[Génesis 1:1]
18-09-2009 | Rev. Jaerock Lee
Pasaje bíblico
Génesis 1:1
[1] "En el principio creó Dios los cielos y la tierra".
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Este es el 11ro estudio de Génesis.
Les he explicado acerca de los muchos nombres que se refieren a Dios el Santo Padre.
Estos son "Jehová", "el Espíritu del SEÑOR", "el Espíritu de Sabiduría", "el Espíritu de Juicio", "el Espíritu de Fuego", "el Espíritu de gloria", y "los Siete Espíritus".
"Padre Dios" y "Abba Padre" también son nombres que se refieren a Dios el Padre.
Les expliqué que Dios el Padre tiene todos estos nombres a fin de enfatizar los atributos específicos o roles de Dios el Padre.
Dios el Padre también ha manejado las innumerables obras a través de los años en varias formas a través del proceso de División del Espíritu.
También tenemos a Dios el Hijo, y a Dios el Espíritu Santo.
No solamente en su entidad original, sino también mediante la división del espíritu, y ellos también han logrado hacer innumerables obras.
Por lo tanto, existen muchos nombres en la Biblia que se refieren a Dios el Hijo, así como también a Dios el Espíritu Santo.
Primeramente permítanme hablarles sobre los nombres que se refieren a Dios el Hijo.
Los nombres que se refieren a Dios el Hijos son: "el Señor", "el Espíritu del Señor", "Cristo", "el Espíritu de Cristo", "el Espíritu de Jesús", entre otros.
Adicionalmente a estos, existen nombres figurativos.
Algunos de ejemplos de estos nombres son: "la Roca", según 1 Corintios 10:4; "piedrecita blanca", según Apocalipsis 2:17; y "el Cordero", según Juan 1:36.
En los cuatro Evangelios, Jesús siempre se denominó a sí mismo como "el Hijo del Hombre".
Simplemente tengan presente que existen nombres figurativos que se refieren al Señor Jesús.
Analicemos individualmente estos nombres que se refieren a Dios el Hijo.
Dios el Hijo fue separado de Dios el Origen con el rol de "Salvador".
Y en el momento más apropiado, Él vino a este mundo en carne como "Jesús".
Su nombre quizás tenga un significado.
Como está escrito en Mateo 1:21, "Jesús" significa "Él salvará a Su pueblo de sus pecados".
Jesús, quien vino a este mundo, cumplió la promesa de salvación en la cruz, murió, rompió la autoridad de la muerte, y resucitó al tercer día.
Mediante estos hechos, Él llegó a ser el "Salvador".
"Salvador" se puede traducir como "Mesías" en griego, y "Cristo" en hebreo.
En realidad, tanto "Mesías" como "Cristo" significan "Aquel que es ungido en Su cabeza".
En Israel, cuando se designaba un rey o un sacerdote, se le ponía aceite sobre la cabeza.
El pueblo de Israel esperaba que llegara un verdadero rey, no un rey que fuera designado por el pueblo.
Aquel a quien esperaban era el Salvador, Cristo, el Rey de reyes y Señor de señores.
Es "Jesucristo", quien es el "Salvador".
Nosotros creemos en "Jesucristo" como nuestro "Salvador".
Ustedes quizás lo llamen "el Señor", o "Cristo el Señor".
Por lo tanto, después de la resurrección del Señor, si los cristianos usaban el nombre "el Señor", se referían a "Jesucristo".
No obstante, en los días del Antiguo Testamento, las cosas eran un tanto diferentes.
En los días previos a que Jesús se convirtiera en Salvador, la gente dedicaba sus vidas a servir a Dios el Padre (el Padre Dios Jehová).
Por eso, es posible que "el SEÑOR" se haya referido a Dios el Padre en muchas ocasiones en el Antiguo Testamento.
Yo no dije "en toda ocasión", sino "en muchas ocasiones".
El nombre "el SEÑOR Dios" se encuentra en muchas partes del Antiguo Testamento.
Por ejemplo, el Salmo 71:16 dice: "Vendré a los hechos poderosos de Jehová el SEÑOR; Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola".
"El SEÑOR" en este verso se refiere al SEÑOR, Dios el Padre.
