• ¿Por Qué Jesucristo Llevó la Corona de Espinas?

    [Marcos 15:16-20]

    12-11-2007 | Rev. Jaerock Lee

    • EL MENSAJE DE LA CRUZ 12

      ¿Por Qué Jesucristo Llevó la Corona de Espinas?

      La Escritura:
      Marcos 15:16-20 “Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al Pretorio, y convocaron a toda la compañía. (17) Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas, (18) comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! (19) Y le golpeaban la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias. (20) Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.”


      Amados Hermanos en Cristo:

      Esta es la Décimo Segunda Prédica del Mensaje de la Cruz, que trata sobre la providencia de Dios encerrada en la Cruz.
      Jesús vino a este mundo para salvarnos a nosotros, los pecadores. Y para salvarnos, tuvo que asumir la pena de muerte que debíamos de haber recibido. Por eso Jesús sufrió muchos dolores, siendo finalmente crucificado. Los padecimientos de Jesús nos dieron el perdón de nuestros pecados, liberándonos de la maldición del pecado y permitiéndonos vivir en las bendiciones de Dios.
      En este sentido, debemos no solamente entender que Jesús perdonó nuestros pecados, sino comprender en detalle cómo nos perdonó. Sólo entonces, podremos amar a Jesús de todo corazón y vivir una poderosa vida de fe conociendo cómo Él llevó todos nuestros sufrimientos.
      En la última prédica, vimos la providencia encerrada en Jesús al ser puesto en un pesebre, vivir una vida de pobreza y derramar Su sangre al ser azotado.
      Ahora les predicaré acerca de la providencia de Jesús al llevar la corona de espinas. Espero que se den cuenta en lo profundo de su corazón, del amor del Señor quien llevó la corona de espina por nosotros. Oro en el nombre del Señor para que-con ese amor- puedan avanzar más decididamente hacia el reino de los cielos.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Jesús es el Hijo de Dios, el Rey de reyes y el Señor de señores. En realidad, Él merece una gloriosa corona. Sin embargo, la corona que Jesús llevó no fue una corona hecha de oro y joyas sino una de espinas puntiagudas.

      Marcos 15:16-18 dice, “Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía. Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas, comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos!”

      Las zarzas en Israel tienen unas largas y fuertes espinas. Los soldados romanos tejieron una corona de ramas con estas espinas, más pequeña que la cabeza de un hombre y se la pusieron a Jesús.
      Aquellas largas y terribles espinas traspasaron la piel de Su cabeza y causaron un agudisísimo dolor en los huesos de Su cráneo. Y pronto Su rostro se cubrió de sangre.

      ¿Por qué Dios permitió que Su amado y único Hijo Jesús llevara esa corona llena de espinas?

      Fue porque quiso perdonar al hombre de los pecados que comete con su pensamiento.

      El ser humano tiene pensamientos de mentira y falsedad que van en contra de la verdad\; y tiene sentimientos perversos, porque hay falsedad dentro de su corazón.
      Odian, envidian, tienen celos, juzgan y condenan a otros. Codician las posesiones de otros, adulteran con el pensamiento, y fingen honrar a otros pero en realidad los desprecian y los menosprecian en sus corazones.
      Y debido a que tienen esos pecados en sus pensamientos y en sus corazones, eso los lleva a cometerlos exteriormente. En este mundo, no importa lo perverso que puedan ser sus pensamientos o deseos, no se consideran pecados a menos que se lleven a cabo.
      Sin embargo, cuando alguien tiene el deseo de pecar en su pensamiento y en su corazón, la Biblia lo condena.
      Mateo 5:28 cita, “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”
      Y 1 Juan 3:15 dice, “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida, y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.”
      ¿Saben que este versículo dice que no tienen vida eterna en ustedes? Siempre les digo esto: Todo aquel que odia a su hermano es un homicida.
      Aun cuando no hayan matado a nadie, si solamente tienen odio contra un hermano en su corazón, están matando a ese hermano. “Y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.”\; y “Todo aquel que aborrece a su hermano no tiene vida eterna en él.”
      Por lo tanto, si no echan fuera esa maldad, no pueden entrar al reino de los cielos. Por eso Dios nos dice que debemos de amar a nuestros enemigos. ¡Imagínense lo malo que es odiar a su hermano, quien no es su enemigo! Debido a eso, la Biblia -tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento- nos dice que esa clase de personas no tienen vida eterna.
      Si alguien odia a otra persona, aun cuando no la haya matado, ante los ojos de Dios, que ve el interior del corazón de cada uno de nosotros, será condenado como un homicida por haber cometido el mismo pecado.
      La razón por la que Jesús llevó una corona de espinas y derramó Su sangre fue para perdonarnos incluso de los pecados que cometemos con nuestros pensamientos.
      Cualquiera que cree en esto y es perdonado, debe purificar sus pensamientos y su corazón.

