• Elías(1)

    [2Kings2:11]

    29-03-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • La Escritura de Hoy

      2 Reyes 2:11
      "Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino."

      Amados Hermanos en Cristo, Estimado Público y miembros de las miles de iglesias que están presenciando este servicio en Corea y alrededor del mundo, a través del satélite, por Internet, por la televisión o que lo están escuchando por cintas de audio o por la radio en el mundo entero.
      Esta es la prédica número 15 de la serie Bondad. Y el título de este mensaje es la "Bondad de Elías."
      A partir de hoy predicaré 3 sermones referidos a la bondad de Elías; y con ellos, finalizaremos la serie de mensajes sobre Bondad. Es decir, en 2 semanas más terminaremos con estas predicas sobre Bondad. En total son 17 mensajes que completan esta serie. Podríamos hablar de la bondad de muchos otros personajes de la Biblia: Por ejemplo, la bondad de María Magdalena, entre otros. Pero, no disponemos del tiempo suficiente.
      Ahora hablemos de Elías: El profeta Elías fue llevado al cielo sin conocer muerte. 2 Reyes 2:11 nos describe la escena donde Elías es arrebatado al cielo. Y cita el pasaje: "Y aconteció que yendo ellos y hablando, (Se refiere a Elías y Eliseo. Continúa el versículo) he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino."
      Ser llevado al cielo vivo sin ver muerte tiene un significado espiritual. Tal como cita la primera parte de Romanos 6:23 "Porque la paga del pecado es muerte,..." la muerte viene como resultado del pecado.
      Por ello, cuando Elías fue arrebatado al cielo sin ver muerte, eso quiso decir que no tenía pecado. Si. El profeta Elías no tenía pecado y era perfecto ante Dios por eso pudo ser llevado al cielo vivo sin ver muerte. Y en el cielo ha recibido honra y gloria.
      Tal vez se pregunte cómo una simple criatura pudo vivir sin pecar. Jesús fue concebido por el Espíritu Santo y no tuvo pecado original ni pecado personal y fue crucificado en la cruz. Por ello, cumplió las condiciones para ser nuestro Salvador.
      Sin embargo, Elías, un ser humano creado, no tuvo pecado. Quizás se pregunte cómo fue esto. No es fácil. Pero hay otros que han vivido sin pecar. Estoy pensando en Enoc. Dios caminó con Enoc por 300 años. Un pecador no puede ver a Dios. No obstante, Enoc caminó con Dios porque no tenía pecado. Y Dios también lo llevó vivo al cielo.
      Lo mismo fue con Elías. No pecó. Era bueno. La pregunta es ¿Acaso Elías no tenía pecado en lo profundo de su naturaleza? El hombre tiene una naturaleza pecaminosa. Debido al pecado de sus padres, hereda esa naturaleza. Sin embargo, dependiendo de sus padres y de sus abuelos, unos tendrán más y otros menos de esa naturaleza pecaminosa. Si no tiene muy enraizado el pecado en su naturaleza; y cree en Dios, se limpia y se santifica, el pecado en su naturaleza también desaparecerá.
      Ahora bien: La ley espiritual que cita que la paga del pecado es muerte, no se aplicaba a Elías. Por eso, pudo ser arrebatado vivo al cielo. Lo mismo sucedió con Moisés. En la carta de Judas, podemos ver que el diablo y el arcángel Miguel pelearon por el cuerpo de Moisés. Ya he explicado esto anteriormente.
      La pregunta es: ¿Por qué pudo Elías recibir esa gran bendición de Dios? Voy a compartirles de Elías desde el punto de vista bíblico y también en base a la revelación que Dios me ha dado de él.
