las enfermedades, la pobreza, y la infelicidad.

Entonces Él me dio la esperanza del cielo y el deber precioso.

Entre más pienso en ese amor, más las emociones y gracias hacen bien desde mi corazón.

Y porque ese amor siempre está en mi corazón, yo no podía ver nada más.

Yo quería vivir sólo para Dios, y yo también he vivido así.

¿Y cómo es con usted? Este amor especial de Dios no es sólo para un cierto grupo de personas.

El amor del Señor de tomar la cruz por los pecadores es el mismo para todos nosotros.

¿Cuándo usted mira atrás en su vida, cuán grande es el amor de Dios que usted ha recibido? Claro, no todos hemos aceptado al Señor a través de tal situación dramática como en el caso de Pablo o en mi propio caso.

Pero, todos tienen su propio testimonio. Cuando usted primero comprende el amor de Dios y usted estaba ardiendo con pasión, usted aceptó la manera de fe con toda su vida.

¿Pero cómo es ahora? ¿No hay ningún cambio? ¿Usted está tan apasionado aun, o más aun apasionado que antes?
El amor de Dios no se marchita con el pasar del tiempo.

Se renueva con el pasar del tiempo, y se vuelva más profundo y profundo.

Yo espero que usted siempre recuerde la gracia y el amor que Dios le ha dado, y ha renovado la gracia todos los días.

Estimados devotos, la segunda cosa más preciosa para el apóstol Pablo era el Evangelio del Reino de los Cielo. Dios no sólo nos salvó, sino que también prepara el reino de los cielos para nosotros.

Él ha dado nueva vida a nuestros espíritus y nos ha salvado del infierno. ¡Cuán agradecidos estamos nosotros simplemente por esto!

Además, Dios le da el reino de los cielos a Sus hijos y no hay nada en esta tierra que puede compararse con él.

Permítanme darles un ejemplo. Supongamos que ustedes tienen una gran cantidad de deudas que ustedes son arrestados y sentenciados a la muerte por ello.

Pero un hombre rico le ama y paga todas sus deudas. Entonces, ustedes deben estar tan agradecidos a él que usted quisiera reembolsarle esa gracia por el resto de su vida.

Pero ese hombre rico no sólo canceló sus deudas sino que también lo aceptó como su hijo.

Él les registró en su familia y les hizo sus herederos, y les permitió disfrutar todas sus posesiones. ¡Cuán profundamente estarían afectados, entonces! Nosotros hemos recibido este tipo de gracia. El apóstol Pablo vio el reino de los cielos él mismo. Él vio el Paraíso en el tercer cielo.

De los lugares de las moradas en el cielo, el Paraíso es el nivel más bajo. Pero nada en esta tierra podría incluso compararse con el Paraíso.

Ahora, Pablo podía considerar todo tipo de riquezas, autoridad, y felicidad de este mundo a ser nada más que basura.

Con esta esperanza del cielo, Pablo estaba lleno con felicidad en cualquier tipo de situación.

Aun cuando él tuvo hambre y sediento y exhausto debido al trabajo duro, su corazón estaba siempre lleno con esta esperanza y gozo.

Estando bajo los tales sufrimientos severos, incluso cuando él parecía no tener más esperanza por vivir, él pensó en la gracia del Padre quién le había dado el reino de los cielos, y él ganó las fuerzas para correr de nuevo en la carrera.

Él entonces intentó lo mejor para cambiarse, y es por eso que él confesó, “yo me muero diariamente.” Era para lograr un santo y santificado corazón, y para morar cerca del trono de Dios.

Estimados jóvenes adultos y otros miembros, ustedes han estado aprendiendo mucho acerca del reino celestial y la vida en él.

Ustedes aprendieron cómo el reino celestial se categoriza, las apariencias de las casas en cada lugar de las moradas, qué tipo de facilidades hay y las facilidades en las casas en los diferentes niveles. Ustedes han aprendido acerca de los diferentes tipos de decoraciones en aquellas casas y cómo los ángeles les sirven. Ustedes han oído hablar acerca de los tipos de ropa y coronas que se les darán a ustedes. Ustedes incluso escucharon acerca de cómo nuestras formas y modelos cambiarán en el reino celestial. ¡Ustedes han oído tanto y con tantos detalles!

