[Nu 12:3, 7]
26-03-2009 | Rev. Jaerock Lee
La Escritura de Hoy
Números 12:3
"Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra."
Números 12:7
"No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa."
Amados Hermanos en Cristo y Estimado Público
Esta es la prédica Nro.12 de la serie Bondad. Y hoy continuaré compartiendo de la bondad de Moisés.
En la última prédica les explique que Moisés fue criado como hijo de la hija de Faraón. Sin embargo, escogió padecer las aflicciones con el pueblo de Israel antes que disfrutar los placeres del pecado. Y durante 40 años pasó por pruebas en el desierto de Madian.
En esos años Moisés se sintió desvalido y desprotegido. Por primera vez experimentó que no podía hacer nada por sus propios medios. No obstante, jamás estuvo frustrado ni descorazonado. Nunca se dio por vencido.
Su fe en Dios se hizo cada vez más segura. Entendió que no podía subsistir sin la ayuda de Dios. Y siempre estuvo agradecido en todo y por todo.
Vivió una vida de penurias y de sufrimiento pastoreando el rebaño de su suegro. Sin embargo, daba gracias por tener un bocado de pan que llevarse a la boca y un lugar donde descansar. Daba gracias a Dios por todo.
Cuando pasó estas pruebas con gratitud, su corazón llegó a ser del todo humilde ante Dios y su fe se consolidó. Entonces, Dios lo llamó.
Llamó a Moisés para que sacara de Egipto a Su pueblo, cuyo clamor había subido ante Dios. Como Moisés ya era humilde y por 40 años se había despojado de su orgullo y de su EGO, al principio dudó en aceptar la misión que Dios le había encomendado.
Por ello, Dios le mostró maravillas y prodigios y le prometió que iba a estar siempre con él. Sólo entonces Moisés obedeció el llamado de Dios y marchó hacia Egipto. Dios cumplió Su Palabra; y por la obediencia de Moisés, los sacó de 400 años de esclavitud en Egipto.
A continuación, les hablaré de la bondad que necesitó Moisés a fin de entender al pueblo de Israel y conducirlos como su líder a la Tierra Prometida.
Hermanos y líderes: Les pido que comparen su corazón con el de Moisés. Es mi oración que esta prédica se haga vida y fibra moral en ustedes y así lleguen a ser excelentes vasos de honra para Dios.
Estimado Público:
La tercera característica de la bondad en Moisés se menciona en Números 12:3 Que cita "Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra."
Hermanos: Deben saber que a Dios le agrada sobremanera la mansedumbre o humildad. Por favor, líder, examínese a ver si es o no humilde. Todos los siervos de Dios fueron humildes. Tan solo piense en lo humilde que fue nuestro Señor Jesucristo.
La humildad espiritual que menciona la Palabra de Dios significa tener un corazón tierno, bondadoso e íntegro. Este corazón humilde acepta, consuela y acoge a toda persona que se le acerca de la misma forma que un frondoso árbol da sombra y descanso a todo el que se le acerca en un día de verano.
Esta humildad es la manifestación de un corazón tierno y suave como el algodón.
No se si lo han experimentado, pero uno se siente muy bien cuando esta cerca de alguien humilde. Se siente como si estuviera envuelto en algodón.
Hermanos: Si su líder es humilde, se sentirá así: Como un bebe.
Les voy a dar un ejemplo: Si avienta una piedra sobre un pedazo de metal, rebotará y hará mucho ruido. Ahora bien, si tiramos la misma piedra contra una ventana, la romperá provocando también mucho ruido. Es decir: Una persona arrogante y egoísta responderá en forma dura y a gritos ante una situación que le resulta incómoda. O dará media vuelta y se irá.
No obstante, cuando arrojamos una piedra sobre una ruma de algodón, no hará ningún ruido. Es decir; una persona humilde llega a tener un corazón tierno y suave como el algodón. No discute en ninguna clase de situación. Más bien, está en paz con todos.
Podrá aceptar y comprender a aquellos que piensan diferente y tienen un nivel diferente de educación. No juzgará ni condenará. Entenderá y servirá a otros con humildad.