      Cada vez que oro pidiéndole a Dios entendimiento de los versículos en la Biblia, Dios me da explicaciones detalladas y claras al respecto. En base a esas revelaciones, he predicado todos mis mensajes incluyendo El Mensaje de la Cruz: La Medida de Fe; Espíritu, Alma y Cuerpo; y Cielo e Infierno. Todas esas predicas han sido publicadas en mis libros. Más de 39 libros, algunos de los cuales ya han sido traducidos a varios idiomas y actualmente se están traduciendo a muchos otros idiomas más.
      Dios ha confirmado con señales que estos mensajes están basados en Su Palabra. La más significativa de esas señales es que infinidad de personas tienen ahora la seguridad de su salvación. Luego de haber escuchado estas predicas, muchos ahora tienen una ardiente esperanza por el reino de los cielos y han llegado a amar a Dios con todo su corazón.
      Es mi deseo que hagan suya cada palabra que voy a compartirles de Elías y se esfuercen por tener ese mismo corazón para que así lleguen a ser también hijos perfectos de Dios.
      Estimado Público:
      En primer lugar, demos un vistazo al contexto histórico en el tiempo de Elías. Elías profetizó en el reino del Norte de Israel durante el reinado del rey Acab. Para evitar que el reino del Norte fuera atacado, Acab tomó por esposa a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios.
      Debido al culto a Baal que ella trajo consigo, la idolatría prevaleció en el reino de Israel. Dios juzgó esto y envió a Elías para que le dijera al rey que no iba a llover en esos años. Esta fue la primera misión de Elías y está detallada en 1 Reyes 17.
      Luego de esto, Dios le dijo a Elías que se escondiera del rey en el arroyo de Querit. Acab tenía un corazón malvado y no obedecía a Dios. Por eso, cuando Elías profetizó la sequía, no se arrepintió ni corrigió sus caminos, sino más bien procuró matar al profeta.
      Mientras permanecía en el arroyo de Querib, conforme al mandato de Dios, el Señor le enviaba cuervos en la mañana y en la tarde para alimentarlo con pan y carne. Y empezó la sequía como Dios lo había declarado. Dios conoce el corazón del hombre. Y sabía que cuando Elías proclamara eso, el rey procuraría matarlo. Dios sabía esto de antemano. Por ello, preparó el camino para Elías.
      Recuerdan hermanos cuando Dios manda a Jonás a Nínive a proclamar que la ciudad iba a ser destruida en 40 días. ¿Ustedes creen que el rey de Ninive y sus pobladores iban a quedarse callados y no hacerle nada a Jonás? Dios ya sabía que no le iban hacer nada. Por eso, le dijo a Jonás que fuera y profetizara eso en Ninive. Jonás tenía que obedecer. Solo tenía que obedecer.
      Ahora bien: Si usa su criterio humano diría: Bueno. Yo soy forastero en esta ciudad. Y aquí no saben nada de Dios. ¿De repente al rey y a la población no les gusta lo que voy a decir? ¿Me creerán? O ¿no? ¿Tal vez se enojarán conmigo? Hermanos: No necesita hacerse todas esas preguntas. Lo único que debe hacer es OBEDECER. Al principio, Jonás desobedeció. Por ello, fue tragado por un enorme pez. Ahí se arrepintió y ayunó por 3 días.
      Una pregunta: ¿Qué es lo que el rey y la población de Nínive hicieron luego que Jonás pregonó contra ella? ¿Acaso se enojaron o intentaron matar a Jonás? No. No lo hicieron. Más bien se compungieron y entristecieron. Declararon ayuno y lloraron de arrepentimiento. Dios ya sabía que eso iba a suceder.
      Sin embargo, debido a la desobediencia, vinieron los problemas. Si tan sólo se obedeciera, eso traería bendición. Yo, en lo personal, me siento muy triste cuando veo actos de desobediencia.
      Volviendo al mensaje: Repito: Dios ya había preparado el camino para Elías: La sequía empezó en Israel tal como Dios lo había dicho. Luego de ello, fue a Sarepta donde una viuda. Después que la viuda le dio un bocado de pan, Elías oró para que Dios la bendijera con sustento hasta que la sequía terminara. También, por el poder de Dios Elías volvió a la vida a un joven.
