11-10-2008 | Rev. Jaerock Lee
La Escritura de Hoy
1Corintios 13:4
"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece."
Amados Hermanos y Hermanas en Cristo y Estimado Público televidente.
Esta es la prédica número 11 de la serie "Amor Espiritual"
En época de exámenes, vemos que algunos de nuestros estudiantes anotan las preguntas que no han podido responder para estudiarlas nuevamente. Ven por qué fallaron y memorizan las respuestas.
De esta forma, es muy difícil que se vuelvan a equivocar en las mismas preguntas. Muchos dicen que este método es el más efectivo para mejorar, en corto tiempo, el nivel en las áreas de bajo rendimiento pedagógico.
Pero. ¿Qué sucedería si se aplica esta misma técnica a su vida espiritual? Al oír el mensaje, podrá examinarse paso a paso y descubrir específicamente cada pensamiento y acción que esté en contra de la voluntad de Dios. Y así podrá concentrarse en cambiar esas actitudes y esa forma de conducta.
Si presta atención a este mensaje sobre "El Amor Espiritual" le será de gran ayuda en su esfuerzo por cambiar. Y es porque esta prédica le dirá, clara y detalladamente, lo que está en contra del amor.
Por ejemplo, se nos dice que el amor es sufrido, es benigno, y que si no somos pacientes ni bondadosos no tendremos amor espiritual. También, si somos celosos, orgullosos y arrogantes no podremos tener amor espiritual.
Si examina sus acciones y sus palabras detenidamente y se despoja una a una de estas características negativas, podrá tener en corto tiempo amor espiritual.
Como cita el pasaje: "El Amor no tiene envidia." En el momento en que echa fuera los celos, logrará alcanzar el amor espiritual.
Espero que a través de este mensaje cada uno se examine a ver si tiene envidia. Y si es así, pueda librarse de toda forma de celos que encuentre en su corazón.
Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que lleguen a tener un corazón lleno de bondad y así puedan alegrarse más en la prosperidad de sus hermanos que en la suya propia.
Hermanos:
¿Qué cosa entendemos por envidia o celos?
La envidia se da cuando un sentimiento de celos, amargura e infelicidad crece de tal manera que lo lleva a accionar con maldad en contra de otra persona.
Si ese sentimiento de envidia crece excesivamente, se manifestará a través de malas acciones. Una vez pensé decirle a alguien que era muy celosa. Le dije: "No sea tan celosa." Y ella me respondió: "¿Cuándo he sido celosa?" Le iba a decir que era muy celosa. Pero sólo le dije que era celosa. Y reaccionó de esa manera. Y me replicó que NO ERA NADA CELOSA.
Si tiene celos y envidia, se sentirá mal cuando otro es elogiado o es reconocido por su trabajo. Por eso, si ve que alguien es homenajeado o simplemente apreciado por los demás, y siente algo de antipatía, debe reconocer que hay maldad en su corazón. Si conoce a alguien que es más preparado, o que tiene una mejor posición económica y es más competente que usted; o si alguno de sus compañeros progresa y es querido por los demás, tal vez pueda pensar: "¿Por qué sólo a él le pasa esto?" Y quizás llegue a odiar a esa persona, y hasta desear quitarle todo lo que tiene.
El amor de padres a hijos y el amor entre hermanos son diferentes. Hay algunos hermanos que tienen celos de sus propios hermanos. Pero a los padres les agrada que sus hijos sean elogiados y queridos. ¿En que parte del mundo no les agrada a los padres que sus hijos sean alagados? Algunos padrastros tal vez no sientan lo mismo. Pero si se trata de sus propios hijos, desearán que sean elogiados.
O quizás, se sienta desanimado al pensar: "Esa persona es tan popular y a mí nadie me hace caso." Tener esta clase de corazón deprimido es muy malo. En otras palabras, se siente desalentado porque se compara a sí mismo con otros. Es más bien algo positivo si se da cuenta que otra persona es mejor que usted. Sin embargo, si piensa que es mejor que otros y tiene resentimiento, entonces tendrá realmente maldad en su corazón.