No guardará resentimiento hacia otros ni los incomodará. No importa lo malos que sean o lo débil de su fe, no los abandonará sino que esperará a que cambien. Encontrará la forma de ayudarlos y guiarlos por el buen camino.
Volviendo a la prédica: Moisés era el hombre más humilde en toda la tierra. Sacó a los israelitas de Egipto y los guió a la tierra de Canaan. Durante 40 años pasó numerosas dificultades y aflicciones en su periplo por el desierto.
Hermanos: En un distrito, grupo o célula se reúnen diversas clases de personas cada una con una personalidad diferente. Entre ellas hay algunos que aún no han sido transformados por la verdad y todavía conservan sus hábitos del pasado.
Los que se quejan, ofenden, murmuran y hablan mal de otros, ellos mismos se marginarán del resto. Son desobedientes, inventan y esparcen falsos rumores y chismes de otros líderes.
En una Iglesia grande como la nuestra suceden muchas cosas. Aquí viene mucha gente con diferente nivel de formación: De educación superior, de educación media, gente pobre, gente rica, de buenos y malos modales, autoridades, etc. No es fácil que todos estén en paz. Y algunas veces se presentan problemas.
Volviendo a la prédica: Cuando los israelitas salieron de Egipto, un total aproximado de 2 millones de personas, incluyendo mujeres y niños siguieron a Moisés. Entre ellos 600 mil eran varones.
De hecho, deben haber sido más de 2 millones de personas. Sin embargo, asumamos que solo fueron 2 millones. ¿Se imaginan, las dificultades que debe haber enfrentado Moisés mientras guiaba a esa multitud a través del duro desierto?
Y eso que en el trayecto, el pueblo vio prodigios y milagrosas señales que Dios hacía a través de Moisés. No obstante, cada vez que enfrentaban una dificultad, se quejaban y murmuraban del siervo de Dios.
Por ejemplo: Cuando Moisés obedeció con fe, el Mar Rojo se dividió en dos y el pueblo cruzo en seco. Sin embargo, luego de 3 días de trayecto en el desierto, cuando les faltó agua, comenzaron a quejarse contra Moisés.
Ahora bien: Ellos habían visto los extraordinarios milagros que Dios había efectuado: Habían sido testigos de las 10 plagas en Egipto y cuando el Mar Rojo se abrió en dos. Si hubieran tenido al menos un poco de fe, no se hubieran quejado contra Moisés, más bien le hubieran pedido con fe que les diera agua para beber. Pero la realidad es que no creían en Dios, aun cuando habían presenciado Su gran poder.
Queridos Hermanos:
Una pregunta: ¿Realmente creen que Dios está en esta Iglesia? Moisés toleró al pueblo de Israel todo ese tiempo y clamó a Dios por ellos efectuando milagros tan asombrosos como transformar el agua amarga de Mara en agua dulce y potable.
Sin embargo, miren con fue el pueblo: Luego de saciarse de agua en Mara, continuaron su camino por el desierto. Y no pasó mucho tiempo para que le volvieran a reclamar a Moisés porque no tenían alimento qué comer. Mara es un lugar que se encuentra cerca del mar Rojo. Sus aguas eran amargan debido a que al agua salada del mar se había filtrado en toda esa zona.
Éxodo 16:3 menciona la queja del pueblo. Y cita la Escritura "Y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos;..."
¿Qué importante es lo que uno declara con su boca? Proverbios dice que la muerte y la vida están en poder de la lengua. ¿Qué es lo que el pueblo de Israel declaró con su boca? Dijeron: "Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová." Y así sucedió. Todos ellos murieron en el desierto.
La segunda generación fue la que entró a la Tierra Prometida de Canaan. Y los dos hombres que no se quejaron, Josué y Caleb, sino que creyeron en Dios, si entrarón a Canaan. Excepto ellos dos, todos los demás murieron. Por eso, deben tener cuidado de todo lo que dicen con sus labios. Finaliza la cita: "...pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud."
Saben como me imagino al pueblo de Israel: Como un hombre que estaba a punto de ahogarse y que con las justas ha sido salvado. Y le pide al que lo salvó que lo arroje de nuevo al mar. Así de tercos y obstinados me los imagino.
