• División de Espíritu (5)

    [Génesis 1:1]

    21-08-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje bíblico

      Génesis 1:1
      [1] "En el principio creó Dios los cielos y la tierra".

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      Este es el octavo estudio del libro de Génesis.
      Como continuación al estudio anterior, voy a hablarles acerca de los Siete Espíritus, los cuales son una de las entidades divididas de Dios el Padre.
      Les dije que los Siete Espíritus son el corazón de Dios, que pesan a las personas en base a 7 áreas. Si estas pasan el peso de los Siete Espíritus de acuerdo a su medida de fe, las respuestas a sus oraciones les serán concedidas.
      También les indiqué que estándar que se debe lograr no es el mismo para todos, sino que difiere de acuerdo a la medida de fe de cada individuo, razón por la que los Siete Espíritus pesan primeramente la "fe", y el estándar de las demás 6 áreas se basa en su propia medida de fe.
      El "gozo" es el segundo atributo que pesan los siete espíritus, y es una de las evidencias más significativas que poseen aquellos que son salvos. Si ustedes conocen verdaderamente a Dios, saben que habrá un juicio, que existe el Infierno, así como el Cielo, y si saben que son salvos y que han llegado a ser ciudadanos del Reino Celestial, ¿acaso no piensan que deberían tener gozo?
      Antes de conocer a Dios quizás vivían una vida llena de lágrimas, lamentos, dolor, preocupaciones, y muerte. Su vida quizás carecía de gozo; pero una vez que recibieron la salvación y llegaron a ser hijos de Dios, ustedes empezaron a vivir vidas con la esperanza del Cielo en el amor y la gracia de Dios. ¿Acaso no es natural que ustedes rebosen de gozo?
      Algunos de ustedes quizás digan que eran felices incluso antes de conocer a Dios, pero me gustaría preguntarles si aquel gozo era verdadero. Ustedes se deleitaban solamente cuando había algo por lo cual tener gozo.
      Sin embargo, cuando se enfrentaban a un problema o una tribulación, el gozo desaparecía. Era un gozo condicional que existía solamente cuando la situación era de beneficio para usted de acuerdo a sus sentimientos. Era un gozo incompleto que podía cambiar según las circunstancias.
      No obstante, aquellos que poseen el gozo espiritual en fe pueden siempre regocijarse independientemente de las circunstancias. El gozo proviene siempre del fondo del corazón porque adquieren la vida eterna, que es lo más preciado, y el Cielo llena sus corazones.
      Por supuesto que quizás se lamenten espiritualmente de vez en cuando por las almas y por el Reino y Justicia de Dios, pero el gozo que reposa en el fondo del corazón nunca desaparece. Este gozo espiritual es un privilegio del que solamente los hijos salvos de Dios pueden disfrutar.
      También es el estándar que diferencia a los cristianos del resto del mundo. Adicionalmente, el gozo es una prueba de que se tiene fe. Cuando se tienen fe sólida en Dios, y se cree que Él proveerá respuestas, el gozo viene desde el corazón aunque la situación parezca difícil en verdad.
      Aquellos cuya fe es digna de recibir respuestas de parte de Dios tienen un aspecto diferente cuando se presentan ante mí para recibir mi oración. No importa cuán duro o difícil sea su problema, sus rostros no están llenos de preocupación o ansiedad, sino que brillan de gozo.
      Debido a que creen que sus problemas serán solucionados al recibir la oración con fe, ellos tienen gozo desde el fondo de su corazón, y tarde o temprano, después de recibir la oración, ciertamente darán testimonio de las respuestas recibidas.
      Sin embargo, entre aquellos que se piensa que tienen fe, hay algunos que han perdido su gozo espiritual. Quizás sonrían externamente, pero en realidad no lo hacen con sinceridad de corazón. En este caso, es posible que hayan perdido su amor y fervor por Dios, causando que su fe se apague.
      ¿Por qué se ha apagado su fe de esta manera?
      Es porque aman las cosas del mundo que los distraen y no les permiten amar a Dios.
      En 1 Juan 2:15 leemos: "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él".
