[Gálatas 5:22-23]
29-11-2009 | Rev. Jaerock Lee
[Pasaje bíblico]
[Gálatas 5:22-23]
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley".
[Introducción]
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Mateo 5:15-16 dice: "Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos".
Cuando los hijos de Dios reciben el Espíritu Santo, sus mentes y obras se tornan buenas.
Por medio de esas buenas obras ellos se convierten en la luz del mundo, y la gente del mundo llega a darle gloria a Dios.
De la misma manera, los frutos del Espíritu Santo no se originan sólo en el corazón.
Las buenas cosas del corazón ciertamente se revelarán a sí mismas en las acciones.
De esta manera, los creyentes se convierten en la luz que brilla en el mundo y despiden el aroma de Cristo.
Este es el caso de la bondad, el sexto fruto del Espíritu del cual voy a tratar el día de hoy.
Si ustedes producen el fruto de la bondad completamente en sus corazones, emanarán la fragancia de Cristo donde quiera que vayan.
De este modo muchas almas llegarán a sentir a Jesucristo a través de ustedes, y glorificarán a Dios.
Ruego en el nombre del Señor que ustedes produzcan cada fruto del Espíritu Santo de una forma hermosa, para que puedan darle la gloria a Dios por todo lo que coman, beban, o por cualquier cosa que hagan.
Mensaje
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
La "bondad" es la cualidad de ser gentil, considerado, benévolo y virtuoso.
Sin embargo en el sentido espiritual, es el corazón que busca la bondad en el Espíritu Santo, la cual es la bondad en la Verdad.
Si nosotros producimos completamente el fruto de la bondad, tendremos el corazón del Señor que es puro e inmaculado.
En algunas ocasiones, incluso los no creyentes, quienes no han recibido al Espíritu Santo, van tras la bondad en sus vidas de alguna manera.
En la actualidad, la norma con la cual las personas disciernen entre lo bueno y lo malo es su conciencia.
Para entender esta bondad como un fruto del Espíritu, primeramente tenemos que comprender esta consciencia.
La gente del mundo discierne y juzga si algo es bueno o malo de acuerdo a su consciencia.
Por la ausencia de remordimiento de conciencia, las personas del mundo piensan que son buenas y justas.
Pero esta consciencia es diferente de persona a persona.
Es debido a que el proceso por el cual es formada la consciencia de cada individuo es diferente de una persona a la otra.
La consciencia es la norma para discernir entre lo bueno y lo malo, la cual se basa en los cimientos de la naturaleza de cada uno.
La naturaleza de cada uno depende del tipo de energía de la vida con la que uno nace y del tipo de ambiente en el cual uno crece.
Aquellos niños que reciben buena energía en la vida tienen relativamente buena naturaleza.
Asimismo, las personas que crecen en un buen ambiente donde ven y oyen muchas cosas buenas, tienen probabilidad de formar buenas consciencias.
Por otro lado, si uno nace con muchas naturalezas malignas por parte de sus padres y está en contacto con muchas cosas malas, su naturaleza y consciencia probablemente se vuelvan malas.
Por ejemplo, los hijos a quienes se les enseña a ser honestos sentirán remordimiento de conciencia al decir una mentira.
Pero aquellos que han sido educados entre mentirosos sentirán que mentir es algo natural.
Sus conciencias están manchadas por el pecado a tal punto que ni siquiera sentirán angustia ya que consideran que mentir no es algo malo.
Además, a pesar de que los niños son educados por los mismos padres, en un mismo ambiente, ellos reciben las cosas de manera diferente.
Algunos hijos simplemente obedecen a sus padres, mientras que otros tienen carácter muy fuerte y tienden a desobedecer.
Por tanto, aunque los hermanos sean educados por los mismos padres, sus conciencias serán formadas de manera diferente.
Asimismo, cada individuo es único en su naturaleza, y dependiendo del tiempo y lugar, el sentido común de las personas, así como su conocimiento y valores son diferentes.
La conciencia se forma diferentemente dependiendo de los valores sociales y económicos de su lugar de crianza.
Cada sociedad tiene un sistema de valores diferente, y el estándar (de vida) de hace 100 años, 50 años, e incluso el actual, son todos diferentes.
Por ejemplo, cuando solía haber esclavos se pensaba que no era incorrecto golpearlos y forzarlos a trabajar mucho.
Asimismo, tan sólo hace 30 años atrás, era socialmente inaceptable que las mujeres expongan sus cuerpos en los programas de televisión.
Como aquí se menciona, la conciencia se torna diferente de acuerdo al individuo, al área, y a la época.
