• Servicio

    [2 Corintios 1:19]

    28-03-2010 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [2 Corintios 1:19]
      "Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él".

      Cerca del final de Su ministerio, Jesús se dirigió hasta Jerusalén para cumplir con la providencia de la cruz.
      Cuando Jesús y Sus discípulos se acercaron a Jerusalén, Él envió a dos de Sus discípulos al pueblo que estaba al otro lado.
      Trajeron un potranco de asno en obediencia a la palabra de Jesús.
      Jesús entró a la ciudad de Jerusalén montando este asno.
      Y una multitud de personas se juntaron para darle la bienvenida.
      Lo rodearon por delante y por detrás; muchos ponían sus túnicas sobre el camino, y los demás cortaban ramas de los árboles y las ponían sobre el camino.
      Mucho se acercaban con ramas de palmera en sus manos y gritaban: "¡BENDITO ES EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡Hosanna en las alturas!"
      Hoy celebramos el Domingo de Ramos, día en el cual conmemoramos este evento.
      Jesús entró a la ciudad de Jerusalén y fue recibido por muchas personas. Pero, unos cuántos días después, él fue entregado para ser crucificado por las mismas personas.
      Y murió en la cruz.
      En memoria de esto, tenemos la Semana de Pasión, la cual comienza con el Domingo de Ramos.
      Pero el Jesús crucificado resucitó al tercer día.
      Por esta razón tenemos la celebración de la Pascua un domingo después del Domingo de Ramos.
      Con el próximo Domingo de Ramos y la Semana de Pasión, consideremos rápidamente los pasos que Jesús dio en esta semana hace dos mil años atrás.
      El concepto del tiempo en Israel en ese entonces era un poco diferente al de la actualidad. En Israel el día nuevo comenzaba luego de la puesta del sol.
      Pero en la actualidad, permítanme explicarles los pasos de Jesús en el concepto de nuestro tiempo para su mejor comprensión.
      En el primer día, el cual era domingo, como ya mencione, Jesús entró a Jerusalén con los aplausos de las personas.
      Al siguiente día, es decir el lunes, Jesús purificó el Templo de Jerusalén.
      Él sacó a los mercaderes del Templo y volteó las mesas de las cambistas y de aquellos que vendían palomas.
      El martes los sumos sacerdotes, los escribas, y los ancianos se acercaron a Jesús, y a fin de hallar falta en Él le preguntaron: "¿Con qué autoridad haces tú estas cosas?"
      Luego de esto los sumos sacerdotes y fariseos querían matarlo aún más.
      El miércoles, María de Betania llegó con un aceite muy costoso de nardo y lo derramó sobre los pies de Jesús.
      En Mateo 26:13, Jesús dijo lo siguiente acerca de esto: "De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella".
      Luego de esto, Judas Iscariote fue donde los sumos sacerdotes y les prometió que les entregaría a Jesús.
      El jueves por la noche Jesús tuvo la última cena con Sus discípulos en la ciudad de Jerusalén.
      Fue en ese momento cuando Jesús lavó los pies de los discípulos.
      Luego de la cena, Él se fue a orar en Getsemaní, sobre el Monte de los Olivos.
      Oró tan fervientemente con todas Sus fuerzas para cumplir con Su deber, que Su sudor se convirtió en grandes gotas de sangre que cayeron al suelo.
      Luego de terminar de orar, finalmente fue arrestado por los representantes del sumo sacerdote y los ancianos de las personas que fueron llevadas hasta ahí por Judas Iscariote.
      Los discípulos escaparon y Jesús fue llevado ante Anás, el sumo sacerdote. Ahora ya había pasado la media noche y era viernes.
      Entonces Jesús fue llevado a Caifás, el sumo sacerdote, luego al concilio y posteriormente a Pilato.
      Fue llevado ante Herodes de nuevo, pero regresó y entonces recibió la sentencia de muerte de parte de Pilato.
      Comenzando desde el jueves por la noche hasta el viernes alrededor de las 9 de la mañana, fue llevado de aquí para allá para ser cuestionado.
      También recibió duros azotes con mucho desprecio y burla.
      Entonces, seis horas después de haber sido colgado en la cruz, al rededor de las 3 de la tarde, Él murió.
      Pero al tercer día, bien temprano en la mañana del domingo, rompió la autoridad de la muerte y resucitó para convertirse en el Rey de reyes y el Señor de señores.
      A lo largo de toda esta semana, anhelo que ustedes mediten en los pasos de Jesús y que tengan un tiempo santo y que agrade a Dios.
      Ruego en el nombre del Señor que, en esta semana, nosotros podamos impregnar profundamente en nuestros corazones como una gran luz de amor, los sufrimientos y el dolor de la muerte que Jesús tuvo que padecer en nuestro lugar.