Retomando el mensaje: Desde el tiempo de los padres de la fe, por cerca de 430 años, Israel había estado bajo dominio de Egipto. Pero cuando clamaron a Dios, Él los oyó y envió a Moisés para sacarlos de Egipto. Deberían haber estado agradecidos por ello, en vez de quejarse todo el tiempo.
Por este pueblo malagradecido e ingrato, Moisés tuvo que orar repetidamente a Dios por sus peticiones. Y debido a sus oraciones, Moisés pudo proveerles de pan para comer por las mañanas; y de carne por las tardes.
El pueblo de Israel comía alimento que caía del cielo. ¿Acaso eso hizo que obedecieran y siguieran a Moisés? No. Nunca lo hicieron. Cuando partieron del desierto de Sin llegaron a un lugar llamado Refidim; y acampando ahí no había agua para que el pueblo bebiese. Y dice la Escritura que altercó el pueblo con Moisés, y estuvieron a punto de apedrearlo y le dijeron: "¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?"
Moisés se debe haber quedado mudo de la impresión. Lo que decían era totalmente absurdo. ¿Cómo podían decir algo así, si habían estado comiendo todos los días Maná que Dios les proveía del cielo?
Sus reacciones y comportamiento no se podían aceptar ni tolerar. Aun así, Moisés fue delante de Dios y oró por ellos. Clamó y su oración fue respondida.
Golpeó la roca con su vara ante los ojos de los ancianos del pueblo, y salió agua de la roca. Los israelitas se quejaban y murmuraban por cualquier pequeñez y dudaban de Dios. Moisés clamaba a Dios para que les concediera lo que ellos pedían. Y Dios respondía.
Pero pecaron gravemente contra Dios y por ello todos tuvieron que ser destruidos.
Esto sucedió así: Moisés había subido al Monte Sinaí para hablar con Dios. Durante su ausencia, el corazón del pueblo se desenfrenó e hicieron un becerro de oro. Y dijeron que era el dios que los había sacado de Egipto.
Dios se enojó y le dijo a Moisés en Éxodo 32:9.10 "Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande."
¿Cómo creen que Moisés respondió? Acaso dijo: "Si Señor. Este pueblo no tiene perdón. Haz con ellos lo que quieras" NO. Moisés no dijo nada parecido.
Éxodo 32:11-13 menciona lo que Moisés dijo. Y cita el pasaje: "Entonces Moisés oró en presencia de Jehová su Dios, y dijo: Oh Jehová, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? ¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vuélvete del ardor de tu ira, y arrepiéntete de este mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre."
Dios cedió y no volcó su irá sobre el pueblo. Ya se pueden imaginar lo poderosa que era la oración de Moisés. Dios ya había decidido destruir a los israelitas, pero cuando Moisés oró con ese amor y esa fe, Dios oyó su oración. Y respondió a su clamor. Ven como la oración de Moisés calmó la ira de Dios y conmovió Su corazón.
Ustedes han podido ver eso mismo en esta Iglesia. Han cometido pecados imperdonables, pero Dios les ha dado una nueva oportunidad para arrepentirse y ser perdonados. No obstante, para conmover el corazón de Dios, para que Dios cambie de parecer, el que ora debe saber llegar al corazón de Dios.
Debe tener la humildad del Señor. Sólo esa persona podrá conmover el corazón de Dios. Lo mismo sucede cuando están enfermos. Si usted y su familia cambian, son humildes, llegan a santificarse, tienen la fe necesaria para conmover el corazón de Dios y llegan al nivel del espíritu, entonces, todo lo que pidan les será concedido.
Volviendo al mensaje: Cuando Moisés descendió del monte, vio el gran pecado que había cometido el pueblo.
Éxodo 32:31-32 menciona lo que Moisés hizo. Y dice la Escritura: "Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito." Cuando Moisés dijo "Ráeme o bórrame de tu libro que has escrito" quería decir que lo quitara del libro de la vida en el cielo. Sólo aquellos cuyos nombres están escritos en la libro de la vida son salvos. El libro de Apocalipsis señala que los que no están en el libro de la vida serán juzgados el Día del Juicio del Gran Trono Blanco e irán al infierno. Moisés sabía perfectamente esto.
