[Mateo 7:21, 1 Juan 5:16-17]
19-11-2007 | Rev. Jaerock Lee
EL MENSAJE DE LA CRUZ 19
LA VIDA ETERNA (1)
La Escritura:
Mateo 7:21
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”
1 Juan 5:16-17
(16) “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida, esto es para los que comete pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.”
(17) “Toda injusticia es pecado\; pero hay pecado no de muerte.”
Amados Hermanos en Cristo:
El capítulo 25 del Evangelio de Mateo nos narra la parábola de las 10 vírgenes. De las 10 vírgenes, las 5 prudentes tomaron suficiente aceite para mantener encendidas sus lámparas, pero las otras 5 insensatas no tomaron consigo aceite. Cuando escucharon la voz anunciando la llegada del novio, las 5 vírgenes imprudentes fueron a comprar más aceite, pero cuando regresaron, la puerta para entrar a las bodas ya se había cerrado.
Ellas suplicaron para que les abrieran la puerta, pero la única respuesta que oyeron fue, “No las conozco.” Aquí, las 10 vírgenes representan a los creyentes que están esperando al Señor, que es el novio. Cuando el Señor, nuestro novio, venga, aquellos creyentes que se han preparado bien y estén esperándolo, entrarán al banquete de las bodas.
Sin embargo, lo que es importante en este pasaje, es que no todas las 10 vírgenes que estaban esperando al Señor entraron al banquete. Las 10 vírgenes sabían que el novio venía y todas lo estaban esperando. Pero sólo 5 de ellas pudieron entrar al banquete de las bodas.
Sucede lo mismo con los creyentes hoy en día. Sólo cuando nos reunamos con nuestro Señor, nuestro novio, llegaremos al fin a ser verdaderamente salvos y a gozar de la vida eterna.
Sin embargo, entre los que han aceptado el evangelio y profesan que creen en el Señor, hay algunos que no son salvos. Ellos piensan sin duda alguna que tiene fe, asisten a la iglesia y también sirven en algún ministerio. Pero si no llegan a entrar al reino de los cielos, ¿De qué les valdrá todo eso? No sólo carecerá de valor, sino que el resultado final será espantoso y horrible.
Por eso, no debemos vivir una vida cristiana como las 5 vírgenes imprudentes y necias, sino debemos llegar a tener una verdadera fe con la que podamos ser verdaderamente salvos conociendo y haciendo la voluntad de Dios.
En esta prédica y en la siguiente, veremos los casos en los que algunos piensan que creen en el Señor pero en realidad no son salvos.
Oro en el nombre del Señor para que, a través de este mensaje, entiendan claramente la fe que deben tener para ser salvos y lleguen a disfrutar de la vida eterna.
Amados Hermanos en Cristo:
Mateo 7:21 dice, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.”
Llamar a Jesús, “Señor, Señor,” significa que conocen y reconocen que Jesús es el Salvador. Esto quiere decir que incluso entre los que declaran que Jesús es su Salvador, habrá algunos que no entrarán al reino de los cielos.
En los siguientes versículos 22-23, se lee, “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿No profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí, apartaos de mí, hacederos de maldad.”
Aun cuando afirman que creen en el Señor e incluso han hecho cosas en el nombre del Señor, si practican la maldad, el Señor les dice, “No los conozco.”
También, 1 Juan 1:6 dice, “Si decimos que tenemos comunión con Él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad.”
Esto quiere decir que si alguien que vive en la falsedad de este mundo dice, “Tengo comunión con Dios. Yo creo en Dios,” esta confesión es una mentira.
Creer en Dios es vivir en la luz y obedecer la Palabra de Dios. Pero si no obedece a Dios ni vive en la luz sino en las tinieblas\; esto significa que la verdad no está en usted.
Si aún así dice que cree en Dios, que ama a Dios, que tiene comunión con Él\; o que ama a su pastor, eso es mentir.
Mateo 13:40-42 compara a estas personas con la cizaña. Y cita, “De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad\; y los echarán en el horno de fuego\; allí será el lloro y el crujir de dientes.”