Es de este modo que la gente del Antiguo Testamento llamaba a Dios el Padre (Dios Jehová) como "el SEÑOR".
Sin embargo existían personas entre las del Antiguo Testamento quienes, mediante clara comunicación con Dios, sabían que el Señor vendría.
Por ejemplo, en el Salmo 110:1 David dice: "Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Él dice claramente: "Jehová dijo a mi Señor".
Por lo tanto, David escribió lo que Dios el Padre le dijo a Dios el Hijo, quien vendría a ser el Mesías.
Jesús mencionaba este verso para enseñarle a la gente que, aunque Cristo nació del linaje de David, Él no era hijo de David.
En Marcos 12:35-37 se escribe lo siguiente: "Enseñando Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? Porque el mismo David dijo por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga tus enemigos por estrado de tus pies. David mismo le llama Señor; ¿cómo, pues, es su hijo? Y gran multitud del pueblo le oía de buena gana".
Aunque David fue un hombre del Antiguo Testamento, él conocía acerca de Cristo con claridad por medio de la inspiración del Espíritu Santo.
Como pueden ver, "el SEÑOR" se refiere tanto a Dios el Padre, como a Dios el Hijo en el Antiguo Testamento.
¿Cómo podemos distinguir los términos "el Espíritu del SEÑOR"?
Yo les dije que en los días del Antiguo Testamento, la gente se enfocaba en la forma externa de Dios.
Y por eso, "el Espíritu del SEÑOR" aparece solamente en el Antiguo Testamento.
Y les dije también que "el SEÑOR" se refiere a Dios el Padre en la mayoría de casos.
Por lo tanto, en muchos casos, "el Espíritu del SEÑOR" se refiere a la entidad dividida de Dios el Padre.
No obstante, como acabo de mencionar, había personas quienes sabían acerca del Señor quien vendría a este mundo como "Cristo", entre ellas David.
En su caso, cuando los términos "el Espíritu del Señor" o "el Espíritu del SEÑOR" se utilizan, por favor recuerden que se refieren a la entidad dividida de Dios el Hijo.
En los estudios anteriores les dije que hay nombres que se enfocan en el corazón de Dios, y que son generalmente usados en el Nuevo Testamento.
"El Señor" en el Nuevo Testamento se refiere a Jesucristo.
Por lo tanto, el "Espíritu del Señor" en el Nuevo Testamento se refiere a la entidad dividida de Dios el Hijo.
Por ejemplo, Hechos 8:39 describe una escena en la que el Diácono Felipe fue guiado por el Espíritu del Señor.
Dice así: "Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino".
Aunque la misma entidad dividida del Señor estaba obrando, el Antiguo Testamento se enfoca en la forma externa, pero el Nuevo Testamento se enfoca en los atributos del corazón del Señor.
Sin embargo existe un verso en el Antiguo Testamento en el que "el Espíritu del SEÑOR" se enfoca en el corazón.
Se trata del Salmo 104:30 que dice: "Envías tu Espíritu, son creados..."
Esto significa que, cuando Dios creó al primer hombre, Él envió el Espíritu del SEÑOR.
En este verso, "el Espíritu del SEÑOR" es el corazón de Dios el Padre.
Este verso encaja como una copia de Génesis 2:7 que dice: "Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente".
Cuando Adán, el primer hombre, fue creado, ahí estaba el Espíritu del SEÑOR.
Les expliqué anteriormente que "el Espíritu del SEÑOR" también es un nombre de Dios que se enfoca en Su corazón.
Por eso, este verso explica que Adán fue creado para tener el corazón de Dios el Padre, en otras palabras, el corazón de verdad.
Aunque es un verso en el Antiguo Testamento, "el Espíritu del SEÑOR" se enfoca en el corazón de Dios.
Amados hermanos y hermanas,
Otros nombres del Señor son "el Espíritu de Cristo" y "el Espíritu de Jesús".
Estos dos nombres también se refieren a la entidad dividida del Señor.
Ustedes quizás conozcan bien la diferencia entre "Jesús" y "Cristo".
Y también pueden entender la diferencia entre "el Espíritu de Cristo" y "el Espíritu de Jesús".
Romanos 8:9 dice: "Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él".
