[Malaquías 3: 7-10]
28-12-2008 | Rev. Jaerock Lee
2008. 12. 28. Servicio de Domingo a la Mañana
“Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa\; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. ”
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Éste es el tercer sermón de la serie “Diezmo Completo y Ofrendas”. En la ultima sesión, les explique sobre los principios espirituales que rigen cuando damos el diezmo y el por qué somos bendecidos.
Les expliqué que somos guardados como hijos de Dios y que podemos recibir bendiciones sólo cuando aceptamos al Señor Jesús como nuestro Salvador Personal y guardamos los mandamientos de Dios.
En Malaquías 3:11, Dios nos promete, “Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos”.
De acuerdo con esta promesa, si nosotros damos el diezmo completo y santificamos el Día de Señor, entonces Dios promete protegernos de las enfermedades, accidentes y otras calamidades.
Existe otra cláusula para agregar aquí, y es que no debemos cometer las obras de la carne que nos llevan a la muerte. Entonces, Dios nos guardará y bendecirá nuestros lugares de trabajo y negocios.
Debemos dar el diezmo, y en el pasaje de hoy en el versículo 10 dice, “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa\; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”, debemos ofrendar el diezmo completo.
Ahora, permítanme hablarles sobre los detalles de cómo dar el diezmo completo.
Los animo a que tengan presente este pasaje en sus mentes para que no exista situación en la que ustedes no den el diezmo completo por falta de conocimiento en cómo hacerlo.
Oro en el Nombre del Señor para que ustedes reciban y disfruten de las bendiciones que el Señor de señores quiere derramar sobre ustedes.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, cuando llega el momento en que los niños crecen y son los suficientemente grandes para tener su propio ingreso, ellos pueden expresar su agradecimiento a sus padres dándole una parte de ese ingreso. De esta manera, muestran respeto a sus padres.
Dios es el Padre de nuestro espíritu y también de nuestro cuerpo. Por lo tanto, debemos demostrarle nuestro respeto y darle el diezmo de nuestro ingreso.
En los tiempos del Rey David, el pueblo llevaba muchas ofrendas al Templo de Dios. Sin embargo, David se conmovió y dijo lo siguiente.
En 1 Crónicas 29:14, él dice, “Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”.
Él está diciendo que todo viene de Dios, y que esa pequeña porción del todo que le ofrendamos es el diezmo.
Asimismo, Dios bendice a Sus hijos cuando le damos el diezmo. Así que, ¡cuán agradecidos debemos estar por eso!
Pero hay personas que dicen que no es demostrar una fe verdadera si damos el diezmo sólo para recibir bendiciones
Estas personas sostiene que el verdadero propósito es el de creer y tener fe, y no debería ser únicamente recibir bendiciones.
Sin embargo, ¿es eso realmente verdad? Encontramos en muchas partes en la Biblia, las bendiciones que Dios prometió.
ËL firmemente nos ha prometido bendecirnos “sea que entremos o salgamos”, que prestaríamos y no pediríamos prestado, y que seriamos cabeza y no cola.
Y Dios nos ha dado ejemplos de tales bendiciones a través de muchos de los patriarcas, incluyendo a Abraham, Jacob, José y Daniel y sus amigos.
Estos ejemplos dan testimonio que todas las cosas serán prosperadas a medida que nuestras almas prosperan.
Por los patriarcas, Dios recibió gloria, y la obra del Reino de Dios se ha llevado a cabo en gran manera.
Por su puesto, que no llevamos una vida de fe únicamente para recibir bendiciones, pero las bendiciones son el fruto que brota cuando le creemos a Dios.
Claro que no debemos ser codiciar riquezas, ni fama ni poder social.
Los hijos de Dios debemos ser buenos administradores. Los buenos administradores del Señor son aquellos que emplean su riqueza, fama y poder social únicamente para llevar adelante la voluntad de Dios.
Dios se complace en esas personas y así, aumentará sus riquezas, fama y poder social. Les comparto mi secreto para recibir tantas bendiciones.
No considero nada de lo que tengo como propio, y sólo las he usado de acuerdo con la voluntad de Dios. Es por eso que Dios me da cada día más bendiciones.
