• Bondad Verdadera

    [1 Juan 1:5]

    11-01-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • : “Bondad Verdadera”

      : <1 Juan 1:5>
      “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.”




      Amados hermanos y hermanas en Cristo, miembros de más de 8.000 iglesias filiales en Corea y alrededor del mundo incluyendo los Estados Unidos, Canadá, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia, Argentina, Chile, Japón, Mongolia, China, Taiwán, Tailandia, Vietnam, Filipinas, Malasia, Indonesia, Nepal, India, Sri Lanka, Pakistán, Kazajstán, Israel, Palestina, Egipto, Sudán, Etiopía, Kenia, Uganda, Ruanda, Burundi, Tanzania, R. D. de Congo, Gabón, Angola, Botsuana, Suazilandia, Sudáfrica, Burkina Faso, Liberia, Costa de Marfil, Ghana, Nigeria, Reino Unido, Irlanda, Francia, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Italia, Grecia, Rusia, Suecia, Estonia, Bielorrusia, Ucrania, Daguestán, miembros de los santuarios locales, miembros quienes están asistiendo a este servicio a través del Internet, y televidentes de GCN.



      Este es el primer servicio devocional del año 2009. Se trata del Servicio Devocional de Pastores.
      ¡Démosle gracias y gloria a Dios el Padre por guiarnos a realizar este servicio devocional!

      Doy gracias asimismo a todos los devotos quienes se han preparado para este servicio con todo su corazón, mente y alma. Dios el Padre ha concedido a los pastores un mensaje con el título de “Bondad Verdadera”.

      Este es un mensaje que le permitirá entender con mayor profundidad lo que es la bondad verdadera\; es decir, se trata de las cosas verdaderamente buenas ante los ojos de Dios. Anhelo que ustedes entiendan claramente la intención original y el significado del concepto de Dios concerniente a la bondad.

      Si ustedes son pastores y obreros del reino de Dios, no deben permanecer a un nivel de bondad que se considera como bueno según los estándares de este mundo, sino que deben entender, tener en mente y practicar la bondad verdadera que Dios desea para nosotros, pues el corazón de Dios se conmueve al ver a las personas quienes han cultivado la bondad verdadera, y estas también pueden conmover el corazón de otras personas y ser de bendición para ellas.

      Por ende, ustedes en calidad de pastores, deben cultivar la bondad verdadera en sus corazones. Los pastores tienen la importante tarea de guiar las almas hacia Dios, y Dios el Padre manifestará Su gran amor a aquel pastor que ha cultivado esta bondad en su corazón y también le transmitirá de Su poder y autoridad.

      Aquellos siervos que tienen un corazón verdaderamente bondadoso, recibirán amor desde lo más profundo del corazón de parte de los miembros de la iglesia. Esto es así ya que los pastores influencian a los miembros en todo lo bueno y positivo con bondad y amor verdaderos.

      Por lo tanto, yo espero que no solamente los pastores, sino también los miembros de la iglesia obtengan vida y fortaleza a través de este mensaje. Siendo así, yo ruego en el nombre del Señor que ustedes reciban mayores reconocimientos y amor de parte de Dios, así como de otras personas.





      Amados devotos y miembros de la iglesia,
      ¿Cuál es la verdadera bondad de corazón que Dios anhela para nosotros?

      ¡Primeramente es la veracidad!

      La veracidad es la cualidad de conformarse a la verdad. La segunda parte del pasaje bíblico de hoy, 1 Juan 1:5, dice lo siguiente: “Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.”

      Ya que Dios el Padre es luz sin obscuridad alguna, entonces la veracidad es ser libres de cualquier tipo de falsedad. Dios dice que una persona veraz es una persona buena, y Aquel que es verdad puede fácilmente descubrir aun la más pequeña porción de oscuridad en ella.

      Sin embargo, una persona que no es veraz está manchada con oscuridad y no podrá verse a sí mismo con claridad, lo cual puede causar que malentienda su vida en la Luz. El tipo de veracidad que Dios anhela en verdad no es la de pretender que no se tiene oscuridad, sino la de no poseer obscuridad para llegar a ser luz.