Aquellos que dicen hacer lo que su conciencia manda, están simplemente siguiendo aquello que consideran como bueno. No obstante, eso no es absolutamente lo mejor.
Pero nosotros, los creyentes en Dios, tenemos el mismo estándar con el cual distinguimos entre lo bueno y lo malo.
Tenemos la Palabra de Dios como nuestra norma, la cual es la misma ayer, hoy y por los siglos.
Bondad espiritual es poseer esta verdad como nuestra conciencia e ir tras ella. Es el anhelo de seguir los deseos del Espíritu Santo y de buscar la bondad.
Pero el simple hecho de tener el deseo de ir tras la bondad no significa que hemos producido el fruto de la bondad.
Podremos decir que hemos producido el fruto de la bondad solamente cuando el deseo de ir tras la bondad se demuestre a manera de acción.
Mateo 12:35 dice: "El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas..."
Proverbios 22:11 dice también: "El que ama la limpieza de corazón, por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey".
Tal como lo indican estos versos, aquellos que buscan la bondad en verdad, producirán buenas acciones que se podrán observar en lo externo.
Estén donde estén, y con quién estén, siempre demostrarán generosidad y amor con buenas palabras y obras.
Al igual que una persona que se ha rociado perfume emite una buena fragancia, aquellos que poseen bondad emitirán la fragancia de Cristo.
Anhelo que ustedes se examinen cuidadosamente.
Algunas personas anhelan adentrarse en lo espiritual, por tanto van tras personas espirituales y anhelan tener amistad con ellas.
Estas disfrutan al escuchar y aprender la Verdad. Estas se conmueven y también derraman lágrimas con facilidad.
Pero ellas no pueden adentrarse en lo espiritual solamente porque poseen el anhelo.
Es necesario que cultiven en sus corazones, además de practicar, la verdad que han escuchado y aprendido.
Por ejemplo, si a ustedes les agrada ser simplemente personas casi espirituales y mantenerse alejados de aquellos que no son buenas personas, ¿es en verdad anhelo por la bondad?
Por otro lado, si ustedes escuchan diligentemente acerca de la bondad y descubren sus limitaciones, pero en realidad no se esfuerzan por hacer bien, ¿podrían decir que están anhelando la bondad?
Ustedes quizás piensen que están anhelando mucho la bondad, mas yo anhelo que ustedes examinen si tienen falta de acumulación de obras de bondad en su ser.
Desde este punto en adelante observemos con mayor detalle lo que significa obtener la bondad espiritual al ir tras la bondad y verdad en el Espíritu Santo.
De hecho, la bondad conlleva un concepto muy amplio.
La naturaleza de Dios es la bondad, y aquella bondad está impregnada en toda la Biblia.
Pero un verso desde el cual podemos sentir profundamente el aroma de la bondad es Filipenses 2:1-4.
Dice así: "Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros".
Aquellos que buscan la bondad en el Señor apoyarán incluso las obras con las cuales no están realmente de acuerdo.
Serán humildes y no tendrán un sentido de vanagloria y de querer ser reconocidos o famosos.
No solamente cumplirán con sus tareas fielmente sino que se interesarán por las obras de los demás.
Hermanos y hermanas,
En Lucas 10 encontramos la parábola del Buen Samaritano.
Un hombre fue asaltado mientras viajaba, y fue dejado casi muerto.
Un sacerdote pasó junto a él y vio al hombre casi muerto, pero él simplemente pasó por un costado.
Un levita también lo vio, pero éste también pasó por un lado.
Sacerdotes y levitas son aquellos que conocen la Palabra de Dios y que lo sirven.
Ellos conocen la ley mejor que cualquier otra persona, y se enorgullecen de su servicio a Dios.
Sin embargo estos no mostraron las obras que se supone debían mostrar al obedecer la voluntad de Dios.
Por supuesto que estos podían exponer sus razones para no ayudar al hombre.
Pero si ellos hubiesen tenido bondad no les habría sido posible ignorar a una persona que necesitaba de su ayuda desesperadamente.
Más tarde pasó por ahí un samaritano y vio a este hombre que había sido asaltado.
El samaritano sintió lástima de él y cubrió sus heridas.
Él lo puso sobre su asno, lo llevó a la posada más cercana y le pidió al dueño del lugar que cuidara de él.
Él le prometió al dueño de la posada que pagaría todos los costos a su regreso.
Si el samaritano hubiese pensado de manera egoísta, no habría tenido razón alguna para hacer lo que hizo.
Él también estaba ocupado y no podía darse el lujo de perder tiempo ni dinero por involucrarse en los asuntos de un total extraño.
