• Un Corazón Verdaderamente Justo - Devocional de los Voluntarios de los Ministerios Manmin y Levitas

    [Mateo 18:23-35]

    26-07-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      Mateo 18:23-35
      "Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. 25A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. 26Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 27El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. 28Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. 29Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 30Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. 31Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. 32Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? 34Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 35Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas".

      Démosle todas las gracias y gloria a Dios el Padre quién nos ha bendecido para tener este Devocional de los Voluntarios de los Ministerios Manmin y Levitas. Yo también agradezco a todos los devotos que se han preparado para este servicio con sus corazones, mentes, y almas.
      Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
      ¡Ustedes son un tesoro precioso para la iglesia!
      Ustedes hacen los trabajos difíciles e indeseables para la iglesia porque aman a Dios y a su pastor.
      Ya sea en lluvia o nieve ustedes sirven a la iglesia y los miembros desde muy temprano en la mañana hasta tarde en la noche, incluso cuando otras personas están descansando, y no se desaniman por el clima caluroso del verano o el viento frío del invierno.
      Cada área de la iglesia funciona sin problemas por su dedicación y trabajo voluntario en controlar el tráfico vehicular, en los comedores, la limpieza y los funerales. Cuando medito en su trabajo, siempre me siento agradecido, y lo único que puedo hacer es animarlos y orar por sus bendiciones.
      ¡Y cuánto más preciosos son ustedes a los ojos de Dios el Padre! Él también quiere bendecirlos en cuerpo y espíritu.
      Dios también desea que sepan que Él se complace con el trabajo voluntario, para que muchas personas puedan recibir juntos estas bendiciones. Pero para que puedan recibir estas bendiciones apropiadamente, su trabajo voluntario tiene que ser un trabajo espiritual.
      Esto es algo de lo que siempre hago hincapié, que el trabajo de ustedes tiene que ser espiritual.
      No debe ser simplemente su trabajo físico con su cuerpo pero tiene que ser un aroma agradable ante Dios ofrecido con un buen corazón.
      Para poder trabajar de esta manera, ustedes deben tener un corazón verdaderamente justo, como el título de este mensaje.
      No se trata de justicia sólo a los ojos del ser humano sino a los ojos de Dios; no debe ser la justicia que cambia según las diferentes situaciones sino que sea consistente en todo tiempo.
      Yo ruego en el nombre del Señor que a través de este mensaje ustedes lleguen a tener un corazón verdaderamente justo delante de Dios.

