[1Sa 26:23]
19-03-2009 | Rev. Jaerock Lee
La Escritura de Hoy
1 Samuel 26:23
"Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová."
Amados Hermanos en Cristo, Estimado Público y miembros de las miles de iglesias que están presenciando este servicio en Corea y alrededor del mundo, a través del satélite, por Internet, por la televisión o que lo están escuchando por cintas de audio o por la radio en el mundo entero.
Esta es la quinta prédica de la serie Bondad; y hoy les hablaré de David.
Dios ungió a David como sucesor de Saúl, el primer rey de Israel.
Cuando los israelitas le pidieron a Samuel, el último juez de Israel, que les pusiera rey, él en contra de su voluntad designó a Saúl. Saúl, al principio, parecía humilde pero después de ocupar el trono, se volvió arrogante y desobedeció la Palabra de Dios.
Dios previno a Saúl varias veces a través del profeta Samuel, pero Saúl no hizo caso a esas advertencias y continuó desobedeciendo. Finalmente, Dios lo desecho y se buscó un hombre conforme a Su corazón. Ese hombre fue David.
David era el hijo menor de Isaí y cuidaba las ovejas en el campo.
Un día, Dios le dice a Samuel que vaya a la casa de Isaí de Belén.
Este pasaje se narra en 1 de Samuel 16. Al principio Samuel no sabía a quién había elegido Dios como sucesor de Saúl y creyó que podía ser Eliab, el hijo mayor de Isaí, por su buen porte y apariencia.
Sin embargo, en la última parte del versículo 17 de este capítulo, vemos que Dios le responde a Samuel. Y cita la Escritura: "...porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón." Y le mandó al profeta ungir a David, el más joven de todos los hijos de Isaí, como próximo rey de Israel.
Ahora bien: ¿Por qué Dios bendijo y favoreció a David aun cuando era un simple pastor?
Dios escogió al menor de los hijos, David, porque vio su corazón. ¿Por qué creen ustedes que lo hizo? Todos ustedes desean que Dios los escoja: ¿Verdad?
Lo hizo porque vio en lo más íntimo que el corazón de David era bueno.
Por favor, les pido que al escuchar este mensaje, se comparen con David y vean si en realidad merecen o no recibir el favor de Dios.
Estimado Público:
La razón por la que Dios vio que David tenía un buen corazón fue porque tuvo la valentía de no permanecer callado cuando el nombre de Dios fue menospreciado por un incrédulo.
1 Samuel 17 nos describe el pasaje cuando los israelitas entraron en guerra contra los filisteos y acamparon en el Valle de Ela. En el campo de los filisteos había un campeón de nombre Goliat. Medía 3 metros y llevaba una armadura completa, que incluía un yelmo o casco de bronce, una cota o coraza de malla, unas grebas o pantorrilleras del mismo metal y una jabalina de bronce.
Era tan fuerte que solo su armadura pesaba cerca de 57 kilos (aproximadamente 125 libras)
En 1 Samuel 17: 8-10 Goliat desafía al ejército de Israel. Y dice la Escritura: "Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo."
Durante cuarenta días, por la mañana y por la tarde, salía el filisteo y desafiaba con esas mismas palabras al ejército de Israel. Pero
Saúl y todos los israelitas desfallecían de miedo a pesar que Goliat desafiaba a Dios públicamente.
En esas circunstancias, David llegó al campamento. No vino para unirse al ejército sino trayendo alimento que su padre había enviado a sus hermanos.
Y cuando llega al campo de batalla, ve y oye al filisteo desafiar a Dios a gran voz y ve a los israelitas aterrorizados escondiéndose de miedo ante sus gritos.
1 Samuel 17: 26 señala: "Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?"
Y el verso 32 cita: "Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo."
Entonces, dice la Biblia, que David tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.
1 Samuel 17:45 cita lo que David expresó a gran voz: Y dice la Escritura: "Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado."
Y mientras el filisteo se acercaba, David corrió hacia la línea de batalla y tomando una de las piedras que tenía en su bolsa, la tiró con la honda y lo hirió en la frente. La piedra se clavó en la frente de Goliat y éste cayó sobre su rostro.