      En el Monte Carmelo, clamó para que fuego descendiera del cielo y así hizo volver a los israelitas de la idolatría a Dios. Y finalmente cuando Elías oró de nuevo, la prolongada sequía que había comenzado con su oración, terminó, y volvió a llover. Si Hermanos: Dios había preparado su camino
      Santiago 5:17-18 nos describe al profeta. Y cita la Escritura: "Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto."
      Elías no oró por propia iniciativa. Dios le mandó que orara; y él obedeció. Y el resultado fue ese. Además de esos hechos, Elías profetizó el futuro y manifestó gran poder de Dios. Y al hacerlo, dio testimonio del Dios viviente, en esos años oscuros de Israel.
      Ahora bien: ¿Por qué Dios eligió y usó a Elías? Elías tenía un corazón muy humilde y jamás discutía con nadie. Esta es la primera cualidad de bondad que Dios vio en Elías.
      Hermanos: La humildad de Elías empezó cuando su espíritu cambió. Pero antes ya había sido fortalecido en el poder de Dios porque tenía un carácter y un temperamento frágil y débil.
      El caso contrario fue el de Pedro, quien era muy impulsivo, audaz y fuerte. Pero no fue lo mismo con Elías. Algunos piensan que es bueno ser valiente y orgulloso. No obstante, Elías no fue así. Él siempre se sintió incapaz. No destacaba sobre los demás. Era muy tímido.
      Por eso, no tenía grandes sueños ni visión. Nunca logró algo en base a coraje y pasión. Como Elías se consideraba inepto para la obra, jamás insistió en imponer su propia opinión en ninguna clase de circunstancia.
      Cada vez que la opinión de otro no estaba de acuerdo con la suya, nunca insistía en hacer prevalecer su idea. Si usted cree que ya ha llegado al nivel del espíritu, le pido que escuche con mucha atención este mensaje. Tal vez no lo entienda totalmente y diga: "Esta prédica no es para mí. Yo no soy obstinado ni trato de imponer mis ideas. Sólo doy sugerencias cuando me lo piden." Le suena familiar esto.
      Pero si ora intensamente y medita en esto otra vez, se dará cuenta que en verdad ha desobedecido. Espero que muchos ya anden en el espíritu. Sólo cuando entiendan esto y quebranten su EGO, podrán llegar al espíritu perfecto. Esto se aplica no sólo a los líderes, sino también a todos los hermanos en general.
      Si usted como líder, cree que siempre tiene la razón e impone sus ideas, con toda seguridad tendrá problemas con otros. No se dará cuenta que los demás lo toleran porque le tienen paciencia. Los que colaboran con usted, piensan que está equivocado, y aun así, siguen sus indicaciones y lo soportan. Debe darse cuenta de ello. No debe hacer que los demás lo acepten por obligación. Más bien, debe alentarlos a decir lo que piensan y a ponerse de acuerdo entre todos. Deben llegar a un verdadero acuerdo.
      Tal vez crea que su idea es la mejor. No obstante, los demás no piensan así. En ese momento, debe orar a Dios para saber cuál es la mejor opción. No debe obstinarse en imponer sus ideas porque es el líder. Debe entender a los demás y aceptar que pueden tener la razón. Cuando tolere y acepte todo de esta manera, entonces, su corazón estará listo para llegar al espíritu perfecto.
      Retomando la prédica: Como Elías evitaba todo tipo de discusión, siempre había paz adonde iba. Parecía frágil de carácter e incapaz de tomar buenas decisiones, pero tenía una cualidad especial que lo convertiría en un gran profeta si llegaba al nivel del espíritu.
      Dios, quien ve el interior del corazón de cada uno, vio que el corazón de Elías era bueno; y lo escogió y refinó para usarlo y hacer de él un gran profeta. Cuando los que son valientes se deciden a cambiar y a andar en el espíritu, Dios los usa de manera extraordinaria. Moisés, Pedro y el apóstol Pablo fueron valientes, muy inteligentes y capaces antes de ser transformados por el espíritu.
