• El Significado de la Resurrección - Servicio de Pascua

    [Juan 14: 6]

    12-04-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Juan 14: 6]
      "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí."
      Hoy es Pascua. Pascua es una de las fiestas cristianas más grandes.
      La gente comparte huevos hermosamente decorados para celebrar la Santa Comunión. Tenemos la Cantata de Pascua y experimentamos las emociones de la Pascua.
      Pero lo más importante al celebrar la Pascua es recordar el verdadero significado de la resurrección.
      No deberíamos despreocupadamente pasar por alto la Pascua pensando que sólo es más de las fiestas que se celebran una vez al año.
      La Resurrección es tan importante en nuestra fe. Incluso podemos asegurar que la fe cristiana puede expresarse como "La Fe de la Resurrección".
      Por lo tanto, debemos entender el significado de la Resurrección.
      En este tiempo, recordemos una vez más el significado de la Resurrección.
      Al escuchar este mensaje, es mi anhelo que ustedes puedan entender el significado de la resurrección desde su s corazones, y sean así, llenos de gracia. Por lo tanto, espero que así puedan captar el verdadero propósito de la vida y de la vida cristiana.
      Oro en el nombre del Señor para que sean llenos de manera sobreabundante con la emoción de la resurrección, y así, marchen hacia el reino de los cielos.

      [Principal]