      Mensaje

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Para que ustedes tengan un corazón verdaderamente justo, primeramente, tienen que recordar la gracia que Dios les ha dado.
      El pasaje de hoy habla acerca de alguien que debía 10.000 talentos y alguien que debía 100 denarios.
      Al siervo que debía los 10.000 talentos se le perdonó la deuda por la gracia de su señor.
      Luego de esto, este siervo se encontró con uno de sus consiervos que le debía 100 denarios. Como este no pudo pagarle su deuda lo envió a la cárcel sin ninguna compasión.
      Un denario era la paga por un día de trabajo. Los 100 denarios que este siervo prestó a su consiervo sumaban la cantidad de 100 días de trabajo. Pensando que la paga de un día de trabajo es 70.000 won (más o menos 62US$) hoy en día, sería como 7 millones de won(6,200US$)
      Esta es una cantidad considerable de dinero, pero si le era posible pagarla si él trabajaba arduamente y ahorraba el dinero.
      Pero la deuda de 10.000 talentos de la cual el otro siervo fue perdonado era una cantidad mucho más grande de dinero que no se podía ni siquiera comparar con 100 denarios.
      Un talento es 6.000 veces de la paga de un día del jornalero, y este siervo no solo debía uno sino que debía 10.000 talentos; esta es una cantidad que tenía que ganar por 160.000 años.
      Hay algunas opiniones diferentes con respecto a las cantidades, pero sin embargo, es verdad que la cantidad era algo que un hombre común y corriente no podría pagar jamás.
      Ya que él había sido perdonado de pagar una cantidad tan enorme, la cual no podría haber pagado jamás, ¡cuán agradecido se habrá sentido!
      Es natural que debía devolver la gracia recibida por el resto de su vida mientras la tuviera.
      También, se requería que él compartiera esa gracia con un corazón generoso, en especial con aquellos que le debían dinero. Esta gracia que este esclavo recibió es la gracia del perdón de los pecados que nosotros recibimos.
      Así como la cantidad de dinero que nunca podríamos pagar, el problema del pecado nunca se habría podido resolver por nuestra propia fuerza. Estábamos destinados a morir por la eternidad por causa del pecado, pero fuimos perdonados de esos pecados por la preciosa sangre del Señor sin ningún costo para nosotros.
      Ahora podemos llamar a nuestro Santo Padre "Abba Padre" y podemos tener esperanza del Reino Celestial. Podemos cambiar nuestras vidas al escuchar mensajes espirituales en esta iglesia, y también podemos tener esperanza de la Nueva Jerusalén.
      Desde el momento que ustedes recibieron la gracia del perdón hasta llegar a ser lo que son hoy, Dios ha sido paciente durante mucho tiempo. De hecho, no son muchos entre ustedes los que aceptaron al Señor en cuanto escucharon el Evangelio. Ni tampoco hay quienes obedecen todas las palabras que escuchan y entran al espíritu muy rápidamente.
      Muchos de nosotros no entendemos las palabras que escuchamos, o incluso si lo hacemos, el cambio es muy lento. Algunas veces decepcionamos a Dios durante el proceso de las pruebas que nos refinan. Pero Dios confía en ti y ha sido fiel contigo con gracia y amor.
      El Espíritu Santo que mora en nosotros nos ayuda y fortalece para cambiar y acelerar nuestros pasos hacía el Reino Celestial. Por esta gracia de Dios, quienes estábamos destinados a morir, llegamos a tener vida y llegamos a tener esperanza en medio de la destrucción.
      Muchos de ustedes, al darse cuenta de esta gracia, han ofrecido su trabajo voluntario para Dios dedicando sus vidas. Así que yo anhelo que recuerden su primera determinación, y que permitan que esta gracia siga creciendo con el trascurso de los días.
      No tendrían que seguir trabajando voluntariamente sólo porque lo han estado haciendo por mucho tiempo y sólo porque Dios dice que los recompensará.
      El apóstol Pablo dijo que el era el principal de todos los pecadores. Él era un pecador que no podía ser perdonado, porque no sólo había sido un incrédulo del Señor, pero también era alguien que perseguía a los creyentes.
      Pero primero el Señor se encontró con Pablo, e incluso le mostró el Paraíso en el Reino Celestial. Pablo simplemente sentía gratitud cada vez que él pensaba en esta gracia, incluso cuando enfrentaba hambre y sed al predicar el evangelio, o cuando estaba abatido y encarcelado.
      La última parte de Hechos 5:41 dice: "...gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre", incluso cuando eran fuertemente perseguidos por predicar el evangelio ellos consideraban un honor el sufrir afrenta por el nombre del Señor.
      Hoy en día, ustedes no son golpeados ni sus vidas son amenazadas. ¡Cuán agradecidos deben estar por tener cuerpos saludables, y poder usarlos para hacer algo para el Señor!
      Yo espero que ustedes se den cuenta una vez más cuan honorable es que puedan trabajar por el precioso Señor y que se hayan convertido en voluntarios en esta iglesia.
      Entonces tendrán contentamiento en todo lo que hagan. Cuando traspiran al cocinar los tallarines, o cuando limpian los depósitos de basura en los baños, ustedes incluso podrán cantar y sentir el amor de Dios.
      Ustedes pueden cultivar verdaderos corazones justos cuando trabajan teniendo este tipo de gracia. Todas sus obras serán aceptadas por Dios y serán recompensadas con respuestas y bendiciones.
      Apreciados devotos,
      En segundo lugar, para poder cultivar verdaderos corazones justos, tienen que servir con amor. Si realmente entienden la gracia de Dios lo amaran profundamente. Amarán a la iglesia, al pastor, y a los miembros de la iglesia.
      El tipo de servicio que Dios quiere de ustedes es que trabajen con este tipo de amor. Deben trabajar con el tipo de corazón que dice: "¿cómo puedo compartir con los demás este amor que he recibido?".
      Hay quienes son muy trabajadores y responsables e incluso pueden hacerlo sin amor.
      Quizás estén frustrados o quejándose debido a algunas dificultades, pero aún así hacen su trabajo porque son responsables. Pero Dios no puede aceptar aquel tipo de trabajo con un aroma agradable.
      En 1 Corintios 13:3 dice: "Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve".
