• Apocalipsis 95

    [Apocalipsis 22:6-10]

    24-04-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Escritura

      Apocalipsis 22:6-10
      [6] Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.
      [7] ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
      [8] Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.
      [9] Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
      [10] Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Por la gracia de Dios el Padre he regresado a salvo del 10mo Viaje Misionero a Israel. Yo aprecio mucho el apoyo de ustedes mediante sus oraciones, ayuno y ofrendas misioneras. He logrado cumplir bien con la promesa de Dios, la cual fue una bendición, y les hablaré al respecto con más detalles cuando sea conveniente.
      En el Sermón sobre Apocalipsis #94 estudiamos hasta Apocalipsis 22:5. Ahora, Apocalipsis 22:6 dice: "Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto".
      Dios ha permitido que los profetas enseñen diligentemente acerca de los eventos a darse en el futuro. ¡Cada palabra de parte de Dios es fiel y verdadera! Es la Palabra lo que causa que el oyente entienda y viva una vida digna.
      Dios asimismo ha provisto evidencias a las almas que solamente escuchan pero que no creen. Con Su Poder, Dios ha hecho lo que para el poder o habilidad humana es imposible; incluso haciendo uso de esto, Dios impulsa a las personas a creer en Él y vivir una vida digna.
      Aquellos que verdaderamente creen en la Palabra de Dios obedecen y viven de acuerdo a ella. Jesús dice en Mateo 7:21: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos".
      En Mateo 7:23 Jesús dijo asimismo: "Y entonces les declararé: Nunca os conocí; APARTAOS DE MÍ, HACEDORES DE MALDAD". Si ustedes creen estas palabras en verdad, ¿cómo es posible que practiquen la desobediencia y que vivan en pecado?
      Adicionalmente, si ustedes creen por fe que cosecharán lo que han sembrado, entonces no serán tacaños en su siembra. No obstante, si ustedes no creen tampoco obedecerán sin importar el número de veces que ustedes escuchen cuál sea la voluntad de Dios, porque buscará solamente los beneficios ante sus ojos en lugar de buscar las recompensas en el Cielo, persiguiendo por tanto la lujuria de la carne y de los ojos, y el orgullo de esta vida.
      Aquellos que no creen en su corazón continuarán amando al mundo más que a Dios, sin importar las veces que escuchen Su Palabra o los muchos milagros que vean. Aún así, Dios envía continuamente a Sus hijos para enseñar una y otra vez a fin de que lleguen a creer.
      Apocalipsis 22:6 dice: "Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto." Hasta ahora Dios ha enviado ángeles a muchos profetas y ha revelado las cosas que sucederán".
      Incluso hoy Dios está anunciando a las personas idóneas ante Él los eventos del futuro según sea necesario, y las profecías que Dios nos proporciona ciertamente se cumplen.
      Deuteronomio 18:21-22 dice: "Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él."
      Los habitantes de este mundo material jamás logran prever el futuro al igual que los espíritus malignos, a pesar de que ellos conocen el pasado por ser seres del reino espiritual. Cuando una persona se comunica con los espíritus malignos e intenta predecir el futuro, éste puede estar tanto correcto como equivocado al azar.
      Solamente Dios, quien es todopoderoso y quien gobierna la historia de la humanidad, conoce el futuro con precisión y permite que la gente lo profetice con exactitud, no desde su propia inspiración sino por inspiración del Espíritu Santo por medio de la comunicación con Dios quien es espíritu, tal como está escrito, "el Dios de los espíritus de los profetas" y no "el Dios de los profetas".
      En Amós 3:7 leemos: "Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas." Al decir "sus siervos" en este verso se está refiriendo a "siervos verdaderos" quienes cumplen con los requisitos espirituales.
      Estos no deben tener sus propias opiniones, deben estar en completa obediencia a Dios, y deben cumplir su tarea incluso poniendo en riesgo sus vidas. No solamente los profetas que pueden profetizar, sino también aquellos que tienen bondad y fe verdadera, pueden conocer la voluntad de Dios de vez en cuando.
      Tanto los pastores que estaban cuidando del rebaño en el campo, así como los magos del oriente pudieron conocer del nacimiento del Mesías cuando Dios se lo permitió, pues Él vio sus corazones bondadosos y les mostró el futuro.
      Apocalipsis 22:7 dice: "¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro". Nuestro Señor resucitado hizo la promesa de regresar el momento que ascendía a los Cielos, y de hecho dijo que "regresaría pronto".
