• Elías(2)

    [Luke1:17]

    30-03-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • La Escritura de Hoy

      Lucas 1:17
      "E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto."

      Amados Hermanos en Cristo, Estimado Público y miembros de las miles de iglesias que están presenciando este servicio en Corea y alrededor del mundo, a través del satélite, por Internet, por la televisión o que lo están escuchando por cintas de audio o por la radio en el mundo entero.
      Esta es la prédica Nro.16 de la serie Bondad. Y hoy continuaremos hablando de la bondad de Elías. En la prédica pasada, mencioné que la primera característica de la bondad en Elías fue su corazón humilde. Como no seguía sus propios impulsos, no tenía problemas con los demás.
      Elías tal vez aparentaba tener un carácter débil y no ser capaz de tomar decisiones firmes. Sin embargo, Dios –quien ve lo profundo del corazón del hombre- vio bondad en su corazón y lo escogió para ser el gran profeta de su tiempo.
      A través de las pruebas que Dios permitió en su vida, Elías obtuvo fortaleza y confianza; y al manifestar los prodigios y las milagrosas señales de Dios, pudo hacer que el pueblo de Israel volviera de la idolatría a Dios.
      Cuando Elías cumplió con todo lo que Dios le había encomendado, Dios eligió a Eliseo como su sucesor y se llevó vivo a Elías al cielo. Ahora bien: ¿Qué le sucedió a Elías cuando subió al cielo en un carro de fuego tirado por caballos de fuego?
      Deseo de todo corazón que cada uno de ustedes sea tocado y llenado por la gracia de la Bondad de Elías, quien ahora está en el cielo y cuya bondad es reflejo de la que tuvo nuestro Señor Jesucristo quien vino a este mundo dejando Su gloria en el cielo.
      Estimado Público:
      La segunda cualidad de la Bondad en Elías es que amó a Dios en hechos y en verdad.
      Elías siempre tuvo comunión con Dios mientras cumplía con la obra que Dios le había encomendado en este mundo. Y también se esforzó por entender claramente la voluntad de Dios.
      Debido a su frágil y débil temperamento, Elías se aferraba más a Dios para cumplir con esa gran misión, y Dios fortalecía su espíritu con poder de lo alto.
      A través de esta experiencia, Elías anheló aun más el poder de Dios y, además, llegó a desear más fervientemente conocer a Dios quien lo fortalecía con Su gran poder.
      Con este amor por Dios, Elías cumplió obedientemente Sus mandamientos aun cuando sentía que no podía hacerlo en sus propias fuerzas. Sabemos como la gente del mundo procura dar todo lo mejor a sus seres queridos. Incluso si está fuera de su alcance, aun así procuran dárselos. Sin embargo, el amor de este mundo es temporal. Cambia con el paso del tiempo así como cambia el corazón. A la mayoría además le gusta recibir antes que dar.
      No obstante, el amor que sentía Elías a Dios permaneció firme y lo demostró perfectamente en hechos y en verdad.
      Muchos declaran su fe y amor a Dios, pero cuando llega el momento de hacer la obra de Dios, sólo dan excusas y se olvidan de todo. Dicen: "Yo quiero servir a Dios, pero como no tengo facilidad de palabra ni la preparación adecuada, mejor sigo haciendo lo que hago ahora."
      Sin embargo, los que dicen esto deben preguntarse si realmente creen de corazón en Dios y si verdaderamente lo aman. Dios nos dice: "Todo es posible para el que cree." En la medida que su amor por Dios permanezca vivo, el carácter, temperamento o preparación no será ningún impedimento.
      A menos que no confiesen su amor por Dios y por el Señor Jesucristo no podrán dominar su corazón.
      Piense en la ocasión en la que éste débil Elías desafió -él solo- a 450 profetas de Baal y 450 profetas de Asera a pedir que Dios enviara del cielo respuesta por medio del fuego.
      Ese ferviente amor de Elías por Dios, hizo aun mayor su deseo por salvar a los israelitas que habían abandonado a Dios y se habían volcado a la idolatría.
      Así es como en realidad uno debe amar a Dios; y Elías demostró ese amor en hechos y en verdad. A través de este proceso, el profeta llegó a conocer más claramente a Dios y puso un fundamento sólido en su comunión con Él.