      Para ser usados por Dios, tuvieron que negarse a sí mismos y ser refinados. Este es el proceso de quebrantamiento. Negarse y obedecer sólo a Dios. Solo decir "Amén" a la Palabra de Dios. Precisaron de este proceso de perfeccionamiento para quebrantar su EGO. Y así llegaron a decir: "Nada soy. Y lo que soy, lo soy por la gracia del Señor."
      Moisés era así. Antes de pasar por ese proceso de refinamiento, cuando era príncipe de Egipto, confiaba en sí mismo. Pero luego de los 40 años de refinamiento, cuando se presentó delante de Dios: ¿Cómo era él? Decía que no podía hacer lo que Dios le había encomendado. Y díganme, hermanos: ¿Cómo lo usó Dios? Le dio gran poder y le mostró que estaba con él.
      Dios le dio esa gran fe. Cuando fue completamente quebrantado, Dios lo pudo usar. ¿Qué hubiera pasado si Dios le daba ese poder antes de ser quebrantado? Se hubiera vuelto arrogante. Y Dios lo hubiera tenido que rechazar.
      Lo mismo pasó con el apóstol Pablo. ¿Acaso Pablo no era inteligente? Era el mejor discípulo del mejor maestro en Israel. Provenía de una muy buena familia. Tenía la ciudadanía romana. No le faltaba nada. No obstante, Dios lo llamó y a través de las pruebas lo refinó y quebrantó. Luego de 3 años de oración llegó a quebrantarse y humillarse.
      Y al servir en la obra de Dios, pasó por muchas aflicciones y persecuciones. Y fue quebrantado. Finalmente llegó a ser un apóstol amado por muchos. Dio siempre gracias en toda situación y oraba sin cesar. Por eso, llegó a decir: CADA DIA MUERO. Cuando ya se había despojado de todo su EGO, Dios le dio el más alto nivel de poder. Sin ese poder, no hubiera podido predicar el evangelio de Jesucristo a la Iglesia primitiva. Requería de ese poder.
      En estos tiempos del fin, en un mundo que cada día está más manchado por el pecado y que debido al desarrollo de la ciencia y de la medicina, niega a Dios el creador; Dios manifiesta ahora ese poder para derribar todo conocimiento y toda la ciencia del mundo.
      Cuando estos siervos de Dio confesaron de todo corazón su dependencia de Dios, fueron ungidos por Él y pudieron ser usados. Cuando cambiaron por el espíritu, su valentía y sabiduría no desaparecieron sino se transformaron para servir al reino de Dios.
      El corazón de Elías no necesito pasar por duras pruebas para llegar a la humildad. Su naturaleza fue desde el principio amable y generosa. No era orgulloso ni vanidoso. Dios lo escogió por eso. Si alguien es por naturaleza humilde y gentil como Elías, Dios lo va a usar sin tener que pasar por un largo proceso de refinamiento.
      Elías no necesitó de un largo período de perfeccionamiento. Su quebrantamiento fue rápido.
      Tal vez una persona con carácter fuerte y obstinado, le tome más tiempo quebrantarse. No obstante, alguien con una personalidad gentil y buena, no le llevará mucho tiempo. Por ejemplo, Abraham, quien era humilde y bondadoso, no tuvo que atravesar por un largo período de refinamiento.
      Cuando Dios lo llamó, Elías tuvo temor porque se sintió incapaz de cumplir la obra que Dios le había encomendado debido a su débil carácter y porque podía fracasar en el intento. No tenía confianza en su interior. Elías tuvo que despojarse de todo su EGO y ser humilde y así transformar su débil naturaleza y ser usado como un gran profeta de Dios. Por eso, Dios permitió esas pruebas en su vida.
