• Acuérdate del día de reposo para santificarlo 1

    [Éxodo 20: 8 -10]

    01-02-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • : Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
      : <Éxodo 20: 8 -10>
      “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra\; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios\; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. ”
      Si bien el Apóstol Pable era judío, también tenia la ciudadanía del Imperio Romano, La nación más fuerte de esos tiempos.

      Él tenía el derecho de viajar por los alrededores libremente, y el derecho de evitar cualquier castigo legal sin el apropiado juicio.

      Una vez, Pable hizo uso del privilegio de su ciudadanía romana en uno de sus viajes misioneros.

      Inclusive hoy en día, si somos ciudadanos de un país poderoso, vamos a gozar de muchos privilegios.

      Sin embargo, el hecho es que hemos recibido una ciudadanía que no puede compararse con ninguna otra de cualquier país de la tierra. Hemos sido hechos ciudadanos del reino de los cielos.

      El Apóstol Pablo, teniendo la ciudadanía romana, confesó en Filipenses 3:20: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos”.

      Tenemos el privilegio de vivir como ciudadanos en el reino de los cielos para siempre. Ahora bien, ¿de qué manera probamos que tenemos la ciudadanía de los cielos? Aquí, en la tierra, lo hacemos mediante nuestra tarjeta de ID\; del mismo modo, nos es necesario tener la tarjeta de ID del reino de los cielos.

      Por supuesto, esta tarjeta de ID no se le otorga a cualquier persona\; sino que es sólo para aquellos que tienen fe.

      Pero necesitamos evidenciar que nuestra fe es verdadera, y tal evidencia es santificar el Día de Reposo y el dar los diezmos. Esas dos cosas son la evidencia básica que prueba que somos ciudadanos del reino de los cielos.

      Recientemente, he escuchado muchos testimonios que afirman haber sido muy bendecidos después de poner en práctica la palabra compartida en la serie de sermones sobre los diezmos.

      A partir hoy, les compartiré en varias sesiones sobre santificar el Día de Reposo. Es mi anhelo que se disfruten de los privilegios de ser ciudadanos del cielo al santificar el Día de Reposo y al dar los diezmos completos.

      Si bien ustedes no son creyentes nuevos en la fe, yo espero que una vez más verifiquen si están santificando el Día de Reposo o no.

      Con tan sólo comprobar si santifican el Día de Reposo o no, ya pueden verificar la medida de su fe.

      Ahora, oro en el nombre del Señor para que teniendo una verdadera y completa fe, reciban así la ciudadanía de la Nueva Jerusalén, entre todas las demás moradas del reino celestial.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo, el Día de Reposo es el día de reposar en el Señor.

      En los tiempos del Nuevo Testamento, el Día de Reposo es el domingo\; el cual por otra parte, es llamado el Día del Señor.

      Les explicaré en detalle casi al final del sermón por qué el Día de Reposo se ha convertido en el Día del Señor en el Nuevo Testamento.

      Ahora bien, ¿por qué debemos santificar el Día de Reposo? Simplemente porque Dios Creador nos lo mandó. Para entender el por qué Dios nos mandó que santificáramos el Día de Reposo, adentrémonos en el origen del Día de Reposo.

      Si nos vamos a los orígenes del Día de Reposo, nos encontramos con el “comienzo”, donde Dios creó los cielos y la tierra y todo lo que en ella hay.

      Génesis 2:1-3 dice, “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo\; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”.

      Dios creó los cielos y la tierra en seis días\; y al séptimo, descansó. Él lo bendijo y lo santificó.

      Y luego Dios les dio este mandamiento de santificar el Día de Reposo al pueblo de Israel después de que salieran de Egipto. Fue el cuarto mandamiento dentro de Los Diez Mandamientos.
      Éxodo 20:8-10 trata sobre el Día de Reposo. El pasaje dice, “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra\; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios\; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas”

      Más adelante, el versículo 11 del mismo capítulo nos explica el por qué se nos manda santificar el Día de Reposo.

      El versículo dice, “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día\; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.

      El santificar el Día de Reposo encierra el significado de que creemos que Dios es el Creador. Por lo tanto, significa que reconocemos el hecho de que Dios es el dueño y señor de todo el vasto mundo espiritual así como del físico.

      En otras palabras, santificar el Día de Reposo es el acto de reconocer la autoridad espiritual de Dios.

