[Juan 3:1-8]
23-11-2007 | Rev. Jaerock Lee
EL MENSAJE DE LA CRUZ 23
Nacer del Agua y del Espíritu Para Alcanzar la Salvación
La Escritura:
Juan 3:1-8
(1) “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.”
(2) “Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro\; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, sino está Dios con él.”
(3) “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”
(4) “Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?”
(5) “Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
(6) “Lo que es nacido de la carne, carne es\; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
(7) “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.”
(8) “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va\; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”
Amados Hermanos en Cristo:
Espero que puedan entender completamente los mensajes que han escuchado y que tengan una fe firme, para que así puedan predicar claramente la providencia de la salvación de la cruz a todas las personas.
También, los animo a que guíen a los nuevos creyentes a que escuchen el “Mensaje de la Cruz” y así lleguen a tener un profundo entendimiento del contenido de esta serie de sermones.
Al comprender totalmente estos 23 sermones, podrán creer confiadamente en Jesucristo y llevar una agradable vida cristiana experimentando las obras del Espíritu Santo.
Oro en el nombre del Señor para que la evidencia de la Palabra de Dios esté viva y activa en ustedes y que sean llenos de vida y gracia.
Amados Hermanos en Cristo:
El pasaje de hoy nos describe la escena donde Nicodemo, un principal de los judíos, vino a Jesús y sostuvo con él una conversación sobre temas espirituales. Nicodemo era un gobernante, y siendo además fariseo, también era un maestro que sabía muy bien la Ley.
Frecuentemente Jesús reprendió duramente a los fariseos. Ellos pensaban que servían muy bien a Dios, pero de hecho sus corazones no seguían la verdad, y estaban muy alejados de Dios.
No creían en las enseñanzas de Jesús, más bien se opusieron a éstas y trataron de matarlo. Los líderes de los judíos, incluyendo los fariseos, se pusieron de acuerdo para expulsar de la sinagoga a los que creían en Jesús. Esto significaba que estas personas iban a ser excluidas de la sociedad.
Pero Nicodemo era diferente de los otros fariseos. Él sabía la Palabra de Dios y guardaba Su ley. Pero no estaba satisfecho tan sólo pretendiendo ser santo en lo exterior. Tenía sed de la verdad.
Cuando escuchó de Jesús, tuvo una profunda esperanza que Él pudiera calmar su sed y vino de noche a Jesús. Vino de noche porque no tenía la suficiente fe para venir a Jesús valientemente en frente del pueblo durante el día. Si vemos los últimos pasajes escritos acerca de él, podemos ver que finalmente fue salvo.
Por ejemplo, en Juan 7:50-51, vemos que defendió a Jesús en frente del resto de los encolerizados fariseos. Y cita la escritura, “Les dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: ¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha hecho?”
Como las palabras y los hechos de Jesús no eran injustos, Nicodemo trataba de señalar el error de los fariseos que procuraban dañar a Jesús. Eso no era nada fácil de hacer.
Es como si en un gobierno islámico que prohíbe el cristianismo, o en un país hindú que censura toda publicidad religiosa, un oficial del estado hablara a favor del cristianismo. Nicodemo puedo haber perdido su posición e incluso su vida, pero aún así, habló a favor de Jesús.
También, luego que Jesús muriera en la cruz, en Juan 19:39 se cita, “También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.”
Incluso después que Jesús muriera como un criminal, Nicodemo aún vino para servirlo. Observando sus obras y acciones, podemos inferir y decir que recibió la salvación.
El pasaje de hoy describe la escena donde Nicodemo se reúne con Jesús antes de conocer la verdad, y habló con Él por primera vez. Le dijo, “Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro\; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, sino está Dios con él.”
Aquellos que son buenos inmediatamente reconocerán a los que ejecutan señales, prodigios y las poderosas obras de Dios, como siervos que vienen de parte de Él\; y que Dios Mismo está con ellos.
