• Apocalipsis 84

    [Apocalipsis 20:11-15]

    05-12-2008 | Rev. Jaerock Lee

    • Título: Sermón sobre Apocalipsis <84>
      Escritura: Apocalipsis 20:11-15

      Apocalipsis 20:11-15
      [11] Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.
      [12] Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
      [13] Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
      [14] Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
      [15] Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.



      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      En la última sesión terminé de explicar acerca del Reino Milenario.

      La gente en la carne será engañada por el diablo enemigo y Satanás, e intentarán atacar a los hijos de Dios; pero caerá fuego del cielo y los consumirá.

      El apóstol Juan tuvo una visión sorprendente, pues Apocalipsis 20:11 dice: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.” Él vio el Gran Trono Blanco, el cual es el Trono de Dios y el Trono del Juicio Final.

      El Trono de Dios, el cual es espiritual, ha permanecido en el cuarto cielo desde la creación; sin embargo, Su Trono también puede encontrarse en el tercer cielo. Dios puede colocar Su Trono aún en el primer cielo según Su voluntad. No es necesario preguntarse: “¿Cómo es posible que el Trono de Dios, el cual es espiritual, pueda colocarse en el primer cielo el cual es material?”

      El Trono de Dios en la Nueva Jerusalén brilla con la Luz de Gloria, rodeado de un arcoíris, dando paz y plenitud. Por supuesto, aquellos quienes no han sido santificados no pueden mirar el glorioso Trono de Dios. Sin embargo, pueden verlo con un corazón lleno de amor y amor reverente.

      Pero en el día del Juicio Final, aún las almas que han sido salvas, solamente podrán inclinar sus cabezas ante la poderosa majestad y autoridad que emanará el Gran Trono Blanco. En el caso de las almas que no han sido salvas, éstas temblarán en gran temor delante de la majestad del Trono.

      Al hablar del Trono, no me refiero a uno como aquellos que poseen los reyes de esta tierra. El Gran Trono Blanco no solamente incluye el Asiento mismo de Dios, sino también un espacio distintivo cerca de este. El Trono es blanco debido a que su luz es tan luminosa y brillante que lo hace ver así, y este muestra los atributos de Dios tales como la pureza, la verdad y la eternidad.

      Este trono tan glorioso de Dios será ubicado en el primer cielo, y el Juicio final iniciará para las almas que han sido cultivadas desde el momento de la Creación. Este Juicio se dará en el primer cielo, lo cual implica que se realizará en el lugar donde se cultivó a la humanidad de acuerdo a sus obras.

      Por cierto, a pesar de que el Juicio se realizará en el primer cielo, el espacio no será aquella material y limitada que existe actualmente. Tal como dice la escritura: “De delante del cual huyeron la tierra y el cielo,” durante el Juicio no habrá límite entre la tierra y el cielo. Para el Juicio Final, todas los espacios desde el primer hasta el tercer cielo, se abrirán como si fuesen una sola.

      Por ejemplo, si usted saca el cielo raso de la primera, segunda y tercera planta de un edificio, todo llega a ser un solo espacio. Todo lo que sucede en la primera planta se verá y escuchará en la segunda planta. Si se extrae el cielo raso de la segunda planta, se obtiene un solo espacio entre la primera, segunda y tercera planta.

      De la misma manera, Dios abre los cielos en los diferentes espacios, y hace que parezcan una sola. En cualquier lugar donde usted se encuentre, podrá sentir Su Majestad vivamente como si estuviese frente a Su Trono.

      Al momento del Juicio del Gran Trono Blanco, las almas quienes serán juzgadas estarán dispersas en diferentes espacios. Aquellos que permanecieron en la Tierra durante el Reino Milenario se presentarán ante el Trono de Dios tal como son. Entre las almas salvas, existirán algunas que permanecerán en el Sepulcro Superior.

      Como habrán escuchado en la serie de sermones sobre el “Infierno”, estas son las almas que murieron mientras estaban en el vientre de su madre y quienes recibirán salvación mediante el Juicio de Consciencia. Entre las almas que lleguen a ser salvas durante los 7 años de la Gran Tribulación, algunas no entrarán al Reino Milenario sino que permanecerán en un lugar separado. Estas no participarán del Banquete de las Bodas, sino que residirán en un lugar apartado en el segundo cielo desde el momento que mueren como mártires hasta el Día del Juicio. Luego del Juicio irán a los bordes del Paraíso.