Y sin embargo, estaba pidiéndole a Dios que tomara su vida en vez de la de ellos. En otras palabras, estaba diciendo que él iría al infierno con tal de salvar a su pueblo. Estaba suplicando el perdón del pueblo.
El pueblo había pecado gravemente contra Dios. Y aun así, Moisés no podía ver que su nación fuera destruida. Por ello, le pidió a Dios que los perdonará llegando incluso a ofrecer su vida por la de ellos. Pero el pueblo no creía que Dios oía a Moisés. Por eso no le obedecían ni le seguían.
No estuvieron agradecidos a Moisés por todo el sacrificio que hizo por ellos. Más bien se quejaron y murmuraron contra él por haberlos sacado de Egipto y haberlos traído al desierto.
Cuando estuvieron a punto de ser destruidos debido al pecado que habían cometido contra Dios, Moisés no dudo en dar su vida para salvarlos. Moisés llegó al nivel más alto de bondad en la que uno puede entregar su vida por la de sus enemigos y con esa perfecta bondad llega incluso a entender a un pueblo lleno de pecado. Por eso, Dios dijo que Moisés era el hombre más manso sobre la faz de la tierra.
Una pregunta hermanos: ¿Desean ser tan mansos como Moisés? ¿O cómo los padres de la fe? Tener una humildad sin ninguna forma de maldad. Se imaginan eso. Lo complacido que estaría Dios. Seamos mansos y humildes hermanos. Igual en los matrimonios. Sean humildes
¿Se imaginan a cuantas personas podrían ministrar espiritualmente? ¿Alguna vez ha regañado a sus hijos porque no los ha podido comprender? ¿Ha hecho lo mismo con su cónyuge o con sus hermanos en Cristo? ¿Ha tenido alguna discusión porque no ha podido aceptar ni comprender espiritualmente a su prójimo?
Ahora mismo les pido a todos los líderes de célula, de distrito, de zona, pastores, siervos y hermanos en general: Examínense y vean si realmente han sido humildes en su trato y cuidado de los demás hermanos. ¿Han cuidado de las ovejas con amor y bondad?
¿O han desobedecido y lo han hecho de acuerdo a su propio criterio? ¿Acaso han marginado a alguien tan solo porque no les cae bien? Escuchen bien: No importa la situación, no importa lo mal que se porten. Por favor: Espero que lleguen a tolerar a todos con amor y bondad. Sólo así podrán cambiar a alguien malo y guiarlo al reino de los cielos.
Si realmente comprende la bondad de Moisés, no juzgará los hechos de otros diciendo que son demasiado malos como para ser aceptados y comprendidos.
Muchos dicen eso: "Ya he soportado demasiado esta situación. He sido más que paciente. Esto ya es insoportable. Ya no puedo perdonarlo más." Una pregunta: ¿Qué cosa tan grave le han hecho que no lo puede perdonar? Usted debe perdonar hasta el final. Lo que pasa, es que su corazón no quiere perdonar. Lo único que tiene que hacer es perdonar, en vez de guardar ese resentimiento en su corazón.
La realidad es que hay algo dentro de usted que le impide perdonar y despojarse de esa forma de pensar que no lo deja comprender a los demás.
Oro en el nombre del Señor para que todos los siervos, hermanos y hermanas de la Iglesia sigan el ejemplo de la bondad de Moisés y lleguen a ser excelentes vasos de honra que puedan entender y acoger a infinidad de almas.
Estimado Público
La cuarta cualidad de la bondad en Moisés es que fue fiel en toda la casa de Dios, tal como se indica en Números 12:7 Que dice "No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa." Ser fiel es cumplir en forma total las tareas que se le han asignado e incluso ir más allá de su deber personal. Es decir, ser fiel en todo servicio y trabajo.
Ahora me dirijo a las Hermanas: Desde que son líderes de distrito, de célula o de zona, están tan ocupadas haciendo la obra del Señor que ya no son fieles en sus deberes en el hogar. Ya no le preparan la mesa a su esposo. No cuidan de los niños.
¿Creen que eso agrada a Dios? Dios ama a los que son fieles en toda la casa de Dios. Por cierto, el reino de Dios debe ser la prioridad número UNO. No obstante, también debe ser fiel como madre y como esposa.