Como Nicodemo tenía buen corazón, no quiso dudar ni cuestionar lo que Jesús estaba haciendo, sino más bien confesó primero su fe. Declaró que Jesús venía de Dios.
Jesús sabía de la sed en su corazón y le respondió algo que Nicodemo no había preguntado. Le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.”
No podemos ver ni entrar al reino de los cielos sólo porque tenemos conocimiento y riquezas. Tampoco podemos ser salvos sabiendo sólo la Palabra de Dios y asistiendo a la iglesia por muchos años.
Aunque vayamos a la iglesia y seamos líderes dentro de ella, eso no nos servirá de nada y no podremos entrar al reino de los cielos, si no volvemos a nacer. Pero Nicodemo no podía entender lo que Jesús le estabna diciendo.
Él le dijo, “¿Nacer de nuevo? ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?” Nicodemo no podía ni siquiera imaginar eso.
Cuando vienen a la iglesia por primera vez y escuchan que tienen que nacer de nuevo, es muy probable que no hayan entendido que cosa quería decir eso. Tal vez también han pensado, que es difícil comprender bien no sólo estas palabras espirituales, sino asimismo el significado espiritual de otros pasajes, hasta que sus ojos y oídos espirituales son abiertos.
Pero si constantemente procuran aprender y entenderla Palabra\; y si piden la gracia de Dios, en un momento determinado la gracia de Dios descenderá sobre ustedes.
Podrán comprender los mensajes que antes consideraban difíciles, y esos pasajes estarán llenos de interés y de emoción. Este no es el caso sólo para los nuevos creyentes, sino también para todos los creyentes.
Como se mencionó al principio en el pasaje de hoy, Nicodemo era un principal de los judíos y un maestro de la ley, por lo que sabía y conocía muy bien la Ley y la Palabra de Dios. Pero aun así no podía entender cuando Jesús hablaba de cosas espirituales.
¿Hay alguno entre ustedes que aún no entienden los mensajes espirituales? Que sea nuevo creyente o no, en realidad eso no importa para comprender los pasajes espirituales. Si los entienden, comprenderán incluso el de ahora. O a pesar de que ya son cristianos, algunos no pueden entenderlos.
Los que confían y creen en la Palabra de Dios y la aceptan incondicionalmente con sólo un “Amén”, rápidamente recibirán la gracia de Dios para comprender los pasajes espirituales. Pero si tratan de entender la Palabra de Dios con su propio conocimiento, experiencia y pensamientos, sus oídos espirituales no le serán abiertos ni aunque pasen cien años y por eso no podrán comprender lo espiritual
Sucede lo mismo hoy en día. Algunos de los hermanos que han asistido por muchos años a esta iglesia, que son líderes y tienen títulos y posición, e incluso son ministros, si no tienen discernimiento ni entendimiento espiritual, al igual que al principio con Nicodemo, no podrán comprender la Palabra.
Aun si tienen un doctorado en teología y ministerio, y posean un amplio conocimiento de la Biblia, no podrán entenderla sin el significado espiritual de la Palabra.
No podrán vivir ni experimentar las obras de Dios ni levantar espiritualmente al rebaño y por eso sus iglesias no crecerán.
Es por eso que incluso el apóstol Pablo, quien poseía un gran conocimiento, dijo en 1 Corintios 2:1-2, “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado.”
Hubiera sido lo mismo si el apóstol Pablo hubiese vivido en el mundo de hoy y hubiera llevado a cabo su ministerio. No hubiera confiado en las computadoras, libros ni el conocimiento ni en nada parecido a eso. Él sólo hubiera orado a Dios y predicado la Palabra con las obras del Espíritu Santo y hubiera hecho su ministerio con el poder de Dios.