Además, parte de este mensaje sobre diezmos y ofrendas está basado en mi testimonio personal.
¡Cuán agradecido estoy de poder entregarles este mensaje basado en mi propia experiencia, darles mi testimonio como su pastor!
En realidad, la manera de dar el diezmo completo es muy sencilla. Sólo separamos y entregamos el diez por ciento de todo nuestro ingreso. Resulta aún más fácil si le damos un poco más del diez por ciento.
No tenemos que calcular tanto detalle, ni debemos preocuparnos si damos un monto menor al que deberíamos dar. .
Pero debido a que la medida de fe de cada y las circunstancias de cada uno son diferentes, no todos pueden dar mas de los que es suficiente.
Sólo les estoy explicando en detalle para que no llegue a haber ocasión en la que ustedes den menos de lo que deben dar, solo porque no se entendió cómo debían dar el diezmo completo de manera correcta.
Por lo tanto, espero que sean llenos de gracia al escuchar este mensaje.
Queridos hermanos y hermanas de Cristo, primeramente, dar el diezmo completo significa que damos el diez por ciento del total de nuestro ingreso.
Algunas personas usan un monto menor que el total de sus ingresos como base para dar el diezmo\; y por consiguiente, no dan el diezmo completo.
Por ejemplo, supongamos que una persona recibe U$ 1.000 de sueldo, pero debido a los descuentos para impuestos, jubilación y seguros, la persona recibe sólo U$ 800 como ingreso neto. Considera que su ingreso es de U$ 800 y da el diezmo de eso, ¿Verdad?
Podemos decir que da el diezmo completo cuando lo hace en base a su ingreso total que es de U$ 1.000.
Los impuestos y otros pagos son parte de sus gastos personales.
Debido a que la persona tiene un ingreso, debe pagar impuesto. Es porque los impuestos se pagan, que las personas pueden disfrutar luego los beneficios que da el estado.
Además, el ingreso total no sólo incluye el total de dinero en efectivo, sino también cualquier otra forma de ingreso.
En otras palabras, si nos invitan con una comida o recibimos algún regalo de otras personas, también de eso debemos dar el diezmo.
Por ejemplo, si ustedes reciben un cajón de manzanas como regalo, deben calcular el precio normal de ese cajón y dar el diezmo correspondiente.
Pero no es fácil calcular le el precio a todo lo que ustedes reciben. La mejor manera es separar el diezmo y un poco más del ingreso.
El ingreso total también incluye cualquier ingreso adicional que no es fijo.
En el caso de los empleados de empresas, a veces suelen darles otros ingresos que no son los incluidos en el sueldo habitual.
Hay personas que creen que deben dar el diezmo de aquello que reciben de manera regular, como un sueldo mensual.
Pero debemos hacerlo tomando como base todos nuestros ingresos, incluyendo el sueldo mensual, bonos, regalos en efectivo y otros regalos.
En segundo lugar, debemos separar el diezmo del resto de las ofrendas.
Otras personas piensan que deben restar el dinero que dan a Dios como ofrendas, y del resto dar recién el diezmo.
Es decir, ellos restan las ofrendas de agradecimiento, las ofrendas para la construcción de la iglesia, las ofrendas de caridad y las ofrendas misioneras, y hasta la cuota de membresía para sus grupos misioneros, y luego de lo que quedó, dan el diezmo.
Asimismo, otros separan el diezmo de su ingreso y lo dividen en el resto de las ofrendas\; y de esa manera, dan su diezmo.
Además, otros dicen, “Por favor, use parte de mi diezmo en obras de caridad.”
Ellos creen que le están dando a Dios de todos modos, así que en la manera que se designe el diezmo en realidad poco les importa.
Sin embargo, sí importa. El diezmo debe darse como “diezmo, y debe separarse de las ofrendas. El diezmo le pertenece a Dios.
Si damos el diezmo para otros fines, no es diezmo, ya que lo estamos designando nosotros el uso del dinero de Dios.
Del mismo modo, lo que es entregado como diezmo debe ser empleado por la iglesia de acuerdo a la voluntad de Dios.
No es correcto designar un uso específico para el diezmo ofrendado a Dios.