      Es el mismo principio que aplica al dar el diezmo completo, es reconocer la soberanía de Dios sobre todas las cosas materiales.

      Espero puedan darse cuenta cuánto significado conlleva el santificar el Día de Reposo.

      El pueblo de Israel fue apartado como pueblo santo para Dios al santificar el Día de Reposo.

      Éxodo 31:13 dice, “Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo\; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico”.

      En tanto y en cuanto ellos santificaban el Día de Reposo, Dios también guardaba al pueblo de Israel.

      Él los guardaba de pruebas y juicios, y de diferentes tipos de calamidades.

      En la actualidad, se aplica el mismo principio. Nosotros gozaremos de protección y bendición cuando, como Hijos de Dios, santificamos el Día de Reposo.

      En ocasiones, algunos miembros de la iglesia se acercan para recibir oración porque han sufrido algún tipo de accidente de tráfico o percances en sus negocios.

      En varias oportunidades, han resultado ser personas que no santificaban el Día de Reposo o que no eran fieles con los diezmos.

      Si bien estar protegido y recibir bendición es importante, pero lo más importante es la salvación de nuestro espíritu.

      En los tiempos del Éxodo, cierta persona recogió algo de madera en el Día de Reposo, y Dios no lo perdonó, sino que mandó que lo matasen.

      Eso fue para decirles a los israelitas que debían morir desde el mismo momento que no santificaban el Día de Reposo porque ya no tenían nada que ver con Dios.

      Hoy en día, la justicia espiritual se aplica del mismo modo.

      Si no guardamos el domingo, entonces no tenemos nada que ver con Dios, y caeremos en la muerte.

      No estoy hablando de aquellos que son nuevos creyentes ni de los que han comenzado recién a venir a la iglesia y su fe aún es débil.

      Me estoy refiriendo a aquellos casos en los cuales sí tiene fe y conocen la verdad pero aún así, no guardan el domingo. O casos en los cuales aseguran estar guardando el domingo pero no lo hacen de manera apropiada.

      Pero si entendiésemos la verdadera intención de Dios al pedirnos santificar el Día de Reposo, no nos sentiríamos forzados a hacerlo por el miedo.

      Sino que Dios lo mandó para que tuviésemos el verdadero descanso en Su amor como Sus hijos.

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, este mismo amor de Dios se mostró claramente cuando envió a Jesús a la tierra.

      Después de que Jesús resucitó, el Día de Reposo fue cambiado. Hasta ese entonces, había sido el día sábado, pero tras la resurrección del Señor, lo ha sido el domingo. Incluso, nosotros ahora le llamamos el Día de Reposo del Señor.

      ¿A qué se debe? Cuando pase a explicarles la razón, es mi anhelo que lleguen a entender el verdadero significado de por qué Dios nos ha dado el Día de Reposo.

      Los judíos, quienes aún guardan la Ley del Antiguo Testamento, todavía guardan el sábado como Día de Reposo. Asimismo, existe un grupo de protestantes que también guardan el sábado como Día de Reposo.

      Existen personas que sostienen discusiones a cerca de cuál es el correcto. Yo espero que prestando atención a lo que voy a explicarles, no tengan confusión alguna al respecto.

      Para darles primeramente la conclusión, la razón por la cual guardamos el domingo como Día de Reposo es porque nuestro Señor resucitó un domingo.

      Marcos 16:9 dice, “Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios.”

      Ya que el Día de Reposo en el antiguo Testamento era el sábado, el día después era el domingo.

      Jesús fue crucificado el viernes, y resucitó en las primeras horas de la mañana del domingo, en el tercer día de crucificado.

      No obstante, permítanme explicarle brevemente por qué se designó el día sábado como Día de Reposo en el Antiguo Testamento.

      Dios creó los cielos y la tierra en seis días y descansó el séptimo. Entonces, las personas guardaban el sábado como Día de Reposo, ya que es el séptimo día de la semana\; es decir, domingo, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado.

      Ellos descansaban desde que se ponía el sol el viernes hasta la puesta de sol del sábado.

      Mas, ¿habrá alguien que se pregunte por qué el domingo es el primer día de la semana?

      Por favor, observen el calendario.

      La mayoría de los calendarios que empleamos hoy en día tienen al día domingo como el primer día de la semana y como feriado.

      Por supuesto, el calendario es un producto de la civilización que ha sido desarrollado por un largo período de tiempo.

