• Espacio y Dimensión 2

    [Éxodo 16:4]

    30-11-2008 | Rev. Jaerock Lee

    • : Espacio y Dimensión ②
      : <Éxodo 16:4>
      “Y JEHOVÁ dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo\; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.”


      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Esta es la segunda sesión de la serie “Espacio y Dimensión”. En la sesión anterior, hablé brevemente acerca del concepto de “dimensión”, el cual es categorizado según el concepto de “espacio”.

      Usted podrá entender los siguientes mensajes, solamente si ha entendido aquellos conceptos básicos.

      Vamos a hacer un corto repaso\;
      La primera dimensión es el espacio del primer cielo, el cual es el espacio físico en el que vivimos.

      La segunda dimensión es el espacio en el segundo cielo, y tiene un área de luz llamada Edén, así como también un área de oscuridad.

      La tercera dimensión es el espacio del tercer cielo, y contiene el reino de los cielos en el cual viviremos por siempre.

      La cuarta dimensión es el espacio del cuarto cielo que corresponde al espacio exclusivo para Dios en Su Trinidad.

      Les dije también que las dimensiones de los cielos están estrictamente separadas, pero que al mismo tiempo los espacios de cada una están entrelazadas.

      En el espacio del primer cielo en la cual estamos viviendo, a veces se abre la puerta de el espacio del segundo cielo. Los espacios del tercer y cuarto cielo pueden también abrirse en varias ocasiones. Cuando el espacio espiritual se abre en este espacio físico, la dimensión más alta gobierna sobre la dimensión más baja.



      El flujo del tiempo o la ley de la naturaleza funcionan de acuerdo a las reglas de las dimensiones más altas.

      Si se abre la puerta del segundo cielo y algo procede desde su interior hacia el primer cielo, no sigue las reglas del primer cielo, sino que se moverá en el primer cielo de acuerdo a las reglas del segundo cielo, ya que éste es superior al primer cielo.

      Yo les proporcionaré más ejemplos al respecto después.

      En esta ocasión hablaré principalmente sobre las cosas que suceden cuando el espacio del segundo cielo se abre en el primer cielo. Yo anhelo que su visión se ensanche a través de este mensaje.

      Pues este mundo visible no es todo lo que hay. Hay un mundo invisible pero verdadero y eterno\; y yo anhelo que ustedes tengan ojos para verlo.

      El primer cielo, es decir, aquel que usted observa con sus ojos, no es nada comparado con el espacio espiritual que es invisible.

      Dios el Padre puede hacer muchas cosas que van más allá del entendimiento humano en los espacios espirituales de las dimensiones más altas.

      Anhelo que ustedes puedan llegar más allá de las dimensiones físicas limitadas e ir hacia adelante con la esperanza de sus vidas en las dimensiones superiores.





      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Existen muchos versos en la Biblia que describen los incidentes en los cuales las cosas del segundo cielo se dieron en el primer cielo.

      Para encontrar aquellos versos bíblicos, debemos conocer primeramente acerca de el espacio del segundo cielo.

      El segundo cielo está principalmente dividido en un espacio de luz llamado Edén y un espacio de oscuridad. Dios hizo un huerto al este de Edén para el primer hombre, Adán, el cual es el Huerto del Edén. Este cielo pertenece a un mundo espiritual donde nada perece o muere.

      Es asimismo en el tercer y cuarto cielo, pero el segundo cielo tiene algo que lo hace diferente del resto del mundo espiritual. Las cosas ahí son seres espirituales que tienen cuerpos físicos imperecederos\; podemos entender esta característica del Huerto del Edén mediante el caso de Adán, el primer hombre.

      Génesis 2:7-9 dice: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente\; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer\; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.”



      Dios hizo a Adán del polvo de la tierra, en la Tierra, en el primer cielo. Luego, cuando Dios respiró aliento de vida en su nariz, él se convirtió en un ser humano, es decir, en un espíritu con vida.

      Adán, el espíritu vivo fue creado del polvo, de manera que se lo podía ver y tocar como a una persona del primer cielo.

