• La Semilla de Vida (1)

    [Génesis 2:7, 1 Juan 3:9]

    09-04-2010 | Rev. Jaerock Lee

    • Pasaje

      Génesis 2:7
      [7] Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.

      1 Juan 3:9
      [9] Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

      Amados hermanos y hermanas en Cristo,

      Este es el 29no estudio de Génesis.
      A partir de hoy voy a hablarles acerca de la "semilla de vida" que Dios pone en el hombre.
      Se supone que debo explicar esto cuando lleguemos a la parte de Génesis en la que Dios crea al hombre.
      Pero ya que es de beneficio para ustedes al aplicar esto en la vida diaria, les presentaré esta explicación ahora.
      Yo ruego en el nombre del Señor Jesucristo que ustedes siempre vivan vidas saludables, activas y bendecidas en todas las cosas por medio de este mensaje.
      Génesis 2:7 dice: "Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente".
      Este verso describe la escena en que Dios el Padre creó a Adán, el primer hombre.
      Permítanme explicarles brevemente este proceso.
      Mientras Dios formaba cada parte del hombre con polvo de la tierra, esa masa de polvo llegaba a ser el cuerpo del hombre.
      Esto fue posible porque la luz original emanaba constantemente de las manos de Dios mientras formaba al hombre con el polvo.
      Al formar la cabeza con el polvo, esta ya no era una simple masa de polvo, sino una cabeza intacta.
      Asimismo, al formar el torso con polvo, este se convirtió en un torso completo de hombre.
      Lo mismo sucedió con todas las demás partes del cuerpo.
      Por lo tanto, antes de que Dios pusiera el aliento de vida en él, y excepto por el hecho de que aún no tenía vida, Adán ya tenía la forma completa de un hombre.
      Al hablar en sentido figurado, era semejante a un cuerpo luego de que el espíritu y alma han salido de él.
      Luego Dios sopló "aliento de vida" en la nariz de Adán, y él llegó a ser "un ser vivo".
      Su corazón empezó a latir, la sangre comenzó a circular, y todas las células en su cuerpo llegaron a tener vida y empezaron a funcionar.
      Su cerebro comenzó a trabajar; él pudo ver, escuchar, mover sus manos y también sus pies.
      Ahora, ¿qué era ese "aliento de vida" que Dios sopló en la nariz de Adán?
      Encontramos la función de este "aliento de vida" en el capítulo 37 del libro de Ezequiel.
      Aunque fue visualizado en visión, el principio espiritual es el mismo.
      Dios puso tendones sobre los huesos secos, hizo que la carne crezca alrededor de ellos, y los cubrió con piel.
      Y cuando Dios "puso aliento" en ellos, estos huesos secos "revivieron".
      Este "aliento de vida" fue también lo que obró cuando los dos testigos (en Apocalipsis) murieron como mártires durante los 7 años de la Gran Tribulación, y regresaron a la vida.
      Apocalipsis 11:11 dice: "Pero después de los tres días y medio, el aliento de vida de parte de Dios vino a ellos y se pusieron en pie, y gran temor cayó sobre quienes los contemplaban".
      Como pueden ver, el "aliento de vida" es fundamental para ocasionar una "obra de vida".
      Por tanto, ¿qué es este "aliento de vida"?
      Les expliqué anteriormente que Dios el Origen existió en el espacio original en la forma de luz que contenía el sonido o voz.
      Por la cultivación humana, Él se adhirió en el vértice del reino spiritual, y se dividió a Sí mismo en Dios la Trinidad.
      De esa luz original se emiten 2 luces más; Él llegó a ser 3 luces en total, y cada luz asume cierta forma.
      De esta manera Dios (el Origen) llegó a ser Dios la Trinidad.
      Aunque Dios la Trinidad asume ciertas formas, la base continua siendo la luz original que contiene el sonido.
      La luz original contiene poder y sabiduría infinita.
      Este poder de Dios que está contenido en la luz original obra como el "aliento de vida".

