12-11-2008 | Rev. Jaerock Lee
Capítulo 4
El Hombre Enfrentó la Muerte Debido a la Desobediencia
1. El Hombre Fue Bendecido para Gobernar y Señorear
Dios el Creador hizo al hombre a Su imagen y le otorgó la autoridad para señorear la tierra y gobernar sobre toda criatura viviente. Este proceso está descrito de manera detallada en el capítulo 2 de Génesis. Dios moldeó al hombre con barro y sopló aliento de vida en su nariz. Luego Dios llevó al hombre al Huerto del Edén donde existían muchos árboles hermosos con frutos deliciosos.
Dios permitió al hombre gobernar y proteger el Huerto del Edén pero estableció una ordenanza. Dios dijo: “De todo árbol del huerto podrás comer\; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás\; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Génesis 2:16-17)
Asimismo, Dios pensó que no era conveniente que el hombre estuviera sólo. Entonces Dios creó una ayuda idónea para él. Dios tomó una de las costillas del hombre e hizo a la mujer. Entonces, Dios les permitió convertirse en una sola carne. Dios también le permitió a Adán dar nombre a todos los animales y aves.
Dios, quien es verdad y bondad en Sí, enseñó al hombre acerca de Sí mismo, también acerca de todas las cosas en el universo y de las reglas del reino espiritual. Ya que Dios enseñó a Adán solamente bondad y palabras de verdad, él obedeció la Palabra de Dios y vivió en paz como un hombre espiritual por un largo tiempo.
Adán y Eva multiplicaron su descendencia y gobernaron sobre todo en el Huerto del Edén debido a que Dios los bendijo diciendo: “Fructificad y multiplicaos\; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1:28).
2. El Hombre Desobedeció a Causa de la Tentación de la Serpiente
Dios creó al hombre, lo bendijo, y le brindó gran amor. Él prohibió solamente una cosa: comer del árbol de la ciencia del bien y del mal el cual simbolizaba la soberanía de Dios. Dios le dio autoridad como Su hijo y libertad para llevar una vida abundante, excepto por aquella ordenanza.
Sin embargo, luego de un largo tiempo, el hombre empezó a olvidar la ordenanza de Dios. En ese entonces, el diablo enemigo, quien estaba esperando por una oportunidad, tentó al hombre a través de la serpiente astuta. En aquel tiempo la serpiente estaba cerca del hombre y era amada por ser suave y limpia, larga y cilíndrica. Es por eso que el diablo enemigo tentó al hombre utilizando esta serpiente, la cual era la más astuta entre todos los animales y además era muy cercana al hombre.
Aún en la actualidad podemos ver que el diablo guía a la gente a cometer pecados utilizando a personas o cosas que aman mucho. El diablo puede tentar a la gente para cometer pecados debido a que estos tienen un motivo para cometerlos. Por tanto, siempre debemos orar y discernir con la palabra de Dios de modo que no caigamos en tentación. Hoy la serpiente es un animal desagradable para muchos ya que provocó la caída del hombre y se convirtió en su enemiga, por tanto las personas sienten repulsión hacia ella.
¿De qué manera tentó la serpiente al hombre a fin de que llegue a desobedecer la Palabra de Dios?
La serpiente conocía que Dios había prohibido que comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal. Por consecuencia ella cuestionó hábilmente a la mujer: “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” A esto la mujer respondió: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer\; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.”
Dios había dicho con firmeza: “Ciertamente morirás.” Pero la mujer respondió vagamente diciendo: “para que no muráis.” Esta es la evidencia de que ella no guardó la Palabra de Dios en su corazón y no creyó por completo sino que tuvo dudas. Así que, la serpiente tentó a la mujer más activamente diciendo con certeza: “No moriréis\; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” Finalmente el hombre desobedeció la Palabra de Dios y comió del fruto prohibido (Génesis 3:1-6).
Incluso en el presente el diablo enemigo trabaja astutamente en aquellos quienes no tienen la plena seguridad en la Palabra de Dios. Por ejemplo, ellos quizás pregunten: “¿Es en realidad necesario asistir tantas veces al templo?, ¿es en verdad necesario clamar en oración?, y cosas por el estilo. Estas cosas representan palabras sinceras de parte de Dios que muchos de los antepasados en la fe obedecieron y pusieron en práctica. Estas cosas agradan a Dios, pero el diablo cuestiona de esa manera para sembrar la duda en aquellos que no tienen una fe firme.