Al correr rápido hacia adelante, David pudo lanzar la piedra con más fuerza. Ya tenía experiencia haciendo esto. Recuerden que David protegía a sus ovejas de cualquier bestia del campo. Desde luego, Dios le ayudó a derrotar a Goliat. No nos olvidemos que el gigante estaba armado con escudo y yelmo.
No crean que un par de piedritas iban a acabar con él. La piedra debía golpear en forma precisa en la frente. Dios ayudó a David para que la piedra lanzada pudiera golpear justamente en el centro de la frente. Y a pesar que llevaba puesto su casco, justo este punto vital estaba expuesto. Y David clavó la piedra en ese lugar con la ayuda de Dios. Ni aun un gigante como Goliat pudo aguantar el golpe.
En el mismo instante en que cayó muerto, los israelitas cobraron ánimo y pudieron derrotar completamente a los filisteos. Debido al respeto y al amor que David tenía por Dios, no pudo tolerar que Goliat desafiara ni insultara el nombre de Dios.
Justamente como menciona la primera parte de 1 Juan 4:18 "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor;..." David no tuvo temor de Goliat porque amaba a Dios con todo su corazón.
Si realmente ama a Dios, al Señor y a su Iglesia, no tendrá ningún temor. Como David amaba a Dios de todo corazón, pudo con fe valientemente salir al frente confiando en Dios cuando Su santo nombre fue mancillado. Dios consideró esto como un acto de bondad.
Suponga que alguien golpea o insulta a sus padres. ¿Qué es lo que haría si fuera a actuar con bondad?
Por ejemplo: Alguien insulta a su mamá. La golpea en la cara, la escupe y además la maldice. ¿Usted cree que ser bondadoso es sólo observar sin hacer nada? ¿Acaso ser amable es quedarse paralizado de miedo? ¿O es retroceder y huir? ¿Acaso ser gentil es dejar que insulten a sus padres?
¿O es permanecer en silencio creyendo que no debe discutir con nadie sino estar en paz con todos y ser manso con los demás? Si se retira porque la otra persona es más fuerte y piensa que no podría hacerle frente ¿Es eso una disculpa verdadera?
Guardar silencio en esa clase de situación no es ante Dios ser bondadoso ni es honrar a sus padres. Por cierto, con ello no quiero decir que deba agarrarse a golpes con todos.
En nuestra vida cristiana, hay ocasiones en las que debemos pararnos con valentía como lo hizo David para no deshonrar a Dios.
Y es porque algunos no creen que Dios obre para bien de los que le aman y confían en Él de todo corazón y entregan su vida para evitar que el nombre de Dios sea deshonrado.
En otras palabras, no se paran firmes con coraje.
Espero que entiendan que una actitud de bondad es levantarse con valentía como lo hizo David para la gloria de Dios buscando Su reino.
Hay momentos en los que debemos de quedarnos quietos y otros en los que debemos de actuar y levantarnos.
¿Qué es lo que hizo Jesús cuando vio que se estaba vendiendo y haciendo negocios en el santo templo de Dios?
Marcos 11:15-17 cita "Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;..."
Miren lo que hizo el Señor: Entró al templo y echó fuera a los que estaban vendiendo y comprando. Presten atención: Dice "En el templo" lo cual no quiere decir en el "Lugar Santísimo." Se refiere al patio o atrio del templo. Al atrio y al santuario se le denomina templo. Además, en aquel tiempo nadie se atrevía a entrar al lugar santísimo. Sólo el Sumo Sacerdote y los sacerdotes podían entrar una vez al año. Ningún otro podía hacerlo.
Asi, nuestro Señor volteó las mesas y las sillas. No solo las empujó. Dice la cita que las volteó. Se imaginan lo enojado que debe haber estado el Señor. Continúa el pasaje.
"...y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones."
Jesús dice que el Templo de Dios es "Casa de Oración." Es para orar a Dios. Es el lugar donde Dios vive y reside. Jesús era tan gentil y manso que no discutía, ni gritaba ni tenía pleitos con otra persona. Nadie lo escuchaba gritar en las calles. No quebraba la caña cascada ni apagaba el pabilo que humea. No obstante, el reaccionó con valentía porque no podía permitir que el Templo de Dios fuera deshonrado.