El horno de fuego representa el infierno. Al igual que un labrador o un agricultor separa la cizaña del trigo al momento de la cosecha, el Señor echará fuera a los que tiene una falsa fe -los que son como la cizaña- al fin de este mundo\; es decir, en el momento del juicio.
Pondrá a los que practican la maldad y hacen que otros caigan, aun cuando digan que creen, en el horno de fuego: Esto es, el fuego del infierno. Incluso si asisten a la iglesia los domingos, dan sus diezmos, sus ofrendas de agradecimiento y hagan muchas otras cosas en la iglesia\; todos aquellos que practican la maldad tendrán que crujir sus dientes en las tinieblas.
Amados Hermanos en Cristo:
¿Quiénes son, entonces, los que practican la maldad?
1 Juan 3:4 dice, “Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley, pues el pecado es infracción de la ley.”
Es desobediencia y pecado violar la Palabra de Dios\; la ley de la verdad.
Los que hacen las cosas que la Biblia dice que no debemos hacer, los que no echan fuera las cosas que la Biblia dice que debemos echar fuera\; y los que no guardan las cosas que la Biblia dice que debemos guardar, son todos los que siempre están listos y dispuestos rápidamente para pecar.
1 Corintios 6: 9-10 cita, ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis\; no los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echen con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.”
Dios está diciendo que estas personas irán al infierno, no al reino de los cielos. Ser avaro es codiciar dinero o comida. Maldicientes o injuriadores, son los que calumnian, murmuran y maldicen a otros. Estafadores son los que quitan a la fuerza las propiedades, pertenencias o el dinero a otros.
Sin embargo, hay algunos que procuran tentar a los creyentes que intentan vivir por la Palabra y que tratan de no cometer ninguna injusticia. Por ejemplo, consideremos el caso de asistir al culto el día domingo.
Los miembros de nuestra Iglesia consagran todo el domingo a Dios, ocupando el tiempo adorándolo y teniendo compañerismo con otros hermanos en la fe.
No obstante, aquellos que los tientan les dicen que vayan al servicio el domingo, pero luego los animan a distraerse con cosas mundanas. Afirman que basta con ir a un culto y que no tienen por qué asistir al servicio del domingo en la tarde. Los presionan para que ese día vayan a fiestas o a reuniones del mundo, a ver películas, a salir de paseo, de pesca, a la playa, hacer algún deporte, o a ganar dinero.
Les dicen, “¿Por qué tienen que llevar esa vida cristiana tan difícil?\; Todos los demás cristianos son más flexibles. ¿Por qué sólo ustedes son tan especiales?”
Sin embargo, hay otra persona especial en Corea. Ella es aún más especial que los miembros de nuestra Iglesia. Últimamente la vi aparecer 2 veces en los diarios. Llegó a la final en el campeonato mundial de Baduk. Pero la final era un domingo. Por eso, se retiró. Ella dijo que no podía dejar de guardar el día domingo para el Señor y se retiró de la competencia. Posteriormente, en otro campeonato mundial, una vez más llegó hasta la final. Y también cayó otro domingo\; y nuevamente ella se retiró del torneo declarando que nunca infringiría el día del Señor.
Sentí que estaba viendo a uno de los miembros de nuestra Iglesia con gran fe. Doy gracias a Dios por esta clase de creyentes. Pero también leí que personas alrededor de ella, le aconsejaban que debía ser más flexible con sus principios cristianos. Me pregunto, ¿Es acaso ser flexible ir en contra de Dios?
Tal vez algunos de ustedes puedan escandalizarse al oír esto. Sus hijos o los que están cursando estudios rinden exámenes los domingos. Y ustedes vienen para que yo ore por ellos. Sin embargo, no puedo decirles nada por su nivel de fe. ¿Acaso yo infringiría o dejaría de guardar el domingo, aun si alguien me ofreciera billones de dólares? ¡CLARO QUE NO!
Pero no puedo decirles NADA. Tan sólo les digo lo que es mejor ahora para ellos: “Pueden venir al Primer o al Segundo Culto en la mañana o, en otros casos, vengan al menos al Servicio de la tarde.” Si no hay tiempo ni siquiera para esto, deben al menos asistir a la oración de la madrugada y dedicar todo el día de corazón a Dios, tal como lo hubieran hecho el domingo en la Iglesia.