Si se siente desanimado, algunos pensarán que no tiene celos porque no odia ni tiene rencor hacia otra persona. Pero el amor se regocija en la verdad. En otras palabras, si tiene verdadero amor, se alegrará cuando otro prospera. Si se siente desanimado, reprochándose o no está gozoso, es porque su corazón no tiene amor ni hay verdad en él. ¿Me han visto alguna vez celoso en estos últimos 25 años desde que se fundó esta iglesia? Me alegro si veo que otras iglesias están creciendo y otros siervos están manifestando el poder de Dios.
Pero como su ego o YO está vivo, se siente herido en su orgullo cuando se siente menos que otros. Porque ese EGO que permanece en usted, tiene necesidad de ser halagado, y hace que se sienta mal si otro es más elogiado que usted. Así crecen los celos, y luego se exteriorizan en palabras y acciones perversas.
Les voy a dar un ejemplo de celos. Mucha gente ha tenido celos de otros por obtener mayores privilegios, riquezas y poder. ¿Qué piensan de lo que ven en la televisión? Dirían: "Uau. Esa mujer si es mala. ¿Cómo puede hacer eso? Sin embargo, si es celoso o envidioso, sencillamente no podrá darse cuenta que usted es tan malo o mala como ese personaje de la TV. Y así al ver esas telenovelas, tan solo dirá que ese hombre o esa mujer son celosos, pero no se percatará que usted también es tan envidioso como ese personaje.
Durante la época de los reyes, las esposas y concubinas del rey sentían celos unas de otras cuando el rey favorecía a una de ellas. En su maldad, una concubina muy celosa maldijo a otra y la acusó falsamente de planear una conspiración haciendo que la ejecutaran. De la misma manera, muchos siervos fieles fueron tomados por rebeldes o maltratados sin razón por el rey, debido a la envidia de gente malvada.
Unas veces eran atormentados, otras exiliados a lejanas islas o eran asesinados. Los celos han provocado mucho derramamiento de sangre incentivando repetidamente a la venganza. Estos horribles hechos han salido a luz cuando se ha provocado a esa naturaleza malvada y sucia. Y al final: ¿Qué ha pasado con esa gente que por celos ha llegado a cometer actos malvados? La Biblia nos dice que no podrán ir al reino de los cielos.
A veces siente celos sólo en su mente como un deseo carnal, pero otras ese deseo se manifiesta en un acto de envidia. En ese momento se convierte en una obra de la carne.
Gálatas 5:19-21 cita: "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, (Aquellos que les gusta pelear, si no echan fuera rápidamente ese deseo de afán y de celos, se convertirá en una obra de ira o en unos celos incontrolables. Continua la cita) iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios."
Se imaginan hermanos: Si no heredan el reino de Dios. ¿Qué es lo que van a heredar? Y como el reino de Dios es el cielo; si no lo heredan, eso quiere decir que van a ir al infierno. La Biblia señala muchas veces que los que cometen las obras de la carne no serán salvos. No obstante, muchos cristianos pecan cometiendo las obras de la carne, y se comportan como si llevaran una buena vida cristiana. Y aun critican y difaman a las iglesias y a los pastores que muestran las obras del poder de Dios, que manifiestan prodigios y señales y que glorifican a Dios. Realmente NO LOS PUEDO ENTENDER. Aun cuando la Biblia claramente nos advierte acerca de esto, ellos no lo pueden comprender. Oyen un chisme y lo aceptan como si lo hubieran visto. No saben ni siquiera la definición de herejía, y sin embargo juzgan y condenan a otros como herejes. ¡Qué malvada es esta gente!
Volviendo al mensaje: Podemos dividir los celos en dos categorías:
Uno: Son los celos entre hombre y mujer. Ese tipo de celos se presenta cuando uno de los dos desea recibir más amor y respeto que el otro.
Por ejemplo, las dos esposas de Jacob, Lea y Raquel, sentían celos la una de la otra por el amor de su esposo.
Jacob se casó, sin desearlo, con Lea engañado por su tío Labán, y luego se casó con la hermana menor después de 14 años de estar al servicio de su tío. Jacob amaba más a Raquel que a su hermana Lea, pero Raquel era estéril y no podía tener hijos en tanto que Lea ya había dado a luz 4 hijos. Después, Raquel sintió celos de Lea. Es decir, sintió celos de su hermana mayor.
