12-05-2008 | Rev. Jaerock Lee
Parte sexta: Vida preciosa
1. Mirando hacia atrás
2. Ayer
3. Hoy
4. Mañana
5. Dando gracias a Dios por todo
1. Mirando hacia atrás
Cada vez que oía la palabra sorprendente de Dios a través de las profecías, mi corazón se llenaba de alegría. ¿Quién podría darnos tales tesoros verbales? Mi corazón palpitaba y mis ojos estaban llenos de lágrimas. ""El significado profundo del vestido y la túnica de Dios es la caída de Israel y la profecía de su restauración"". Yo estaba emocionado, mis mejillas estaban de color rojo por la alegría. Dábamos gracias a Dios y seguía dando gracias a Dios por su valiosa Palabra. Era maravilloso.
Después de la revelación sorprendente
Mi vida ha sido guiada y supervisada por Dios. Es una serie de milagros y pruebas que la hacen más valiosa.
¿Por qué Dios llamó a un hombre introvertido, terco y a un hombre de pobre apariencia para ser su siervo? ¿Por qué Dios me permitió tener un sueño grande y me guía hasta la fecha? No soy nadie y no tengo nada de que jactarme. Todo lo que tengo en mi corazón es paciencia, constancia y una voluntad de llevar una vida honrada.
Dios escogió a David como rey no por su apariencia sino por su espíritu dócil. Dios también tampoco me escogió por mi apariencia, sino por lo que Él vio en mí. Di gracias al Señor por darme el deber de difundir su Palabra por el mundo entero.
Dios me permitió pasar muchas pruebas a fin de fortalecerme y tener más paciencia. Ahora doy gracias a Él por el proceso de esas pruebas. Sin esas pruebas y tribulaciones, no podría haber llegado a ser lo soy ahora.
Dios que mandó a Abraham que sacrificara a su propio hijo, Isaac y mandó a Jacob luchar hasta que su hueso de la cadera fuera roto, me hizo pasar las pruebas para que yo pudiera abandonar mi carácter pecaminoso.
Dios, que me hizo luchar por vivir según su voluntad desde el tiempo de principiante, también me dio la capacidad para cumplir sus mandamientos cuando era diácono. Podía conseguir que mis súplicas fueran oídas como resultado de tres años de oración y podía lograr el entendimiento completo de la Palabra sobre los pecados en el corazón.
Mis pruebas siguieron a través de los años en el Seminario, la fundación de la iglesia y en el desarrollo de la misma. Dios me ayudó a vivir por medio de la dirección del Espíritu Santo, abandonando todo lo que provenía de mi propio pensamiento.
Ya no tengo mi propio pensamiento o mi propia meta, sino sólo la voluntad de Jesús que reina en mi corazón.
Durante el período en que estábamos desarrollando la iglesia, me acusaron con frecuencia de ser pagano. Cada vez que me acusaban, podía olvidar enseguida lo que decían y oraba por ellos\; esto era el resultado del proceso de las pruebas.
Por eso Dios me bendijo con el desarrollo y el crecimiento de la iglesia, y me dio la capacidad de llevar a muchas almas a Él para ser salvadas.
Después de la fundación de la iglesia, Dios me entrenó y me formó continuamente. Me entrenó para armonizar con mis prójimos para que la iglesia pudiera ser un refugio para las almas perdidas. La bendición de Dios me hizo posible resistir a las tentaciones del diablo. Cada vez que había discusiones, envidias o celos, la bendición de Dios no obraba en nosotros y no podíamos recibir su revelación.
Aunque yo había sido escogido por Dios para ser un pastor, tenía que ser el que lava los pies de los otros como Jesús. Tenía el deber de guiar bien a todos los miembros de la iglesia para que ninguno cayera ni se quedara atrás para salvar un a alma más. Tenía que llevar la cruz con placer como Jesús, a pesar de humillaciones e insultos.
