[Números 6: 22-27]
10-05-2009 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje
Números [6: 22-27]
Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.
Hoy, continuaré explicándoles sobre el problema original.
Quizás haya alguien entre ustedes que pueda pensar, "esperaba sólo escuchar testimonios felices, y me siento de alguna manera cargado por tener que mirarme a mí mismo nuevamente.
Mas no hay razón por la cual ustedes deban sentirse cargados; sino mas bien, es una gran oportunidad para que ustedes sientan el profundo y gran amor de Dios.
Proverbios 13:24 dice, "El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige."
Aquí se nos dice que los padres que verdaderamente aman a sus hijos han de reprenderlos y disciplinarlos en ocasiones.
Dichos padres no se darán por vencidos luego de enseñarle a sus hijos una o dos veces, aunque los hijos no los escuchen. Les enseñarán hasta que los hijos cambien.
Los niños pueden sentirlo como algo molesto en ese momento, pero los padres saben que lo mejor para sus hijos es que se los corrija.
Dios Padre nos ama, y es por eso que en ocasiones , Él hace brillar la luz de Su Palabra sobre nosotros.
Si vamos por el camino de la muerte, Él nos enseña sobre el pecado y el juicio.
Él nos enseña una y otra vez hasta que nacemos de nuevo como verdaderos hijos.
Si ustedes están sintiendo que este mensaje está penetrando en sus corazones como espada de doble filo, anhelo que luego puedan agradecerlo a Dios.
Esa es la disciplina amorosa de Dios. Y espero le expresen su gratitud por esto a Dios, con el firme pensamiento de que, "Él me ama tanto, que no se dará por vencido conmigo."
Efesios 5:13 RV60 dice, "Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo."
Cuando Dios hace brillar Su Palabra en medio de las tinieblas, es mi deseo que ustedes se den cuenta de sus errores, se conviertan inmediatamente y vengan a la luz admirable.
Si han estado añorando a Dios, espero ahora que ustedes vengan delante de Dios como Hijos de luz y sólo le lleven alegría.
Oro en el nombre del Señor para que ustedes corran con fervor hacia la Nueva Jerusalén con la fortaleza renovada que Dios Padre les está dando hoy.
Principal
Amados hermanos y hermanas en Cristo, los problemas originales pueden clasificarse en dos. El primero es el muro de pecado que levantan los pecados graves.
Hay pecados que son difíciles de perdonar. Nosotros, por nosotros mismos, no podemos derribar los muros levantados a causa de esos pecados, si no se nos ha dado el espíritu de arrepentimiento.
Y Dios nos dijo que Él daría la gracia del arrepentimiento desde el Día de la Bendición. Y dijo que cuando nos arrepintiéramos de todo corazón, los muros de pecado serian derribados.
El verdadero arrepentimiento ha de evidenciarse. Dicha evidencia es la "rendición del corazón" y la "confesión de pecados".
La "rendición del corazón" hace referencia al arrepentimiento total desde lo profundo del corazón. Y la "confesión de pecados" implica el apartarse del pecado y obedecer la Palabra.
Si ustedes confiesan todos sus pecados ante Dios y sinceramente se arrepienten con corazón rendido, entonces Dios lo considera verdadero arrepentimiento. ¿Ustedes han vivido el arrepentimiento de esta manera?
¿Se han arrepentido de sus pecados de todo corazón pensando, "¿Cómo pude atreverme a cometer semejantes pecados ante un Dios tan santo?".
¿Han llorado amargamente y con dolor pensando, "Dios me ha amado tanto, pero yo abandoné Su amor y gracia y pisoteé Su nombre."
Incluso ante la menor de las faltas, yo le ofrezco a Dios una gran ofrenda de paz y le pido Su perdón.
Cuando los obreros o miembros de la congregación cometen hechos graves ante Dios, yo me arrepiento en sus nombres y le ruego a Dios con lágrimas en los ojos que los perdone.
Sé con certeza cuán valiosos son cada uno de ustedes para Dios. Sé cuán santo y sin macha es Dios y cuánto nos ama. Es por eso, que ante el mínimo de los pecados, me siento más que arrepentido ante Dios.
¿Cómo se han sentido acerca de esto mismo?
Cuando ustedes no han amado a Dios sino que lo resistieron y lo hicieron enojar, y no se han sentido culpables ni con cargo de consciencia, sin deseo de arrepentimiento o de alejarse del pecado, todo eso causará problemas; es decir, el problema original.