Como está escrito en 1 Corintios 4:20, “Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.”\; podemos entender los secretos espirituales y también llevar a cabo grandemente el reino de Dios sólo a través de la inspiración del Espíritu Santo y el poder de Dios. A fin de cumplir con el reino de Dios más grandemente y para comprender más claramente la voluntad de Dios, debemos entender más profundamente el secreto de la cruz y comprender espiritualmente la Palabra de Dios en nuestra mente.
Volviendo al pasaje de hoy, Nicodemo, que no comprendía lo que Jesús decía, le preguntó nuevamente, “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?”
Nuestro Señor está explicando en espíritu ahora. El hombre carnal no puede entenderlo\; sólo oirá carnalmente. “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo?” Es una pregunta obvia. “¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” Esa es también otra pregunta obvia.
Por eso si no entienden lo espiritual, tendrán malos entendidos y vivirán una vida cristiana carnal. De esta forma, no deben malinterpretar ni argumentar sobre la Palabra de Dios.
“Y respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
(6) “Lo que es nacido de la carne, carne es\; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
(7) “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.”
(8) “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va\; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”
De lo que Jesús está hablando no es de la carne que perecerá. Aquí hay un contexto espiritual.
Él está diciendo que, para que un hombre entre al reino de los cielos, su espíritu, que es invisible, debe nacer de nuevo, no el cuerpo visible.
El primer hombre Adán fue creado como un alma viviente. Sin embargo, su espíritu murió como resultado de su caída en el pecado. Ahora, ya no era más un espíritu viviente sino un hombre carnal.
Como está escrito, “Lo que es nacido de la carne, carne es”, los descendientes de Adán, quien se convirtió en hombre carnal, nacieron también en la carne. Toda la humanidad se convirtió en seres humanos carnales cuyos espíritus estaban muertos. El hombre carnal no puede entrar al reino de los cielos. Tienen que ir al infierno, por el camino de la muerte.
Para que un hombre entre al reino de los cielos su espíritu muerto debe revivir, y eso se logra por el agua y el espíritu.
Cuando digo esto, los que son nuevos aquí y los nuevos creyentes probablemente no lo comprendan. Pero la Biblia no es como los libros del colegio, donde aprendemos de lo más básico hasta lo relativamente más difícil.
En la educación secular, en matemáticas por ejemplo, uno comienza con la suma y la resta y luego la multiplicación y la división. Sin embargo, en la Biblia, aunque parezca difícil de entender al principio, si continúa escuchando la Palabra podrá llegar a comprenderla.
Jesús dijo estas cosas espirituales, “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va\; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”
Podemos oír el sonido del viento pero no podemos verlo. No podemos saber dónde se inicia y dónde se detiene.
Al igual que el viento que no podemos ver, no podemos entender las cosas espirituales dentro de los límites de nuestra carne.
Aun con los adelantos de la ciencia, no podemos comprender todo en este mundo. Tal vez podemos decir que sabemos sobre el viento con la ciencia moderna de hoy en día, pero incluso un país como los estados Unidos no puede prevenir los desastres causados por los recientes huracanes.
Aun cuando sabían donde iba impactar, no pudieron impedirlo. De hecho, mientras más se desarrolle la tecnología y la ciencia moderna, más nos daremos cuenta que sólo Dios el Creador es verdaderamente Todopoderoso, y que el conocimiento y la habilidad del ser humano tiene claras y muy definidas limitaciones.
Asimismo, aun cuando saben que se va a producir un terremoto, no pueden evitarlo. Tampoco pueden prevenir la erupción de un volcán. Hay numerosos incendios forestales alrededor del mundo, pero no pueden anticiparlos. Si son producidos por el hombre, pueden tomar ciertas medidas de precaución, pero muchos incendios en los bosques son por causas naturales y por eso no pueden impedirlos.
Además, cunado se producen los huracanes y las fuertes lluvias de la estación del monzón, ¿Por qué la gente le echa la culpa a Dios? Yo escucho muy a menudo eso. Se quejan contra Dios, a pesar que ni siquiera creen en Dios.