      Este tipo de persona tendrá bondad que penetra su corazón por completo. Por tanto, sin importar cuál sea la situación, aquella persona producirá solamente buenas palabras y obras.

      En Génesis 18, vemos que Dios se le presentó a Abraham a sus 99 años de edad y le dijo que iba a ser padre de un hijo\; en el verso 12 dice: “Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?” Cuando Sara, la esposa de Abraham, escuchó las palabras que Dios habló en su tienda, ella tenía 89 años.

      Ella se río entre sí, nadie escuchó lo que ella dijo, pero Dios sí lo sabía. Génesis 18:13 dice: “Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?”

      En ese momento, debido a su temor, Sarah mintió diciendo que no se había reído. Pero Dios le dijo: “¡Sí lo hiciste!” Si Sarah hubiese sido una persona veraz, ella hubiese dicho: “No pude creer las palabras de Dios, por eso me reí un poco.”

      Pero Sarah no fue veraz. Aquel que es veraz puede encontrarse a sí mismo, lo que significa que aquella persona tiene el potencial para ser mejor, mientras que aquel que no es veraz es rápido en esconder sus faltas y errores, por ende, este no puede pensar siquiera en cambiar.

      Espero que ustedes se examinen a sí mismos en este punto, pues aunque no digan una mentira tan obvia como Sarah, posiblemente tengan algún tipo de falsedad en ustedes. Por ejemplo, el rostro de algunas personas se torna rojo y levantan su voz al hablar con sus subordinados, y luego dicen que se enojaron con razón, al igual que Jesús.

      Jesús hecho fuera con severidad a los mercaderes quienes estaban profanando el Templo. Él sacó con un látigo hecho de cordón los animales que estaban vendiendo e hizo volcar las mesas de cambio de dinero.

      Jesús no tenía obscuridad, pero sí era muy estricto con respecto a la profanación del Templo de Dios. No obstante, algunas personas citan este verso de acuerdo a su conveniencia. En realidad, cuando sus rostros se tornan rojos y al levantar el tono de su voz, demuestran su maldad, lo cual pertenece a la obscuridad\; el decir que aquello no es malo demuestra falsedad.

      Dios asimismo dirá, tal como le dijo a Sarah: “No es indignación justa. La maldad está contenida en tus palabras.” Lo que Dios dice y habla es la verdad.

      Una persona puede ver con los ojos de Dios y pensar con Su corazón a la medida que aquella persona sea veraz. Es sencillo para una persona veraz desechar su maldad porque la descubre fácilmente, pero si se cubre la maldad pensando que no lo fue y presentando excusas, ¿cómo puede uno examinarse a sí mismo y desechar la maldad?

      Yo anhelo que ustedes también sean veraces en relación a sus frutos, ya que este es un servicio devocional para pastores. Si el valor numérico del porcentaje de crecimiento fue alto, entonces la cantidad en sí de su fruto también tiene que ser veraz.

      Por ejemplo, si usted ha recuperado a una oveja que estaba perdida, no debe decir que ha experimentado un avivamiento. Asimismo, usted debe ser veraz en relación a la razón por la cual usted no experimenta un avivamiento en el área de su responsabilidad.

      ¿Alguien se pregunta si quizás no experimentamos un avivamiento ahora debido a que no hay suficiente espacio en la iglesia y que Dios probablemente está deteniéndolo?

      Usted puede decir esto solamente si es que ha entregado lo mejor de usted en sus responsabilidades, pues tal persona no perdería ninguna oveja en su área de responsabilidad.

      Cuando David era pastor, si un león o un oso venían y atacaban a un animal del rebaño, él peleaba para recuperarlo, aun poniendo en riesgo su propia vida. Cuando Jacob cuidaba el rebaño, él vestía el calor del día y el frío de la noche, e incluso no dormía lo suficiente.

      Si usted se esfuerza de la misma manera, jamás perderá un creyente bajo su cuidado. El perder un miembro de su iglesia es culpa suya en muchas ocasiones, sin embargo se dice que fue por alguna otra razón.

