• Bautismo y Santa Cena

    15-03-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Capítulo 25
      Bautismo y Santa Cena


      1. Mandamiento de Jesús Quién Recibió Toda Autoridad en el Cielo y en la Tierra
      Jesús dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.” La autoridad que Dios le otorgó a Adán estaba por sobre cada criatura del mundo que es visible (Génesis 1:28-30). Sin embargo, la autoridad de Jesús es mucho mayor, sin comparación, ya que es la autoridad para gobernar sobre todo en el cielo y en la tierra. Asimismo, debido a que esta autoridad incluye el hecho de reinar sobre los espíritus malignos, Jesús pudo romper la autoridad de la muerte, resucitar y ascender al Cielo. Él gobierna sobre la vida y la muerte, así también sobre los buenos y malos designios de la vida, después de todo él será el juez del Juicio Final. Jesús vino al mundo para salvar a la humanidad que fue destinada a la muerte debido a su pecado, y a pesar de ser el Hijo de Dios y de no haber tenido pecado alguno Él fue crucificado. A través de ese sacrificio cumplió la Ley con amor, y por eso Dios el Creador le dio toda la autoridad en el cielo y en la tierra.

      Con esa autoridad Jesús les ordenó a Sus discípulos que hicieran discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre de Dios Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Debemos bautizar a las personas y ser bautizados en obediencia a este mandamiento. En la actualidad los ministros bautizan en el nombre de Dios el Padre, del Hijo y del Espíritu Santo a las personas que aceptan a Jesús como su Salvador y llegan a ser hijos de Dios. Aunque el bautismo en el agua corresponde a los ministros, el bautismo con el Espíritu Santo sólo le corresponde a Dios el Padre. Este bautismo puede darse a través de la oración diligente de los ministros o por la fe de uno según la voluntad de Dios.

      Además, en cumplimiento a lo que Jesús nos encomendó diciendo: “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado,” una vez que somos bautizados, debemos escuchar, leer, y aprender la Palabra de Dios con interés, así como también debemos obedecer Su voluntad de acuerdo a lo que la Biblia nos enseña. Si vivimos como un discípulo de Jesucristo, Él prometió que estará con nosotros hasta el fin del mundo.


      2. La Razón por la cual Debemos Bautizarnos en Agua y Participar en la Santa Cena
      Los ministros bautizan en el nombre de Dios el Padre, del Hijo y del Espíritu Santo a las personas que aman ser discípulos de Jesucristo, y lo hacen con agua; por tanto, examinemos por qué debemos ser bautizados en agua.

      El agua constituye más del 70 por ciento de nuestro cuerpo y es esencial para mantener nuestra vida ya que sólo podemos digerir lo que comemos cuando bebemos agua, pues si continuamos comiendo sin beber agua, esta podrá adherirse a nuestro estómago y puede causar la muerte. Asimismo, el agua nos limpia de la suciedad cuando lavamos nuestros cuerpos y vestimenta. En resumen, el agua nos da vida y limpieza.

      ¿Cuál es el significado espiritual del agua? En Juan 4:14 Jesús dijo: “Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” Así también Juan 6:51-54 dice: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.” Espiritualmente, el agua de Jesucristo es su carne y sangre, cuando la comemos y la bebemos, obtenemos vida en nosotros y finalmente ganamos la vida eterna. Así como el agua nos limpia de la suciedad y nos da vida, la Palabra de Dios purifica nuestros corazones pecadores y nos conduce a la vida eterna. Por lo tanto, es correcto ser bautizado en agua que rebosa de significado espiritual.


      3. La Relación entre el Bautismo y la Salvación
      Cuando Jesús fue crucificado en el Gólgota, uno de los malhechores se arrepintió de sus pecados y recibió la salvación (Lucas 29:39-43). Por lo tanto, podemos deducir partiendo de este verso que el bautismo en si no se relaciona directamente con la salvación personal.

      Sin embargo, el bautismo tiene la intención de obtener la confirmación de la salvación. Por lo tanto, produce fe en las personas que aceptan a Jesucristo como su Salvador y llegan a ser hijos de Dios. Con el bautismo obtienen el gozo de ser salvos y obedecerán la Palabra de Dios con fe.

      Cuando se da el caso de ser promovido en una compañía, esto se anuncia oficialmente a todos los empleados ¿verdad? Pues de igual manera, el bautismo en el nombre de Dios el Padre, del Hijo y del Espíritu Santo es una evidencia clara de salvación y es un mandato de Jesucristo que debemos cumplir bautizándonos y confirmando ser hijos de Dios.

      En conclusión, el bautismo en agua es purificar la vida de uno con la Palabra de Dios, siendo así mismo con la Santa Cena, en la cual compartimos los sacramentos del vino y el pan con los miembros de la iglesia. Beber el vino y comer el pan espiritualmente simbolizan el acto de guardar la Palabra de Dios y vivir en Su voluntad (Juan 1:1, Juan 1:14, Juan 6:51-54). Por lo tanto, los hijos de Dios deben bautizarse y estar presentes en la Santa Cena en memoria de sus significados espirituales.


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