      Pero lo cierto es que hasta el calendario se ha confeccionado dentro de la providencia de Dios.

      Dios es el principio y el fin de la civilización humana, y Él ejerce el control sobre la historia de la humanidad.

      Asimismo, el calendario contiene evidencia en sí mismo\; Ya que la semana contiene siete días, lo cual está basado en los siete días de la creación de Dios.

      Del mismo modo, la historia de la humanidad está dividida en dos grandes partes, antes de Cristo y después de Cristo\; siendo el nacimiento de Cristo el punto de referencia.

      Pues bien, vayamos a la base bíblica de por qué guardamos el domingo como Día de Reposo tras la resurrección del Señor. .

      Hermanos y hermanas, ¿qué fue lo primero que Dios creó?

      Fue la luz.

      Génesis 1:3 dice, “Y dijo Dios: Sea la luz\; y fue la luz.”

      Como ya les he explicado en los sermones sobre Génesis, la luz era luz espiritual.

      Eso simboliza el poder y la autoridad de Dios Padre.

      La palabra de Dios diciendo, “hágase la luz” era la proclamación de la soberanía de Dios, quien es la luz misma en espíritu, sobre todas las cosas del universo. A la vez, es la proclamación de la soberanía de Jesucristo nuestro Señor también.

      Juan 1:9 dice, “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”.

      Esta luz verdadera es Jesucristo, Dios mismo, el Verbo que descendió en a la tierra hecho carne.

      Y Mateo 12:8 dice, “porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo”. Nuestro Señor, la luz verdadera, es el señor del Día de Reposo.

      Así como hubo luz en el primer día de la creación, el domingo, que por otra parte es llamado Día del Señor y primer día de la semana\; también es el día en el que el Señor, la luz verdadera, mostró Su luz al mundo entero.

      Fue el día en que Jesús le arrebató al enemigo el imperio sobre la muerte y resucitó para abrir el camino de la salvación a toda la humanidad.

      Él se convirtió en la luz verdadera de vida para aquellas almas que estaban en oscuridad, muerte y dolor. Desde ese día, hemos ganado la esperanza de resurrección y hemos llegado a disfrutar del gozo verdadero.

      Desde ese tiempo, guardamos el domingo como Día de Reposo\; en otras palabras, como el Día del Señor. Sólo tras la resurrección de Cristo es que hemos llegado a guardar el verdadero Día de Reposo.

      Por lo tanto, Génesis 1:3 que dice, “Y dijo Dios: Sea la luz\; y fue la luz”, y Mateo 12:8 que dice, “porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo” son equivalentes. Ambos explican espiritualmente la razón por la cual guardamos el Día del Señor como Día de Reposo.

      Hermanos y hermanas, ciertamente la providencia de Dios se cumple.

      Dios ya había mencionado en el Antiguo Testamento que el domingo seria el Día de Reposo.

      Levítico 23:10-12 dice, “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos\; el día siguiente del día de reposo la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová”.
      Ese cordero de un año, sin defecto que se ofrecía el día después del Día de Reposo hace regencia el Cordero de Dios, a Nuestro Señor Jesucristo.

      De la misma manera, la primera gavilla hace referencia al primer fruto de resurrección, Jesucristo.

      1 Corintios 15:20 dice, “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos\; primicias de los que durmieron es hecho”.

      Hermanos y hermanas, hemos llegado a disfrutar del verdadero descanso desde la resurrección de Jesús. Desde que el primer humano Adán y Eva cometieron pecado, la humanidad perdió ese descanso verdadero.

      Tal como Dios lo había dicho, ""el día que comieres de este fruto, ciertamente morirás”\; y el espíritu de Adán murió.

      Y todos sus descendientes tuvieron que padecer desde enfermedades, pobreza, odio y peleas durante todas sus vidas, y cayeron en la muerte eterna, el cual es el infierno.

      El Señor nos otorgó esperanza de resurrección y vida eterna al recuperar la autoridad sobre la muerte, y resucitar.

      Es decir, cuando aceptamos al Señor Jesús como nuestro Salvador y el Espíritu Santo viene a morar en nosotros, nuestro espíritu muerto revive. Esa es la resurrección espiritual.

      Ahora, hemos sido apartados como hijos de Dios y hemos llegado al verdadero descanso.

      Sin embargo, el resto en la tierra no es perfecto. Es por eso, que Dios nos ha preparado el verdadero y eterno lugar de descanso, el reino de los cielos.