      Queridos Hermanos:
      Deben entender qué significa no cometer pecados con nuestro pensamiento.
      En nuestro cerebro hay un “Sistema de Memoria” a través del cual podemos almacenar y utilizar el conocimiento. Todo lo almacenado dentro de este sistema de memoria: lo que hemos visto, oído y aprendido por medio de nuestros sentidos, todo eso es llamado “Conocimiento”. Cuando el conocimiento almacenado es reproducido, lo reproducido es denominado “Pensamiento.”
      Cuando las personas se lesionan la cabeza en un accidente de tránsito o en cualquier otra clase de accidente, algunos pierden la memoria. No pueden recordar nada porque su sistema de memoria está dañado. Por eso decimos, que cuando el conocimiento almacenado es reproducido, lo que es reproducido es llamado “Pensamiento.”
      Sin embargo, el conocimiento almacenado en el cerebro desde el nacimiento de cada individuo es diferente. Actualmente, hay más de 6 mil millones de personas en el mundo, pero ninguno tiene el mismo nivel de conocimiento.
      Es porque las condiciones y la educación de cada uno es diferente, y porque cada persona ingresa situaciones, hechos y cosas junto con diferentes sentimientos aun cuando pueden haber sido enseñados por una misma persona y en las mismas condiciones.
      Además, de acuerdo al tipo de corazón que tengan en su naturaleza, reciben y aceptan las cosas con diferentes sentimientos.
      Y debido a que cada uno tiene diferente conocimiento, su escala de valores y sus parámetros o normas para discernir lo bueno de lo malo son diferentes. El contenido del conocimiento que cada uno reproduce en una misma situación, también es diferente.
      Algunos podrían decir que algo es malo y perverso, pero otros pueden decir que es bueno y hermoso. Lo que se considera educado en un país tal vez puede ser censurado o juzgado como burdo o tosco en otro.
      De igual manera, el pensamiento de cada persona es diferente y la mayoría de los pensamientos que tiene la gente del mundo están en contra de la verdad.
      Cuando Adán vivía en el Huerto del Edén, sólo tenía pensamientos de verdad. Era porque Dios le había enseñado solo verdades. Adán sólo pensaba en la verdad. Pero desde que pecó, el conocimiento de lo verdadero fue saliendo su corazón siendo reemplazado por el conocimiento de la mentira.
      El conocimiento de lo verdadero como el amor, servicio, y la comprensión fue reemplazado por el conocimiento falso como la ira, codicia y los deseos de ganar. Satanás controla el conocimiento de lo falso y de la mentira y nos lleva a ir en contra de Dios.

      Permítanme darles una ilustración: Supongamos que uno de sus colegas ha hecho un buen trabajo y ha sido halagado por ello en público. En esta situación, Satanás puede controlar la mentira, la falsedad y el engaño que hay dentro de usted y lo lleva a tener malos pensamientos. Puede llegar incluso a quejarse pensando, “Ese trabajo no lo hizo sólo esa persona, pero ahora recibe todo el reconocimiento” o “¿Por qué lo mencionan sólo a él, si yo también lo ayude a hacerlo?”
      Si tuviera sólo el conocimiento de la verdad en su mente, no pensaría así. Satanás no puede controlarlo y se regocijaría con la verdad diciendo, “Estoy feliz porque han reconocido su labor. Ahora voy a ser tan diligente como él.” Por eso, el amor se deleita en la verdad y permanece en la verdad.
      Cuando las acciones de alguien no están de acuerdo con lo que usted desea, si sigue el pensamiento falso, entonces juzgará que los demás son egoístas y groseros. Puede llegar a tener pensamientos enfermizos y una indisposición incluso para encontrarse con esa persona. Puede tener grandes problemas al tratar de ser paciente a pesar de su temperamento violento.
      Por otra parte, si tiene el conocimiento de la verdad, cuando usted ve a una persona actuar con maldad, no la juzgará ni tendrá pensamientos incómodos, sino que procurará entender por qué esa persona ha hecho eso y verdaderamente la comprenderá.
      Si llega a esta bondad con la verdad, ni siquiera tendrá que tratar de entenderla, sino que tan sólo estará gozoso y agradecido. Siempre procurará ver e interpretar todo de buena forma.