El arrepentirse de los pecados por completo y el cambiar el corazón es la manera de resolver el origen de los problemas.
Pero ustedes no pueden arrepentirse por si mismos de esas cosas originales. Es por eso que desde el Día de la Bendición, Dios ha venido derramando sobre nosotros Su gracia para ayudarnos a arrepentirnos.
¿Cómo Dios está manifestando Su gracia en aquellos que quieren tomar consciencia del origen de los problemas?
Les están viniendo a su memoria aquellos pecados que ustedes no consideraban como tales o que habían olvidado por completo.
Él les muestra algo a través de sus sueños o les da entendimiento mediante los sermones. Él les habla acerca de algo a través de las personas menos esperadas o de algún suceso inesperado.
Se dan cuenta de que esos pecados provocan la ira y le causan dolor a Dios.
En otras palabras, Dios nos da Su gracia para que podamos arrepentirnos de los pecados que no teníamos consciencia de que existían o por no haber recibido el espíritu de arrepentimiento.
Cuando Dios trae luz sobre los pecados, debemos arrepentirnos y apartarnos de ellos. Entonces, podremos recibir esas obras perfectas que tanto deseamos.
¿Cómo es que esta clase de gracia se derrama sobre nosotros? El eterno amor de Dios, Su misericordia y compasión hacen que este milagro sea posible.
Esta época, el fin de los tiempos, está llena de pecado. Desde que el pecado entró en la humanidad debido al pecado de Adam, el mundo ha ido de peor en pero con respecto al pecado.
Las personas han ido acumulando pecados a lo largo de toda la historia de la humanidad, y hoy en día, los corazones se han vuelto más pecaminosos todavía.
En consecuencia, algunas personas no sienten ni el mínimo temor por Dios; por el contrario, lo resisten y hasta cometen pecados inmundos y abominables pero no tiene ningún remordimiento.
Hay incluso creyentes en Dios que cometen ese tipo de pecados.
Mas Dios Padre no desea que ni siquiera ese tipo de personas sean destruidas, a pesar de haber abandonado a Dios por completo.
Cuando Dios castigó a Sodoma y Gomorra, por estar inmersas en el pecado, en los tiempos de Abraham, Él hasta el final mostró Su misericordia y compasión.
Él envió a Sus ángeles de forma personal para que constataran la condición de esas ciudades.
El amor de Dios, que desea salvar incluso hasta una sola alma, se está mostrando de mayor manera hacia el final de estos tiempos.
Él considera que estos tiempos son peores y más llenos de pecados que los tiempos de Sodoma y Gomorra, y que resulta más difícil ser salvos. Es por eso que Él derrama mayor gracia dentro de Su justicia.
Es decir, por medio del Espíritu Santo que nos envió. Él nos da la fortaleza para apartarnos del pecado.
El Espíritu Santo nos permite sentir a Dios como el Dios de misericordia y compasión, en vez de percibirlo como un Dios de miedo y condenación.
Cuando sentimos ese amor, eso nos permite apartarnos de nuestros pecados y recobrar nueva fuerza para continuar viviendo en la luz.
Por lo tanto, no deben tratar de arrepentirse por miedo o sólo para resolver los problemas que tienen ahora mismo.
Ustedes deberían lograr entender el por qué no amaron a este buen Dios y por qué cometieron semejantes pecados en el pasado y luego arrepentirse.
Una vez que la relación con Dios se recupera. Él les responderá a todo lo que le pidan.
Claro está, algunos de ustedes se arrepienten completamente de sus pecados y resuelven los problemas originales. Pero hay otras personas que derriban poco a poco el muro de pecado hasta llegar a cambiar sus corazones.
Por eso los animo a que cambien sus corazones poniendo su confianza en el amor de Dios, no dándose por vencidos hasta el final.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, ahora les hablaré sobre la segunda clase de problema original.
La segunda clase es cuando no recibimos la respuesta a causa del muro levantado por no amar a Dios.
Por supuesto, la primera clase de problemas, el muro de pecados también está causado por la falta de amor hacia Dios.
La segunda clase es un poco diferente en su naturaleza. El muro no se levanta a causa de pecados graves, sino mas bien cuando no obedecemos lo que obviamente deberíamos obedecer. Por lo tanto, decepcionamos a Dios.
