• El Infierno (9)

    [Lucas 16: 22 -26]

    02-08-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Lucas 16: 22 -26]
      "Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá."

      En la última sesión, les expliqué sobre los castigos que reciben los niños al morir sin alcanzar la salvación y van al Sepulcro Inferior.
      Los niños cometen relativamente pocos pecados, así que los castigos que reciben son menos pesados que los que reciben los adultos.
      No obstante, no les resulta fácil a los niños soportar los dolores causados por los castigos, aunque estos no sean tan duros.
      Al escuchar sobre los castigos infligidos sobre los niños, podemos imaginarnos cuán dolorosos deben ser para los adultos.
      Los adultos maduros cometen relativamente muchos más pecados que los niños.
      Los adultos viven por más tiempo, se contaminan más con el pecado y la maldad, y también acumulan más pecados.
      Por lo tanto, conforme la Ley de la Justicia, ellos reciben castigos mucho más severos que los niños.
      Mientras más grave sea el pecado, mayor será el castigo que se recibirá.
      De acuerdo con la ley espiritual que dice... pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará." en Gálatas 6:7.
      Jesús dijo en Juan 5:29," y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación".
      Tal como Él lo dijo, aquellos que cometieron lo malo serán castigados e irán al Infierno una vez que mueran.
      También Isaías 3:11 dice, "¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado".
      Es así que, en el mismo Sepulcro Inferior, las personas reciben diferentes tipos de castigos conforme a la gravedad de sus pecados.
      Cuando los adultos mueren y van al Sepulcro Inferior; por lo general, estos reciben cuatro clases de castigos diferentes.
      Por otro lado, los que son salvos y van al Cielo, entrarán al Paraíso, el Primer Reino, el Segundo Reino, el Tercer Reino o la Nueva Jerusalén, esto conforme a la santidad y fidelidad que hayan alcanzado.
      Mas lo que no son salvos, han de recibir castigos de primero, segundo, tercero o cuarto nivel en el Sepulcro Inferior, de acuerdo con la magnitud de sus pecados.
      A partir de hoy, les explicaré sobre esos cuatro niveles de castigo diferentes.
      Los exhorto a que, mientras están escuchando este mensaje, recapaciten una vez más.
      Si ustedes están, por alguna casualidad, todavía viviendo en pecado, los exhorto a volverse y a habitar en la verdad.
      Si ustedes han estado santificando sus corazones siendo fieles, los exhorto a aborrecer lo malo y a despojarse de toda forma de maldad, y habitar en la luz de forma completa.
      Al hacerlo, oro en el nombre del Señor para que ustedes puedan avanzar hacia una mejor morada celestial y recibir mayor retribución.