Hermanos: Deben seguir este ejemplo: Si verdaderamente aman a Dios, deben ser como Jesús: Valientes por el reino de Dios. Espero que recuerden que esta actitud es actuar con bondad ante Dios.
Todas las acciones de Jesús eran producto de Su bondad. Como amaba a Dios, llegó a sacrificar incluso su propio cuerpo. Y no dudo en hacerlo. Para glorificar a Dios, entregó Su propia vida. Esto es verdadera bondad.
Queridos Hermanos:
Como ya mencioné anteriormente, David con fe y valentía, derrotó a Goliat porque amaba y confiaba en Dios. Entonces, los israelitas obtuvieron una gran victoria sobre los filisteos.
Al principio, Saúl vio con buenos ojos a David por haber derrotado a Goliat. Y lo nombró comandante de su ejército.
Sin embargo, cuando Saúl y David regresaban victoriosos de la batalla, las mujeres de todo Israel salieron a recibirlos cantando: "Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles." Y desde aquel día, Saúl tuvo celos de David.
Estos celos fueron creciendo; y un día, cuando David tocaba el arpa para que un espíritu malo saliera del rey Saúl, éste intentó matarlo arrojándole una lanza.
Además, enviaba a David a lo más duro de la batalla y, por último, encargó a sus soldados que lo asesinaran.
David tuvo que huir, por el constante asedio de Saúl para matarlo.
Sin embargo, durante esa persecución, David tuvo una buena oportunidad para vengarse.
Hagamos una cosa Hermanos: Cuando hablemos de David, intente ponerse en su lugar. Lo mismo procure hacer cuando hablemos de Saúl. Ahora bien: Usted es David y vive huyendo porque lo han acusado falsamente. No ha hecho nada malo. Lo único que ha hecho es salvar a su nación, a su pueblo y a su rey. No obstante, el rey está celoso de usted e intenta matarlo. Y ahora, se le presenta una ocasión para matarlo. ¿Qué haría? Podría pensar: "Bueno: Ya llegó mi oportunidad para matar a Saúl. Como Dios me ha ungido como el próximo rey de Israel, ha preparado este momento. ¿Pensaría así acaso?
Les cuento algo: Cuando David se encontraba en el desierto de En-gadí, Saúl entró para descansar precisamente a la cueva donde David y sus hombres se estaban escondiendo.
Este pasaje se encuentra en 1 Samuel 24. En esta circunstancia, los hombres de David le dijeron para matar a Saúl.
El versículo 4 nos describe esta situación. Y cita: "Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl." Y los versículos 5 y 6 mencionan la actitud de David: "Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová."
Y no permitió que ninguno de sus hombres atacara a Saúl. David no dejó que sus hombres mataran a Saúl. Más bien les ordenó que no lo hicieran.
Y cuando Saúl se alejó de la cueva, David clamó al rey y se dirigió a él con palabras suaves y amables diciéndole que no tenía la mínima intención de matarlo.
Estas palabras de David, conmovieron a Saúl -quien llorando- ordenó a sus soldados que volvieran a sus hogares. Sin embargo, su corazón era tan malvado que nuevamente pensó en matar a David.
El corazón de Saúl cambiaba constantemente. Era inconstante porque buscaba su propio beneficio. Dios rechaza y aborrece esta clase de corazón y no bendecirá a aquel que tiene un corazón traicionero. Tampoco lo podrá usar.
Cuando se despoje de este corazón traicionero, Dios lo llegará a amar y lo bendecirá. ¿Por qué? Porque Dios confiará en usted. Cuando tiene un corazón constante y sincero, Dios confiará en usted. ¿O acaso cree que Dios no lo bendecirá si lo ama y confía en usted?
Volviendo a la prédica: En otra ocasión, Saúl tomo a 3 mil hombres escogidos de Israel para perseguir a David. Un día, Saúl se encontraba descansando en medio del campamento, con todo el ejército alrededor de él.
Los espías de David le habían informado de esto; y él con sus hombres se dirigieron a ese lugar. Y dice la Escritura que Dios hizo caer en un profundo sueño a Saúl y a su ejército.