No les enseño que no vengan al culto el domingo. Es tan sólo que, si les digo que deben consagrar y dedicar todo el domingo al Señor, ellos pueden tropezar debido a su poca y débil fe. Tal vez podrían pensar que esto es muy difícil. Muchos de ellos se han preparado para rendir sus exámenes lo mejor posible a fin de lograr una mejor vida en el futuro, por eso no puedo simplemente decirles que desistan de ello.
Pero si su fe crece y sienten que el regreso del Señor esta cerca, ni siquiera tendrían que preguntarme. Tan sólo pueden actuar en fe. Pero de ninguna forma deben aceptar o ceder a las tentaciones que hemos mencionado anteriormente.
Por tanto, si dejan que de esa manera su corazón se incline demasiado a las cosas del mundo\; ¿Creen que sería posible que se ofrecieran como sacrificio vivo, en espíritu y en verdad?
Si descuidan el Culto de Adoración el domingo, que es lo básico en la fe, se alejarán también de Dios en todos los demás aspectos.
Si aceptan esas tentaciones, cuando administren algún tipo de negocio podrán engañar o hacer algún tipo de fraude, exactamente como la gente del mundo, justificándose diciendo: “Todo el mundo lo hace. Y yo lo tengo que hacer también para poder sobrevivir.”
Pueden ver, entonces, que esto es una prueba que no tienen fe. ¿Por qué se comparan con la gente del mundo si ustedes tienen fe? Podrán ver el obrar de Dios, para quien nada es imposible si siguen el camino recto y correcto. Si actúan con los mismos criterios y forma de pensar que la gente del mundo\; ¿Cómo pueden decir que creen en Dios?
Algunos de ustedes, a pesar que son Ancianos o Diáconos en la Iglesia, en algunas ocasiones beben alcohol y fuman cigarros. También, así como lo hacían antes de recibir al Señor, se enojan y llevan una vida de lujuria, pero piensan, “Estoy yendo a la Iglesia y por eso soy salvo. Soy perdonado por la sangre del Señor.”
Pero Gálatas 5:19-21 dice, “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas, acerca de las cuales os amonesto, como ya os he dicho antes (Esto ya se les había dicho muchas veces en el Antiguo Testamento. Continua el versículo), que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”
¿Acaso sólo porque tienen celos y discusiones no son salvos? Eso es cierto. Los que se enojan fácilmente, por favor, escúchenme atentamente. Oí el testimonio de un estupendo pastor de una comunidad. Cuando fue de visita a un hogar para celebrar el servicio de adoración familiar, al niño de la casa se le endurecieron y torcieron sus manos y pies.
Los padres le dijeron al pastor que esto ya había sucedido antes y entonces el pastor oró por ellos. Inmediatamente después de la oración, despareció el entumecimiento del niño. Sin embargo, cuando este mismo pastor visitó nuevamente la casa, la misma cosa sucedió otra vez.
Entonces, el pastor se dijo, “Debe haber algún problema con los padres. Deben haber pecado contra Dios.” Luego, el padre del niño, confesó. “He discutido con mi esposa y no he guardado el domingo. No he ido a la Iglesia.” Añadió que iba a ayunar por arrepentimiento. Después que él confesó y se arrepintió, y luego que el pastor oró por el niño, sus manos y pies se liberaron y fue sanado.
¿Por qué Dios bendijo de esta manera a esta familia? El niño fue sanado después que oré por él la primera vez. ¿Por qué sucedió otra vez lo mismo? Cuando le ordené salir al diablo, éste salió por mi autoridad. Pero como el padre del niño no se arrepintió, el enemigo volvió a entrar otra vez.
Cuando no estaba cerca, es decir, cuando el niño estaba fuera del alcance de mi autoridad, el diablo volvía a entrar. Esto es así de acuerdo a la justicia de Dios. Él no podía proteger a este niño debido a Su justicia.
Por eso, en el momento en que el padre del niño se arrepintió ante el pastor y recibió su oración, el niño volvió a la normalidad. Me enteré que los padres se arrepintieron completamente y van a ofrecer una ofrenda de paz y venir para que ore por ellos.
