• Perspectiva Bíblica del Matrimonio (2)

    [1 Corintios 7:7-9, 25-38]

    09-08-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje bíblico

      [1 Corintios 7:7-9, 25-38]

      [1 Corintios 7-9]
      7"Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.
      8Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo;
      9pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando".
      [1 Corintios 25-38]
      25"En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.
      26Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está.
      27¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte.
      28Mas también si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar.
      29Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen.
      30y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen;
      31y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa.
      32Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor;
      33pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer.
      34Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
      35Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor.
      36Pero si alguno piensa que es impropio para su hija virgen que pase ya de edad, y es necesario que así sea, haga lo que quiera, no peca; que se case.
      37Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, y ha resuelto en su corazón guardar a su hija virgen, bien hace.
      38De manera que el que la da en casamiento hace bien, y el que no la da en casamiento hace mejor".

      Introducción

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, miembros de más de 9 mil iglesias filiales en Corea y alrededor del mundo incluyendo los Estados Unidos, Canadá, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia, Uruguay, Argentina, Chile, Japón, Mongolia, China, Taiwán, Tailandia, Vietnam, Filipinas, Malasia, Indonesia, Nepal, India, Sri Lanka, Pakistán, Kazajstán, Israel, Palestina, Egipto, Sudán, Etiopía, Kenia, Uganda, Ruanda, Burundi, Tanzania, R. D. de Congo, Gabón, Angola, Botsuana, Suazilandia, Sudáfrica, Burkina Faso, Liberia, Costa de Marfil, Ghana, Nigeria, Reino Unido, Irlanda, Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Italia, Grecia, Rusia, Suecia, Estonia, Bielorrusia, Ucrania, Daguestán, miembros de los santuarios locales, miembros quienes están asistiendo a este servicio a través del Internet, y televidentes de GCN y Manmin TV.
      Esta es la segunda parte del mensaje titulado "Perspectiva Bíblica del Matrimonio"
      El pasaje bíblico de hoy, descrito en 1 Corintios 7:38, dice: "De manera que el que la da en casamiento hace bien, y el que no la da en casamiento hace mejor".
      Si usted contrae matrimonio, hace bien, pero si no lo hace, entonces hace mejor.
      Además, en el verso 7 del pasaje bíblico de hoy leemos: "Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo". Es decir, el apóstol Pablo no deseaba que se casaran, tal como él hizo.
      Pero Pablo también dijo: "pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro".
      Tomar la decisión de no casarse es una gran bendición, pero no todos pueden recibir esta Palabra.
      Pero si ustedes miran hacia Dios y el Señor únicamente, y si están llenos de la esperanza de la Nueva Jerusalén, entonces podrán recibir esta Palabra.
      ¿Por qué dice Dios que más bendecido es no casarse?
      Primeramente, debido a que habrá aflicción en el matrimonio.
      Ustedes experimentarán aflicción física por causa del amor que cambia, y también aflicción espiritual.
      En la reunión anterior les expliqué hasta este punto.
      Segundo: es mejor no casarse porque al hacerlo se divide el corazón.
      Lo que Dios más anhela de parte de sus hijos es un corazón que lo ame primeramente a Él.
      Mateo 22:37 dice: "Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente".
      El tipo de hijos verdaderos que Dios anhela son aquellos que aman a Dios con todo su corazón, mente, alma, ser, sabiduría, y con toda su vida.
      Si ustedes deciden permanecer solteros por causa de su amor a Dios, entonces probablemente llenarán sus corazones con la esperanza del Cielo pensando solamente en Él. Por el contrario, si ustedes se casan, su corazón se dividirá.
      1 Corintios 7:32-34 dice lo siguiente: "Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; 33pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer. 34Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido".
      La verdad es que muchos de aquellos que han sido muy entusiastas en su vida de fe mientras estaban solteros, cambian de actitud al casarse. Ellos se manchan con la vida carnal y dejan de orar. Luego empiezan a adoptar las cosas del mundo, una por una, acarreando así pruebas sobre sus vidas.
      Aunque su fe no cambie mucho, ciertamente habrá diferencia entre el antes y el después del matrimonio. Antes ellos podían enfocarse siempre en la obra del Señor, podían trabajar con libertad para el Señor, ya sea desde temprano en la mañana o hasta muy tarde en la noche.
      Pero después del matrimonio ellos están ligados a su familia. Si buscan el beneficio de la esposa y le permiten trabajar libremente para el Señor, entonces puedo decir que es un caso relativamente bueno.