      Amados hermanos y hermanas,
      En un estudio anterior les dije que Dios coloca toda la información genética en el ADN en el núcleo de una célula.
      También comparé el ADN en el núcleo con la producción de una fábrica automatizada.
      Una vez que se enciende el interruptor de la fábrica, las líneas automatizadas de producción de la fábrica producen los productos.
      El hecho de que Dios haya formado a Adán del polvo de la tierra fue semejante a la construcción de instalaciones de producción automatizada denominada "cuerpo humano".
      Y el acto de Dios de soplar el aliento de vida en el hombre fue como encender el interruptor.
      Si la electricidad es la que da "vida" a una máquina, el "aliento de vida" es lo que da vida al cuerpo humano.
      Dios creó a Adán del polvo, y se insertó el poder de Dios en el núcleo de las células, el cual era el centro de la vida en el cuerpo de Adán. Cuando el aliento de vida, el poder fundamental de Dios, entró en Adán, él llegó a tener vida y comenzó a moverse.
      A este Adán, en quien Dios puso el aliento de vida, Dios lo llamó "un ser viviente".
      Aunque tenía un cuerpo físico hecho de polvo, el poder fundamental de Dios se le otorgó, y entonces llegó a ser un ser espiritual inmortal.
      Dios llevó a Adán, un ser viviente, al Huerto del Edén en el Segundo Cielo que pertenece al mundo espiritual.
      De acuerdo a la Palabra de Dios, Adán fue fructífero y se multiplicó.
      En otras palabras, él tuvo muchos hijos.
      El aliento de vida que Dios sopló en Adán fue heredado de forma automática por los descendientes de Adán que nacieron en el Huerto del Edén.
      Por lo tanto, todos los descendientes de Adán que viven en el Huerto del Edén son seres vivos.
      Ya que todos los descendientes de Adán que viven en el Huerto del Edén son seres vivos, son afectados por el aliento de vida en todo el curso de sus vidas.
      Mientras las partes de sus cuerpos se desarrollan y crecen, los núcleos que generan cada parte de sus cuerpos producen solamente lo mejor gracias al aliento de vida.
      No existe tal cosa como un error en la división de células, y consecuentemente un problema genético.
      Por lo cual en el Huerto del Edén no existen deformaciones genéticas cuando nace un niño, ni tampoco existen niños con enfermedades. Ahí nacen solamente niños saludables.
      Además, ya que están bajo la influencia del aliento de vida, crecen bien y muy saludables.
      Por lo tanto, los hombres en el Huerto del Edén son altos y bien parecidos; son atractivos y hermosos.
      Los adultos tienen una estructura muy fuerte. Al llegar a ser adultos miden por lo menos 175 cm de alto (un poco más de 6 pies y 4 pulgadas).
      Las mujeres son un poco más pequeñas que los hombres.
      Pero tanto los hombres como las mujeres tienen piel muy blanca y su cabello es rubio dorado.
      El cabello de los hombres crece a la altura del cuello, y el de las mujeres crece el doble de largo que el de los hombres.
      Una vez que el cabello alcanza este largo, deja de crecer y su largo permanece siempre igual.
      Los hombres no se dejan crecer la barba ni el bigote.
      Su piel y su cabello son brillantes; son perfectos de pies a cabeza, su aspecto es impecable.
      A primera vista quizás todos parezcan ser iguales.
      Por supuesto, las diferencias individuales entre ellos sí existen, pero aún así todos ellos tienen los mejores rasgos.
      Los hombres del Huerto del Edén crecen hasta pasar apenas la edad de un hombre joven.
      Luego dejan de crecer, en cierto punto, pero luego de ello su cuerpo no envejece y se mantienen de la misma forma que son hasta ese punto.
      Esto es posible porque el poder original de Dios tiene el control sobre el núcleo, que fundamentalmente, ajusta el cuerpo.
      No obstante, la situación cambió luego de que Adán y Eva cometieron pecado.
      Dios quitó el aliento de vida de Adán y Eva, y los envió a este mundo que pertenece al Primer Cielo.
      Cuando Adán y Eva vinieron a este mundo, ellos tenían apenas un poco de aliento de vida que les quedaba; solamente tenían un rastro débil de él.
      Entonces este permaneció dentro del núcleo, que es la figura más central del cuerpo, en forma de una pequeña semilla.
      Esta es la "Semilla de Vida".
      Gracias a esta semilla de vida que les quedó, Adán y Eva no olvidaron, sino más bien recordaron, la vida en el Huerto del Edén. Por esta razón pudieron buscar y creer en Dios.
      No obstante, de acuerdo al fluir de lo natural, ellos envejecieron.
      Después de venir a este mundo, ellos vivieron por 930 años, y eventualmente su carne llegó a ver la muerte.
      Si ellos hubieran seguido viviendo en el Huerto del Edén, gracias al aliento de vida no habrían envejecido ni habrían muerto.
      Sin embargo, ya que se les quitó la mayor parte del aliento de vida, y ya que vivían de acuerdo al fluir natural en el espacio natural, ellos envejecieron y eventualmente murieron.
      Aún así, una vida de 930 años en esta tierra era muy larga comparada con el tiempo de vida actual.
      Generalmente el tiempo de vida de un hombre era muy largo antes de la Inundación.
      La razón de esto era que la luz original con la que Dios rodeó la tierra en el primer día de la creación, aún permanecía hasta la Inundación.
      Además, la maldad no prevalecía en el principio de la cultivación humana, y los corazones de las personas eran relativamente buenos.
      Por lo tanto, aunque las personas envejecían, la velocidad a la que envejecían era mucho más lenta que la actual.