      Cuando alcanzamos el nivel de fe de los padres; es decir, la madurez de la medida de fe, llegaremos a conocer más íntimamente a Dios. Aun cuando vivía en este mundo, Elías anhelaba con ansia conocer a Dios porque había interiorizado en su corazón lo que ya sabía de Dios.
      ¿Se imaginan el amor que sentía Elías en su corazón por Dios que fue llevado al cielo vivo y vio a Dios con sus propios ojos? Elías había conocido a Dios a su propia manera, pero una vez en el cielo, el profeta llegó claramente a comprender al Dios Trino.
      Como Elías alcanzó la completa santificación y no tenía ninguna forma de maldad y oraba constantemente e Dios, llegó a tener una profunda e íntima comunión con Dios. Y a través de esta comunión, pudo desafiar sin ayuda a los 850 profetas de Baal y Asera.
      Él no podía haber peleado esta guerra espiritual en sus propias fuerzas sin tener comunión con Dios. Elías tenía una intensa comunión con Dios y entendía Su corazón por eso pudo recibir la respuesta de Dios del cielo por medio del fuego.
      Elías llegó a conocer no sólo a Dios Padre sino además al Hijo y al Espíritu Santo. Y conoció la misión de cada uno. Sabía que Dios Hijo tenía que venir a la tierra para ser el Salvador de la humanidad. Para llegar a ser ese Salvador, el Hijo tenía que venir en carne y convertirse en el sacrificio expiatorio a través de Su crucifixión.
      Cuando Elías discernió esto, el profeta anheló aun más fervientemente que el Salvador viniera y declaró: "Haré todo por ti. Mi Señor."
      Dios Padre aceptó esta confesión y le dio la gran responsabilidad de preparar el camino para el Señor. Elías que había sido llevado vivo al cielo y que había estado con Dios, tuvo que volver a nacer en este mundo para prepara el camino al Señor.
      El plan de Dios, que llevó a cabo Elías, ya había sido profetizado por siervos de Dios en el Antiguo testamento.
      Isaías 40:3 cita "Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios."
      Y Malaquías 4:5-6 menciona "He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición."
      En este versículo Dios nos dice: "yo os envío el profeta Elías." La pregunta es: ¿De dónde envió Dios a este Elías? ¿Acaso Dios lo sacó de la tumba? CLARO QUE NO. Dios lo envió desde los cielos donde esta Dios Padre. Repito: Dios envió a Elías desde el cielo. Dios había anunciado a través de sus profetas no sólo que iba a enviar a Elías otra vez a este mundo, sino también había dicho la misión que iba a cumplir.
      ¿Cómo y cuándo Dios hizo posible esto? Por favor, Hermanos: Entiendan bien que esto es completamente diferente al concepto de reencarnación que enseña el budismo. Les pido por favor que presten mucha atención a este mensaje. Ya que todo está bíblicamente sustentado.
      Este caso en el que un ser humano ha sido llevado vivo al cielo y que ha vuelto a nacer en este mundo, sólo ha sucedido con Elías y únicamente ha acontecido una sola vez en toda la historia de la humanidad.
      ¿Cómo pudo, entonces, Elías -que había sido llevado vivo al cielo- nacer de nuevo en este mundo? Para que un ser nazca en este mundo, Dios debe enviar el espíritu de vida a la unión del espermatozoide y el óvulo de los padres.
      Sin ese espíritu, el hombre no se diferencia de un animal. Imaginemos algo. Supongamos que de aquí a 100 años la clonación del ser humano fuera una realidad. Dios jamás le daría espíritu al duplicado de un ser humano. Por ello, ese duplicado sería como un animal.
      Ahora bien: En la misma concepción de aquel que iba a preparar el camino para el Señor, Dios incluyó el corazón de Elías en el espíritu que envió. Dios no envió el espíritu de Elías. Envió un espíritu que contenía el corazón de Elías.