A pesar de no estar originada en los pecados graves, Dios sí se preocupa y se decepciona, por eso no recibimos respuestas.
Podemos recibir las respuestas de Dios, sólo cuando le agradamos. Debemos mostrar que amamos a Dios.
¿Qué significa amar a Dios? 1 Juan 5:3 dice, "Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos".
Amar a Dios es obedecer los mandamientos de Dios que nos dice qué hacer y qué no hacer, y cuando debemos apartar ciertas cosas.
En otras palabras, cuando fuimos hechos hijos de Dios por la gracia de la salvación, llegamos a entender la voluntad de Dios y vivimos conforme la misma.
Pero hay personas que todavía quieren hacer su propia voluntad y vivir como a ellos les place.
Ni siquiera hacen lo que se supone que deben hacer como creyentes y desobedecen. Cuando tales cosas se acumulan, entonces se irgue un muro de pecado.
Este muro es como la niebla en el cielo, no nos permite ver el cielo con claridad.
También se asemeja a una delgada tela de araña que se expande como una red.
Tanto las cosas grandes como las pequeñas que decepcionan a Dios permanecen entre ustedes y Dios, al igual que la niebla y la red.
Entonces, sus oraciones no suben y Dios no les responde. .
Por lo tanto, deben hacer una mirada retrospectiva hacia su vida de fe hasta este momento, y arrepentirse de esas cosas para poder así destruir los muros.
Esta segunda clase es más fácil de demoler, puesto que no se trata de pecados graves.
En la mayoría de los casos, el muro se puede demoler si ustedes se arrepienten de todo corazón con determinación y guardan los mandamientos de Dios.
Pero cuando Dios nos dice que debemos guardar Sus mandamientos, Él no tiene la intención de que obedezcamos como robots.
Su deseo es que nos demos cuenta de corazón el por qué Dios quiere que cumplamos con Sus mandamientos y que lo hagamos voluntariamente.
Claro está, nosotros no podemos entender el corazón de Dios ni la voluntad de Dios por completo desde el principio. Sin embargo, a medida que guardamos Sus mandamientos con diligencia, comprenderemos cada vez más Su voluntad.
Llegamos a amar a Dios verdaderamente porque sentimos Su amor.
En la medida que sigamos hacienda esto, terminaremos por guardar completamente los mandamientos desde lo profundo del corazón.
Luego Dios nos reconoce como verdaderos hijos que aman totalmente a Dios y lo hacen en primer lugar.
Aquellos que aman a Dios de esta manera, recibirán respuestas a cualquier cosa que le pidan.
1 Juan 3:21-22 dice, "Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él."
Esto se debe a aquellos que guardan los mandamientos de Dios no tiene muro de pecado que permanezca entre ellos y Dios.
Pero no se impacienten pensando, "?cuándo podré amar a Dios completamente?
A medida que comenzamos a demoler los muros que ya existen, podemos empezar a recibir las respuestas que antes no podían llegar porque esos muros se lo impedían.
Jeremías 5:25 dice "Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien."
Entonces, cuando derriban el muro de pecado, Dios nos puede dar buenas cosas, bendiciones. Y luego, ustedes deben tratar de no levantar ningún muro más.
Para que ningún muro de pecado se vuelva a levantar, ustedes deben cambiar sus corazones que no aman a Dios, lo cual es el problema original.
Por ejemplo, cuando ustedes escuchan la Palabra de Dios, deben tenerla presente y obedecerla, pero algunos sólo dejan que se vaya perdiendo.
Cuando ustedes meditan y oran por estas cosas, pueden así descubrir de qué manera no atesoran la Palabra ni la anhelan.
Entonces, pueden cambiar sus corazones para poder atesorar la Palabra y valorarla. De esa manera, el muro de pecado por no amar la Palabra de Dios se cae.
Al mismo tiempo, sus almas prosperan. Si aman a Dios con toda su alma, y ésta prosperada, recibirán todo lo que pidan para que de ese modo, vivan con gozo sus vidas de fe.
Ahora bien, permítanme hacerles una pocas preguntas para que puedan ustedes darse cuenta de cuál es el problema original.
Es mi anhelo que tomen la firme decisión de ver la condición de sus corazones y los cambien por completo.
Hermanos y hermanas, ¿Están seguros ustedes de no estar cometiendo asesinato? Éxodo 20:13 dice, "No matarás". Éste es el sexto de los Diez Mandamientos.