      Estimados Hermanos:
      Si un hombre ha almacenado sólo el conocimiento verdadero dentro de sí mismo, entonces podrá únicamente pensar en la verdad. Pero es un hecho que, ya que todos han guardado conocimientos falsos y de mentira desde su nacimiento, cada pensamiento reproducido por su corazón es falso.
      Por eso, luego de creer en Dios, deben cambiar su conocimiento a uno que sea verdadero. Entonces, sus pensamientos se cambiarán también en verdaderos.
      Les voy a dar un ejemplo: Si cocina algo con malos ingredientes, la comida de seguro resultará mala. Por eso, si quiere hacer una buena comida, deberá reemplazar los malos ingredientes por otros frescos.
      De igual forma, cuando cambia el conocimiento almacenado en su mente a uno de verdad, su pensamiento cambiará también a uno veraz. Deben diligentemente oír la Palabra de Dios y hacerla su alimento espiritual.
      Deberán adorar a Dios en espíritu y en verdad, y recibir la Palabra con un “Amén” y con un “Si” y transformarse a sí mismos. Si lo hacen constantemente, podrán andar muy rápidamente en el espíritu.
      Algunos dicen “Amén” cuando la Palabra de Dios está de acuerdo con sus propios pensamientos, pero la rechazan diciendo “No, no es así” si no está de acuerdo con ellos.
      Aun cuando la Palabra dice, “El que se humilla será exaltado” estas personas piensan que no es fácil llegar a ser alguien incluso esforzándose mucho ellos mismos por ascender y rehúsan humillarse y servir a otros.
      Si la Palabra les enseña a poner la mejilla izquierda cuando alguien les golpea en la derecha y a dar su capa cuando les pidan la túnica, afirman que en este mundo no se puede vivir según estas reglas. Piensan que siempre pierden algo, ¿No es cierto?
      El Dios todopoderoso promueve y exalta en forma total y absoluta a aquel que sirve\; y bendice al que obedece Su Palabra.
      Sin embargo, el hombre no cree en la Palabra sino que considera correcto lo que va en contra de la voluntad de Dios porque simplemente está en desacuerdo con su propio conocimiento y experiencia.
      En muchos casos he visto que aquellos que saben la Palabra de Dios y la verdad, juzgan a otros con la Palabra que ellos conocen.
      En un sermón, citando a Esteban, dije que el Señor está parado a la diestra de Dios. Fue justo luego de la inauguración de la Iglesia, y aún no había muchos miembros. Pero alguien afirmó que yo no sabía correctamente la Palabra de Dios. El Señor está sentado a la diestra de Dios, pero dije que el Señor estaba parado, y por eso estaba equivocado.
      Por eso, ustedes deben conocer la Biblia en forma exacta con los versículos que se complementan, pero sólo con una sola cosa que oyó esa persona, pensó que todo lo que había escuchado antes estaba bien, y todo lo demás estaba mal. ¿Cómo puede alguien que piense así recibir gracia? Pensaría, “Oh, el predicador se está equivocando.” Creo que pasó todo el tiempo que duró el sermón pensando en esto. Hay muchos casos como este.
      En este caso el pensamiento que va en contra de la voluntad de Dios es llamado “Pensamiento carnal”. Es Satanás quien hace que el hombre tenga pensamientos carnales.
      La Biblia nos muestra que Jesús reprendió a Pedro porque estaba obedeciendo un pensamiento carnal. Cuando Jesús dijo que muy pronto sería crucificado conforme a la voluntad de Dios, Pedro le dijo, “¡Señor, en ninguna manera esto te acontezca!”
      Pedro no dijo esto con mala intención. Lo dijo porque se sentía apenado y no quería que Jesús fuera ejecutado. Cuando los demás oyeron a Pedro, pudieron haber pensado que lo que decía era algo noble y justo.
      Sucedió lo mismo con el Rey Saúl. Dios le dijo en una ocasión que acabara con toda una ciudad, pero Saúl se quedó con lo bueno del botín. Y luego quiso dar excusas, “He traído todo esto como ofrendas de sacrificio a Dios.” ¡Que bien suena esto si lo oye con su pensamiento carnal! Pero de acuerdo a la perspectiva de Dios, Saúl era un hombre malvado y desobediente.
      Pedro dijo esto pensando que era lo mejor para el Señor, pero, ¿Qué es lo que le dijo el Señor? No le dijo, “Sé que lo has dicho porque me amas” sino todo lo contrario lo reprendió diciéndole, “¡Quítate de delante de mí, Satanás. Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres! ”
      Estas son cosas de los hombres, no cosas de Dios. En el sentido carnal, podía ser encomiable, pero en el espíritu, era algo que tenía que ser reprendido.
      Si usted me dice algo bueno con una buena intención, y si yo-como el Señor-lo reprendo con dureza, muchos de ustedes se disgustarían. Se darían media vuelta y dirían, “Pero si le dije esto al Rev. con amor, ¿Cómo me ha podido reprochar de esa manera?”
      Esta clase de personas no pueden recibir la Palabra. No tienen la capacidad para recibir reprimendas y están muy lejos de andar en el espíritu. Por favor, no sean uno de estos que “No miran las cosas de Dios, sino la de los hombres.”
      Jesús en ningún momento fue gentil al reprender a Pedro. No le explicó amablemente, “Pedro, esos son pensamientos carnales, y estos pensamientos espirituales. Y aquí estás equivocado”.
      “¡Quítate de delante de mí, Satanás!” Jesús no quiso decir que Pedro era Satanás, sino que quería alertarlo de que Satanás estaba controlando sus pensamientos carnales para hacer que pensara en contra de la voluntad de Dios.
      La gente carnal ve sus pensamientos carnales como algo bueno, prudente y sensato.
      Sin embargo, Romanos 8:7 cita, “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios\; ni tampoco pueden.”
      Los designios de la carne\; es decir, los pensamientos carnales son enemistad contra Dios y no tienen nada que ver con Dios.
      No importa lo prudentes y buenos que estos pensamientos carnales parezcan ser para el hombre carnal, cuando ustedes cumplen sus obligaciones siguiendo estos pensamientos carnales, eso no tiene ninguna relación con Dios.
      Sólo en cuanto derriben toda clase de pensamiento carnal, serán capaces de poseer fe espiritual por medio de la cual podrán crear algo de la nada. Tan pronto hayan eliminado sus pensamientos carnales, podrán entender la voluntad y el amor de Dios\; serle gratos a Él y experimentar Sus obras.