Tal vez piense que por estar ocupada en el servicio al Señor, no debe ocuparse de las tareas en el hogar, ni ayudar a su esposo. O simplemente decirle: "Por favor entiéndeme. No ves que estoy ocupada." No debería decir eso.
Si su esposo ya está en el nivel del espíritu y ama a Dios por sobre todas las cosas, le dirá: "Esposa: Primero ocúpate de la obra del Señor. No importa que llegues tarde luego de visitar la casa de los hermanos. Yo mismo me calentaré la comida. No te preocupes."
Si su esposo es así. Todo irá bien. Aún así deberá ser fiel en toda la casa de
Dios. Eso agrada a Dios. Si es fiel sólo en un aspecto y no en los otros, Satanás le acusará. No debe permitir eso.
Para ser fiel en toda la casa de Dios, deberá ser capaz de sacrificarse a sí mismo sin escatimar esfuerzo, tiempo, ni sus propios recursos.
Al respecto, Hebreos 3:5 cita "Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir."
Moisés fue un siervo fiel. Siervo es aquella persona que realiza alguna labor para alguien más; sea un propietario, un empleador, etc. Por eso, el término "Siervo" nos dice lo humilde que llegó a ser Moisés y la forma tan responsable en la que cumplió con las tareas que Dios le había encomendado.
Su tarea, comisionada por Dios, era conducir al pueblo de Israel de Egipto a la tierra de Canaan. Moisés no llegó a ser líder porque quería ocupar esa posición. Él fue escogido y llamado por Dios. Aún así, los israelitas no lo escucharon ni lo obedecieron.
Se quejaron e incluso cuestionaron a Moisés por cosas insignificantes. La misión de Moisés era guiar a ese pueblo terco y obstinado de Israel a la tierra que Dios les había prometido en Canaan.
Hermanos: El líder de una nación tiene obligaciones que sobrellevar. Algunas veces se sentirá cargado y agobiado por su misión. En el mundo, cuando alguna compañía enfrenta dificultades, algunos de sus empleados de más alta jerarquía tratan de ocultarse para no pasar vergüenza.
Algunos líderes no son capaces de superar la humillación, el menosprecio y las quejas de otros miembros del personal y se suicidan. No es fácil para un líder llevar toda la carga y aquellos que tienen un corazón débil pueden llegar a sentir tanto dolor e incomodidad por sus responsabilidades que literalmente renuncian a a seguir viviendo.
Sin embargo, Moisés jamás evadió su responsabilidad ni la delegó a otra persona. Tampoco abandonó su deber. Pasó con fe por diversas dificultades. Jamás pensó que iba a ser fácil sacar al pueblo de Egipto y conducirlo a la tierra de Canaan.
Se preocupó por ellos de día y de noche como se preocupa un padre por sus hijos. Y vio la forma de ayudarlos para hacer de ellos el pueblo que Dios deseaba tener.
Pero como la fe de ellos era muy débil y estaban lejos de la norma que Dios quería; Moisés clamaba y pedía a Dios por ellos.
Siempre sintió dolor y pena por ellos en su corazón. Nunca tuvo descanso debido a su constante preocupación por el pueblo. Desde que los sacó de Egipto hasta el día en que Dios lo llamó a Su presencia, jamás tuvo un momento de descanso.
Lloró por ellos. Sus conmovedoras oraciones van más allá de toda imaginación. Hermanos: ¿Por qué creen que Moisés oraba todo el tiempo tan intensa y fervientemente por el pueblo? Oraba para que Dios no los abandonara sino que continuara guiándolos de acuerdo a Su voluntad. Como Moisés tenía esta clase de corazón, Dios también confió en él. Y tuvo una íntima comunión con Moisés e hizo grandes prodigios a través de él.
En esta iglesia también hay siervos a quienes Dios les ha dado Su poder porque creen y dependen sólo de Él. Tenemos un pastor en África a quien Dios está usando de manera impresionante. Una vez, Dios me dijo lo mucho que iba a ser usado y la posición tan alta que iba a ocupar. En ese momento me preguntaba por qué su posición sería tan alta.