      Asimismo, debemos darnos cuenta de la razón por la que Dios permite este tiempo en el que cesan los avivamientos en la iglesia. Esto no solamente es para permitir que los pastores se capaciten más espiritualmente, sino también por causa de todos los miembros de la iglesia.

      Dios nos está dando el tiempo para prepararnos y desarrollar la capacidad de cuidar del vasto número de almas que vendrán en un futuro cercano. Debemos desarrollar la habilidad de poder aceptar a muchas personas diferentes, así como la habilidad de dirigirlos con bondad y amor hacia el camino de vida.

      No debemos herir sus sentimientos o causarles momentos difíciles con nuestra propia justicia y con nuestros propios marcos sociales y culturales. Si le damos alimentos sólidos a un bebé, le causará daño\; para algunos niños es necesario hacer de las comidas suaves y de fácil digestión antes de alimentarlos.

      ¡Ahora es el tiempo para que los pastores, obreros, y todos los miembros de la iglesia nos preparemos para esto!

      Primero, su fe debe crecer y alcanzar por lo menos el cuarto nivel de fe, el cual corresponde a la fe que pertenece al espíritu.

      También, al quebrantar su propia justicia y marcos de pensamiento por completo, usted debe estar capacitado para alimentar con el evangelio de santidad, así como lo hace con los alimentos, de modo que el alimento sea apropiado para cada una de las diferentes personas.

      Siendo así, anhelo que ustedes se preparen física y espiritualmente para que puedan ser reconocidos por Dios como personas honestas y veraces.


      Amados devotos y miembros de la iglesia,
      En segundo lugar, el corazón verdaderamente bueno que Dios anhela para nosotros es uno de sacrificio.

      Sacrificio significa entregar sus riquezas, fama, beneficios, o vida por los demás y por propósitos nobles. Uno no puede entregarse en sacrificio sin amor.

      Dios el Padre y nuestro Señor hicieron un sacrificio en nuestro lugar. Dios hizo el gran sacrificio de entregar a Su hijo unigénito por nosotros quienes éramos pecadores destinados a recibir el castigo de la muerte.

      Debido a que hemos recibido este gran amor de Dios, debemos estar dispuestos a sacrificarnos por los demás. Especialmente si usted es un pastor quien camina en el sendero de un siervo de Dios, el sacrificio es un atributo básico.

      Nuestro Señor Jesús dejó toda la gloria del reino celestial, dio todo en sacrificio, incluyendo Su propia vida. Por lo tanto, si usted es un siervo de este Señor, usted no debe buscar ser servido, o ganar fama o buscar el beneficio personal.

      Al igual que el Señor, usted debe estar dispuesto a dejarlo todo por el rebaño como un buen pastor. Para salvar simplemente a un alma más, usted debe estar dispuesto a dejar todo lo que tiene, aunque se quede sin alimentos o padezca de hambre.

      Aunque usted haya hecho algo bien y haya recibido bendiciones, no debe considerarlo como un logro personal, sino que debe estar dispuesto a entregar incluso esas bendiciones por el reino de Dios y por otras almas.

      Si usted provee para las almas solamente lo que sobra luego de haber saciado sus necesidades, entonces no es sacrificio verdadero.

      El verdadero corazón de sacrificio consiste en dar a los demás incluso cuando tiene que despojarse de lo que necesita para usted mismo. No se trata solamente de cosas materiales, sino de estar dispuesto a sacrificar la fama también por causa de las almas.

      Jesús es Dios mismo en su origen, pero Él se humilló por completo, llegando a la posición de pecador y finalmente lo mataron utilizando la forma más cruel de ejecución. En calidad de siervo del Señor, usted también debe estar dispuesto a humillarse e incluso doblegarse ante otros por causa del rebaño.

      Como pastor de ustedes yo también anhelo ser semejante al corazón y obras del Señor. De modo que, incluso cuando los creyentes cometan pecados y se desvíen por el camino de la muerte, yo no pueda juzgarlos o condenarlos.

      La primera cosa en la que pienso es cómo salvar solamente un alma más. Luego me humillo ante Dios el Padre a la posición más baja que me sea posible y oro con lágrimas de arrepentimiento. Me arrepiento de no cuidar del rebaño lo suficiente como su pastor, y oro también en arrepentimiento de sus pecados. Yo pido la misericordia y compasión de Dios sobre ellos.