      Amados hermanos y hermanas, ¿cuál es el verdadero significado de la resurrección?
      Primero que todo, es la verdadera vida.
      Ustedes y yo estábamos destinados a la muerte puesto que éramos pecadores.
      El Apóstol Pablo entendió claramente las reglas del reino espiritual y habló de igual modo sobre ello.
      Romanos 6:23 dice, "Porque la paga del pecado es muerte..." como dice, el resultado final del pecado es la muerte.
      Ningún ser humano está exento de eso, ya que todos nacemos como descendientes de Adam, quien pecó. Asimismo, las personas también cometen sus propios pecados.
      Tal como la Biblia lo dice, "no hay justo, ni aun uno". No existe nadie que pueda resolver el problema del pecado por sí mismo.
      Pero el Señor nos salvó de la muerte. Él pagó el precio de los pecados de la humanidad llevando la cruz.
      Mas después de morir en la cruz, Él resucitó. Él se convirtió en la primicia de la resurrección. Si aceptamos al Señor como nuestro Salvador y creemos en Él, no enfrentaremos la muerte como resultado del pecado. Sino que tendremos vida eterna en el reino de los cielos.
      Es tal como 1 Corintios 15:22 dice, "Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados."
      Hermanos y hermanas, ¿cuán real viven el hecho de haber pasado de muerte a vida eterna? Y ¿Cuán agradecidos están por eso?
      La mayoría de las personas no piensan sobre sus muertes; pero en realidad, la muerte es una realidad eminente. La muerte ha sido el dolor de la humanidad a través de toda su historia.
      El proceso de la muerte también nos acarrea dolor. Podemos sentir el dolor de la muerte al ver las personas que envejecen o a aquellas que luchan contra enfermedades terminales.
      No es que tan sólo la muerte sea dolorosa en sí misma. La muerte también causa otra clase de dolor llamado separación.
      Mas si nosotros, como seres humanos, únicamente enfrentamos la muerte física, eso estaría bien ya que el dolor de la muerte desaparece a mediad que el tiempo pasa.
      Pero la muerte para los pecadores no sólo es física.
      Sino que han de enfrentar muerte física como espiritual. Y del mismo modo, han de recibir castigo eterno en el Infierno.
      Y hubo un tiempo donde todos teníamos que enfrentar esa muerte espiritual. Sin embargo el Señor nos dio verdadera vida. Podemos vivir en el reino de los cielos para siempre y no morir porque tenemos vida eterna.
      Claro está, incluso aquellos creyentes que son salvos enfrentan la muerte física. Pero aunque enfrenten la muerte, la Biblia dice que no están muertos sino "dormidos".
      1 Corintios 15:20 dice, "Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho."
      Los que están dormidos son aquellos que creyeron el Señor en sus vidas terrenales y murieron y fueron sepultados. Cuando llegue el momento de la segunda venida del Señor, ellos resucitarán primero, antes que los vivos.
      1 Tesalonicenses 4:16 dice, "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero."
      En ese momento, los cuerpos muertos y sepultados cambiarán por cuerpos resucitados y se unirán con su espíritu. ¡Cuán emociónate será ese momento! Serán llenos de asombro por el sólo hecho de no morir nuevamente.
      Luego que esas personas resuciten, aquellos que están vivos serán arrebatos en los aires.
      1 Tesalonicenses 4:17 dice, "Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor."
      Aquellos que no enfrenten la muerte física serán arrebatados en las nubes, y sus cuerpos serán transformados en cuerpos espirituales que nunca perecerán.
      Ese cuerpo espiritual no sólo será incorruptible sino que también será verdaderamente hermoso.
      Aquellos que todavía estén viviendo sobre la tierra estarán más que agradecidos puesto que tendrán la esperanza de encontrar al Señor vivos.
      Hermanos y hermanas, cuando las personas logran escapar de situación o peligros que ponen en riesgo la vida, sienten un gran alivio y aseguran haber estado cerca de la muerte.
      Entonces, al escapar de la muerte eterna, ¡cuán increíblemente feliz será ese momento para nosotros!
      Hemos ganado la vida eterna mediante los sufrimientos y resurrección del Señor Jesús.
      La resurrección de Jesús es la promesa segura de la vida eterna que Él nos dará.
      Los animo a que den gracias desde lo profundo de sus corazones al Señor que los ha salvado de la muerte y nos ha dado verdadera vida eterna.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo, en segundo lugar, el significado de la resurrección es el verdadero amor.
      Cuando predicamos el evangelio, predicamos del amor de Dios.
      Decimos "Dios te ama". Entonces, algunos no creen que el Dios invisible los ame; y por lo tanto, no le abren el corazón tan fácilmente.
      Pero nosotros conocemos muy bien a cerca del amor de Dios. Dios no sólo nos amó con Palabras; Él nos dio clara evidencia de Su amor.
      El Sufrimiento de la cruz y la resurrección de Jesús son esa evidencia.
      Jesús tomó la cruz para salvar a la humanidad pecadora. ¿Por qué lo hizo? Lo hizo porque nos amó.
      Romanos 5:8 dice, "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros."
      Nosotros debíamos morir, pero Jesús quiso salvarnos. Él quiso darnos vida eterna y el reino de los cielos.
      Entonces, Él tomó la cruz. No nos amó sólo de palabra, sino que lo dio todo con Sus acciones.
      Y al resucitar demostró que Su amor era verdadero. Su resurrección demostró que no había en Él pecado alguno.
      Jesús resucitó porque era inocente y no podía estar atado a la muerte. Él nos amó tanto que aún siendo completamente inocente, se hizo culpable y tomó el castigo de la muerte en lugar de nosotros pecadores.
      También podemos sentir el gran amor del Padre a través de la resurrección de Jesús.
      ¿Quién planeó la providencia de la salvación por medio de la cruz? Fue Dios Padre. Adán renunció al amor de Dios al cometer pecado.
      Y como resultado de su caída, él se convirtió en un hombre de carne, y conforme a las leyes espirituales, él debía morir. Por consiguiente, todos sus descendientes tuvieron que enfrentar la muerte como pecadores también.
      Pero luego hubo alguien que pagó el precio de ese pecado, Jesús, quien era uno con Dios en el principio.
      Dios preparó a Jesús incluso antes de comenzar a resolver el problema del pecado.
      Cuando llegó el momento, Él envió a Su Hijo Unigénito, Jesucristo, a esta tierra caída de pecadores. Dios permitió que Jesús muriera en manos esos pecadores.
      Él hizo eso para poder restituir la vida de esos mismos pecadores.