1 Samuel 26:8 menciona: "Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con la lanza, y lo enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo golpe."
Los hombres de David sabían muy bien como acabar con una persona de un solo golpe. No obstante, David responde en los versículos 9-11: "Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente? Dijo además David: Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos."
Así, David tomó la lanza y la jarra de agua que estaban cerca de la cabeza de Saúl y se alejó, subiendo a la cima de un monte lejos del campamento de Saúl. De allí llamó en voz alta al rey y a su ejército y nuevamente le dijo que no tenía intención de matarlo.
En 1 Samuel 26:23 David dice: Y Jehová pague a cada uno su justicia y su lealtad; pues Jehová te había entregado hoy en mi mano, mas yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová.
Otra vez el corazón de Saúl fue conmovido y le dijo a David en el versículo 25: "Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás. Entonces David se fue por su camino, y Saúl se volvió a su lugar."
Hermanos y Amigos:
Los versículos que acabamos de citar nos revelan la segunda característica de la bondad de David.
David trató a su enemigo, quien procuraba matarlo, con bondad; y con palabras amables, tocó el corazón de Saúl.
Sabía que Dios no iba a aprobar matar a Su ungido y obedeció Su voluntad. David cumplió con hechos la agradable voluntad de Dios.
Y aun cuando tuvo dos oportunidades para matar a Saúl, quien lo estaba persiguiendo, siempre lo trató con bondad y así cumplió la perfecta voluntad de Dios. Pregúntense: ¿Quién podría perdonar la vida de su enemigo, quien lo persigue para matarlo, si tiene la oportunidad para vengarse de él?
Por supuesto, la ley actual prohíbe hacer eso. Pero: ¿Qué haría si no existiera esa ley?
Suponga que, por un sentido del deber, le perdona la vida a su enemigo y le muestra que no tiene intención de vengarse de él. Pero, su enemigo vuelve a perseguirlo para matarlo. Si se le presenta una nueva oportunidad para acabar con él: ¿Acaso sería nuevamente bondadoso, perdonándole otra vez la vida?
Todo el problema se acabaría en cuanto matará a su enemigo. No necesitaría continuar huyendo ni temería por su vida. Terminaría el sufrimiento de su familia.
David tenía un buen corazón y siempre actuaba con bondad, por ello cumplió la buena voluntad de Dios.
Sabía que a Dios no le agradaría que mataran a Su ungido. Por ello, ordenó a sus hombres que obedecieran la voluntad de Dios.
Y aun cuando había sido ungido por el profeta como el próximo rey de Israel, no trató de matar a Saúl, el rey en ese momento, para ocupar el trono.
Confió de todo corazón en Dios y puso todo en Sus manos para que Su voluntad se cumpliera.
No obstante, hay mucha gente que no es así. Cuando pueden sacar provecho de alguna situación, simplemente no confían en Dios. No dependen de Dios. Son astutos y hacen lo que quieren. Este es un corazón traicionero ante Dios.
En mi caso, jamás he tratado a los siervos de Dios, a los que han sido ungidos por Dios, como he querido.
Aun cuando algunos de ellos han perjudicado a la Iglesia, puse todo en manos de Dios y siempre los he tratado como siervos ungidos de Dios.
Y que me dicen ustedes. ¿Han juzgado o condenado a los pastores, siervos o líderes porque según su propia opinión no son buenos?
O ¿Han murmurado acerca de ellos? Deben preguntarse eso. Espero que entiendan que, si lo han hecho, están muy lejos de la bondad de Dios.
Volviendo a la prédica: David no trató a Saúl con una bondad fingida, porque era el ungido de Dios. Sino que- con corazón sincero- deseo que fuera prosperado en todo y procuró consolar el corazón de Saúl con palabras afectuosas.
Cuando David se enteró que Saúl y sus hombres habían sido derrotados por los filisteos y que Saúl se había suicidado, lloró y ayunó. Y agradeció y bendijo al pueblo de Jabes de Galaad por haber enterrado a Saúl y a sus hijos.
Espero que no devuelvan mal por mal. Y les pido ahora que miren su pasado y vean con qué nivel de bondad han tratado a aquellos que les han hecho daño.