      El poder de Dios trasciende el conocimiento y el pensamiento humano y la sabiduría y el entendimiento de Dios no pueden ser medidos por el hombre. Si no seguimos los pensamientos carnales sino que obedecemos la voluntad de Dios, todo el tiempo podremos experimentar el inconmensurable poder de Dios.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Desde que conocí a Dios, nunca jamás he puesto en duda la Palabra de Dios con pensamientos o juicios carnales. Durante los 7 años que padecí de enfermedades, ningún doctor pudo sanarme, sólo Dios me sanó al instante.
      No tome medicinas ni me hice ninguna operación, pero cuando fui a una iglesia y me arrodillé, fui inmediatamente sanado de todas mis dolencias. Y debido a que experimenté la omnipotencia de Dios en mí mismo, llegue a creer en todas las palabras escritas en la Biblia. Cuando la Biblia me decía que Jesús volvía a la vida a los muertos y que sanaba a los enfermos, lo creía al pie de la letra. El sol y la luna se detuvieron por la oración de Josué. Moisés dividió en dos el Mar Rojo. El agua amarga se convirtió en dulce. Todo eso lo creí.
      Las 10 plagas en Egipto, la gente anhelando que la sombra del apóstol Pedro cayera sobre ellos, enfermedades sanadas y demonios echados fuera tan sólo imponiendo pañuelos, y todas las cosas que no pueden creerse con el pensamiento o la mente carnal\; yo creí en todas ellas.
      Desde que era un nuevo creyente, desde el inicio, he creído todos los 66 libros de la Biblia tal y como están y nunca los he puesto en duda. ¡No saben lo agradecido que estoy por ello!
      Porque todo lo creí, ¿Cuántas personas moribundas estamos salvando hoy en día? Porque creí cada palabra de la Biblia, he podido guardar todos los mandamientos de Dios escritos en ella. Porque creí en el todopoderoso Dios, a través de la oración he confiado sólo en Él en todo tipo de circunstancia.
      Y en cada ocasión, Dios realizaba obras milagrosas que trascendían la capacidad y el entendimiento humanos.
      En la Iglesia Manmin, hay muchos hermanos que han experimentado las obras poderosas de Dios porque no han seguido sus pensamientos carnales sino que han dependido de Dios.
      En 1997, un hermano en Cristo se enteró que su hermana había sido ingresada a un hospital porque había bebido un producto químico venenoso. En ese entonces, ella no creía en Dios y había tomado el veneno en un arranque de ira. Este químico es tan venenoso que si alguien bebía tan sólo un poco de él, tenía un 100% de mortalidad. Se decía que no tenía antídoto.
      Su boca, esófago y estómago estaban severamente dañados\; y sus pulmones, hígado y los riñones estaban deteriorados. A pesar que estaba en un hospital, los doctores no tenían ningún tratamiento médico para ella y únicamente le diagnosticaron que sobreviviría 15 días como máximo.
      Su hermano la visitó mientras ella esperaba la muerte en medio de espantosos dolores y le predico el evangelio. Le dio testimonio de Jesucristo y del Todopoderoso Dios y le contó sobre las numerosas obras poderosas de Dios que habían tenido lugar en la Iglesia Manmin. Finalmente, ella abrió su corazón y entonces dejó el hospital con la bata que dan a los pacientes y vino a verme desde una lejana provincia.
      En ese momento, yo estaba en el servicio de aniversario de la fundación de la iglesia de Ulsan Manmin. Ellos vivían en Kwangju, y ella había venido todo el camino con la bata del hospital. Después que terminé el sermón, debido a la cantidad de personas que habían asistido, me fue difícil abrirme paso. Apenas pude arreglármelas para pasar, y vi que estaba en una situación muy crítica, así que oré por ella. Vi su fe y oré por ella. Al día siguiente algo sorprendente le sucedió.
      Todo ese dolor, tan agudo, había desaparecido y el examen médico final decía que todos los órganos internos que estaban deteriorados, habían recuperado completamente su estado normal. Los doctores dijeron que perdería la vista debido a que el producto químico le había salpicado dentro de su ojo izquierdo, pero luego de mi oración, su ojo también fue completamente sanado.
      Si ella hubiese seguido sus pensamientos carnales, hubiera dudado que alguien que ha bebido un producto químico venenoso pudiera ser sanado en una iglesia.
      Pero no obedeció a sus pensamientos carnales sino anticipó que sería sanada si recibía la oración. Eso le agrado a Dios. Y cuando vino ante Él, Dios vio su fe e hizo que ella experimentará Sus poderosas obras.
      Luego de la oración, no sólo fue sanada sino también resultó en cinta y dio a luz un bebe después de 21 años de matrimonio. Durante 21 años de vida conyugal no había podido concebir, ¿Se imaginan lo duro que debe haber sido para ella? Además, también había sido acosada y vejada. ¡Qué miserable debe haber sido su vida que incluso quiso suicidarse!
      No obstante, Dios miró su fe. Ella escucho al predicador y vino desde Kwangju a Ulsan. Dios consideró eso como fe y la sanó durante la noche por una oración. Toda la noche tuvo una fiebre alta, pero era el proceso de sanidad. Al día siguiente, no había más dolor. Estaba completamente sana. Pero, ¿Qué es lo que ella más deseaba? Era tener un hijo. Dios la bendijo con un niño luego de 21 años de matrimonio y ahora, pueden ver que el niño ha crecido hermoso y saludable.
      Dios normalmente nos da está clase de regalos cuando mostramos nuestra fe de esta manera. Y nos da más de lo que hemos pedido de acuerdo a nuestra fe. No había podido concebir por 21 años, así que ya debía ser bastante mayor, ¿Tendría la suficiente fe para quedar en cinta por una oración?
      Ni siquiera lo pidió. Sin embargo, Dios la bendijo con un bebe de regalo, y ahora ella vive una vida feliz. ¡Qué bueno es nuestro Dios Padre! Sólo con fe podemos agradar a Dios.
      Si no obedecemos los pensamientos carnales sino que confiamos en Dios, Él con toda seguridad obrará por nosotros. El problema es que el hombre no confía sólo en Dios sino en la sabiduría y los métodos humanos porque sigue sus pensamientos carnales y humanos.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Toda teoría y conocimiento que nos impida creer y obedecer la Palabra de Dios es pensamiento carnal.
      La gente vive en base a infinidad de pensamientos y juicios carnales. Por eso se hacen enemigos de Dios. Por todos los que hemos sido enemigos de Dios por nuestros pensamientos carnales, Jesús llevó la corona de espinas para redimirnos de nuestros pecados y salvarnos.