Cuando una entidad dividida del Señor es llamada "el Espíritu de Cristo", es para hacer énfasis en Su título como "Cristo".
El Señor murió por los pecados de todos los seres humanos, y resucitó al tercer día, y llegó a ser Cristo. "El Espíritu de Cristo" es el nombre que se refiere al corazón del Señor, quien tiene aquel rol.
Cuando se cree en el Señor por primera vez, se confiesa con los labios que Jesús es el Cristo, y se lo acepta en el corazón.
Este es el momento en el que "el Espíritu de Cristo" llega al corazón.
Sin embargo, mientras aumenta la fe, se puede hacer una confesión verdadera de fe diciendo: "Jesucristo es en verdad mi Salvador".
"Jesús es Cristo" y "Jesús es mi Señor", ¿cuál de estas dos confesiones de fe es más profunda?
¡La segunda, por supuesto!
Cuando se es un principiante en la fe, quizás se sepa que el Señor es aquel que tiene el título de Cristo. Pero mientras se fortalece la fe, se llega a servirlo, y a llamarlo "mi Señor".
De manera similar, cuando un hombre acepta al Señor como "mi Señor" en la sinceridad de su corazón, sentirá "el Espíritu del Señor", no "el Espíritu de Cristo", al enfrentar la obra del Señor.
¿Cuándo podemos usar "el Espíritu de Jesús"?
Hechos 16:7 dice: "y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió".
"El Espíritu de Jesús" en este verso también se refiere al corazón del Señor Jesús.
No obstante, cuando el nombre "Jesús" se utiliza solo, se refiere al Señor antes de llevar la cruz.
Les expliqué que, luego de haber sido crucificado en la cruz, Él murió y resucitó, y siempre se debe añadir "Cristo" o "el Señor" a Su nombre.
Entonces, este verso habla acerca del viaje misionero del Apóstol Pablo. ¿Por qué utiliza el nombre "el Espíritu de Jesús"?
Aquí se utiliza "el Espíritu de Jesús" para explicar que el verso contiene el corazón de Jesús, quien sufrió.
Mientras el Señor estuvo en el mundo, Él no fue el Dios el Hijo que disfrutaba de toda la gloria del Cielo, sino que fue como una criatura ordinaria, "el Hijo del Hombre".
Esto en sí nos hace notar que Jesús hizo grandes sacrificios.
Pero Jesús sufrió mucho a causa de las criaturas del mal, y eventualmente fue crucificado en la cruz.
Del mismo modo, al pensar en el nombre "Jesús", se puede sentir el corazón de Jesús quien sufrió sin razón alguna.
El Apóstol Pablo sufrió mucha persecución y aflicciones mientras predicaba acerca de "Jesucristo".
En su segundo viaje misionero, Él fue guiado por el Señor al tratar de ir a un nuevo lugar.
Él Apóstol Pablo no sabía qué tipo de sufrimientos y aflicciones le esperaban en el nuevo lugar, pero estaba siempre listo para obedecer al Señor y predicar el Evangelio.
En ese entonces, el Apóstol Pablo sintió el corazón del Señor quien sufrió en gran manera.
Y Lucas, quien escribió el libro de Hechos, sintió el corazón del Apóstol Pablo, y es por eso que utiliza el nombre "el Espíritu de Jesús".
El Apóstol Pablo describe a Jesucristo mucho mejor y más correcto que cualquier otra persona.
Él pudo haber dicho "Jesucristo", o "el Señor Jesús", pero prefirió usar "nuestro Señor Jesucristo".
Él enfatizó el hecho de que Jesús es el Único que tiene el título de Cristo, y que al mismo tiempo es nuestro Señor.
Amados hermanos y hermanas,
Romanos 1:4 habla acerca del "Espíritu de santidad".
Dice refiriéndose a nuestro Señor Jesucristo: "[Su Hijo] que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos".
Como está escrito, "el Espíritu de santidad" se refiere a nuestro Señor Jesucristo.
Debido a que la Virgen María concibió a Jesús por el poder del Espíritu Santo, Él no tuvo el pecado original.
Además, Él no tuvo pecado cometido por sí mismo debido a que obedecía completamente la ley de Dios.
Ya que Jesús no tuvo pecado alguno, Él pudo romper la autoridad de la muerte, y resucitó.
