• Dios Creó al Hombre

    [Génesis 1:27-28, Génesis 2:7]

    04-11-2007 | Rev. Jaerock Lee

    • EL MENSAJE DE LA CRUZ 4

      Dios Creó al Hombre

      Escritura:
      Génesis 1:27-28, “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos\; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.”

      Génesis 2:7, “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”


      Amados Hermanos y Amigos,
      Esta es la Cuarta prédica del Mensaje de la Cruz, y les hablaré de cómo Dios creó al hombre. Dios no tiene ni principio ni final\; ha existido desde antes de la eternidad, cosa que ningún ser puede entender.

      En un momento determinado, Dios ideó un plan. Era un plan para crear los cielos, la tierra, y los seres humanos. Para llevar a cabo este propósito, Dios preparó una a una todas las cosas durante un largo período de tiempo.
      Primero, del espacio espiritual donde había estado morando, Dios separó el mundo físico en donde crearía todas las cosas y a los seres humanos.
      En ese momento, luego de que en el principio había existido como un Dios, se dividió a Sí Mismo en, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo y así llegó a conformar la Trinidad. Desde ese instante, Dios adoptó una imagen y forma específica y es la imagen que ahora nosotros tenemos.

      En el reino espiritual, Dios hizo a los seres espirituales, tales como: las huestes celestiales, los ángeles y querubines. En el mundo físico, hizo la tierra en la cual vivirían los seres humanos. Luego que concluyó con todos estos preparativos, Dios empezó a crear los cielos y la tierra a gran escala. El Capítulo 1 de Génesis brevemente nos narra el proceso de la creación de Dios en 6 días.

      En el primer día, Dios creó la luz\; en el segundo la expansión de los cielos, y en el tercer día, separó las aguas de la tierra e hizo las plantas, los árboles que producían frutos y todo tipo de vegetación. En el cuarto día, hizo el sol, la luna, y las estrellas en el cielo\; y en el quinto día, creó los seres vivientes en las aguas y las aves.

      En el sexto día, hizo el ganado y todo animal que se arrastra sobre la tierra. Por último, creó al ser humano. Su trabajo de separar el mundo físico del espiritual, y de crear los cielos y la tierra y todas las cosas que hay en ella fue, después de todo, para crear al hombre.
      Precisamente como los padres decoran el dormitorio de un bebe y preparan todo para el pequeño incluso antes de que nazca, exactamente como preparan los juguetes y todo para sus hijos, Dios hizo el medio ambiente idóneo y mas adecuado para el hombre y lo creó para que pudiera disfrutar de todo.
      El ser humano, los animales, las aves, y las plantas no llegaron a existir por pura causalidad. Tampoco el sol, el agua, ni el aire. Dios creó todo apropiadamente para el cultivo y el desarrollo del ser humano.
      Entonces, ¿Por qué Dios creó al hombre? ¿Por qué ha permitido que la humanidad y la tierra existan hasta hoy? Si puede responder a esta pregunta, podrá también hallar la respuesta al propósito de su vida y cómo debe vivirla.
      A fin de saber el verdadero valor del ser humano, primero debe conocer el propósito que Dios tuvo para crear al hombre. Podrá vivir una vida significativa y valiosa, sólo cuando viva de acuerdo al propósito para el cual vino a este mundo.
      Espero que, a través de este mensaje, pueda entender y darse cuenta del propósito de Dios al crear al hombre.
      Oro en el nombre del Señor que en el momento que finalice su vida en este mundo, pueda llegar a decir, “He vivido verdaderamente una vida con propósito y significativa.”

