• Nueve Frutos del Espíritu Santo (8)

    [Gálatas 5:22-23]

    20-12-2009 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Gálatas 5:22-23]
      [22] Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
      [23] mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley".

      Esta es la octava sesión de los "Frutos del Espíritu Santo", y les voy a hablar acerca de la "mansedumbre".
      Mientras cada fruto del Espíritu Santo nace de su corazón, ustedes tendrán el corazón que se asemeja más y más al de Dios.
      Entonces escucharán la voz y recibirán la guía del Espíritu Santo claramente, por lo que prosperarán en todas las cosas.
      Él le permite conocer cómo pasar a través de los inconvenientes y obstáculos, y cuándo tienen un problema les enseña cómo resolverlo.
      Ahora mismo usted está escuchando un mensaje que es como una llave para abrir las puertas de las bendiciones.
      Pero la puerta no se abrirá sólo porque usted tiene la llave.
      De hecho, usted tiene que abrir las puertas con la llave.
      De la misma manera, aunque usted escuche las palabras de las bendiciones muchas veces, usted puede verdaderamente disfrutar de esas bendiciones sólo cuando usted ponga las palabras en acción.
      Santiago 1:25 dice: "Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
      Cuando usted escucha la Palabra de Dios, si realmente cree que es el camino de bendición, definitivamente obedecerá a la Palabra.
      Quizás se de cuenta de algunos defectos en su vida al escuchar el mensaje, pero no tendrá uso si no lo retiene en su mente y lo usa para cambiar su vida.
      Espero que ustedes se den cuenta de lo que estos frutos del Espíritu Santo son en realidad y que impriman cada palabra profundamente en sus corazones.
      Ruego en el nombre del Señor que usted produzca estos frutos en su corazón y se vuelvan verdaderos hijos deseados por Dios.