Génesis 30:1 dice, "Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero." Hermanos: Qué podía hacer Jacob. Aun cuando habían intentado tener hijos, Raquel no salía embarazada. ¿Por qué le dice entonces a Jacob?: "Dame hijos, o si no, me muero."
Por su boca sacó la maldad de sus celos e hirió el corazón de su esposo. Y constantemente mortificaba a su hermana Lea también. Ambas le dieron a Jacob a sus esclavas como concubinas para ganarse su amor.
Y eso que ambas eran hermanas. Se imaginan.
Si hubieran tenido sólo un poco más de amor en su corazón, se habrían alegrado si el esposo prefería a la otra hermana. Si hubieran sido así, hubieran sido felices. Pero vivían atormentadas y por eso tuvieron una vida difícil. Raquel vivía angustiada por sus celos aun cuando sabía que Jacob la amaba. Jacob también vivía afligido entre sus dos esposas.
¿Cómo podría haber sido feliz? Vivía angustiado.
Segundo: Los celos que nacen cuando la situación de otra persona es mejor que la de uno. Es decir, podrá sentir celos si alguien es más adinerado, más preparado y más competente o más respetado y amado que usted. Si es celoso, cuando alguien le señala algo, no lo podrá aceptar. ¿Por qué? Porque piensa que usted está en lo correcto. Y como piensa esto, aun cuando tiene maldad, si otra persona le hace notar algo, no se percatará de ello o simplemente no lo aceptará. ¿Me dejo entender hermanos? Si piensa en la verdad, podrá comprender. Nuestro Señor dijo: "Cualquiera que te pida andar una milla, acompáñalo dos." La pregunta es: ¿Podrá andar dos millas con alguien que odia? NO. No podrá. Y también nos dijo: "A todo aquel que te hiera en la mejilla derecha, ponle también la izquierda." Pero el problema es que, aun si no se le golpea, usted odia. Nuestro Señor nos dice que debemos tener esta clase de amor: Que nos lleve a poner la otra mejilla. Pero reitero: Aun cuando no se le golpee, usted odia. Tal vez, tendría algo de sentido si odiara a alguien que le ha golpeado. Ni siquiera le han pedido su túnica ni lo han obligado a caminar dos millas. Algunos sienten celos si otro tiene un físico mejor que el suyo.
Los celos son diferentes de acuerdo a la escala de valores de cada uno. La mayoría siente celos cuando alguien se destaca más que otro, sea en el colegio, trabajo, u hogar. Quizá sienta odio e incluso impida o interfiera si un colega progresa y prospera más que usted. Podría hasta pensar en maltratar a otros para prosperar y escalar en su carrera.
Por ejemplo, en el trabajo algunos informan las fallas y equivocaciones de otros porque quieren ser ascendidos y hacen que injustamente los jefes los pongan bajo observación. Y eso tampoco es nada raro entre jóvenes estudiantes. Algunos fastidian a los que obtienen buenas calificaciones en el colegio y hacen que los demás los aíslen.
En casa, algunos calumnian y discuten con sus hermanos para ganarse el respeto de sus padres y así heredar más propiedades que los otros.
Algunos niños sienten celos de sus hermanos o hermanas porque quieren ser los preferidos.
El primer hombre, Adán, y su esposa Eva, engendraron a Caín y Abel. La pregunta es: ¿Por qué Caín mató a su hermano Abel?
Fue por celos. Celos perversos.
Caín y Abel ofrecieron sacrificios a Dios, pero Dios sólo aceptó la ofrenda de Abel porque sólo él la ofreció conforme a Su voluntad. Y Dios amó a Abel. Entonces, Caín sintió celos de su hermano. Ahora bien. ¿Que debió haber hecho Caín? ¿No debía haberse arrepentido? Como no ofreció el sacrifico conforme a la voluntad de Dios, debió haber reflexionado y meditado en lo que Dios quería. Pero Caín más bien sintió celos de Abel. Realmente tenía mucha maldad. Finalmente lo mató porque no pudo sobreponerse a sus celos.