      Sin embargo, existe la posibilidad de que seamos juzgados como equivocados cuando predicamos sobre esa promesa. "El Señor viene pronto" constituye la Palabra de Dios escrita claramente en la Biblia y la promesa hecha por el Señor, nuestro novio.
      A pesar de eso a las personas no les gusta escuchar acerca de esto, lo cual significa que no están listas aún para recibir al Señor quien viene pronto. Otras personas interpretan erróneamente la Palabra con respecto a los días finales causando que se desvíen del camino.
      Algunos malinterpretan todo diciendo: "Si el Señor viene pronto de que me sirve vivir una vida diligente, mejor vivo como me plazca". Quizás dejan de lado sus responsabilidades y viven de manera infiel en lugar de anhelar la Gloria de Dios.
      Cuando predicamos la Palabra de Dios no debemos tener duda alguna causada por tales personas que aplican erróneamente la Palabra.
      Una iglesia debe enseñar correctamente la voluntad de Dios ante todo, y si alguien entiende mal la iglesia tiene la responsabilidad de clarificarlo. Aquellos que creen verdaderamente que el fin se acerca no vivirán vidas sin moderación ni recato sino vidas más organizadas, transparentes y puras (en lo espiritual), harán de sus corazones más santos, serán más fieles en la Casa de Dios, y se adornarán a sí mismos como a novias del Señor.
      Mientras se acerca el fin es necesario que ustedes prediquen la Palabra con más pasión, deben animarse unos a otros, y siempre deben velar. Si verdaderamente aman al Señor deberían estar felices y agradecidos al oír acerca de su pronto regreso.
      ¿Cuántas veces se ha puesto usted a pensar en aquel día? El momento en que regrese el Señor una trompeta tocará un sonido resonante en el aire anunciando que nuestro Señor está regresando en las nubes de Gloria.
      Ángeles y huestes celestiales e innumerables almas se juntarán con Él en el aire, nuestros cuerpos serán instantáneamente transformados en cuerpos santos y serán arrebatados a los Cielos, y estaremos en los brazos del Señor a quien hemos extrañado tanto.
      Si usted se imagina este momento impresionante, ¿no debería latir su corazón al punto de no lograr conciliar el sueño en la noche? Si es así usted pensará "voy a apresurarme preparándome y adornándome como una novia para recibir al Señor" y ansiosamente esperará ese día con gozo.
      Sería muy lamentable que de repente usted reciba al Señor luego de haber desperdiciado su tiempo sin haber anhelado Su regreso. ¿Qué pasaría si usted se entera que el regreso del Señor se dará dentro de una semana, o de un mes? Aunque supiera el momento del regreso del Señor, ¿cree que tendrá suficiente tiempo para adornarse como una novia en tan sólo una semana?
      ¡Pues las cosas no serán así sin importar cuánto se apresure! El adorno espiritual de una novia no es algo que se hace de la noche a la mañana. Seguramente ustedes entienden bien esto porque han venido clamando desesperadamente en oración por su santificación diariamente hasta hoy.
      Esa es la razón por la que Dios anhela que sus siervos testifiquen del Señor quien viene pronto, pues incluso las mujeres del mundo preparan su boda con meses o aun años de anticipación. Recuerdo que en mi niñez, cuando nacía una niña mujer y mientras era aún muy pequeña, sus padres empezaban a prepararse para el matrimonio, y aunque llevaban una vida de escases ellos preparaban el vestido de la novia con finos materiales y otros accesorios.
      Si un matrimonio en lo humano se prepara así con todo el corazón, ¡cuánto más debemos prepararnos nosotros con toda sinceridad para las bodas con nuestro novio espiritual!
      Es por eso que los siervos fieles de Dios predican una y otra vez acerca de la pronta venida del Señor y de levantarse del adormecimiento espiritual para estar listos para recibir al novio, el Señor.
      Apocalipsis 22:8-9 dice: "Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios".
      El Apóstol Juan se conmovió profundamente al escuchar la palabra de la profunda profecía, y cayó ante el ángel que le mostraba estas cosas. Entonces el ángel le dijo que no se postrara ante él, sino que adorara solamente a Dios porque toda promesa y la gloria del Cielo de la cual el Apóstol Juan había escuchado y observado provenían de Dios el Creador.
      Dios es quien nos creó, quien nos salvó al entregar a Su único Hijo amado, y nos concede el Cielo. No hemos obtenido la salvación porque hemos hecho méritos, y tampoco vamos al Cielo por ser buenos, sino que toda nuestra vida ocurre por la gracia de Dios, y es por eso que debemos darle gloria solamente a Él.