      Pero, ¿qué podemos hacer para recibir esta maravillosa gracia? 2 Corintios 10:5 cita, “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento (No es que algo sea correcto y lo otro incorrecto, sino llevando todo pensamiento) a la obediencia a Cristo.
      Como nos enseña este versículo, debemos derribar todo tipo de argumento y llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo. Sólo entonces, el diablo lo obedecerá, como dice el resto del pasaje. Debemos despojarnos de toda clase de pensamiento carnal que vaya en contra del conocimiento de Dios, y debemos echar fuera todo tipo de pensamiento que esté en contra de la Palabra de Dios.
      Entonces, sus pensamientos cambiarán y estarán de acuerdo a la voluntad de Dios. Sobre todo, debemos santificar nuestros corazones a fin de erradicar todo pecado en nuestros pensamientos. En otras palabras, debemos despojarnos de los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida.
      1 Juan 2:16 dice, “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” Es decir, proviene del poder de las tinieblas, de, nuestro enemigo, el diablo.
      Cuando tenemos maldad en nuestro corazón, nuestra mente se llena de los deseos del mundo, no importa lo mucho que procuremos pensar en la verdad, no podemos evitar recordar los pensamientos carnales.
      Si tenemos los deseos de la carne, los placeres del mundo nos parecerán fascinantes y seremos tentados para conseguir y disfrutar esa clase de placeres.
      Gálatas 5:19-21 cita, “Manifiestas son las obras de la carne.” Algunos se preguntan, “¿Qué pecados puedo cometer y aún ser salvo?” Todos los miembros de la Iglesia Manmin ahora entienden claramente la verdad. Pero algunos cristianos preguntan qué pecados pueden cometer sin perder la salvación. La Biblia, sin embargo, nos dice que debemos echar fuera toda clase de pecado y toda forma de maldad. Acaso es realmente tener fe preguntar, “¿Qué clase de pecados puedo cometer y aún ser salvo?”
      Entre los pecados, Dios dice que son obvios los actos de la naturaleza pecaminosa, o las obras de la carne. Claramente Dios menciona en la Biblia que hay pecados que pueden ser perdonados si verdaderamente se arrepienten y se alejan de ellos, y otros pecados que no pueden ser perdonados.
      Por eso, Gálatas 5:19-21 nos advierte, “Y manifiestas son las obras de la carne, que son adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías\; y cosas semejantes a estas, acerca de las cuales os amonesto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” Si no heredan el reino de Dios, significa que no serán salvos.
      Los deseos de la carne nos empujan a desear las obras de la naturaleza pecaminosa.