Hermanos:
No sólo la gente del mundo siente celos. ¡Qué lamentable es que entre creyentes haya también este tipo de celos! Ahora bien. El tercer tipo de celos es el que se presenta entre hermanos en la fe. Alguno de ustedes siente celos de otro hermano o hermana que es más antigua que usted, o que tiene un mejor cargo o porque tiene mayor nivel espiritual, o una mayor fidelidad a Dios. Podrá incluso sentirse resentido y amagado con los demás aun cuando no le hayan hecho nada malo. Los que tengan este tipo de resentimiento y amargura contra otros deben arrepentirse con llanto y lágrimas. Podrá sentir celos de alguien que tiene la misma edad, posición, y los mismos años en la fe; o de los aquellos a quienes conoce muy bien. Podrá incluso sentir rencor y disgusto si otro -quien no parece ser mejor que usted en muchos aspectos- progresa. Y si ese otro es uno de sus superiores, no le obedecerá sino más bien murmura de él. Y tratará de desacreditarlo.
A veces los que no tienen tantos años como usted en la fe, o son mas jóvenes en edad ocupan un cargo importante en la iglesia tal como cita Mateo 19:30, "Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros." Entonces podrá tener celos de esa persona.
Yo pude entender este versículo desde que era nuevo en la fe: "Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros." Antes pensaba que los primeros debían ser siempre los primeros. Sin embargo, luego que comencé a vivir una vida cristiana y establecí esta Iglesia, lo llegue a comprender. Los que quieren ser primeros deben tomar el reino de los cielos con violencia y avanzar hasta llegar al espíritu. No obstante, he visto muchos que se han detenido en su fe y no han podido continuar. Por eso, aquellos que son últimos llegan al nivel del espíritu más rápidamente. Es decir, a la primera etapa en la que empezaron. Cuando iniciaron su vida de fe, evangelizaban con mucho entusiasmo a muchas almas. Pero ahora ya no evangelizan. Cuando en la Iglesia se realiza una competencia de evangelismo, muchos de los que eran primeros no evangelizan ni siquiera una o dos almas. Yo mismo evangelizo sólo unas pocas almas. Ustedes han llegado a conocer la verdad y han vivido una vida cristiana por muchos años, y ahora han llegado a ocupar el cargo de anciano en la Iglesia, de pastor, de líder de distrito u otro cargo. Pregúntense: ¿Por qué se han estancado y ya no evangelizan ni producen fruto? El nuevo creyente; es decir, el que es llamado último en esta cita, evangeliza a muchas almas. Ahora muchos de los que son últimos están llegando al nivel del espíritu.
Este es el caso del rey Saúl y David.
Luego que David venció a Goliat, el campeón de los Filisteos, el rey Saúl lo nombró como su capitán porque David era muy sabio y hábil para cumplir con todo lo que se le encomendaba.
Como narra 1 Samuel 18:7; un día, David y el rey Saúl regresaban de la batalla, y las mujeres salieron cantando y danzando; y decían: "Saúl mató a sus miles, y David a sus diez miles". En otras palabras, decían que David había salvado a la nación. El rey Saúl debió haberse alegrado que su siervo David fuera elogiado por el pueblo. Pero no fue así.
Si siente rencor cuando otros son elogiados, entonces usted es igual a Saúl. Así que ARREPIENTASE de todo corazón. Si guarda algún resentimiento contra algún hermano o hermana, entonces es peor que Saúl. Si tiene celos de su familia, usted es MALO. No debe tener celos de nadie, aun si no es familiar suyo.
Si algunos siervos de la Iglesia son queridos y apreciados por el Pastor, ustedes tienen celos de ellos. Eso es muy MALO hermanos. Es muy bueno si alguien es querido por otros hermanos.
¿Qué creen que Caín debió haber hecho cuando supo que Dios amaba a Abel? Tenía que haber reflexionado y ver por qué Dios amaba más Abel; y esforzarse para que Dios lo amara a él también. Eso se llama BONDAD. Tenía que entender por qué Dios amaba más a Abel. Y si buscaba el amor de Dios, entonces Dios lo iba a amar a él también. Dios es un Dios de justicia y ama por igual a todos. Si usted se esfuerza para que Dios lo ame, entonces Dios lo amará. Sin embargo, muchos no aman a Dios sino tienen celos y odio contra otros. Por favor, hermanos. Entiendan de una vez por todas: No pueden odiar a aquellos a quienes Dios ama.