      No fue el caso de nuestro Señor quien fue concebido por el Espíritu Santo en el cuerpo de la Virgen María, pero no recibió ninguna herencia carnal de sus padres. Además, el espíritu que Dios envió en la concepción de Jesús contenía el corazón de Jesús. Sin embargo, con Elías fue diferente. Dado que el espíritu que contenía el corazón de Elías fue enviado después que las semillas de vida se unieron, ese ser concebido tenía que heredar la naturaleza de sus padres.
      Por ello, entre todas las madres embarazadas que Dios había considerado "Buenas y aptas", envió el espíritu con el corazón de Elías al embrión de una de esas mujeres.
      Por cierto, el Antiguo Testamento profetiza que Elías iba a venir. Y Dios mismo dijo que lo iba a enviar. Sobre todo, nuestro Señor reconoció que Elías ya había nacido y había venido. Todo esto está escrito en la Biblia.
      Ello fue posible porque Dios sopló parte del espíritu de Elías en la unión del espermatozoide con el óvulo. Esto fue completamente diferente al nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. El Espíritu de Jesús nunca fue enviado a la unión del espermatozoide con el óvulo. Jesús fue concebido por el poder del Espíritu Santo sin ninguna influencia de espermatozoide u óvulo.
      Volviendo al mensaje: Elías fue llevado vivo el cielo porque tenía que volver otra vez a la tierra. Pudo ser arrebatado al cielo sin ver muerte porque estaba limpio de pecado- original y personal. Y porque llegó a estar totalmente santificado como nuestro Señor.
      Podrán entenderlo mejor si han oído las prédicas sobre la Medida de Fe. ¿Quién cree que nació de esta manera? Hubo muchos profetas en el Antiguo Testamento y muchos discípulos y apóstoles en el Nueva Testamento, pero no hubo una sola persona a quien la Biblia se refiera como "Un hombre a quien Dios envió."
      Este fue Juan el Bautista a quien se menciona en Juan 1:6. Y en muchos otros pasajes de la Biblia se señala que Juan el Bautista tenía el corazón de Elías.
      El pasaje de hoy, en Lucas 1:17 dice "E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto."
      El ángel Gabriel le dijo estas palabras a Zacarías, quien era el padre natural de Juan el Bautista, refiriéndose al hijo que pronto le iba a nacer.
      Y Lucas 3:4 también confirma que Juan el Bautista era aquel de quien el profeta Isaías había declarado diciendo que era la voz que iba a preparar el camino para el Señor. Además, el mismo Señor Jesús dijo que Juan el Bautista era Elías.
      En Mateo 17:10, dos de los discípulos de Jesús, Pedro y Santiago, que habían presenciado Su transfiguración y había entendido que Jesús era el Mesías, le preguntaron "¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?"
      Los escribas estudiaban y enseñaban la ley; y estaban al tanto de lo que habían dicho los profetas por lo que sabían que Elías debía venir antes que el Mesías.
      A esta pregunta de sus discípulos, Jesús respondió en Mateo 17:11-12 "Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos."
      El Señor dijo que Elías debía venir antes que el Mesías para restaurar todas las cosas. Por eso, Elías ya había venido, pero el pueblo de Israel no lo había reconocido. Más bien, lo maltrataron. Respecto a este punto, Jesús dijo: "Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron." Si Hermanos: Lo decapitaron.
      Y Jesús profetizó que también el Hijo del Hombre padecería en manos de ellos. Y en el siguiente versículo 13 se lee: "Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista."
      Muchos pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento mencionan a Juan el Bautista. Por tanto, en base a la Biblia, podemos concluir que Juan el Bautista era Elías. La razón por la que Elías fue llevado vivo al cielo, es que debía volver otra vez a esta tierra y eso fue posible porque Elías había alcanzado el espíritu perfecto y no tenía pecado alguno.
      Algunos tal vez se pregunten: "Todos tenemos pecado original. ¿Por qué, entonces, se dice que Elías no tuvo pecado, original ni personal?
      En el primer nivel de fe, usted desecha los pecados más evidentes y así llega al segundo nivel de fe. Si en este segundo nivel, se despoja de todas las obras de la carne, entonces, llegará el tercer nivel de fe. Ahora bien, si desecha todo deseo de la carne como envidia, celos, odio y lujuria de su corazón, alcanzará entonces al cuarto nivel de fe. En ese momento, se podrá despojar de toda forma de maldad y ahí llegará a ser un hombre de espíritu.