      Cuando Dios hizo que Elías profetizara al rey Acab ese tiempo de sequía, le dijo que se escondiera en el arroyo de Querib. Sin embargo, 3 años después, Dios le habló diferente cuando le dijo: "Ve, muéstrate a Acab, y yo haré llover sobre la faz de la tierra."
      Por ese tiempo, los israelitas ya habían sufrido mucho debido a la prolongada sequía; y el rey culpaba de ello a Elías. Acab odiaba a Elías y lo quería ver muerto. Tan sólo imaginen esto. No ha llovido por 3 años y medio. Ya pueden suponer lo difícil de las circunstancias.
      Si atrapaban a Elías, el rey lo iba a mandar matar. A pesar de ello, Dios le dijo que fuera ante el rey. Por eso, se presentó ante Acab.
      Pónganse en el lugar de Elías: Recuerden que se está escondiendo del rey. Acab lo está persiguiendo. Y Dios le dice: "Anda y preséntate ante el rey." ¿Que haría en ese caso? ¿Tendría miedo? ¿Acaso diría? "Dios mío. Estoy muerto." Si piensa así; entonces, es un hombre de poca fe.
      Si cree en el Dios todopoderoso: ¿Acaso un simple rey de este mundo podría matarlo? Si piensa así: déjeme decirle que no tiene fe. Si tiene fe, no debe temer. Si Dios le manda algo, no debe preocuparse. No debe depender de su propio criterio. No necesita hacer su testamento. No debe pensar que es el fin de su vida. Tan sólo debe obedecer con valentía.
      Retomando la prédica: Ya pueden suponer lo angustiado que debe haber estado Elías para obedecer el mandato de Dios. Sin embargo, fue ante el rey conforme a la palabra de Dios y le dijo la voluntad del Señor. Además, le pidió al rey que convocara a los 450 profetas de Baal y a los 400 profetas de Asera que comían de la mesa de Jezabel, al Monte Carmelo, para que clamando en guerra espiritual, pidiendo respuesta del cielo por medio del fuego, vieran quien era el verdadero Dios.
      La razón por la que Elías se sobrepuso a su debilidad y actuó en forma tan valiente fue porque jamás dejó de tener comunión con Dios. Como admitió sus carencias, se esforzó por tener una íntima comunión con Dios y así entender claramente Su voluntad.
      Sabía que nada podía hacer por sí mismo. Por eso no le quedó otra alternativa sino confiar en Dios y en Su poder que todo lo puede. Y como Elías oraba a Dios sin cesar, Dios respondía sus oraciones. Por eso, pudo superar sus limitaciones y al final, con el poder y la valentía que Dios le había dado, pudo con fe salió victorioso.
      En la siguiente prédica, veremos el carácter de Elías. Pero ahora, si leen la Biblia, podrán ver el temor que tuvo Elías cuando Jezabel le dijo que lo iba a matar. Elías llegó a decir: "Basta ya, Dios, quítame la vida." Se imaginan lo débil que era. A través de estas pruebas, Elías llegó a tener la seguridad que todo lo que es imposible para el ser humano es posible si Dios lo ordena.
      Elías no se despojo inmediatamente de su naturaleza frágil y débil. Mientras pasaba por las pruebas que Dios permitía en su vida, jamás dejó de tener comunión con el Señor. Por medio de estas experiencias se fortaleció con el poder de Dios y salió victorioso en todo lo que hizo.
      Luego de estas pruebas, Elías llegó a confesar que no era nada y que nada podía hacer por sí mismo, sino que todo lo podía en el poder de Dios.
      Desde ese momento tuvo la total confianza que podía hacer todo por fe en Dios y así glorificarlo grandemente. La razón por la que Elías demostró ese gran poder fue producto de su sólida fe con la cual todo lo que no era posible para el hombre, era posible con Dios. Por ello, siempre obedeció la voluntad de Dios.
      Obedeció todo con fe. A través de esta obediencia, Dios hizo que Elías experimentara que lo imposible en el mundo físico se hace posible en el mundo espiritual.