      [Mensaje principal]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Para este Domingo de Ramos, Dios el Padre nos ha dado el título del mensaje "servicio".
      La lectura bíblica está en 2 Corintios 1:19 que dice: "Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él".
      Mientras Él estaba en este mundo, Jesús mostró el ejemplo de servicio a los seres humanos.
      Nos mostró el mejor servicio de entrega al dar su propia vida y morir en la cruz por la humanidad.
      Él es uno con Dios en origen, pero su humilló a sí mismo con sólo "Sí y Amén"; Él se entregó por completo por nosotros.
      La razón por la cual Jesús pudo hacer esto es porque tenía el verdadero servicio que provenía del corazón.
      Ahora, ¿qué debemos hacer para lograr el verdadero servicio como el de Jesús?
      Consideremos el servicio de Jesús en tres aspectos.
      Primeramente el servicio de Jesús es, el servicio del amor.
      Es decir, debido a que Él sirvió con amor, pudo sobrellevar todo el sufrimiento con placer.
      Siendo Él mismo el Creador, sirvió a sus propias criaturas, y lo hizo con amor y aprecio.

      Hermanos y hermanas,
      Las personas generalmente se esfuerzan al máximo para servir a aquellos a quienes aman.
      Ellos aceptan voluntariamente el sufrimiento por sus seres amados.
      No dicen que es difícil o molestoso y tampoco piensan en si es de beneficio personal o no.
      Por ejemplo, si una mujer embarazada quiere comer cierta comida a medianoche, la mayoría de esposos saldrían a buscarla.
      Ellos no dicen cosas como: "¡Es muy tarde! ¿Dónde lo voy a conseguir? ¿Acaso no hay otra cosa que quieras comer?" Ellos no ponen ninguna excusa.
      ¿Por qué? Es porque ellos aman a sus esposas.
      Jesús amó tanto a los seres humanos que Él siempre sirvió primero a los demás antes de preocuparse por sí mismo.
      Él no los menospreció ni los abandonó sólo por el hecho de ser simplemente criaturas.
      Jesús no tenía tiempo para comer o para recostarse y descansar, pero jamás rechazó a aquellos que se acercaban a Él.
      Ponía todo su afán para solucionar sus problemas y guiarlos a una mejor morada celestial.
      Él trataba a Sus discípulos de la misma manera.
      Siempre los servía primero, y lo hacía hasta el final, incluso a aquel que lo iba a traicionar.
      No simplemente amaba y servía sólo a aquellos que lo amaban a Él.
      Amaba a todos sin prejuicios o favoritismos. Amaba a cada alma con un corazón verdadero. Él abrasaba los corazones de ellos con el servicio.
      Los discípulos lograron entender el verdadero amor y servicio de Jesús desde sus corazones únicamente después de un tiempo, luego de recibir el Espíritu Santo.
      Entonces ellos salieron luego por el mundo y mostraron el mismo tipo de servicio.
      Espero que ustedes también puedan proveer a los demás el servicio verdadero, con su verdadero amor por ellos.
      Si ustedes lo hacen porque se sienten obligados a hacerlo, o por su reputación, no se convertirá en el tipo de fragancia que Dios puede aceptar.
      Segundo, el servicio de Jesús fue un servicio desinteresado.
      Jesús es uno con Dios el Creador en origen, y el Maestro de todas las criaturas.
      Aún así, incluso cuando padecía muchos dolores, burlas y sufrimientos, Él solo tuvo compasión sobre esas personas.