      Incluso después de haberse despojado de toda forma de maldad, podrá aun tener algún rastro de carnalidad en usted. En ese momento, Dios comenzará a refinarlo hasta que remueva todos esos rezagos de la carne. A través de las pruebas que Dios permita en su vida, podrá extirpar esas huellas de la carne de lo profundo de su corazón. Sólo entonces, podrá purificarse de todo pecado incluyendo el pecado original y llegar a estar completamente santificado. En ese momento, llegará a ser un hombre de espíritu perfecto. Es decir, cuando su espíritu sea completo y perfecto. Si alcanza el espíritu completo, no tendrá mancha ni defecto.
      1 Tesalonicenses 5:23 cita "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo."
      En resumen: Debemos llegar a estar completamente santificados lo más rápidamente posible y todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo será guardado irreprensible hasta el día en que nuestro Señor regrese.
      El nivel de fe en el que llega a ser irreprensible lo explicaré en detalle cuando les hable del quinto nivel de fe. Incluso si usted parece irreprensible, y cree no tener maldad, podrá aún tener algunos parámetros o criterios formados, de los que no se ha dado cuenta.
      Algunos tiene conceptos formados en base a la verdad e incluso criterios muy fuertes pueden encontrarse en los profundo de su subconsciente. Hasta que todos estos conceptos no hayan sido derribados, no podrá estar en paz con los demás.
      Debe derribar todos estos argumentos para estar en paz con todos. ¿Se imaginan, entonces, lo puro y perfecto que será un hombre de espíritu completo? Nuestro Señor Jesús es la misma esencia de Dios. Sin mancha y puro. Y es la verdadera luz. Por eso, aquel que vino para preparar el camino al Señor, también debía ser puro y perfecto.
      Los pastores y maestros no deben enseñar a los miembros de sus iglesias sólo con palabras. Ellos al menos, deberían estar en el Tercer o Cuarto nivel de fe a fin de guiar a las almas a una mejor morada en el reino de los cielos.
      Además, deben esforzarse por llegar al 5to nivel de fe. Si se quedan en el 2do o 3er nivel por mucho tiempo, no podrán enseñar a otros. No sería correcto que enseñaran sólo en base a su conocimiento de la Biblia sin haber practicado la Palabra de Dios. Los pastores deben esforzarse en practicar la Palabra y llegar al 4to o 5to nivel de fe.
      Si no viven la Palabra y solo la enseñan, el Señor dirá que son unos hipócritas. En el tiempo de Jesús, muchos fariseos y maestros no practicaban la ley, sólo la enseñaban.
      Únicamente cuando ponga en práctica la Palabra, podrá enseñar a los demás cómo ir a una mejor morada en el reino de los cielos y cómo llegar a la Nueva Jerusalén. Si no practica la Palabra, Jesús lo verá como un hipócrita. Muchos maestros enseñaban la Ley de Moisés pero no la obedecían. Hermanos: Espero que ninguno de ustedes enseñe a los demás principios que nunca ha practicado en su vida.
      Por eso, Dios envió a Elías, quien ya había alcanzado el espíritu perfecto y fue llevado vivo al cielo y luego vino otra vez a este mundo.
      Otra razón por la cual Dios eligió a Elías fue su ferviente y apasionado amor por el Señor. Elías siempre estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por el Señor.
      Se imaginan la sujeción de Elías, quien estando ya en el cielo, respondió con un obediente AMÉN, cuando Dios le pidió que volviera este mundo.
      No nos olvidemos hermanos que Elías ya había vivido en este mundo y estaba disfrutando de la gloria en el cielo, por lo que sabía muy bien lo que significaba volver a esta tierra.
      Sin embargo, como el amor de Elías al Señor aumentó cuando pensó en todas las cosas que Jesús iba a sufrir, Elías no dudó en volver a este mundo de pecado y de maldad en vez de continuar disfrutando de la gloria celestial. Dios vio la sinceridad de la bondad en Elías en la medida en que el profeta mostró su amor con hechos y en verdad, y no sólo con palabras y de lengua.