      Amados hermanos y hermanas,
      Les expliqué que el aliento de vida era heredado naturalmente por los descendientes de Adán y Eva en el Huerto del Edén.
      Sin embargo los descendientes de Adán y Eva que nacieron en esta tierra no heredaron la semilla de vida de sus padres.
      Por esta razón Dios da el espíritu a un bebé en el sexto mes de su concepción.
      Él coloca la semilla de vida en su espíritu, y lo pone en el núcleo de una célula que es el punto más central en el cuerpo.
      Con ojos espirituales abiertos, una luz azul brilla dentro de la semilla de vida.
      Eclesiastés 3:11 dice: "El ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio y hasta el fin".
      Está escrito que "Dios ha puesto la eternidad en sus corazones", y esa es la función de la semilla de vida que Dios ha puesto en todo hombre.
      Ya que las personas reciben el espíritu que contiene la semilla de vida, a diferencia de los animales, ellas pueden sentir ligeramente la existencia de otra vida.
      Ellas buscan a Dios, el ser absoluto, y también anhelan el Cielo.
      Sin embargo, a menos que conozcan a Dios, la semilla de vida permanecerá como semilla, y no verán ninguna obra de vida.
      Asimismo en un sentido físico y natural, si la semilla de un grano, fruto, o flor no retoña, simplemente permanecerá como semilla, como si estuviese muerta.
      No importa cuántos años pasen, si no se establece el ambiente apropiado, simplemente permanecerá como una semilla, como si estuviese muerta.
      Las posibilidades son que permanezca como semilla por miles de años.
      Una vez que se establece el ambiente apropiado, la semilla retoñará y crecerá.
      No obstante, no todas las semillas retoñan.
      El término de vida de cada semilla es distinto dependiendo del tipo de semilla; una vez que termina ese tiempo, la semilla muere.
      Aunque el tiempo de vida no se cumpla, las posibilidades son que su vitalidad se desvanezca debido a causas externas.
      No importa cuán bueno sea el ambiente que se establezca, estás no retoñarán.
      Aquellos que trabajan en el campo quizás sepan esto.
      Aunque se ponga muchas semillas de arroz en el agua, no todas retoñan.
      De manera general se conoce que el término de vida de una plantación de arroz es de 2 a 3 años.
      Por lo tanto, si se coloca semilla de arroz de 4 o 5 años, no retoñará.
      Para que la semilla de arroz pueda retoñar también se debe proporcionar la cantidad adecuada de agua, temperatura y aire.
      Del mismo modo, para que la "semilla de vida" que Dios ha plantado en el hombre pueda retoñar, debe existir el ambiente espiritual adecuado.
      Aunque todos los hombres nacen con la semilla de vida, algunos de ellos ven la muerte sin que la semilla retoñe, pero otros hacen que esta retoñe en algún momento.
      También existen algunos cuya semilla retoña pero pronto deja de crecer, y hay otros cuya semilla crece a la medida completa. Estos casos varían dependiendo de su esfuerzo y del ambiente espiritual en el cual está cada uno de ellos.
      Ahora, ¿cuál es el ambiente adecuado en el cual puede retoñar y crecer la semilla de vida?
      Yo dije que Dios toma una parte pequeña de la luz original que contiene el poder de Dios y la siembra.
      Por lo tanto, los atributos originales de la semilla de vida son "espíritu, bondad, verdad, y luz".
      Entonces, si el corazón del hombre es bueno, este proporciona un ambiente fértil donde puede retoñar la semilla de vida.
      El hecho de que la semilla de vida retoñe significa que nacemos de nuevo por el Espíritu Santo.
      Sin embargo, para poder nacer de nuevo por el Espíritu Santo, primeramente se debe aceptar a Jesucristo como el Salvador y ser perdonado de los pecados.