      Amados Hermanos y Hermanas en Cristo:
      Génesis 2:7 dice, “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” Dios creó por Su Palabra los cielos y la tierra, pero Él Mismo formó al hombre del polvo de la tierra.
      Dios moldeó no sólo la apariencia externa sino también los órganos internos, huesos y músculos, y todos los tejidos en forma perfecta.
      Luego que Dios hizo al hombre de forma tan sofisticada, sopló en su nariz aliento de vida. Desde ese momento, el hombre fue un espíritu viviente.
      Pero cuando las personas escuchan esto, algunos dicen que no lo pueden creer. No creen que una imagen hecha del polvo de la tierra pueda llegar a tener vida y moverse de un lugar a otro.
      Pero aun el hombre, que en sí mismo es una simple criatura, ha acumulado tal conocimiento que ha llegado a hacer robots muy similares al ser humano y computadoras que son, en alguna medida, como el cerebro humano. Incluso ha podido hacer órganos internos artificiales y piel sintética.
      Cuando se ensamblan las partes previamente elaboradas y se forma una maquina y se le conecta a una fuente de energía o electricidad, este aparato podría incluso llegar a moverse como si estuviese vivo. Nuestro Dios también hizo todas las partes del cuerpo humano, y entonces puso en el hombre el aliento de vida, y el hombre fue un ser viviente.
      Si el ser humano, como creación, puede hacer estas cosas, entonces, ¿Por qué sería difícil para Dios el Todopoderoso crear al hombre? Es que el hombre ha limitado su pensamiento al punto de no creer en el poder de Dios.
      Dios existió desde antes del inicio de los tiempos, pero el hombre nace del vientre de su madre. A partir de ese momento, obtiene su conocimiento y sabiduría de otras personas y criaturas. Por eso, no debemos tratar de juzgar a Dios con ese limitado conocimiento.
      Aun hoy en día, Dios nos muestra las obras de la creación para que pensemos más allá de nuestras propias limitaciones mentales y de nuestros pensamientos.
      En las reuniones de avivamiento en nuestra Iglesia o en las Cruzadas Internacionales, hay numerosas personas que experimentan el poder de la creación de Dios. Por ejemplo, personas que tienen piernas desiguales o de diferente tamaño debido a una parálisis infantil o a algún accidente de tránsito, han visto como- luego de recibir por fe la oración de sanidad- sus piernas se han alargado hasta llegar a tener ambas el mismo tamaño. En estos casos de piernas desiguales, algunas se han alargado 2, 4, o incluso 8 cm. Por ejemplo, en el caso de la pierna izquierda de la diaconisa Heekyung Song, era 4 cm. más corta que la derecha, debido a una parálisis cerebral congénita. Cojeaba al caminar y debido a que su columna y la cadera estaban torcidas, le era bastante duro y difícil estar de pie o caminar por mucho tiempo.
      Durante la reunión de avivamiento de 1997, recibió la oración de sanidad, y en ese mismo instante, la pierna más corta comenzó a alargarse de tal forma que ella pudo pararse derecha. La columna, que se le había encorvado debido a la disparidad de sus piernas, se enderezó, y el hueso de la cadera que estaba torcido también recuperó su forma normal, y su estatura aumentó 3cm.
      Para que una pierna corta se alargue de esta forma, se requiere extender no sólo los huesos, sino también los músculos, nervios y los tejidos de la piel, todo esto tuvo que ser hecho nuevamente. Por medio de la oración, Dios realizó una obra de creación al hacer todas estas partes completas. Actualmente, ella se encuentra casada y tiene 2 hijos.
      Asimismo, en el año 2002, tuvimos una Cruzada Unida en la Marina Beach, en Chennai, India, a la que asistieron un total de 3 millones de personas. Un muchacho de nombre Ganesh asistió a este evento. Tenía un tumor en su cadera y lo habían operado para extraerle una parte del hueso y de la articulación de la cadera. Le habían insertado una placa de metal para unir la parte de la articulación de la cadera que le quedaba con el hueso del muslo.
      En la placa de Rayos X, se puede apreciar claramente la plancha de metal y los pernos que le colocaron en el hueso. Incluso después de la cirugía, Ganesh sufría de terribles dolores, y no podía caminar sin muletas. Pero cuando recibió la oración en la Cruzada, todo su dolor desapareció inmediatamente, y pudo caminar y correr por sí solo sin las muletas. Ahora, hasta puede jugar cricket.
      Poco tiempo después, supimos que sus huesos se regeneraron\; a pesar que una parte de ellos, había sido extraída, de tal forma que ahora le podran quitar la plancha de metal y los pernos que le habían colocado.
      Dios EL Creador puede alargar las piernas cortas, hacer que uno camine aun faltándole un hueso imprescindible para caminar, y puede hacer que un hueso que ha sido extraído de su cuerpo vuelva a crecer. A través de estas obras de creación podemos indudablemente creer que Dios hizo al hombre.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Dios el Creador, después que hizo a Adán y a Eva, les dio la semilla de vida para que tuvieran descendencia. Al hombre le dio el espermatozoide y a la mujer el óvulo. En ambos están concentrados le energía de vida de los padres.
      En esa pequeña semilla de vida está contenida, la apariencia de los padres, el carácter, la inteligencia, y los hábitos y, por eso, los hijos se parecen a sus padres. ¡Qué asombroso es que todas estas cosas estén contenidas en una semilla tan pequeña que ni siquiera es visible a simple vista¡ Dios es el que dio esta semilla de vida para procrear hijos y también es quien dio el poder de concebir a través de esta semilla.
      Puesto que un bebe nace por medio de estas semillas, podemos llamar a quien puso el espermatozoide el “padre” y a la que dio el óvulo y dio a luz a la criatura la “madre”.
      El nuevo ser nace por la unión del espermatozoide con el óvulo de los padres, pero la concepción en sí misma es controlada por Dios.

