• La Razón por la cual nosotros realizamos la Santa Cena

    [Juan 6:53-55]

    04-04-2010 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      [Juan 6:53-55]
      "Jesús les dijo: --De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final, porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida"

      Cuando aquellos que son creyentes en Jesucristo mueren en esta tierra, nosotros no decimos que están "muertos", sino que están "dormidos". Esto se debe a que ellos resucitarán como si despertaran de un sueño cuando el Señor regrese en el aire. Aún cuando sus cuerpos se corrompan y se vuelvan polvo, ellos tendrán el incorruptible cuerpo espiritual en la resurrección.
      Aquellos que estén vivos cuando reciban al Señor, también recibirán un cuerpo espiritual en un instante y serán arrebatados en el aire. La razón por la cual nosotros tenemos esta esperanza de la resurrección, es porque Jesús quebrantó la autoridad de la muerte y resucitó hace aproximadamente 2,000 años.
      Aquellos que están unidos con el Señor por medio de la fe, serán libertados de la autoridad de la muerte y podrán disfrutar de la gloria de la resurrección.
      Yo espero que ustedes disfruten en lo más profundo de su corazón, el gozo de este día cuando se conmemora la resurrección del Señor.
      Yo oro en el nombre del Señor para que ustedes estén unidos con el Señor por medio de una fe verdadera y que participen en la resurrección.