      Queridos Hermanos:
      Nuestro Dios todo lo puede y todo lo sabe. Por eso, Dios no busca a los capaces para manifestar Su Gloria. Dios precisa de los que están dispuestos a abandonarse a Su voluntad y a obedecerlo sólo a Él para que así puedan recibir y demostrar Su poder.
      Si el corazón de un hombre está lleno de ego, el poder de Dios no podrá llenarlo. Incluso si Dios derrama Su poder en ese corazón, el poder de Dios no podrá manifestarse completamente porque se mezclará con sus propios conceptos y teorías que han llenado su corazón.
      Cuando ha vaciado su corazón de todo prejuicio, Dios y el Señor podrán usarlo plenamente y así podrá manifestar Su poder. En la medida en que su EGO o YO esté vivo, aun si Dios le da Su poder, no podrá distinguirlo.
      Por eso, Dios busca vasos puros que puedan, sobre todo, despojarse de su EGO. Y luego hace de ese corazón un gran vaso de honra.
      Hermanos: Aun si el vaso está limpio y vacío, no podrá recibir más de lo que permite su capacidad. Mientras más humilde sea el corazón de uno, mayor poder recibirá de Dios. Elías reunió esas 2 condiciones:
      Siempre que no podía hacer nada por sí mismo. Y nunca dejó de tener comunión con Dios. Dios elige a una persona que parece ser incapaz y débil exteriormente y le da Su poder para hacer las obras que lo glorifiquen a Él.
      Por ello, en 1 Corintios 1:27-29 Dios nos dice "Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia."
      Algunos creyentes dicen que han sido escogidos y usados por Dios aun cuando sus corazones están llenos de egoísmo, de codicia y de orgullo. Algunos reciben dones espirituales luego de haberlo pedido a Dios fervientemente por mucho tiempo. Sin embargo, tarde o temprano se vuelven arrogantes y se desvían por el mal camino.
      Dicen que viven para glorificar a Dios, pero interiormente buscan su propia gloria. Están muy lejos de tener bondad. Como cita Mateo 7:20 Que dice "Así que, por sus frutos los conoceréis." Es mi deseo que disciernan todo por sus frutos y así nadie los podrá engañar.
      Como está escrito en Santiago 1:14 "Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido." Espero que puedan limpiar su mente día a día y así declarar lo que el apóstol Pablo decía: "CADA DÍA MUERO."
      Por favor hermanos: Echen fuera lo antes posible toda lujuria de la carne, todo deseos de los ojos y la vanagloria o el orgullo de esta vida. Y límpiense de toda carnalidad e impureza.
      Entonces, el poder espiritual de Dios y Su abundante gracia descenderán sobre ustedes. Espero que lleguen a derribar completamente todo argumento y toda forma de arrogancia que se levante contra el conocimiento de Dios.
      Antes de ser llamado por Dios, Elías no discutía ni se exaltaba a sí mismo. En el Antiguo Testamento, los siervos de Dios, aun cuando el Espíritu Santo no moraba en sus corazones, tenían comunión directa con el Señor. No obstante, Elías jamás se enalteció por ello, sino que buscó estar en paz con todos.
      Hoy en día, ustedes pueden recibir el Espíritu Santo y vivir en la gracia de Dios. Sin embargo, algunos siervos en la iglesia no tienen paz en sus corazones. Más bien guardan resentimiento contra otros hermanos o hermanas porque todavía no se han despojado de su arrogancia.
      Y por malos entendidos causan problemas a los demás. Si usted está en lo correcto y la otra persona está equivocada: ¿Qué actitud cree que sería la que más agradaría a Dios? Que juzgara a esa persona o que la guiara a la verdad con amor. Sólo alguien que no tiene malos pensamientos podrá diferenciar lo que es correcto de lo que no lo es. Nadie puede juzgar lo que es correcto o incorrecto de acuerdo a su propia imperfecta opinión.
