[Números 6:22-27]
26-04-2009 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje de Lectura
Números 6:22-27
"Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los
hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré."
En el pasaje de hoy, Dios le da una orden a Moisés.
"Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los
hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré."
¡Cuán bueno es Dios!
Dios desea proteger a Sus hijos de toda clase de peligros y adversidades.
Su deseo es darnos bendición, gracia y paz.
Dios es el mismo ayer, hoy y siempre.
Dios Padre celebró un festival de bendición el pasado 31 de marzo, y bendijo los miembros de la iglesia.
Amados hermanos y hermanas, ¿cuántas bendiciones recibieron ustedes?
Desde la celebración el Día de la Bendición, muchos de ustedes se acercaron y me compartieron sus testimonios.
Ustedes me dijeron, "He sido sano de mis enfermedades crónicas."
"Las cosas que eran un impedimento en mi negocio, ahora están marchando bien."
"¡Mi familia fue evangelizada!"
¡Cuánto gozo y gratitud he sentido cada vez que ustedes me compartieron sus testimonios!
Estoy agradecido más que nunca puesto que la dimensión de las respuestas que han recibido ha cambiado.
Cuando recibieron respuestas a través del Día de la Bendición, muchos de ustedes recibieron respuestas no sólo a uno o dos problemas sino a varios problemas al mismo tiempo.
Por lo tanto, ustedes han experimentado las "obras perfectas de Dios."
Cuando las obras perfectas de Dios se revelan, no sólo se resuelven uno o dos problemas; sino más bien, varios problemas hallan solución al mismo tiempo.
Todos los padres quieren darles a sus hijos lo que estos desean, y si los padres pueden hacerlo, lo hacen. Ese es el corazón de padres.
Dios, nuestro Padre, quiere bendecirnos en cada aspecto de nuestra vida, ya sea en la salud, economía, hogar y trabajo.
Si consideramos el problema de las enfermedades, Él quiere sanarnos de todas nuestras enfermedades.
Precisamente ese es el corazón de Padre que se ha revelado; y como consecuencia, Sus obras perfectas han tenido lugar.
Sus obras perfectas comenzaron a manifestarse desde el momento en que yo alcancé más del 50% del poder original.
En tiempos pasados, algunos de ustedes habían recibido algunas respuestas, pero otros no recibieron ninguna respuesta.
¿Cuál es la razón?
Eso se debe a que ustedes no habían resuelto su problema original, el cual era el que no permitía que las respuestas de Dios llegaran a sus vidas.
El hecho de no darse cuanta de cuál era su problema original o el no estar preparados para recibir la bendición, no les permitía resolver el problema ni recibir respuestas.
No obstante, si ustedes no han recibido respuesta, no deben desanimarse.
Las obras perfectas de Dios comenzaron desde el Día de la Bendición, han continuado y se seguirán manifestando.
Dios ha guardado, para darles, bendiciones como respuestas conforme lo que han pedido hasta ahora y con lo que han sembrado. Esas bendiciones los están esperando.
Él espera con mayor ansia que ustedes el que preparen sus vasijas para poder derramar Sus bendiciones.
Desde que han llegado a esta iglesia de vida, ustedes han escuchado con diligencia la Palabra de Verdad, y han hecho lo mejor de su parte para vivir conforme la misma.
Sin importar la clase de problemas que se hayan sucedido, no deben confiar en el mundo, únicamente en Dios.
Puesto que Dios nunca aparta Sus ojos de ustedes.
Así como encontramos Su promesa en Salmo 146:5 que dice, "Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios," ciertamente, Él nos ayuda y nos bendice.
Si ustedes resuelven el problema que entorpece la respuesta, Dios promete que Él resolverá aquellos problemas que, humanamente, no tiene solución.
En el Día de la Bendición, les di algunos ejemplos para que pudiesen entender cuál es el pecado original.
A partir de hoy y durante las próximas semanas, les brindaré mayores detalles sobre este tema.