Cuando asistimos al Culto el domingo, estamos bajo la protección de Dios. De otra manera, Satanás comienza a obrar en contra nuestra. Algunos de ustedes usaban sillas de ruedas pero volvieron a caminar por la oración. Sin embargo, unos cuantos de los que se pusieron de pie volvieron a la silla de ruedas.
¿Por qué? A mi orden, el diablo y Satanás salieron y se pudieron parar. En ese momento hubieran recuperado totalmente la salud, si recordaban y se arrepentían totalmente de sus pecados. Pero como no se arrepintieron de sus pecados, Satanás obró otra vez.
Poco después de la inauguración de nuestra Iglesia, yo visitaba a los hermanos un par de veces al año, en primavera y otoño. En una ocasión, visité una casa en la que vi un dragón enroscado en el piso de la habitación.
El esposo sufría de parálisis y hacía ya tiempo que no podía usar adecuadamente sus miembros. Su cuerpo estaba endurecido. Cuando oré por él en su casa, el dragón salió de allí. Salió porque lo eche fuera. Pero luego que la reunión terminara y salí fuera, vi al dragón rodeando la casa y mientras nosotros partíamos de regreso, volvió a entrar. Vemos así que la oración no es eficaz si no hay arrepentimiento
Sólo cuando hay un arrepentimiento total, Dios podrá obrar por ustedes\; pero como no lo hacen, no pueden estar bajo la protección de Dios.
Después que son sanados por medio de la oración, deben arrepentirse completamente de sus pecados y derribar ese muro de pecado para que Dios los pueda proteger con el muro de fuego del Espíritu Santo. Entonces, toda dolencia y enfermedad no volverá a afectarlos sino que gozarán de una mejor salud.
Como está escrito, “como ya os he dicho antes”, esto ya nos fue advertido incluso en el Antiguo Testamento y siempre nos lo recuerda Jesús, Sus discípulos y otros hombres de Dios. Aun cuando declaren su fe en el Señor, si no dejan de pecar y aún practican la maldad, no heredarán el reino de Dios. Irán sólo al infierno.
Además de las obras de la carne descritas en Gálatas, la segunda parte de
Romanos 14:23 sentencia, “Y todo lo que no proviene de fe, es pecado.”
Repito, todo lo que no proviene de fe, es pecado. Muchas personas cuando se enferman confían en el mundo, en los hospitales. Pero sólo cuando los médicos les dicen que ya no hay ninguna posibilidad, vienen a mí para que ore por ellos.
Y ¿Qué es lo que dicen entonces? Dicen, “Creo que voy a ser sanado por la oración.” Sin embargo, ¿Es esta una confesión verdadera o no? No. Es mentira.
Confiaban completamente en los métodos del mundo y sólo luego que les fue imposible, vienen para recibir mi oración\; y me dicen que ahora creen. Han gastado tanto dinero y tiempo en los hospitales. Debían haber venido antes de pasar todo eso. Ahora confiesan mentiras.
Y Santiago 4:17 declara, “Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.” Si sabe que algo es bueno y verdadero y no lo hace, eso es indudablemente pecado.
Después de todo, cualquier cosa que no sea de agrado a Dios es pecado y maldad. Aquí, podrán hacerse una pregunta. Por ejemplo, si un nuevo creyente no puede ser salvo porque ha dicho una mentira, entonces, ¿Cuántos serán realmente los salvos?
¡Si! Hay mentiras que no conducen a la muerte y, también, hay otras que si llevan a la muerte. Hay pecados de muerte y pecados que no son de muerte. Permítanme darles un ejemplo de cómo se dice una mentira:
Ustedes mienten muy a menudo. Muy pocos de entre ustedes nunca mienten. Digamos que han dejado de venir a algunas de las reuniones de oración y que su líder de célula lo sabe. Si el líder les pregunta. “Hermana, ¿Por qué no ha venido a orar?\; ¿Por qué siempre falta a las reuniones de oración?” Usted ha dejado de venir sólo un par de veces, pero su líder le ha dicho que usted nunca viene. Esa es una mentira.
Supongamos que hay algo apetitoso para comer. Viene alguien y come la mitad y deja la otra mitad. Entonces, otra persona le dice, “Te lo comiste todo”. Todavía está la otra mitad que quedó así que esa es una mentira.