Por lo tanto, 1 Pedro 5:8-9 dice: “Sed sobrios, y velad\; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar, al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.” Debemos pararnos firmes en la roca de la verdad a fin de no tambalear sino de ganar la victoria con fe. Si resistimos al diablo en el nombre de Jesucristo y habitamos en la verdad sin involucrarnos con las cosas de este mundo, Dios nos protegerá. Pero si no habitamos en la verdad, Satanás empezará a trabajar. Por consiguiente, como lo indica Efesios 6:11: “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo,” debemos vestirnos con la armadura de verdad –la Palabra de Dios- para así tener la capacidad de resistir y alejarnos de la tentación del diablo enemigo y entonces obtener la victoria.
Asimismo, Mateo 5:18-19 dice: “Ni una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos\; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.”
3. El Hombre Tuvo que Recibir la Muerte como Pago por su Pecado
Debido a que Eva no pudo resistir al enemigo Satanás, él sembró en ella el deseo por medio de sus pensamientos. Eso hizo que el árbol de la ciencia del bien y del mal tenga una apariencia diferente a la anterior. Es decir, brindaba un buen fruto, era agradable a la vista, era deseable para llegar a ser sabio\; entonces, Eva comió del fruto y le dio también a Adán para que comiera de él.
Debido a que ella no provocó que el enemigo huya mediante la Palabra de Dios, ella no pudo controlar la codicia de su carne, la lujuria de sus ojos y el orgullo de esta vida. Finalmente cedió al pecado desobedeciendo la ordenanza de Dios, y por consecuencia, de acuerdo a la Palabra de Dios, “ella ciertamente murió” y la muerte llegó al hombre.
Entonces, ¿de qué manera murió el hombre?
El espíritu del hombre, el cual era el amo del hombre conformado por espíritu, alma y cuerpo, murió. Por tanto, la comunicación con Dios se cortó, y el alma y cuerpo del hombre llegaron a sufrir por el control del enemigo Satanás. Además, debido a la maldición, el hombre tendría que comer con el sudor de su frente. Se multiplicaron los dolores de la mujer al dar a luz, y su deseo se condujo hacia su esposo quien debía dominar sobre ella.
La serpiente astuta que tentó al hombre hacia el pecado también recibió maldición. Ahora debía arrastrarse sobre su vientre y debía comer polvo todos los días de su vida, aunque todos sabemos que las serpientes no comen polvo.
Sin embargo, Dios dijo que esta debía comer polvo, ¿por qué dijo eso?
Génesis 3:19 dice: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado\; pues polvo eres, y al polvo volverás.” Por lo tanto, el polvo simboliza al hombre quien fue hecho de polvo. El significado espiritual de la ordenanza de Dios para la serpiente al decir que debía comer polvo es que Dios permitiría a Satanás, el enemigo, comer seres humanos quienes están hechos de polvo.
Consecuentemente, si no somos hijos de Dios, si obramos mal y cometemos pecados, el diablo trabaja trayendo pruebas y dificultades. Lucas 4:5-7 revela el hecho de que la autoridad para gobernar sobre todas las naciones se le concedió al diablo. Es por eso que el enemigo está como león rugiente buscando a quien devorar y guiar hacia el pecado para que caigan en destrucción\; el diablo intenta arduamente tentar incluso a los creyentes.
Romanos 5:12 dice: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” Adán cometió el pecado de la desobediencia, y por ende, de acuerdo a la ley espiritual que estaba vigente: “el pago del pecado es la muerte”, su espíritu, el cual solía ser el amo del hombre, murió y entonces perdió la imagen de Dios. Él llegó a ser un siervo del enemigo. Ahora tendría que caminar por el camino de la muerte eterna sin alcanzar la Gloria de Dios. Así también, por causa de Adán, todos sus descendientes llegaron a ser esclavos del pecado y debían caminar por el camino de muerte.