• Acuérdate del día de reposo para santificarlo 4

    [Éxodo 20: 8 -11]

    01-03-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      Éxodo 20: 8 -11
      "Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. "

      Este es el cuarto sermón de la sesión "Santificar el Día de Reposo". ¿Han escuchado el término "Síndrome del Lunes"? Hoy en día, se dice que cada vez más gente sufre del Síndrome del Lunes.
      Dicho síndrome es un estado mental incómodo que sufren los días lunes los estudiantes o empleados de empresa después de los fines de semana
      Se sufre stress y tensión nerviosa, inclusive el mismo domingo por el sólo hecho de pensar que se debe ir al colegio o trabajo al día siguiente.
      En los casos más serios, los síntomas son dolor de cabeza, indigestión o letargo, lo cual hace que el lunes sea un día muy difícil.
      Ya que tenemos una semana de 5 días laborables, se tiene un fin de semana más largo, y más tiempo que antes para actividades recreacionales; así que a la gente le resulta difícil recobrar su biorritmo.
      Pero nosotros, como hijos de Dios, deberíamos tener un lunes muy energético.
      Eso se debe a que nos llena una nueva fuerza cuando obtenemos el verdadero descanso en la iglesia los domingos. Si se renueva nuestro espíritu, también nuestra mente y cuerpo lo harán. Si no nos complacemos a nosotros mismos, sino que asistimos a los servicios de cada domingo, y le servimos todo el día, eso nos fortalecerá.
      Del mismo modo, si santificamos el Día de Reposo, tendremos la fe necesaria para pedirle a Dios Su protección y prosperidad.
      No debemos preocuparnos por nuestra familia, puestos de trabajo, o negocios como lo hacen las personas en el mundo.
      Podemos tener una actitud optimista en todo, ya que conocemos el verdadero significado y valor de la vida.
      Desde a fuera, puede que se vea que estamos hacienda el mismo trabajo de todos los días al igual que cualquier no creyente. Pero en realidad, estamos haciendo todo para la gloria de Dios, sea que comamos, bebamos, o trabajemos.
      Dios nos da la esperanza del Cielo y el poder del Espíritu Santo, y nosotros, de ese modo, podemos hacer incluso el trabajo más difícil con gozo. El secreto de una semana victoriosa es santificar el Día de Reposo.
      Si ustedes han sentido que los lunes son una carga, es que mi anhelo que sus lunes sean refrescados por medio de la santificación del Día de Reposo.
      Oro en el nombre del Señor para que ustedes disfruten la verdadera paz y felicidad en esta tierra hasta que llegue el verdadero descanso en la Nueva Jerusalén.