      Se podrá creer y aceptar a Jesucristo fácilmente a la medida que nuestro corazón sea bueno.
      Esto es así porque la providencia de la cruz de Jesucristo es el centro de bondad y amor.
      Jesús, quien existió en la forma de Dios, vino a este mundo en carne para salvar a los pecadores.
      A pesar de que Jesús no tenía pecado alguno, Él fue colgado en un madero como una persona maldita, y no escatimó nada por nosotros, sino que derramó toda Su sangre.
      Si una persona tiene en verdad siquiera un poco de bondad en su corazón, puede ser conmovida por la bondad y el amor de Jesús, quien se sacrificó por completo.
      Y puede aceptar al Señor Jesús como su Salvador.
      Entonces puede ser perdonada de sus pecados con la preciosa sangre derramada por Jesús.
      Dios el Padre envía el Espíritu Santo como un obsequio para personas como esta.
      Es tal como está escrito en Hechos 2:38, que dice: "Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo".
      El Espíritu Santo, quien desciende de esta manera, hace que la semilla retoñe.
      Luego, la semilla de vida, la cual había permanecido quieta como si estuviese muerta y cubierta bajo una gran capa, llega a transformarse en vida.
      Con respecto a esto, en Juan 3:6 Jesús dijo: "...y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es".
      Ahora, ¿cómo pudo despertar la semilla de vida en los días del Antiguo Testamento, antes de que viniese el Espíritu Santo?
      En los días del Antiguo Testamento, la gente llegaba a ser salva por las obras regidas por la Ley.
      Era cuando ellos solamente podían ser considerados como justos si tan sólo guardaban la Palabra de Dios por obras.
      Asimismo, si alguien guardaba la Palabra de Dios y la practicaba, Dios lo consideraba como justo, y causaba que la semilla de vida se despierte.
      Entonces, aunque Enoc, Elías, Moisés y Abraham eran las personas en los días del Antiguo Testamento, ellos pudieron entrar en la plenitud de espíritu.
      En los días del Nuevo Testamento, la gente podía ser perdonada de sus pecados por medio de la preciosa sangre de Jesús, y llegaban a ser justos, y el Espíritu Santo podía entrar en sus corazones.
      Cuando el Espíritu Santo entraba en sus corazones, Él despertaba la semilla de vida.
      Por otro lado, en los días del Antiguo Testamento, Dios despertaba la semilla de vida desde lo externo en un hombre que se consideraba como justo por sus hechos que obedecían a la Ley.
      También hay personas que pueden recibir la salvación por medio del Juicio de su Conocimiento en el caso de que no hayan tenido la oportunidad de escuchar el Evangelio.
      La conciencia de estas personas está llena de bondad.
      No es necesariamente cierto que una buena conciencia sea el corazón espiritual. No obstante, la buena conciencia puede llegar a ser el terreno propicio donde el espíritu dado por Dios puede obrar.
      A pesar de los días, ya sean estos los del Antiguo o los del Nuevo Testamento, para que la semilla de vida pueda obrar, el corazón debe tener una cantidad suficiente de bondad y verdad.
      Sin embargo en el corazón del hombre se mezclan múltiples elementos.
      Los componentes del corazón son diferentes para persona en particular. En el corazón puede haber bondad, maldad, y otros elementos heredados de los padres.
      Por cierto, todos tienen libre albedrío.
      Si una persona mira, escucha, y coloca solamente bondad en su ser, su corazón puede estar lleno de bondad, pero si mira, escucha, y coloca cosas malas en su corazón, entonces este se tornará malo a la medida de lo que ha recibido.
      Por lo tanto, nadie puede poner excusas diciendo: "Yo no conocí a Dios porque nací con mala tierra en mi corazón".