Se debería ofrecer otro tipo de ofrendas una vez que se haya separado el diezmo, de acuerdo con la fe y el corazón de cada persona.
Aquí debemos comprender algo. Debemos dar el diezmo, y éste está relacionado con la salvación y no puede contarse como nuestra recompensa.
Aunque otros tipo de ofendas serán consideradas nuestras recompensas celestiales, y en especial las ofrendas para la construcción de la iglesia será empleada en el material para la construcción de las casas celestiales.
Mas supongamos que ustedes dan ofrendas para la construcción y de agradecimiento pero no ofrendan el diezmo.
Entonces, eso significa que le robamos a Dios, y no vamos a ser bendecidos. Es mi anhelo que puedan de ahora en adelante entender con claridad este principio.
En tercer lugar, el diezmo debe ser entregado a la iglesia de la cual recibimos nuestro alimento espiritual.
Por lo general, la iglesia a la que asisten y de la cual reciben el alimento espiritual es diferente. Aunque en algunos casos no es así.
El diezmo debe ser no para la iglesia a la que sólo asiste, sino más bien a aquella donde ustedes sientan que su espíritu se eleva.
La iglesia a la cual ustedes pertenecen es aquella donde ustedes ponen su corazón, donde pertenecen espiritualmente y de donde reciben el alimento espiritual para tener fe y vida.
Por ejemplo, supongamos que ustedes tienen una enfermedad terminal, y que reciben tratamiento en el Hospital Universitario Nacional de Seúl, y son curados. Entonces, ¿a quien le pagarían?
Supongamos que hay un pequeño hospital en su pueblo que no cuenta con todas las instalaciones. ¿Le pagarían a este hospital sólo porque se halla en su pueblo y porque parece que tiene necesidad?
A decir verdad, no pueden hacer eso. Deben pagar al hospital del cual recibieron el tratamiento.
Del mismo modo, cuando pagan la matricula del colegio, ¿ustedes no van a ir a pagar la matricula a otro colegio al cual no asisten?
Lo mismo sucede con el tema del diezmo.
Por supuesto, ustedes pueden dar como les guste las ofrendas de agradecimiento, las para la construcción o cualquier otra.
Por ejemplo, si ustedes reciben gracia al asistir a una reunión de avivamiento en otra iglesia, pueden dar sus ofrendas de agradecimiento u otras a esa iglesia.
Pero por favor, tengan en cuenta que ustedes deben dar el diezmo a la iglesia de la cual reciben el alimento espiritual.
En cuarto lugar, el diezmo debe estar a nombre de cada persona.
El diezmo no puede darse a nombre de la familia o a nombre de ambos, esposo y esposa.
Por ejemplo, supongamos que la esposa es ama de casa y su esposo es quien gana el salario par la familia.
En este caso, la esposa puede3 pensar que ella no tiene ningún ingreso en particular, y dan el diezmo a nombre de ambos.
Pero el diezmo debe darse a nombre de cada persona, por cada ingreso.
Si se trata del ingreso del esposo debe estar a nombre del esposo, y si es el de la esposa, debe estar a nombre de la esposa.
En el reino de los cielos, el esposo y la esposa o los miembros de la familia no van a vivir juntos en una casa.
La tierra y la casa son otorgadas a cada persona, y de acuerdo con nuestras obras, las recompensas son también diferentes. Por lo tanto, cuando le damos ofrendas a Dios, debemos hacerlo a nombre de cada uno de nosotros.
Cabe aclarar, que si la familia es una familia espiritual, no serán separados en el reino de los cielos.
Debido a que oramos con fervor, trabajamos para Dios y damos el diezmo, podremos entrar a la misma morada en los cielos y vivir cerca uno del otro.
Pero los esposos o los miembros de la familia que no tengan una relación espiritual, no tendrán relación entre ellos en el reino de los cielos.
En ocasiones, la esposa da el diezmo a nombre del esposo porque el esposo no es creyente.
En tal caso, si la esposa está haciendo eso con fe, Dios dará mayores oportunidades a su esposo de ser salvo debido a la disposición de su esposa.
Mas lo primero que debe hacer la esposa es guiar a su marido a aceptar al Señor y tener fe.