      Si ustedes aman y aceptan el mundo, un muro de pecado se levantará entre ustedes y Dios causando que el gozo espiritual desaparezca. En este caso, aunque usted haya sido un cristiano por mucho tiempo, y aunque tenga una posición, no podrá recibir respuestas a sus oraciones.
      Debido a que usted no alcanza el peso del fruto de gozo de acuerdo a la medida de su fe, no podrá pasar cuando pesen los Siete Espíritus.

      Amados hermanos y hermanas,
      El gozo también proviene de la paz.
      Ustedes deben estar primeramente en paz con Dios el Padre, y luego deben buscar la paz con sus vecinos.
      Asimismo, si tienen paz consigo mismo, el gozo siempre emanará de su interior. Si están en paz con Dios el Padre, el gozo no desaparecerá de sus corazones.
      Para tener paz con Dios el Padre nunca deben construir un muro de pecado, en otras palabras, deben vivir de acuerdo a la Palabra de Dios.
      Ahora, examínese a sí mismo:
      ¿En verdad sobreabunda el gozo en su corazón?
      ¿Se regocija usted en medio de toda circunstancia?
      ¿Se regocijó usted hace unos meses, o hace unas semanas?
      ¿Se regocijó usted ayer y hoy?
      Si es así, usted tiene paz con los demás. En otras palabras, usted seguramente tiene paz con Dios el Padre, así como con los demás, y con usted mismo.
      Si usted está en paz con los demás, el Espíritu Santo también se regocija y le concede el gozo del Cielo. A este gozo de lo Alto nadie lo puede arrebatar, ni siquiera el Diablo enemigo y Satanás.
      No obstante, si usted no rebosa de gozo, por favor examine dentro de sí para ver en dónde se ha quebrantado la paz. Por ejemplo, ¿estima usted las leyes de tránsito como algo trivial, y por eso las infringe?
      No importa cuán pequeña sea la infracción, al quebrantar las leyes públicas, se quebranta la paz. Cuando los pequeños actos de injusticia se suman uno a otro, el Espíritu Santo se lamenta, y por lo tanto, el gozo desaparece.
      Además, si usted quebranta los mandamientos de Dios, no tiene diferencia alguna con quebrantar la paz con Dios, y no es de admirarse del hecho de que su corazón no tenga paz, sino que está lleno de ansiedad, preocupación, y temor.
      Aquellos que se duermen fácilmente durante los servicios de adoración o en las reuniones de oración están dentro del grupo de los que no tienen gozo. Aquellos que están llenos del gozo del Cielo escuchan la Palabra de Dios con felicidad, y ofrecen oraciones fervientes.
      No obstante, quienes no tienen fe no reciben gracia cuando escuchan la Palabra, y oran por obligación, de modo que sus vidas como creyentes no son coloridas, sino que las viven por costumbre. Si piensa que ha caído en esta categoría, por favor apártese de las cosas del mundo primeramente.
      Deseche las cosas del mundo y anhele las cosas del Espíritu. El Espíritu Santo sentirá agrado de usted y le dará el gozo del Cielo.
      Analice además en dónde se quebrantó la paz y búsquela.
      ¡Yo ruego en el nombre del Señor Jesucristo que usted sea lleno del gozo del Cielo al aplicar lo aprendido!

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      En tercer lugar los Siete Espíritus pesan la "oración".
      Los Siete Espíritus pesan si ustedes oran sin cesar, o si oran apropiadamente de acuerdo a la voluntad de Dios.
      Aunque oren incondicionalmente por largas horas, eso no garantiza que pasarán el peso; aunque sea una oración corta, deben hacerlo de acuerdo al corazón de Dios. Una oración así es, en primer lugar, aquella que busca a Dios como una cuestión de hábito.
      Ustedes deben ofrecer una oración que se convierte en un hábito por la práctica diaria, tal como el Señor nos dice que hagamos, que oremos sin cesar. Solamente aquellos que oran de esta manera se mantienen despiertos espiritualmente en todo tiempo.
      Si ustedes están despiertos espiritualmente no caerán en tentación. Aunque pasen por problemas o pruebas, podrán pasarlas rápidamente. Cuando se ora, la oración se acumula en el Cielo, al igual que en una "cuenta de ahorros".