      Principal

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, el cuarto aspecto importante al guardar el Día de Reposo es que ustedes no deben vender ni comprar nada.
      El Día de Reposo es el día santo. No debemos manejar ningún negocio , vendiendo o comparando con ambición por el dinero, ni tampoco debemos compara comida o bebidas para nuestro deleite.
      Cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto después del Éxodo, Dios le dijo que no trabajaran porque, de todos modos, no había ningún negocio para hacer allí. Pero "trabajar" también incluye compara o vender algo. ¿Cuántas transacciones se desprenden de esto?
      Pero después del desarrollo de la sociedad y el comercio en Israel, hubo un accidente por el cual el comercio se prohibió en el Día de Reposo.
      En el capítulo 13 de Nehemías, podemos ver a Nehemías, gobernador de Judá, quien prohibió las transacciones comerciales en el Día de Reposo.
      En ese tiempo, el reino de Judá se hallaba bajo el dominio de Persia. Jerusalén estaba desolada tras las guerras.
      Muchos habían sido llevados en cautiverio, y aquellos que aun permanecían allí, estaban desorientados y confundidos.
      Nehemías era un ministro para el rey Persa de ese momento. Nehemías le pidió al rey que le permitiera regresar a su país, y el rey se lo permitió. Así, Nehemías se convirtió en el gobernador de Judá y reconstruyó los muros de la ciudad y la puerta para la gente.
      El sabía que su país había sido destruido y que, a causa de haber dejado los mandamientos de Dios, el pueblo se había empobrecido. Nehemías y el pueblo se arrepintieron incluso de los pecados de sus antepasados, y las fiestas y los altares fueron restablecidos.
      Nehemías hizo un énfasis especial en guardar el Día de Reposo y prohibió toda actividad comercial.
      Nehemías vio a un judío trabajando y a los gentiles vendiendo cosas en Jerusalén en el Día de Reposo, y reprendió a los judíos.
      Nehemías 13:17 dice, "Y reprendí a los señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el día de reposo?"
      El versículo 18 dice, "¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo?"
      La historia de Israel nos muestra bendiciones y maldiciones sobre el pueblo, de acuerdo a si obedecían o no a Dios.
      Ellos disfrutaban prosperidad cuando guardaban los mandamientos de Dios.
      Pero cuando se alejaban de Sus mandamientos, sufrían invasión extranjera, hambruna o enfermedades.
      Ellos tuvieron que aprender de su propia historia. Cuando nos toca enfrentar problemas en la familia, enfermedades y otras calamidades, no podemos simplemente resolverlos buscando las razones en lo físico.
      Debemos considerar los aspectos físicos, es decir, nuestra relación con Dios, para poder resolver los problemas fundamentales.
      Si hay alguien que no ha vivido conforme la Palabra de Dios, debemos arrepentirnos y vivir conforme la Palabra de Dios. De esa manera, los desastres los abandonaran y serán bendecidos.
      Proverbios 1:33 dice, "Para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad;" Hermanos y hermanas, los judíos llegaron al arrepentimiento después de que fuera destruida su nación por haberse apartado de Dios.
      Cuando Esdras leyó la Ley de Dios en frente a todo el pueblo, ellos se arrepintieron hasta las lágrimas. Luego, ellos intentaron guardar la Ley y vivir conforme la Palabra de Dios.
      Nehemías cerraba las puertas de la ciudad antes del Día de Reposo, para que de ese modo, los que querían vender no pudieran entrar o salir.
      Los levitas santificaban sus cuerpos y permanecían de pie en las puertas.
      Incluso, los levitas echaron a los comerciantes que estaban durmiendo a las afueras de los muros de la ciudad que querían vender cosas ni bien se terminaba el Día de Reposo.
      Del mismo modo que Nehemías y el pueblo cuidaban su ciudad tan rigurosamente, nosotros debemos guardar nuestros corazones.
      Nosotros debemos mantenernos aleados de aquellas cosas que pueden hacernos violar el Día de Reposo y no santificarlo. Luego de que Nehemías lograra que el pueblo santificara el Día de Reposo, él hizo una valiente confesión ante Dios.
      Nehemías 13:22b dice, "También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia."
      1 Juan 3:21-22 dice, "Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
      y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él."
      Debido a que Nehemías santificó el Día de Reposo, pudo, con valentía, pudo las bendiciones de Dios.
      Por lo tanto, anhelo ver que evidencien su amor por Dios, santificando el Día de Reposo.
      Sólo entonces, podrán pedir fervientemente las bendiciones de Dios. En especial, los animo a que compren lo que necesiten para Día de Reposo con anterioridad.
      Claro está, cuando visiten o aconsejen a un creyente nuevo, deberán ser prudentes.
      Si ustedes le dicen a una persona nueva, que no conoce o no comprende la Palabra de Dios, que van a enfrentar consecuencias desastrosas si abren sus negocios o compara y venden algo en el Día del Señor, ellos tropezarán.
      ¡Cuán triste es que ellos dejen la iglesia, aun después de haber conocido al Señor, debido a que la palabra les resultó una carga! Es como alimentar a un bebe recién nacido con comida que les hace mal.
      Si una persona que tiene poca fe abre su negocio o hace alguna compra después del servicio de domingo, no necesariamente significa que ha de ser castigada inmediatamente después. Dios le interesa guiarnos a cada uno conforme la mediad de fe que tengamos.
      Dios les permite que adquieran experiencia y entendimiento para que puedan santificar el Día de reposo llenos de gozo, siendo por voluntad propia. Aún así, los líderes deben ensenarles cuál es la voluntad de Dios.
      Ustedes deben darles a conocer el significado del Día de Reposo y de las bendiciones que les vendrá si lo santifican.
      Si ustedes mismos comparten sus testimonios para plantar fe en ellos y oran por ellos; finalmente, ellos podrán santificarlo por propia voluntad.
      Mas si alguien, que conociendo la voluntad de Dios y teniendo, fe aún así compra y vende algo en el Día de Reposo porque prefiere sus deseos y su comodidad, entonces las pruebas le sobrevendrán.
      Dios no puede protegerlo aunque lo desee, porque no sería apropiado conforme la justicia de Dios.