      No es fácil doblegarse ante Dios el Padre para salvar más almas, pues muchos de ustedes son cabeza de algún tipo de organización o grupo, ya sea grande o pequeño. Los pastores de las iglesias filiales son cabeza de las filiales, y los pastores guías son cabeza de cada grupo de mision .

      ¿Cuánto se han sacrificado ustedes mismos por el rebaño que se les ha confiado?


      Por ejemplo, supongamos que un miembro del área a su cargo hizo algo desagradable. ¿Cuánta responsabilidad de aquel incidente acepta usted y cuánto se sacrifica?

      Quizás se ha preguntado: “Le enseñé la verdad, le enseñé claramente la voluntad de Dios, sin embargo él desobedeció. ¿Qué hago al respecto?”

      Si usted tiene un corazón verdaderamente bondadoso, no pensará así ni tratará de evitar que la responsabilidad recaiga sobre usted. Aquellos que tienen corazón de sacrificio y de bondad sentirán la profunda responsabilidad como cabeza del grupo y estarán dispuestos a aceptar la exhortación por el incidente.

      Asimismo, para salvar a la persona que ha cometido pecado, podrían humillarse, doblegarse y arrepentirse. Pueden aferrarse a Dios sinceramente en lugar de la persona orando de la siguiente manera: “Esto ha sucedido porque yo no lo he guiado apropiadamente, es porque no he orado lo suficiente, es debido a que no le he enseñado bien. Yo me he equivocado, por favor perdóname.”

      Anhelo que ustedes lleguen a darse cuenta de que Dios considera a un pastor quien tiene un corazón de sacrificio como alguien verdaderamente bueno.



      Amados devotos y miembros de la iglesia,
      En tercer lugar, el tipo de sinceridad verdadera que Dios desea para nosotros es la de un corazón obediente.

      Si usted puede presentarse ante Dios, el Señor, y su pastor para decir simplemente “Sí” y “Amén”, entonces puede cultivar un corazón verdaderamente bueno. No debe presentar pretextos ni excusas al decir: “yo no puedo hacer esto por esta razón y no puedo hacer aquello por esta otra razón.”

      Además, no debe presentar muchas excusas y decir que no pudo evitarlo después de desobedecer. Yo anhelo que usted recuerde que un corazón verdaderamente bueno es aquel que solamente dice “Sí” y “Amén” en todo tipo de situación.

      Por ejemplo, cuando Dios le pidió a Abraham que diera a su hijo Isaac como ofrenda, él simplemente obedeció. Si Abraham no hubiese querido obedecer, él podría haber tenido muchas razones para hacerlo.

      Pudo haber dicho que Isaac es la semilla de la promesa de Dios, y preguntar cómo era posible que se pida sacrificarlo, pero debido a que Abraham tenía un corazón verdaderamente bueno, él simplemente obedeció sin tener duda alguna.

      Esto no significa que él dejó de creer que Isaac era la semilla de la promesa, él siguió creyendo en la promesa de Dios a través de Isaac, pero él también obedeció por completo. Esta situación es difícil de entender con la razón, teoría y pensamiento humano.

      No obstante, debido a que Abraham deseaba tanto confiar en la promesa de Dios así como también obedecerle, él obtuvo una nueva dimensión de fe. Se trata de la fe de la resurrección.

      Hebreos 11:19 dice: “(Abraham), pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.” Abraham nunca había escuchado acerca de la muerte y resurrección de Jesús, sin embargo quiso obedecer mediante su corazón bondadoso y obtuvo fe de resurrección completa.


      Dios el padre considera a la gente obediente como gente de buen corazón. Esto es así debido a que la obediencia es el acto de reconocimiento de todos los mandamientos de Dios como bondad.

      Aunque aquellos mandamientos no concuerden con nuestros propios pensamientos y teorías, Dios se responsabilizará de estos si tan solo obedecemos.