La Ley del mundo espiritual dicta que la paga del pecado es la muerte.
Si Jesús hubiera tenido el más mínimo pecado, no le habría sido posible romper la autoridad de la muerte, y por ende, no hubiera podido resucitar.
Sin embargo, Jesús murió para cumplir la promesa de salvación que fue escondida desde antes de los tiempos, y Él rompió la autoridad de la muerte, y resucitó.
Hebreos 7:26 dice: "Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos".
Cuando el Apóstol Pablo recibió la obra del Señor, él sintió el corazón del Señor, quien no tiene pecado alguno, y es por eso que usó el nombre "el Espíritu de santidad".
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Hemos hablado ya acerca de los nombres que se refieren a Dios el Padre y a Dios el Hijo.
Hablemos ahora acerca de los nombres que se refieren a Dios el Espíritu Santo.
Ya les he dicho que a Dios el Espíritu Santo llamamos "el Espíritu Santo".
El Espíritu Santo también puede separarse a Sí mismo, al igual que Dios el Padre y Dios el Hijo.
El Espíritu Santo obra de manera tan activa que llamamos a tiempo del Nuevo Testamento como "la era del Espíritu Santo".
Sin embargo, Él también ayudó a Dios el Padre e hizo muchas obras en los días del Antiguo Testamento.
Del mismo modo que obró como "el Espíritu Santo" en los días del Nuevo Testamento dividiéndose a Sí mismo, así también obró como "el Espíritu" en los días del Antiguo Testamento.
Por ejemplo, 1 Crónicas 12:18 dice: "Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, jefe de los treinta..."
En Apocalipsis 4:2 dice: "Y al instante yo (Apóstol Juan) estaba en el Espíritu..."
Tanto en los días del Antiguo, como del Nuevo Testamento, la gente recibía la inspiración del Espíritu Santo.
Sin embargo, aunque el corazón del Espíritu Santo les era comunicado, el proceso era diferente en los días del Antiguo, así como del Nuevo Testamento.
En los días del Antiguo Testamento, el Espíritu Santo inspiraba a las personas desde afuera.
Por el contrario, en los días del Nuevo Testamento, Él concede la inspiración desde adentro.
Además, en los días del Antiguo Testamento, la inspiración se daba tan solo una vez.
La inspiración se concedía solamente para un momento dado.
Mientras que en los días del Nuevo Testamento, la inspiración del Espíritu Santo es persistente.
Debido a que el Espíritu Santo está en el corazón, siempre y cuando se siga Sus deseos, se podrá recibir la inspiración del Espíritu Santo todo el tiempo.
Siendo conocedores de esta diferencia, ¿qué deberían decir los siervos de Dios cuando dan una bendición, o ministran el bautismo?
¿Deberían hacerlo "en el nombre del Padre, Hijo, y Espíritu", o "en el nombre del Padre, Hijo, y Espíritu Santo"?
La forma bíblica de hacerlo es: "en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
Ahora vivimos la era del Espíritu Santo, pero si ustedes usan "en el nombre del Espíritu", causará que el Espíritu Santo se aleje de ustedes.
Ustedes conocen ahora la diferencia entre enfatizar la forma externa y la forma del corazón.
Si ustedes utilizan el nombre "el Espíritu", es como enfocarse en la forma externa del Espíritu Santo, de la misma manera que lo hicieron las personas del Antiguo Testamento.
Sin embargo, el Espíritu Santo mora en nuestros corazones, de modo que podemos sentir Su corazón en todo lo posible.
Dios no está lejos de nosotros, al contrario, está muy cerca, al igual que el Espíritu Santo; Él está muy dentro de nosotros.
Amados hermanos y hermanas,
El Espíritu Santo obró de manera exterior en los días del Antiguo Testamento. ¿Cómo le fue posible entrar al corazón de las personas en los días del Nuevo Testamento?
En Génesis 6:3 dice: "Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne".
Dios dijo que no contendería con el hombre porque él es carne.
¿Qué significa "ser carne" en el sentido espiritual?
Espiritualmente, el término "carne" es un término general que se le otorga a todos los pecados que se convierten en acciones. Se refiere a las "obras de la carne" que son pecados cometidos en acciones, tales como el asesinato, la violencia, el robo, el engaño, y el adulterio.