Además él pudo haberle prestado primeros auxilios simplemente, y no tenía que pedir al dueño de la posada que cuidara de él ni tampoco tenía que cubrir con todos los gastos.
Pero debido a su bondad, él no pudo ignorar a aquella persona moribunda.
Aunque iba a sufrir pérdida de tiempo y dinero, y a pesar de estar ocupado, él no pudo dejar pasar por alto a una persona que necesitaba de su ayuda desesperadamente.
Al no poder cuidar personalmente de aquella persona, él pidió a otro que lo hiciera.
Si el samaritano hubiera pasado junto a la víctima alegando sus propias razones, probablemente en el futuro habría tenido esa carga en su corazón.
Continuamente se preguntaría y se culparía a sí mismo diciendo: "Me pregunto qué habrá pasado con aquel hombre que estaba lastimado. Debí haberlo salvado a pesar de sufrir una pérdida. Dios me observa, ¿cómo pude hacer esto?"
La bondad espiritual no se puede producir si no escogemos el camino de la bondad, sintiéndonos como si alguien nos presionara a hacerlo, de modo que podamos escoger lo mejor en todas las cosas.
Amados hermanos y hermanas en Cristo,
Otro versículo que nos permite sentir la bondad espiritual es Mateo 12:19-20.
Se refiere a la bondad espiritual de Jesús.
El versículo 19 dice: "No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles su voz".
Comúnmente, cuando vemos a personas que son consideradas como buenas por los demás, vemos que ellos no tienen dificultades o problemas con nadie.
Tal como está escrito: "ni nadie oirá en las calles su voz", son muy callados y no contienen en contra de nadie.
No hablan acerca de las faltas o defectos de los demás.
No intentan ostentar o sobreestimarse por sobre las demás personas. Aunque sufran irrazonablemente, no se quejan.
Luego el versículo 20 dice: "La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio".
Cuando cultivamos un árbol o una planta, si vemos hojas o ramas marchitas, usualmente las cortamos.
También, cuando una mecha arde sin llama, la luz no es brillante y emite gases y humo, de modo que las personas la apagan.
Pero aquellos que tengan bondad espiritual "la caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará".
Si allí hay la más leve probabilidad de recuperación, no cortarán esa vida, e intentarán abrir una forma de vida para los demás.
Aquí, la "caña cascada", se refiere a aquellos que están llenos de pecados y maldad de este mundo.
El pábilo que humea, simboliza a aquellos cuyos corazones están tan manchados con la maldad que la luz de sus almas está a punto de morir.
Es difícil que estas personas que son como "cañas cascadas y pábilos que humean" puedan aceptar al Señor.
Aunque crean en Dios, sus obras no son diferentes a las de las personas del mundo. Inclusive hablan en contra del Espíritu Santo o se oponen a Dios.
En los tiempos de Jesús, había muchas personas que no creían en Él, y aunque vieron Sus obras asombrosas de poder, se opusieron a las obras del Espíritu Santo.
Aun así, Jesús los miró con fe hasta el final y les dio oportunidades para que reciban salvación.
En la actualidad, incluso en las iglesias, hay muchas almas que son como cañas cascadas y pábilos que humean.
Claman "Señor, Señor" con sus labios, pero siguen viviendo en pecado. Incluso algunos de ellos se levantan contra Dios.
Con su fe débil, ellos caen en tentación y dejan de asistir a la iglesia. Luego de hacer cosas que en la iglesia se las reconoce como malas, se sienten tan avergonzados que se apartan de la iglesia.
Si tenemos bondad, deberíamos primeramente estrechar nuestras manos hacia ellos.
Algunas personas quieren ser amadas y reconocidas en la iglesia, pero cuando eso no sucede, la maldad que hay en ellos sale a la luz.
Se ponen celosos de aquellos que son amados por los miembros de la iglesia y por aquellos que avanzan en el espíritu, y hablan cosas malas de ellos.
Ellos no unifican su corazón para ciertos trabajos que no son impulsados por ellos e intentan encontrar faltas con esos trabajos.
Incluso en estos casos, aquellos que tienen el fruto de la bondad aceptarán a estas personas que permiten expresar su maldad.
No intentan romper relaciones, distinguir quien está correcto o equivocado; bien o mal.
Tratan a los demás en bondad con un corazón sincero y eventualmente tocan sus corazones. Esto es bondad espiritual.
Por supuesto, si los demás continúan demostrando su maldad en aumento, caerán dentro del camino de la muerte aunque nosotros les mostremos bondad.
