[Lucas 2:13-14]
25-12-2009 | Rev. Jaerock Lee
Lectura bíblica
Lucas 2:13-14
"Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!".
[Introducción]
¡Feliz Navidad!
¡Felicitaciones al celebrar el cumpleaños de Jesús el Salvador para toda la humanidad!
En Navidad conmemoramos y celebramos el cumpleaños de nuestro Señor Jesús, quien vino a este mundo para salvar a la humanidad.
Demos un fuerte aplauso para ofrecer gloria y agradecimiento a nuestro Padre Dios, quien nos ama aunque hayamos sido una vez pecadores y nos envió a Su Hijo unigénito; y a Jesús, quien abandonó la gloria celestial y vino a esta Tierra.
Mientras la navidad se acerca cada año, me siento muy emocionado.
Mi corazón reboza con más gozo que en otros momentos, y siento el amor de Dios el Padre profundamente en mi corazón.
Esto es así porque yo conozco el verdadero significado de la Navidad.
Yo anhelo que todos ustedes entiendan el verdadero significado de la Navidad, y que rebosen con gozo y agradecimiento que brote de lo más profundo de sus corazones.
Y en el nombre del Señor, ruego que ustedes amen a Dios el Padre y al Señor Jesús más y más.
[Mensaje Principal]
Amados hermanos y hermanas en Cristo.
Hoy Dios nos ha dado un mensaje de celebración de la estación titulado "Navidad".
Dios quiere que Sus hijos entiendan el verdadero significado de Navidad y que la celebren apropiadamente.
Hoy en día algunas estadísticas demuestran cuánto ha cambiado el significado de la Navidad y cuán corrompido está.
Muchas personas consideran la Navidad como un día feriado, un día para compartir regalos o un día para recibir regalos de parte de Santa Claus.
Incluso aquellos que asisten a la iglesia están dejando el verdadero significado de la Navidad detrás mientras tienden a estar sobrecogidos por las tendencias del mundo.
Jesucristo, el Salvador de la humanidad, está siendo remplazado por regalos, Papá Noel, placeres mundanos y entretenimientos.
Mientras el mundo se impregna con estas cosas, nosotros, en calidad de hijos de Dios, debemos entender el verdadero significado de la Navidad.
Además, debemos compartir el significado con todas las personas que nos sea posible hacerlo.
Tenemos que hacer que el nombre de nuestro Señor Jesucristo, la persona principal de la Navidad, sea levantado y glorificado por encima de todas las naciones.
¿Cuál es el verdadero significado de la Navidad?
Primeramente, Navidad es el (regalo de) dar salvación a toda la humanidad.
Todos los hombres han sido liberados del pecado y pueden alcanzar la salvación por medio del nacimiento de Jesús.
El día en el que uno acepta a Jesús como el Salvador y obtiene la salvación debe ser diferente.
Pero cuando Jesús asumió la forma humana y vino a la Tierra, se abrió la puerta para la salvación de toda la humanidad.
Por esta razón, la Navidad celebra el nacimiento de Jesús como el día en el cual Dios dio la salvación a la humanidad.
En este día todas las personas deberían tomar el más grande deleite.
Apreciados hermanos y hermanas en Cristo.
Supongamos que un hombre tiene una gran deuda y no puede solucionar su deuda con sus propias habilidades.
Es más, por causa de esa deuda no sólo él, sino todos los miembros de su familia tienen que vivir vidas miserables.
A propósito, alguien más canceló toda la cantidad de deudas con su dinero.
Además, la persona le dio al hombre pobre lo que le era necesario para vivir.
Si ustedes pudiesen ponerse en los zapatos de ese hombre, ¿qué harían por la persona benevolente que canceló sus deudas y les proveyó de todo lo necesario para la vida?
Si ustedes le agradecen con unas cuantas palabras, ¿será ese agradecimiento suficiente para aquella persona?
O si ustedes le expresan su gratitud por años, ¿pueden cumplir el deber de los hombres haciendo eso?
Si en realidad conocen Su gracia y verdaderamente la aprecian, nunca lo olvidarán sino que le darán las gracias a él hasta su último momento en la Tierra.
Se esforzarán al máximo para compensar la gracia con la mayor sinceridad posible.