      Pero debido a que era un espíritu con vida, su cuerpo no moría para siempre, y Dios hizo el Huerto del Edén para el espíritu viviente de Adán.

      Es decir, Dios creó los árboles y otras plantas en la naturaleza de los cuales Adán podía comer. Por lo tanto, el medio natural en el Huerto del Edén era igual a Adán, el espíritu vivo.

      Es igual con Eva, la esposa de Adán, y sus descendientes que nacieron ahí. Es decir, son seres espirituales, pero se los puede ver y tocar aún en el mundo físico.

      Son diferentes a los seres espirituales del tercer cielo, tales como los ángeles, a quienes solamente se los puede ver con ojos espirituales.

      Por lo tanto, si un objeto del segundo cielo se introduce en el espacio del primer cielo, aquellos en el primer cielo podrán verlo y tocarlo.

      La Biblia escribe acerca de la apertura de la puerta del segundo cielo y de objetos del segundo cielo bajando al primero.

      ¿Cuáles son estos?

      Primero: la lluvia que descendió del cielo al momento del juicio por medio del diluvio, en el capítulo 7 de Génesis.

      Génesis 7:11-12 dice: “El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas, y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.”

      En la actualidad muchas personas piensan que esto sucedió dentro del planeta Tierra. Pero dice que “todas las fuentes del grande abismo se abrieron, y las cataratas de los cielos fueron abiertas”. Obviamente, según nuestro entendimiento, esto no tiene sentido.

      ¿Cómo pudo existir tanta agua para cubrir aún las montañas más altas del mundo?

      Aún si fuese posible,

      ¿A dónde fue toda esa agua luego del diluvio?

      Por lo tanto, no debemos tratar de encontrar la respuesta dentro de este mundo físico. Debemos encontrar la respuesta en el Huerto del Edén, el cual está ubicado en el segundo cielo.

      Génesis 1:2 dice: “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”



      Como está escrito, antes de que inicien los 6 días de la creación, toda la Tierra estaba cubierta de agua. Pero en el segundo día de la creación, Dios dividió la expansión de agua en dos partes.

      Génesis 1:6-7 dice: “Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.”

      En este verso, la expansión se refiere al cielo que vemos en la Tierra.

      El agua debajo de la expansión llegó a ser el mar y los lagos de la Tierra, y el agua sobre la expansión se juntó en las fuentes del grande abismo.

      De estas “fuentes del grande abismo” provinieron los ríos que corrieron a través del Huerto del Edén, los que se dividieron en los cuatro ríos principales mencionados en Génesis 2:10-14, y al momento del juicio del diluvio, Dios rompió todas las “fuentes del grande abismo”.

      Al abrir la puerta del segundo cielo, el agua se derramó en la Tierra sobre el primer cielo. ¡El Huerto del Edén es mucho más ancho y más grande que esta Tierra, sin comparación!

      Asimismo, la cantidad de agua contenida en los ríos del Edén no se puede comparar con la cantidad de agua en la Tierra.

      Por lo tanto, si el río del Edén fluye sobre la Tierra, será más que suficiente para cubrir todo el planeta.

      Además Dios rompió las fuentes del grande abismo, que constituyen el origen de los ríos del Edén. Y al abrir la puerta del segundo cielo, conectándolo con el primer cielo, Dios permitió que el agua del Edén caiga como lluvia sobre la Tierra.

      Esto se expresa al decir “las cataratas del cielo se abrieron”. Vemos que “cataratas del cielo” está en plural, lo cual nos indica que no fue solamente una puerta en un sitio en particular en el cielo.

      Dios abrió todos los espacios del segundo cielo que están conectados con la Tierra. No solamente en el área donde vivió Noé, sino que Dios permitió que el agua del segundo cielo se derrame simultáneamente sobre todos los lugares de la Tierra.

      Entonces, dentro de 40 días, aún la montaña más alta del mundo estaba cubierta de agua.

      Luego del juicio, esta agua fue transportada nuevamente al segundo cielo.

      Génesis 8:1-2 en la versión Reina Valera dice: “Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca\; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas. Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos\; y la lluvia de los cielos fue detenida.”