Sin embargo, los creyentes no se quejan contra Dios. ¿Por qué? Porque sabemos que más bien tenemos que arrepentirnos. Ya que no hemos podido estar bajo la protección de Dios, debemos mirar atrás y arrepentirnos. Pero los incrédulos le echan la culpa a Dios cuando enfrentan algún desastre. De hecho, nunca debería de suceder esto.
Por eso muchos científicos tratan de probar que la Palabra de Dios en verdadera por el método científico. Igualmente, si el hombre no puede ni siquiera entender de dónde sopla el viento, ¿Cómo podría entender cosas del reino celestial, del reino espiritual?
Queridos Amigos:
¿Qué cosa quiere decir nacer de nuevo por el agua y el espíritu?
Primero, veamos lo que significa el agua. Aquí, “agua” es el mismo termino que se utiliza en Juan 4:14, “…el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.” Y continúa, “Mas el que bebiere del agua que yo le adré no tendrá sed jamás sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”, al beber esta agua de vida eterna, el hombre nace de nuevo.
Entonces, ¿Cuál es esta “fuente de agua que salta para vida eterna”?
En la última prédica, les dije que no tenemos vida eterna sino comemos la carne ni bebemos la sangre del Hijo del Hombre.
Comer la carne del Hijo del Hombre es guardar y cumplir la Palabra de Dios en nuestro corazón y beber la sangre del Hijo del Hombre es poner en práctica por fe la Palabra de Dios.
De la misma manera, comer la carne y beber la sangre del Hijo del Hombre, es decir, la misma Palabra de Dios, se convierte en el agua que da vida eterna al hombre.
El agua lava y quita la suciedad y las manchas y da vida a todo. Incluso espiritualmente, el agua, esto es, la Palabra de Dios, limpia toda mancha de pecado y nos da vida eterna.
¿Qué sucio y cochino es si tiene envidia, celos, odio y amargura en su corazón? Cuando más tarde estemos frente a Dios, los que no hayan echado fuera toda contaminación de pecado estarán tan avergonzados que no podrán levantar sus rostros.
Sin embargo, si la Palabra de Dios entra a su corazón, la suciedad del pecado será quitada.
Por ejemplo, como lo expliqué en la última prédica, si tenemos amor espiritual en muestro corazón, el odio, la envidia, los celos, la amargura y el buscar el beneficio propio serán limpiados. Cuando nos lavamos del pecado y la maldad de nuestro corazón, podemos nacer de nuevo y ser salvos.
Por eso, 1 Pedro 3:21 también cita, “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo.”
La Palabra de Dios es la misma verdad y Jesucristo es el Verbo que vino en carne a este mundo.
Jesús, quien es la Palabra, resucitó y llegó a ser el Salvador, desde entonces todas las Escrituras tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento se han cumplido como verdaderas.
Cuando creemos en estas promesas, y las guardamos en nuestra mente y las practicamos, llegamos a ser justos. Esto es, la Palabra de Dios da vida al hombre y los hace justos.
Podrán sentir que han cambiado tanto si comparan su yo presente al que tenían cuando llegaron a esta iglesia por primera vez tal vez hace 5 o 10 años, o incluso hace uno o dos años. Podrán ver que son mucho más justos y buenos.
Los que realmente creen en el Hijo de Dios, quien es el Verbo y la Palabra, como su Salvador naturalmente creerán y pondrán en práctica todos los mandamientos escritos en los 66 libros de la Biblia.
Cuando la Palabra de Dios está en ustedes y lava y limpia su corazón, esa es la evidencia de que es salvo. El agua del bautismo es el símbolo del lavamiento de nuestro corazón por la Palabra de Dios.