      No obstante, no importa cuán considerada sea la esposa, la tarea básica del esposo es la de proveer el sustento para la familia, y la esposa tiene la responsabilidad de cuidar de él. Ellos ya no pueden descansar en cualquier momento que deseen, ni pueden trabajar para Dios como desean, pues ahora tienen que considerar la situación de la familia.
      Antes de casarse ellos podían refrescar sus mentes y cuerpos trabajando libremente para el Señor durante los feriados nacionales o las vacaciones, pero ahora les es necesario cuidar de la familia. En calidad de esposa, esposo, nuera, o yerno, ellos además deben cuidar de la familia política.
      Asimismo, una vez que se casan su corazón se dividirá al igual que su tiempo y dinero. No estoy diciendo que es incorrecto cuidar de la familia. Si usted contrae matrimonio adquiere esa responsabilidad y es obvio que debe cuidar de los miembros de la familia.
      De este modo usted expresará su fidelidad a la casa de Dios, pero si usted tuviese que escoger, lo más beneficioso en lo espiritual sería que dedique su tiempo, dinero y esfuerzo al Señor.
      Les dije que es bueno si el esposo y la esposa tienen una fe firme y cultivan el amor espiritual. Así permitirían que el cónyuge interceda más y que acumule recompensas para que puedan ir a la Nueva Jerusalén.
      Así también podrán tener un buen nivel de fe, llegando a ser amigos espirituales. Pero de hecho, no es común encontrar este tipo de personas. Si ambos han alcanzado este tipo de fe, ellos estarían satisfechos con el Señor de modo que no sentirían la necesidad de casarse en primera instancia.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Permítanme insistir una vez más en que no estoy diciendo que ustedes no deben casarse bajo ninguna circunstancia. Simplemente estoy explicando lo que es de mayor beneficio para aquellos que tienen fe y esperanza por el Reino Celestial.
      Aquellos que ya están casados pueden apoyarse el uno al otro para alcanzar una mejor morada celestial, y pueden cultivar el amor espiritual. Deben amar al esposo o esposa como a sí mismos, mientras aman preeminentemente a Dios para así tener una familia bendecida, como la que tuvo Cornelio.
      Aunque la fe su cónyuge sea tan frágil, él o ella sigue siendo el cónyuge que usted escogió con amor. Por lo tanto, usted debe orar y servir a su cónyuge sacrificándose a sí mismo de modo que juntos puedan ir a una hermosa morada celestial.
      Si su cónyuge ha fallecido, lo mejor sería que usted se decida servir únicamente al Señor. Lo mejor es que los solteros no se casen, pero si deciden hacerlo debido a una situación personal, entonces están en total libertad para ello.
      Por ejemplo, digamos que cierta hija tiene fe, pero no le es posible asistir a la iglesia con libertad por causa de una dura persecución por parte de sus padres. En este caso, esta hija decide casarse con un hermano que tiene una fe firme para así poder asistir a la iglesia con mayor libertad. Asimismo, este yerno servirá a sus suegros con sabiduría y de manera amorosa, de modo que ellos también cambien.
      Otro caso puede ser el de una madre que tiene fe, quien anhela que su hija no sufra las aflicciones del matrimonio sino que se dedique a servir al Señor con pureza. Sería excelente que esta hija viva para el Señor únicamente, tal como lo desea su madre. Pero si su padre, quien no tiene fe, desea mucho que esta hija se case, entonces en esta situación la madre no debe sentir el peso en su corazón pensando que no sería correcto permitir que su hija se case.
      1 Corintios 7:38 dice: "De manera que el que la da en casamiento hace bien, y el que no la da en casamiento hace mejor". Los padres quizás escojan lo que consideren mejor, pero en ciertas circunstancias ellos podrán permitir que sus hijos se casen.
      Por supuesto que en la actualidad la voluntad de los hijos es más importante que la de los padres, a diferencia de los días pasados. Si los hijos tienen la fe para no casarse, ellos pueden tomar esa decisión.
      1 Corintios 7:9 dice: "pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando".
      La razón por la que no conviene casarse es porque permite tener la libertad para vivir una vida apasionada en fe, pero aunque el entorno y las condiciones sean buenos, no podrán entrar en lo espiritual tan sólo por el entorno.
      Lo más importante es tener determinación y esforzarse para llegar a la santificación. Si no lo intentan no podrán entrar a la Nueva Jerusalén por el sólo hecho de no haberse casado. Si no casan a causa de la opinión de las demás personas, pero cometen pecados al no poder controlarse a sí mismos, lo mejor es que se casen.
      Pero al casarse es necesario que recuerden lo siguiente:
      Primero: ellos no deben casarse con una persona que no es creyente.
      2 Corintios 6:14 dice: "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
      En varias ocasiones, cuando los creyentes se han casado con no creyentes, estos dicen que el futuro cónyuge ha prometido asistir a la iglesia después del matrimonio, y dicen que es algo bueno ya que les permitirá casarse con alguien a quien aman y a la vez llevar a esa persona a la Salvación.