      Lo siguiente: Los deseos de los ojos hace que nuestra mente busque las cosas carnales a través de lo que vemos con nuestros ojos y oímos con nuestros oídos.
      Debido a estos deseos de los ojos, el deseo de las personas por las cosas mundanas y terrenales aumenta más y más.
      Finalmente, el orgullo o la vanagloria de la vida nos hacen presuntuosos y presumidos siguiendo todo tipo de placeres mundanos.
      El orgullo de la vida hace que deseemos ser más importantes y más elogiados que los otros, que busquemos el poder y el honor de este mundo.
      Si arrancamos de nuestros corazones los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no obedeceremos más los pensamientos carnales, sino los espirituales en nuestra mente.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Llevaremos mejores coronas en el cielo porque Jesús llevó la corona de espinas por nosotros.

      En el cielo hay varios tipos de coronas. Tan sólo como ilustración, en algunas competencias de este mundo, se otorgan premios por participar a cada corredor. Los premios especiales, o las medallas de oro, de plata o de bronce, solamente se las conceden a los ganadores.
      De la misma forma, nuestras coronas celestiales serán diferentes de acuerdo a la clase de vida que hayamos vivido en este mundo.
      1 Corintios 9:25 dice, “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene\; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.” ¿Cuál es la corona que perece o que es corruptible? Quiere decir el infierno.
      Aquí, “Una corona incorruptible” se les otorga a aquellos que han aceptado al Señor y que tratan de echar fuera sus pecados escuchando la verdad.
      La corona de gloria que se menciona en 1 Pedro 5:4 es dada a los que han echado fuera sus pecados y que viven por la Palabra y así glorifican a Dios.
      La siguiente: la corona de vida se cita en Santiago 1:12 y en Apocalipsis 2:10. Y es otorgada a aquellos que han sido fieles hasta la muerte, amando a Dios al grado sumo, y que han sido santificados echando fuera toda forma de maldad. Para los que han sido completamente santificados y han sido totalmente fieles a sus deberes con esa fe que agrada y complace a Dios como el apóstol Pablo, se les concede la corona de justicia como está escrito en 2 Timoteo 4:8.
      Finalmente, en Apocalipsis 4:4, podemos ver en el cielo a los 24 ancianos llevando coronas de oro.
      Es la mejor y la mayor de todas las coronas. No significa que el que recibe esta corona de oro no pueda también recibir la corona de justicia. El apóstol Pablo recibió ambas: La corona de justicia y la de oro.
      Aquí “Ancianos” no se refiere a los que tienen ese título en la tierra. Indican a aquellos cuya fe es reconocida por Dios. Por eso, están totalmente santificados y fieles en la casa de Dios y tienen la fe de oro puro que nunca se corromperá. Igualmente, las diferentes coronas son entregadas de acuerdo a lo santificado y a lo fiel que han sido los hijos de Dios en este mundo.
      En particular, la corona de oro y de justicia se otorgan a los que son más exaltados por Dios. Ellos disfrutarán de la gloria que resplandece y brilla como el sol en el cielo.
      Cuando Jesús llevó la corona de espinas, no sólo nos redimió de nuestros pecados de pensamiento sino también nos permitió llevar mejores coronas en el cielo.
      Por lo tanto, deseo que entiendan este profundo amor del Señor y que echen fuera todo tipo de pecado de sus pensamientos. Oro para que derriben toda clase de pensamiento carnal que los hace dudar de la Palabra de Dios y que les impide obedecerla.
      Les pido que tengan sólo pensamientos buenos y espirituales, que obedezcan completamente la Palabra de Dios y experimenten Sus obras.