Y ahora podemos ver el resultado: Está enseñando a líderes de la iglesia en 54 países en África. (IMAGEN DVD) Ha establecido numerosos centros de Estudio Bíblico Manmin y allí enseña la Palabra de Dios. Está enseñando a muchos pastores y líderes.
Y ha establecido más de 3 mil iglesias. ¡Que maravilla! Verdad. Una iglesia Manmin ha nacido ayer, una nace hoy y mañana nacerá otra en África. Muchas personas nos piden que establezcamos una Iglesia Manmin en su localidad. Pero no podemos hacerlo ahora. Miren a nuestro pastor conduciendo una cruzada de sanidad.
Vean la multitud de gente. Infinidad de personas se reunieron para recibir la oración de sanidad. (SCROLL. ORANDO POR LOS ENFERMOS CON EL PAÑUELO UNGIDO) Lo ciegos, vieron; los mudos, hablaron; los sordos, oyeron; los cojos, caminaron y los enfermos de SIDA, cáncer y otras enfermedades incurables, fueron sanados. Se convirtieron al Señor y dieron gloria a Dios.
¿Por qué sucede esto? Es porque Dios confía en su siervo. Este siervo muestra que su fe es digna de la confianza de Dios. Ha obedecido a su pastor. Nunca se ha quejado. Cuando él quiso ir al este, yo le dije que fuera al oeste. Él obedeció y fue al oeste. Además ha sido fiel. Ha orado y ayunado.
Hay veces cuando no puede tomar un avión tiene que conducir 15 o 20 horas para ir a otro país vecino. Ora de día y de noche. Enseña a pastores y líderes. Ya saben ahora por qué Dios le ha dado tanto poder. Va a ser muy honrado en el cielo. Y como el maestro en bueno, sus discípulos también lo son.
Retomando la prédica: Moisés no sólo recibió los 10 Mandamientos y los numerosos estatutos que Dios le dio. Cuando subió al Monte ayuno por 40 días y 40 noches. ¿Creen que es fácil hacer esto?
Y déjenme decirles que luego de ayunar por 40 días, Moisés no oró en silencio ni en voz baja. Clamó con todo su corazón. El poder de Dios no viene automáticamente. A través de su oración, Dios le reveló en íntima comunión con él, los 5 Libros del Pentateuco y muchas otras cosas.
Moisés jamás dijo algo que no hubiera venido de Dios; y cumplió completamente lo que Dios le decía. Como tenía esta clase de corazón, Dios le hablaba cara a cara tal como un hombre le habla a su mejor amigo. Y disfrutaba profundamente de su comunión con Moisés.
¿Creen ustedes que Moisés presumió ante Dios porque era completamente fiel en toda la casa de Dios? NO. NUNCA LO HIZO. Entre la primera generación de israelitas mayores de 20 años que salieron de Egipto, sólo 2 de ellos llegaron a entrar a la tierra de Canaan. Y fue la segunda generación la que conquistó la Tierra Prometida.
Y lo pudieron hacer porque Moisés les había enseñado a tener fe. No obstante, Moisés siempre se lamentó por no haber producido más fruto, a pesar que Dios le había dado gran poder y había respondido a sus peticiones.
Moisés tuvo la misma actitud de humildad que el siervo inútil, quien dijo: "He terminado mi tarea, luego de cumplir sólo con lo que debía hacer."
Hermanos: Cuando se halaga a las personas, muy fácilmente se vuelven arrogantes. Se transforman rápidamente. Se vuelven presumidos.
Sin embargo, mientras más amaba Dios a Moisés y le daba más poder, más humilde se volvía y servía con mayor dedicación a los demás. Dios está buscando esta clase de personas. Esta clase de hijos, líderes, siervos y obreros. Entiendan Hermanos: Dios jamás va a usar a una persona arrogante ni orgullosa.
¿Y que me dicen ustedes? ¿Alguna vez han pensado que su tarea es demasiado pesada y laboriosa y han querido dejar todo? Por favor, en esos momentos, recuerden el corazón de Moisés, quien no tuvo un segundo de descanso, desde el momento en que sacó al pueblo de Egipto hasta que el Señor lo llamó, por su constante preocupación por ellos.
