[Apocalipsis 21: 19-20]
13-07-2008 | Rev. Jaerock Lee
“y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe\; el segundo, zafiro\; el tercero, ágata\; el cuarto, esmeralda\; el quinto, ónice\; el sexto, cornalina\; el séptimo, crisólito\; el octavo, berilo\; el noveno, topacio\; el décimo, crisopraso\; el undécimo, jacinto\; el duodécimo, amatista”.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Esta es la 50ª sesión de los sermones del ‘Cielo’. Continuando con la sesión anterior, este día les hablaré sobre el significado espiritual contenido en las piedras de los doce cimientos de la Nueva Jerusalén. En la sesión anterior examinamos la décima piedra, el crisopraso. En esta sesión, les hablaré sobre la onceava y la décimo segunda piedra, jacinto y amatista respectivamente. Este día terminaremos de explicar las piedras de los doce cimientos.
Ya he explicado que si consolidamos todos los significados espirituales contenidos en las piedras de los doce cimientos, esto se convierte en el amor espiritual perfecto. Y este amor espiritual perfecto es la llave para entrar en la Nueva Jerusalén.
Ahora, ustedes están aprendiendo sobre todos los corazones espirituales que son necesarios para completar el rompecabezas llamado la “Llave de la Nueva Jerusalén”. Pero, lo importante es que ustedes pueden tener la imagen completa solamente cuando colocan todas las piezas del rompecabezas en los lugares correctos. Hay corazones espirituales representados en las doce piedras, y tienen que colocar esos elementos dentro de su corazón para tener la llave completa de la Nueva Jerusalén. Nadie más puede hacerlo por ustedes\; tienen que hacerlo por ustedes mismos para poder tener la llave.
Y por medio de este mensaje, espero que cultiven los corazones como los de las doce piedras que pueden darles la llave completa a la Nueva Jerusalén.
Yo oro en el nombre del Señor para que valientemente pasen a través de la puertas de la ciudad de la Nueva Jerusalén.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, la piedra del 11º cimiento del muro de la ciudad de la Nueva Jerusalén es el Jacinto. Esta es una piedra azulada y transparente. El corazón espiritual representado por esta piedra es la ‘pureza y la santidad’.
La ‘Pureza’ es estar limpio y claro. Si una persona se baña un par de veces al día, peina su cabello y se viste ordenadamente, la gente dirá que esta persona es limpia y ordenada. Entonces, ¿Diría Dios también que es una persona limpia?
Los Fariseos y los escribas lavaban sus manos antes de comer, siguiendo las tradiciones de los ancianos. Y cuando los discípulos de Jesús no lo hacían de esa manera, le hacían preguntas a Jesús para acusarlo.
Mateo 15:2 dice, “¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan”. Así que, Jesús les enseñó lo que es realmente la pureza.
En Mateo 15:19-20 Él dice, “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre\; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre”. La pureza a la vista de Dios es no tener pecado en el corazón. Pureza es cuando tenemos un corazón que está limpio no teniendo falta, mancha ni contaminación.
Nosotros podemos lavar nuestras manos y nuestro cuerpo con agua, pero ¿Cómo podemos purificar nuestro corazón? También podemos lavarlo con agua. Podemos purificarlo lavándolo con el agua espiritual que es la palabra de Dios.
Hebreos 10:22 dice, “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”.
Nosotros podemos tener corazones limpios y verdaderos según el grado en que actuemos de acuerdo a la Palabra de Dios. Por ejemplo, cuando obedecemos los mandamientos de ‘Desechar’ y ‘No hacer’ que están en la Palabra de Dios, la falsedad y la maldad serán lavadas de nuestro corazón. Además, si obedecemos los mandamientos de ‘Hacer’ y ‘Guardar’, podemos evitar ser manchados por los pecados y la maldad del mundo de nuevo al ser constantemente suministrados de agua limpia. De esta manera podemos conservar limpios nuestros corazones.
Mateo 5:8 dice, “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.