Si no pueden ser salvos por estas mentiras, ¿Quién podría serlo? Ahora bien, no deben decir ni aun esta clase de mentiras porque ustedes están cambiando. Pero eso no significa que no serán salvos por decir estas mentiras. Sin embargo, por esto no tendrán a una buena morada en el cielo porque no están totalmente santificados.
Pero por ejemplo, si estafan a alguien para beneficiarse, eso es un pecado grave. Si mienten con la intención real de engañar a alguien, esa es un mentira muy seria.
Engañar o perjudicar a otros buscando su propio beneficio es mentir con gran maldad. Hay mentiras que no tienen maldad y otras mentiras que contienen una gran dosis de maldad. Si no se arrepienten de estas últimas, no podrán ser salvos. Ustedes deben saber discernir estas cosas.
Por cierto, luego de recibir al Señor, no pueden inmediatamente echar fuera todos sus pecados. Sin embargo, aun cuando no hayan echado fuera todos sus pecados, si oran y procuran corregirse, están en el proceso de cambio, y ello significa que tienen fe. Dios no los considerará más como impíos sino reconocerá que tienen la fe para ser salvos. Pero si ni siquiera tratan de dejar el pecado, sino que aún cometen las obras de la carne y se manchan más con las cosas del mundo, aun si confiesan, “Yo creo,” esa sólo es una mentira. No es verdad. Por eso, si realmente creen en el Señor, cuando pecan sin intención, deben inmediatamente arrepentirse tan pronto como se den cuenta de ello y de esa forma perfeccionar su corazón.
Volviendo a los padres del niño que tenía las manos torcidas, si ellos se hubieran arrepentido inmediatamente y hubieran recibido mi oración, no hubiera ocurrido de nuevo eso. Si su padre arrepentido confesaba, “He discutido con mi esposa y me he enojado con ella\; por eso no fui al culto el domingo,” entonces, todo hubiera pasado tan sólo con la oración. Pero debido a que no se arrepintió, la enfermedad salió del niño cuando oré, pero volvió otra vez.
Además, yo no sé por qué discutió con su esposa, pero aun así debió venir al Culto el domingo. El malentendido es con su esposa\; y guardar el culto el domingo es con Dios. ¿Por qué no vino entonces al Servicio? Incluso si discutió con su esposa, pudo haber venido al Culto y al regresar a casa hubiera hecho las paces con ella. No deben levantar ningún muro que los separe de Dios.
En especial, venir al Culto el domingo está directamente relacionado con su vida. Dios no les enseña a discutir con sus esposas. Pero entre los pecados, hay pecados que pueden ser perdonados, y hay también otros que no pueden ser perdonados.
En la Biblia, vemos que hay pecados que nunca se deben cometer si tenemos fe en Dios\; es decir, pecados que no pueden ser perdonados.
1 Juan 5:16-17 cita, “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida, esto es para los que cometen pecado que nos sea de muerte. (Ustedes ya han oído del pecado que es de muerte y del que no es de muerte y saben cuales son. Continúa el versículo)
Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. Toda injusticia es pecado\; pero hay pecado no de muerte.
Deben orar diligentemente por los que cometen pecados que no son de muerte, y prevenirlos para que así dejen de pecar. Sin embargo, también deben saber que hay pecados de muerte que no pueden ser perdonados.
Consideremos, ahora, cada uno de los pecados que son de muerte:
Primero está la blasfemia, hablar en contra y oponerse al Espíritu Santo.
Mateo 12:31 declara, “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres\; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.” Si blasfeman contra el Espíritu Santo, ni siquiera podrán arrepentirse ni volver atrás. El arrepentirse y alejarse del pecado también es hecho por la gracia de Dios. Dios tiene que darles el Espíritu de Arrepentimiento\; pero si Él no lo hace, no podrán arrepentirse.
También en Lucas 12:10 se lee, “A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado\; pero al que blasfemaré contra el Espíritu Santo, no le será perdonado.”
Hablar en contra del Espíritu Santo es hacerlo literalmente. Por ejemplo, si luego de ver las obras que se hacen por el poder del Espíritu Santo, dice que son obra de demonios o de Satanás, eso es hablar en contra del Espíritu Santo\; es afirmar que el Espíritu Santo es un inmundo y sucio demonio o que es Satanás.
