• Apocalipsis 91

    [Apocalipsis 21:21-24]

    27-02-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Título: Sermón sobre Apocalipsis <91>
      Escritura: Apocalipsis 21:21-24


      Apocalipsis 21:21~24
      [21] Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
      [22] Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
      [23] La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
      [24] Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.



      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      En el sermón anterior dimos un vistazo a los 12 cimientos y a las 12 puertas de perla de la Nueva Jerusalén. Les dije que estas piedras, junto con las perlas y el oro puro, tienen su propio significado espiritual.

      Por ejemplo, cuando la casa de alguien está decorada con cornalina no significa que se la ha escogido solamente porque su brillo y color son hermosos, sino para representar el corazón del propietario, quien ha logrado un corazón como de cornalina durante su tiempo de cultivación en el mundo.

      Entonces, el hecho de que la casa esté decorada con cornalina representa un gran consuelo y gloria para su propietario; y no solamente las piedras tienen aquel significado, pues aun la flor más pequeña o las hojas del Cielo tienen un significado propio que está delicadamente grabado por Dios.

      El Cielo contiene el desenlace de los días que hemos vivido en este mundo con nuestros corazones, mentes, palabras y obras; y la Nueva Jerusalén llega a ser la evidencia de que Dios ha ganado el fruto perfecto que ha anhelado, mediante la cultivación humana.

      Los 12 cimientos son la evidencia que prueba que los corazones de los hijos de Dios quienes entran a la ciudad son hermosos como aquellas piedras. Las puertas de perla, asimismo, prueban que los hijos quienes pasan por ellas han ejercitado paciencia, como la de una perla.

      El tamaño y las decoraciones de cada casa mostrarán de qué manera su propietario amó a Dios, y con qué tipo de fe aquella persona le dio la Gloria a Dios. Debido a que el Cielo está construido en base a esta justicia, los días que vivamos ahí llegarán a ser más significativos y conmovedores.

      Apocalipsis 21:21 dice: “Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.” En este mundo también existen muchos tipos de calles; algunas son pavimentadas con asfalto, otras con bloques de piedra, otras con vidrio, y otras son simplemente de tierra.

      La Nueva Jerusalén también tiene varios tipos de calles; existen calles pavimentadas con piedras hermosas, y calles cubiertas de flores las cuales tienen la apariencia de una alfombra muy cómoda. No obstante, el material básico que se utiliza para hacer calles en la Nueva Jerusalén es el oro puro.

      El hecho de que una calle sea transparente como vidrio demuestra también el corazón de aquellos que entran en la Nueva Jerusalén. Esto significa que aquellos cuyo corazón es puro, limpio, y santificado podrán caminar sobre aquellas calles.

      Las personas podrán subir a los niveles más altos del Cielo a la medida que hayan alcanzado un corazón limpio y puro. Les dije además que el “oro puro” del cual está hecha la calle, espiritualmente significa “esperanza.”

      Usted puede batallar la buena batalla de la fe en cualquier momento mientras viva en este mundo; pues aquellos que tienen esperanza por la Nueva Jerusalén pueden ganar cada batalla gracias a aquella esperanza, sin importar qué tipo de desafío tengan que enfrentar.

      De este modo, solamente al alcanzar aquel corazón limpio y puro con esperanza del Cielo, se podrá entrar en la Nueva Jerusalén; y solamente aquellos que caminen el camino de la vida en este mundo podrán caminar sobre la calle de oro puro en la Nueva Jerusalén.

      Juan 14:6 dice: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Jesús es la verdad en sí y la Palabra de Dios. Él se hizo carne y vino a este mundo, Él llegó a ser el camino de vida para nosotros.

      Solamente cuando las personas aceptan a Jesucristo como su Salvador y cambian sus vidas basándose en la Palabra de Dios, ellos pueden caminar el camino de vida. Cuando vayan al Cielo y caminen sobre la calle de oro puro, recordarán el camino de su vida sobre el mundo.

      Cada vez que caminen sobre la calle de oro puro, sus corazones serán conmovidos y pensarán: “Yo puedo caminar sobre esta calle porque tuve esperanza de las cosas verdaderas y caminé por el camino de justicia”

      Apocalipsis 21:22 dice: “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.” Aquello por lo cual el Apóstol Juan tenía mayor curiosidad al entrar en la ciudad de la Nueva Jerusalén fue el Templo de Dios.”