      Existirán almas que serán castigadas en el Hades. Las almas que se dispersarán en los diferentes lugares, tales como el Sepulcro Superior, el Hades, y el segundo cielo, recibirán su Juicio ante el Trono de Dios. No obstante, estas no serán transportadas a el espacio del primer cielo, sino que sentirán como si todos están en el mismo lugar ya que los espacios estarán abiertas.

      En el caso del Hades, el espacio se abrirá como si el cielo del Hades fuese abierto. Entonces las almas que estarán en el Hades sentirán que están ante el Trono de Dios, el cual estará en el primer cielo. Este Juicio no será observado solamente por las almas que están en el Sepulcro Superior y en el Hades, sino que aquellos que están en Huerto del Edén lo verán también ya que se abrirá el espacio del segundo cielo.

      Ellos observarán cada detalle de esta escena impresionante como si ellos estuviesen también en el mismo espacio. Por supuesto que ellos no serán sometidos a Juicio debido a que no han sido cultivados. No obstante, las almas que han sido cultivadas y que serán sometidas a juicio incluirán a su antepasado -Adán, y a sus descendientes.

      Muchos de los que viven en el Edén vivieron junto a Adán y Eva alguna vez en calidad de sus hijos, hijas, nietos o nietas; ellos fueron testigos de la gloria y de la maldición de Adán. Por lo tanto, ellos siempre sienten curiosidad de lo que le sucede a la gente en la Tierra. El hecho de observar el Juicio será útil para aquellos en el Huerto del Edén para entender el proceso de Cultivación Humana.

      El tercer cielo se abrirá durante el Juicio; en este existe algo similar a un mar como de cristal ante el Trono de Dios. Durante el Juicio, cada detalle de las obras de cada individuo se observará claramente en ese mar de cristal. Mientras se abra el espacio de este tercer cielo, todos podrán ver aquel mar de cristal como si hubiese sido transportado ante el Trono de Dios y desplegado en el primer cielo.

      Debido a que muchos espacios se abrirán como si fuesen una, la tierra y el firmamento del primer cielo no tendrán mucho sentido ante el Trono de Dios durante el Juicio. Es por eso que la escritura de esta noche dice: “y ningún lugar se encontró para ellos.” Existe otra razón para esta expresión; luego de que finalice el Juicio, la tierra y el firmamento del primer cielo no tendrán ninguna función.

      La Tierra, el sistema solar y el universo entero fueron lugares preparados para la cultivación humana. Luego del Juicio, no habrá necesidad de que las almas que ingresen al cielo, así como los habitantes del Huerto del Edén, regresen a la Tierra. No habrá más capacidad de vida en la Tierra, no seguirá girando y no habrá las cuatro estaciones.

      Por otro lado, este espacio tampoco será desechada y no dejará de existir. El espacio en sí misma seguirá existiendo, pero Dios cerrará las puertas de este espacio. Es por eso que la escritura dice: “de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.”

      Apocalipsis 20:12 dice: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.”
      “Los muertos” hace referencia a aquellos cuyo espíritu está muerto; son aquellos que no tienen vinculación con la salvación. Indiferentemente de su posición, fama o fortuna, cada individuo – grande o pequeño, hombre o mujer, joven o anciano – se presentará delante del Trono de Dios. ¡No habrá excepción!

      Todos aquellos quienes no han creído en Dios y no han aceptado a Jesús, irán al infierno. De acuerdo a sus obras, estos irán al “Lago de Fuego” o al “Lago de Azufre”, el cual es 7 veces más caliente que el Lago de Fuego.

      Si observamos las escrituras, nos damos cuenta de que hay algunos libros aparte del Libro de Vida. Este es el libro en el que se registra los nombres de las almas que han sido salvas. En los demás libros se registran con extremo detalle las obras, tanto de las almas que han alcanzado salvación como de las almas que no lo han hecho.

      ¿Quiénes escribieron estos libros?

      ¡Existen ángeles a quienes se les ha encomendado esta tarea!