A través de estos mensajes, mi anhelo es que puedan darse cuenta con claridad cuál es el problema original para resolverlo, y entonces recibir bendición.
Realmente, desearía compartirles este mensaje una y otra vez, cientos de veces si eso les permitiera recibir bendición.
Les ruego escuchen este mensaje con gozo y permaneciendo expectantes, con el firme pensamiento "¡ciertamente he de recibir respuesta!"
Por favor, escuchen y repitan:-"¡La bendición es mía!"
Y aquellos que ya han recibido respuestas, por favor, ansíen mayores bendiciones.
Si los miembros de las iglesias extranjeras, y los televidentes de GCN y Manmin TV logran comprender este mensaje correctamente y lo ponen en práctica, entonces, las bendiciones perfectas vendrán sobre ellos, traspasando tiempo y espacio.
Muchos miembros extranjeros han recibido múltiples bendiciones perfectas, y luego nos han hecho llegar sus testimonies.
Es mi ferviente anhelo que ustedes reciban la respuesta a toda clase de problemas en sus vidas y que puedan llevar una vida llena de gozo y rebosante hasta la venida del Señor.
Oro en el nombre del Señor para que, por sobre todas las cosas, ustedes reciban la mayor de las bendiciones, eso es, la prosperidad de sus espíritus y que disfruten la verdadera felicidad en la Nueva Jerusalén en el futuro para siempre.
Cuerpo
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
¿Cuál es el problema original?
Cada problema en sus vidas, incluyendo enfermedades, dificultad económica, y problemas en el hogar tiene sus raíces en lo espiritual.
A lo mejor, ustedes no tienen problemas en sus vidas, pero no están recibiendo respuesta ni bendición en cuanto a los deseos de sus corazones.
Eso también tiene su causa.
La causa fundamental está en la raíz de los problemas, el cual Dios considera que es el "problema original"
Es por eso que si ustedes resuelven el problema original, es decir, si ustedes encuentran y resuelven la causa original, entonces recibirán los indicios de los problemas y las respuestas perfectas a los mismos.
En conclusión, el problema original es tener un corazón que no ama a Dios.
El hecho de que siendo hijos de Dios, que han sido salvos por Su gracia, tenemos un corazón que no ama a Dios, eso causa que nos enfrentemos con toda clase de adversidades.
En Juan 14:15 Jesús dice, "Si me amáis, guardad mis mandamientos."
Como lo expresa este versículo, si amamos a Dios, guardaremos Sus mandamientos.
Si lo hacemos, ciertamente Dios nos amará y prosperaremos en todo lo que hagamos.
Por otro lado, aquel que no ama a Dios, no guardará Sus mandamientos.
Y esa persona comete pecados y desobedece.
Es como también dice la primera parte del versículo de Juan 14:24, "El que no me ama, no guarda mis palabras..."
Esa es la razón por la cual ustedes no pueden recibir bendiciones.
Debido a que Satanás acusa a esa persona de los pecados que ha cometido, muchas tribulaciones se le vienen encima.
Los pecados levantan un muro entre nosotros y Dios, y eso causa que la comunicación con Dios se interrumpa.
Por lo tanto, no importa cuanto puedan orar, las respuesta no les llegarán.
Claramente encontramos en Isaías 59:1-2 que dice,
"He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;
pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír."
El Salmista en el Salmo 66:18 expresa, "Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,
El Señor no me habría escuchado".
Si un miembro de la familia no ama a otro, entonces toma distancia de esa persona.
La conversación entre ellos se corta, y cada uno vive como si fuesen extraños.
Lo mismo sucede con Dios y nosotros.
Algunos muros de pecado son altos y anchos, mientras que existen otros pequeños y delgados.
Eso se debe a que hay personas que se encuentran en diferentes posiciones en cuanto a su amor hacia Dios.
Por consiguiente, el problema original se divide, a grande rasgos, en dos categorías.
El primer tipo es el muro de pecados construido con pecados graves.