      Todo su servicio puede llegar a convertirse en grato perfume ante Dios cuando lo hace con amor.
      Por ejemplo: usted puede oír algo que no es bueno aun cuando ha hecho todo lo que estuvo a su alcance para servir a los demás. A una persona nueva en la iglesia no le gusta algo, y se enfada con usted y le levanta la voz.
      Suponga que esta persona le pide que haga esto y aquello como si usted fuera su subordinado. Pero, si usted no tiene amor, quizás piense de la siguiente manera: "¿Por qué debo soportar este tipo de insulto? Yo puedo servir a Dios, pero no puedo servir a tal persona".
      Entonces, su rostro se endurecerá, y realmente no podrá hablar con suavidad. O mientras usted está controlando el tráfico bajo un sol abrasador, hay miembros de la iglesia que realmente no siguen sus instrucciones. Ellos sólo manejan como desean, irrespetando las señales, o quizás se estacionen donde no deben estacionarse. Si usted realmente no esta lleno del Espíritu en ese momento, quizás se frustre.
      Tal vez piense: "Esto es demasiado. Ellos son obreros de la iglesia de quienes se supone deben tener fe. ¿Cómo pueden hacer esto?". Y quizás usted hable de ellos con otras personas.
      Esto es similar al siervo que se le perdonó los 10.000 talentos y no le perdonó al consiervo que le debía 100 denarios.
      Si ustedes están llenos con la gracia y el amor del Padre podrán servir a sus hermanos y hermanas con amor.
      En 1 Juan 3:16 dice: "En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos".
      Dios nos dice que demos nuestras vidas para los hermanos, por lo tanto, ¿puede haber algo que nosotros no haríamos por ellos?
      Aun cuando los demás muestren enojo, sus corazones, no se agitarán en lo absoluto sino que serán tan suaves como un pedazo de algodón, y creerán que aquella persona también cambiará. Pueden mostrar sus mejillas izquierdas si sus mejillas derechas han sido golpeadas, y pueden ir dos millas cuando se les pida ir una milla.
      Cuando ustedes vean algunos actos que antes no podían entender, ahora intentan entender a esa persona, pensando que también él debe tener una razón para eso. Es porque recuerdan que eran pecadores que no podían ser perdonados, pero Dios ha amado a personas como ustedes.
      Esa gracia hace que sus corazones sean mejores y más profundos. Por lo tanto, incluso en las dificultades ustedes podrán sonreír, y esa gracia de Dios no desaparecerá sin importar con quienes estén tratando.
      Cuando sirven a los demás con este tipo de amor, su trabajo voluntario puede tener un grato perfume.
      Amados devotos,
      En tercer lugar, para que puedan cultivar un corazón verdaderamente justo, deben tener paz.
      Hebreos 12:14 dice: "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor". La paz es fundamental.
      En lugar de una persona que trabaja diligentemente pero que irrumpe la paz, es mucho mejor tener una persona que trabaja un poco menos pero que no destruye la paz.
      Solo podremos recibir la gracia y el poder de Dios cuando se mantenga la paz, y aquí la paz no solo se refiere a las personas. Antes que todo, debemos estar en paz con Dios al no tener barreras de pecados.
      También debemos tener paz con nosotros mismos. Si tenemos barreras de pecado, no podremos tener confianza ante Dios y tampoco tendremos paz entre nosotros.
      Por ejemplo: mientras esta haciendo su trabajo voluntario, alguien lo reprende ante muchas personas por algo que no era su falta. En ese momento usted se avergüenza pero simplemente lo deja pasar, pero mientras más piensa en ello, usted se enfada mucho más y luego llega a odiar a esa persona. Usted recuerda que fue reprendido ante muchas personas y siente el dolor de su orgullo siendo herido.
      Si ustedes trabajan voluntariamente teniendo corazones carnales, ¿cómo pueden sus trabajos tener un aroma agradable ante Dios?
      Así, para tener paz verdadera, en primer lugar, nosotros tenemos que agradar a Dios al no cometer ningún pecado.
      Ustedes también tienen que llenar sus corazones de la verdad para que no vacilen ante cualquier situación. Esto significa que pueden tener paz con Dios y con ustedes mismos a la magnitud que se santifican.
      No obstante, incluso antes de que entren en el espíritu, Dios les dará paz si intentan hacer lo mejor dentro de su medida de fe.
      Por ejemplo: si no mejoran en su fe, o si muestra actos del 1er o el 2do nivel de fe mientras tienen que estar en el 3er nivel de fe, entonces eso no es algo bueno a los ojos de Dios.
      Esto significa que ustedes no tienen paz con Dios, y no tendrán brillo espiritual en sus rostros. Pero incluso aquellos que se encuentran en el 2do nivel de fe, si están cambiando, entonces significa que están estableciendo una relación pacífica con Dios.
      Si ustedes trabajan con gozo y paz en sus corazones, Dios puede aceptarlo como un grato perfume.
      No solo deben tener paz con Dios sino también con todos a su alrededor.
      Comúnmente, aquellos que irrumpen la paz juzgan y condenan al resto de acuerdo a sus propias normas. Si ellos piensan que algo es correcto, usualmente no escuchan la opinión del resto. Yo anhelo que ustedes no sean este tipo de personas.
      Quizás su opinión sea la correcta y más justa, pero Dios no va a decir que usted es justo si quebranta la paz por su opinión.
      Esto sólo es justicia a sus ojos; no es verdaderamente un corazón justo a los ojos de Dios.
      Ustedes tienen que discernir todo con la verdad, pero tienen que ser unidos como uno a menos que haya maldad o falsedad.
      Romanos 12:18 dice: "Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres".
      Tenemos que esforzarnos para lograr tener paz con el resto pensando desde el punto de vista de los demás. Incluso cuando los demás están haciendo algo fuera del camino de la verdad, debemos entenderlos y tener misericordia de ellos.
      No deben tener sus propios puntos de vista e ideas como sus normas, sino que deben pensar desde el punto de vista de Dios; que también considera las opiniones de otras personas.
      Yo les animo a que tengan paz en el grupo de voluntarios, cuando interactúen con los miembros de la iglesia, y en las relaciones con otros departamentos.