      [Principal]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, los castigos en el Sepulcro Inferior están categorizados en cuatro diferentes niveles conforme la magnitud del dolor que se sufre.
      El dolor va en aumento a medida que se va pasando por los diferentes niveles.
      Asimismo, en el mismo nivel, también existen diversas clases de castigo.
      Los que están allí reciben los castigos conforme a lo que ellos sembraron y a cómo actuaron, y también la intensidad del dolor en todos es diferente.
      De acuerdo con la ley espiritual que dice que lo que sembramos eso mismo cosechamos, cada uno ha de pagar el precio por su pecado, sin el más mínimo error.
      Aquellos que hubiesen cometido pecados relativamente menores recibirán los castigos del primer nivel o del segundo.
      Por ejemplo, aquellas personas que son consideradas buenas y amables durante sus vidas pero mueren sin aceptar a Jesucristo.
      En esos casos, se les dará una oportunidad por la misericordia de Dios, de ser salvos por su conciencia de juicio.
      Pero si no logran pasar ese juicio de consciencia, no podrán ser salvos.
      Tales almas recibirán esos castigos relativamente menos severos.
      Pero entonces, ¿por qué ellos no pueden ser salvos si han vivido una "vida más o menos buena"?
      Porque a pesar de ser considerados "buenas" personas en este mundo, es tan sólo eso, bondad ante los ojos de los hombres.
      Proverbios 14:12 dice, "Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte." También, Proverbios 16:2 dice, "Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión; Pero Jehová pesa los espíritus."
      Si escudriñamos los pensamientos y las obras de los hombres ante los ojos de Dios, quien es la bondad, el amor y la verdad misma, hallaríamos que hay muchas cosas malas y falsas.
      En especial, hoy en día, que estamos en los últimos tiempos y la maldad en el mundo crece, hay muchísimas personas espiritualmente ciegas.
      Esas personas no pueden discernir entre lo bueno y lo malo, entre lo que es verdad y lo que es mentira.
      Incluso entre los mismos creyentes, existen algunos que no comprenden la verdad y viven en la oscuridad, al igual que las personas inconversas.
      Esos son los que en Mateo 7:21 dicen, "Señor, Señor," pero no hacen la voluntad del Padre.
      Los que dicen creer en el Señor pero nunca fueron salvos porque aun viven en la oscuridad, recibirán castigos mayores que aquellos que jamás escucharon el evangelio.
      Eso se debe a que el pecado es más grande cuando se conoce la voluntad de Dios y no se la cumple.
      Jesús lo dice muy claramente en Lucas 12:47-48, "Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá."
      Hermanos y hermanas, los que cometieron pecados graves recibirán los castigos del tercer y cuarto nivel.
      Por ejemplo, son los que se oponen a Dios, aquellos cuyas consciencias están cauterizadas como a hierro caliente, y los que trastocaron el Reino de Dios al blasfemar e interrumpir las obras del Espíritu Santo.
      Una figura bíblica de tal ejemplo es Saúl. En su caso, él recibe el castigo de tercer nivel.
      También está Judas, quien vendió a su Maestro Jesucristo. Judas está recibiendo el más severo de los castigos incluso en el cuarto nivel.
      Ahora bien, permítanme hablarles sobre los cuatro niveles de castigo detalladamente.
      El primer nivel de castigo en el Sepulcro Inferior es infligido mediante el uso de cosas que no son seres vivos, tales como, piedras calientes y arena, agua hirviendo, o hielo.
      Por ejemplo, hay personas que permanecen de pie en la arena, la cual es siete veces más caliente que la del desierto en esta tierra.
      Inclusive en Corea, que se halla en las latitudes templadas, no es fácil caminar sobre la arena descalzos cuando el sol del verano la calentó.
      La arena en las zonas tropicales de desierto es muchísimo más caliente que la que encontramos aquí.
      Y como les dije, aún así, la arena en el Sepulcro Inferior es siete veces más caliente que la de la tierra.
      Las lamas que permanecen sobre la arena saltan todo el tiempo.
      Pero por ningún medio les es posible escapar del calor.
      No hay salida porque la arena no tiene fin. Debido al calor y al dolor que viene de sus pies, todo el cuerpo temblequea.
      Algunas almas se ubican bajo piedras planas que han sido calendas al unto tal de volverse de color rojo.
      Es parecido a asar carne en la parrilla.
      Pero eso no es todo, esa piedra los aplastará y apretará completamente.
      A medida que la piedra se acerca más y más a sus cuerpos, puede oírse el ruido de sus huesos al romperse.
      La caja torácica se quebrará y los órganos internos estallarán. El cráneo también se romperá y los globos oculares saltarán.
      Finalmente, esas almas quedan carbonizadas como un pedazo de carne prensada entre las piedras calientes.
      No pueden ni siquiera desmallarse; sienten el dolor en cada centímetro de sus cuerpos.
      ¿Cuánto más terrible sería el dolor si ellos tuviesen que ver la situación estando plenamente conscientes a medida que sus cuerpos son sometidos a semejantes condiciones?
      Luego, sus cuerpos vuelven a la normalidad para nuevamente comenzar con el mismo castigo una y otra vez.
      Ellos han de pensar, "¿cómo puedo evitar estos dolores?", pero no encuentran respuesta alguna.
      A parte de esta forma de castigo, existe un ruido incesante y un suspiro de las almas que están en agua hirviendo o que permanecen acostados sobre el frio hielo.
      Esos eran los castigos del primer nivel, algo menos severos que el resto.
      Los castigos del segundo nivel son infligidos esta vez por seres vivos, tales como, insectos, pájaros o animales.
      Allí son picados por insectos, o su sangre es succionada, o son mordidos, desmembrados o picoteados por cosas con forma de animales o pájaros.
      El Faraón que se opuso a Moisés, el hombre de Dios, está recibiendo castigo a este nivel.
      Los castigos que él está recibiendo son de los más duros en el segundo nivel. Se parece mucho al tercer nivel.
      En el libro de Éxodo en el Antiguo Testamento, encontramos que Moisés recibe el mandamiento de Dios de guiar al pueblo de Israel hacia Canaán.
      Moisés se dirige al Faraón, rey de Egipto y le pide que deje ir a los hijos de Israel, pero el Faraón no se lo permite.
      Eso se debía que significaría para ellos una gran pérdida dejar ir a los esclavos, que se fuese el pueblo de Israel.
      Debido a que el Faraón no aceptó la voluntad de Dios, las Diez Plagas cayeron sobre Egipto.