Este es el deber de los hombres incluso en la carne.
En cuanto a nosotros, por medio de Jesús hemos sido realmente salvos de la muerte eterna, es decir, de caer en el Inferno.
Y hemos ganado la ciudadanía celestial para vivir en el Cielo felices por siempre.
Si realmente entendemos la gracia de la salvación, tenemos que dar gracias constantemente, no sólo en Navidad, sino el resto de los 364 días del año y en cada momento que tengamos hasta que el Señor regrese de nuevo.
Ustedes no deberían celebrar festejando en fiestas, y bebiendo en el centro de las festividades mundanas de la Navidad. Ustedes tienen que entender y sentir muy dentro de su corazón cuán llena de gratitud, bendición, y felicidad es la gracia de la salvación.
El nacimiento de Jesús les dio a todos los hombres la bendición de la salvación, la máxima alegría que no puede ser intercambiada con ninguna otra cosa en el mundo.
Yo anhelo que ustedes disfruten del gozo de la salvación en la bendecida Navidad.
Cuando Jesús nació, unas pocas personas incluyendo a los magos, los pastores y unos cuántos más se dieron cuenta y se regocijaron de esto en este mundo.
Pero es totalmente diferente en el mundo espiritual.
Lucas 2:13-14 dice: "Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!"
Yo creo que ustedes están al tanto de este hecho. Por favor albergue en su mente que la Navidad es el día de la salvación y el día de mayor gozo.
¡En el nombre del Señor yo ruego que ustedes alaben al Señor con el gozo de la salvación y que glorifiquen a Dios el Padre en mayor medida!
Amados hermanos y hermanas en Cristo.
El segundo significado de la Navidad es que Dios demostró Su gran amor a los seres humanos.
En 1 Juan 4:9-10 se nos dice: "En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados".
Dios el Padre envió a Su Hijo unigénito al mundo para salvar a los pecadores.
Si Jesús hubiera unificado todas las naciones con el poder físico y hubiera gobernado sobre ellos como su rey como muchos personajes históricos, ¿podría Él haber salvados a los pecadores?
O si Él hubiera adquirido tremendas posesiones y convertirse en un hombre muy rico y entregar caridad a los pobres y abandonados, ¿hubiera podido salvar a los pecadores por todo eso?
No importa cuán grandes hubiesen sido su poder o riquezas, no hubiera podido convertirse en el salvador de los pecadores con posesiones, buena voluntad y poder.
Solo cuando Él llegó a ser apto de acuerdo a la ley del mundo espiritual, pudo salvar a los pecadores.
La persona apta para cumplir las condiciones del Salvador, tenía que ser colgado en una cruz de madera y derramar Su sangre.
La paga del pecado es la muerte, y para ser liberado de la muerte y ganar la vida eterna se requiere el derramamiento de la sangre que se identificó con Su vida.
Y liberar a los pecadores de la maldición de la ley diciendo "la paga del pecado es la muerte", requirió de Él que se convirtiese en maldición en nombre de ellos y que sea colgado en un madero para morir allí por esos pecados.
Asimismo, la persona que debía convertirse en Salvador de todos los pecadores debía sacrificarse completamente y soportar todos los sufrimientos.
Dios el Padre sabía todas estas cosas mejor que nadie.
Pero Dios envió a Su Hijo amado Jesús al mundo como el sacrificio expiatorio por nuestros pecados.
No fue para dejarle a Él convertirse en el emperador que predominaría sobre las naciones y disfrutaría de riquezas y honores.
Sino que Dios envió a Jesús a asumir todos los sacrificios y todos los sufrimientos, y pagar por todas las penas de los pecados sobre los pecadores.
Dios el Padre real y verdaderamente amó a su Hijo unigénito Jesús. Pero no amó a Jesús únicamente, sino que también amó a toda la humanidad la cual es pecadora.
Él nos amó al punto de intercambiar la vida de Jesús por nuestras vidas.
Dios el Padre no podía simplemente ver a los seres humanos nacer con el pecado original, viviendo en pecado y yendo por el camino de la muerte eterna.
En Su amor el tuvo que enviar a su Hijo unigénito Jesús al mundo y permitir que Él se convierta en la propiciación por los pecados de los pecadores.
