14-03-2009 | Rev. Jaerock Lee
Capítulo 24
Verdaderos Testigos del Evangelio
1. ¿Cómo Podemos Convertirnos en Verdaderos Testigos del Evangelio?
Hechos 1:8 dice: “pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.” Fue lo último que Jesucristo les dijo directamente a sus discípulos, e indirectamente a todos los hijos de Dios antes de la Ascensión. Algunos teólogos defienden esto como la Mayor Comisión entre todos los mandatos de Jesucristo, por tanto se dice que predicar el evangelio como testigos de Jesucristo es lo más importante. Antes de la Ascensión, Jesús dijo a Sus discípulos: “No salgan de Jerusalén sino esperen por el don que mi Padre prometió, porque en unos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.” Por consiguiente, quienquiera que cree en Jesús como el Salvador recibe el Espíritu Santo, se vuelve un hijo de Dios y gana la bendición de la vida eterna de parte del Padre Celestial. Pero si no hubiera nadie que nos permitiera conocer la buena nueva de que Jesús es nuestro Salvador, su promesa de la bendición sería en vano. Por consiguiente, Jesús nos encomendó seriamente que cumpliéramos con nuestras obligaciones como se menciona en el pasaje. Los verdaderos hijos de Dios, quienes reciben a Jesús como el Salvador y reciben el Espíritu Santo como un don, ya han sido designados como testigos de Jesucristo, en otras palabras, todos los cristianos están obligados a cumplir con este deber.
¿Cómo podemos convertirnos en verdaderos testigos del evangelio?
A. Obedeciendo la Voluntad de Dios Completamente
Filipenses 2:6-8 dice: “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Ciertamente Jesucristo predicó la Palabra de Dios y siguió la voluntad de Dios en su vida. Él dejó el mejor ejemplo para todos los rebaños de ovejas al cumplir su deber obedeciendo la Palabra de Dios hasta la muerte. Por consiguiente, nosotros, quienes creemos en Jesucristo, debemos obedecer Su voluntad totalmente imitando Su corazón.
B. Entendiendo la Voluntad de Dios y Enseñándola
Para ser un testigo de Jesucristo debemos enseñar la voluntad de Dios claramente, y para eso deberíamos entender totalmente la Palabra espiritual. Como se menciona en 2 Timoteo 3:16, todas las Escrituras se dan por la inspiración de Dios, y por consiguiente podemos profundamente entender lo que significa sólo por la inspiración de Dios a través de la oración ferviente.
En esos días Jesucristo les dijo a los Fariseos, sacerdotes, escribas y maestros de la ley que ellos son líderes ciegos de los ciegos, y que si un ciego guía a otro ciego ambos caerán en un hoyo. Él nos advirtió contra las interpretaciones literales o erróneas de la Palabra, pues debido a que ellos no pudieron entender la Palabra, totalmente llena de Su voluntad, ellos eran ciegos espirituales. Por lo tanto, se atrevieron a condenar a Jesús de estar poseído por Belcebú e incluso algunos de ellos dijeron: “por Belcebú, el príncipe de los demonios, él hecha fuera a los demonios” Después de todo, ellos cometieron una tontería crucificando a Jesucristo, nuestro Salvador, en la cruz.
C. Enseñando Palabras Espirituales por Medio del Ejemplo
Supongamos que enseñamos a otros con la Palabra de Dios pero nosotros no seguimos nuestra propia enseñanza, entonces será imposible permitir que las personas vean la obra de Dios, porque somos mentirosos. Aunque entendamos la Palabra profundamente, si descuidamos el obedecerla, nos hacemos arrogantes y seremos expuestos a la muerte eterna. Sólo después de mostrar nuestra fe por medio de la obediencia a la Palabra de Dios, podremos tener poder y una fe completa.
Santiago 2:22 dice: “¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Una vez que actuamos con nuestra fe y enseñamos a los demás podremos permitir a las personas darse cuenta de su pecado, arrepentirse de lo que hicieron, y apartarse de sus malos caminos, es por eso que Dios nos ayuda a mostrar Su poder con el Espíritu Santo.
Lucas 11:46 dice: “Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis.” Por lo tanto, debemos ser buenos ejemplos practicando la Palabra de Dios, si es que estamos deseosos de ser testigos de Jesucristo.
D. Mostrando los Atajos Hacia una Verdadera Vida Cristiana
Un viajero experto escogería el camino más rápido y mejor para su destino. Igualmente, quienquiera que empieza a vivir una vida de fe quiere encontrar el método más corto para llegar al cielo, incrementando su fe rápidamente. Por lo tanto, los verdaderos testigos deben estar dispuestos a mostrar y guiar a las personas, adquiriendo el conocimiento antes que estas.
Si ellos preguntan cómo recibir rápidamente las respuestas a sus oraciones, debemos enseñarles cómo hacerlo mediante el acto de agradar a Dios. Esto incluye arrodillarse y clamar apasionada y seriamente con todo nuestro corazón y con fe. Jeremías 33:3 dice: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” También podemos encontrar en la Biblia muchos casos en los que las personas recibieron sus respuestas clamando a Dios, por ejemplo, cuando Elías clamó a Dios, el hijo de una viuda en Sarepta recibió la vida de vuelta. Cuando Jonás oró a Dios con lágrimas dentro de un gran pez, él recobró su vida. Por lo tanto, debemos enseñarles que levantar un clamor mientras se ora es parte de la voluntad y el mandato de Dios.