Dios nos ha hablado sobre las bendiciones que los de corazón limpio recibirán. Y dice que ellos verán a Dios. Aquellos que son de corazón limpio verán a Dios cara a cara en el reino de los cielos. Podrán llegar por lo menos al tercer reino de los cielos o incluso entrar a la Nueva Jerusalén. Pero el verdadero significado de ‘ver a Dios’ no es solamente ver a Dios. Esto significa que siempre nos reuniremos con Dios y recibiremos Su ayuda. Significa que estamos viviendo una vida en la cual caminamos con Dios, incluso en esta tierra.
Muchos de los padres de la fe caminaron con Dios, pero permítanme hablarles de Enoc. En Génesis 5:21-24, podemos leer que desde el tiempo en que Enoc tenía 65 años, él caminaba con Dios y caminó con Dios por 300 años. Entonces, tal como está escrito, “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”, fue llevado al cielo en vida.
Hebreos 11:5 nos habla sobre la razón por la cual él pudo ser arrebatado al cielo sin conocer la muerte. Éste dice, “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios\; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios”.
Enoc agradó a Dios cultivando un corazón puro, sin tener ningún pecado, incluso al grado que no tuvo que ver muerte. Y finalmente fue llevado al cielo en vida. Él tenía 365 años en ese momento, pero en ese tiempo vivía por más de 900 años.
En un sentido actual, Dios se llevó a Enoc cuando estaba en el vigor de la juventud. Y esto sucedió porque Enoc era tan precioso a los ojos de Dios. En lugar de mantenerlo en la tierra, Dios deseaba establecer a Enoc cerca de Él en el reino de los cielos. Podemos ver con claridad cuanto Dios ama y se regocija con los que tienen un corazón limpio. Pero Enoc no se santificó del día a la noche. Él atravesó por diversas clases de pruebas hasta llegar a los 65 años.
En Génesis 5:19, podemos ver que Jared, el padre de Enoc, procreó hijos por 800 años después del nacimiento de Enoc, por lo cual podemos entender que Enoc tenía muchos hermanos y hermanas. Dios me ha permitido saber en profundas oraciones que Enoc no tuvo ninguna clase de problemas con sus hermanos y hermanas. Nunca quiso tener más que sus hermanos\; siempre hizo concesiones con ellos. Nunca quiso ser reconocido más que sus hermanos, y solamente dio lo mejor de sí. Aun cuando algunos hermanos eran más amados que él, no tuvo ninguna incomodidad, lo que significa que no tenía ninguna clase de celos.
Además, Enoc fue siempre una persona obediente. Escuchó no solamente a la palabra de Dios, sino también a la palabra de sus padres. Nunca insistió en su propia opinión. Él no tenía deseos egoístas, y no tomaba nada de forma personal. Estaba en paz con todos. Enoc cultivó un corazón limpio con el cual pudo ver a Dios. Cuando cumplió los 65 años, alcanzó el nivel que agrada a Dios, y pudo entonces caminar con Dios.
Pero hay una razón más importante por la que él podía caminar con Dios. Esta es que amaba a Dios y disfrutaba mucho comunicarse con Él. Desde luego, él no puso sus ojos en las cosas de este mundo y amaba a Dios más que nada en este mundo.
Por ejemplo, Enoc amaba a sus padres y les obedecía, y había paz y amor entre él y todos sus hermanos, sin embargo era Dios a quien amaba más. Disfrutaba estar a solas y alabar a Dios más que permanecer con los miembros de su familia. Extrañaba a Dios al mirar el cielo y la naturaleza, y disfrutaba la comunión que tenía con Dios. Y fue así desde antes que Dios empezara a caminar con él, y desde el tiempo que Dios a caminar con él, esto fue aún más intenso.
Proverbios 8:17 dice, “Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan”
Como dije antes, Enoc amaba a Dios y lo extrañaba mucho, y Dios también caminaba con él.
Entre más amamos a Dios, más limpio se volverá el corazón, y entre más puro sea el corazón que tengamos, amaremos y buscaremos más a Dios. Es muy agradable hablar y relacionarse con aquellos que son limpios de corazón. Ellos simplemente aceptan todo de forma pura y creen en los demás.
¿Quién se sentiría mal o frunciría el seño viendo las resplandecientes sonrisas de un bebé? La mayoría de las personas se sienten agradadas e incluso sonríen cuando ven a los bebés. Esto es porque la pureza de los bebés se transmite a las personas, refrescando su corazones. Dios Padre siente los mismo cuando ve a una persona de corazón puro. Así que, Él desea ver esta clase de personas con mayor frecuencia y compartir con ellas.