      Por supuesto que al hacer la obra del Señor quizás se reciba reconocimientos en algún momento, por ejemplo, una alabanza especial que está llena de gracia puede ocasionar una oleada de aplausos. No obstante, a diferencia del aplauso que se concede a los artistas seculares, este no es un aplauso para animar a un artista a fin de que realice su mejor ejecución, sino para darle gloria a Dios quien nos da gracia y alegría a través de aquella alabanza especial.
      Bien, puede incluir una expresión de aliento y aprecio hacia el equipo de alabanza que realiza la ejecución. Sin embargo, toda gracia y emoción se ofrecerán solamente cuando Dios lo permita, de lo contrario toda gloria debe estar dirigida solamente a Dios.
      Los músicos del ministerio de alabanza no deben ser arrogantes ni pensar: "¡Hice un buen trabajo!", o tratar de guardar y disfrutar la gloria para sí mismos ya que al dar la gloria solamente a Dios, desde el fondo de sus corazones, su ejecución se puede convertir en recompensas en los Cielos.
      ¡Este principio se aplica a todo! 1 Pedro 4:11 nos dice: "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén".
      Cuando los miembros reciben gracia mediante la visita de un líder de célula, aquel líder debe dar gloria a Dios quien concede gracia a los miembros utilizando al líder de célula como un instrumento. Si usted recibe un reconocimiento por sus obras voluntarias durante muchos años, también se debe a la gracia de Dios porque es Él quien le ha concedido salud e integridad que le ayudaron a ser fiel.
      Nosotros ofrecemos testimonios en la iglesia, no para mostrarnos a los demás, sino porque anhelamos dar gloria a Dios. Por favor, vivan sus vidas de modo que glorifiquen solamente a Dios, sin importar lo que coman o beban.
      Yo anhelo que ustedes hagan una confesión de corazón, diciendo: "Soy lo que soy por la gracia de Dios". Entonces Él hará que las razones para darle gracias y gloria abunden en su vida.
      Apocalipsis 22:10 dice: "Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca".
      Al decir "las palabras de la profecía de este libro" se refiere al libro de Apocalipsis escrito por Juan, pero en un sentido más amplio se refiere a todas las palabras de los 66 libros de la Biblia. Dios desea que se escuche, lea y predique cada palabra de la Biblia.
      En la Biblia encontrarán que Dios les dice a los profetas que "se abran al público" cuando Él les revela un secreto. Esto se da porque aún no es tiempo para abrirlo. Por ejemplo, en Daniel 12:4 leemos: "Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin".
      Existe un tiempo apropiado en el cumplimiento de la obra de Dios, por eso una profecía puede llegar a perder su sentido a pesar de su importancia si no le da en el tiempo adecuado. Quizás provoque persecución innecesaria si no se la revela en el momento adecuado, es por eso que Dios evita que se conozcan los eventos futuros hasta que llegue el momento indicado.
      Yo he experimentado esto de vez en cuando; con el pasar del tiempo, Dios nos ha dado previsión de algunas situaciones mundiales, los asuntos internos de nuestro país, y de la comunidad cristiana. Yo proclamo algunos de estos eventos inmediatamente, pero no todos.
      Yo hablo acerca de ellos con varios obreros a mí alrededor, pero si no es así, guardo silencio. En cierta ocasión tomé las iniciales de las oraciones que explican las cosas detalladamente, y luego se las publicó en un boletín semanal.
      Cuando Dios provee explicaciones acerca de los secretos del Reino Espiritual no nos enseña todas las cosas a nivel profundo desde el principio, sino que explica algunas, paso a paso, y cada vez con mayor profundidad con el fin de ayudar a la congregación a entenderlos.
      En el principio Dios describió los niveles del Cielo en 3 niveles, pero mientras crecía la fe de la iglesia hasta cierto nivel, Él nos reveló que son 5 niveles. Además, Dios me reveló algunos de ellos, pero me pidió que lo mantuviera en secreto.
      No obstante, cuando Dios me pidió que proclamara algo porque el tiempo era apropiado, yo obedecí al instante y sin duda alguna, aunque sabía que me causaría dificultades. Lo hice porque lo que Dios dice debe cumplirse, y también porque estoy seguro que el resultado de esto será de bendición para nosotros.
      Dios dice que en este tiempo final del mundo, la Palabra del libro de Apocalipsis no debe sellarse, sino que debe proclamarse porque el tiempo está cerca. No obstante, existen personas que insisten en que se debe sellar el libro de Apocalipsis porque piensan que las personas no deben interpretar y aplicar a su voluntad las palabras de la Biblia, la cual está escrita por la inspiración del Espíritu Santo.