Volviendo a la prédica: Y los dos siguientes versículos citan: "Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: "A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino." Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David."
En la historia de Corea, se han presentado muchos casos como este. Un rey amó mucho a un siervo y le dio autoridad para hacer reformas en el país. Eventualmente esas reformas fueran de gran provecho para la nación. Y este siervo se ganó el aprecio del pueblo. Entonces, el corazón del rey comenzó a cambiar y mató al siervo. ¿Cuál era el nombre de este siervo? Si. Se llamaba Cho. El rey le había dado gran autoridad para reformar este país. Por eso el siervo le creyó al rey y reformó la nación. Y el pueblo lo amó. Un día este rey vio al pueblo que aclamaba a su siervo y sintió celos de él y al final lo mandó matar. ¡Que rey tan necio! ¿Verdad? El rey hubiera pasado a la historia como un buen rey. Sin embargo, por sus celos, asesinó a su siervo. Y por ello, la reforma no llegó a completarse.
Retomando la prédica: A los ojos del rey Saúl, David era incluso más joven e inferior a él en muchos aspectos, pero parecía tener el favor del pueblo. Por eso, el rey Saúl sintió celos. Yo particularmente me siento muy feliz cuando oigo que los hermanos aman a algunos siervos de la iglesia. Animo a la congregación a que ame a sus líderes. Y eso me hace muy feliz. Si alguien elogia a un siervo de Dios, me pongo muy contento.
Volviendo al mensaje. Además, David no tenía ningún interés en lastimar a Saúl porque el rey era el ungido por Dios, y Saúl sabía esto.
Sin embargo, el rey Saúl no supo controlar los celos en su mente y en vez de ello hasta el último momento procuró matar a David.
Por eso, Saúl trató de matar a David debido a esos terribles celos, pero finalmente, Dios abandono a Saúl y David llegó a ser el siguiente rey. Por otro lado, el hijo de Saúl, Jonathan, sabía que si David llegaba a ser rey, él no podría suceder en el trono a su padre. Es decir; ya sea que Saúl amara o no a David, él ya había sido ungido por Dios como el próximo rey de Israel.
Y cuando su padre intentó matar a David, podría haberlo aceptado en su corazón, pero no fue así. Jonathan procuró por todos los medios de proteger a David. Ahora bien, si David vivía, Jonathan no llegaría ser rey. A pesar de ello, lo protegió. Jonathan amó a David con esa clase de amor que incluso podía sacrificar su vida por su amigo. ¡Qué amor tan bello! Esta clase de amor no existe ni siquiera entre esposos, ni entre padres e hijos o hermanos. Pero si lo hay entre amigos; como lo fueron David y Jonathan. Por eso, Jonathan amó a David como a su propia vida. Su corazón para con David era completamente diferente al de Saúl.
Si puede entender y estimar a otro que tiene una posición mayor que la suya, quiere decir que no tiene celos ni envidia, sino que por el contrario está lleno de amor.
En menos de un mes, nuestra iglesia tendrá la asamblea anual y cada misión elegirá su nuevo líder. En esta asamblea anual, cada uno podrá examinar con mucho cuidado su corazón y su actitud. Espero que puedan ver a los demás como superiores a sí mismos y se alegren por el líder que será elegido.
El problema de los celos no sólo sucede en su vida espiritual, sino también entre hermanos y hermanas en la fe, entre pastores y miembros de la iglesia, e incluso entre las iglesias y las denominaciones.
En algunas iglesias se forma una facción o grupo que se opone al ministerio del pastor. Cuando una iglesia experimenta un gran avivamiento y logra alcanzar muchas metas para el reino de Dios, algunas iglesias no se alegran, sino que murmuran contra ella, la critican y la condenan como herética.
Moisés sacó de Egipto al pueblo de Israel, sin embargo fue blanco de sus celos. En el capítulo 12 de Números, Aarón y María sintieron celos de Moisés porque Dios era más propicio con él.