Estas palabras no son solamente para un grupo de personas en particular. No es una historia de algo que está bien lejos en el futuro.

Es el lugar en el que ustedes tienen que ir, y cuando el Señor regrese pronto, a nosotros se nos darán estas moradas. Entonces, ¿cuánto piensan ustedes del reino celestial en sus vidas cotidianas?

¿Cuándo ustedes escuchan sobre el reino de los cielos, cuánta inspiración del Espíritu tienen ustedes?

Si ustedes verdaderamente esperan entrar en el reino celestial, ustedes simplemente no deben esperar por él, pero ustedes tienen que realmente invertir en él.

Solamente por comprar una casa en esta tierra ¿cuánto las personas se esfuerzan y soportan?

Ellos ahorran el dinero. Ellos van sin comprar lo que ellos quieren, y no comen cosas caras. Ellos también trabajan sin tomar suficiente descanso.

No hay ninguna casa en la tierra que se compare con una casa en el reino celestial, para que merezca la pena él soportar e invertir.

Nosotros no debemos intentar almacenar cosas en esta tierra, pero nosotros debemos almacenar en el reino de los cielos.

Sobre todo, nosotros debemos lanzar rápidamente fuera los pecados y la maldad. Nosotros también tenemos que cumplir nuestros deberes fielmente. Aun cuando hay dificultades en la realidad, ustedes no crecerán cansados si ustedes tienen esperanzas del cielo.

Yo espero que ustedes almacenaran todo en el reino celestial con la gozo y gracias todos los días.

Estimados devotos, la tercero cosa más preciosa para el apóstol Pablo eran las almas.

Si ustedes saben del amor de Dios y esperan por el reino celestial, ustedes tendrán ciertamente un amor ardiente por otras almas.

Ustedes no pueden permanecer cómodos solamente porque ustedes son salvos y pueden ir al cielo.

Hay tantos otros que están corriendo hacia el infierno, y usted simplemente no pueden estar de pie estáticos y velos ir.
Pablo sabía muy claramente acerca del cielo y el infierno.

Pablo también supo muy bien cuánto que Dios lamenta y se acongoja cuando Él ve las almas agonizantes. Así, desde el tiempo en que Pablo se encontró al Señor él pasó el resto de su vida que administrando a otras almas.

Él viajó aquí y allá sin el resto, visitó las iglesias y enseñó a los creyentes.

Él experimentó tantas penalidades y sufrimientos. Él tenía que vencer el frío y tiempos calientes y muchas veces él tuvo hambre y muchas veces él no dormía.

Él incluso encontró a los ladrones; él fue perseguido sin causa y golpeado muchas veces. Él incluso fue encarcelado y él naufragó una vez en el mar.

2 Corintios 11:28- 29 dicen, “y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno?”

Incluso mientras él estaba soportando innumerables pruebas y muchos sufrimientos, él no se preocupaba por sí mismo. Él no se preocupaba por mejor comida o ropa. Él no pensaba acerca de su comodidad, disfrutando más cosas, o recibiendo más amor de otros.

Él sólo se preocupaba acerca de cómo plantar más fe en cada iglesia y cómo animar a cada persona a superar las pruebas. Él oró por estas cosas con lágrimas.

No era su deseo de recibir la alabanza de Dios por trabajar tan fielmente y salvar a tantas almas.

Él no quiso ser alzado en alto por las personas. Él no quiso nada a cambio.

Romanos 9:3 dice, “Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne.”

Porque las almas eran tan preciosas, él dijo que él pudiera intercambiarlos incluso con su salvación. Él podía inclusive ir al infierno en lugar de otros, y ¿que él habría querido de esas almas?

Era el amor incondicional y sacrificial.

Él sólo se sacrificó y se consagró por las almas inclusive hasta el último momento de su vida.

¿Cómo es con usted?

Yo espero que ustedes miren hacia atrás y vean simplemente cuánta piedad tienen ustedes por las almas agonizantes y cuán preciosamente ustedes están cuidando de las almas que son confiadas a ustedes.

En lugar de experimentar la comodidad en la vida y gozarse, yo espero que ustedes encuentren más felicidad cuando ustedes oren, prediquen el evangelio, y cuiden de otras almas.