      Pero en realidad es muy peligroso casarse con la esperanza de ese tipo de promesa. Hay muchas personas que mienten sólo para poder casarse, pero una vez casados, rompen la promesa. Quizás asistan a la iglesia un par de veces al principio, pero la fe no es algo que se adquiere en corto período de tiempo, así que pronto dejan de asistir.
      Algunos incluso empiezan a evitar que su cónyuge asista a la iglesia e inician una persecución.
      ¿Es correcto casarse si su futuro cónyuge asiste a la iglesia desde antes del matrimonio?
      La respuesta a esto la obtendrá al ver a los nuevos creyentes a su alrededor.
      Aunque lleven varios meses o incluso años asistiendo a la iglesia, quizás cambien de opinión en cualquier momento a menos que hayan recibido al Espíritu Santo y que tengan una buena medida de fe.
      Además, como lo expliqué anteriormente, ustedes tendrán conflictos al punto que estas pueden presentarse por la diferencia en la medida de fe de ambos. A veces, el que tiene mayor grado de fe empieza a comprometerse, pero su fe quizás disminuya y se haga tibia.
      Por lo tanto, si usted en realidad desea casarse, es muy importante que ore por su futuro cónyuge de antemano. Usted debe pedirle a Dios una persona que tenga una medida de fe similar a la suya, y que tenga pasión por la Nueva Jerusalén.
      Segundo: debe recordar que debe mantener su cuerpo y su mente puros hasta llegar al matrimonio, lo cual concierne igualmente a hombres como a mujeres.
      En el caso de la Virgen María, ella no se acostó con José ni siquiera después de estar comprometida con él. En el caso de los judíos, comprometerse era casi igual a casarse. No obstante, ellos mantuvieron su castidad hasta llegar al matrimonio.
      Esto debería ser igual en la actualidad. Aunque se comprometan en matrimonio, deberían guardarse hasta el día de la celebración del matrimonio. No es correcto decir que se han acostado antes de casarse por el amor que se tienen, pues eso sería engañar a la otra persona, y también a sí mismo.
      Si usted en realidad ama a la otra persona y desea invertir el resto de su vida junto a ella, no debería pedirle a esa persona que satisfaga su lujuria tan sólo porque usted no puede ser lo suficientemente paciente por un período tan corto de tiempo hasta la ceremonia matrimonial.
      ¡Eso no es amor, eso es lujuria de la carne! Amor verdadero es cuidar de la otra persona y mantenerla en pureza hasta el matrimonio. Si esa persona guarda un amor tan fiel, será para usted una persona de verdad también.
      Estos son novios y novias llenos de sabiduría, de quienes se puede tener certeza de que no cambiarán después del matrimonio. Pero el amor humano cambia con facilidad. Tal como el caso de Amnón que les mencioné, el amor humano se muestra ferviente por fuera, pero en realidad es impuro, eventualmente cambia y causa dolor.
      Si usted entrega su cuerpo antes del matrimonio y luego contrae matrimonio, entonces es un caso relativamente afortunado. Algunos de ustedes tienen preocupaciones porque no se mantuvieron puros antes del matrimonio.
      Si eso sucedió cuando ustedes no tenían fe, y luego decidieron llegar a ser marido y mujer, eso no les robará su Salvación. Pero eso no es algo correcto ante los ojos de Dios, y significa que ustedes tienen una mancha en su fe.
      Si usted reconoce su falta después de haberse casado, podrá arrepentirse de verdad, circuncidar su corazón diligentemente, y correr hacia la Nueva Jerusalén. Si usted se sumerge en el espíritu haciendo esto, su mancha será borrada. Pero habrá pruebas hasta alcanzar este nivel, y tendrá que asumirlas con gratitud.
      Mas si se acuestan apresuradamente antes de casarse, crearán un gran muro de pecado. La verdad es que hay muchas personas que traicionan a su pareja luego de haberse acostado con ella. En algunos casos rompen la relación incluso después de haber conocido a los padres, de haberse comprometido, y de haber fijado una fecha para la ceremonia.
      En las cartas que muchos de ustedes me escriben solicitando consejo leo acerca de estas relaciones rotas de personas que han cometido este pecado diciendo que se casarían. Se engañan a sí mismos y engañan a los demás a pesar de escuchar tantas Palabras de Verdad, de experimentar el Poder de Dios, y de confesar que tienen fe.
      Además conocen lo que son las obras evidentes de la carne, que es un gran pecado caer en la tentación incluso después de conocer la Verdad y de experimentar la Gracia de Dios. Si usted va tras su lujuria aún después de conocer la Verdad, entonces parece que va por el camino de muerte.
      Algunos dicen haber confiado en la persona que los traicionó, pero la verdad es que están sufriendo por no haber hecho lo correcto ante Dios.
      ¿Qué harán entonces los jóvenes si tienen fe y sabiduría?
      Jamás deben pedir o entregar el cuerpo sólo por tener una promesa de matrimonio. Si su pareja dice que lo ama pero le pide algo que no es correcto de acuerdo a la Verdad, entonces usted debería darse cuenta rápidamente de que su pareja no es una persona veraz.
      Si él o ella se desilusionan o si su amor se apaga porque usted no concede su petición, lo mejor será que no se case con aquella persona.
      Además, si usted cambia de pareja constantemente y entrega su cuerpo con facilidad a pesar de no estar comprometido, significa que está cometiendo obras evidentes de la carne.