      [Mensaje Principal]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, el título de este mensaje es 'La Razón por la Cual Nosotros Celebramos la Santa Cena".
      La Santa Cena fue establecida por Jesús Mismo, y Él nos dijo que continuáramos celebrándola hasta que Él regrese. Mientras partía el pan y repartía el vino, Jesús dijo que esta era la carne y la sangre del Hijo del Hombre.
      El pasaje de este día en Juan 6:54 dice, "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final".
      En otras palabras, si nosotros no comemos y si no bebemos la sangre del Hijo del Hombre, no tenemos vida en nosotros ni la esperanza de la resurrección.
      Ahora, ¿por qué la Santa Cena es tan importante y cuál es la razón por la cual la celebramos?
      La primera razón es para que los creyentes lleven una vida en fe buena hasta que alcancen el reino de los Cielos. El significado de la Santa Cena no es solamente comer el pan y beber el vino. Nosotros tenemos que comprender el significado espiritual contenido en el pan y en el vino para que podamos comer y beber espiritualmente la carne y la sangre del Hijo del Hombre.
      Comer la carne del Hijo del Hombre en un sentido espiritual es aprender y comprender la palabra de Dios.
      Juan 1:1 dice, 'el Verbo era Dios'
      Juan 1:14 dice que Dios, el Verbo vino a este mundo hecho carne, y que el Verbo era Jesús.
      Por lo tanto, comer la carne del Hijo del Hombre significa que tenemos que comer la palabra de Dios. Comer la palabra de Dios no significa solamente conocer la Biblia como simple conocimiento. Nosotros tenemos que cambiar nuestro corazón con esa palabra. Tenemos que desechar la maldad de nuestro corazón y llenarlo con bondad y amor.
      Para que nosotros comamos la carne del Hijo del Hombre de esta forma, tenemos que tomar la sangre del Hijo del Hombre junto a ella. Esto significa que, así como aprendemos la Palabra de Dios, nosotros tenemos que tener la obediencia a la Palabra de Dios para poner en acción esa Palabra.
      Esto es similar a cuando las personas ingieren alimentos sólidos, ellos también tienen que consumir líquidos. Sin los líquidos, si ellos solamente continuaran ingiriendo alimentos sólidos, no podrán digerir bien la comida. Nuestro cuerpo solamente puede absorber los nutrientes y eliminar los desperdicios del cuerpo cuando se suministra líquidos.
      De la misma forma, una vez hemos aprendido la palabra de Dios como la verdad, nosotros tenemos que tratar de practicar lo que hemos aprendido. Tenemos que obedecer los mandamientos que nos dicen 'hacer', 'no hacer', 'guardar' o 'desechar' ciertas cosas.
      Solamente entonces la palabra de Dios que hemos aprendido se convertirá realmente en vida y fortaleza para nosotros.
      Las falsedades que estaban dentro de nuestro corazón se irán y la verdad las reemplazará. El odio saldrá y el corazón será llenado con amor. La arrogancia se irá y el corazón será llenado con humildad, y el enojo desaparecerá, y la mansedumbre lo reemplazará.
      En 1 Juan 1:7, nosotros podemos comprender que tenemos vida en nosotros no solamente cuando comemos la carne sino cuando también tomamos la sangre del Hijo del Hombre. La escritura dice, "...Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado"
      Aquí, caminar en la Luz significa obedecer y practicar la palabra de Dios. Jesús nos concedió el perdón de nuestros pecados derramando Su preciosa sangre. Pero para que nosotros seamos perdonados por medio de Su sangre, tenemos que caminar en la luz.
      Jesús tomó la cruz por los pecadores y entregó Su carne y Su sangre por nosotros. Pero después de recibir esta gracia, la gente con facilidad se olvida de ella. Es por eso que celebramos esta Santa Cena para recordar la cruz de Jesús una vez más.
      Nosotros tenemos que recordar los sufrimientos y el amor de Jesús y gravar de nuevo en nuestro corazón la gracia que hemos recibido. Entonces, Dios nos da un nuevo poder y fortaleza. Él nos da gracia para que podamos permanecer lejos de los pecados del mundo y para que vivamos en la verdad.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo, la segunda razón por la que celebramos la Santa Cena es para que nosotros vivamos una vida que ha sido separada.
      La Santa Cena es un ritual santo para comer la carne y beber la sangre del Hijo del Hombre. Si nosotros realmente confesamos que el pan y el vino son la carne y la sangre del Hijo del Hombre respectivamente, ¿Cómo creen ustedes que deberíamos prepararnos para participar de esta celebración?
      1 Corintios 11:27-29 dice, "De manera que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan y beba de la copa. El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí".
      Como está escrito, cuando nosotros comemos la carne y bebemos la sangre del Hijo del Hombre, primero tenemos que arrepentirnos de nuestros pecados. Si simplemente participamos en la Santa Cena sin arrepentirnos de nuestros pecados, quiere decir que realmente no estamos pensando en los sufrimientos de Jesús.
      Así que, yo creo que ustedes tienen que prepararse para esta Santa Cena tratando de tener un corazón puro, arrepintiéndose de las cosas que necesitan arrepentirse durante la semana anterior.