      Amados Hermanos en Cristo:
      Si los niños se parecen a sus padres y a sus antepasados\; ¿A quién se asemejaba Adán, el antepasado de toda la humanidad?
      Génesis 1:27 dice, “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó\; varón y hembra los creó.”
      Adán y Eva fueron hechos a la imagen del Dios santo. La imagen aquí no sólo se refiere a la apariencia exterior, sino a lo que es más importante en el hombre, su espíritu\; ya que su cuerpo es sólo un vaso o recipiente que contiene el espíritu.
      La connotación más importante al afirmar que el hombre fue creado a la imagen de Dios es que su espíritu vino del Espíritu de Dios, y nuestro espíritu está hecho a la imagen del Espíritu de Dios.
      Por eso lo llamamos el Padre de nuestro espíritu. Sucede lo mismo con nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo es concebido por la unión del espermatozoide y el óvulo que han sido dados por Dios.
      Cuando al principio fue creado Adán, su espíritu estaba lleno sólo con bondad, luz y verdad exactamente como es Dios, quien es santo y puro. Pero desde que Adán comió del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, la humanidad se manchó con el pecado y la maldad. A diferencia de cómo era cuando fue creado al principio, Adán perdió la imagen del Dios santo.
      Por eso, lo que tenemos que hacer si creemos en Dios es recobrar la imagen perdida del Dios santo\; por eso debemos aceptar al Señor Jesucristo, recibir el perdón de los pecados, y empezar a recuperar la imagen perdida de Dios. Esta es la vida cristiana y el cultivo y perfeccionamiento del ser humano. ¿Debemos de amar a Dios y vivir una vida transformada conforme a la Palabra de Dios.?