      Vamos a disfrutar del descanso perfecto y eterno mediante otra resurrección a parte de la espiritual\; es la resurrección física.

      Cuando regrese el Señor por los aires, nosotros tendremos nuestros cuerpos eternos e incorruptibles y nos encontraremos con Él. Esa es la resurrección física.

      Tras haber pasado por ambas resurrecciones, entonces gozaremos del eterno descanso.

      Debido a esa esperanza de resurrección es que podemos, como creyentes, disfrutar del verdadero descanso de espíritu.

      De igual modo, el domingo es el día en el cual el Señor del Día de Reposo nos ha dado verdadero descanso a través de Su resurrección.

      Es por esa razón que le llamamos el Día del Señor.

      Los discípulos del Señor entendían muy claramente esto.

      Es por ello que guardamos el domingo, día del Señor como Día de Reposo. La primera parte de Hechos 20:7 dice, “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan”.

      Aquí, el partir el pan significa en sentido espiritual compartir la carne del Señor.

      En otras palabras, hace referencia a tomar la Palabra de Dios mediante el servicio de adoración del domingo.

      1 Corintios 16:2 dice, “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.”

      También podemos observar que ellos daban ofrendas el primer día de la semana, o sea, en el Día del Señor.

      A partir de la próxima sesión, entraré más en los detalles de cómo guardar el Día de Reposo.


      Amados hermanos y hermanas en Cristo, muchas personas en el mundo se afanan en gran manera por tener una vida cómoda y feliz.

      Trabajan cada vez más duro para ganar más dinero y obtener mayor reconocimiento. Del mismo modo, recurren a entretenimientos mundanos para alcanzar la satisfacción.

      Sin embargo, resulta imposible gozar del verdadero descanso en este mundo, el cual le pertenece a nuestro enemigo, el diablo.

      El verdadero descanso y paz sólo pueden hallarse en el Señor.

      Dios nos mandó que guardáramos el Día de Reposo para protegernos en Sus brazos y darnos descanso.

      Espero se den cuenta del verdadero significado de esto, y que santifiquen el Día del Señor.

      Asimismo, anhelo que sean protegidos de todo accidente y enfermedad en este mundo al reconocer la soberanía de Dios, el Señor de Señores.

      Oro en el nombre del Señor para que ustedes coman del pan espiritual cada Día de Reposo y así tengan vida eterna. Y finalmente, disfruten del verdadero descanso en la morada eterna en el reino de los cielos.


      Hermanos y hermanas, permítanme brindarles un par de cosas que les ayudarán a dar el diezmo de manera correcta.

      Primero, nos encontramos con los casos especiales, tales como bodas o funerales, donde los miembros de las iglesias o grupos misioneros deben recolectar algo de dinero. A esos grupos les resulta difícil gastar sólo de las cuotas de membresía\; y es por eso, que recaudan algo más de dinero con esos fines específicos.

      Ese dinero le significa un ingreso a la iglesia o grupo misionero, pero como no puede gastarse a voluntad de ellos, sino que tiene un fin determinado, no es necesario separar el diezmo de allí.

      Además, es Dios quien le provee a los miembros de la iglesia para esas ocasiones especiales.

      Segundo, cuando se les invita a comer a los grupos de interpretación con alguna comida, no es necesario que separen diezmo de allí\; salvo que se les entregue el efectivo para que ellos vayan a comer. Entonces sí se constituye en su ingreso y deben diezmar.

      Alguien me preguntó si cada miembro del grupo podía dar el diezmo de acuerdo con lo que hayan comido cada uno.

      Pero ya que el grupo ha recibido dinero en efectivo, deben diezmar de allí por ser su ingreso.

      Tercero, es el caso en el cual diferentes grupos han recibido donación de dinero para comprar instrumentos musicales o artículos de librería. En este caso, a pesar de haber recibido efectivo, no les es necesario diezmar.

      Ese es dinero para comprar cosas que se utilizarán en la obra de Dios. No es algo que los miembros del grupo puedan gastar para ellos mismos.

      Pero sí debemos tener algo presente. Si bien es el grupo el que recibe las cosas, eso le pertenece a Dios\; y por lo tanto, es santo.

      Ningún miembro del grupo debería hacer uso de eso de acuerdo a su voluntad o para su uso personal. Es mi anhelo que consideren todos los casos anteriores a la hora de diezmar.




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