      Las aguas del Nilo se volvieron sangre, también hubo plagas de ranas, mosquitos y animales. También hubo pestilencia y salpullido.
      Las plagas azotaron la tierra, incluyendo plagas de granizo y langostas.
      Todas las veces, el Faraón prometía que iba a dejar ir al pueblo de Israel, pero era sólo para librarse de la plaga momentáneamente, pero todas esas veces faltó a su palabra.
      Él perseguía aún más al pueblo.
      Por último, todos los primogénitos de Egipto murieron. Todos los primogénitos murieron, desde el más bajo funcionario hasta el propio primer hijo del Faraón incluyendo los primogénitos del ganado.
      Sólo entonces, el Faraón liberó al pueblo de Israel.
      Sin embargo, él cambio muy rápidamente su parecer y envió a su ejército a atrapar a los israelitas.
      En ese momento, Dios abre el Mar Rojo usando a Moisés, y el pueblo cruzó el Mar Rojo en seco a pie.
      El ejercito del Faraón, que venía detrás de ellos, murieron ahogados cuando las aguas del Mar Rojo de cerraron.
      En la Biblia, podemos ver muchos reyes paganos que reconocieron el hecho de que Dios es el único Dios verdadero y le adoraron, y se humillaron ante Él.
      Mas el Faraón, rey de Egipto, no cambio su endurecido corazón hasta último momento, incluso después de haber experimentado el gran poder de Dios más de diez veces.
      Por su culpa, el país entero de Egipto sufrió desolación y hasta él mismo perdió a su primer hijo.
      También todo su ejército fue totalmente destruido.
      Del mismo modo, hoy en día muchas personas endurecen sus corazones y no aceptan al Señor cuando escuchan sobre el poder de Dios.
      Ni siquiera cuando ven o escuchan, o experimentan de primera mano el poder de Dios, no se vuelven a sus pecados.
      Si ellos no se arrepienten sino que permanecen contra Dios hasta el fin, no podrán evitar que diversas clases de plagas afecten sus familias, lugares de trabajo, etc.
      Y al final de todo, caerán en el Sepulcro Inferior, tal como lo hiciera el Faraón, y recibirán espantosos castigos.
      Ahora bien, ¿qué clase de castigos específicos está recibiendo ahora el Faraón en el Sepulcro Inferior?
      Está confinado en una piscina de agua que está muy sucia y tiene muy mal olor.
      En la actualidad, tenemos algunos problemas bastante graves con la contaminación del agua.
      Hay agua que está tan asquerosa que con sólo humedecer las manos allí causa irritación de la piel y enfermedades.
      Y el agua en la que está confinado el Faraón es peor que la que podemos encontrar aquí.
      Además su cuero está tan fuertemente atado que ni siquiera puede volver a ver su entorno.
      En esta piscina también hay muchas otras almas que han cometido pecados similares a los del Faraón.
      Los que hayan sido reyes en este mundo, no lo serán en el Infierno. Nadie los servirá.
      Ahora están en ese terrible Infierno. El honor que solían recibir en la tierra, se convertirá en burla.
      Sería mucho mejor para ellos si tan sólo el agua estuviera sucia. Pero hay ciertas cosas que se mueven en el agua.
      Parecen gusanos, sólo que son mucho más grandes que los gusanos comunes.
      Estas cosas que parecen insectos se pegan a las almas en la piscina y comienzan a comerles los tejidos tiernos del cuerpo como los ojos.
      Luego que se han comido los ojos, van al cerebro y también se lo comen.
      Pronto, comienzan a comer todo poco a poco, desde la cabeza hasta los pies.
      Se meten por entre la piel para comer los nervios, y luego van a los intestinos y se comen todas las entrañas.
      Estos tienen dientes muy afilados, se comen hasta los huesos, y hasta succionan la médula.
      Mordisquean todo el cuerpo como si estuviesen muertos de hambre.
      A medida que comienzan a mordisquear la piel y a meterse dentro del cuerpo para comer las partes blandas, el dolor se vuelve insoportable.
      Creo que podrían entender un poco esta clase de dolor si, por ejemplo, ustedes han recibido tratamiento dental donde extrajeron el nervio de un diente cariado.
      Los nervios periféricos están tan sensibles que se siente un gran dolor con sólo un roce mínimo en ese lugar.
      ¡Qué doloroso debe ser que insectos con dientes filosos roan los nervios de todo el cuerpo!
      Ustedes se espantarían de sólo ver a esos insectos moverse de aquí para allá por todo el cuerpo.
      Cuando los animales o las personas sufren graves problemas en la piel, puede que sangren y esa sangre llegue hasta las llagas y los gusanos viven en las llagas.
      En especial, casi todas las señoras se espantarían de tan sólo ver un montón de gusanos serpenteándose.
      Realmente, ustedes detestan incluso verlos, sin mencionar el tocarlos.
      Incluyendo al Faraón, los que están confinados a esta piscina no pueden ni moverse cuando estos insectos comienzan a mordisquear sus cuerpos.
      Los cuerpos de estas almas son comidos por estos insectos hasta perder por completo la forma.
      Bueno, ¿es ese el fin del dolor? ¡Claro que no!
      Ellos desearían que así fuese.
      A medida que sus cuerpos son comidos, ellos creen que será el fin, pero recuperarán todas las partes comidas.
      Entonces, los insectos volverán a comerse las partes blandas primero; los ojos, el cerebro, los nervios y todo el cuerpo nuevamente.
      Ese dolor continuará hasta que sean arrojados al lago de fuego en el Infierno después del juicio.
      Del mismo modo, los castigos que se reciben por parte de los animales son espantosos. Estos animales despedazan y se comen a las personas.
      En este mundo, en ocasiones, hay personas que son atacadas por leones, tigres u osos.
      Estos animales son mucho más fuertes que las personas, le rompe los huesos y se comen la carne con esos dientes y garras filosas.
      Incluso antes de que la presa deje de respirar, le arrancan la piel y los intestinos y se comen la presa entera, con huesos y todo.
      En el Infierno, las lamas sufren todos esos dolores estando plenamente conscientes. Así que, ¡qué espantoso que es eso!
      También, aún en esta tierra, si somos mordidos por serpientes, escorpiones o arañas venenosas, la situación es fatal.
      El veneno se esparce por todo el cuerpo. Se comienza a sudar, y la persona sufre fiebre muy alta y muere de dolor.
      Los castigos del segundo nivel son algo parecidos a eso; las almas son torturadas por criaturas vivientes de aspecto espeluznante.
      En el tercer nivel del Sepulcro Inferior, son los mismos mensajeros del infierno los encargados de infligir los castigos.
      Les hablaré sobre ellos en la próxima sesión.