      Sin embargo, existen algunos pocos casos excepcionales cuando se les permite estas cosas. Por ejemplo, si la iglesia no puede brindarles la comida a los miembros del coro, entonces se le permite comprar comida fuera.
      Esto no es comprar algo para beneficio personal de un individuo.
      Ellos están sirviendo en la Obra del Señor, quien es el Señor del Día de Reposo; por consiguiente, Él no lo ve como un pecado.
      Pero por supuesto, es mejor brindarles la comida en la iglesia.
      Mas de nuevo les digo, que lo más importante es santificar el Día de Reposo con corazón verdadero.
      En Lucas 6, Jesús nos enseña sobre el Día de Reposo.
      Aconteció en un día de reposo, que pasando Jesús por los sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y comían, restregándolas con las manos.
      Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los días de reposo?
      Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído, lo que hizo David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él? Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.
      De esta manera, se santifica el Día de Reposo con verdadero corazón, entendiendo la voluntad de Jesús, el Señor del Día de Reposo.
      Por ejemplo, la iglesia puede hacer algo para ayudar a los miembros, tales como, tener la librería, el kiosco y las maquinas expendedoras.
      ¿Por qué razón tenemos estas excepciones?
      La buena razón es ayudar a los miembros a santificar el Día de Reposo.
      En la librería, vendemos Biblias, alabanzas y las grabaciones de sermones, los cuales ayudan a la vida cristiana y alimentan la vida espiritual.
      No se está comprando por lujuria o vendiendo cosas para ganancia.
      El kiosco de la iglesia o las maquinas expendedoras están allí para que los niños o los nuevos creyentes no salgan afuera a comprar algo.
      En ocasiones, algunos padres no preparan comida o golosinas para sus hijos de antemano.
      ¿Qué sucede si sus hijos comienzan a llorar por comida?
      ¿Debemos nosotros dejarles irse y faltar al Día de Reposo saliendo de la iglesia?
      Asimismo, cuando algunas personas nuevas llegan a la iglesia, se les puede hacer muy difícil venir si no pueden comer ni tomar siquiera una taza de café después del almuerzo.
      La iglesia cuenta con esas instalaciones para prevenir esos problemas.
      Las ganancias obtenidas de allí se derivan a obras de caridad y misioneras, todo va para la salvación de las almas.
      Por supuesto, es mejor preparar lo que se necesita de antemano para que no entren en ninguna transacción comercial en el Día de Reposo.
      Dios aceptará con agrado nuestro corazón cuando nos esforcemos por guardar el Día de Reposo en cualquier situación.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo, quizás ustedes puedan tener otras preguntas con respecto a tratar de santificar el Día de Reposo.
      Por ejemplo, si sus familiares, parientes o colegas se casan o festejan un cumpleaños el domingo.
      ¿Qué debemos hacer en tal caso?
      Aquellos que celebran fiestas los domingos, es probable que sean no creyentes.
      Además, la mayoría de las fiestas mundanas involucran alcohol y disfrute egoísta.
      Así que, aquellos que tiene fe no van a querer disfrutar una fiesta o reunión un domingo.
      Ustedes no desearían ir a ninguna fiesta mundana los domingos, bajo ninguna circunstancia.
      Si ustedes han estado demostrando ese tipo de fe por mucho tiempo, las personas que los rodean, que los conocen, no malinterpretaran el hecho de que ustedes no vayan los domingos a sus fiestas.
      Por ejemplo, cuando algunos cristianos no toman ni una gota de alcohol ni nada, puede que se enfrenten con alguna forma de oposición o persecución.
      Si ustedes son bien reconocidos como cristianos fieles, pasarán esa situación con facilidad.
      Incluso si hay algunas personas que los malinterpretan, Dios alejará la persecución y resolverá los malos entendidos.
      Lo mismo sucede con el ir a las fiestas mundanas. No habrá malos entendidos si ustedes les explican la razón, los saludan y les muestran su aprecio con anterioridad a la fiesta.
      Sin embargo, los nuevos creyentes pueden sentir que es algo difícil de hacer.
      Por ejemplo, cuando un pariente no creyente se casa un domingo, a las personas nuevas les preocupa luego tener que enfrentar reacciones negativas.
      En este caso, no es pecado, dentro de la medida de su fe, el atender a la boda.
      Pero no deberían perderse el servicio de adoración. Deben asistir al servicio antes que ir.
      Del mismo modo, no deberían a la fiesta de recepción después de la ceremonia. No está bien asistir a la fiesta mundana y participar de ella después de la boda.
      Por supuesto, los creyentes nuevos todavía tiene una fe muy débil, y Dios no los condenará aunque vayan a la ceremonia de la boda, pero los exhorto a que traten de evitar ir a esas fiestas.
      Aunque sólo asistan a la ceremonia de la boda, si ustedes continúan yendo a esos lugares una y otra vez, sus mentes se pueden acostumbrar a faltar al Día de Reposo.
      Los exhorto, aún a los nuevos creyentes, a que confíen en Dios cada vez que tengan que enfrentar una situación como esa.
      Es mi anhelo que ustedes crezcan en la fe rápidamente para que de ese modo, no haya nada ente ustedes y Dios que los detenga de santificar el Día de Reposo.
      Pero incluso aquellos que sí tienen fe deban asistir a algunas fiestas mundanas por la salvación de otras almas.
      Por ejemplo, un nuevo creyente se casa el domingo y ha invitado al pastor y a los líderes.
      Si ellos no asisten, esa alma quizás también tambalee.
      En tal caso, ellos no desean faltar al Día de Reposo, y ya que su deseo es la salvación de esa alma, que vale más que cualquier otra cosa del mundo, ir no sería violar el Día de Reposo.
      Por supuesto, seria mejor dejar esa alma a Dios mediante la oración y santificar el Día de Reposo completamente. Pero si ustedes van por causa de la salvación de esa alma y pueden guiarlos a Dios por eso, está bien que vayan.
      En Mateo 12:12 dice, "Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo."
      La voluntad del Señor, quien es el Señor del Día de Reposo, es la salvación de las almas.
      Por lo tanto, espero que ustedes elijan lo que les da vida spiritual en cualquier situación.
      Por eso, los animo en el nombre del Señor a transitar el camino para salvar muchas almas.