Este increíble amor de Dios el Padre se describe en Romanos 5:7-8.
Dice lo siguiente: "Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros".
Hoy en día, ¿cuántas personas fácil y voluntariamente renunciarían a todo lo que poseen por el beneficio de los demás?
¿Y qué si tuvieran que entregar todo, no sólo para sus familiares o amados, sino también por sus enemigos?
Pero Dios el Padre entregó a su Hijo unigénito por nosotros quiénes fuimos esclavos por el diablo enemigo y hostiles hacia Dios.
Él no sólo nos amó con palabras, sino que demostró de Su amor con el sacrificio de entregar lo que tenía más valor para Él.
Por este gran amor de Dios el Padre, Jesús nació en este mundo, y el día para celebrar esta verdad es la Navidad.
Por lo tanto, en Navidad debemos sentir y experimentar el amor de Dios profundamente dentro de nuestros corazones y amar a Dios más y más desde el fondo del corazón.
¿Qué le podemos dar a Dios el Padre quien generosamente nos dio a Su Hijo unigénito para salvarnos de nuestros pecados?
¿Qué podemos hacer nosotros para el Señor Jesús quién vino al mundo de acuerdo a la voluntad del Padre y nos amó al punto de sacrificar Su vida?
Justamente, lo que Dios el Padre anhela de nosotros es que amemos a Jesús por sobre todas las cosas, desde el centro de nuestros corazones, y que le entreguemos el corazón.
Si usted ama alguien con un corazón sincero, nunca hará cosas que le provoquen dolor o sufrimiento.
De la misma manera, aquel que ama a Dios desde el centro de su corazón nunca cometerá pecados en contra de Él.
Es porque conoce muy bien cuanto dolor y tristeza siente Dios cuando peca en contra de Él.
Si en realidad ustedes aman a alguien, encontrarán y harán lo que sea que a esa persona le haga feliz y alegre.
1 Juan 5:3 dice: "Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos".
Este versículo nos dice exactamente lo que es el amor a Dios en realidad.
Dios nos mostró Su amor por nosotros a través de Jesús. De la misma manera, nosotros deberíamos mostrar nuestro amor por Dios no sólo con palabras y de boca para afuera, sino también con obras y verdad.
Si ustedes llegan a comprender el amor de Dios desde su corazón y practican su amor por Él, harán lo correcto con fe y complacerán a Dios por medio de tales obras.
Por lo tanto, el conocimiento del verdadero significado de la Navidad es comprender el amor de Dios y llegar a amarlo a Él.
En la celebración de esta Navidad, yo ruego en el nombre del Señor que todos ustedes puedan sentir en sus corazones cuán profundo y grande es realmente el amor de Dios para con nosotros.
Si ustedes sienten Su amor y le ofrecen su amor a Dios, Él se sentirá inclinado a estar con ustedes todo el tiempo.
Él anhela acercarlos más a Su trono.
El tercer significado de la Navidad es que Dios conduce a tantos hijos verdaderos de Dios al Reino de los cielos y comparte amor y alegría con ellos por la eternidad.
Amados hermanos y hermanas en Cristo.
La palabra "Cielo" no se encuentra en el Antiguo Testamento.
En el Antiguo Testamento no fue necesario que el Cielo tome su forma completa, entonces a excepción de pocos hombres de Dios quienes fueron llevados al Cielo con vida, aquellos que fueron salvos entraron a la Tumba Superior.
Aquellos que permanecieron en la Tumba Superior entraron a las cercanías del Paraíso luego de que Jesús culminara Su ministerio público en la Tierra y resucitara.
Esto es así porque incluso aquellos que vivieron en los tiempos del Antiguo Testamento podían entrar al Reino de los cielos sólo por medio de Jesucristo.
Es lo que se registra en Juan 14:6, "Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí".
Dios envió a Jesús al mundo como la propiciación por nuestros pecados, y quiere que todas las personas sean perdonadas de sus pecados y entren al Reino de los Cielos.
En el Reino de los Cielos no hay enfermedad, ni muerte, no hay sufrimiento, ni dolor, ni tampoco aflicción.
No hay soledad, cansancio, preocupación, ansiedad, irritación, o miedo.