Y en el capítulo 16 de Números, Coré, Datán y Abiram se rebelaron en contra de Moisés junto con 250 renombrados líderes escogidos de entre la congregación de Israel.
Números 16:3 cita: "Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿Por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?"
Se imaginan. ¡Qué ridiculez! Dios consideraba a Moisés como el hombre más humilde de la tierra. Y sin embargo, el pueblo se quejó contra Moisés, porque tenían celos de él. Cuando vienen y me hablan de alguien, yo puedo notar por sus palabras si su corazón tiene maldad o no. Generalmente la gente de buen corazón habla cosas buenas; y los de mal corazón hablan cosas malas. Por eso, puedo notar inmediatamente lo que hay dentro de su corazón sea a través de la oración o por lo que me dicen.
Por ejemplo. Cuando me hablan de su esposo o de otro hermano o hermana de su grupo, y solo palabras negativas y duras salen de su boca. Inmediatamente puedo notar la maldad que hay en usted. Debe discernir si ha juzgado o condenado a esa otra persona. Dios nos dice que cuando quitemos la viga que hay en nuestro ojo, podremos ver para quitar la paja del ojo ajeno. Si juzga o condena a otros teniendo una viga en su ojo, entonces su juicio será totalmente equivocado. Lo que piensa no es cierto ni correcto. Más bien estará juzgando y condenando a alguien que es mejor que usted.
Moisés trató de hacerlos recapacitar, y entregó esta cuestión al juicio de Dios. Coré, Datán y Abiram y sus familias fueron al Seól, y el fuego que descendió de Dios consumió a los doscientos cincuenta hombres que estaban con ellos. El hermano y la hermana de Moisés tenían celos de él y Dios no se los perdonó. Aun siendo su familia tenían celos de Moisés, el siervo de Dios. Ustedes no deben caer el mismo error. Más aun, si son una misma familia deben ser afectuosos unos con otros. Hay un dicho que dice: "No hay peor ciego que el que no quiere ver." No deben tener celos de sus hermanos ni de ningún familiar. Aun cuando uno de sus hermanos sea el preferido de sus padres, no deberá sentir celos por ello. Si ha cometido alguna falta, su deber es procurar suavizarla. No debe ir corriendo donde su mamá a contarle lo que ha hecho.
Volviendo a Moisés: En Números 16:15 nos señala la escritura: "Entonces Moisés se enojó en gran manera, y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda; ni aun un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal."
Moisés guió al pueblo de Israel con todo su corazón y sinceridad para que ni una sola alma tropezara. Dios Mismo llamó y designó a Moisés como líder de Israel. Los prodigios y señales que acompañaron a Moisés confirmaban que era recto y justo ante Dios.
Pero murmuraron de Moisés diciendo: "¡Moisés se ha exaltado a sí mismo!" Y se opusieron al siervo ungido por Dios Mismo. Dios condenó severamente a los que habían tenido celos de Moisés e hizo que el pueblo de Israel entendiera lo grave de este pecado. Debe grabar muy bien esto en su corazón. Debe darse cuenta de lo serio que es este pecado. Es muy grave juzgar y condenar a un siervo que actúa por mano de Dios. Es como juzgar y condenar a Dios Mismo. ¿Por qué? Y es como si estuviera diciendo que Dios se ha equivocado y le ha dado Su poder a quien no debía. Es difamar a Dios.
Los padres lamentan mucho cuando ven que sus hijos discuten y se pelea el uno con el otro. Hemos sido hechos a la imagen de Dios y llegamos a ser Sus hijos a través de la sangre derramada por nuestro Señor Jesucristo. Se imaginan lo triste que estará el corazón de nuestro Señor al ver que hermanos y hermanas en Cristo discuten y pelean entre sí, o al ver que algunas iglesias tienen celos de otras. No deben criticar al cuerpo del Señor; es decir, a la iglesia que hace su ministerio en el nombre del Señor. JAMAS DEBEN HACERLO.