      Si ustedes se han mantenido despiertos en todo tiempo, y han orado, cuando se encuentren en una situación urgente podrán recibir respuestas, incluso si hacen una oración muy corta. Es muy similar al acto de retirar dinero de una cuenta de ahorros.
      Por otro lado, ¿qué pasa si no han orado mucho? ¿Cuánto y por cuánto tiempo tendrán que orar para recibir solución a un problema, o para recibir una respuesta?
      La Biblia dice que dejar de orar es un pecado, por tanto, derribar el muro de pecado levantado al dejar de orar puede requerir mucho tiempo. Por esta razón ustedes deben orar sin cesar y hacer de la oración un hábito.
      Otro aspecto importante es que se debe orar de rodillas. En la Biblia observamos que no solamente los profetas, sino también Jesús, se arrodillaban cuando oraban. Es necesario postrarse en humildad ante Dios el Padre, el Todopoderoso, y pedirle aquello que no podemos lograr con nuestra habilidad humana.
      Quizás haya circunstancias en las que no sea posible arrodillarse; excepto por estas ocasiones, arrodillarse para orar es algo muy bíblico. Y no debemos orar de acuerdo a nuestra voluntad, sino de acuerdo a la voluntad de Dios.
      Jesús también oró de este modo, lo vemos en Lucas 22:42, cuando oró a Dios diciendo: "Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". No debemos orar por nuestra propia voluntad o motivos, sino por la voluntad de Dios.
      Además, Santiago 4:2-3 dice: "Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites".
      En muchas partes de la Biblia, Dios el Padre promete que nos dará si le pedimos. La razón por la que no recibimos cuando pedimos es porque lo hacemos por las razones equivocadas, para gastarlo todo en nuestro propio deleite.
      Si ustedes han pedido algo por motivos equivocados y lo han recibido, asumirán el mundo y cometerán pecado, y al hacerlo, ¿cómo puede Dios responderles?
      En Mateo 6:33 el Señor dice: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". Si ustedes dejan de buscar su propio beneficio, y buscan el Reino de Dios primero, sus oraciones serán apropiadas ante los ojos de Dios.
      Entonces Dios responderá sus oraciones para su uso personal.
      ¡Yo anhelo que todos ustedes oren de acuerdo a la voluntad de Dios!
      Ustedes también deben clamar fervientemente en sus oraciones. La Biblia dice que Jesús estaba "orando muy fervientemente; y que Su sudor caía al piso como gotas de sangre". Aunque ustedes no logren orar como Él, sí deberían orar fervientemente, al punto de hacerlos traspirar.
      Este también es un principio espiritual para recibir respuestas. En Génesis 3:19, Dios le dice a Adán: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan". Al igual que el sudor que se debe tener en el rostro para comer, sus oraciones deben ser fervientes para poder recibir respuestas a sus oraciones.
      Dios también nos dice en muchos versos de la Biblia que debemos clamar en oración. Jeremías 29:12 dice lo siguiente: "Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré". Asimismo, Jeremías 33:3 dice: "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces".
      Debido a que Jesús conocía la voluntad del Padre, Él clamó fuertemente en oración cuando oraba. Cuando levantó de la muerte a Lázaro, quien había estado muerto por 4 días, Él clamó a fuerte voz diciendo: "¡Lázaro, ven fuera!".
      Él clamó en alta voz en Su oración incluso cuando estaba en la cruz. Lucas 23:46 dice: "Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU. Y habiendo dicho esto, expiró".
      Como está escrito, Jesús también clamó en alta voz en Su oración de acuerdo a la voluntad de Dios el Padre.
      Otro aspecto a considerar es que debemos orar desde el fondo del corazón, pues Dios mira nuestro corazón, no nuestras apariencias. La oración desde el fondo del corazón se hace orando con nuestros labios por aquello que verdaderamente deseamos en el corazón.
      ¿Hay personas que oran aunque sus corazones en verdad no anhelan lo que están pidiendo en oración? ¡Claro que los hay! En especial cuando se trata de orar por el Reino de Dios y Su justicia, hay personas que hacen oraciones a manera de repeticiones formales que usan todo el tiempo para orar.