< Conclusión >
Estimados jóvenes adultos devotos y otros miembros, si Dios les hace la pregunta siguiente, ¿qué ustedes dirían? “Mi hijo, Mi hija, ¿que es la cosa más preciosa para ustedes?” Si Él me preguntara, yo tendría la misma respuesta que Pablo.

El amor del Dios Padre es lo más precioso, y el evangelio del reino de los cielos y las almas son lo más precioso.

Si hay algunos entre ustedes que están pensando, “Eso es extraño, la cosa más preciosa debe ser sólo una cosa, así que porqué él ha nombrado tres cosas?”

Si ustedes escuchan a este mensaje y lo entienden en el espíritu, ustedes entenderán que todos estos tres son uno.

La cosa más importante es el amor de Dios el Padre, pero yo lo expliqué en tres aspectos para una mejor comprensión.

Porque el amor de Dios era lo más precioso para mí, yo sólo viví para la gloria de Dios.

Yo puse mi esperanza en el cielo y he gastado cada día para salvar más almas. Yo sacrifiqué y consagré mi vida, pero nunca he pensado que esta vida es dura.

Yo he superado sufrimientos que estaban como la muerte, pero yo no tenía temor.

Era porque el amor de Dios el Padre era tan bueno y las almas eran tan preciosas.

Yo no puse nada de este mundo antes del reino de los cielos. Yo no tengo nada que yo quiera poseer o disfrutar más.

Yo he dado a Dios una y otra vez, pero yo todavía tengo muchas cosas.

Es porque no importa cuán duro yo he dado a Dios, Dios el Padre siempre me ha dado más de lo que yo doy.

Él me permitió recibir amor de tantas personas. Él me da todo, incluso fama y riqueza, sin faltar en algo.

Él ha estado dándome cada vez más autoridad acerca de la Palabra y Poder como días han pasado. Sobre todo lo demás, Él me permite sentir más profundamente día a día el amor inexpresable de Dios, para que yo pueda vivir de tal manera una vida feliz.

Es la felicidad que el mundo no puede dar o entender.

Estimados jóvenes adultos, ¿qué tienen ustedes en sus corazones?

¿Es el amor de Dios tan precioso para ustedes, y ustedes recuerdan ese amor en sus corazones cada momento?

¿O, quizá ustedes no están tomando cosas del mundo realmente, pero ustedes no tienen algún tipo de atadura prolongada al mundo?

Ustedes ya escucharon y aprendieron tanto sobre cuán bueno es el cielo.

Ustedes también saben bien que el final está así de cerca, y pronto el Señor regresará.

Así, ustedes no deben pensar que hay todavía tiempo dejado y ustedes todavía pueden dirigir su corazón hacia el mundo un poco más. Las personas que piensan así no son diferentes de las cinco vírgenes insensatas en Mateo capítulo 25.
Las cinco vírgenes insensatas habían sabido que el novio venía pronto, y ellas estaban esperando por él.

Pero, cuando el novio se tardo, ellos apenas se durmieron sin preparar su aceite adecuadamente.

Cuando ellas escucharon que el novio estaba llegando, era demasiado tarde para preparar el aceite.

Ustedes jóvenes adultos han estado decorándose como las novias del Señor.

Ustedes han dado muchas cosas a Dios que incluyen sus corazones, tiempo, fidelidad, y ofrendas.

Yo quiero devolverles todas estas cosas a ustedes como bendiciones completas.

Ustedes deben recibir las bendiciones en esta tierra y también, ustedes deben recibir la gloria de la Nueva Jerusalén en el reino celestial.

Para esto, yo espero que ustedes estarán aún más alertas.

Si ustedes tienen la lujuria de la carne, la lujuria de los ojos, y orgullo jactancioso de esta vida permanecen en ustedes, ustedes deben lanzarlos fuera lo más pronto posible.

Sólo entonces puede Dios reconocerlo como Sus hijos queridos e hijas y guiarlos hacia la gloria de la Nueva Jerusalén.

Yo espero ustedes sean llenos de sólo el amor de Dios, el evangelio del reino de los cielo, y el amor de las almas.

Yo oro en el nombre del Señor que ustedes podrán confesar audazmente que ustedes aman a Dios el Padre más que cualquier cosa.

[Amén]