      Eso jamás podría haber sido posible sin amor. Los seres humanos somos tan sólo criaturas creadas, y Dios como Creador podría habernos simplemente destruido.
      Pero su amor es inmutable. Incluso cuando las personas cometieron pecado, Él nos amó tanto que envió a Su Hijo Unigénito para resolver el problema del pecado.
      Ahora bien, ¿Cuál es el propósito final de planificar esta salvación mediante la cruz?
      Ese propósito es tener verdaderos hijos que compartan la gloria de Dios junto a Él.
      Es decir, Dios planeó todas estas cosas para darnos el reino de los cielos y la vida eterna, y compartir Su amor.
      Él claramente nos demostró Su amor al enviar a Su hijo a este mundo y hacerlo pasar por los sufrimientos de la cruz y la resurrección.
      El verdadero amor de Dios comprendido en la resurrección todavía hoy, más de 2.000 años más tarde, todavía se muestra de la misma manera.
      Este verdadero amor se muestra a través de Dios Espíritu Santo.
      Cuando aceptamos a Jesús y creemos que Él murió en la cruz como nuestro Salvador, el Espíritu Santo viene a morar en nuestros corazones.
      Y luego, nuestros espíritus muertos reviven por el Espíritu Santo en nosotros. Cuando vivimos conforme la Palabra de Dios con la ayuda del Espíritu Santo, nos volveremos cada vez más hijos espirituales.
      Morimos a vivir en pecado y vivimos para justicia.
      Pero como el mundo de hoy está sumido en el pecado, hay muchas personas que no reconocen a Dios. Ellos blasfeman contra Dios y corren directo hacia la muerte.
      Incluso después de haber aceptado al Señor y tener vida eterna, cometen pecados nuevamente que los conducen a la muerte.
      Mas el Espíritu Santo está intercediendo ante Dios para que incluso esas almas que se supone deben morir, y que no tienen chance de ser salvos, reciban vida nuevamente.
      Romanos 8:26 dice, "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles."
      Como pastor, yo cuido de muchas ovejas, y veo que algunos siguen cometido pecados.
      Me duele el corazón al ver a aquellos que pecan deliberadamente, aun conociendo la verdad y cometen pecados imperdonables.
      Oro con pasión para que Dios perdone sus pecaos y les permita vivir.
      Oro con la clase de corazón que está dispuesto a pagar cualquier precio con tal que ellos se vayan al reino de los cielos.
      Cuando oro con tanto fervor, en ocasiones Dios abre un camino para que ellos puedan volver a la vida. Y no se puede describir el gozo que se siente al ver un alma regresar.
      Si mi corazón que es el de un pequeño pastor se siente así, ¡cuánto más gozo ha de sentir nuestro Padre! Hasta la gente en el mundo cree que el mayor amor es aquel que se sacrifica por otros.
      Ellos reconocen que si una persona puede hasta dar su vida, eso es verdadero amor.
      Incluso hasta sueñan con ese tipo de amor. Y Jesús demostró ese tipo de amor al tomar la cruz.
      También mostró que Su amor era verdadero al resucitar. Y ¿a quienes amó? A ustedes y a mí.
      Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que sus corazones sean llenos de ese amor en la resurrección para que de ese modo, ustedes sean parte de la hermosa novia del Señor.
      Hermanos y hermanas en Cristo, la resurrección también encierra un tercer significado este es la verdadera fe.
      Jesús ciertamente creyó que Dios cumpliría la providencia de la salvación mediante la cruz. Y por consiguiente, Él obedeció con gozo. En otras palabras, Él cumplió completamente la providencia de la salvación al tomar la cruz.
      Por supuesto, Jesús también enfrentó algunas situaciones que parecerían como si las cosas no hubiesen sido planeadas. Él fue perseguido y amenazado incluso de muerte.
      Cuando tomó la cruz, incluso Dios le abandonó y tuvo que hacerlo solo. Eso se debió a que Él estaba tomando el lugar de todos los pecadores.
      No pudo decirle "Amado Padre", sólo le dijo "Dios". Mas hasta el último momento de su vida cuando entregó Su espíritu a Dios, Él confió enteramente en Dios.
      Él creyó y tuvo esperanza de que resucitaría y disfrutaría la gloria de Dios junto al Padre después de haber pasado los sufrimientos de la cruz. .
      Si confiamos completamente en Dios como lo hizo Jesús, podremos vivir en fe, no teniendo nada que ver con este mundo.
      Confiar completamente en Dios es creer que Dios nos dará también la resurrección y el reino de los cielos.
      Aquellos que tiene esta clase de fe no ponen su esperanza en las cosas transitorias de este mundo.
      Ellos no aman este mundo que perecerá y desaparecerá, sino que se despojan de sus pecados cada día, buscan la santidad con la esperanza del reino eterno celestial.
      Del mismo modo, a pesar de cualquier sufrimiento, trabajan fielmente para el reino de Dios hasta que les llega la muerte. Su fidelidad nunca cambia.
      Yo creo en Dios, quien me ha dado vida eterna antes de la muerte, y también creo que Él cumplirá con todas las visiones que me ha dado para esta iglesia.
      En ocasiones, hemos tenido que padecer sufrimientos y persecución. Personalmente, yo he sido amenazado en mi ministerio pastoral. Nuestra iglesia también ha sufrido situaciones difíciles.
      Sin embargo, yo nunca dudé de Dios. Estábamos como muertos al ver la realidad de las cosas, pero cuando creíamos completamente en Dios, el milagro de la resurrección tuvo lugar en nuestras vidas.
      Nadie muere sin haber cometido pecado. Pero cuando tenemos que padecer si haber cometido pecado, Dios nos bendice a través de esos sufrimientos.
      Hermanos y hermanas, en 2 Timoteo 3:12 encontramos que, "Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución."
      Quizás ustedes puedan enfrentar persecuciones y dificultades en sus vidas personales o en sus ministerios. Pero incluso en esos momentos, yo anhelo que ustedes confíen firmemente en Dios quien nos dará la resurrección y la esperanza de gloria.
      Ustedes son testigos del Cristo resucitado. Antes no tenían vida al vivir en el pecado, pero al encontrarse con el Señor, han nacido de nuevo.
      Ustedes le dan vida a su espíritu cada día mediante el Espíritu Santo, y van transformándose en hombres y mujeres espirituales. También han podido ver y experimentar el poder del Espíritu Santo, quien revive y recrea las células, nervios y tejidos muertos.
      Por lo tanto, los animo a que arrebaten moradas celestiales más hermosas por medio de la fuerza con mayor fe y esperanza.
      Del mismo modo, los animo a que se conviertan los obreros del Señor que llevarán a cabo las visiones del Señor en unidad.
      Y sobre todas las cosas, oro en el nombre del Señor para que ustedes ciertamente demuestren que El Señor ha resucitado y está vivo.