      Mensaje

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, en el diccionario la palabra mansedumbre es la cualidad o el estado de ser manso, suave, tierno o apacible.
      Pero la mansedumbre espiritual no es simplemente apacibilidad y ternura.
      Aquellos que son tímidos o poco sociables en carácter, o aquellos que no pueden expresarse a sí mismos muy bien, quizás parezcan ser mansos.
      Aquellos que son ingenuos, o que no se enojan para nada debido al bajo nivel de inteligencia quizás parezcan ser mansos a los ojos de las personas del mundo.
      Pero la mansedumbre espiritual es algo diferente.
      Es tener la sabiduría y la habilidad para discernir entre lo malo y lo bueno, pero al mismo tiempo el entender y aceptar a todos porque no hay maldad en ellos.
      Es decir, la mansedumbre espiritual es tener generosidad y virtud acoplada con un carácter apacible y suave.
      Si usted tiene generosidad virtuosa, usted no sólo será apacible todo el tiempo, sino que también tendrá dignidad cuando es necesario.
      Explicaré acerca de esta generosidad virtuosa más adelante en este mensaje.
      El corazón de una persona gentil es suave como un algodón.
      Si usted lanza una piedra en el algodón o le da un pinchazo con una aguja, el algodón sólo lo cubrirá y lo abrazará.
      De la misma manera, no importa cómo otras personas los traten, aquellos que son espiritualmente mansos no tendrán resentimientos en su corazón hacia ellos.
      Es decir, no se enojan o se incomodan, y tampoco incomodan a los demás.
      No los juzgan o condenan, sino que los entienden y los aceptan.
      Las personas se sentirán cómodas con este tipo de individuos, por lo que muchas personas pueden encontrar refugio en las personas con mansedumbre.
      Es como un gran árbol con muchas ramas, los pájaros pueden llegar, anidar y descansar en sus ramas.
      Moisés fue una de esas personas que fue reconocida por Dios por su mansedumbre.
      El libro de Números 12:3 nos dice: "Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra".
      El número de los hijos de Israel fue mayor que 600.000 hombres adultos.
      Incluyendo a las mujeres y a los niños debe haber sido de más de 2 millones de personas.
      Guiar a tanta cantidad de personas por sí mismo sería una tarea muy difícil para una persona común y corriente.
      Especialmente aquellas personas ya que tenían corazones duros porque fueron formados como esclavos en Egipto.
      Si usted regularmente es golpeado, escucha un lenguaje feo y abusivo, y realiza el trabajo difícil de un esclavo, su corazón se volverá áspero y duro.
      En estas condiciones, no era fácil moldear la gracia en sus corazones o estar dispuestos a amar a Dios con todo el corazón.
      Es por eso que las personas desobedecían a Dios cada vez, aunque Moisés les mostró gran poder.
      Cuando se enfrentaban con pocas situaciones dificultosas, pronto comenzaban a quejarse y ponerse en contra de Moisés.
      Sólo al ver el hecho de que Moisés guió a ese tipo de personas en el desierto por 40 años, podemos entender cuán espiritualmente manso fue Moisés.
      Nunca es fácil dirigir una compañía que tiene simplemente unos cuántos cientos de empleados.
      Aunque usted haya sido elegido como un líder por la mayoría de personas, no es algo fácil el guiar a ese grupo.
      Para poder juntar los corazones de las personas y guiarlos, usted debe estar dispuesto a ganar los corazones de esas personas con mansedumbre espiritual.
      Por supuesto, si una persona tiene poder social y riquezas, y ayuda a muchas personas, puede parecer que muchas personas lo siguen.
      Pero podemos darnos cuenta si es que esta persona en realidad es virtuosamente generosa, cuando pierde su poder social y su riqueza.
      Si es que realmente tiene virtud y generosidad, muchas personas aún se reunirán alrededor de él aunque pierda su fama y riqueza.
      No lo siguen para ganar algo de su poder y su riqueza, sino que ganan paz en sus mentes de parte de él.
      Algunos de nuestros grupos pequeños y líderes de célula sufren porque no pueden aceptar esos 10 o 20 miembros en el grupo en sus corazones.
      Si ustedes quieren incrementar el número del grupo o los miembros de la célula, deben cultivar la mansedumbre, un corazón que es como un puñado de algodón.
      Los miembros pueden encontrar paz y felicidad en usted, por lo que puede tener un avivamiento en su grupo.
      Los pastores en particular deberían tener mansedumbre para poder aceptar las almas.
      Mateo 5:5 dice: "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad".
      Aquí, el "recibirán la tierra" no significa que usted recibirá un pedazo de terreno en la Tierra.
      Significa que usted recibirá un pedazo más grande de terreno en el Cielo, de la manera que usted cumpla con la mansedumbre.
