[Juan 13: 32]
07-09-2008 | Rev. Jaerock Lee
“Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará”.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Esta es la 56ª sesión de la serie de sermones sobre el ‘Cielo’. En esta sesión, continuaré explicándoles sobre el área del Espíritu Santo en la Nueva Jerusalén.
En los Juegos Olímpicos que finalizaron recientemente hubo un Coreano medallista de oro quien ha derramado un número inusual de lágrimas que simplemente brotaron a lo largo de toda la ceremonia de premiación. Se dice que él practicó y se entronó tan duramente que cada día se llevó a sí mismo a un estado de agotamiento total.
En una entrevista después de haber ganado la medalla de oro el atleta hizo algunos comentarios sobre esto, “El entrenamiento fue tan difícil que lloraba cada día. Pero esos momentos de lágrimas eran lágrimas de felicidad para mí. Entré al difícil entrenamiento con una felicidad sincera, y además participé en la Olimpiadas con la misma felicidad en mi corazón”.
Este atleta miraba hacia su meta de la medalla de oro y tenía la fe que la podía obtener si practicaba duramente. Es por eso que logró atravesar el infernal entrenamiento con una mente llena de gozo.
Y ¿Qué clase de mentalidad debemos tener nosotros en nuestra vida Cristiana con la Nueva Jerusalén como meta, el lugar donde será entregado el más grande honor? Sin importar qué clase de dificultades y dolorosas pruebas de fe tengamos que atravesar, éstas no son nada comparadas con la gloria celestial que un día nos será entregada.
En esta sesión, le hablaré sobre una creyente que venció y obtuvo la victoria en su batalla de la fe y que alcanzó la Nueva Jerusalén.
Por medio de este mensaje, yo oro en el nombre del Señor para que más de ustedes tengan una fe creciente creyendo que también pueden ganar la victoria y convertirse en medallistas de oro en el reino de los cielos.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, nuestro Señor Jesús es el supervisor general que está a cargo de diseñar el reino de los cielos y de supervisar la construcción de las casas que hay en él. Dios Padre le ha entregado esa autoridad al Señor, y con un corazón gozoso, Dios está observando las cosas que el Señor está haciendo. Y eso es porque el Señor también prepara las casas de los creyentes de una manera precisa de acuerdo a la ley de la justicia. Pero esto no significa que el Señor mismo está construyendo las casas. Él diseña las casas, y los arcángeles junto a los ángeles las construyen de acuerdo al diseño creado, y las decoran con piedras preciosas.
Primero, será decidida el área de terreno entregada a cada creyente. Por supuesto, esto es para los creyentes que van para el 1er reino de los cielos en adelante. Mateo 5:5 dice, “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. Según lo dicho, de acuerdo a la mansedumbre de cada persona, el Señor dará una orden para asignar cierta área de terreno. Entonces, los arcángeles dibujarán los límites del área de acuerdo a la palabra del Señor. Cuando ellos dividan estas áreas de tierra en el cielo, no lo harán dibujando una línea sobre el terreno como se hace en la tierra. Ellos rodearán el área con luz para demarcar los bordes.
Por supuesto, Dios ha hecho ya una distinción entre el tercer reino de los cielos y la Nueva Jerusalén construyendo un muro de jaspe. Este contiene un significado muy especial en él.
Además, excepto por algunos casos como el castillo del Señor y del Espíritu Santo, los límites que definen las áreas de terreno y de los hogares de cada ciudadano celestial serán establecidos con luces.
Una vez los límites estén establecidos, los ángeles construirán edificios dentro de las áreas según los diseños del Señor, y harán muchas cosas como jardinería y establecerán jardines. Además, decorarán el interior y el exterior de los hogares de acuerdo a las recompensas de cada creyente. El diseño incluye la clase de joyas que serán usadas, los colores de las ropas que serán fabricadas, y las clases de murales o escritos que serán hechos. Los arcángeles y los ángeles trabajarán fielmente de acuerdo al plan. En algunas casas, Dios Padre o el Señor mismo adornarán con escritos.