      Él no pensó diciendo: "¿Cómo me pudieron hacer esto a mí?", sino que Él tan sólo quería salvarlos, aunque eso significara tener que sufrir mucho y morir.
      Nunca buscó Su propio beneficio, sino que únicamente obedeció la voluntad de Dios.
      Para que nosotros podamos cultivar este tipo de servicio, no tendríamos que tener nuestro propio ser.
      El no tener "ser" significa que no tenemos nada de orgullo, ni obstinación, ni justicia propia, ni ambiciones egoístas, motivos personales, obras en nuestra propia limitación y todas las demás cosas que son egocéntricas.
      Por ejemplo, si tenemos orgullo, no es fácil servir a nuestros subordinados.
      Si ellos actúan de una manera que a nosotros no nos agrada, pensaremos: "¿Cómo pueden ellos actuar de esa manera contra mí, siendo tan indelicados conmigo?"
      O, aunque quizás sirvamos a los demás, lo haremos sólo dentro de nuestras limitaciones personales de lo que podemos hacer.
      Si las personas nos piden algo que nosotros pensamos que está más allá de las limitaciones del sentido común, quizás pensemos que nos están menospreciando o que son muy groseros.
      Entonces, ¿qué sucederá si somos despreciados o humillados por los demás?
      En lugar de soportarlo, estaremos aptos para demostrar nuestra incomodidad y pensaremos: "¿Cómo pudieron hacerme esto?"
      Por lo tanto, cuando estas personas sirven a los demás, servirán según lo consideren desde su propio punto de vista y con sus propias normas.
      Y luego de hacer esto, si los demás no se ven realmente satisfechos, dicen que esas personas son tramposas o arrogantes.
      Es decir, culpan a los demás. Pero aquellos que no tienen su "ser" no culparán a los demás.
      Algunas personas son rápidas para aceptar los elogios para ellos mismos por las buenas cosas, pero eligen culpar al resto por las cosas malas.
      Estas personas sirven a los demás con pensamientos carnales o con otro tipo de intenciones, buscando su propio beneficio.
      Por lo tanto, sirven a los demás cuando les parece que es de beneficio propio, pero si no es así, no lo hacen.
      Y si surge algún problema culpan a los demás.
      El servicio desinteresado es servir a los demás desde el punto de vista de la otra persona.
      No es el servicio que espera algo a cambio. Es el servicio que se goza en el acto de dar.
      Aquellos que sirven deseando algo en recompensa, cambian su actitud si es que no reciben lo esperado.
      Incluso pueden hablar mal acerca de aquellos a quienes sirvieron previamente.
      Anhelo que ustedes examinen su servicio a los demás mediante este mensaje.
      Deseo que ustedes examinen si en realidad sirven desinteresadamente en el hogar, en sus lugares de trabajo, en la escuela, y en la iglesia.
      Solamente cuando se sirve a los demás de modo desinteresado y verdadero se puede mantener la paz y se puede aceptar a cualquier tipo de persona.
      Jesús aceptó incluso a aquellos que lo mataron y oró ante el Padre diciendo: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
      Incluso hasta el momento mismo de su muerte, Jesús se despojó de su "ser".
      Del mismo modo, anhelo que el servicio de ustedes sea veraz y desinteresado.