      Debido a que he creído en Dios de este modo hasta este día, yo he obedecido sin importar el tipo de mandamiento que se me ha dado. Tampoco he dado excusas jamás con el propósito de desobedecer el mandamiento de Dios.

      El corazón de Dios el Padre ha sido conmovido por esta bondad de obediencia y Él ha obrado en bien de todas las cosas. ¡Todos nosotros, pastores, debemos actuar así!

      Si usted levanta miembros quienes confían en la buena voluntad de Dios y le obedecen siempre, usted ciertamente recibirá bendiciones y respuestas de parte de Dios. Un corazón verdaderamente bueno es el corazón con el cual usted puede obedecer con buena disposición, sin tener dudas y con la certeza de que es la voluntad de Dios el Padre.

      Permítanme que les presente una pequeña parte de la oración que yo ofrezco a Dios como pastor de ustedes.

      Mientras escuchan esta oración, me gustaría que mediten en la actitud de ustedes como pastores. Anhelo que no piensen que ya han logrado mucho, sino que se humillen una y otra vez para cultivar el corazón verdaderamente bondadoso que Dios desea para nosotros.

      “Padre, oh Padre, no tengo ningún anhelo de mi propia voluntad.
      Solamente Tú Padre, y solo Tú Señor, moras en mí.
      Yo ruego y clamo una y otra vez en el nombre del Padre y del Señor, de acuerdo a los anhelos del Padre y del Señor.

      Siempre ruego y reflexiono acerca de dónde está la voluntad del Padre y la voluntad del Señor.
      Mi corazón está lleno del Padre, del Señor, el reino del Señor, y de las almas.

      Padre, Tú siempre escuchas las súplicas de este hijo, y sabes que el anhelo de mi corazón es por Ti, oh Padre. No es por lo que yo deseo lograr, hacer o el fruto que deseo producir en muchas áreas.
      Yo simplemente he levantado mi súplica ante Ti con paciencia hasta hoy.

      He vencido cada día pensando en el amor del Padre y del Señor, así como también en la voluntad del Padre para las almas.
      No tengo ningún deseo propio ni ruego por que pueda producir frutos por mí mismo, pues yo no deseo recibir la gloria.

      Me siento feliz y gozoso si el nombre del Padre y del Señor es levantado en alto y glorificado.
      Me siento plenamente satisfecho solamente si muchas almas llegan a amarte, oh Padre, a morar en Tu amor, y a agradecerte.

      Mi amado Padre, no tengo voluntad propia. Mi corazón está lleno solamente de las cosas del Padre, del Señor, de Tu reino, y de las almas.

      Padre, medita en el anhelo de lo profundo de mi corazón, y recibe la gloria de acuerdo a Tu anhelo y voluntad. Yo creo que Tú has escuchado la oración de este hijo, y anhelo que recibas toda la gloria por ella.

      Padre Dios, Tú siempre has amado esta iglesia, y siempre has amado a este hijo\; siempre has amado a cada uno de los que han intentado vivir de acuerdo a Tu voluntad y quienes han puesto su confianza en Ti

      Tú me has permitido producir todos estos frutos, y lograrlo todo según Tu voluntad, ahora recibe toda la gloria según Tu voluntad.”




      Amados devotos y miembros de la iglesia,
      Les he hablado acerca de lo que es el corazón verdaderamente bondadoso que Dios desea para nosotros.

      Primero, un corazón veraz\; segundo, un corazón de sacrificio\; y tercero, un corazón obediente. Si su corazón es veraz, y si usted siempre se sacrifica a sí mismo y solamente obedece con Sí y Amén, usted definitivamente recibirá poder.

      Dios el Padre, quien ha sido conmovido por tal bondad, le dará poder y autoridad manifestando también Su gran amor.

      Debido a que usted camina por el sendero del siervo del Señor, ¿no le gustaría caminar por el sendero de amor y bendiciones del Padre?

      Yo anhelo que toda su dedicación y esfuerzo sean plenamente almacenados como recompensas celestiales.

      Yo ruego en el nombre del Señor que, cuando ustedes lleguen luego a la Nueva Jerusalén, ustedes den gracias y gloria a Dios el Padre, recordando las cosas de esta tierra.




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