Querido Público:
David tenía un corazón dispuesto a seguir la buena voluntad de Dios. Sin embargo, no había podido despojarse de la maldad oculta en su naturaleza, porque no había vivido en el tiempo del Espíritu Santo.
Luego de la muerte de Saúl, cuando David reinó sobre Israel, su maldad fue expuesta. Dios perfeccionó a David a través de una prueba. Por eso, no impidió que tomara a la mujer de Urías, un buen siervo de él.
David envió a Urías a lo más duro de la batalla para que muriera a manos del enemigo y así ocultar su pecado. Cuando David creyó que todo se había resuelto, Dios envió a su profeta Natán, quien reprendió duramente a David.
En la primera parte de 2 Samuel 12: 9, el profeta le dice a David "¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos?..." Y luego reprende a David mencionándole claramente su pecado.
Tan pronto como David fue amonestado por al profeta de Dios, se arrepintió de su pecado y dijo en el versículo 13: "Pequé contra Jehová."
Y aunque David era rey, cuando fue reprendido, inmediatamente se arrepintió de su pecado. Era porque tenía un corazón bondadoso. Y Natán dijo a David en el mismo versículo 13: "También Jehová ha remitido tu pecado;..."
Dios sabía de antemano que, al ser reprendido, David se arrepentiría. Dios escogió a David por ese corazón. Un corazón lleno de bondad. Por eso, David se pudo arrepentir inmediatamente y el profeta le dijo: "También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. ..."
Es decir, el pecado de David había sido perdonado y no iba a morir. Hermanos: Una pregunta: ¿Acaso Enoc murió por una enfermedad? No. El no vio muerte. Dios amó tanto a Enoc que lo quiso tener a su lado. Y por eso, lo llevó junto a Él antes de tiempo. Enoc ya estaba santificado. Deben entender esto. En el caso de David, Dios quitó su pecado para que no muriera en ese momento. Y añade el versículo 14 "Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá." Dios le dice a David la prueba que va a enfrentar.
Por eso, Dios permite que el diablo y Satanás actúen. Es para nuestro cultivo y perfeccionamiento. Dios nos refina para que recuperemos la imagen perdida de Dios y lleguemos a la santidad. Y para ello debemos de pasar por pruebas.
Debido a su pecado, deberá enfrentar pruebas. De eso, no tenga la menor duda. Si peca, le vendrán problemas, aun cuando no sea en forma inmediata. Pero recuerde esto: Cuando atraviese por pruebas, sopórtenlas con gratitud. Enfermedades, problemas en su negocio, dificultades financieras y conflictos familiares; todo esto sucede porque ha entristecido a Dios levantando un muro de pecado que lo separa de Él. Por ello, cuando pase por una prueba, de gracias a Dios. Y ore de la siguiente manera:
"Dios. A través de las pruebas que permites en mi vida, puedo encontrar la maldad que hay en mí, y darme cuenta que iba camino de la muerte. Por favor, te pido que quebrantes el EGO que hay en mí para ser humilde y bondadoso. Por favor ayúdame."
Si ora de esta manera con llanto y gratitud, la prueba terminará más rápidamente.
Tendrá que pasar por pruebas. Si no hubiera pruebas, continuaría pecando. ¿Sabe por qué continúa pecando hasta ahora? Porque todavía no ha enfrentado una prueba realmente fuerte. Pero: No debería pensar: "Yo peco y no me pasa nada." NO. DE NINGUNA MANERA. Debe arrepentirse. Y si deja el pecado y se reconcilia con Dios, entonces, enfrentará una prueba.
No obstante, si no se arrepiente, si no deja el pecado, entonces, no es salvo. Y Dios ya no lo probará. Es lo que dice la Palabra en el capítulo 12 de la carta a los Hebreos. Dios ya no lo disciplinará. Sino que lo entregará a las manos de Satanás.
Por eso, cuando peca deberá desgarrar su corazón en arrepentimiento y así derribar el muro de pecado que ha levantado entre usted y Dios. Si Dios ve su corazón y dice: "Muy bien Hijo o Hija. En verdad has dejado el pecado." Entonces, en ese momento, enfrentará una prueba que demostrará su verdadero arrepentimiento.