      Conclusión

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, en Isaías 43:24, Dios le recuerda al pueblo de Israel su desobediencia y los pecados contra Él en detalle.
      El versículo dice, "No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades."
      Así pareciera que Dios va a proclamar los castigos que sufrirían como consecuencia de tales pecados.
      Sin embargo, en el siguiente versículo, en el 25, Dios dice lo siguiente:
      "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados."
      ¿Qué es lo que debemos darnos cuenta con claridad a través de este versículo?
      Debemos entender la razón por la cual Dios proclama el mensaje sobre el Infierno.
      La razón por la cual nos habla tan claramente sobre el Infierno y declara el pecado, la justicia y el juicio es para perdón. Es para perdonarnos a nosotros.
      Es para que Sus hijos se vuelvan de sus pecados y se conviertan a Dios, para que de ese modo, todos sus pecados e iniquidades sean perdonados.
      ¡Cuán grande es Su amor!
      Entonces, no amen a este mundo, ni a las cosas de este mundo, ni al pecado o la oscuridad. Sino amen únicamente a Dios.
      Los animo a honrar a Dios.
      Oro en el nombre del Señor para que ustedes puedan avanzar como verdaderos hijos de Dios en la Nueva Jerusalén, para que sean capaces de confortar el corazón de Dios Padre, quien ha obrado a nuestro favor mucho más de lo que podamos pensar para llevar la carga de nuestros pecados.


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