      Por ejemplo, las personas oran repetitivamente diciendo: "Que esté en paz con todos", debido a que saben que deben estar en paz con los demás. No obstante, continúan teniendo un corazón que culpa a los demás y que está lleno de odio.
      Para poder tener paz con los demás primeramente deben cambiar ellos. Si se desea que los demás cambien, pero uno no cambia en lo absoluto, significa que en realidad no se desea tener paz con los demás.
      Por lo tanto, no importa cuántas veces se ore diciendo "que esté en paz con los demás", pues esta no será una oración sincera; y lo mismo sucede con las oraciones por el Reino de Dios, no importa cuán santo se vea en lo externo, ni la fluidez con la que ore, lo que Dios el Padre busca en realidad es veracidad de corazón.
      Por último, debemos orar con fe y amor. Santiago 1:6-7 dice: "Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor".
      Si ustedes oran mientras piensan si en verdad recibirán respuestas, o si no las recibirán, entonces no podrán recibir respuesta alguna porque es necesario creer en verdad que Dios, quien vive, responderá la oración, y debemos orar con amor por Él.
      Cuando ustedes oran por su iglesia y por las almas, si lo hacen con amor verdadero, su oración se tornará en incienso de grato olor. La oración sin fe y amor no puede tener un olor agradable que Dios pueda recibir.
      Por lo tanto, aunque ustedes oren por un momento muy corto, deben hacerlo con fe y amor.
      Hasta ahora hemos hablado acerca de lo que pesan los Siete Espíritus cuando pesan sus oraciones; pues cuando los Siete Espíritus examinan un área, lo hacen en muchos sentidos, y no simplemente si uno ora o no, o el tiempo por el cual se lo hace.
      Con la Palabra de Dios como estándar, ellos pesan correctamente todo, desde la actitud hasta lo más profundo del corazón, y no debemos pensar que el conocimiento de estas cosas es una carga muy pesada.
      Más bien debemos decidirnos y decir: "Voy a orar con mayor diligencia para superar el peso". Yo anhelo que ustedes oren de este modo y que reciban respuestas a los deseos de sus corazones, y que glorifiquen a Dios el Padre.
      Ahora les hablaré acerca del cuarto atributo que pesan los Siete Espíritus: la "gratitud".
      La gratitud es uno de los frutos que ustedes deben producir como hijos de Dios. Mientras tengan fe verdadera, ya sea un poco, harán confesiones de gratitud en cualquier circunstancia.
      Cuando se recuerda la gracia de Salvación que se ha recibido, lo único que podemos hacer es estar agradecidos. Ustedes estuvieron originalmente destinados a sufrir en el Infierno por siempre, pero se les ha concedido la gracia de Salvación y ahora tienen vida eterna y vivirán en el Cielo por siempre.
      ¿Por qué no dar gracias entonces?
      Además, el Dios de amor ha llegado a ser su Padre, y Él guía cada paso en su vida. Si ustedes cree esto en verdad, lo único que anhelará hacer es dar gracias en toda situación.
      Si ustedes son hijos de Dios que han recibido salvación estarán agradecidos, incluso cuando no exista una razón evidente para estarlo. Entonces, mientras su fe se fortalece, Dios les dará más bendiciones y tendrán más razones para estar agradecidos.
      ¿Cuántas razones para agradecer tienen ustedes en tan sólo un día?
      Deben estar agradecidos porque son protegidos en este mundo que está saturado con accidentes y desgracias.
      Incluso mientras conducen un automóvil no deben temer sino agradecer porque Dios los protege de las fuerzas del mal. En 1 Juan 5:18 dice: "Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca".
      Hay un sinnúmero de enfermedades en este mundo, y si Dios no estuviera protegiéndonos, quizás llegaríamos a sufrir dos o más de esas enfermedades, pues debido a que el aire y el medio ambiente están tan contaminados, nuevas enfermedades se descubren a menudo.