      Amados:
      La humanidad ha estado intentando obtener la respuesta a esta pregunta, ¿Para qué vivo? Podemos encontrar una clara respuesta para el propósito de nuestras vidas sólo cuando reconocemos y aceptamos a Dios como el Creador.
      Debemos, en primer lugar, comprender por qué Dios creó al hombre y por qué lo cultiva en este mundo. Aquí, estoy usando la expresión “cultivar”. Esta la tomé de las parábolas en la Biblia.
      Hay numerosas parábolas en la Biblia, y entre ellas hay un buen número referidas al cultivo de la tierra, a la agricultura y a la cosecha de los frutos y de los granos.
      Por ejemplo, en el Capítulo 13 de Mateo, Jesús comparó el corazón del hombre con cuatro tipos de tierra. Expresó que la medida en la que uno produce verdadero fruto difiere de acuerdo al tipo de corazón sobre el cual la semilla de la Palabra de Dios ha caído.
      Asimismo, explicó acerca del Juicio a través de la parábola del trigo y la paja en el Capítulo 3 de Mateo, y de la parábola de la cizaña y del trigo en el Capítulo 13 de Mateo. Las almas que sean como el trigo irán al granero del reino de los cielos pero las almas que sean como la cizaña y la paja serán quemadas en el fuego del infierno.
      A través de estas parábolas bíblicas, Dios nos hace saber que la creación del hombre en esta tierra y el desarrollo de la historia de la humanidad son como un “cultivo”. Exactamente como los labradores y agricultores aran la tierra y la cultivan, Dios también nos cultiva como un labrador.
      Es por eso que podemos afirmar que la providencia de Dios al crearnos a los seres humanos y permitirnos vivir en esta tierra es la providencia del “Cultivo del ser humano”. Por tanto, ¿Por qué Dios creó a Adán y por qué ha estado cultivando al hombre hasta ahora?
      Concluimos que, el propósito del cultivo del ser humano es conseguir y formar verdaderos hijos. Dios deseaba tener verdaderos hijos con quienes pueda compartir Su amor. Dios el Creador tiene el poder de la Deidad, la autoridad como Juez, y una estricta justicia como ser divino.
      Pero, al mismo tiempo, Dios también tiene parte de nuestra naturaleza humana, como amor, compasión, y misericordia. Algunas veces se regocija y se siente feliz, y en otras siente tristeza o se lamenta. Y debido a que tiene estas características de la naturaleza humana, anhelaba tener alguien con quien compartir Su amor en vez de permanecer solo. Es por esta razón que planeó crear y cultivar y formar al hombre. Por cierto, Dios no necesitaba hacer al hombre, Él tenía infinidad de ángeles y huestes celestiales. Que son seres que sólo obedecen incondicionalmente a Dios: Lo adoran, lo alaban y le dan gloria.
      Estos no son seres que al enfrentar diferentes situaciones escogen obedecer o no sino que tan sólo se limitan a obedecer incondicionalmente. Pero hay algunos ángeles a quienes Dios les dio esa característica de la naturaleza humana para que pudieran elegir por propia voluntad. Uno de ellos fue Lucifer. Debido a esto, Lucifer pudo elegir no obedecer sino traicionar.
      Pero Dios desea verdaderos hijos quienes, a diferencia de los ángeles, obedezcan por su propia voluntad y amen de todo corazón.
      Permítanme darles un ejemplo. Una persona tiene un hijo, y en algunas ocasiones ese hijo causa problemas y rompe el corazón de sus padres. Pero cuando sus padres lo reprenden, el hijo se arrepiente, pide perdón y se reconcilia con sus padres en forma amorosa y amable. Conforme el hijo se hace mayor, llega a entender el corazón de sus padres.
      Su agradecimiento y amor por la gracia de sus padres se hace cada vez mayor mientras más va comprendiendo a sus padres. Ahora, supongamos que en esa misma casa hay un robot con los últimos adelantos tecnológicos. Este robot tiene la forma humana. Incluso puede hablar y obedece toda orden que se le da. Puede hasta hacer las labores más difíciles y arduas para ayudar a su dueño. Nunca ocasionará algún problema ni decepcionará el corazón de los padres como el hijo que ya se mencionó.
      Entonces, ¿Cual de los dos quisiera tener? ¿Diría acaso que no desea tener un hijo porque ya tiene un robot último modelo, un robot que le obedece en todo? No importa lo bien que pueda obedecer un robot y cuánto se pueda parecer a un ser humano, nunca podremos compararlo con nuestros propios hijos con quienes podemos compartir nuestro corazón.
      Dios desea conseguir esta clase de verdaderos hijos con quienes pueda compartir su corazón. En vez de las huestes celestiales y los ángeles que son hechos sólo para obedecer. Dios desea verdaderos hijos quienes voluntariamente le obedezcan por amor. Por eso Dios hizo al hombre.
      Si Él logra formar verdaderos hijos quienes conozcan Su corazón y lo obedezcan desde lo más profundo de su corazón, Dios los guiará al eterno reino de los cielos y hará que disfruten sólo de gozo y felicidad.
      Pero cuando uno siembra, no siempre obtendrá sólo trigo. Aun cuando los
      agricultores hacen todo lo posible, en el momento de la cosecha no sólo brota trigo sino también paja. La paja no se puede comer, y si en el granero guarda la paja junto con el trigo, aun el trigo se volverá incomible. Por eso, sólo se puede usar la paja para fertilizante o se tendrá que quemar.
      De la misma manera, luego que Dios cultive a los seres humanos, al final separará el trigo de la paja.
      Mateo 3:12 dice, “Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.”
      Cuando el día final dispuesto por Dios venga, Él finalizará el cultivo y perfeccionamiento del ser humano y juzgará a todos los que han vivido en este mundo. En ese momento, aquellos que no sean trigo sino paja irán al fuego del infierno luego del juicio.
      Por tanto, ¿Qué clase de personas representan el trigo que entra al reino de los cielos y que clase la paja que va al infierno? El trigo son aquellos que han aceptado a Jesucristo, han amado a Dios, y han vivido conforme a la Palabra de Dios.
      Son los que diligentemente se han despojado de toda maldad y han recuperado la imagen perdida de Dios. Por el contrario, la paja son aquellos que no han aceptado a Jesucristo como su Salvador personal. Son los que viven en oscuridad y en mentira y falsedad.
      Hay también aquellos quienes afirman y profesan su fe en Dios pero que realmente no creen de corazón sino que viven en falsedad y en tinieblas. Pero lo más importante es que no todos los que van a la iglesia son “granos o semillas” que han llegado a madurar totalmente.
      Aun cuando confiesen con sus labios que creen en el Señor, si no viven de acuerdo a la Palabra de Dios, sino que viven en el pecado siguiendo los deseos del mundo, no son trigo sino paja.
      Es por eso que Mateo 7:21 declara, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”