      Entre los que me ayudan, hay algunos hermanos a quienes les enseño. Algunos de ellos, debo decirlo, se olvidan de lo que les digo, aun cuando se los he repetido 10 o 20 veces. No lo recuerdan. Se olvidan y vuelven a desobedecer.
      Si no les señalara sus errores y solo los ignorara, no me molestaría en enseñarles. Pero he tomado la decisión de hacerlo y de corregirlos. Me he resuelto hacer de ellos el pueblo de Dios. Dios me ha dicho que los guié al nivel del espíritu.
      Y aunque me sienta cansado y puedan molestarse conmigo ya que tengo que repetirles una y otra vez lo que ya les he dicho, como he decidido guiarlos al nivel del espíritu, se los digo nuevamente.
      Hay veces que ya no quiero insistir más. Aunque lo repito una y otra vez, no se corrigen y hacen que el trabajo sea más duro. Y me digo: "¿Debo darme por vencido?" Pero me respondo: NO. Si lo hago es que no tengo amor. A pesar de todo debo llevarlos al nivel del espíritu; y si Dios me lo ha dicho, lo debo hacer.
      Por eso, les señalo una y otra vez sus errores. Si no lo hiciera, no habría problema. No sentiría ninguna responsabilidad. Pero como lo hago, me pregunto: ¿Cuándo crecerán y serán siervos y siervas del Señor? Si dijeran AMEN e hicieran lo que les digo, sería muy bueno. Sin embargo, no lo hacen. Usan su propio criterio. Y por ello causan problemas.
      No obstante, hay algunos otros que no tiene ningún problema cuando los reprendo. Hay un anciano de la Iglesia que es así. Le he llamado la atención varias veces. Directa e indirectamente. Y eso lo entristece.
      Pero no pone excusas. Jamás dice que tiene la razón y que está en lo correcto. No me replica. Se lamenta y no sabe que hacer para disculparse. Se culpa a sí mismo por no servirme bien. En este caso, señalar los errores a alguien no crea conflictos.
      ¿Saben por qué lo hago? Porque pienso que no es bueno que yo solo vaya a la Nueva Jerusalén. Todos debemos cambiar para ir juntos a la Nueva Jerusalén. En especial los que colaboran conmigo. Por eso lo hago. Aún cuando a mí me duele llamarles la atención. Lo tengo que hacer para recordarles lo que les he enseñado.
      Ellos me han dicho varias veces que quieren ir conmigo a la Nueva Jerusalén. Y yo les respondo: Solo obedézcanme. Por eso, debo enseñarles y señalarles al menos indirectamente sus errores para que puedan cambiar y así entrar a la Nueva Jerusalén.
      Lo mismo va con todos los miembros de la Iglesia Manmin. Recuerden lo que les digo. Derriben su EGO para ir a una mejor morada en el reino de los cielos. Por eso, les enseño una y otra vez. Cuando los pecadores se arrepienten y se vuelven de su mal camino, Dios perdona sus pecados y transgresiones por la sangre de Jesucristo. Él nos cubre con Su amor.
      Por ello, los que han recibido la gracia de Dios no sólo deben discernir con la verdad entre el pecado y la justicia, sino además deben entender a todos con amor así como Dios lo ha hecho con nosotros. Esa es la verdadera justicia ante Dios: Cuando cree esto con verdadera bondad y se humilla, Dios lo verá como un buen hijo.
      Estimado Público:
      Cuando Dios me llamó como pastor, pensé en la forma cómo iba a cumplir esa tarea. Dios no sólo me llamo sino también profetizó que yo, como pastor, iba a cruzar montañas, ríos, océanos e iba a efectuar prodigios y señales.
      Hasta ese momento había orado para llegar a ser un excelente y carismático anciano de la iglesia y poder glorificar a Dios. Cuando Dios me dijo que iba a ser pastor y que iba a llevar Su voz, me sentí abrumado y avergonzado y no sabía qué hacer.