Sino que sólo hay felicidad, gozo, paz y amor.
Dios quiere que todas las personas entren a este hermoso Reino de los Cielos.
Y desea compartir un verdadero e invariable amor con todos por la eternidad.
Dios entregó a Su Hijo unigénito generosamente para darnos este buen Cielo.
¿Cuán vívidamente sienten ustedes el corazón de Dios en sus corazones en este momento?
Dios nos ha dado el hermoso Reino de los Cielos, pero Él no espera nada a cambio.
Al darnos a Su Hijo amado, El abrió el camino para que nosotros podamos entrar al Reino de los Cielos.
Jesús pagó la penalidad por nuestros pecados para que nosotros podamos alcanzar el hermoso Reino de los Cielos.
El Reino de los Cielos donde habitaremos por la eternidad es tan hermoso que no lo podemos describir.
Dios ha preparado nuestra morada celestial con las cosas más bellas y valiosas para que vivamos allí por la eternidad.
Dios ha preparado este hermoso Reino Celestial y está llamando a todas las personas para que entren allí. Por lo tanto, cuando las personas se apartan de Dios y regresan al mundo, ¿cuán grande será el dolor que siente en Su corazón?
Amados hermanos y hermanas en Cristo.
Una madre limpia la casa, cocina comida deliciosa, prepara la mesa y hace muchas cosas para su hijo que regresa de muy lejos.
Cuando su hijo no regresa pronto a casa y se hace tarde, la madre tampoco come la cena y se preocupa porque la comida se enfría.
Finalmente el hijo regresa. El hijo ansiosamente comienza a comer la comida que su madre ha preparado.
Cada vez que come la comida e ingiere cada cucharada de arroz, carne y vegetales, están envueltas con el fuerte amor y sinceridad de la madre.
¿Puede sentir usted lo que siente aquella madre al mirar a su hijo comiendo?
Esto es semejante al corazón de Dios el Padre, quien ha preparado el Reino de los Cielos.
Dios anhela que Sus amados hijos entren al reino de los Cielos que Él ha preparado con sinceridad, y que vivan allí con gozo y felicidad por la eternidad. Él también quiere compartir el amor con ellos.
Él no escatimó a Su Hijo unigénito y ha soportado todo el sufrimiento durante el período de los 6000 años de la cultivación de la humanidad.
Si comprendemos el corazón de Dios el Padre, naturalmente deberíamos demostrar ser mejores hijos de Dios.
No deberíamos estar satisfechos sólo con el hecho de que entraremos en el Cielo. Sino que deberíamos esforzarnos para ir más cerca al trono de Dios; para dar gracias por Su gracia y Su amor eterno; y para complacer Su corazón.
¿Qué debemos hacer para convertirnos en esos hijos?
Hebreos 12:14 dice: "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor".
Tenemos que despojarnos de cada forma de maldad, ser fieles en todos los aspectos y convertirnos en personas espirituales.
En esta Navidad, les animo en el nombre del Señor a acercase a Dios como hijos verdaderos y perfectos, quienes puedan cumplir la plenitud del espíritu y habitar cerca de Dios el Padre en la Nueva Jerusalén.
[Conclusión]
Apreciados hermanos y hermanas en Cristo.
Les he compartido acerca de los tres significados de la Navidad.
Primero, es para darnos salvación. Segundo, por medio de la Navidad, Dios demostró Su gran amor por la humanidad. Tercero, es compartir el don del gozo y amor con Sus hijos verdaderos en el Reino de los Cielos por la eternidad.
El día en que este precioso y valioso regalo nos fue entregado fue en Navidad.
¡Cuán alegre y de gran gozo es este día! ¿Cuánto debemos agradecerle y glorificar a Dios?
Si no hubiéramos podido conocer a Dios, estaríamos siendo guiados a la muerte eterna y seríamos hallados como seres que no valen la pena y sin valor.
Pero Dios nos encontró primero y nos dio el regalo más valioso.
El regalo que sólo Él puede darnos.
Deseo que el amor y la gracia de Dios el Padre rebosen en sus corazones.
¡Que puedan cumplir con la plenitud de espíritu y producir los frutos del amor de Dios, y que sean de gran gozo para Él, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo ruego!
¡Feliz Navidad!