También, blasfemar en contra del Espíritu Santo es –después de haber visto Sus hechos- negar la obra de Dios por nuestra propia maldad y hacer cualquier cosa para estorbar este obrar e impedir que el propósito de Dios se cumpla.
Por ejemplo, es el caso de alguien que con mala intención esparce falsos rumores y habla mal de una iglesia donde, en forma asombrosa, tienen lugar las obras del Espíritu Santo, calificándola de herética y equivocada. Esto no es blasfemar en contra de un hombre, que sólo es una criatura, sino es oponerse a Dios el Creador y obstaculizar el cumplimiento de sus propósitos\; y por eso es un horrendo y espantoso pecado.
Además, yendo un poco más allá, si alguien hace planes y proyectos para oponerse al obrar del Espíritu Santo, eso es actuar en contra del Espíritu Santo.
En Marcos 3:20-22, podemos ver a los judíos blasfemando, hablando en contra del Espíritu Santo y oponiéndose concretamente a Él.
El pasaje dice, “Y se agolpó de nuevo la gente, de modo que ellos ni aun podían comer pan. Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle\; porque decían: Está fuera de sí (Es decir, la gente creía que Jesús estaba loco o perturbado). Pero los escribas que habían venido de Jerusalén (Esto es, los que conocían la Biblia más que otros) decían que tenía a Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios.”
Cuando Jesús echaba fuera demonios, ellos decían que lo hacía por el poder del príncipe de las tinieblas. Nuestro Señor sólo hizo buenas obras. Dio esperanza al pobre, sano a los enfermos y les dio confianza en el reino de los cielos, haciéndolos saber quién es Dios y que hay un cielo y un infierno.
Pero decían que Jesús engañaba al pueblo tentándolos por Belcebú. ¿Acaso Jesús engañó a la gente para que pecaran? Él más bien los ayudó a que echaran fuera todo pecado y maldad y a vivir en bondad. Pero decían que era un impostor.
Entre los que oyeron las noticias sobre Jesús, los que tenían un buen corazón creyeron y dieron gloria a Dios, pero los que eran malvados no creyeron, sino más bien, esparcieron perversos rumores en contra de Jesús. Además, no fueron los gentiles quienes no reconocieron a Dios, ni tampoco gente vulgar o corriente, sino más bien fueron los escribas, los que estudiaban la Palabra de Dios, y los Fariseos.
Ellos pensaban que habían cumplido la ley al haberla memorizado completamente y, sin embargo, no la practicaban. No interiorizaron la palabra en su corazón. Por lo tanto, sus ojos espirituales estaban cegados y ni pudieron reconocer a Jesús, quien es el Mismo Verbo, y finalmente hablaron en contra y se opusieron al Espíritu Santo.
Marcos 3:23-26 declara, “Y habiéndolos llamado, les decía en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer.”
En los 500 años de historia de la Dinastía Chosun, la nación de Corea fue invadida por otros países debido a que había luchas internas.
También, la Guerra de Corea se produjo por divisiones internas. Las disputas no llevaran a una nación a permanecer firme ni unida. Además, como hoy en día Corea está dividida, muchas cosas malas suceden y la economía y otros aspectos del país pasan por momentos difíciles. Deberíamos unir toda nuestra sabiduría para bien de la nación. Entonces, este país se convertiría en una nación poderosa.
“Y si una casa está dividido contra sí misma, tal casa no puede permanecer.”
Si hay contiendas en su familia, no se sentirá bien. Los niños estarán siempre nerviosos debido a las peleas y discusiones, no querrán quedarse en casa y saldrán a la calle a hacer cosas malas juntándose con malos amigos.
Como no tienen paz en el hogar, tan sólo viendo el rostro del padre se ponen nerviosos. Y no quieren quedarse en casa. Por eso, estos niños no crecen bien.
También el negocio no irá bien, ya que el padre siempre esta peleando con su esposa y no tiene paz en su corazón.
“Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, sino que ha llegado su fin.”
Esto es lo que dijo el Señor. Satanás no luchará contra sí mismo. Un país ni una familia podrán permanecer firmes si tienen problemas internos. Aun, en el mundo de los espíritus malignos se guarda un estricto orden. Los demonios no echarán fuera a otros demonios, ni Satanás echará fuera a Satanás.