Hermanos: Créanme. Es mejor padecer pruebas aquí que no hacerlo. Si peca y no le sobreviene ninguna prueba es que Dios ha alejado su rostro de usted. Y eso es lo más terrible que le puede suceder.
Pero, si no peca y vive en la luz, entonces, no tendrá nada por qué preocuparse. E incluso si enfrenta una prueba, será una prueba para su bendición. Es porque Dios desea bendecirlo. Y con amor y fe pasará la prueba.
Una vez que supere esta prueba, será bendecido. Mientras más fuerte sea la prueba, mayor será la bendición. Y de seguro que la bendición vendrá. No debe preocuparse. Así que, deberá estar agradecido por las pruebas que Dios permite en su vida.
Retomando el mensaje: El profeta le dijo a David que le vendrían pruebas.
Tiempo después, David pasó por pruebas tremendas. Pero, supo estar agradecido en medio de ellas. Este es el Tercer Nivel de Bondad de David. Aun cuando era rey, cuando fue reprendido por su pecado, inmediatamente se arrepintió y dio gracias por las pruebas que le vendrían.
Si Hermanos. La prueba fue dura. Fue dolorosa. Pero David la pasó con gratitud. También aceptó con contentamiento la muerte del hijo producto de su pecado de adulterio. Cuando el niño se enfermó, David ayunaba y lloraba, diciendo: "¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño?" Y así lo hizo hasta que el niño murió. God decided to take David's son, so his son died.
Ahora bien: ¿Qué hizo David cuando el niño murió? Dejó de ayunar y de lamentarse. ¿Por qué? Porque fue la voluntad de Dios llevarse al niño. Y aunque su ayuno y lamento no tuvo respuesta, no se quejó. Más bien, dio gracias. Sus siervos estaban perplejos. David ayunaba para que Dios sanara a su hijo. Pero, cuando murió lo aceptó con agrado. Esos siervos no entendían el corazón de David.
Hermanos: Los nuevos creyentes son muy agradecidos y procuran cambiar cuando son amonestados. Sin embargo, cuando crecen en la fe, muchos de ellos no son agradecidos cuando se les reprende.
Se molestan porque creen que saben la Palabra de Dios y que conocen la verdad y piensan: ¿Por que mejor el Pastor no se ocupa de sus propios asuntos? Y así nace una raíz de amargura y resentimiento dentro de ellos.
Esto prueba que su corazón se ha vuelto arrogante. Las personas de buen corazón reciben con humildad los reproches incluso de un niño, si lo hace conforme a la verdad.
Volviendo a la prédica: Aun cuando David era rey, aceptó con humildad la amonestación del profeta de Dios y cambió inmediatamente. Y mientras pasaba por estas pruebas, se humilló y agradeció por ellas.
Recuerdan Hermanos: Cuando David estaba huyendo de Jerusalén debido a la rebelión de su hijo Absalón, Simei-un siervo de la casa de Saúl- lo persigue maldiciendo y arrojando piedras a David y a sus hombres. Uno de sus capitanes le dijo para matar a ese hombre. Pero David lo detuvo.
Hermanos escuchen con atención: Era un simple siervo que estaba insultando al rey. David estaba rodeado de su guardia personal y de su ejército. A su mínima indicación, ese hombre estaba más que muerto. Sin embargo, David no dejó que lo mataran.
Pregúntese: ¿Qué hubiera hecho de ser David? ¿Acaso no se hubiera puesto furioso y hubiera mandado matar a ese hombre? Pero, David no lo hizo. Por favor Hermanos: Necesitamos comprender el nivel de bondad tan alto de David. Y no nos olvidemos que el Espíritu Santo aún no había sido enviado a este mundo. ¿Se imaginan si hoy en día David hubiera sido guiado por el Espíritu Santo? ¿Qué nivel de bondad tendría?
El Espíritu Santo lo hubiera guiado en todo. Pero, aún no era el tiempo del Espíritu Santo. Aun así, David ya había alcanzado ese nivel de bondad. Por eso, llegó a ser tan grande. Y ustedes hermanos: Aun cuando el Espíritu Santo está en su corazón y los guía. ¿Han llegado a este nivel de bondad? Compárense con David. Por eso, David ocupa un lugar de mucha honra en el reino de los cielos. ¡Él era realmente un vaso de honra!