Antes que ser transformado por la verdad, o sea, antes de aceptar a Dios, discutía mucho con mi esposa. Algunas, no podía controlarme. Si no entendía algo, me amargaba de tal manera que rompía el televisor. Algunos esposos golpean la pared porque no pueden golpear a sus esposas. Pero si golpeaba la pared, mi mano me iba a doler. Aunque tuviera que gastar dinero por romper el televisor, lo hacía para demostrar que estaba tan amargo que ya no podía soportar más esa situación. Pero, ¿Acaso mi esposa cambió por eso? No. Claro que NO. La otra persona nunca cambiará de esa manera.
Sin embargo, desde que acepté al Señor y cambié por la Palabra de verdad, mi esposa también cambió. Primero yo tenía que cambiar. Antes de cambiar, yo le señalaba sus defectos. ¿Por qué lo hacía? Era para buscar mi propio beneficio. Yo quería que ella me complaciera en todo.
De hecho le estaba pidiendo a mi esposa que hiciera lo que yo quería. Como buscaba de esa forma mi propio provecho, no podíamos llegar a ser UNO. Tal vez si ella me obedecía al 100% podríamos haberlo hecho. Pero eso no podía suceder. Ella también tenía orgullo y su propia manera de pensar. pensamientos.
Antes de casarme, decía a mis amigos que el hombre debía poder controlar a su esposa. Decíamos eso porque no sabíamos nada. Pero luego de casarme, no pude cambiar a mi esposa. No fue nada fácil.
Ella no me escuchaba. Hasta que acepté a Dios y llegue a conocer la verdad, por muchos años sólo estuve tratando de cambiarla como yo quería, se imaginan lo duro que debe haber sido. Pero, después de haber aceptado al Señor, me di cuenta que todas esas cosas eran insignificantes.
Sin embargo, todo eso fue posible cuando yo cambié. Pueden servir a los demás y obedecer a su cónyuge. Y así, su esposa también cambiará. Desde entonces, en el Señor, siempre hemos estado cantando alabanzas y hemos podido tener paz y una bella familia. Si no hubiese aceptado al Señor, no hubiera sobrevivido y, de cualquier forma, hubiese estado discutiendo hasta ahora.
Pero nunca me hubiera divorciado. ¿Por qué? Hubiera tenido pena por mis hijos. No podía dejar que mis hijos sufrieran. Pero aun así, hubiera tenido constantes discusiones con mi esposa. Sin embargo, por la gracia de Dios y del Señor, luego de llegar a conocer la verdad, por agradecimiento, pude cambiar. Entonces, mi esposa también cambió y tuvimos paz en la familia.
Por tanto, debemos lavarnos con la Palabra de Dios. Mi YO o mi EGO es muy malo. Ya les he explicado esto cuando les prediqué acerca de los deseos de los ojos, los deseos de la carne, y la vanagloria o el orgullo de la vida. Les explique lo qué es el YO o el EGO.
Saben que el YO viene del mundo y que el YO se forma de la mentira al oír y aprender mentiras de otras personas y también de libros. Deben de analizarse correctamente a sí mismos y derribar esos argumentos. Deben de morir cada día. Por el contrario, el Cristo, la verdad tiene que vivir en ustedes. De esta forma, si se transforma en un hombre de espíritu, entonces, podrán tener paz incluso con sus enemigos.
Ahora veamos el Espíritu. Este Espíritu es el Espíritu Santo de Dios quien entra en los corazones de los hijos salvos de Dios y los ayuda a conseguir una completa salvación.
Juan 15:26 dice, “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.”
Como cita el versículo, desde que el Señor resucitó y ascendió a los cielos, Dios envió al Espíritu Santo a Sus hijos que son salvos.
Hechos 2:38 declara, “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados\; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Como está escrito, si oyen el evangelio, se arrepienten y aceptan a Jesús como su Salvador, recibirán perdón de sus pecados y el Espíritu Santo entrará en su corazón. Si reciben el Espíritu Santo, su espíritu muerto revive y así obtienen la fe espiritual con la QUE verdaderamente pueden creer.