Derramé muchas lágrimas: lágrimas orando por los miembros de la iglesia\; lágrimas orando por la revelación\; y lágrimas por el amor a la iglesia.
Un día, Dios me dio un regalo magnífico, fue el amor y el consuelo que nadie pudo darme. Ese regalo fue una canción compuesta por Jesús titulada ""Mi amado siervo"".
Con mi sangre yo limpio todos tus pecados
Ahora doy vida a los muertos
Con mi poder a través de tí
Estaré contigo.
Yo hice un pacto con mi cuerpo y con mi sangre
Mi siervo, créeme
Ve a cualquier lugar con audacia
Ya que soy el poder de tu vida
Soy el poder de tu vida verdadera
Confía en mí y ganarás la victoria
Mi amado siervo, ve adelante y adelante
Estaré contigo.
¡Oh! Dios, recíbelo
Recibe a mi amado siervo.
Dios me confió y me mandó a la tierra
También te confiaré.
Tú eres mi poder y mi amor
Mi amado siervo,
Cuando tú me recibes, en la luz de mi gloria
Te recibiré
Ordenación para ser un pastor
Recibí la ordenación cuatro años después de haber fundado la iglesia. Todos los miembros me felicitaron de todo corazón.
Después de la ordenación, Dios me guió para empezar ""La oración de Daniel de veintiún días"". Me aparté de los miembros de la iglesia y ayuné durante ese período para poder conversar con Dios a fin de recibir su voluntad y empezar de nuevo como un pastor.
Durante ese tiempo me di cuenta de que los miembros de la iglesia eran muy importantes para mi, Mucho los eché de menos y me di cuenta de que eran muy importantes.
Después de la fundación de la iglesia, Dios me envío a los miembros. Ellos era los que sintieron la presencia de Dios. Ellos eran los que comieron de su Palabra y experimentaron su poder a través de mí. Ellos eran los que yo di a luz, como dijo Pablo, y ellos eran muy valiosos y preciosos.
En el principio por medio del sermón de fe, intenté sembrar en los miembros confianza y fe de que ellos podían hacer todo si Dios les ayuda. A través del sermón sobre la esperanza, podíamos afirmar que la salvación, resurrección y la nueva vida en el reino de Dios son planes suyos para nosotros. Todos los miembros de la iglesia intentaron con gran esfuerzo abandonar sus pecados para vivir en este mundo con la esperanza de ser algún día un ciudadano del reino de Dios.
A través del sermón sobre el amor, los miembros pudieron adoptar para sí el corazón de Jesús y llevar una vida sagrada y dar muchos frutos. Muchos de ellos dieron su vida a Jesús para servir a la iglesia y el reino de Dios. Dios les guió para que ellos pudieran poco a poco almacenar el premio en el reino de Dios. Esta es la gran bendición de Dios.
Di gracias a Dios por cada uno de los miembros de Nuestra iglesia\; por los ancianos, diáconos, diaconisas, obreros, por los miembros adultos y por los estudiantes de la iglesia. Ellos son muy preciosos puesto que creen en la existencia de Dios y viven en su palabra.
Dios elogiará a nuestra iglesia como la Iglesia Filadelfia, puesto que estaremos llenos del Espíritu Santo por su gracia, y estaremos unidos en el amor. Los miembros de la iglesia están luchando diariamente contra el hombre viejo para llegar a ser hombres nuevos, y ellos aprecian y obedecen el consejo del siervo de Dios.
Esto no puede ser llevado a cabo sin la dirección de Dios. Si Él no orienta a cada una de las ovejas, la armonía no podría ser conseguida. Sólo podemos dar gracias al Señor que ha estado guiándonos y que nos guiará al hasta el fin de los siglos.
Sin saber, las lágrimas de agradecimiento me correrían por el rostro y mojaban mi almohada. Sentía una emoción muy profunda mirando hacia el pasado.