      Por lo tanto, siempre y cuando se mantengan sin cometer pecados ante Dios, Él los protegerá de cualquiera y de toda enfermedad. ¿Cuán agradecidos están ustedes por esto?
      Pues deberían tener gratitud por el hecho de que sus cuerpos funcionan adecuadamente por muchos años.
      ¿Cuán complejos son el sistema nervioso y el sistema sanguíneo en el cuerpo entero? Si tan sólo una vena se bloquea, o si tan sólo una célula nerviosa se adormece, en un instante el cuerpo entero deja de funcionar apropiadamente.
      Sin embargo, la mayoría de ustedes jamás han acudido a un hospital por años, o décadas. Dios los ha protegido y los ha mantenido saludables.
      Existen muchas personas adineradas que no reciben la sanidad a sus enfermedades, sino que mueren. Y en otros casos, aunque reciban sanidad a una enfermedad, quizás sean afectados por otra; muchas veces las enfermedades de las que pensaban que habían sido sanadas se repiten.
      Pero aquellos entre ustedes quienes viven de acuerdo a la Palabra de Dios no se preocupan por las enfermedades. ¡Cuán agradecidos deben estar! Aunque una enfermedad los ataque, conocen bien cómo ser sanados por Dios.
      Además, esta iglesia cuenta con el poder de Dios que puede sanar cualquier tipo de enfermedad incurable, y aquí es posible recibir la sanidad al recibir la oración con fe, evitando así la necesidad de pagar por tratamientos costosos en los hospitales.
      ¿Se limita este poder solamente a las enfermedades?
      No, ustedes también pueden obtener solución a los problemas de la vida, a los problemas en los negocios, a los asuntos familiares, y pueden recibir bendiciones.
      ¡Hay razones innumerables para estar agradecidos! Yo he tenido mi corazón lleno de gratitud desde el momento en el que acepté al Señor, incluso a través de los momentos en que me sentí pobre y atribulado.
      Desde que fundé esta iglesia he logrado superar muchas dificultades que muchos pensaron serían imposibles de resolver. No obstante, el agradecimiento en mi corazón ha incrementando cada vez más.
      ¿Cómo es esto posible?
      Es posible porque "el agradecimiento con sinceridad de corazón produce mayor gratitud". Yo siempre busco razones para agradecer, y ofrezco oraciones de acción de gracias a Dios el Padre. No solamente hago este tipo de oraciones, sino también doy ofrendas de gratitud a Dios.
      Adicionalmente a las ofrendas de gratitud regulares, yo busco las razones especiales para agradecer y levantar ofrendas de acción de gracias a Dios. Por ejemplo, yo doy ofrendas de gratitud por el agradecimiento que tengo por la gracia de Dios durante el retiro de verano de este año.
      También doy ofrendas de gratitud porque Dios el Padre nos ha dado cánticos para levantar alabanzas; y también doy ofrendas de gratitud cada vez que regreso del monte de oración. Cuando se realiza algún seminario, doy ofrendas de gratitud antes y después del evento.
      Debido a que siempre busco razones por las cuales agradecer, y disfruto del acto de dar gracias, las razones para agradecer nunca me faltan. Y Dios el Padre continuamente me da Su bendición y Su gracia, de modo que nunca dejo de darle las gracias.
      Él me ha dado bendiciones financieras sobreabundantes, y yo anhelo que ustedes también le den gracias en toda situación. Aunque ahora mismo estén atravesando una situación difícil, simplemente crean en Dios y denle gracias a Él.
      Yo anhelo que ustedes pasen el peso de los Siete Espíritus de Dios de este modo. Pues si ustedes dan gracias solamente cuando hay una razón para hacerlo, pero si no lo hacen cuando atraviesan situaciones difíciles, no podrán pasar el peso.
      En Filipenses 4:6-7 leemos: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús".
      No importa cuán mala sea su circunstancia o condición, simplemente de gracias a Dios con fe. Dios se sentirá a gusto con sus obras de fe, y hará que todas las cosas funcionen para bien.
      ¡Yo ruego en el nombre del Señor Jesucristo que ustedes siempre glorifiquen a Dios con confesiones de gratitud!

      [Amén]


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