      Sin embargo, ellos no pueden impedir que los demás lean la Biblia por el hecho de que los maestros no entiendan el significado espiritual de la Palabra. ¿Por qué pondría Dios su Palabra en los 66 libros de la Biblia si las personas no iban a necesitar aprenderla?
      Si un examen va a incluir los contenidos de todo un libro, entonces el maestro debe enseñar todo el contenido del libro a sus alumnos. Si el maestro dice: "yo mismo no entiendo esta parte, por tanto no hace falta estudiarla", y deja de lado aquella parte del libro, entonces ¿cómo podrán los estudiantes obtener buenas notas?
      Si el maestro tiene el sentido de la responsabilidad, él debería aprender lo que no sabe para luego enseñarlo. Este mismo principio se aplica a los contenidos de la Biblia.
      Aquellos a quienes les es confiada la tarea de la enseñanza al rebaño deben aprender y enseñar la Palabra de Dios, en especial si ellos mismos no la comprenden. Si se trata de algo que no se puede enseñar por sabiduría humana, deben aprenderlo por medio de ayuno y vigilias de oración, para luego enseñarlo al rebaño.
      Solamente de esa manera podrán abrir sus ojos espirituales quienes estén aprendiendo, podrán aprender acerca de la correcta voluntad de Dios, y caminarán por el camino correcto. La escritura dice: "No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca".
      Al decir que "el tiempo está cerca" se refiere a dos cosas:
      Primero: el período de la cultivación humana que Dios ha determinado ya está casi a su final.
      Esto se puede confirmar mediante las "señales de los últimos días" que están escritas en muchas partes de la Biblia. Por ejemplo, el Señor dice en Mateo 24:12: "y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará".
      En Mateo 24:14 dice asimismo: "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin". En Daniel 12:4 leemos: "Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará".
      Podemos ver en muchos versos de la Biblia que los días de la cultivación humana están llegando a su fin. Por lo tanto, en muchas partes del mundo proclaman "el fin del mundo" aquellos que están vigilando y en comunicación con Dios.
      Además, mientras ustedes escuchan este mensaje de Apocalipsis podrán sentir cuán cerca está el fin de los tiempos. Es por eso que al decir "el tiempo está cerca" se está refiriendo a que el momento final de la historia de la humanidad está muy cerca.
      Segundo: "el tiempo está cerca" involucra un significado para cada individuo.
      El momento de la muerte de un hombre es el "momento final del juicio" del hombre. El Salmo 90:10 dice: "Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos".
      A pesar del corto curso de la vida, nadie conoce con certeza el día exacto de su muerte, y sin que importe el momento, una vez que Dios llame su espíritu, la vida se acaba en este instante. Aunque la historia de la humanidad se extendiese por varios miles de años más, no hay una segunda oportunidad.
      Algo más, la gente no muere por "edad mayor". Ha habido muchos casos en que la gente muere de repente a una edad temprana, pudiendo ser aún activos y trabajadores, debido a una enfermedad o a un accidente.
      Este no es un caso frecuente entre los miembros de Manmin, pero si lo vemos entre nuestros familiares y vecinos que no son creyentes. Cuando vemos esto recapacitamos acerca de nuestras vidas y tomamos seriedad.
      A pesar del hecho de que el período de vida de un hombre es limitado, el "tiempo cercano" era el mismo para las personas hace 2000 años atrás. Por lo tanto, ustedes deben vivir cada día con el sentir de prepararse para el último día de sus vidas, de modo que puedan dar la bienvenida al Señor en cualquier momento.
      Declarar que el tiempo está cerca es ayudar a los demás a escuchar y darse cuenta de que deben prepararse bien para el fin.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      En 1 Tesalonicenses 5:2-3 leemos: "Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán".
      Aquellos que están adormecidos espiritualmente piensan que el Señor vendrá en algún momento en el futuro, pero ellos recibirán al Señor sin estar preparados, de la misma manera inesperada que se enfrentan a un ladrón.
      ¡El Señor no sorprenderá a aquellos que se mantienen alerta! Él les permite vivir en la luz diariamente y prepararse para recibirlo con gozo y emoción.
      Les animo a que escuchen, lean y entiendan esta palabra de profecía, y a guardarla en lo profundo de sus corazones.
      ¡Yo ruego en el nombre del Señor Jesucristo que ustedes disfruten de gran gloria cuando se encuentren con el Señor, nuestro novio!


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