10-03-2009 | Rev. Jaerock Lee
Capítulo 19
El Día del Señor
1. El Día del Señor y el Diezmo: lo Más Básico de la Vida Cristiana
Guardar el Día del Señor y diezmar apropiadamente es una cuestión de costumbre para los cristianos. Es también una condición muy importante para recibir bendiciones, porque demostramos con nuestra fe que creemos que todas las cosas espirituales y materiales pertenecen a Dios.
Recordar y guardar el Día del Señor como un día santo son un acto de fe para reconocer la autoridad espiritual de Dios. El dar los diezmos y las ofrendas apropiadas son otro acto de fe para reconocer la autoridad de Dios en lo material. Es también igual que confesar que Dios es nuestro Padre y el Creador, y que Jesucristo es nuestro Salvador. Por lo tanto, cuando guardamos el Día del Señor y damos los diezmos apropiadamente estamos demostrando que somos hijos de Dios; y de esa manera, podemos vivir dentro de su protección y bendiciones.
2. Origen del Día del Señor
El Día del Señor es un día para reposar en Dios. En los días del Nuevo Testamento se lo llamaba el “Día de Reposo.” El Día del Señor fue diseñado desde el momento en que Dios creó este mundo. Génesis 2:1-3 dice: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.”
Debido a que Dios creó los cielos y la tierra y todas las cosas en ellos durante seis días, y ya que descansó en el séptimo día, Él ordenó a su pueblo que guardase el séptimo día, el Día del Señor, como un día santo. El primer día es el domingo, y el séptimo día es el sábado; por tanto, durante los días del Antiguo Testamento, el sábado se guardó como el Día del Señor.
Dios nos ordenó que guardáramos el Día del Señor porque es un acto de fe para reconocer que Dios creó los cielos y la tierra, y que Él es dueño del reino espiritual. Cuando el pueblo de Israel guardaba el Día del Señor y reconocía su autoridad espiritual, Él los protegía de todo tipo de opresión y desastres.
3. Razón por la cual el Día del Señor se celebra el domingo en el Nuevo Testamento
El Verdadero Significado del Día del Señor
¿Por qué, entonces, el Día del Señor cambió de sábado a domingo en el Nuevo Testamento, y por qué lo llamamos así?
Génesis 1:3 dice: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.” En este verso la palabra “luz” se refiere a la luz espiritual que representa el poder y autoridad de Dios. Al mismo tiempo, Dios proclamó la autoridad de Jesucristo, quien es Dios mismo. Por eso Juan 1:9 en adelante dice: “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo…” y testifica a Jesucristo, quien vino al mundo en carne. Además, Mateo 12:8 dice: “…porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.”
Jesús, quien vino a redimir a toda la humanidad de sus pecados, fue crucificado un viernes. Al tercer día después de su entierro, bien temprano en la mañana del domingo, Él demolió la autoridad de la muerte y resucitó. Por esto, la obra fue completada para el perdón de nuestros pecados y para que pudiéramos recibir la salvación por medio de la fe.
Igualmente, fue domingo cuando Jesús resucitó para convertirse en el Cristo, abriendo así el camino a la salvación para toda la humanidad, y llegando a ser nuestra verdadera vida y luz en la oscuridad de la muerte y el dolor. Por la resurrección de Jesucristo, la Luz, nosotros también ganamos la esperanza de la resurrección, y nuestra alma llega a disfrutar un descanso verdadero. Por lo tanto, desde ese entonces, el día de reposo pasó a ser el domingo, día en el que el Señor, quien es el Señor del día de reposo y la luz verdadera, resucitó.
También se profetizó en el Antiguo Testamento que el Día del Señor cambiaría a domingo. Levítico 23:10-12 dice: “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo (esto es Domingo) la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová.” El macho cabrío que se ofrecería el domingo simboliza al Cordero de Dios, es decir nuestro Señor Jesucristo. Una ofrenda ardiente constituye el actual servicio de adoración. Asimismo, “la primicia de los primeros frutos” se refiere a Jesús, quien es la primicia de los primeros frutos de la resurrección según lo escrito en 1 Corintios 15:20: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.” Igualmente, nuestro Señor, el Cordero de Dios, resucitó al amanecer del domingo para volverse en la primicia de los primeros frutos de resurrección, y por eso el Día del Señor se cambió a domingo, que constituye el día de la resurrección del Señor.
Toda la humanidad debía ir por el camino de muerte debido a la desobediencia de Adán y Eva, pero debido a que el Señor destruyó la autoridad de la muerte y resucitó, nuestro espíritu muerto puede revivir, si es que aceptamos a Jesucristo y recibimos el Espíritu Santo como un don. ¡Esta es la resurrección espiritual! Cuando el Señor regrese nuevamente, aquellos que están en las tumbas resucitarán primero. Entonces nosotros, quienes todavía estemos con vida, tendremos un cuerpo espiritual que no sufrirá por siempre, y que se encontrará con el Señor en las nubes. ¡Esta es la resurrección física! La resurrección perfecta se completará con ambas, la resurrección espiritual y la física.
Ya que la paga del pecado es la muerte, toda la humanidad estaba destinada a la muerte eterna debido al pecado, pero nosotros ganamos la vida a través de la resurrección del Señor. También ganamos esperanza de resurrección en el espíritu y en el cuerpo, y por esto, ganamos verdadera paz de espíritu.
4. Descanso Espiritual en el Señor
¡Nosotros descansamos en el Día del Señor! Pero reposar, desde el punto de vista de Dios, no es físicamente dormir, comer, y disfrutar del entretenimiento sin trabajar con esfuerzo. El descanso físico nunca puede proporcionarnos vida verdadera, sin importar por cuánto tiempo descansemos; nos llevará sólo a la muerte, y no tiene ninguna relación con Dios. El reposo que nos da vida verdadera y nos permite habitar en Dios es el reposo espiritual en el Señor. Cuando nosotros tomamos un descanso espiritual en el Señor estamos guardando el Día del Señor como un día santo.
Entonces, ¿qué es el reposo espiritual? Es buscar el crecimiento espiritual el domingo. Para lograr esto, no debemos estar involucrados en los trabajos del mundo, sino debemos venir a la iglesia, el cuerpo de Cristo, para adorar a Dios. Debemos escuchar Su Palabra, tener comunión con los creyentes, y disfrutar la verdadera alegría y paz de corazón. Podemos entender la voluntad de Dios escuchando la Palabra, y podemos estar llenos del Espíritu Santo por medio de la oración. Podemos comunicarnos con Dios por medio de la alabanza, y de esta manera nuestra fe crecerá, seremos llenos del Espíritu Santo, y tendremos verdadero descanso y paz de nuestra alma. ¡Eso es disfrutar del reposo espiritual en el Señor!