Algunos dicen que si un hechicero o un chamán realizan un exorcismo, los demonios se calman. Esto no es porque Satanás echa fuera a Satanás. Es tan sólo porque el demonio se calma por un momento debido a que la persona lo adora y le da el alimento del exorcismo.
Y como el demonio esta quieto, el dolor se va. Los demonios le causan dolor no a través de microbios ni de enfermedades. Tan sólo le hacen sentir dolor. Pero luego de un rato, le provocarán un mayor dolor para que lo adoren más.
Observen a sus vecinos o parientes que practican el exorcismo. ¿Acaso basta sólo un exorcismo? Tienen que hacerlo durante todo el año. Los demonios se calman y se callan por un momento cuando reciben el alimento del ritual. Pero si quieren más adoración, provocan de nuevo el dolor. Por eso, en un año, probablemente la familia entera habrá pasado por el exorcista.
Cuando la gente lo adora de nuevo, el demonio se calmará por un rato otra vez, y luego de un momento, comenzará de nuevo a trabajar. Y si esto continua, toda la familia quedará arruinada. El resultado final será la destrucción total. Los niños sufrirán enfermedades incurables y deformidades físicas.
No pueden echar fuera a los demonios por medio de exorcismos, de rituales mágicos o poniéndose amuletos. En vez de alejarlos, están llamando a más espíritus malignos. Por eso, para echar fuera a los espíritus inmundos, deben tener una mayor y más poderosa autoridad espiritual que esos espíritus.
El único que es más fuerte y poderoso que Satanás es Dios y podemos tener control sobre estos espíritus inmundos sólo cuando el Espíritu Santo, quien es uno con Dios, obra a través de nosotros.
Los siguientes versículos 28-29 declaran, “De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres\; y las blasfemias cualesquiera que sean\; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno.”
El Espíritu Santo es Dios\; y si blasfeman las obras de Dios diciendo que son obras de demonios y hablan en contra y se oponen a Dios, ¿Cómo podrán ser salvos? Por ejemplo, si los niños escupen, pegan y hablan groserías a sus padres, ni siquiera deberían llamarlos, “papá y mamá”.
No importa cuán entusiastamente esté llevando su vida de fe, si blasfema contra el Espíritu Santo, eso es oponerse totalmente a Dios. Si un acto o hecho de Dios tiene lugar en alguna parte, aquellos que tienen buen corazón y tienen comunión con Dios se regocijarán y le darán gloria a Él.
Pero algunos, a pesar que declaran creer en Dios, tienen celos y murmuran de las obras del Espíritu Santo. Éstos dicen, “Las señales y milagros tuvieron lugar hace 2000 años. La revelación y la comunión con Dios terminó hace mucho tiempo.” Si hablan de las obras del Espíritu Santo como si fueran hechos por Satanás\; y califican a los que efectúan estas obras, como heréticos, esto es blasfemar contra el Espíritu Santo.
Sin embargo, Juan 4:48 cita, “Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis.” También, Jesús y los apóstoles dieron testimonio del Dios viviente haciendo señales y prodigios.
Esteban y Felipe realizaron asombrosos milagros a pesar de ser sólo diáconos\; y por medio de estas señales, mucha gente llegó a creer en Dios. Dios, quien es el mismo ayer, hoy y siempre, manifiesta señales y prodigios a través de quien le agrade y le plazca. Y por medio de estas obras, Él da testimonio de Sí Mismo.
Por tanto, si alguien habla en contra de las obras manifestadas por Dios a través del Espíritu santo, eso es blasfemar y estar en contra de Dios, y por este pecado no hay perdón.
Si uno blasfema con palabras al Espíritu Santo, diciendo que cree en Dios y que conoce la Biblia, está muy lejos de toda bondad y no tiene comunión con Dios. Por eso Dios dice que esta clase de personas no serán perdonadas en este tiempo ni en el venidero.
No obstante, como cita también el pasaje, “A todo aquel que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado”\; en unos casos, alguien que no ha recibido el Espíritu Santo o que no conoce la verdad puede blasfemar de las obras del Espíritu Santo.