La mayoría de los pecados son perdonados por Dios cuando nos arrepentimos de todo corazón.
Cuando nos arrepentimos con corazones sinceros, entonces Dios no los trae nunca más a memoria.
Pero los pecados graves de oponerse a Dios, de ofenderlo y el rencor hacia Dios no es tan fácil de perdonar.
La Biblia clasifica estos pecados como "imperdonables y que no debieran cometerse."
Los siguientes pecados entran dentro de la categoría de los "pecados imperdonables", las evidentes obras de la carne que nos llevan a la muerte en Gálatas 5, el pecado de crucificar para nosotros mismos al Hijo de Dios en Hebreos 6, los pecados cometidos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, el resistir y blasfemar contra el Espíritu Santo en Mateo 12.
Aquellos que cometen las obras de la carne que llevan a la muerte no pueden heredar el reino de los cielos.
Eso significa que no pueden recibir salvación.
Aquellos que cometen pecados de blasfemia al hablar contra el Espíritu Santo, oponiéndosele y deshonrándolo no serán perdonados para siempre.
Estoy seguro de que muchas veces han sido testigos de los resultados devastadores de esos pecados.
¿Ustedes saben cuan espantosas fueron las consecuencias que le sobrevinieron a aquellos que juzgaron, condenaron y resistieron las obras poderosas del Espíritu Santo, y las numerosas señales y maravillas que se manifestaron en esta iglesia?
Esas personas fueron golpeadas con enfermedades incurables o sufrieron accidentes que los dejaron discapacitados.
Y la Biblia dice que aquellos que pecan voluntariamente, aún después de haber conocido la Verdad, sufrirán un juicio espantoso de fuego eterno en el Infierno.
Básicamente hablando, esos pecados graves no pueden ser perdonados.
Estos pecados de oponerse firmemente a Dios y de crucificar al Señor de nuevo son lo suficiente mente graves.
Cuando ustedes cometen ese tipo de pecados, el espíritu de arrepentimiento no viene sobre ustedes, y esa es la razón por la cual no es fácil recibir el perdón ni alcanzar la salvación.
Sin embargo, el Dios de amor le ha dado a esta iglesia diferentes oportunidades para recibir la gracia especial en la cual incluso estos pecados graves pueden ser perdonados.
Cuando se arrepienten de todo corazón y se vuelven de esos pecados, de esa manera, cumplen con las condiciones de justicia, Dios derrama misericordia y les permite alcanzar salvación.
Ahora bien, yo creo que ustedes se han esforzado por recibir sanidad para sus enfermedades y soluciones para los problemas en sus causas, todo eso como consecuencia de esos pecados graves.
Han intentado arrepentirse y volverse de esos pecados escuchando la Palabra de Verdad.
Pero no pudieron arrepentirse de sus pecados, ni tampoco pudieron resolver sus problemas.
El muro más alto y más grueso de pecados que exista comienza a derrumbarse.
Asimismo, también hay una sensación de agobio y consternación por el hecho se sufrir todo el tiempo.
Ya que ustedes han escuchado muchos mensajes, conocen muy bien la ira de Dios que causan estos pecados, y cuan espantosas son las consecuencias.
Cuando las personas intentan arrepentirse de esos pecados, ¿por qué no pueden arrepentirse y destruir ese muro de pecados?
Eso se debe a que el arrepentimiento no viene desde lo profundo del corazón.
Si ustedes se arrepienten pero reiteradamente cometen los mismos pecados, eso significa que no se arrepintieron de corazón sincero.
O quizás algunas personas cometan los mismos pecados de nuevo; no obstante, Dios mira lo profundo del corazón y puede que el arrepentimiento no sea sincero.
Ese no es un verdadero arrepentimiento, más bien es uno falso; lo cual hace que el muro de pecado se agrande.
Al verdadero arrepentimiento lo sigue la evidencia (de cambio).
Dicha evidencia es "la rendición del corazón" y la "confesión de pecados".