Yo espero que ustedes también cultiven un corazón limpio y puro y que se conviertan en los hijos de Dios a quienes Él desearía ver una y otra vez.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, la última de las piedras de los doce cimientos de los muros de la ciudad de la Nueva Jerusalén es la amatista.
La amatista tiene un color violeta y es transparente. Esta piedra tiene tal elegancia y bello color que ha sido preferida por los nobles desde la antigüedad. Dios también considera, el corazón espiritual representado por la amatista, con esta misma belleza. Entonces, ¿Qué clase de corazón espiritual representa la amatista? Esta piedra representa la gentileza.
Esta gentiliza se encuentra en el capítulo del amor espiritual, en las Bienaventuranzas, e incluso en los nueve frutos del Espíritu Santo. Es un fruto que con seguridad nace en una persona que da vida al espíritu a través del Espíritu y que vive de acuerdo a la palabra de Dios.
Un diccionario define la gentileza como las personalidades que encierran la amabilidad, cordialidad y docilidad\; [y] siendo capaz de impartir serenidad.
Pero la gentileza que Dios considera bella no se refiere solamente esas personalidades. Aquellos que tienen una personalidad apacible en la carne sienten de alguna manera incomodidad con las personas que no son apacibles. Cuando ven a alguien que es muy extrovertido o de personalidad fuerte, se vuelven precavidos, e incluso sienten difícil interactuar con esa clase de personas. Pero una persona que es apacible espiritualmente puede aceptar a cualquier persona con cualquier clase de personalidad. Esta es una de las diferencia entre la gentileza carnal y la gentileza espiritual. Entonces, ¿Qué es la gentileza espiritual, y por qué Dios la considera bella?
Ser apacible espiritualmente es tener una personalidad apacible y cálida junto con un amplio corazón para aceptar a todas las personas. Es alguien que posee un corazón suave y acogedor como el algodón para que muchas personas puedan hallar descanso en él. Además, es alguien que puede comprender todo con bondad y abrazar y aceptar todo con amor.
Y hay una cosa que no puede faltar en la gentileza espiritual, esta es la personalidad virtuosa en relación a tener un amplio corazón. Si tenemos un corazón muy cálido y suave dentro de nosotros, esto no significa nada en realidad.
De vez en cuando, cuando es necesario, deberíamos ser capaces de motivar y dar consejo a los demás, mostrando acciones de bondad y amor. Mostrar una personalidad virtuosa es fortalecer a otros, dejarles sentir el calor, y dejarles hallar descanso en nuestra corazón.
Aquellos que tienen una verdadera gentileza espiritual no tienen ninguna clase de prejuicio contra ninguna persona. Por lo tanto, no tienen ningún problema y no están en malos términos con nadie. La otra persona también siente este corazón cálido, así que puede descansar y sentir la tranquilidad que es abrazado muy tiernamente.
Esta gentileza espiritual es como un gran árbol que proporciona una grande y fresca sombra en un día de verano. Si el esposo acepta y abraza a todos los miembros de su familia con un corazón amplio, la esposa lo respetará y lo amará. Si la esposa también tiene un corazón suave como el algodón, ella puede proporcionar tranquilidad y paz a su esposo, de manera que pueden ser una pareja muy feliz. Además, aquellos hijos que son criados en una familia como esa, no se extraviarán del camino aun cuando se tengan que enfrentar con dificultades, ya que pueden ser fortalecidos dentro de la tranquilidad de la familia, y también pueden vencer las dificultades y crecer con rectitud y con salud.
De la misma forma, a través de aquellos que han cultivado la gentileza espiritual, las personas a su alrededor pueden también encontrar descanso y sentirse felices. Entonces, Dios Padre también dice que aquellos que son gentiles espiritualmente también son bellos.
Hermanos y hermanas, en este mundo las personas hacen uso de diversos métodos para ganar el corazón de los demás. Ellos podrán suplir a otros con cosas materiales o usar su fama o autoridad social. Pero con eso métodos carnales, no podemos ganar verdaderamente el corazón de los demás.