Amados Hermanos en Cristo:
1 Juan 5:5-8 cita, “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre\; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio\; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y esos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre\; y estos tres concuerdan.”
Aquí, “Jesucristo, que vino mediante agua y sangre” quiere decir que el agua, que es la Palabra, vino a este mundo en carne y murió derramando Su preciosa sangre. Como Jesús murió en la cruz por nosotros, recibimos la salvación por el poder de Su sangre. Por eso, el que vino mediante el agua y la sangre es Jesucristo, y el Espíritu Santo, quien vino luego de la ascensión de Jesús, nos ayuda a creer firmemente en este hecho.
Está escrito que los que creen que Jesús es el Hijo de Dios vencerán al mundo. No significa que lucharemos contra otras personas de este mundo. Quiere decir que pelearemos y obtendremos la victoria sobre los deseos y la lujuria de este mundo y no seremos manchados por el pecado.
El Espíritu Santo no sólo nos ayuda a creer confiadamente en el Señor, sino que también nos fortalece para vencer a este mundo al hacernos conscientes de pecado, de justicia y de juicio.
Si nosotros, por el obrar del Espíritu Santo, nos damos cuenta de lo qué es el pecado, que debemos de alcanzar la justicia, y que hay un juicio por venir, en forma natural seguiremos los deseos del Espíritu Santo. Significa que diariamente nos limpiaremos con agua el pecado de nuestro corazón.
Entonces, la mentira de nuestro corazón será extirpada y se transformará en un corazón lleno de verdad.
Por último, nuestro corazón será lleno sólo de la verdad exactamente como cuando Adán fue creado como espíritu viviente. Este es el proceso de cómo nuestro espíritu vuelve a nacer por el Espíritu Santo.
Ustedes diligentemente están haciendo nacer el espíritu por el Espíritu Santo. Si creen y obedecen la Palabra de Dios, están haciendo nacer el espíritu por medio del Espíritu Santo. Por eso, su YO de hace uno o dos años y el de ahora son completamente diferentes. Ustedes son diferentes de lo que eran hace 1 mes también.
¿Por qué? Como continúan haciendo nacer el espíritu a través del Espíritu Santo, se asemejan al Señor con más y más bondad. Sólo los que han nacido de nuevo por el agua y el Espíritu y hacen nacer al espíritu de esta manera pueden ver el reino de Dios. Estas personas muy pronto entenderán los mensajes y las prédicas espirituales y las sentirán en su corazón.
Termino el mensaje.- Queridos Amigos:
Efesios 2:8 dice, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe\; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”
Aun la salvación es un don o regalo de Dios. El hombre puede volver a nacer mediante el agua y el espíritu y obtener la vida eterna sólo por el amor de Dios Padre. Es un obsequio que recibimos que no tiene precio.
El ser humano nunca podría ser salvo sólo por sus propios méritos y esfuerzo. No hay otro camino para la salvación sino el camino de la cruz.
Y debido a que Jesús perfeccionó el camino de la salvación para nosotros al llevar la cruz, dentro de la secreta providencia de Dios que había estado oculta desde antes de los siglos, cualquiera que acepte por fe este hecho puede volver a nacer y alcanzar la vida eterna.
Juan 1:12 cita, “Mas a todos los que le recibieron(Es decir, a los que recibieron a Jesús como Salvador), a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.”
También, Filipenses 3:20 declara, “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al salvador, al Señor Jesucristo.”
Repito el anterior versículo, “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” Si son hijos del presidente de su país, ¡Acaso no tendrían autoridad! Sin embargo, si poseen la autoridad de los hijos del Dios Todopoderoso. Entonces, ¿No tendrían mayor autoridad? Es obvio que deberían tener una mayor autoridad.
Dios me ha dado tal gran autoridad que mucha gente malvada inducida por el diablo han tratado de asesinarme sin razón alguna. Ni siquiera me han visto ni me conocen personalmente. Pero aún así intentan matarme por razones que no podemos entender.