      Hasta es momento, repito, había orado para llegar a ser un anciano de la iglesia y así ayudar a los enfermos, como yo lo estuve, y a los pobres. Siempre quise hacerlo: Ayudar a los enfermos, a los pobres, a las viudas y a los huérfanos. Pero, de pronto, Dios me llama como Su siervo. Y eso me dejó perplejo.
      Luego pensé que podía hacer todas esas cosas que quería hacer como anciano, después de convertirme en siervo de Dios. Recibí el poder de Dios para sanar a los enfermos y ayudar a los pobres. Lo pude hacer mejor y más fácilmente. Pero en ese momento no lo imagine. Sin embargo, tenía mucha curiosidad por saber porque Dios me estaba guiando por ese camino.
      Y pensaba en muchas cosas: ¿Cómo podría llegar a ser pastor? Ya era mayor y no tenía buena memoria. ¿Cómo podría volver a estudiar e ingresar al seminario? Además, ¿Cómo podría llegar a ser un pastor que viajara por todo el mundo como avivador de la Palabra de Dios, si sentía vergüenza de hablar en público? ¿Cómo podría, entonces, predicar la Palabra?
      Si. Hermanos. Todas esas cosas se me venían a la cabeza.
      Desde entonces, jamás he desobedecido la voluntad de Dios. Oré por más de 3 meses para llegar a ser pastor y obedecí Su voluntad. E inmediatamente obedecí lo que Él me dijo.
      Me dijo que ya no me ocupara más de los negocios. Que mi esposa se encargara del negocio y entonces Dios me bendeciría de tal manera que ella iba a ganar más de lo que ganamos juntos. Dios me dijo que no me iba a faltar alimento ni dinero. Entonces, obedecí de inmediato. En ese momento, renté una pequeña habitación a 10 minutos de mi casa.
      Apenas Dios me llamó, empecé a prepararme para ser Su siervo. Y comencé otra vez a ir a las montañas para oír la voz de Dios de nuevo. Iba para orar y para escuchar la Palabra profética. Lo hice por casi 100 días. Finalmente, pude oír la voz de Dios otra vez.
      Y me dijo: "¿No te he llamado como Mi siervo para que seas pastor? Me has amado por sobre todo. Por ello, te he elegido para esta misión." Desde luego, Dios me dio más detalles. Ya les he hablado sobre esto, por eso no lo voy a repetir.
      Luego comencé mi vida como pastor, teniendo sólo una respuesta para Dios: "Sí" y "Amén." Cada vez que oía Su voz, obedecía inmediatamente. Y oraba con pasión porque no podía hacer nada en mis propias fuerzas y capacidad. Todo el tiempo Dios me respondía y derramaba sobre mí Su poder y Su gracia.
      Ahora Dios me ha dado el Poder Más Alto de la Creación. Y claramente discierno lo que es correcto y justo y recibo el favor de Dios. No me empecino en mi propia opinión. Enseño la Palabra de verdad y cuando algunos hermanos no la obedecen, me lamento y oro arrepintiéndome por ellos. He mantenido la paz con todos y he aceptado y recibido a todos.
      Termino el mensaje:
      Hoy les he compartido la primera cualidad de la bondad en Elías y por qué Dios lo escogió. Desde un principio su corazón fue humilde y no tenía conflictos con nadie. Tenía una naturaleza débil, pero llegó a obedecer todo mandamiento de Dios porque tenía comunión con Él.
      Si quiere ser usado por Dios como pastor o como siervo, debe cumplir con esa condición. Deseo de todo corazón que lleguen a comprender que mientras más humildes sean, más gracia y fortaleza recibirán de Dios.
      2 Corintios 4:7 menciona "Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros."
      Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que todos den gracias a Dios por haberlos llamado como vasos de barro y haga de ustedes vasos de honra llenos de precisos tesoros para que así den siempre gloria a Dios por Su gracia y Su poder.


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