      A cada individuo se le ha asignado un ángel que es quien registra todos los detalles del corazón, los pensamientos, y las obras desde el momento de su concepción hasta su muerte.

      Mateo 12:36 dice: “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.” Escrito está, que cada palabra que sale de nuestra boca llegará a ser una base para el Juicio. Aquella mirada de reojo proveniente del odio, los insultos o el chisme, la violencia, la ira, las contiendas, el asesinato, el adulterio, el robo, e inclusive el escupir; ¡al ángel no se le escapará nada!

      Por supuesto que el ángel registrará las buenas obras también. Las obras de los hijos que han sido salvos también serán registradas, pero estos no necesitarán preocuparse por ello. En el caso de los creyentes, los pecados que han cometido antes de aceptar al Señor, serán perdonados al aceptarlo.

      El Salmo 103:12 dice: “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones,” esto es, que al creer en el Señor y arrepentirse de los pecados, estas son perdonadas por la preciosa sangre de Jesús. Adicionalmente, si el arrepentimiento por los pecados cometidos luego de aceptar al Señor es sincero, si se cambia y se vive en la Luz, estos pecados pueden ser perdonados nuevamente.

      Pero no debemos creer que podemos ser perdonados cada vez por el hecho de arrepentirnos de los pecados; pues el arrepentimiento debe ser genuino para que Dios lo pueda aceptar.

      Hebreos 10:26 dice: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados.” Si usted se arrepiente verdaderamente, usted debe cambiar y debe producir fruto de arrepentimiento.

      Pero si usted piensa que puede ser perdonado cada vez que se arrepiente, y continúa cometiendo pecado, eso significa que usted no está viviendo en fe, por consecuencia, no podrá ser perdonado. Además, la Biblia dice que la blasfemia contra el Espíritu Santo no se puede perdonar, ¡ese es el pecado que guía hacia la muerte!; Dios no concede el espíritu de arrepentimiento, y por lo tanto usted no podrá ni siquiera arrepentirse, consecuentemente usted irá al Lago de Azufre en lugar de ir al Lago del Fuego después del Juicio.

      Cuando se realice el juicio basándose en los registros de los libros, será inútil tratar de negar lo que se ha hecho, diciendo cosas como: “¡Yo nunca jamás he hecho eso!” Aparte de los registros escritos en los libros, Dios mostrará más evidencias, las que corresponden a aquellas que se observarán en el mar de cristal que estará delante del Trono de Dios en el tercer cielo.

      Todos los registros en los libros serán expuestos como si se estuviese viendo un video. No solamente mostrará las obras y las palabras, sino también los pensamientos, la mente y las intenciones. Siendo así, el Juicio de Dios proseguirá basado en todos los pensamientos, mente, corazón, palabras y obras en conjunto. ¡Ninguno podrá decir que es inocente!

      En Apocalipsis 20:13 dice: “Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.” Los muertos – las almas sin salvación – serán juzgadas, por lo cual dice: “el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos.”

      ¿Qué significa esto?

      En lo espiritual, el mar representa el lugar donde se cultivan los seres humanos, es decir el mundo. La expresión “el mar – este mundo - entregó los muertos que había en él” muestra que las almas que serán juzgadas fueron cultivadas en este mundo.

      Este mundo entregará asimismo el cuerpo de los muertos para el Juicio. Cuando muere un hombre sin haber alcanzado salvación, el espíritu es confinado en el Hades, y su cuerpo se descompone y vuelve al polvo. Sin embargo; en el Día del Juicio, el espíritu de los muertos en el Hades, vestirá su cuerpo nuevamente siendo lo adecuado para el Juicio.

      Por supuesto, su espíritu y cuerpo serán diferentes que el espíritu y cuerpo de los salvos. Ellos también serán llamados “espíritu”, pero en realidad este no podrá comunicarse con Dios, y no alcanzará su objetivo. Solamente su forma espiritual mantendrá los atributos inmortales de su naturaleza y carácter.

      Su cuerpo no será como el cuerpo resucitado de los salvos. Una vez más, este será el cuerpo imperecedero que solamente contiene los atributos inmortales de su naturaleza y carácter. Cuando los salvos sean puestos en sus cuerpos celestiales, sentirán vivamente la felicidad y el gozo en el espacio del cielo.