      Pero, ¿Qué podemos pensar de la gente de hoy en día? Cuando aceptan al Señor por primera vez, su amor es ferviente. Y su gratitud por ese amor sobrenatural del Señor los lleva a declarar: "Haré cualquier cosa por el Señor. Incluso daré mi vida. Viviré por la Palabra de Dios."
      No obstante, pocos son los que cumplen con hechos esa promesa demostrando que su corazón no cambia. Hermanos: Dios nunca les ha pedido que vayan a un alejado y remoto lugar para predicar el evangelio poniendo en riesgo sus vidas. Sin embargo, no le predican ni siquiera a sus vecinos.
      Dios no les ha pedido que den todo lo que tienen. No obstante, no pueden obedecer ni aun el mandamiento de dar el diezmo completo al Señor. Mandamiento que Dios ha dado para su prosperidad.
      Los que en verdad aman a Dios no sólo obedecerán y vivirán de acuerdo a Su Palabra, sino que teniendo sus ojos puestos en el reino de Dios, deberán asimismo ser los primeros en dar el ejemplo.
      Así como es normal que una tetera con agua hirviendo suelte vapor, para aquellos que aman a Dios con pasión, será natural manifestar ese amor en palabras y hechos. Igualmente, debemos estar preparados para hacer todo lo que esté a nuestro alcance para agradar a Dios.
      Por ejemplo: ¿Qué hizo Jesús, quien nunca peleó, ni gritó en las calles, cuando vio que el pueblo estaba deshonrando el Templo de Dios?
      En Juan 2:14-16 leemos "Y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado."
      Hace más de 2 mil años los cambistas y comerciantes no podían entrar al Lugar Santo del Templo. Nadie excepto los sacerdotes y el Sumo Sacerdote estaban permitidos a entrar.
      Los cambistas y negociantes estaban en el atrio o patio exterior del Lugar Santo. Y no vendían objetos comunes, sino animales para el sacrifico por los pecados del pueblo. Sin embargo, Jesús hizo un azote de cuerdas y los echó fuera del Templo, con ovejas y bueyes. Y volcó las mesas y tiró las monedas de los cambistas.
      Si Hermanos: Tiró al piso las monedas de los cambistas y volcó sus mesas. ¡Qué tal ira debe haber sentido el Señor! ¿Cierto?
      Y aun cuando nuestro Señor era manso y gentil, hizo esto. Eso nos dice lo enojado que debe haber estado. Y les dijo: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado."
      Y Juan 2:17 menciona "Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume."
      El Templo debe mantenerse santo. Nuestro Señor jamás aceptó que se vendiera bueyes, ovejas y palomas en el Templo ni aun para que el pueblo de Dios pudiera ofrecer su holocausto para perdón de sus pecados. Hizo un látigo de cuerdas y los echó fuera del Templo. Echó también fuera las ovejas y los bueyes, tiró al piso las monedas de los cambistas y volcó sus mesas.
      HERMANOS: NO DEBEMOS DISCUTIR, PELEAR, MALDECIR, ENOJARNOS NI CONTAR CHISTES MUNDANOS EN EL TEMPLO DE DIOS. Nada de eso es aceptable en la casa de Dios. Y Dios nos lo ha advertido.
      Hermanos: No debemos tampoco hablar de negocios, ni de préstamos de dinero. REPITO: JAMAS DEBEMOS PEDIR NI PRESTAR DINERO A OTROS HERMANOS. Debemos abstenernos de conversar de cualquier cosa que no sea de la Palabra. Desde que se fundó esta Iglesia, Dios me ha dado este mandato. Dios aborrece este pecado. Y como Jesús amaba a Dios, no podía permitir que la casa de Dios fuera deshonrada. Si. El señor Jesús era manso y humilde. Más que cualquier otro. No obstante, por ese amor hacia Dios, actuó de esa manera.
      Hay un dicho que dice: "El amor es ciego." Cuando ama con pasión espiritual a Dios y al Señor, no prestará atención a ninguna otra cosa. Sólo pensará en la voluntad de Dios y estará ansioso por cumplirla de la mejor forma posible.
      Queridos Hermanos:
      Desde que el primer momento en que conocí a Dios y experimenté en forma personal Su amor, hasta hoy, mi amor por Él no ha cambiado un ápice.
