• Esperando al Novio, Preparando a la Novia

    17-03-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Capítulo 27
      Esperando al Novio, Preparando a la Novia


      1. Parábola de la Diez Vírgenes
      Mateo 25:1 nos habla acerca del Reino de los Cielos que es como las diez vírgenes que salieron a recibir al novio. De estas diez vírgenes, cinco eran insensatas mientras que las otras cinco eran prudentes. Las insensatas tenían las lámparas pero no el aceite, mientras que las prudentes tenían ambas cosas, la lámpara y el aceite. Pero como el novio se estaba retrasando, ellas se quedaron dormidas, cuando de pronto se escuchó un grito: “¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” Todas ellas se levantaron y prepararon sus lámparas. Las vírgenes insensatas pidieron a las vírgenes prudentes que les dieran un poco de su aceite porque sus lámparas se apagaban, pero estas les contestaron: “Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.” Las vírgenes insensatas se dieron prisa para comprar un poco de aceite, pero en el entretanto el novio vino y entró al banquete de la boda con las cinco vírgenes prudentes. Cuando las insensatas regresaron con el aceite, la puerta estaba cerrada, e incluso cuando ellas pidieron que se les abriera la puerta, no hubo entrada para ellas diciendo: “De cierto os digo que no os conozco.”

      El Señor está diciéndonos claramente que aquellos que son como vírgenes prudentes, que se prepararon para encontrarse con el novio, entrarán en el Reino de los Cielos, pero los insensatos no lo harán.

      ¿Quién es el novio y quién es la novia?
      El novio es Jesucristo, quien fue crucificado y así mismo resucitó y regresará por nosotros. La novia la constituyen todos los hijos de Dios que han aceptado a Jesucristo y han preparado su aceite. Por lo tanto, para que nosotros nos encontremos con el Señor y entremos en el banquete de las bodas tenemos que prepararnos como una novia. Incluso para un matrimonio en este mundo el novio anhela una novia que sea buena, afectuosa, y hermosa.

      ¿Qué tipo de novia pura y sin mancha anhela el Señor?
      El Señor, nuestro novio, anhela novias que sean hermosas como las flores, astutas como la serpiente, honradas, puras, limpias y elegantes, como también relucientes, humildes, no ostentosas sino con un corazón hermoso.
      El mismo Señor se volvió el sacrificio expiatorio por nuestros pecados para que pudiéramos ganar la vida verdadera y la salvación, para poseer el Cielo y disfrutar de vida eterna y felicidad. Así que, Él anhela una novia que tenga todas estas características.


      2. Características de la Novia que Anhela el Señor

      a. Tener Fe Muy Firme
      Mateo 7:24-25 dice: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.” Aquellos que escuchan y ponen en práctica la palabra del Señor, es decir los que están firmes en la roca de la fe sin ser sacudidos, son los prudentes. Por lo tanto, las novias del Señor son sabias, desechan el mal, cumplen sus responsabilidades, aman a Dios con toda su mente y alma, aman a sus enemigos y se paran sobre la roca de la fe.

      Además, meditan en la ley de día y de noche, guardan los mandamientos de Dios y le dan la gloria por cualquier cosa que comen o beben; ellas no adoran a los ídolos, no cometen adulterio, no codician las posesiones de otras personas, ni se ofenden fácilmente.

      b. Tener Preparado el Aceite
      Las cinco vírgenes insensatas no pudieron entrar en el banquete de la boda aunque salieron para encontrarse con el novio ya que él llegó mientras ellas habían ido a conseguir un poco de aceite. Por lo tanto, para que nosotros entremos en el banquete de la boda debemos preparar el aceite de antemano y esperar al novio.

      ¿Qué representa el aceite en estos versos?
      De la manera en que encendemos una lámpara con aceite, debemos tener la llenura del Espíritu Santo por medio de la oración ferviente aunque hayamos aceptado a Jesucristo, ya que se perderá la llenura del Espíritu Santo y no se podrá vivir según la Palabra de Dios a menos que nos mantengamos en oración a pesar de haber recibido anteriormente el Espíritu Santo y haber llegado a ser un hijo de Dios.

      Así como la luz se extingue produciendo la oscuridad cuando el aceite de la lámpara se termina, si no preparamos el aceite perderemos la gracia del Espíritu Santo, nos comprometeremos con el mundo, viviremos en pecado, y finalmente, perderemos la salvación. Por lo tanto, el aceite representa la oración y la llenura del Espíritu Santo.

      ¿Qué debemos hacer para participar en el banquete de las bodas como una novia del Señor?
      Debemos preparar el aceite al igual que las cinco vírgenes prudentes; es decir, debemos orar constantemente para tener siempre la llenura del Espíritu Santo y poder encontrarnos con el novio.

      c. Estar Atenta
      Las cinco vírgenes insensatas no pudieron entrar en el banquete de la boda ya que no prepararon el aceite. Si ellas hubiesen sabido que el novio se iba a retrasar y hubiesen preparado suficiente aceite, seguramente hubiesen podido ingresar al banquete de la boda.

      Asimismo, si ellas no hubieran estado dormidas sino despiertas a medianoche, ellas podrían haber preparado el aceite de la lámpara para que no se les acabe y habrían entrado en el banquete de la boda; es decir, si ellas hubiesen tenido el tiempo para preparar el aceite podrían haber ido al Reino de los Cielos.

      Por lo tanto, siempre debemos estar atentos para el encuentro con el novio porque nadie sabe cuándo regresará el Señor, quien es nuestro novio, sólo aquellos que estén atentos podrán encontrarse con el Señor porque el día del Señor no vendrá como un ladrón para aquellos que estén despiertos (1 Tesalonicenses 5:4). Pero el día del Señor vendrá como un ladrón para aquellos que no estén despiertos, algo similar a lo que les sucedió a las personas en los días de Noé quienes no comprendieron las cosas hasta cuando el diluvio los destruyó. Por eso Mateo 24:44 dice: “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.”

      El Cielo y la tierra pasarán pero ni un trazo de la Palabra del Señor desaparecerá. El Señor está diciéndonos que está a la puerta a través de la parábola de la higuera, y que todas las cosas tendrán lugar antes de que esta generación pase. Debemos tener presente que el Segundo Advenimiento del Señor sucederá pronto (Mateo 24:32-36) y debemos estar atentos.


      Si usted anhela tener las características de la novia para encontrarse con el Señor nuestro novio según la descripción anterior, debemos estar firmes en la roca de la fe y orar para preparar el aceite, así también debemos estar despiertos para no permitir que el día del Señor nos sorprenda como un ladrón. No podemos preparar el aceite en un par de días ni podemos tener fe como deseamos en un instante, pues debemos esforzarnos para orar y luchar contra el Diablo enemigo, y para recibir la fortaleza para vivir en la Palabra de Dios.

      Debemos ser prudentes y prepararnos como novias, creyendo que el Señor regresará pronto, así como creemos que Él resucitó y ascendió a los Cielos. ¡Cuán terrible sería que el Señor diga "yo no te conozco" cuando Él regrese! Por eso debemos prepararnos como novias hermosas del Señor, anhelando su Segunda Venida y el encuentro con el Señor, diciendo con gran gozo: “¡Amén, ven Señor Jesús!”


      Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.


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