Sin embargo, algunos responden a esto diciendo: "Nosotros no tenemos que clamar para la respuesta a nuestra oración, porque Dios ya sabe lo que deseamos." Otros argumentan que no tenemos que clamar citando Mateo 6:6 que dice: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto.” Para comprender lo que significa de verdad, nosotros necesitamos asegurarnos de la manera de orar de aquellos días. En la época de Jesús, los Fariseos y sacerdotes levantaban sus voces en oración en la calle para ser reconocidos por los demás, de modo que Jesús quiso decirles que la oración jactanciosa no será aceptada por Dios.
Por lo tanto, debemos comprender que orar con gran clamor es un atajo a la obtención de respuestas porque produce que nos concentremos en nuestra oración. En conclusión, debemos enseñarles a las personas que empiezan a vivir una vida cristiana, debemos conocer la voluntad de Dios para los cristianos, y debemos dar buen ejemplo a los demás, no sólo en la vida de oración sino también en la manera de vivir una buena vida cristiana en todos los aspectos.
E. Produciendo Frutos
Los granjeros siembran la semilla en temporada de primavera ya que ellos esperan tener una buena cosecha en otoño. Pero nosotros no cosecharemos nada sólo con el hecho de conocer esto y no sembrar la semilla diligentemente en primavera. Incluso cuando se esparcen muchas semillas, si somos perezosos o si el método de cultivo es erróneo, no podemos esperar cosechas abundantes. Algo debe estar equivocado si lo consideramos desde la perspectiva de la fe cuando no podemos ganar ningún fruto ni siquiera después de sembrar con nuestras obras.
Por ejemplo, suponga que nosotros estamos predicando la Palabra de Dios. A la medida en que la enseñamos debería penetrar hasta lo más profundo del alma y del espíritu de los oyentes, las coyunturas y los tuétanos, juzgando los pensamientos y las actitudes del corazón. Entonces sus vidas serán guiadas por el camino hacia el cielo para convertirse en trigo por medio del cambio de vida. Sin embargo si no hay fruto a pesar de nuestro trabajo duro significa que algo no está bien. En este caso debemos examinarnos rápidamente y mejorar nuestras vidas espirituales. Cuando extendemos el reino de Dios produciendo mucho fruto, podemos ser testigos verdaderos.
F. Sirviendo Primero y Proporcionando Dirección Apropiada
Marcos 10:45 dice: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” Así como Jesús vino a servir en el mundo hasta el momento mismo de su muerte en calidad de rescate, nosotros, los que trabajamos para el Reino de Dios y su justicia, deberíamos servir a todas las personas. Debemos ser más humildes y mansos que antes, incluso estando en alta posición de liderazgo. Si nosotros consideramos a los demás mejores que nosotros con humildad, nunca seremos arrogantes, sino que los serviremos primeramente a ellos en cualquier tipo de situación.
Jesús explicó todas las cosas por medio de parábolas para ayudar a sus discípulos a entender y clarificar la Palabra de Dios fácil y totalmente. Mateo 15:15 dice: “Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola.” Jesús estuvo contento de explicar todo con detalle. Mateo 24:3 dice: “…Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” Entonces, Jesús también explicó todo a sus discípulos.
El testigo verdadero debe guiar a los demás ayudándoles a comprender en lo que están equivocados, no culpándolos. Nosotros debemos dar la esperanza del Cielo y fe a aquellos que viven vidas difíciles sin fe de modo que esta pueda crecer. Si hay personas que son desobedientes, deberíamos poder cambiarlos en personas obedientes sirviéndolos con actitudes de humildad.
G. Dándole la Gloria a Dios en Todo Sin importar lo que Comamos o Bebamos
Aquellos que no conocen a Dios sienten y juzgan tanto a Dios como a la iglesia por lo que ven en los cristianos. Por lo tanto, que ellos reciban la vida eterna o la muerte depende de cuán bien vivamos nosotros como testigos de Jesucristo. En Marcos 9:42 Jesús dijo: “Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.” Asimismo, en Mateo 5:16 leemos: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Por lo tanto, debemos ser prudentes en cada cosa pequeña que hacemos, de tal modo que si comemos o bebemos, o cualquier cosa que hacemos, deberíamos hacerlo todo para la gloria de Dios. Cuando visitamos a los demás por asuntos espirituales, deberíamos compartir esperanza del Cielo unos a otros, y como verdaderos testigos, deberíamos mostrar cada solución desde una perspectiva bíblica a las personas que están en dificultades, y hacerles saber cuál es la voluntad de Dios espiritualmente.
H. Infundiendo la Esperanza del Cielo en el Corazón de Uno
Aunque todo es absolutamente sin sentido en el mundo material, como la niebla que aparece por un momento y luego desaparece, el mundo espiritual nunca cambia. Así, nuestras vidas llegan a ser valiosas si tenemos esperanza celestial. Aunque las personas tengan conocimiento sobre el cielo, si no tienen ninguna esperanza por él, no podrán más que vivir vidas terrenales que siguen sus deseos mundanos y su fe apenas podrá crecer. Por lo tanto, debemos apoyarlos para que lleguen a tener fe y esperanza firmes, enseñándoles claramente la salvación de Jesucristo y la voluntad de Dios según lo escrito en 1 Juan 1:7 que dice: “pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” Debemos ayudarles a vivir en la luz como hijos de Dios.