      Conclusión

      Amados devotos,
      Las cosas que ustedes hacen como voluntarios quizás no sean reconocidas como cosas valiosas en el mundo.
      Deben sacrificarse y humillarse para servir a los demás al hacer este tipo de trabajos. Pero en lo espiritual, para llegar a ser el más grande, tienen que servir a los demás.
      Aquellos que son humildes en la tierra siguiendo la Palabra de verdad serán exaltados en el Cielo.
      Dios siempre recordará cuando ustedes compartieron su gracia con los miembros de la iglesia con grandes sonrisas en sus rostros o cuando se esforzaron haciendo trabajos con fe.
      Todo lo que han hecho en el trabajo voluntario con amor será tomado en cuenta por Dios y les será recompensado con gloria en los Cielos. En esta tierra también recibirán respuestas a sus oraciones y bendiciones en su diario vivir.
      Pero una vez más, lo importante es que su servicio tiene que ser un servicio espiritual y voluntario. No tiene que ser sólo su cuerpo trabajando sino también tienen que servir con sus corazones, y sólo cuando cultiven corazones verdaderamente justos todo su trabajo será pagado por completo a manera de recompensas.
      Por esto tienen que recordar la gracia de Dios cuando trabajan voluntariamente. También tienen que trabajar con amor y seguir la paz en todas las cosas.
      Yo anhelo que todos los devotos puedan cultivar corazones verdaderamente justos y que preparen sus vasijas del corazón rápidamente.
      Haciendo esto, en este 2009 -Año de Bendición, yo ruego en el nombre del Señor que ustedes puedan recibir bendiciones de Dios que Él ha preparado para todos sus devotos que trabajan tan fielmente.


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