Dios Padre creó los cielos y la tierra y todas las cosas en ellos con Su palabra. El Señor también tomó parte en la creación. 1 Corintios 8:6 dice, “para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él\; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él”. Por lo tanto, Dios Padre también pudo haber creado las casas celestiales con Su palabra. Pero no lo hizo. El Señor mismo diseñará cada casa y hará que los ángeles las construyan.
En algunos casos especiales, el Señor mismo también hará algo del trabajo en la construcción. ¿Por qué lo hace? Es por su tierno amor para permitirnos experimentar la delicada mano de Dios Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Además, el Señor está edificando las casas con tanta delicadeza y Dios Padre está observando a este Señor llenarse de gozo haciendo estas cosas. El hecho que Dios puede dar las mejores cosas a Sus amados hijos de acuerdo a la ley de justicia es motivo de gran gozo para el Señor.
La decisión ya ha sido tomada para que algunos ancestros de la fe entren a la Nueva Jerusalén, pero también hay creyentes que aun continúan en el proceso de reunir los requisitos. Y, cuando una persona se vuelve calificada para ir a la Nueva Jerusalén, Dios Padre y el Señor se regocija mucho.
¿Cuán gozoso nos sentimos cuando escuchamos las noticias de los atletas de nuestro país ganando medallas de oro en las Olimpíadas? Muchas personas también miraron nerviosamente todas las rondas finales anhelando la victoria. Yo espero que ustedes reconozcan que en estos últimos días Dios Padre y el Señor nos están observando a nosotros de esta misma forma.
Cuando las personas de espíritu completo trabajan para el reino de Dios, todo lo que hacen se convierte en recompensas en el cielo. Entonces, el Señor agranda el área de sus terrenos y hace planes para nuevos edificios e instalaciones. Esto no es algo molesto o fastidioso. Nuestro Señor está haciendo este trabajo con mucha felicidad y gozo.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, ahora, le hablaré sobre una creyente que ha entrado ya a la Nueva Jerusalén. De hecho, ella tendrá su lugar de morada en lo que es relativamente las afueras del área del Espíritu Santo en la Nueva Jerusalén. Y esto se debe a que ella apenas cumplió con una de las condiciones para entrar a la Nueva Jerusalén, ‘fidelidad en toda la casa de Dios’, solamente en el último momento.
Mientras yo les hablo sobre su fe, espero que ustedes puedan revisar su propia fe. Ella no amaba el mundo en nada. No deseó tomar ninguno de los placeres del mundo. Solamente trabajó para el reino de Dios y marchó con un corazón invariable con la esperanza por la Nueva Jerusalén.
En los aspectos de bondad, ella alcanzó el nivel más alto de bondad. Tuvo el buen corazón para no escatimar ni su propia vida en nada por Dios y por el Señor. También tuvo la suficiente medida de mansedumbre para ir a la Nueva Jerusalén. Nunca ha juzgado o ha condenado a ninguna otra persona. Nunca ha estado envidiosa o celosa, ni difamar a otros, o señalar las faltas o defectos de los demás. Nunca tuvo dificultades con nadie incluyendo sus líderes. Y nunca tuvo sentimientos enfermizos.
Ella siempre tuvo un corazón bueno y manso. No habia ninguna forma de maldad en ella. Además, siempre fue fiel en el trabajo de Dios. No solamente asistía a todos los servicios de adoración, sino que nunca cesó de orar. Siempre estaba presente cuando y donde debía estar. Siempre tuvo su prioridad primera en los trabajos de Dios. Y mientras trabajaba para Dios, nunca se quejó por nada. En primer lugar nunca tuvo quejas en su mente. Ella era muy parecida a María Magdalena.