Ellos podrán ayudarnos en el momento a causa de sus necesidades, pero debido a que no se someten realmente con el corazón, cambiarán su mentalidad cuando las situaciones cambien. Pero las personas con naturalidad se reunirán alrededor de aquel que tiene gentileza espiritual. Ellos se someterán de corazón y desearán permanecer con él. Y esto es porque, a través de una persona que tiene gentileza espiritual, ellos pueden ser fortalecidos y sentir la tranquilidad que no pueden sentir en el mundo. Así que, muchas personas permanecerán junto a una persona que tiene gentileza espiritual, y esto se convierte en autoridad espiritual.
Mateo 5:5 habla sobre las bendiciones de ganar muchas almas diciendo que heredarán la tierra. Esto significa que ellos ganarán el corazón de los hombres quienes están hechos de la tierra. Como resultado, también recibirán una gran área de tierra en el reino eterno de los cielos. Y debido a que han abrazado y guiado a muchas almas hacia la verdad, ellos recibirán muchas recompensas.
Es por eso que Dios dijo esto sobre Moisés en Números 12:3, “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”.
Moisés dirigió el Éxodo. Él guió más de 2 millones de personas, y lo guió por más de 40 años por el desierto. Así como los padres crían a sus hijos, él los abrazó en su corazón y los guió de acuerdo a la voluntad de Dios. Aun cuando sus hijos cometen graves pecados, los padres no los abandonarán simplemente.
De la misma forma, Moisés protegió incluso a aquella gente que no podía menos que ser abandonada según ley, y los guió hasta el final pidiéndole a Dios que los perdonara.
Cuando ustedes tienen incluso una obligación menor dentro de la iglesia, comprenderán cuan buena es esta gentileza. No solamente en las tareas de cuidar de las almas, sino en cualquier clase de deber, si lo hacen con gentileza, no tendrán ningún problema. En un solo distrito, o incluso en el grupo de una célula, ¿Cuántas diferentes clases de personas hay? Esto es similar en los grupos de las misiones. No hay dos personas que tengan el mismo corazón y los mismos pensamientos. Cada uno ha sido criado bajo diferentes circunstancias y tienen diferentes personalidades. Sus pensamientos y opiniones podrán no estar de acuerdo, pero aquel que es apacible puede aceptar a los demás con un corazón amplio. La gentileza para entregarse uno mismo y aceptar a los demás, sobresale en una situación donde todos insisten que están en lo correcto. Espero que ustedes tengan más de esta gentileza de lo que tenían antes.
Yo oro en el nombre del Señor para que tengan un corazón más bello que la amatista a la vista de Dios.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hasta este día hemos aprendido sobre los corazones espirituales representados por cada una de las piedras de los doce cimientos del muro de la Nueva Jerusalén.
Ellos son los corazones de la fe, la rectitud, el sacrificio, la justicia, la fidelidad, la pasión, la misericordia, la paciencia, la bondad, el dominio propio, la pureza, y la gentileza.
Cuando consolidamos todas estas personalidades, se convierten en el corazón de Jesucristo y de Dios Padre. En una frase, es el ‘amor perfecto’. Aquellos que han cultivado este amor perfecto con una combinación buena y balanceada de cada personalidad de las piedras, puede valientemente entrar a la ciudad de la Nueva Jerusalén. Además, sus casas en la Nueva Jerusalén estarán adornadas con las doce diferentes piedras. Por lo tanto, el interior de la Nueva Jerusalén es tan bello y cautivador que va más allá de cualquier expresión.
Las casas, los edificios, y todas las instalaciones tal como los parques, están decorados en las formas más bellas posibles. Pero lo que Dios considera que es más bello, son las personas que llegan a la ciudad. Ellos emanarán luces más brillantes que las luces que salen de las doce piedras.
Ellos también producirán un fuerte aroma de amor hacia el Padre desde los profundo de su corazón. Por medio de esto, Dios Padre será consolado por todas las cosas que Él haya hecho hasta entonces.
Yo oro en el nombre del Señor para que muchos de ustedes entren en la Nueva Jerusalén y den consuelo y gozo al corazón de Dios Padre.
Amen