      Amados hermanos y hermanas,
      Una vez que la semilla de vida retoña, esta debe crecer.
      Una vez que una planta retoña, esta debe recibir agua y luz del sol para crecer.
      Asimismo, la semilla de vida también debe recibir agua y luz espiritual una vez que retoña mediante el Espíritu Santo.
      En otras palabras, el dueño de la semilla de vida debe hacer de la Palabra de Dios su pan, de modo que su espíritu pueda alimentarse y crecer.
      Les dije anteriormente que Dios coloca el espíritu en la semilla de vida. Él lo planta en el núcleo de la célula, que es el punto central del cuerpo de un hombre.
      Mientras la semilla de vida despierta para iniciar la obra de vida, el espíritu que cubre la semilla de vida empieza a crecer.
      Por cierto, la semilla de una planta muere cuando no se le proporciona agua, ¿no es así?
      Asimismo, la semilla de vida no sólo deja de crecer, sino que tampoco puede mantener su vida si es que no se le proporciona agua espiritual.
      Por esto, en Juan 6:53, Jesús dijo: "En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros".
      ¿Qué significa comer la carne del Hijo del Hombre y beber Su sangre en un sentido espiritual?
      Significa poner la Palabra de Dios, la cual es el agua espiritual, en el corazón, y caminar en la luz.
      El espíritu dentro del corazón puede crecer mientras el agua espiritual y la luz entran en el corazón.
      Ahora, 1 Juan 3:9 dice: "Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios".
      Menciona que aquellos que "son nacidos de Dios", en otras palabras, aquellos que "han recibido salvación por medio de Jesucristo", no practicarán el pecado en su manera de vivir porque la "semilla de vida" está en ellos.
      Una vez que despierta la semilla de vida otorgada por Dios, su vida podrá mantenerse solamente si le proporciona la Palabra de Dios, que es, una vez más, el agua espiritual.
      Si es que practican el pecado otra vez, incluso el pecado que no puede ser perdonado, es semejante a matar la semilla que ha retoñado.
      Por ejemplo, si ustedes ponen una planta que está creciendo bien en una habitación oscura, y no le proveen agua, la planta eventualmente morirá, ¿no es así?
      Del mismo modo, aún después de recibir una vez al Espíritu Santo, si ustedes cometen pecados de manera voluntaria, eventualmente su vida se perderá.
      Por esto Jesús nos dice en Mateo 7:21: "No todo el que me dice: "Señor, Señor", entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos".


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