      Hermanos y hermanas,
      Algo más que se debe recordar es que la iglesia no es un lugar para hacer citas con alguien, sino que es un lugar para adorar a Dios.
      El propósito de las reuniones en la iglesia es de reunirse en el nombre del Señor y de llevar a las almas hacia la Salvación. Si usted está planificando casarse, y cuando se reúne en el nombre del Señor, tiene que discernir con qué tipo de corazón lo está haciendo.
      Si usted viene a las reuniones con el objetivo de buscar una cita o a alguien con quien pueda posiblemente casarse, ¿cómo podría Dios aceptar su corazón? Cuando viene a la iglesia tiene que hacerlo para glorificar a Dios.
      Aunque usted está en busca de un cónyuge, no debe hacerlo según sus pensamientos sino que debe dejarse guiar por el Espíritu Santo a través de la oración, y tanto usted como la otra persona deben recibir la misma dirección.

      Hermanos y hermanas,
      También hay asuntos concernientes al acto de volverse a casar, y acerca de casos en los que está permitido el divorcio en la Verdad, pero no me es posible hablar de ellos en detalle ahora.
      Para aprender de estos casos pueden referirse al libro titulado "Estudio de 1 Corintios".

      Conclusión

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      En 1 Corintios 7:35 leemos: "Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor".
      (Al hablar de "impedimento" se refiere a no tener que dividir el corazón; a no tener ningún conflicto).
      ¡Dios el Padre siempre anhela darnos lo mejor! Pero Él no puede simplemente darnos ni obligarnos a que tomemos el camino a la bendición ya que todo debe ser en acuerdo a la justicia.
      Él simplemente puede mostrarnos con claridad el camino a la bendición y ayudarnos a caminar por él, y con respecto al matrimonio ocurre lo mismo.
      Dios no nos obliga a casarnos o a que no lo hagamos. Debido a que tenemos libre albedrío, es bueno que nos casemos en el Señor, y es aún mejor que no lo hagamos para que podamos servir únicamente al Señor.
      Pero Dios nos está permitiendo conocer que para aquellos que anhelan la Nueva Jerusalén, lo mejor es que no se casen de modo que puedan acercarse a Él sin impedimento.
      Ya sea que usted esté o no casado, lo más importante es que su corazón ame a Dios en primer lugar. La razón por la que usted determina no casarse no debe ser algo diferente a su amor por Él.
      Si usted toma la decisión de quedarse soltero para Dios, Él ciertamente lo guiará hacia la Nueva Jerusalén. Le enseñará las cosas que no comprende y le dará paz, así como también fortaleza, para que pueda hacer incluso las cosas que no logra hacer por sus propias fuerzas.
      Dios lo guiará a la Nueva Jerusalén al ver su determinación porque usted le está entregando al Señor algo muy precioso.
      Si usted en realidad tiene esperanza por la Nueva Jerusalén, le animo a que sea sabio y bendecido lo suficiente para escoger aquello que es mejor.
      Asimismo, aquellos que ya están casados, deben amar a Dios en primer lugar, más que a su esposo o esposa.
      ¡Yo ruego en el nombre del Señor que todos ustedes cultiven este tipo de corazón, y que se adornen a sí mismos como novias santas y puras para el Señor!

      Amén


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