      Recibirá una mayor residencia para que usted pueda invitar a todas las almas que usted abrazó y guió en este mundo.
      Decir que usted recibirá en herencia una residencia tan grande quiere decir que usted estará en una posición gloriosa en el Cielo.
      Si bien usted tiene un gran pedazo de terreno, no podrá llevárselo al Cielo.
      Pero si usted recibe un terreno en el Cielo logrando la mansedumbre, será su herencia eterna.
      En ese lugar, podrá pasar momentos felices por la eternidad con el Señor y con los que ama.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Ahora, ¿cómo podemos producir el fruto de la mansedumbre?
      En conclusión, usted debería cultivar su corazón en un buen terreno.
      En el capítulo 13 del libro de Mateo, nuestros corazones se comparan con cuatro tipos diferentes de terreno.
      Puede ser clasificado en categorías: junto al camino, campo rocoso, campo espinoso, y buena tierra.
      El terreno junto al camino es pisoteado por las personas y está endurecido, así es que las semillas no pueden ser sembradas.
      También, si las semillas son echadas en campos rocosos o campos espinosos, usted no puede tener una cosecha abundante.
      Para poder ganar una gran cosecha, debe romper el suelo duro, sacar las piedras y arrancar las espinas.
      De esta manera, una vez que el terreno es labrado para tener una buena cosecha, puede cosechar abundantes frutos.
      Espiritualmente hablando, un corazón manso es parecido a la buena tierra.
      Si un hombre tiene mucha maldad, su corazón está endurecido como la tierra junto al camino y no puede aceptar la verdad.
      Aunque escuche la verdad y reciba la gracia de Dios, pronto tendrá dudas y desechará la gracia. Abandonará la gracia para conseguir cosas del mundo.
      Pero aún este tipo de "tierra del corazón" puede ser cambiada a una buena tierra, si la persona diligentemente trabaja para cambiarla.
      Incluso la tierra más árida puede ser cambiada en buena tierra, si el granjero labra la tierra diligentemente.
      Así como el tipo de suelo de un terreno puede ser cambiado, el corazón de los hombres también puede ser cambiado por el poder de Dios.
      Incluso los corazones que son duros como los suelos duros pueden ser labrados por la ayuda del Espíritu Santo.
      Aun los corazones que están llenos de maldad pueden ser trasformados a corazones mansos y suaves una vez que la maldad es desechada.
      Incluso los corazones que tienen envidia, celos, rencilla y otras formas ásperas de la mente pueden ponerse suaves y mansos.
      Mientras más cultive su corazón de esta manera, más del fruto de la mansedumbre podrá producir.
      Pero su corazón no puede cambiar automáticamente sólo porque usted haya recibido al Espíritu Santo.
      También debe estar involucrado su esfuerzo.
      Tiene que orar continua y fervientemente, e intente pensar en la verdad, hablar en la verdad, y actuar en la verdad en todas las cosas.
      Usted no debería darse por vencido luego de varias semanas o meses, sino que tiene que continuar su esfuerzo hasta el fin.
      Cuando usted muestre este tipo de esfuerzo, Dios lo considerará y le dará de Su gracia y poder, y el Espíritu Santo le ayudará.
      Hermanos y hermanas, mientras usted labra la tierra de su corazón y la convierte en buena tierra, automáticamente producirá otros frutos del Espíritu Santo.
      Pero la mansedumbre está relacionada más cercanamente con la labranza de la tierra del corazón.
      Usted no podrá tener mansedumbre a menos que se despoje del temperamento fuerte, el odio, la envidia, la avaricia, la riña, la jactancia, la arrogancia, etc. Con tales tipos de corazón, las demás personas no podrán encontrar descanso en usted.
      Es por eso que la mansedumbre tiene un lazo muy cercano con la santificación en sí que otros frutos del Espíritu Santo.
      Si ustedes tienen mansedumbre espiritual, recibirán respuestas a lo que pidan, y también cosecharán buen fruto cuando siembran en buena tierra.
      También escuchará la voz del Espíritu Santo claramente por lo que prosperará en todas las cosas.
      Pero ¿acaso hay alguien que piensa de la siguiente manera: "no me enojo, y pienso que soy más manso que otros, pero realmente no recibo respuestas a mi oración. Realmente no oigo la voz del Espíritu Santo muy bien"?
      Entonces, debería examinar si es que su mansedumbre proviene de la carne.
      También, puede examinar la magnitud de la cual usted produce el fruto de la mansedumbre por medio de otros frutos del Espíritu Santo.
      Es decir, quizás alguien parezca ser manso, pero si no tiene el fruto de la misericordia o la bondad, podemos entender que esa persona no tiene mansedumbre espiritual.