Realmente ella podría tener muchas quejas en contra de su esposo. Pero nunca mencionó nada de eso. Nunca dijo nada negativo concerniente a su esposo. Solamente hablaba palabras de bondad, mansedumbre, amor y verdad. Así que, midiendo los aspectos requeridos para la santificación, ella estaba más que calificada para entrar a la Nueva Jerusalén. Pero carecía un poco en el aspecto de la ‘fidelidad en toda la casa de Dios’. La fe de los miembros de su familia era el problema. Especialmente, la situación de su esposo era muy preocupante para ella.
La enfermedad llegó a ella y no fue por causa suya, sino más bien porque se preocupaba demasiado por el pecado de uno de los miembros de su familia. Este era el pecado de su esposo. Su esposo reconoció este hecho solamente en las últimas etapas de su enfermedad y se arrepintió. Como resultado, él recibió otra oportunidad de salvación. Pero demasiado tiempo había pasado hasta este momento. Es decir, su enfermedad empeoró tanto que ella sobrepasó el límite de vida de acuerdo a la justicia de Dios. Había pasado el punto donde podía recibir la sanidad de Dios. Finalmente, se fue al cielo, pero justo antes de su muerte el aspecto de fidelidad en toda la casa de Dios del cual había estado careciendo fue alcanzado. Ahora, ella tenía los requisitos para entrar a la Nueva Jerusalén.
De hecho, si ustedes llegan al espíritu completo, su familia será evangelizada. Y esto se debe a que un hombre de espíritu tiene autoridad sobre sus palabras. Además, debido a que él proveerá amor espiritual a los miembros de su familia y les servirá mucho, todos sus corazones serán derretidos. Así que, una de las evidencias de haber llegado al espíritu es la evangelización de la familia.
En el cuarto nivel de fe, en muchos casos la evangelización de la familia se acerca al 100%. Si ustedes consideran todas estas condiciones, creo que podrán ver a que lugar en el reino de los cielos pueden ir.
Ahora les hablaré sobre la casa de esta creyente en la Nueva Jerusalén. Sin embargo ella aun no ha entrado en la misma. Incluso aquellos que van a la Nueva Jerusalén pueden entrar a sus casas solamente después del Juicio del Gran Trono Blanco. Por lo cual, en este momento, permanecen en un lugar separado. Entonces, ¿Qué clase de recompensas recibirá ella y cómo está decorada su casa?
Cuando ella estaba en la tierra, siempre pensó en el reino de Dios y deseaba convertirse en gozo para el Señor. Así que, nunca descuidó atender a otras almas, y siempre las albergaba en su corazón. Además, cada vez que enfrentaba dificultades, nunca miraba la realidad, sino que la vencía pensando en la Nueva Jerusalén. En este proceso, hubo tiempos cuando tuvo que resistir. Es así como recibió recompensas mientras vencía todas las pruebas llena de esperanza por la Nueva Jerusalén.
Las recompensas son elementos decorativos hechos con piedras preciosas. Incluso las personas mundanas en ocasiones suelen tener joyas como adornos y los colocan para ser exhibidos. De la misma forma, también hay diferentes cosas hechas con gemas en su casa. Cada momento de resistencia en la tierra es remunerado con bellas recompensas en el cielo. Además, había cosas que ella deseaba hacer mientras estaba en la tierra pero no podía.
Ella mantuvo la esperanza de una novia. Preparó su corazón y conservó su porte como una novia hermosa que tenía que estar lista para saludar a su novio en cualquier momento. Ella siempre pensó en cosas bellas y también trató de tener una bella apariencia. Especialmente, cuando pensaba en la Nueva Jerusalén ella sabía el color específico de la ropa que deseaba usar. Estas eran ropas de color rosado suave y de un hermoso verde claro.