      ¡Pero nosotros no deberíamos arrepentirnos o estar alertas solamente cuando vamos a realizar la Santa Cena! Mientras la fe de los creyentes aumenta, ellos siempre recuerdan el amor de la cruz y se apartan de los pecados.
      Ustedes han sido perdonados de sus pecados y han recibido salvación, y ahora son parte de un real sacerdocio. Son ciudadanos del reino de los cielos que pueden participar de la Santa Cena en esta tierra y que irán al banquete celestial en los Cielos.
      Yo espero que ustedes recuerden este hecho y que vivan una vida separada del mundo. Les insto en el nombre del Señor para que vivan una vida santa y pura teniendo el orgullo propio de los ciudadanos del reino de los cielos.
      Amados hermanos y hermanas en Cristo, hay una cosa más que deseo mencionar sobre la Santa Cena. Se trata sobre nuestro respeto por Dios.
      1 Samuel 2:30 dice, '...porque yo honro a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco'.
      Dios es nuestro Padre quien nos provee de un amor ilimitado. Pero nosotros no podemos tenerlo en poco ni actuar groseramente delante de Él.
      En el Antiguo Testamento, vemos que cuando los hijos de Aarón, el sumo sacerdote, estaban ofreciendo un fuego extraño que no era el fuego ordenado por Dios, el fuego los consumió.
      Una persona llamada Uza tocó el Arca del Pacto y murió porque esto iba en contra de la Ley de Dios. La Ley también habla sobre el método para hacer el incienso que se ofrece a Dios. Y Dios advirtió a la gente diciendo que si alguno hacía la misma clase de incienso para sí mismo, sería cortado de en medio del pueblo.
      También en el mundo físico, en las familias que hacen uso de tradiciones y modales, los miembros de la familia no son permitidos a usar de las pertenencias de sus padres de acuerdo a su conveniencia. Ellos poseen utensilios y cubiertos de plata apartados para el padre, y a él le sirven los alimentos en platos separados.
      Ahora, ¿Cuánto más respeto deberíamos tener cuando estamos delante de Dios?
      Por lo tanto, nosotros tenemos que tener un corazón santo y puro cuando participamos en la Santa Cena. Nosotros no tenemos que tener ninguna cosa inapropiada en mente.
      Además, debemos ser cuidados cuando manipulamos el pan y el vino usado para la Santa Cena. Todas esas cosas santas que también incluyen las copas, no tiene que ser usadas para cosas personales. Aun cuando las desechemos, tenemos que hacerlo con cuidado. Solamente porque están gastadas e inservibles, nosotros no podemos llevarlas a casa y usarlas. No tenemos que desecharlas en cualquier lugar.
      Si algo así es permitido, el corazón de las personas se volverá insensible, y no valorarán más las cosas santas de Dios. Y debido a eso, ellos podrán mostrar groserías más grandes y obras de mayor maldad.
      Este fue el caso de los dos hijos del sacerdote Elí. A los sacerdotes les era permitido comer una parte de las ofrendas entregadas a Dios por la gente. Sin embargo estos hijos malvados tomaban las ofrendas de la gente incluso antes que fueran ofrecidas a Dios. Ellos no querían comer carne cocida en agua. Así que, tomaban la carne la noche antes que fuera entregada, para luego ellos poder asarla.
      Ellos estaban supuesto a comer la carne de la ofrendas con agradecimiento y en santidad, sin embargo solamente la consideraban su alimento. Es decir, ellos despreciaban el sacrificio hecho a Dios. Esto era despreciar a Dios Mismo, y ellos murieron a causa de la maldición de Dios.
      Cuando los obreros hacen el pan y el vino de la Santa Cena, ellos tienen que observar sus palabras y sus acciones. Tienen que prepararse con corazones santos porque están haciendo comida que será usada para un ritual santo.
      El pan y el vino que han estado sobre el altar y que recibieron la oración, han sido apartados, y por lo tanto no podemos comer o beber lo sobrante personalmente.
      Nosotros tenemos que cavar un hueco en la tierra en la parte este del santuario y enterrarlos allí. Si el vino aun no ha recibido la oración, podemos usarlos para la siguiente Santa Cena.
      En el caso del pan que no ha recibido la oración y que ha sobrado, es correcto para aquellos que tienen fe que lo coman.
      De igual forma, no solamente en la Santa Cena, sino que yo los insto a que consideren santas todas las cosas que pertenecen a Dios.

      [Conclusión]

      Amados hermanos y hermanas en Cristo, este día, les he hablado sobre la razón por la cual celebramos la Santa Cena.
      La primera razón es que nosotros comprendamos el significado espiritual de la Santa Cena para que podamos llevar una mejor vida en la fe.
      Segundo es para que los creyentes vivan una vida santa separada del mundo.
      Junto a eso, nosotros debemos amar a Dios y tener un temor reverente por Él.
      Yo espero que ustedes conserven este mensaje de la Santa Cena en lo más profundo de su corazón cuando estén compartiendo el pan y vino.
      Yo les insto a que vivan una vida santa comiendo la carne y bebiendo la sangre del Hijo del Hombre hasta que el Señor regrese de nuevo.
      Yo oro en el nombre del Señor para que ustedes puedan participar en la mesa del Señor y que coman y beban junto a Él en el reino de los Cielos.


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