      Primeramente Dios cerró las fuentes, las cuales había abierto para el juicio del diluvio. Luego cerró las ventanas de los cielos para evitar que el agua del segundo cielo siga cayendo sobre la Tierra en el primer cielo.

      Pero no cerró el espacio entre el primero y el segundo cielo por completo. Dice que Dios hizo pasar un viento sobre la tierra, y que las aguas disminuyeron.

      El viento mencionado aquí no es un viento natural. Es un viento extremadamente fuerte hecho por las cuatro criaturas vivientes de Dios.

      Por lo tanto, el agua que cubría la Tierra regresó al Edén en el segundo cielo de varias maneras, incluyendo los vapores de agua. Por esta razón la Biblia dice que la lluvia fue “detenida”, no “cerrada”.

      De la misma manera, cuando las cosas en el segundo cielo entran o salen del primer cielo, Dios mueve a las cuatro criaturas vivientes. Anhelo que ustedes recuerden esto.



      Hermanos y hermanas,
      En el Huerto del Edén en el segundo cielo las cosas son espirituales, pero también tienen cuerpos físicos visibles y tangibles. Por tanto, si se trata de agua, sentimos que es igual al agua de este mundo\; y si se trata de fuego, este puede quemar al igual que el fuego en este mundo.

      Por ejemplo, en el juicio de Sodoma y Gomorra, fuego y azufre cayeron desde el cielo como una lluvia.

      Génesis 19:24 dice: “Entonces JEHOVÁ hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de JEHOVÁ desde los cielos.”

      “De parte de JEHOVÁ desde los cielos” significa que Dios abrió las puertas del segundo cielo e hizo caer fuego y azufre. Al igual que aquella ocasión cuando Elías confrontó a los 850 profetas de los dioses gentiles e hizo caer fuego del cielo.

      1 Reyes 18:37-38 dice: “Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.”

      En esta ocasión, Dios hizo caer fuego del segundo cielo\; este fuego puede quemar las cosas del primer cielo.

      A través de las lecturas en Génesis se conoce que los descendientes de Adán aún viven en el Huerto del Edén.

      Solamente Adán y Eva, quienes comieron del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, fueron expulsados del Edén hacia esta tierra. Aún antes de que ellos cometan pecado, de acuerdo al mandamiento de Dios, “fructificad y multiplicaos”, ellos tuvieron muchos hijos\; y aquellos hijos han estado viviendo en el Huerto, teniendo más hijos.

      Ellos aprendieron las cosas que Adán aprendió de Dios y se han desarrollado al punto de formar una civilización muy avanzada.

      De modo que, si ellos lo desean, también pueden bajar del Huerto de Edén para venir a la Tierra en el primer cielo.

      Antes de que Adán cometa pecado, él tenía la autoridad para gobernar y administrar el primer cielo. Y Adán visitaba la Tierra a menudo, no lo hacía sólo, sino que algunos de sus hijos venían con él.


      Pero debido a que Adán fue puesto en esta tierra, la gente del Huerto del Edén ya no disponía de mucha libertad para visitarla.

      Luego del diluvio de Noé, las cosas se tornaron muy estrictas, pero no significa que no pueden visitar la Tierra del todo. En ocasiones especiales, ellos sí pueden visitar la Tierra en el primer cielo.

      Cuando la gente del Huerto del Edén visita la Tierra, tienen un objeto volador el cual utilizan como medio de transporte. Este es lo que nosotros llamamos OVNI -Objeto Volador No Identificado.

      Hemos visto Ovnis en varias ocasiones desde nuestra iglesia, los cuales han sido también reconocidos por las instituciones investigadoras.

      La mayoría de las personas piensan que unos extraterrestres viajan en los Ovnis, pero no es así.

      Se trata de la gente del Huerto del Edén o de algunos Ovnis que son aeronaves sin piloto utilizadas con propósitos de vigilancia.

      Sin embargo, debido a la justicia establecida por Dios, las personas del Huerto del Edén no pueden bajar a esta tierra para hablar con nosotros o para saludarnos\; no obstante, algún día ciertamente habrá un momento para mostrarle claramente a la gente que aquellos en los Ovnis no son extraterrestres sino los habitantes del Huerto del Edén.