Esto no es oponerse a Dios, pero puede considerarse como hablar en contra del Hijo del Hombre, por eso si se arrepienten completamente, pueden ser perdonados. En la siguiente prédica les explicaré sobre el segundo pecado que lleva a la muerte.
Amados Hermanos en Cristo:
Anteriormente he predicado en reuniones de avivamiento en otras iglesias sobre los pecados que son de muerte.
Luego de la prédica, los miembros de la iglesia e incluso sus líderes quedaban tan sorprendidos, diciendo que no sabían que existían estos pasajes en la Biblia. Incluso, cuando decía que los que practican cualquier tipo de injusticia no serán salvos, a pesar que clamen, “Señor, Señor”, muchos decían que no sabían esto.
Manifestaban que no conocían que existía pecado de muerte. Con seguridad leían la Biblia pero no prestaban atención a lo que está escrito en ella.
Como no conocen ni aun lo que está claramente escrito en la Biblia, muchos son movidos de la verdad y se ponen en contra de Dios. Por eso, siempre están sufriendo pruebas y desgracias y, finalmente, van por la senda de la muerte y de la destrucción.
Todos ustedes que ya han escuchado hoy este mensaje, no deben ir por el camino de los necios e insensatos, sino los animo a que permanezcan en la verdad y la luz como verdaderos hijos de Dios.
Hoy en día, tenemos un pastor muy popular y reconocido en nuestra Iglesia. AMEN. Antes, en el mundo cristiano me habían puesto un apodo. Otros pastores me llamaban “Sol naciente”. Déjenme decirles que de hecho me pusieron un muy buen apodo.
Y ahora tenemos una estrella resplandeciente. Ustedes lo conocen. ¿Por qué Dios lo usa? ¡El es muy valiente! Hizo que nuestros alumnos de primaria y de secundaria se arrepintieran con lágrimas ayer en el Culto de Alabanza y Adoración.
¿Por qué lo usa Dios? Es porque él cumple con el primer y el segundo mandamiento. ¿Cuáles son estos? El primero es amar a Dios con todo su corazón, con toda su mente y con toda su alma. Él ha cortado con toda cosa del mundo\; y ahora ama a Dios con todo su corazón, su mente, sus fuerzas y su vida\; y también ama al Señor y a su pastor. No tiene ningún deseo por el mundo ni por nada carnal.
Ha cortado con todo\; y ama a Dios con todo su corazón, su mente y su alma. Por eso, ha cumplido con el primer mandamiento. Luego, también ha cumplido con el segundo mandamiento de “Amar a tu prójimo como a ti mismo”.
¿Por qué? Como busca sólo a Dios, sigue sólo la volunta de Él. Pone todo su esfuerzo en salvar más almas y guiarlas a la mejor morada posible en el cielo, lo cual agrada más a Dios. Puesto que está cumpliendo de esta manera con los mandamientos de Dios, ¿Cómo Dios no podría usarlo?
Ahora tiene confianza con Dios. Dios puede decir, “Creo en ti y confió en ti”, y le puede dar Su poder. Además, como se lee en 1 Juan, “Y esta es la confianza que tenemos en nuestro corazón, que recibiremos cualquier cosa que le pidamos en oración.”
Como ha cortado con todas las cosas del mundo y sólo busca a Dios, es confiable. Ahora le pedirá a Dios. Por eso, predica la Palabra de Dios tan valiente y confiadamente.
Muchos de ustedes lo invitaron la semana pasada y lo escucharon. Y se arrepintieron completamente.
La Biblia es absolutamente verdadera. Desde que ha cortado con el mundo, ha alcanzado mayor confianza. Tiene una fe más segura. Hace poco, oró y 2 personas se levantaron de sus sillas de ruedas.
Si nuestros pastores pudieran orar y hacer que una sola persona se levantara de su silla de ruedas en un año, no habría nadie usando sillas de ruedas. Pero este pastor hizo en poco tiempo que 2 personas caminaran.
Oro en el nombre del Señor para que siempre puedan experimentar el poder del Espíritu Santo, quien nos ayuda, nos guía y nos bendice, y que puedan llegar por el camino más directo al reino de los cielos.
AMEN