Debido a que el Padre conoce esto, Él da la ropa con estos bellos colores y los accesorios que le combinan. En la casa de esta creyente también hay murales, escritos decorativos y documentos. Estos contienen sus oraciones ofrecidas entre lágrimas en medio de su resistencia en la tierra, y sus confesiones de agradecimiento por su pastor quien la guió al espíritu. Mientras ella estuvo en la tierra, era muy tímida y solamente lo confesaba en su corazón. Lo hacía diciendo, “Yo deseo caminar alrededor del cielo mano a mano con el Señor. ¡Te amo!”.
Estas confesiones del corazón y lo que anhelaba en su corazón están plasmados en estos murales y escritos decorativos. Una de las decoraciones es parte del contenido de su confesión escrita en forma de poema. Además, su casa tiene algunos jardines que están muy bien decorados con rosas. Ella siempre quiso tener un jardín en el patio de su casa decorado con bellas flores y con rosas. Cuando veía las flores o algo bello su esperanza por el cielo aumentaba. Anhelaba por los días cuando pudiera caminar por las calles de flores alabando a Dios Padre.
Dios Padre recuerda esta pequeña esperanza en su corazón y la hace convertirse en una realidad en el cielo. Además, ella recibirá toda clase de joyas con las cuales podrá adornarse.
Ya que ella es también una mujer, quizá alguna vez pensó que deseaba tener algo. Y Dios Padre recuerda estas cosas y se las obsequia. Mientras estaba en la tierra, cuando deseaba tener algo y no podía a causa de su situación, no se desilusionaba. Y eso porque tenía mayores esperanzas por el cielo que por su deseo de tener algo bueno en la tierra. Si hubiera sido más fiel en toda la casa de Dios, hubiera llegado más cerca de la parte central de la Nueva Jerusalén. Es triste que a causa de esto solamente pudiera entrar a un lugar de los más distantes del centro de la Nueva Jerusalén.
Pero solo con el hecho de haber entrado a la Nueva Jerusalén, ella será consolada. Además, como mujer ella quiso hacer algunas cosas en esta tierra, pero no pudo y renunció a ellas. Y al ver que todas estas cosas le son entregadas como recompensas celestiales, estará muy agradecida. Estará tan llena de emociones por los colores de la ropa, los adornos y los pequeños detalles que le serán entregados tal como los deseó en su corazón.
En la próxima sesión, le hablaré sobre una de las casas más grandes en el área del Espíritu Santo en la Nueva Jerusalén.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, este día, les hablé sobre una mujer que fue a la Nueva Jerusalén. Ella recibió como recompensas celestiales incluso las pequeñas cosas que deseaba en su corazón aquí en la tierra, y ¿Cuál es la razón para esto?
Es porque ella cultivó su corazón como espíritu completo y fue a la Nueva Jerusalén. Ustedes probablemente también tengan algunas cosas en mente mientras esperan por el reino celestial. Podrán tener deseos pensando, “¡Todo lo que no pueda hacer en la tierra y todo a lo que renuncie, lo haré y lo obtendré en el cielo!”. Pero para en realidad recibir recompensas en el cielo, tenemos que alcanzar el corazón de espíritu en nosotros.
Si renunciamos a algo en la tierra con el corazón, tenemos que llenar el vacío con bondad, amor y verdad. Solamente entonces podremos obtener algo en recompensa en el cielo. Aun cuando ustedes han recibido una promesa tan buena, no pueden alcanzarla a menos que cultiven su corazón en espíritu. Tienen que creer en la promesa de Dios y orar fervientemente, y desecharse ustedes mismos para ser llenados con el espíritu.
La creyente de quien les he hablado este día, sufrió mucho en el sentido físico\; atravesó muchos momentos difíciles derramando lágrimas. Pero cuando cambió esto por la esperanza por la Nueva Jerusalén, Dios Padre recibió el aroma de su corazón y la premió con diversas recompensas.
Yo oro en el nombre del Señor para que ustedes reconozcan muy bien este punto y para que cultiven un corazón perfecto de espíritu y para que puedan también morar cerca del centro de la Nueva Jerusalén.
[Amen]