      Hermanos y hermanas,
      En tercer lugar, el servicio que ofreció Jesús fue inmutable.
      Aunque ustedes proporcionen de su servicio desinteresado a los demás, no tendría sentido si ustedes cambian de actitud a medio caminar.
      Dios es un Dios inmutable.
      Él no cambia cuando se trata de amarnos y servirnos.
      Jesús no apartó Su rostro de Judas Iscariote ni se alejó diciendo: "Él me va a traicionar".
      Además, Él no discriminó a ninguna persona pensando si estarán de su lado o no el momento en que tomó la cruz.
      Por supuesto que aquellos que lo amaban más y lo seguían con toda su vida recibieron mayor amor y mayores bendiciones.
      Pero básicamente Jesús entregó el mismo gran amor a todos los hombres al morir sobre la cruz en lugar de los pecadores, y Su amor y servicio jamás cambian.
      Ahora, ¿cómo es el corazón de ustedes?
      ¿Tienden de alguna manera a amar y servir solamente a aquellos que los aman a ustedes?
      Aunque ustedes no cambien de actitud primero, si parece que los demás han cambiado, no alejarían ustedes su rostro de ellos con una actitud diferente a la anterior?
      Cuando retribuyen la gracia una vez recibida, ¿piensan después de un tiempo que ya han hecho suficiente?
      Dios se deleita con el corazón inmutable.
      Cuando las personas llegan a conocer a Dios, aceptan al Señor, y reciben la llenura del Espíritu Santo, muchas personas dicen que sirven a Dios y que lo aman.
      Pero con el paso del tiempo, muchos de ellos cambian.
      Quizás continúen amando y sirviendo a Dios desde su punto de vista, pero su primer amor y sus primeras obras ya no están ahí.
      Cuando reciben gracia y bendiciones, ellos sirven con todo su esfuerzo, pero su fervor pronto se desvanece.
      Lo mismo sucede con respecto al Pastor y a la iglesia.
      Estas personas dicen: "Por el resto de mi vida retribuiré la gracia recibida por parte del Pastor. Dedicaré mi ser a la iglesia con toda mi vida", pero en cierto momento cambian y piensan que ya han hecho suficiente.
      Algunos incluso olvidan aquella gracia y abandonan la iglesia.
      En 2 Samuel 23, y en 1 Crónicas 11 se registran los nombres de aquellos guerreros que estuvieron con David.
      ¡Qué honor tan grande que el nombre de alguien esté escrito en la Biblia!
      Y estos fueron los que se mantuvieron con David todo el tiempo, en las situaciones desafiantes y en muchas pruebas.
      No significa que ellos seguían y servían a David solamente cuando les era de beneficio propio, sino que lo hicieron hasta el final con la disposición de morir con él.
      Es por eso que Dios pudo registrar sus nombres en la Biblia para que estos sean trasmitidos a las siguientes generaciones.
      No se pretende que recordemos los nombres en sí, sino que recordemos el verdadero servicio de aquellas personas.
      Anhelo que ustedes cultiven el servicio verdadero con actitud inmutable, no sólo ante Dios, sino también ante los demás.

      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,
      Jesús dijo en Mateo 20:28: "Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos".
      El hecho de que Jesús haya dejado toda su gloria en el Cielo para venir hasta este mundo fue Su servicio mismo.
      Él sabía que aquellos que le recibían con las palmas y gritando ¡Hosanna! serían los que en un par de días pedirían que se le crucifique, pero aún así Él tomó la cruz por esas personas.
      Ya que él amó las almas y amó al Padre, Él sirvió a la humanidad en obediencia hasta la muerte.
      Siendo el Hijo de Dios, Él aceptó los sufrimientos de la cruz en lugar de los pecadores y nos mostró lo que es el servicio desinteresado.
      Incluso ahora mismo, Dios la Trinidad sirve a los seres humanos sin cambiar.
      Él nos sirve con Su paciencia, misericordia, y compasión para que todas las almas puedan recibir salvación y ser guiadas a la Nueva Jerusalén.
      Anhelo que ustedes imiten este ejemplo de verdadero servicio y que lo cumplan.

      Si alguien cumple este servicio por completo, será de gran gozo para el Padre Dios.
      Dios usará a esa persona para un gran propósito.
      Aquella persona podrá producir frutos abundantes en cualquier lugar a través del servicio que Jesús nos mostró.
      Yo también he estado sirviendo a Dios y a los miembros de la iglesia con este tipo de servicio.
      Entonces Dios me ha dado frutos preciosos y abundantes como podemos ver hoy.
      Anhelo que ustedes también digan sólo "Sí" y "Amén" ante Dios para que sus vidas produzcan el fruto del servicio abundantemente.
      Ruego en el nombre del Señor que ustedes entren en la ciudad de la Nueva Jerusalén y ofrezcan su fragancia de servicio a Dios la Trinidad por siempre.


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