      Amados Hermanos y Amigos:
      1 Timoteo 2:4 cita, “El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”
      Dios desea que todos lleguemos a conocer Su corazón, que lleguemos a ser trigo y alcancemos la salvación. Por eso dio a Su unigénito Hijo Jesús para que sea crucificado.
      Sin embargo, aquellos que no han aceptado al Señor como su Salvador o los que aún viven en pecado no pueden ser considerados como verdaderos hijos de Dios hechos a Su imagen. No pueden llegar a ser verdaderos hijos de Dios.
      Y puesto que no pueden lograr ni alcanzar el objetivo para el cual fue hecho el ser humano, no se diferencian de los animales, y no son más que cizaña y paja. Dios no puede traer esta “paja” que ha perdido el valor del ser humano al reino de los cielos junto con las almas que han llegado a ser como trigo.
      ¿Qué sucedería si Dios permitiese que aquellos que tienen odio, envidia, contiendas, y toda clase de maldad entren al reino de los cielos?
      Entonces, el reino de los cielos ya no sería mas un lugar glorioso de felicidad, gozo y belleza.
      Por tanto, ¿Qué pasará con las almas que no puedan entrar al reino de los cielos?\; ¿Tan sólo se extinguirán?
      Aún las almas, que son como paja, puesto que han recibido el aliento de vida de Dios, existirán para siempre y no podrán extinguirse. Por eso, tiene que haber un lugar en donde permanezcan para siempre. Ese lugar es el infierno. Esas almas que han llegado a ser como paja serán castigadas en el fuego eterno de acuerdo a la paga de sus pecados.