Mas aunque ella dé el diezmo a nombre de su esposo, éste no será bendecido porque él no tiene fe.
Lo mismo sucede con los hijos. Debemos enseñarles a nuestros hijos a amar a Dios y a que lleven sus propias vidas de fe, ofrendando el diezmo.
Ese es el principio básico para que cada persona dé su diezmo de manera personal\; Pero por supuesto, existen ciertas excepciones. En ocasiones, los esposos pueden tener un ingreso en común.
Por ejemplos, supongamos que reciben una herencia de sus padres, pero los padres se la dan a ambos.
Entonces, el ingreso es para ambos. Además, los esposos también pueden tener un negocio juntos. En este caso, la ganancia le pertenece a ambos, así que deben dar el diezmo a nombres de ambos.
O bien, pueden dividir la ganancia en dos partes iguales o proporcionadas, y acuerdan dar el diezmo a nombre de cada uno por separado.
Continuaré explicándoles más detalladamente sobre cómo dar el diezmo completo en la próxima sesión.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, en esta sesión, les he explicado sobre cómo dar el diezmo en detalle. ¿Hay alguien que lo considere complicado o difícil?
Como ya les expliqué, si lo ofrendan con todo su amor a Dios, no les resultará difícil en lo absoluto.
Esto es lo que sucedió en cierta Escuela Dominical en los Estados Unidos.
Era el momento de las ofrendas y todos los niños estaban dando sus ofrendas, pero había un niño que se sentó y cerró sus ojos, y no ofrendó.
La maestra, más tarde le preguntó por qué había hecho eso.
La familia del niño era tan pobre que no le había dado nada para que el niño diera su ofrenda, Así que el permaneció orando durante ese tiempo.
La maestra le preguntó por qué estaba orando, y él contestó, “Oré a Dios que le entregaba mi cuerpo, mi fuerza, y mi vida entera como ofrenda"".
La maestra estaba tan conmovida e impresionada y le dio algo de dinero, le pedio que lo dividiera en montos pequeños y que cada semana, entregará U$ 1.
El niño hizo exactamente lo que se le había pedido.
Él dio ofrendas por varias semanas, pero luego se detuvo.
La maestra le preguntó el por qué, y el niño contestó:
“Como usted me dijo, tenia el vuelto y lo guardaba en mi bolsillo para dar cada semana la ofrenda. Pero como a veces había cosas que quería comprar y comer, pensé que seria pecado gastarlo de esa manera\; así que lo entregué todo lo que me quedaba la semana pasada, y hoy sólo entrego mi oración. ""
Ese niño era el Misionero Underwood, quien llegó con el Evangelio a la tierra de la Dinastía Chosun en el año 1884. Dios aceptó su amor fiel, y tal como él oró, él hizo de su vida un sacrificio llegando a una tierra desprovista del Evangelio.
Éste es el tipo de corazón que Dios acepta.
Él acepta el perfume de nuestro corazón cuando lo entregamos todo y no nos quedamos con nada, por amor a Dios.
Si en nosotros es hallado tal corazón, aunque no tengamos más nada que dar, no importa.
2 Corintios 9:10 dice, “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia.”
Al ver este tipo de corazón, Dios nos dará las cosas para sembrar y a medida que sembramos, Él con certeza nos dará fruto abundante.
Por lo tanto, espero que cada uno se deleite en darle a Dios todo el tiempo, y agradecerle a Dios porque Él es quien nos da todo lo que necesitamos.
A aquellos que dan gracias a Dios y le aman, Dios les dará lo mejor, el Reino de los Cielos.
Quizás no podamos disfrutar de tantas cosas buenas en esta tierra.
Pero al darnos el Reino de los Cielos, Dios nos permite disfrutar de las buenas y bellas cosas mucho mas abundantemente de lo que podamos pensar o pedir para siempre.
Es por ello, que los animo a que atesoren tesoros de amor, fe y esperanza en el Reino de los Cielos donde ni la polilla y ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan\;
Oro en el nombre de nuestro Señor para que cada uno de ustedes cultive un rico corazón y que disfruten de una vida llena de paz y gozo cada día.
[Amén]