Nuestra Iglesia NUNCA ha criticado a otra iglesia. ¿Cierto? Otros dicen que esta iglesia es herética. Nosotros JAMAS hemos dicho eso de otra iglesia. En tanto crean en la Trinidad de Dios, en Jesucristo como nuestro único Salvador y en la Biblia como la Palabra de Dios y la verdad, no son heréticas no importa lo que otros digan de ellas. Por eso nosotros JAMAS calificamos a otras iglesias como heréticas.
Y como todos somos hermanos en Dios, los celos son considerados un grave pecado ante Dios.
Por tanto, espero que puedan despojarse de cualquier forma de envidia, y los exhorto a que no sientan celos de ningún hermano en la fe, de ningún siervo de Dios ni de ninguna iglesia.
Amados Hermanos:
Entonces, se podrán preguntar: ¿Por qué algunos cristianos sienten celos de otros?
Es porque tienen poca fe y no tienen amor. Si tuvieran la completa seguridad del hecho de ser hijos de Dios y de tener la ciudadanía celestial, apreciaría más a sus hermanos en Cristo que a los miembros de su familia terrenal.
Y es porque todos ustedes sirven a un solo y mismo Padre y creen firmemente que vivirán por siempre en el reino de los cielos. A medida que el verdadero amor se arraigue en usted junto a una fe firme, podrá ser capaz de amar a sus hermanos en la fe como a sí mismo, y podrá alegrarse y deleitarse viendo la prosperidad y el éxito de otros.
Si Dios ama a alguien; y ese alguien es elogiado por los demás, usted debería alegrarse por ello. No debería resentirse sino más bien sentirse aliviado. Aun cuando trabaje bajo presión, si alguien es apreciado por otros, su tensión o fatiga desaparecerá. Deben tener esta clase de corazón. ¡Qué corazón tan bueno es este? Si llega a tener esta clase de corazón, podrá llegar al nivel del espíritu muy pronto.
Pero si no tiene fe y no ama a Dios ni cree en el reino de los cielos, irá tras las cosas que ofrece el mundo: riquezas, poder y fama. Y lo más probable es que llegue a sentir celos de los demás. Pero si tiene verdadera fe y en verdad ama a Dios, no debería sentir celos de nadie por desear las cosas del mundo. Todo lo contrario, debería sentir pasión por la obra de Dios para alcanzar una mejor morada en el cielo. En otras palabras, debe anhelar las cosas espirituales.
Esta sed espiritual es totalmente diferente a sentir celos. En realidad debe tener el deseo de ser transformado y llegar al nivel del espíritu y ser fiel al reino de Dios más que cualquier otra cosa. Pero no deberá de desviarse de la verdad ni hacer tropezar a otros debido a ese deseo.
Por eso, no importa lo apasionado que sea por el Señor, deberá de considerar su entorno, buscar el beneficio de los demás y estar en paz con ellos.
Estimados Hermanos y Público Televidente:
Mucha gente siente celos de aquellos a quienes les va bien. Una pregunta: ¿Acaso por sentir celos podrá alcanzar lo que desea? DE NINGUNA MANERA.
Por un momento parecerá que le puede ir mejor que a los otros cuando los presiona o los perjudica. Pero no importa lo que quiera conseguir, no lo podrá obtener todas las cosas que desea.
Por eso, Santiago 4:2 señala: "Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís."
Tal como cita Job 4:8: "Como yo he visto, los que aran iniquidad Y siembran injuria, la siegan." (Usted va a cosecha tanto como haya sembrado) La maldad regresa a los que hacen maldad. Podrán ver que cuando hacen daño, su familia tendrá problemas y le sucederán accidentes inexplicables. O su trabajo o negocio atravesará por problemas.
Tal como señala Proverbios 14:30: "El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos." La envidia no es buena, sólo hiere a los que tienen celos. Si realmente quiere progresar, no deberá sentir celos sino pedir a Dios quien está en control de todo, de la muerte y de la vida, del infortunio y la felicidad de la humanidad. Luego, podrá prosperar.