      De la misma manera, cuando los muertos sean puestos en su cuerpo para el Juicio, sentirán vivamente el castigo del Infierno. En realidad el castigo en el infierno es mucho más terrible que el castigo en el Hades. Además, sufrirán el dolor aún mucho más que en el Hades ya que ahora estarán en su cuerpo.

      La Escritura dice también: “la muerte devolvió a sus muertos.” Esto significa que los muertos recibirán el Juicio debido a sus obras. Es justamente lo que dice Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, lo cual claramente muestra que el Juicio será estrictamente de acuerdo a la justicia.

      De acuerdo a los pecados cometidos mientras se encuentra en el proceso de cultivación, caerán al Hades después de morir, y posteriormente caerán en el Lago de Fuego o en el Lago de Azufre. Cuando la muerte devuelva a los muertos para el Juicio, serán liberados del Hades por un momento, durante el cual recibirán el castigo.

      El hecho de que los muertos sean entregados por la muerte constituye la “segunda resurrección.”

      ¿Cuándo se dio la primera resurrección?

      Apocalipsis 20:6 dice: “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.”

      Aquellos que han creído en el Señor tendrán parte en la primera resurrección cuando el Señor regrese en las nubes. Estos vestirán sus cuerpos resucitados, participarán de los 7 años del Banquete de las Bodas, y reinarán en el Reino Milenario durante mil años.

      ¿Alguno de ustedes se ha preguntado por qué no solamente habla de “Resurrección”, sino de una PRIMERA resurrección? ¿Significa que hay una SEGUNDA resurrección?

      Yo no lo he explicado aún, pero si usted ha leído las escrituras, ¡seguramente debió tener curiosidad al respecto!

      La Biblia no utiliza claramente el término “segunda resurrección;” sin embargo, cuando la escritura de esta noche dice que “la muerte devolvió a sus muertos”, hace referencia a una segunda resurrección. La segunda resurrección constituye aquella en la que la muerte deja libres a los muertos antes del Juicio del Lago de Fuego y del Lago de Azufre.

      A pesar de esto esta resurrección no es la de vida y salvación, sino que es la resurrección de temor y juicio; esta corresponde solamente a las almas que no han sido salvas. De esta manera, la segunda resurrección no está vinculada con las almas que han sido salvas. Es por eso que la Biblia no se refiere a esta como una “resurrección.”

      Cuando la muerte libere a sus muertos por un tiempo determinado, estas serán libres del castigo del Hades durante el transcurso de este tiempo. No obstante, será por un tiempo muy corto que no promete paz ni esperanza. Debido a que sabrán que el castigo aún más miserable del Infierno les espera después del Juicio, ellos simplemente esperarán llenos de temor.

      La escritura dice asimismo que el “Hades entregará a los muertos.” Según lo que acabé de explicar, esto se refiere al hecho de que los muertos vestirán sus cuerpos cuando la muerte los entregue y se presenten ante el Trono. A pesar de que permanecerán en el Hades debido a que los espacios estarán abiertas como si fuesen una, según lo que les expliqué anteriormente, ellos podrán sentir la majestad y autoridad del Trono, a la misma medida que aquellos que están ante el Trono en el primer cielo.

      Debido a que el mar, la muerte, y el Hades entregarán a sus muertos, nadie podrá escapar de presentarse ante el Juicio de Dios, y cada uno será juzgado de acuerdo a sus obras.

      Por cierto, he aquí algo que usted debe recordar: Habrá almas que recibirán el juicio y caerán en el infierno aún antes de que el Juicio del Gran Trono Blanco.

      La Biblia dice que al finalizar los 7 años de la Gran Tribulación, el juicio de Dios vendrá sobre la bestia y el falso profeta, y que serán lanzados vivos en el Lago de Azufre. Y al finalizar el Reino Milenario, la gente en la carne que ha engañado a otros será consumida por el fuego y lanzada al Lago de Fuego y al Lago de Azufre.