      Apreciados hermanos y hermanas en Cristo, la mansedumbre no es sólo ser apacibles y suaves, sino que debe tener una generosidad virtuosa.
      Junto con la mansedumbre del corazón, usted también debería tener la generosidad virtuosa por fuera para cultivar completamente la mansedumbre espiritual.
      Esto es semejante a una persona con excelente carácter que lleva puesto un traje que corresponde a su carácter.
      Incluso si una persona tiene buen carácter, y merodea desnudo sin ropa, su desnudes será una vergüenza. Así mismo, la mansedumbre sin generosidad virtuosa no está completa.
      Permítanme darles unos cuantos ejemplos sobre el poseer ambas, la mansedumbre y la generosidad virtuosa.
      Primero, la generosidad virtuosa aparece como acciones dignificadas y moderadas.
      Aquellos que son simplemente apacibles todo el tiempo sin un correcto discernimiento no pueden aceptar a los demás.
      Serán mirados con desprecio y usados por los demás.
      En la historia, algunas personas eran gentiles en su carácter pero no tuvieron generosidad virtuosa, por lo que su país no fue estable.
      Luego en la historia las personas lo evalúan no como una persona gentil sino por ser incapaz e indeciso.
      Por otra parte, algunos reyes tuvieron carácter cálido y apacible junto con sabiduría acompañada por la dignidad.
      Bajo el gobierno de tales reyes, el país fue estable y las personas tuvieron paz.
      De la misma manera, aquellos que tienen mansedumbre y generosidad virtuosa, tienen una apropiada norma de juicio. Hacen lo que es correcto porque disciernen lo bueno y lo malo correctamente.
      Cuando Jesús purificó el Templo y reprendió la hipocresía de los fariseos y escribas, fue muy fuerte y severo.
      Él tenía un corazón suave al punto de no "quebrar la caña cascada ni apagar el pábilo que humea", pero él sí reprendió a las personas severamente cuando él tuvo que hacerlo.
      Si ustedes tienen aquella dignidad y rectitud en el corazón, las personas no los mirarán por encima del hombro aunque nunca alcen su voz o intenten volverse severos.
      La apariencia externa está también relacionada con la posesión de los modales del Señor y las acciones perfectas del cuerpo.
      Aquellos que son virtuosos tienen dignidad, autoridad e importancia en sus palabras; no hablan descuidadamente palabras sin sentido.
      Se ponen ropa apropiada para cada ocasión. Tienen expresiones faciales apacibles, pero no caras bruscas o frías.
      Por ejemplo, suponga que una persona tiene su cabello y su vestimenta desarreglados, y su rumbo es incierto.
      Suponga que también le gusta hacer bromas y hablar de cosas sin sentido.
      Probablemente es muy difícil para esa persona ganar confianza y respeto de las demás personas.
      Las demás personas no querrían ser aceptadas y abrazadas por él.
      Si Jesús hubiera estado bromeando todo el tiempo, Sus discípulos habrían intentado bromear con él.
      Entonces, si Jesús les enseñaba algo difícil, inmediatamente habrían discutido o habrían insistido en sus propias opiniones.
      Pero ellos no podían hacer eso.
      Incluso aquellos que se acercaron a él para discutir no podían en realidad hacerlo por su dignidad.
      Las palabras y acciones de Jesús siempre tenían peso y dignidad, por lo tanto las personas no lo podían considerar simplemente a la ligera.
      Por supuesto, algunas veces el superior en jerarquía puede hacer una broma a sus subordinados para aliviar el estado de ánimo.
      Pero si los subordinados bromean juntos y son maleducados, esto quiere decir que no tienen un entendimiento correcto.
      Es más, si los líderes no son honestos, sino que muestran una apariencia perturbada, no podrán ganar confianza en los demás.
      Pero también surgen situaciones como las siguientes:
      Un superior en la organización habla un lenguaje honorífico y actúa respetuosamente incluso con sus subordinados.
      Pero algunas veces, si uno de sus subordinados le está mostrando un respeto excesivo, este superior podría hablar en lenguaje común, no en formas honoríficas, para tranquilizar a su subordinado.
      En esta situación, no ser muy educado más bien podría hacer a su subordinado estar calmado y de esta manera podrá abrir el corazón más fácilmente.
      Romanos 15:2 dice: "Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación".
      Del mismo modo, aquellos que son virtuosos y generosos harán todo correctamente, y también tendrán la consideración para hacer sentir bien a los demás.
      Seguidamente, la generosidad virtuosa demostrará acciones de misericordia y compasión con un corazón muy amplio.
      No solamente ayudarán a aquellos que están en necesidad financiera, sino también a los débiles espiritualmente, consolándolos y mostrándoles gracia.