      Amados Hermanos y Hermanas en Cristo:
      Hasta ahora, han escuchado la razón por la que Dios hizo al hombre y lo cultiva, forma y perfecciona en esta tierra. Ahora, ya pueden responder a la pregunta, ¿Para qué vivimos?
      Vivimos para llegar a ser trigo conforme al propósito del cultivo y del perfeccionamiento de Dios.
      En primer lugar, debemos creer en Dios el Creador, y luego aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador. También, debemos obedecer la Palabra de Dios y ser transformados nosotros mismos por el poder del Espíritu Santo para vivir una vida santa.
      Si hacen esto, Dios los reconocerá como Sus verdaderos hijos con los cuales podrá compartir Su amor. Entonces, los llevará luego al hermoso reino de los cielos en donde disfrutarán de eterna felicidad y gozo.

      Amados Hermanos:
      Indudablemente hay un cielo y un infierno. Dios me ha hecho conocer y saber mucho acerca del cielo y del infierno a través de profundas comunicaciones espirituales, y también me ha mostrado visiones.
      Hemos publicado estos temas y materias en libros, y hemos recibido numerosos pedidos de esta obra del mundo entero.
      Actualmente, está traducida al Inglés, español, Chino, Japonés, Hindú, Tamil, y Ruso, y ya se ha programado su traducción a otros idiomas. El cielo es un lugar tan hermoso y feliz. El Todopoderoso Dios ha decorado el cielo de la mejor manera posible para Sus amados hijos.
      Incluso el más bello y magnifico lugar en esta tierra no puede ser comparado con el cielo, porque el reino de los cielos está hecho con la sabiduría y el poder de Dios el Creador que no puede compararse con la habilidad del hombre.
      Por ejemplo, el oro, que es considerado en este mundo como algo muy valioso, en el reino de los cielos es tan sólo usado para pavimento de las veredas y calles. Asimismo, toda clase de joyas preciosas, perlas, y cristales sirven para decorar más hermosamente las casas y moradas. Esto se aplica a los que van al 3er. Cielo o más arriba.
      El color y el brillo de cada joya es completamente diferente de las que hay en este mundo. Por ejemplo, la belleza de la cornalina en el cielo es completamente diferente en comparación a la de la tierra y es como tratar de comparar el resplandor del vidrio con el del diamante.
      Incluso el brillo de las hojas de los árboles y el éxtasis del aroma de las flores en el cielo son tan maravillosos y hermosos que van más allá de la imaginación del hombre. En la Biblia el apóstol Pablo dijo que había visto el “paraíso”, y el paraíso es el lugar más modesto para morar en el reino celestial.
      Tan sólo viendo el lugar más bajo para vivir en el cielo, Pablo logró tener una fortaleza y una esperanza tan grandes. Aún en sus pruebas y persecuciones más duras, él pudo regocijarse y dar gracias y vivir su vida entera para el Señor. Ya les he explicado como aceptó el martirio por la espada con felicidad y gozo.
      Sólo si sabemos qué clase de lugar es el cielo, podremos vencer todo tipo de dificultad en este mundo con acción de gracias, gozo y alegría. Dios está cultivando, formando y perfeccionando a los seres humanos en esta tierra para llevarnos a usted y a mí a esta clase de lugar. Dios ardientemente desea tener verdaderos hijos que se asemejen a Él y tengan un corazón santo y santificado.
      Espero que a través de este mensaje puedan entender y darse cuenta de por qué están siendo cultivados y perfeccionados en este mundo.
      Oro en el nombre del Señor para que todos ustedes puedan vivir para siempre en el reino celestial como verdaderos hijos de Dios compartiendo su amor con Él.

      Amen


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