Qué bueno fuera si al escuchar este mensaje, cada uno se hubiera despojado de toda forma de envidia y celos. Hay muchos hermanos que vienen ante mí para arrepentirse. Me envían cartas arrepintiéndose pidiendo perdón por haber tenido celos de alguien. Esto es lo básico en su vida cristiana. Debe echar fuera todo eso en el primer o en el segundo nivel de fe. Sin embargo, aún tienen celos siendo Diáconos, Diaconisas, líderes de células, o de distrito. Algunos de ustedes se supone deberían estar firmes en la roca de la fe, pero aun están en el segundo nivel de fe y ocupan algún cargo en la iglesia sin haberse despojado de los celos ni la envidia. Hay líderes que todavía sienten celos de otros. Desechar los celos y la envidia en lo básico en la vida cristiana. Es algo que debería haber hecho al comienzo de su vida como creyente. Sin embargo, como aun tiene celos: ¿Cómo podrá tener paz en su familia? ¿Cómo podrá evangelizarla? ¿Cómo podrá ser bendecido su trabajo o su negocio? Si desea estar mejor que los demás, entonces- en vez de tener celos de otros- debe de pedírselo a Dios quien está en control de todo.
Por supuesto, no digo que pueda obtener todo lo que pida. Como cita nuestro Señor en Santiago 4:3 "Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites." No podrá recibir aquello que pide para su propio beneficio porque esa no es la voluntad de Dios.
No obstante, hoy en día, ¿Cuantos piden para satisfacer los deseos la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida? La mayoría pide riquezas, honor y poder sólo para su propio beneficio y para alardear frente a los demás.
Debe recordar que todo lo que es del mundo desaparecerá como la neblina. Por eso 1 Juan 2:17 menciona: "El mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre." Y también Eclesiastés 12:8 que cita: "Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, ¡todo es vanidad!" Piensen en esto: "Vanidad de vanidades" Todo lo que está bajo este sol es vanidad. Su cuerpo se convertirá en un puñado de polvo. Y si su espíritu va al infierno. ¿De que le servirán haber tenido riquezas, fama y autoridad? Su conocimiento es igualmente vanidad. Por lo tanto, los exhorto de todo corazón a no tener celos ni a discutir con sus hermanos por los afanes de este mundo, sino más bien hacer todo lo posible para llegar a tener un corazón sincero ante Dios. Entonces, Dios le concederá las peticiones de su corazón y le recompensará con el eterno reino celestial.
Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que todos ustedes se amen y se respeten el uno al otro en el Señor; y busquen el reino de los cielos sabiendo que todos son hijos e hijas de Dios con la ciudadanía celestial.
Amados Hermanos en Cristo.
¿Cómo se sentiría si tuviera celos o envidia de alguien? Se sentiría apenado y cargado. Si su corazón está afligido, y no lleno de gozo ni de agradecimiento, aun cuando debería estarlo porque se ha planteado la meta de ir a la Nueva Jerusalén y porque esta sirviendo en la obra de Dios; entonces, al oír este mensaje deberá arrepentirse completamente. En los cultos de oración, deberá de arrepentirse con llanto y lágrimas y darse cuenta de la maldad que hay en usted. Deberá clamar: "Dios. Soy malo o mala. Ni siquiera amo a mis hermanos de la iglesia, ni a mi familia ni a mi prójimo. Todavía tengo celos de otros. Y aun cuando no acciono en mi maldad, sé que todavía tengo ese mal sentimiento dentro de mí." Hasta que no se haya despojado de eso, hasta que no lo haya extirpado y arrancado de su corazón, por favor les ruego arrepiéntase con lágrimas y llanto. Si lo hace, tendrá solo paz en su corazón y estará lleno de gozo. Su corazón será como una laguna de aguas tranquilas.
Y, ¿Cómo se sentiría si les muestra su amor? Se sentirá contento y feliz por ello.
¿Cual quisiera escoger? Estoy seguro que escogerá lo último; es decir, el corazón de amor. Esto requiere de un gran esfuerzo y paciencia para alcanzar el perfecto amor. Pero si lo logra, entonces habrá conseguido la llave para abrir cualquier puerta. Fue lo que sucedió cuando el rey Salomón pidió sabiduría a Dios y llegó a disfrutar de todo lo demás: Riquezas, honra y poder.
Oro en el nombre del Señor Jesucristo, para que cada uno pueda tener esta clase de amor y así alcanzar mayores riquezas, sabiduría, y un espíritu más grande que ninguno otro en la tierra.
[Amén]