Cada uno de estos actos es llamado "una obra de la carne".
Además, en lo espiritual el término "carne" se refiere a cosas de la naturaleza pecaminosa combinadas con el cuerpo.
En otras palabras, aunque la acción no se ha dado, la naturaleza pecaminosa puede convertirse en acción en cualquier momento debido a que reside en el corazón.
Al odio, los celos, la envidia, la deshonestidad, la astucia, la arrogancia, la ira, y la lujuria se les da generalmente el nombre de "carne".
Cada una de estas obras es llamada "cosas de la carne".
Los días del Antiguo Testamento fueron días de la Ley.
Los que guardaban la ley dada por Dios no eran personas de la carne, por eso Él permanecía con ellos y los bendecía.
No obstante, aunque vivían por la Ley, no significaba que desechaban la naturaleza pecaminosa de su corazón.
Es por eso que el Santo Dios no podía entrar en el corazón de las personas.
Jesús llegó a ser el sacrificio expiatorio para redimir al hombre de sus pecados.
Gracias a la preciosa sangre de Jesús, la gente ha sido perdonada de sus pecados por fe, no solamente sus pecados del pasado, sino también del presente y del futuro.
Cualquiera que crea en el acto de justicia de Jesús no seguirá siendo pecador, sino un hombre justo de acuerdo a la ley del reino espiritual.
El Espíritu Santo desciende sobre aquellos que han sido perdonados de sus pecados, y estos pueden ser llamados "justos".
En Hechos 2:38 el Apóstol Pedro explicó el proceso para recibir el Espíritu Santo.
Dice: "Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo".
¡Así es!
Cuando usted es perdonado de sus pecados por creer en Jesucristo, el Espíritu Santo desciende sobre usted.
Como expliqué antes, el Espíritu Santo que desciende sobre todos los creyentes es una de las entidades divididas de Dios el Espíritu Santo.
Mediante la incontable división del Espíritu, el Espíritu Santo entra en los corazones de todos los creyentes.
Dios el Padre hizo que los profetas del Antiguo Testamento profetizaran que Él enviaría al Espíritu Santo en el futuro.
Joel 2:28 dice: "Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne..."
Esta profecía se cumplió por primera vez el día que nuestro Señor ascendió a los Cielos.
El Espíritu Santo descendió sobre los discípulos del Señor y otras 120 personas que estaban reunidas orando.
Luego, en Hechos 2:17, el Apóstol Pedro recuerda el verso escrito en el libro de Joel, y dice que la profecía se ha cumplido.
Ahora, el Apóstol Pablo recuerda el verso de Joel de esta manera:
"Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne..."
"Mi espíritu" que Dios prometió derramar sobre toda la humanidad en los últimos días, se refiere al Espíritu Santo.
Hay otra profecía en Ezequiel que indica que Dios enviaría al Espíritu Santo en el futuro.
Ezequiel 11:19-20 dice: "Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios".
Versos similares encontramos en Ezequiel 36:26-27.
Dice: "Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra".
"Mi Espíritu" y "un nuevo espíritu" se mencionan en estos versos.
Todos estos términos también se refieren al Espíritu Santo.
El Profeta Ezequiel tenía comunicación clara con Dios, y conocía acerca de las obras del Espíritu Santo, quien vendría.
Él también sabía que, una vez que el Espíritu Santo viniera, Él cultivaría los corazones manchados por el pecado, y jugaría el rol de "Consolador" que ayudaría a las personas a guardar la ley de Dios.
Debido a que él sintió aquellas obras del Espíritu Santo en su corazón, él lo describió como "un nuevo espíritu".
No obstante, debido a que Ezequiel mismo no había recibido al Espíritu Santo aún, él también se enfocó en Su forma externa.
En el siguiente estudio les explicaré cuál es el rol del Espíritu Santo y otros nombres de acuerdo a Su rol mencionado en Ezequiel.
Yo ruego en el nombre del Señor Jesucristo que ustedes continúen cultivando su corazón para hacerlo más fértil, y que guarden y practiquen la Palabra de Dios completamente por el poder del Espíritu Santo.
[Amén]