2 Samuel 16:11-12, cita "Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha mi vida; ¿cuánto más ahora un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho. Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy."
Hermanos: Aun cuando sean falsamente acusados, no reaccionen en su carne o conforme a su propio criterio. Si dependen de Dios, Dios cuidará de ustedes y los consolará. Por ello, se les dice que echen toda carga sobre Dios. No se sienta avergonzado ni trate de vengarse. Si todo lo pone en las manos de Dios, nuestro Padre se encargará de todo.
Si. Hermanos: David nunca se quejó ni culpó a otros por la prueba que estaba pasando. Sino que aceptó las pruebas con humildad mirando solo a Dios y creyendo que a través de ellas, Dios lo iría perfeccionando.
Y ustedes Hermanos. ¿Cómo reaccionan? ¿Acaso se han quejado o le han echado la culpa a otros por las dificultades o por el dolor que tienen que pasar al enfrentar alguna prueba? ¿Han renegado o se han quejado cuando están pasando por pruebas?
Los de buen corazón examinarán su pasado en vez de culpar a otros de sus sufrimientos. Y por esa actitud bondadosa, comprenderán la voluntad de Dios y le agradecerán.
Cuando atraviesan por pruebas o tienen algún accidente, por favor recuerden lo que les acabo de decir. Y así podrán entender sus reacciones y arrepentirse.
Podrán confesar con todo su corazón lo que cita la Palabra en Job 23:10. Que dice: "Mas él conoce mi camino; me probará, y saldré como oro." Y podrán pasar por esas pruebas.
Algunos pasan sus pruebas rápidamente, mientras que a otros les toma mucho tiempo. Dependiendo de su corazón, su fe, su amor y sus acciones, las pruebas pasarán más rápido o no.
Hermanos: David tuvo que padecer tremendas pruebas, pero cuando las pasó con bondad llegó a ser un verdadero hombre con un corazón conforme al corazón de Dios.
Por ello se le ha asignado una posición muy alta en el cielo y gozará de gran gloria y honor eternamente.
Termino el mensaje.
Amados Hermanos y Estimado Público:
Hemos visto tres aspectos de la bondad en la vida del rey David.
Primero: Él valientemente se levantó cuando el nombre de Dios fue desafiado.
Segundo: Trató a sus enemigos con bondad aún cuando procuraron matarlo. Y con esta invariable bondad, tocó el corazón de ellos.
Tercero: Aun siendo rey, cuando fue reprendido, inmediatamente se arrepintió de su pecado y dio gracias por las pruebas que le iban a sobrevenir.
En la Biblia, pueden hallar como reaccionaron aquellos que no eran de Dios, cuando eran amonestados. Cuando Saúl fue reprendido, se volvió más arrogante en vez de humillarse. Incluso procuró matar al profeta. Samuel era un gran profeta en su tiempo, pero tenía que ocultarse de Saúl.
Hay otros reyes en la Biblia quienes fueron buenos y amaron a Dios por sobre todas las cosas. No obstante, después cambiaron y cuando eran amonestados por los profetas, más bien los reprendían. Algunos de esos reyes llegaron incluso a matar a los profetas. Sin embargo, veamos a David.
!Qué tal diferencia! ¿Verdad? ¿Acaso creen que Dios no iba a bendecir a David por su actitud? Aun cuando se equivocó, precisamente por ese error, llegó a santificarse. Dios lo sabía y por eso permitió esa prueba.
Pudo entender el profundo valor de la bondad y ser tocado hasta alcanzar la perfecta bondad en su corazón. Por eso, se deleitaba cantando alabanzas a Dios, diciendo: "Demos gracias a Jehová, porque Él es bueno."
La profundidad de las alabanzas y del sentimiento de cada uno es diferente de acuerdo a la medida de bondad que haya alcanzado en su corazón.
Cuando alcancemos el nivel de la perfecta bondad, nuestros sentimientos podrán ser profundamente conmovidos de completa bondad por pequeños cosas.
Oro en el nombre del Señor para que todos puedan alcanzar el nivel de la perfecta bondad en su corazón cada día.
AMEN