      Desde que acepté al Señor, he amado a Dios. Sin embargo, al principio no sabía en forma precisa ni correcta quién era Dios y quién el Señor. Tan solo amaba a Dios y al Señor sin saber exactamente la razón.
      Escuchaba la Palabra de Dios, asistía a los servicios y leía la Biblia. Y luego, poco a poco, fui entendiendo quién era Dios y quién era Jesús. Y mientras más lo comprendía, mayor era mi amor. Mi amor por el Señor se hizo más profundo cuando entendí que Jesús llevó la cruz para redimirnos de nuestros pecados.
      Para explicarme mejor, les voy a dar una sencilla ilustración. Hace poco tiempo, una niñita de 3 años de edad de nombre "Yeyi" dio su testimonio. Ella padecía una severa enfermedad denominada "Dermatitis atípica." Cuando sus padres la trajeron por primera vez, ella volteó su rostro cuando puse mi mano para orar. No me miraba. Fruncía el ceño y esquivaba mi mirada.
      No me conocía. Al principio se asustó un poco porque nunca antes me había visto. No obstante, algo pasó. Luego que oré por ella, la sensación de picazón y el dolor desaparecieron. Pudo dormir tranquilamente. Volvió a estar alegre. Su actitud hacia mí también cambió. Ahora me quiere.
      Apenas terminaba el culto del día domingo, corría hacía mí, y me llamaba "Papá." En su casa o en cualquier otro lugar donde me veía en la televisión gritaba: "Papá. Aquí estoy."
      Así me llegó a conocer. Y me amó en la medida en que comprendió quien era yo. Ahora cada vez que me ve, me abraza y me besa. Cuando me conoció, me llegó a querer.
      De la misma forma, en la medida en que conocí más a Dios y al Señor, pude amarlos más. Y en el grado en que llegué a saber del reino de los cielos que Dios había preparado en Su gran amor para nosotros, y la forma en la que puedo ir a una mejor morada en el cielo, pude amar más intensamente a Dios, al Señor y a los padres de la fe.
      Hermanos: Luego de 7 tormentosos años de enfermedades, llegué a experimentar la vida eterna antes de la muerte y Dios me sanó inmediatamente por su poder. Luego de eso, Dios fue todo para mí. Y cada vez que pensaba en el amor de Jesús, quien murió por mí en la cruz, podía dar gracias en cualquier situación. Cada vez que leía la Palabra, me abstenía de hacer lo que Dios me prohibía, desechaba todo lo que Dios quería que dejara; y me esforzaba por hacer todo lo que a Él le agradaba. Obedecía completamente sus mandamientos.
      ¿Acaso podría decir que algo es difícil o que no puedo hacer esto o aquello si Dios me lo manda? Todo mandamiento y Palabra que Dios nos ha dado es para nuestra bendición. Por eso, todo lo podemos hacer con alegría y gratitud.
      Aun cuando Sus mandamientos podían parecer difíciles de obedecer, mi amor por Dios siempre me capacitó para obedecerlo con un "Amén". Ya les he compartido que cuando Dios me llamó, no me sentí capaz de obedecerlo. Sin embargo, al final llegué a hacerlo. Y he obedecido todo lo que Dios me ha dicho, sin importar lo imposible que pareciera.
      Desde que fui llamado, he proclamado que Dios está vivo y que Jesús es nuestro único Salvador. He obedecido Su Palabra sin importar lo que la gente decía y las amenazas que recibía.
      En 1998, a menudo conversaba con un anciano de la Iglesia. Y le decía que mucha gente me iba a mal interpretar. Pero que no tenía otra opción sino la de proclamar la voluntad de Dios. Ya sabía de antemano que muchas iglesias me iban a condenar por declarar los secretos del mundo espiritual. Sabía los celos y la envidia que eso despertaría.
      Aún sabiendo que me iban a criticar, predique los secretos del mundo espiritual porque esa era la voluntad de Dios. Se lo dije a este hermano muchas veces. Hasta ese momento había sido muy cuidadoso para que no se me mal interpretara. Pero me vi obligado a develar los secretos que Dios me había revelado.