      Finalizo el mensaje:
      Queridos Hermanos en Cristo y Público Televidente:
      2 Timoteo 4:8 cita, “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia. La cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día\; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”
      ¿Quiénes son los que anhelan la venida del Señor? Son los que han terminado su preparación como la novia de Él. Han guardado todo su espíritu, alma y cuerpo inmaculado hasta el regreso de nuestro Señor Jesucristo.
      Ellos se sentirán gozosos si el Señor viene antes, porque han terminado su preparación y están esperando.
      Por eso el pasaje dice, no sólo a mí sino también a todos los que anhelan la venida del Señor. Aquellos que ansían que el Señor regrese, incluso hoy mismo, deben haber finalizado su preparación como la novia.
      Como la Biblia dice, deben haber guardado todo su espíritu, alma, y cuerpo intachable para el regreso del Señor Jesucristo. Dios dará la corona de justicia a esta clase de personas.
      Este versículo quiere decir que la corona de justicia será otorgada a todos los que deseen Su regreso. ¿Cuántos anhelan la Segunda venida de nuestro Señor? Deben terminar de prepararse como la novia del Señor lo más rápido posible para que puedan confesar que verdaderamente anhelan su segunda venida.
      Cuando el novio ha llegado para recibir a su novia, y si ella no está lista para entrar al banquete de las bodas porque aún no ha terminado de prepararse, la confesión de la novia que desea su regreso no es verdadera.
      Únicamente cuando hayan alcanzado completamente un corazón santo y puro, y hayan sido fiel en toda la casa de Dios como Moisés\; y estén preparados para entrar a la Nueva Jerusalén, podrán declarar de todo corazón, “! Señor, ven pronto¡”
      Estas personas podrán recibir la corona de justicia y entrar al más glorioso y bello lugar para morar en el cielo. Les pido que finalicen su preparación como la novia del Señor lo más pronto posible para recibirlo como nuestro novio.

      Oro en el nombre del Señor para que reciban la corona más gloriosa y den eternamente la gloria y las gracias a Dios cuando regrese para llevarlos.


      AMEN


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