      Él buscó el Templo de Dios y esperaba mirar cuán hermoso sería ya que incluso el muro mismo era tan magnífico y hermoso, pero para su sorpresa, el Templo de Dios no era algo que se podía encontrar por ahí.

      Quizás sea algo difícil de entender para las personas; pues mientras son cultivadas en este mundo, ellas acuden al Templo de Dios para encontrarse con Él. Por supuesto, Dios es omnipresente, y por consecuencia Él no permanece en un edificio solamente sino que también está en todo lugar de este mundo.

      En 1 Corintios 3:16 leemos: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” Esto significa que Dios el Espíritu Santo mora en los hijos de Dios que aceptan al Señor, y por ende su corazón llega a ser el templo.

      Aunque el Espíritu Santo está en nuestro corazón y Dios está en cualquier lugar del mundo, la gente de la carne necesita un templo que pueda ser observado y tangible. Ellos desean separar un lugar como un templo en el cual Dios permanezca para poder reunirse con el Dios invisible.

      Es por eso que el Antiguo Testamento dice que Dios colocó el Arca de Dios en el tabernáculo o templo, e hizo que la gente le adorara y le brindara sacrificios. No obstante, luego de que Jesús cumplió la Ley con su amor, el Templo de Dios del Antiguo Testamento fue destruido por los Gentiles.

      El Templo en el que se colocó el Arca de Dios fue la sombra, y Jesucristo es el Templo verdadero. Según lo dice Juan 2:21: “Mas él hablaba del templo de su cuerpo.” ¡El cuerpo de Jesucristo es el Templo!

      Debido a que la Palabra de Dios misma y su forma verdadera, Jesucristo, vino a este mundo, Dios permitió que la sombra del templo fuese destruida. Los judíos no entienden este hecho, por eso ellos aún oran junto al Muro de los Lamentos del Templo del Antiguo Testamento.

      Por cierto, incluso luego de que Jesús llegó a cumplir la Ley, la gente todavía necesitaba un templo que ellos pudieran tocar. Las personas acuden al templo, una iglesia, y escuchan la Palabra de Dios, se encuentran con Él, y experimentan sus obras.

      ¡Pero en el Cielo no necesitaremos un lugar separado para sentir a Dios! En la Nueva Jerusalén, podremos ver el cuerpo real de Dios, y podremos reunirnos con el Cordero, Jesucristo. Sin importar el lugar al que vayamos en el Cielo, éste estará lleno de la Gloria de Dios.

      El corazón de Dios el Padre y del Señor cubrirán todo el espacio del Cielo, es por eso que no necesitaremos un lugar apartado como un templo, pues se especifica que “el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero, es el templo de la ciudad.”

      Otra razón por la cual no habrá templo en la Nueva Jerusalén es porque no habrá necesidad de levantar ofrendas por el pecado. En los días del Antiguo Testamento era muy importante asistir al templo de Dios y levantar ofrendas por el pecado.

      Sin embargo, aquellos que entren a la Nueva Jerusalén serán aquellos que reflejen el corazón de Dios y que alcancen la bondad perfecta. Ellos no necesitarán sujetarse a la ley, y no necesitarán el juicio de expiación.

      Por lo tanto, el hecho de que no hay necesidad del templo en la Nueva Jerusalén nos demuestra que el corazón de aquellos que entrarán en ella no es un corazón que necesita expiación, sino que es un corazón lleno de verdad.

      Lo mismo se aplica para aquellos que entrarán en otras moradas del Cielo aparte de la Nueva Jerusalén. Aunque no fueron personas completamente santificadas en este mundo, ellos llevan solamente el corazón de verdad al Cielo, y por consecuencia no necesitan ser perdonados.

      Por cierto, ¿hay alguien aquí quien recuerda el mensaje sobre el Gran Santuario y tiene curiosidad sobre éste en el Cielo? Les dije anteriormente que una vez que construyamos el Gran Santuario y le demos gran Gloria a Dios, éste Santuario también será construido en el Cielo.