      Dios hizo que predicara estos misterios para que los miembros de la Iglesia Manmin y de muchas otras iglesias pudieran saber del mundo espiritual. Hermanos: Escuchen bien: No podemos alcanzar el nivel del espíritu y la santidad a menos que comprendamos el mundo espiritual. Sin ese conocimiento, jamás podremos llegar al 4to o 5to nivel de fe.
      Así, comencé a predicar estos mensajes sobre los secretos del mundo espiritual aun corriendo el riesgo de ser criticado. Tan pronto como lo hice, muchos líderes de otras iglesias no dudaron en condenarme.
      Hermanos: En la actualidad toda iglesia se rige por un conjunto de disposiciones y cualquier decisión que se tome, se supone, se debe hacer de acuerdo a esas normas. Para que se condene a una iglesia como secta, se requiere de un examen detenido de acuerdo a esa normatividad. Y eso toma al menos un año. Esto demanda también una inspección o informe en el lugar. No obstante, aquellos que me juzgaron, pasaron por alto todo este proceso y me juzgaron y condenaron, sin yo tener derecho a una defensa.
      Me condenaron erróneamente debido a sus celos. Sin embargo, jamás reclamé. Únicamente continué obedeciendo la voluntad de Dios, confiando en que Él sabía todo esto.
      El hecho que Dios me protegía era más que suficiente para mí. Lo más importante era que Dios estaba complacido con mi actitud y empezó a darme Su poder y Sus bendiciones. Con ese poder y esas bendiciones me capacitó para llevar a cabo mi ministerio. Por ello, nunca discutí con los que me habían juzgado ni me quejé. Tampoco les guardé rencor.
      Estaba muy agradecido porque podía proclamar la voluntad de Dios. Líderes de otras iglesias me decían que debía de acusar a los que me habían condenado. Pero yo les sonreía y pacientemente esperaba. No tenía la mínima intención de discutir ni de acusarlos. Jamás lo consideré necesario. Sólo deseaba obedecer la voluntad de Dios.
      Y al obedecer la voluntad de Dios, jamás dude en ir a lugares donde podía correr peligro mi vida, o hubiera represalias contra mí, o donde fuera ilegal predicar el evangelio de Jesucristo. Jamás tuve temor de ir a esas naciones donde esta proscrito el evangelio. Como está escrito: "El perfecto amor echa fuera todo temor;" sin importar lo apremiante de la situación, mi amor por Dios hacía que yo valientemente saliera adelante, clamando con toda mis fuerzas y dando gloria a Dios.
      Cuando he viajado a otros países, nunca he sentido miedo. Jamás me he preocupado de lo que me pudiera pasar o que me pudieran encarcelar por predicar el evangelio de Jesucristo en un país donde estaba prohibido.
      Únicamente me he dedicado a cumplir la voluntad de Dios, en proclamar quien es Jesús y manifestar las poderosas obras del Señor, sin tomar en cuenta lo que me pudiera pasar.
      Dios lo sabe todo. Y Él es todopoderoso. Si lo permite, habrá persecuciones. Pero si no lo permite, ninguna autoridad ni poder podrá detenerme ni matarme. Si Dios no lo permite, ningún poder ni autoridad podrá hacerlo.
      No hay razón alguna por la que debería preocuparme por el día de mañana. Jesús lo dijo. Y añadió: Cada día trae su propio afán.
      No obstante, muchos no piensan en la eternidad, sino se preocupan del mañana, del futuro y de las cosas materiales. Esas cosas los oprimen. Sin embargo, nuestro Señor nos dice que no nos preocupemos por el día de mañana. Jesús nos manda primero buscar el reino de Dios y Su justicia. Y cada día traerá su propio afán. Y para lograr ese objetivo, siempre le di a Dios todo mi tiempo, talentos y tesoros o riquezas. Todo lo que tenía y lo que tengo se lo di. Incluso cuando no tenía mucho para darle; por fe, pedía prestado y ofrendaba. SI. Hermanos. HAN OIDO BIEN: AUN CUANDO NO TENÍA NADA PARA DARLE, POR FE, PEDÍA Y OFRENDABA. Y siempre que podía, daba más a Dios.