      Esto se puede lograr cuando usamos la justicia de las dimensiones superiores en lugar de la justicia del segundo cielo. Yo les ruego que siempre oren por esto.




      Hermanos y hermanas,
      Al momento del nacimiento de Jesús, hubo una estrella que guió a los tres magos, la cual también es una estrella del segundo cielo.

      Mateo 2:9 dice: “Ellos, habiendo oído al rey, se fueron\; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.”

      La estrella se movía en el cielo según la velocidad a la que se movían los magos, y cuando llegaron a su destino, la estrella se detuvo.

      Si esta estrella perteneciese al primer cielo, rompería el orden del universo y causaría un gran problema. Esto es debido a que todas las estrellas del primer cielo ya tienen establecido su rumbo.

      Por lo tanto, podemos ver que la estrella que guió a los tres magos no es una estrella del primer cielo. Dios movilizó una estrella del segundo cielo de manera que no hubiese influencia alguna en el primer cielo.

      Luego Dios abrió el espacio del segundo cielo donde se movía la estrella, a fin de que los magos pudiesen verla. Dios muestra ese movimiento de estrellas en muchas ocasiones.

      En una ocasión, había tres estrellas moviéndose al mismo tiempo, una estrella que se movía en zigzag, y una estrella que se movía hacia adelante y hacia atrás.

      Dios nos ha mostrado algunos movimientos de las estrellas que no pueden darse en el primer cielo.

      Aquellas estrellas moviéndose en esa ocasión, eran las estrellas del segundo cielo. Dios nos mostró el espacio del segundo cielo en esos momentos.

      Por último permítanme explicarles algo más:
      El maná del que se alimentaban los hijos de Israel durante el Éxodo también descendía del segundo cielo.

      El verso bíblico de hoy, Éxodo 16:4 dice: “Y JEHOVÁ dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo\; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.”

      ¡Dios dijo que haría llover pan del cielo!

      Este maná era similar a la semilla de cilantro, y su sabor era similar a hojuelas con miel.

      Dios proveyó este maná a los hijos de Israel durante los 40 años que permanecieron en el desierto.

      Asimismo, en la Biblia podemos ver versos sobre la apertura de el espacio del segundo cielo.

      En la próxima reunión les explicaré de qué manera se dan las cosas de los espacios espirituales de las dimensiones superiores en esta tierra.





      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      El pueblo de Israel probablemente se sorprendió mucho cuando comió el maná por primera vez debido a que estaban probando pan del cielo que nunca antes habían visto o comido.

      Por ejemplo, supongamos que usted no tiene pan para comer, y sin embargo usted encuentra su pan sobre la mesa cada mañana.

      ¡Cuán asombroso es todo esto!

      No obstante, la mayoría de los Israelitas quienes comían el maná diariamente, pronto empezaron a quejarse contra Dios en gran manera.

      Es decir, luego de haber examinado la tierra de Canaán mientras estaban en Cades-barnea, el pueblo estaba ansioso debido a los reportes negativos de los diez espías, y esto causó gran ira contra Dios.

      Finalmente, todos aquellos mayores de 20 años, excepto por Josué y Caleb, murieron durante los 40 años de vida en el desierto.

      ¿Qué tipo de lección aprendemos de esto?

      De la manera que han sido las cosas hasta la actualidad, usted podrá ver innumerables obras de los espacios espirituales ante sus ojos.


      ¿Y cuál es la razón por la que Dios nos muestra las cosas que van más allá de la justicia del primer cielo?

      Deuteronomio 8:3 dice: “Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de JEHOVÁ vivirá el hombre.”

      Mientras más cosas de los espacios espirituales usted experimenta, debe vivir de manera más completa en la Palabra de Dios.

      Su corazón no debe ser menos sensible a las cosas espirituales por el simple hecho de verlas continuamente, sino que debe tener nuevas emociones cada vez.

      Yo ruego en el nombre del Señor, que al hacer de esa manera, usted tenga un corazón sincero y perfecta fe para levantarse como un hijo verdadero de Dios a quien Él desea ganar.

      (Amén)


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