      Por consecuencia, quizás ustedes se pregunten: “Usted acaba de decir que no hay templo en la Nueva Jerusalén, entonces ¿qué es este Gran Santuario?” Por favor no mal entiendan, el propósito del Gran Santuario en la Nueva Jerusalén no es porque necesitamos un lugar donde adorar en el Cielo.

      Bien, ustedes quizás lleguen al Gran Santuario y participen de un servicio de adoración ahí; sin embargo, ese no es el único propósito del Gran Santuario en el Cielo, el cual será construido a manera de monumento.

      Será la representación del edificio en memoria del Gran Santuario mediante el cual se dio gran Gloria a Dios en el mundo. De la misma manera, las representación del Mar de Galilea y del Gólgota de los días del ministerio de Jesús también se construirán en el Cielo.

      Por cierto, como una referencia, la iglesia en la que ofrecemos servicios de adoración no es un simple edificio, sino el lugar donde habita Dios. ¡Es un lugar sagrado en el nombre del Señor! Por lo tanto, si ustedes tienen fe, ustedes vendrán a la iglesia con su mejor apariencia personal y con un corazón reverente.

      Ustedes deben venir a la iglesia con el mismo corazón con el que se acercan a Dios. Por tanto, dentro del santuario, solamente deben existir las obras que dan Gloria a Dios, tales como la Palabra, la oración, la adoración, y el testimonio.

      Ustedes no deben hablar de cosas del mundo, ni hacer bromas, o actuar de ninguna forma vulgar. Tampoco deben realizar negociaciones de este mundo. Los padres deben cuidar de sus niños para que no hablen malas palabras o para que no se comporten mal dentro del templo.

      Ustedes deben cuidar especialmente su vocabulario y obras en el santuario, y deben también recordar que otras áreas anexas al edificio tales como el restaurante de la iglesia, también corresponden al templo de Dios.

      Si ustedes no valoran el templo y se comportan inapropiadamente, eso constituye una actitud grosera ante Dios, y por eso se puede caer bajo acusación del Diablo enemigo y Satanás.

      Ahora, en Apocalipsis 21:23 dice: “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.”



      Amados hermanos y hermanas,
      Dios puso el sol y la luna junto a la Tierra porque son necesarias para la cultivación humana. En este mundo tenemos el día y la noche, la luz y la oscuridad aparecen consecutivamente.

      Dios permite que las personas entiendan lo bueno y lo malo, el espíritu y la carne, a través de esta relatividad. Debido a que Dios es el Creador, Él conoce claramente acerca de lo bueno y lo malo, lo carnal y lo espiritual.

      Él mismo es la bondad sin la más mínima maldad, sin embargo Él conoce claramente los atributos de la maldad. Aunque Él es un espíritu perfecto, Él conoce los atributos de la carne que cambia y decae.

      No obstante, las criaturas, los seres humanos, no pueden entender la maldad y la carne sin antes experimentar de ellas. Pues llegan a entender la importancia de la salud una vez que han enfermado. Dan gracias por la buena fortuna desde el fondo de su corazón solamente después de sufrir duras pruebas y pobreza.

      Asimismo, las personas logran entender cuán bueno es el espíritu solamente después de experimentar la carne. Solamente después de haber pasado por la maldad, ellos se dan cuenta de cuán buena es la bondad.

      La vida en el Huerto del Edén, donde Adán nunca había experimentado maldad, estaba incompleta. Debido a que él no conocía el dolor ni el infortunio, él no podía sentir la felicidad, sin importar cuán bueno fuese su entorno.

      Por consecuencia, Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal para que Adán pudiese experimentar la relatividad. Adán era un espíritu vivo cuando comió de aquel árbol, y al comer de él su espíritu cambió hacia lo material y empezó a ser cultivado.

      Él experimentó los sufrimientos causados por el pecado, así como las cosas carnales que decaen. Él llegó a darse cuenta de cuán bueno es vivir en Dios, y cuán preciosos son el amor y la gracia de Dios.

      Sin embargo, si su experiencia termina en una experiencia con la carne únicamente, no será útil. Una vez que usted se da cuenta de cuán inservible es la carne, usted debería desechar el pecado y la maldad, y regresar a lo espiritual.

      Si usted no puede hacerlo, continuará en la carne, y eventualmente caerá en la muerte eterna, en otras palabras, el fuego del Infierno. No obstante, las personas no pueden alejarse de la oscuridad por sí mismas.