      Conclusión

      Queridos hermanos y hermanas en Cristo, nuestro Señor cumplió la Ley con amor. Es decir, nos liberó de la maldición de la Ley, que dice que la paga si violamos la Ley es la muerte.
      Pero ahora, podemos disfrutar la libertad en la Verdad. Pero para que podamos disfrutar de la verdadera libertad, debemos despojarnos de todos aquellos deseos que son contrarios a los mandamientos.
      1 Pedro 2:16 dice, "como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios."
      Podemos disfrutar la verdadera libertad en la Verdad sólo cuando tengamos la actitud de corazón de seguir la voluntad de Dios en cualquier tipo de situación.
      Mientras haya en nosotros el deseo de pecar, tenemos que tener siempre cuidado en cometer pecado. Y si pecamos, tendremos que enfrentar pruebas y tribulaciones como consecuencia.
      Lo mismo sucede cuando santificamos el Día de Reposo. Dios ensancha el límite de santificar el Día de Reposo.
      Pero si tenemos el deseo de violar el Día de Reposo, hasta podemos caer en la muerte y nunca disfrutar de la verdadera libertad.
      Por lo tanto, anhelo que santifiquen el Día de Reposo con todo su corazón y con amor verdadero por Dios.
      Primero que todo, para santificar el Día de Reposo, no debemos hacer ningún trabajo mundano, sino adorar en la iglesia.
      Segundo, debemos guardarlo con corazón y cuerpo santificados.
      Tercero, debemos consagrarle el día entero a Dios.
      Cuarto, no debemos comprar o vender nada en el Día de Reposo.
      Al santificar el Día de Reposo, anhelo puedan disfrutar el verdadero descanso en esta tierra y también alcancen el descanso terno en el reino de los cielos.
      Oro en el nombre del Señor para que puedan entrar a la Nueva Jerusalén, el lugar más cómodo y feliz del cielo.

      [Amen]


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