      ¿Saben por qué lo hacía? Porque amo a Dios y amó a mi Salvador, el Señor Jesucristo. Y así será siempre. Hermanos: Dios nos ha dado la inmensa tarea de construir el Gran Santuario. Y he estado orando por ello.
      Incluso tratándose de una tarea gigantesca y que va a tomar tiempo cumplirla, jamás me lamenté ni dije: "Dios mío: ¿Cómo puedo llevar a cabo esta tarea?
      Cuando Dios me dijo que iba a conocer a reyes, gobernantes y líderes de las naciones a fin de construir este Gran Santuario, nunca pensé: ¿Cómo podré tocar los corazones de esos líderes?
      Jamás dude que los reyes y los gobernantes iban a venir a conocerme. A mí: Un simple pastor. Únicamente he orado por eso y he creído que la palabra que Dios me dio se iba a cumplir completamente. Como está escrito: El celo de tu casa me consume.
      Si la majestad de la creación y del poder de Dios pudiera ser materializada en la más bella edificación que jamás ha existido en esta tierra; yo estaría preparado para hacer todo lo que Dios me dijera.
      Deseo que cada uno recuerde que cuando su amor por Dios se une a su fe en Él, podrá confesar: "Todo lo puedo hacer." Y asimismo, podrá demostrar ese amor con hechos y en verdad.
      Les cuento algo: Cuando estaba subiendo al altar para el servicio, una pastora me dio su testimonio. Me comentó que hace poco había orado con el pañuelo ungido por un hermano moribundo, pero que al hacerlo ella no creyó que fuera a recuperarse. El hermano estaba desahuciado.
      Sus órganos internos ya estaban descompuestos y los doctores decían que no había nada que hacer. Incluso le dijeron a su familia que fueran preparando su funeral. Por eso, cuando la pastora oró por él, ni ella misma creía que el hermano se iba a recuperar. En el hospital ya lo daban por muerto. Incluso decían que si se sanaba por un milagro, quedaría paralizado el resto de su vida. Y saben. Dijeron la verdad.
      De cualquier forma, el hermano se sanó y se levantó de la cama. Cuando sucedió este milagro, la pastora también se sorprendió porque en realidad no esperaba esto. Y eso no fue todo. La familia recibió otra bendición.
      Tenían una cuenta altísima que pagar cuando fue dado de alta del hospital. Eran más de 20 mil dólares. Y tenían muy poco dinero. Sin embargo, para su sorpresa la familia fue reclasificada por el gobierno a una categoría de indigente. Por ello, la cuenta del hospital se redujo considerablemente.
      ¡Qué bendición! ¿Verdad? La pastora que oró y que cuidó de esa familia estaba tan emocionada que me dio su testimonio llena de gozo.
      Termino el mensaje:
      Amados Hermanos y Estimado Público:
      Esta es la segunda prédica de la Bondad de Elías. Y les he compartido cómo Elías amó a Dios con hechos y en verdad.
      Aun cuando Elías parecía tener una naturaleza frágil, mientras más anhelaba conocer a Dios, más valientemente proclamaba Su voluntad. Una vez que estuvo en el cielo cara a cara con el Dios Trino, su amor llegó a ser tan grande que llegó a decir: "Haré cualquier cosa por ti. Mi Señor."
      Y así Elías demostró perfectamente su amor por Dios con obras y en verdad. En la prédica final de esta serie de Bondad, hablaré la forma en que Elías continuó demostrando la bondad de su corazón una vez que regresó a este mundo.
      Esta serie de mensajes sobre Bondad finalizará la semana próxima. Podría continuar predicando sobre este tema. En la Biblia se menciona la bondad de muchas mujeres. Pero debido a lo limitado del tiempo, debemos terminar con esta serie de 17 prédicas sobre Bondad.
      Con este ejemplo de la bondad del amor de Elías a Dios, podemos aprender que no hay excusas para poder expresar nuestro verdadero amor. Además, el Espíritu Santo que mora en nosotros nos ayuda en nuestra debilidad.
      Romanos 8:37 nos recuerda: "Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó."
      Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que cada uno de ustedes ame más a Dios y viva cada día y cada momento en ese amor, siguiendo el ejemplo de la bondad del amor en Elías.


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