      Debido a que Dios conocía esto de antemano, Él preparó el camino a la salvación. Éste se trató de la preparación de su Hijo único, Jesucristo, y de enviarlo a la Tierra en el momento apropiado. Aquellos que creen en el Señor y viven en la Luz vivirán por siempre en el Cielo, en el espacio de la Luz.

      En el Cielo no hay obscuridad en lo absoluto, y no hay necesidad del sol, de la luna, ni de las estrellas. Esto debido a que la luz de la Gloria de Dios llenará todo el Cielo; pues Apocalipsis 21:23 dice lo siguiente: “porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.”

      El verso dice que el Cordero, Jesucristo, llega a ser la lumbrera de la Gloria de Dios. Esto significa que la Gloria de Dios se revela a través de Jesucristo. Cuando las cosas que son imposibles para el ser humano llegan a ser posibles por el poder de Dios, esto se convierte en Gloria para Dios.

      En el principio, cuando aún no existía nada en lo absoluto, Dios creó todo con su palabra. Entonces, Juan 1:3 dice: “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”

      Esto significa que Dios creó todas las cosas por medio de Jesucristo. Cuando Dios creó al hombre, Él estaba con el Señor. Él cumplió asimismo la cultivación humana y la promesa de la salvación con el Señor.

      Por sobre todo aquello, fue Jesús quien se hizo carne y vino a este mundo, abriendo así el camino de salvación para nosotros. Asimismo, nosotros fuimos creados a través del Señor, y podemos caminar el camino de salvación para entrar al Cielo gracias a Él.

      Además, fue Jesucristo, nuestro Señor, quien rompió el muro de pecado que nos impedía alcanzar a Dios, de modo que pudiésemos recibir respuestas de acuerdo a nuestra fe. Es por eso que damos gracias y Gloria en el nombre del Señor cuando lo hacemos para Dios.

      Igualmente, sin Jesucristo, no hay salvación, no hay respuesta de parte de Dios, no hay bendición para nosotros, y no podemos darle Gloria alguna a Dios. Es por eso que las Escrituras dicen: “porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.”

      Apocalipsis 21:24 dice: “Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.” En este verso, al hablar de “naciones” no se refiere al Cielo, sino a las naciones de este mundo.

      En el Cielo, las naciones o las razas no tendrán importancia. Una vez que hayamos sido salvos mediante Jesucristo, llegamos a ser todos hijos de Dios, sin importar de qué país o nación seamos, y sin importar nuestra etnia.

      Cuando todos aquellos quienes son salvos en todo el mundo entren en el Cielo, caminarán por la luz de la Gloria de Dios. Entre ellos, los “reyes de la tierra” representan aquellos quienes han estado en una posición de liderazgo espiritual durante la cultivación humana.

      ¿Se refiere esta posición de liderazgo a alguna posición importante como la de pastor, anciano, y diácono principal? ¡No necesariamente! Los cargos en este mundo no son importantes, pero sí lo son las calificaciones espirituales que debemos tener.

      Jesús dijo en Mateo 18:18: “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.” Las personas quizás entiendan esto y lo interpreten como que van a llegar a ser importantes en el Cielo si se les asigna una posición importante en el mundo.

      Sin embargo, aunque usted tenga una posición importante en este mundo, no significa que usted será siempre reconocido por Dios. Cuando usted ata algo en el mundo, debe hacerlo de acuerdo a la verdad, y entonces podrá ser atado en el Cielo.

      Por ejemplo, cuando alguien recibe la imposición de manos para ser un anciano, recibirá también la imposición de manos de parte de Señor si es que está propiamente calificado para recibir el cargo. Cuando observamos esto con ojos espirituales, vemos que la mano del Señor también reposa sobre él mientras se lo confirma con la imposición de manos.

      Por el contrario, si se trata de un hombre no apropiado, el Señor no posará su mano sobre él. Por consiguiente, no importa cuán importante sea su cargo, si su corazón está lejos de la santificación, y si usted no tiene las calificaciones apropiadas, usted no podrá disfrutar de la gloria de ser importante en el Cielo.

      Usted más bien se sentirá avergonzado porque su categoría espiritual es muy baja aunque su cargo en el mundo haya sido muy alto. Es por eso que Santiago 3:1 dice: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.”