Por supuesto, el matar físicamente a una persona es asesinato, pero en el sentido espiritual, el odiar a alguien también es asesinar a alguien.
En 1 Juan 3:15 poniendo el énfasis sobre el amor, el apóstol Juan dice, "Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él."
Por lo tanto, "No matarás" también significa "No odiarás".
¿En qué se diferencian los hijos de Dios de los no creyentes? Se diferencian en que aman a sus prójimos como a sí mismos.
Incluso los no creyentes esperan que los cristianos actúen con amor.
Cuando los Inconversos ven actuar a los cristianos sin amor, se desilusionan y piensan que los cristianos no tienen nada de distinto.
Ustedes pueden haber odiado a otros pero si verdaderamente creer en Dios y le aman, ahora amaran a los demás.
Pero si todavía odian a alguien, no entendiendo ni perdonando a esa persona, ¡Cuánto ha de sufrir Dios!
Asimismo, si ustedes guardan ese asesinato en sus corazones, ¡qué difícil se hace todo!
Si guardan odio, otras cosas mas también tendrán lugar, tales como, la envidia, celos, condenación y enojo.
Ustedes se sentirán muy felices si sólo piensan en lo bueno y aman a los demás. Pero si son envidiosos, celoso, juzgan y condenan a los demás, se les hará muy duro.
La mayoría de ustedes aquí conocen muy bien la Palabra, y creo que también conocen muy bien sus corazones. Si no es así, deben meditar concienzudamente sobre ustedes mismos en la Palabra.
Cuando escuchen los mensajes, ustedes no deberían pensar, "Eso es para tal persona, no para mí." Deben tomarlos como para ustedes.
Tampoco deben tomar la Palabra a la ligera pensando, "No es gran cosa, está todo bien".
Por ejemplo, si ustedes sienten el mínimo de resquemor por alguien, eso significa que tiene odio. Deben admitir ese hecho.
Después de admitir tal cosa, deben orar para cambiar el problema original de por qué llegaron a odiar a otros.
Por ejemplo, hace mucho se les ofendió mucho, inclusive dañaron sus corazones.
Desde ese entonces, se ofendían aún por cosas ínfimas y llegaron a odiar a los demás con facilidad a causa del resentimiento.
Cuando hallan este tipo de problema original, deben arrepentirse o reaccionar y despojarse de eso, pensando "Es tal doloroso odiar a alguien, y ¿por qué le di lugar a ese sentimiento?
Si ustedes están decididos y oran, Dios les dará gracia. Dios moverá sus corazones para que se den cuenta de que "ya que el Señor ama a una persona como yo", ¿cómo puedo yo odiar a alguien?
Para que brille la luz de la gracia, más esplendorosa y cálida que antes; esa es la gracia que Dios ha estado derramando sobre nosotros desde el Día de la Bendición.
En la próxima sesión, continuare haciéndoles algunas preguntas para que de ese modo, ustedes puedan encontrar el origen de sus problemas.
Conclusión
Amados hermanos y hermanas en Cristo, hay personas que sufren daño y pérdida cada vez que llueve mucho a causa de las inundaciones.
Los residentes afectados le echan la culpa a la deficiente actitud de los gobernantes que únicamente actúan de manera temporal.
Ellos sostienen que debido a que el problema de base no se resuelve, ellos perdieron sus hogares y familias y han padecido por las inundaciones cada año.
Del mismo modo, si no resolvemos los problemas originales del espíritu, no seremos libres de los dolores que causan los pecados.
Tan sólo piensen en lo que han sufrido a causa del pecado. Ahora pueden aborrecer el pecado y apartarlo completamente.
¿Ustedes se dan una idea de cuánta paz y gozo significa el convertirnos en verdaderos hijos de Dios que pueden vivir separados del oscuro mundo lleno de sufrimientos?
Por lo tanto, ¿no quieren entrar en la perfecta paz?
¡Cuán agradecidos deberíamos estar por la gracia que Dios Padre está derramando sobre nosotros!
Cuando reciban la solución a todos sus problemas y las bendiciones perfectas, es el momento de devolverle Su gracia.
Yo anhelo que ustedes prosperen como los arboles de la vida en el Reino de los Cielos por la gracia de Dios.
Oro en el nombre del Señor que den fruto abundante y hermoso de verdad tal como los frutos del árbol de la vida y entren a la Nueva Jerusalén.
[Amén]