Pero incluso en estos casos, no colocaremos un límite a nuestra paciencia ni los abandonaremos si sobrepasan ese límite.
Bondad espiritual es intentar que ellos busquen la vida espiritual sin darse por vencidos, hasta el fin.
Antes del día del Juicio Final, trataremos de darles oportunidad y mirarlos con continua esperanza para que puedan ser salvos.
Hermanos y hermanas,
Ya que han escuchado este mensaje hasta este punto, quizás tengan preguntas.
Ustedes podrían estar confusos en lo que se refiere a cómo ésta bondad espiritual es diferenciada de otras características espirituales.
Es decir, en la parábola del Buen Samaritano, sus actos pueden ser descritos como caritativos y compasivos; y si no reñimos o alzamos nuestras voces, entonces debemos estar en paz y en humildad. ¿Entonces no están todas estas cosas incluidas en el carácter de la bondad espiritual?
Por supuesto, la caridad del corazón, la misericordia, la paz y la humildad; todas estas pertenecen a la bondad.
Como mencioné anteriormente, la bondad es la naturaleza de Dios y es un concepto muy amplio.
Pero los aspectos distintivos de la bondad espiritual son el deseo para seguir tal bondad y la fortaleza para practicarla en verdad.
El enfoque no está en la misericordia que tiene lástima de los demás y en ayudarles, sino que está en la bondad con la cual el samaritano no pudo simplemente pasar de largo cuando se suponía que debía tener misericordia.
También, no reñir y no reclamar públicamente es una parte de ser humilde.
Pero el carácter de la bondad espiritual, en estos casos, es que no podemos quebrantar la paz porque seguimos la bondad espiritual. En vez de reclamar y ser reconocidos, queremos ser humildes porque vamos tras esta bondad.
Permítanme darles otro ejemplo, cuando ustedes hacen trabajos voluntarios en la iglesia, y si tienen el fruto de la bondad, ustedes serán fieles no sólo en una cosa sino también en toda la casa de Dios.
Si ustedes son negligentes en cualquiera de sus responsabilidades, quizás haya alguien que sufra por eso.
El reino de Dios quizás no se cumpla a cabalidad.
Por lo tanto, si ustedes tienen bondad en sus corazones, no se sentirán cómodos con estas cosas. No podrán ignorarlas simplemente, por lo tanto, intentarán ser fieles en toda la casa de Dios.
Yo creo que ustedes pueden aplicar este principio a los demás caracteres del espíritu.
[Conclusión]
Apreciados hermanos y hermanas en Cristo,
Aquellos que son malos estarán inconformes si no sacan lo malo de sí.
A la medida de su maldad, ellos se sentirán bien sólo después de sacar tanta maldad.
Aunque ellos dañen los sentimientos de los demás o les hagan pasar un mal momento, podrán estar en paz sólo después de hacer lo que ellos quieren.
Pero los hombres de bondad son todo lo opuesto.
Si ellos no siguen la bondad, tendrán sentimientos incluso más incómodos que cuando sufren una pérdida, y pensarán en eso repetidas veces.
Por lo tanto, aunque sufran por la perdida, no querrán perjudicar a los demás. Aun cuando lo hallen incómodo, tratarán de mantener las reglas.
Podemos sentir este tipo de corazón en lo que hizo Pablo. Él tenía la fe para comer carne, pero si eso podía ser causa de tropiezo para los demás, el prefería no comer carne a fin de preservar sus vidas.
Si lo que ellos disfrutan llega a causar incomodidad a los demás, prefieren ya no disfrutarlo y no les molesta dejarlo para el beneficio del resto.
No hacen nada que avergüence a los demás, y nunca harán nada que produzca el gemir del Espíritu Santo en ellos.
¿Cómo pueden aquellas personas hacer el mal?
Asimismo, los que siguen la bondad en todas las cosas son los que producen el fruto de la bondad espiritual.
Si ustedes también producen el fruto de la bondad espiritual, tendrán la actitud del Señor.
No harán nada que haga que aun un pequeño tropiece. Tendrán bondad y humildad también en lo externo.
Serán respetados por tener la forma del Señor, y su comportamiento y lenguaje serán perfectos.
Serán hermosos a los ojos de todas las personas, emanando la fragancia de Cristo.
Anhelo que ustedes pronto produzcan el fruto de la bondad espiritual y que emanen el aroma de Cristo al mundo.
Al hacer eso, ruego en el nombre del Señor, que ustedes glorifiquen a Dios en todas las cosas y que sean reconocidos como los hijos que se parecen perfectamente a Dios.