      Pero aunque tengan la bondad en ellos, si esa bondad simplemente se queda en el corazón, será difícil emanar la fragancia de Cristo.
      Por ejemplo, supongamos que hay un creyente que está sufriendo persecución por su fe. Si los líderes de la iglesia a su alrededor se enteran de ello, tendrán compasión y orarán por aquel creyente.
      Algunos de estos líderes simplemente sienten compasión en su corazón.
      Por otro lado, otros líderes la animan y consuelan, y le ayudan de acuerdo a la situación.
      La fortalecen y le ayudan a superar la situación con fe.
      Entonces, el simple hecho de tener consideración en el corazón y de mostrar las obras en verdad será algo muy diferente para la persona atravesando el problema.
      Cuando la virtud se demuestra en lo externo como una obra virtuosa, se puede dar gracia y vida a los demás.
      Por lo tanto, cuando la Biblia dice "los mansos heredarán la tierra", tiene una relación muy cercana con la fidelidad que demuestra la generosidad virtuosa como resultado.
      Heredar la tierra es algo relacionado con las recompensas celestiales. Usualmente, recibir las recompensas celestiales es algo relacionado con la fidelidad.
      Cuando se recibe una placa de aprecio, un mérito, o una recompensa por el evangelismo en la iglesia, se observa el resultado de la fidelidad.
      Del mismo modo, los mansos recibirán bendiciones, pero estas no vienen por el simple hecho de tener un corazón manso.
      Cuando aquel corazón manso expresa las obras virtuosas y de generosidad, está produciendo el fruto de la fidelidad. Entonces el resultado de esto son las bendiciones.
      Es decir, cuando se acepta y abraza muchas almas con la generosidad, consolándolas y animándolas, dándoles vida, se heredará la tierra en el Cielo mediante dichas obras.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      La generosidad virtuosa es como un traje que hace que la generosidad brille, pero es algo diferente a los hechos legalistas o hipócritas.
      Si la santidad no está en el corazón, no se puede decir que se tiene generosidad virtuosa simplemente porque se muestra las obras externas.
      Si ustedes tienen tendencia a mostrar actos apropiados en lugar de cultivar el corazón, es muy probable que dejen de darse cuenta de las limitaciones y que piensen erróneamente que han logrado mucho.
      Si la santidad no está en el corazón, no podemos decir que se tiene generosidad virtuosa por el sólo hecho de expresar obras externas.
      Pero incluso en el mundo, las personas que simplemente tienen buena apariencia externa sin tener una buena personalidad, no ganarán el corazón de los demás.
      En la fe sucede lo mismo, concentrarse en las obras externas sin tener cultivar la belleza interna no tiene sentido.
      Por ejemplo, algunas personas actúan correctamente, y pasan juicio menospreciando a aquellos que no actúan bien.
      También insisten en sus propias normas cuando tratan con los demás, pensando que su manera es la manera correcta y que los demás deben hacerlo de esa manera.
      Quizás hablen lindas palabras al dar un consejo, pero pasan juicio a los demás en el corazón, y hablan en su interior con auto justificación y sentimientos adversos.
      Las personas no encuentran descanso en este tipo de personas. Ellos simplemente serán heridos y desalentados, así que no desearán estar cerca de estas personas.
      Algunas personas también se enojan e irritan en su auto justificación y maldad. Pero dicen tener simplemente indignación justa por el bien de los demás.
      Pero aquellos que tienen generosidad virtuosa no perderán la paz bajo ninguna circunstancia.
      Si ustedes desean verdaderamente producir el fruto del Espíritu Santo por completo, no pueden cubrir la maldad en el corazón con apariencias externas.
      Deben examinar su corazón una y otra vez en todo, y escoger el camino de la bondad.

      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Cuando las cosas no salen como deseamos, algunos decimos: "Yo no puedo hacer nada al respecto porque así nací".
      Pero aquellos que creemos en Dios no debemos hablar de este modo.
      Nosotros sí podemos cambiar nuestro carácter y forma de ser por medio de la obra del Espíritu Santo.
      Incluso el mal temperamento, la jactancia, el egocentrismo, y la auto justificación pueden ser cambiadas y el resultado puede ser un corazón amable y virtuoso, esto si desechamos la maldad y cultivamos el corazón.
      Incluso las personas muy introvertidas y tímidas pueden llegar a ser valientes y generosas para ayudar a los demás.
      Yo anhelo que ustedes cultiven diligentemente el corazón y que produzcan el hermoso fruto de la mansedumbre.
      Yo ruego en el nombre del Señor que ustedes lleguen a ser grandes vasijas como Moisés y que sean reconocidos y amados por Dios el Padre.

      [Amén]


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