      No obstante, aquellos que han cultivado su corazón para que sea tan hermoso como los 12 cimientos, serán reconocidos como líderes por los demás, aunque no intenten llegar a ser líderes. Asimismo, serán reconocidos por Dios como hombres honorables y como reyes de la tierra.

      Estas personas honorables no llegan ante el Señor con manos vacías, sino con ofrendas sinceras. Cuando un emperador de un gran imperio celebraba su cumpleaños, los amos feudales preparaban ofrendas preciosas y se presentaban ante el emperador. Para llegar a serle de agrado, traían los mejores productos de su país, o de sus tesoros más difíciles de encontrar.

      La ofrenda que los reyes de la tierra le ofrecen a Dios para agradarlo es “Gloria.” La Escritura dice: “y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.” Mientras son cultivados en el mundo, ellos le dan Gloria a Dios por fe. ¡Todas sus obras que dan gloria llegan a ser su propia ofrenda para Dios!

      Por ejemplo, Daniel escogió ser lanzado al foso de los leones con el fin de no cometer el pecado de dejar de orar. Sin embargo, Dios lo protegió y él sobrevivió en el foso de los leones, sin obtener siquiera un rasguño.

      Por otro lado, aquellos que acusaron a Daniel injustamente para matarlo, fueron triturados hasta los huesos por los hambrientos leones. El rey vio esto y firmó un decreto para hacer que su pueblo le diera la Gloria a Dios.

      Este testimonio que da gran Gloria a Dios llega a ser la ofrenda de Daniel para Dios. ¡Por supuesto, seguramente existieron más situaciones en las que Daniel dio Gloria a Dios en su vida!

      Cuando usted eleva estos testimonios que dan Gloria a Dios, Él se complace y lo alaba ante los ciudadanos del Cielo. Entonces todos ellos juntos se complacen y le alaban por haber dado aquella Gloria a Dios.



      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Aunque vivamos una vida eterna en el Cielo, no importa cuánto tiempo transcurra, no olvidaremos los días cuando fuimos cultivados en la Tierra. Esto es así porque todos los materiales que componen el Cielo son el resultado y los recuerdos de los días de nuestra cultivación.

      Cuando usted pase por la puerta de perla, usted pensará en qué tipo de años de paciencia usted tuvo que pasar para llegar al Cielo. Cuando camine por la calle de oro puro, usted pensará en el tipo de fe y en el camino de vida que usted caminó.

      Sucede lo mismo con cada hoja de césped y cada flor en su casa, así como con los materiales del edificio, las decoraciones, y los muebles. Las obras de los propietarios se revelarán mediante esculturas, obras de arte, cuadros, e incluso el papel tapiz.

      Debido a que el curso de su vida como cristiano estará grabado en muchas partes del Cielo, ¿cómo podría olvidar los días de la cultivación? Mientras más días pasen, su emoción y agradecimiento por soportar bien los días de cultivación se incrementarán.

      Cada vez que usted se presente ante Dios, usted recibirá alabanza y honor por los testimonios a través de los cuales usted dio Gloria a Dios, y eso lo hará aún más feliz. ¿Qué tipo de Gloria va a levantar usted ante Dios en el futuro? ¿Está usted preparándose bien para las ofrendas levantadas hacia Dios, pensando: “He mantenido mi fe, y he dado Gloria a Dios en mi vida.”?

      Usted no necesita ser un orador de una conferencia masiva de oración de pañuelos para darle la Gloria a Dios. Tampoco necesita ser el presidente del Comité de la Construcción del Gran Santuario.

      ¡Dios se complace en la Gloria que usted lleva ante Él, ya sea esta grande o pequeña!

      ¡Yo le animo a que no desperdicie el tiempo que le ha sido concedido para hacer su mejor cada día!

      Anhelo que usted alcance pronto la santificación, y que sea hermoso en sus responsabilidades de modo que cada momento de su vida sea aceptado por Dios como una ofrenda preciosa.

      ¡Yo ruego en el nombre del Señor Jesucristo, que Dios lo llame “buen y fiel hijo o hija”, y que le brinde alabanzas para que pueda llegar y permanecer cerca del Trono de Dios!

      [Amén]


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