      Conclusión

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, las personas dicen que los seres humanos son animales que olvidan. Eso nos habla sobre la naturaleza del hombre que olvida muy fácilmente las cosas que debería recordar.
      Pero hay algo que nunca jamás debemos olvidar. Y son los sufrimientos en la cruz y la resurrección del Señor Jesucristo. En el día de hoy, hemos reflexionado sobre los significados encerrados en la resurrección del Señor.
      La resurrección significa verdadera vida, verdadero amor y verdadera fe. Entre estas tres cosas, en especial, espero que guarden profundamente la esperanza del amor de Dios en sus corazones.
      Isaías 49:16 dice, "He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida..."
      Como dijimos, Dios nunca abandona a Sus hijos aunque estos hayan cometido pecado y dejado a Dios. Él los perdona y abre un camino para ellos puedan volverse a Dios.
      Dios no olvida a los hijos que lo han abandonado, e incluso los tiene grabado en la palma de Sus manos.
      Ese es el amor de Dios Padre. Es mi anhelo que ustedes guarden ese amor en sus corazones y nunca jamás lo olviden.
      Oro en el nombre del Señor para que el día en que se encuentren con el Señor, puedan confesar con lagrimas de gozo que fue este amor que los acompañó todo el tiempo hasta llegar allí.

      [Amén]


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