      Debido a que estos ya han recibido su Juicio y han caído en el infierno, no recibirán el Juicio Final. A pesar de eso, debido a que todos los espacios estarán abiertas formando una sola, el espacio del infierno también se abrirá permitiendo que ellos también puedan observar el Juicio mientras sufren en el fuego y el azufre.

      En Apocalipsis 20:14-15 dice: “Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”

      En este verso, la expresión “lago de fuego” se refiere al infierno en su totalidad, incluyendo los lagos de fuego y azufre. La muerte y el Hades han cumplido su propósito, y aquellos que han estado en la muerte y en el Hades serán lanzados al infierno.

      Dice el verso que la “muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego,” pero no menciona al mar. Debido a que el mundo, el cual es el primer cielo (es decir el espacio terrenal) no necesita ser lanzado al infierno, simplemente será abolido. Posteriormente les explicaré sobre los casos excepcionales en el Hades.

      1 Timoteo 5:24-25 dice: “Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después.” Las almas sin salvación tienen diferentes niveles de seriedad del pecado. Aquellos cuyos pecados pesan más, serán lanzados al Lago de Azufre, y aquellos cuyos pecados pesan menos, serán lanzados al Lago de Fuego.

      En el Día Final del Juicio, aquellos con mayor peso de pecado recibirán el Juicio primero. No obstante, no serán lanzados al infierno individualmente en cuanto termine el juicio, sino que, una vez que termine el Juicio en su totalidad, todos serán lanzados a una en el infierno.

      He terminado la explicación sobre el Juicio Final escrito en el verso de esta noche. Por otro lado, a pesar de que usted haya seguido esta serie de estudios hasta ahora, quizás aún no tenga una idea general del Juicio Final. Por lo tanto, continuaré con los aspectos que no hemos cubierto esta noche en nuestro próximo estudio.



      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      ¡El Cielo y el Infierno verdaderamente existen!

      Nadie podrá entrar en el Cielo para ser salvo a menos que su nombre se encuentre escrito en el Libro de la Vida. El juicio se dará frente a un Juez riguroso y se recibirá castigo eterno en el Infierno. Sin embargo, debido a que ustedes han creído en Dios con entendimiento y han aceptado al Señor, al escuchar sobre el Juicio ustedes pueden tener esperanza en el cielo.

      Esto es debido a que ustedes esperan recibir una recompensa por sus obras de fe, sus buenas acciones, y su fidelidad. Aunque usted diga: “Estoy agradecido porque creo en el Señor y he recibido al Espíritu Santo,” usted debe recordar estas palabras.

      Apocalipsis 3:5 dice: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.”

      Éxodo 32:32 dice también: “…ráeme ahora de tu libro que has escrito.” Esto indica que, aunque un nombre esté inscrito en el Libro de la Vida, éste puede borrarse en ciertos casos.

      Además, 1 Tesalonicences 5:19 dice: “No apaguéis al Espíritu.” Esto significa que, aunque un hombre haya recibido al Espíritu Santo, si continúa desobedeciendo la voluntad de Dios, el Espíritu Santo puede apagarse.

      Cuando se confiesa ser un creyente, pero se sigue en una vida de pecado y se apaga el Espíritu Santo, no se tiene diferencia alguna con los no creyentes.

      Pregunto: ¿Cuánto se lamentará al presentarse delante del Trono del Juez riguroso?...

      ¿Por qué no viví de acuerdo a la Palabra de Dios?
      “A pesar de haber aprendido lo que era la Palabra de Dios, yo decidí darme a la lujuria de este mundo, y por consecuencia estoy ahora en este lugar atemorizante.”

      ¿Por qué lo hice? ¿Por qué fui tan torpe?
      ¡Cuán bueno sería si me diese solamente una oportunidad más!

      La persona se lamentará de esa manera…

      Yo anhelo que ninguno de ustedes llegue a esa condición. Ustedes deben presentarse para el Juicio ante el Trono de Dios con confianza, no con temor, y deben recibir una morada y recompensas.

      ¡Por favor vivan cada día con esa esperanza!

      ¡Yo ruego en el nombre del Señor Jesucristo, que al vivir de ese modo ustedes puedan entrar por las puertas del cielo cantando himnos de gozo y acción de gracias cuando el Juicio termine!

      [Amén]


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