Recuerden, repito, el corazón de Moisés quien fue completamente fiel en toda la casa de Dios. Lo único que lamentaba es no haber podido dar más fruto; y se alentaba a sí mismo para continuar su carrera.
Moisés ayunó por 40 días en el Monte a fin de recibir los Diez Mandamientos y los demás estatutos. Y Josué lo seguía. No obstante, el pueblo no pudo esperar su regreso y cuando Moisés descendió del Monte, se habían hecho un becerro de oro para adorarlo. Cuando Dios en Su ira decidió destruir al pueblo, Moisés se postró ante Él y clamó intercediendo por el pueblo de esta manera: "Te ruego, que perdones ahora su pecado, y si no, quítame la vida, bórrame ahora de tu libro de la vida pero salva a este pueblo." Así oró Moisés. Con este amor ofreciendo su propia vida. Cuando Dios oyó esta oración Su corazón se conmovió.
¡Cómo debe haber agradado a Dios esta oración! Dios tenía la intención de destruir al pueblo. Pero fue tocado por el corazón de Moisés: Un corazón lleno de amor, de fe y de bondad. Aun sabiendo que podía ir al infierno, pidió que Dios los perdonara y salvara. Debido a eso, Dios aplacó su ira y perdonó al pueblo.
Termino el mensaje: Amados Hermanos y Estimado Público:
Hoy hemos aprendido dos características más de la bondad en Moisés:
Primero: Fue más humilde que cualquier otro hombre sobre la faz de la tierra y Segundo: Fue fiel en toda la casa de Dios. Creo que ahora podrán entender el gran vaso de honra que fue Moisés para ser elegido por Dios a fin de cumplir Su voluntad.
Un proverbio dice: "El viento nunca dejará de golpear a un árbol con demasiadas ramas." Mientras más alto y grande sea un árbol, más problemas tendrá que enfrentar. Sin embargo, un árbol grande tiene raíces profundas en la tierra y se mantiene firme en las tormentas, aun cuando sus ramas sean movidas por el viento.
Más bien será refugio para muchas aves y dará una sombra refrescante. Espero que todos lleguen a ser este gran árbol de fe. Lo podrán hacer si siguen el ejemplo de bondad en Moisés; y si su fe está profundamente cimentada en la Palabra de Dios.
Jeremías 17:7-8 cita "Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová."
Hermanos: Fíjense: Dios nos dice "Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová." Una pregunta: ¿Hay alguien aquí quien pueda decir que no ha sido bendecido aun cuando ha confiado en el Señor? Si es así: Pregúntese si cada vez que ha enfrentado algún problema ha usado su propio criterio; o ha confiado en las personas y en su experiencia antes que en Dios.
¿O si ha dependido sólo de Dios y ha mostrado su fe de esta manera?
Yo jamás he confiado en mi propia opinión o criterio. Solo he dependido de Dios. Y cada vez que lo he hecho, Dios me ha bendecido abundantemente. Por eso, Dios me ha dado infinidad de ovejas en todo el mundo.
En estos días, otra Iglesia Manmin va a ser establecida en Japón. Las personas que fueron sanadas a través de mi oración se han juntado y van a dar inicio a una Iglesia. ¿Saben cuantas iglesias tenemos en China? Cientos de miles de personas reciben mi oración por Internet y son sanadas.
Nos están pidiendo que tengamos Iglesias en ese país. Ya hay varias, pero es un país tan grande. Toma 10 o 15 horas trasladarse de un pueblo a otro. Y todos quieren tener una Iglesia en su propia localidad. Nunca me han visto, pero han sido sanados cuando he orado por ellos por Internet y han formado sus iglesias.
Repito la cita "Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde;..."
Los árboles que son plantados junto al río no temen el calor porque sus raíces se extienden bajo la corriente y extraen agua de ahí. Sus hojas están siempre verdes y nunca mueren. No temen el calor porque están junto al río. Finaliza el pasaje: "...y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto."
En otras palabras, si extendemos nuestras raíces en Dios y en el Señor, si creemos en Dios y en el Señor y dependemos solamente de Él, Dios Mismo estará con nosotros y obrará por nosotros.
Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que todos lleguen a ser ese árbol frondoso de fe y puedan ser usados como instrumentos útiles para el reino de Dios.
AMEN