Ni siquiera han oído de mí. No me conocen. Sin embargo procuran eliminarme. Pero mientras lo intentan, el poder de Dios se revelará más grandemente, porque esta es una ley de Dios.
Nos sucedió algo muy interesante también en Pakistán. Esa es una nación islámica, y sin embargo, algunos musulmanes, al ver mi foto en los afiches pegados en las paredes, los despegaban y se los llevaban a sus hogares para ponerlos en sus habitaciones. Ellos en verdad no me aman, ni me guardan ningún aprecio, como lo hacen ustedes.
No obstante, ¿Por qué hacían eso? A pesar de no ser cristianos, ellos habían oído acerca de mí y sabían del gran poder espiritual que salía sólo por colocar mi foto en las paredes de sus casas. Por eso lo hacían y se sentían muy felices al hacerlo.
Además, como muchas personas al hacer esto recibieron respuesta a sus problemas, la noticia que los demonios salían y que la gente era sanada de sus enfermedades por tener una foto mía, se esparció por todo lugar, y todos trataban de conseguir mi foto. Para que eso suceda deben tener la autoridad de un hijo de Dios.
Supongamos que hay hombre poseído por un demonio, y que ese demonio se limita a ignorarlo, es porque no tiene la autoridad revelada de un hijo de Dios. Los demonios al ver la autoridad de un hijo de Dios tiemblan y no pueden obrar ni accionar. Sólo pueden actuar cuando no lo ven, pero jamás lo pueden hacer en frente de usted.
Entonces, ¿Cómo se puede recibir la autoridad de un hijo de Dios? Si pone en práctica la Palabra de Dios, la autoridad le será dada. Dios le dará de arriba fe espiritual, y esa fe espiritual es su autoridad. A más fe espiritual, tendrá más autoridad.
Como dice Filipenses 3:20, nosotros tenemos la ciudadanía del reino de los cielos. ¿Cuál es su ciudadanía? ¿Son ciudadanos de Corea, de Perú o de Estados Unidos? No, su ciudadanía está en el reino de los cielos y no en ninguno de esos países.
Les estoy haciendo una pregunta espiritual, no una carnal. Estoy hablando en el espíritu. Por eso, su respuesta espiritual debería ser que tienen la ciudadanía del reino de los cielos, porque son hijos de Dios.
Entonces, ¿Qué hay de los que son coreanos, peruanos, etc.? Esa es una ciudadanía carnal. Pero su ciudadanía espiritual está en el reino de los cielos. ¿Cuál es más importante, la carnal o la espiritual? Por supuesto, la espiritual es la más importante, y es por eso que en primer lugar deben obedecer la Palabra de Dios.
Asimismo, Filipenses 3:20 dice, “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al salvador, al Señor Jesucristo.” Aquellos que creen en el Señor y que han nacido de nuevo mediante el agua y el Espíritu, se benefician de la autoridad de un hijo de Dios. El diablo no podrá reclamar más su autoridad de muerte sobre ellos. Ahora se han convertido en ciudadanos del reino de los cielos y viven dentro de la protección y las bendiciones de Dios tanto en este mundo como en el cielo.
Este es el privilegio para todos los que son salvos.
Amados Hermanos en Cristo:
Estas prédicas le mostrarán su camino para la salvación, la forma para recibir el amor de Dios, y la manera cómo ser guiado y dirigido por el Espíritu Santo.
Serán también la forma para resolver todos los problemas en su vida y para ser bendecido.
Los animo fervientemente para que reciban con fe estos mensajes para que ninguno se aleje del camino de la salvación hasta que el Señor regrese otra vez.
Igualmente, espero que diligentemente difundan este mensaje y guíen a numerosas almas al reino de los cielos.
Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que tanto ustedes como yo podamos alabar el amor y la gracia de Dios y vivir en la eterna gloria en la Nueva Jerusalén, el más hermoso y bello lugar en el cielo.
AMEN